En este capítulo encontraréis por fin a Harry, que tanto añorabais
Debido a la nueva prohibición de fan fiction (no contestar reviews en el propio fic, no sé si os ha llegado la noticia ya…), no podré contestaros.
Pero ya que la mayoría me habéis pedido la dirección que no salió (a saber por qué) en el capítulo anterior, os la paso aquí (le quitáis los espacios y ya podréis entrar): w w w . f i c t i o n p r e s s . c o m / a m i d a l a g r a n g e r
No era esa la que os pasé, pero como ha fechas de hoy ya he puesto 7 originales…mejor os paso mi pro-file.
Gracias a todos los que todavía estéis leyendo esto…Y siento de veras la tardanza, pero…ains…tengo mucha falta de inspiración. ¿Alguien vende? Porque de ser así yo os la compro…
Y otra cosa más…¡SIENTO LA TARDANZA! Buaaa…pero, en serio, tenía tantos exámenes y tan poca musa… luego en vacaciones me dediqué a mis originales…y hoy, gracias a un arranque de musa que he tenido, puedo seguir con esto (y ya sé como continuarlo). Pero quiero que sepáis una cosa. A menos que la historia deje de aparecer en mi pro-file ¡NUNCA LA ABANDONARÉ! Os lo juro, me haría un pacto de sangre de no ser porque el ordenador no tiene mano... ¡Os juro que actualizaré mis historias tarde o temprano¡Palabra de honor de los Lavale! (sonó muy Malfoy eso ¿no?)
ADVERTENCIA: en este capítulo hay unos mínimos spoilers del 6º libro. Quien no lo haya leído, que vaya a w w w. e l u n i v e r s o p o t t e r . c o m . a r . / e p t Ahí lo están traduciendo, y la mención que voy a hacer está entre los que llevan ya en castellano. Solo lleva los spoilers de lo que llevo leído…porque sé quién muere y no quisiera arruinarlo aquí…
Capítulo 7.
Alemania y un ataque sorpresa
Harry despertó en el momento que notó como su cuerpo caía bruscamente al suelo.
- Nehmen Sie ihn innen (n/a: llevadle dentro)-dijo Voldemort.
- Zu seinen Ordnungen, mein Herr (n/a: como vos ordenéis, mi señor)- respondieron otras voces.
Harry supuso que el idioma que hablaban era alemán. Podía oírles, pero no podía verles. Tenía los ojos vendados, y no llevaba las gafas puestas (obvio)
Un par de manos le cogieron de los brazos y le arrastraron hacia el interior de, lo que pudo suponer por el ruido que hacían sus zapatos al arrastrarse por el suelo, una cabaña. Sintió como le empujaban y cayó en el suelo estrepitosamente. No hizo nada hasta que supo que estaba sólo en la habitación. A tientas y como pudo, buscó algo que pudiera haber afilado en la estancia.
Encontró una daga clavada en el suelo. Frotó la cuerda contra esta lo más rápido que pudo. Cuando estuvo a punto de soltarse alguien entró en la habitación.
- Wie! Das flüchtet! (eh! Que se escapa!) – dijo el guardia. Harry cortó en ese momento las ligaduras y se quitó la venda de los ojos. Saltó a un lado para esquivar al hombre que se lanzaba hacia él. Corrió hacia la salida lo más rápido que pudo. Otro hombre, alertado por el otro inconsciente, llegó. Al verle escapar fue tras él.
- Seien Sie auf der Hut! Er flüchtet! Er läuft für den Flur 4B! (Alerta! Se escapa! Va por el pasillo 4B!)- exclamó a todo pulmón.
- "¿Por qué han tenido que llegar en ese momento?"- pensó angustiado. Tres guardias le bloquearon el paso.
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- ¡Draco!- exclamó Hermione lanzándose a sus brazos. Este la recibió con una sonrisa.
- ¿Qué hay?- preguntó Ron.
- A estas horas ya habrán llegado al punto de destino. –contestó el rubio.
- ¿Por qué no te dejaron ir con ellos?
- Dijeron que sería demasiado sospechoso. Que no podría permanecer tanto tiempo fuera de Hogwarts sin que la gente empezara a sospechar.
- Yo creo que han sospechado desde antes que te fueras- intervino Hermione.
- Ya, pero eso fue lo que me dijeron.
- ¿Informamos a Dumbledore?
- No, no creo que nos deje entrar de nuevo en el tema. Me parece que intentarán un rescate dejándonos aislados a nosotros – dijo Draco.
- Hay que organizarlo por nuestra cuenta entonces. – respondió Hermione convencida.
- Tendríamos que organizarnos.
- Sí. Ron, por favor¿puedes ir a las cocinas y traer algo para beber? –suplicó Hermione.
- ¿EEEEHH¿¿Por qué yooo?
- Vamooos…- respondió poniendo cara de perrito abandonado. – Así podras darte un atracón.
- Ok…¬¬ iré sólo por eso ¿eh?¬¬
-
- ¬¬
- '
- ¬¬
- ''
- ¬¬ - Ron salió por la puerta.
- Uff…al fin.
- ¿Qué ocurre?
- Ron no nos servirá mucho de ayuda. Creo que hay que planearlo entre tú y yo, y como las cocinas quedan lejos…
- ¿Cuánto?
- Me parece que era en el primer piso
- Y estamos en el séptimo. ¡Ja! Buena jugada Hermione.
- Gracias Bueno, a lo que íbamos. – dijo buscando en su mochila, al tiempo que se arrodillaban en el suelo. De entre libros sacó un pergamino. – apuntemos aquí las estrategias. Vamos a necesitar un traslador, porque ya no nos podemos aparecer fuera y dentro de los terrenos de hogwarts.
- ¿Ya han restaurado la barrera?
- ¡La restauraron antes de que tu te fueras! ¬¬
- ¿Ah sí¡Ay, que memoria la mía!
- Ya¬¬
- Esto…Hermione…
- ¿sí?
- Perdóname
- ¿Eh¿Por lo de tu mala memoria? Tranquilo, eso le puede pasar a cualquiera- dijo haciendo un gesto con la mano de despreocupación.
- No…por lo hice el curso pasado. Intenté matar a Harry¡pero no lo quise yo! Quien-tu-sabes me ordenó hacerlo y yo…aún era un cobarde. Y lo que le hice en el tren…no me lo voy a perdonar nunca. ¿Cómo pude hacerle eso?
- Draco, Draco.- llamó Hermione. El mencionado la miró con ojos tristes- nosotros sabemos que te obligaban. Por lo menos Ron y yo.
- Vaya, Draco. Así que nos estás traicionando ¿eh? – dijo una voz fría, calculadora y elegante. Ambos se tensaron y un escalofrío les recorrió por toda la médula espinal. - ¿Cómo puede ser que te estés juntando con una sangre-sucia después de cómo te educamos tu madre y yo?- preguntó su padre entrando a la habitación.
- ¿Cómo sabías que estábamos aquí?- preguntó Hermione
- No tiene sentido responder a una pregunta cuestionada por una vulgar sangre-sucia- respondió con desdén.
- ¡No llames así a Hermione! – Lucius Malfoy rió socarronamente
- Vaya, vaya…- dijo en un tono falsamente emocionado- ¿ahora tienes una novia Gryffindor?
- No- respondió Draco sacando su varita.
- ¡Draco¡No puedes hacer nada contra tu propio padre!- Hermione le retuvo cogiéndole del brazo con el que sujetaba la varita y estrechándolo contra sí misma. Este se zafó y apuntó a su padre.
- ¿Sí¿Qué vas a hacerme Draco?
- ¡Desmaius! –dijo una voz detrás de Lucius. Un rayo rojo le alcanzó y cayó inconsciente al suelo. Hermione corrió hacia Ron, que todavía tenía la varita alzada y 3 cervezas de mantequilla sujetas en su mano izquierda. Pero cuando estaba pasando el cuerpo de Lucius Malfoy, este, sin previo aviso, abrió los ojos y la cogió del tobillo, haciéndola caer. Ron sonrió maléficamente. Draco se dio cuenta de un pequeño detalle que había pasado desapercibido por ellos segundos antes…sus ojos…sus ojos vivos y alegres ahora estaban vacíos, opacos y sobre todo…fríos. Fríos y sin sentimientos: no era Ron. El auténtico Ron yacía inconsciente en el 4º piso, con unos cuantos pelos arrancados. Sea quien fuese el que había ahí, estaba usando la poción Multijugos.
- ¿Qué!- Lucius Malfoy se incorporaba sacudiéndose el inexistente polvo de su túnica, con una mirada orgullosa.
- Me parece que vas a hacer compañía a tu joven amigo Potter- rió con desprecio "Ron". Draco no podía creerlo. ¿Por qué su padre le había seguido¿Cómo les había encontrado¿No estaba la sala protegida? Lo siguiente que vio fue la varita de su padre apuntándole. Hizo unos movimientos complicados con la varita, sin pronunciar nada, y Draco subo lo que iba a pasar: había hablado con Hermione y supo del encantamiento desactivador que le lanzaron. Pero él no tendría la suerte de ser curado como ella… No pudo hacer nada, sus piernas estaban inmovilizadas ante el hecho que su padre le estaba atacando. ¡A él¡A su propio hijo! Era demasiado para el joven rubio de 17 años…
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- ¿Draco? –murmuró Hermione. No había nadie a su alrededor- O cielos, o cielos… no puedo creer que le hayan secuestrado a él también. Eso quiere decir…¿habrán matado a Harry? No no, Hermione- se dijo en un intento de tranquilizarse- te estás volviendo paranoica. ¡Voldemort quiere a Harry para algo! No puede matarle…
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- mmm…¿dónde estoy? –murmuró el mencionado en la escena anterior. Miró a su alrededor. Una celda lúgubre y húmeda, con paredes marrones, de piedra desgastada. Afortunadamente, la celda estaba decentemente limpia. Él sabía por los libros muggles que había leído gracias a Severus que la gente que habita en celdas sucias durante mucho tiempo, acaba cogiendo la famosa popular de la peste, o en los peores casos la lepra (aunque él no estaba seguro de cuál era peor). Se oía un gran alboroto en el exterior. Su curiosidad ganó a sus miedos y se asomó por la rendijas de la ventanita en la parte superior de la puerta. Un grupo de mortífagos estaban agarrando a alguien que intentaba escapar desesperadamente.
- Así que has intentado escapar de mí. – dijo una voz fría y siseante (n/a: aquí todas las voces son frías XDD soy una friolera ¿os habéis dado cuenta? Jajaja. Champiiiñóóón polaaar…:P, esto…sigo con el fic). Voldemort estaba en frente de ellos. Alzó dos dedos y tocando la frente del desafortunado, o desafortunada, que no había conseguido escapar, murmuró unas palabras y la figura cayó inconsciente. Draco se apartó rápidamente antes de que se dieran la vuelta. Los pasos se acercaban. La puerta se abrió y tiraron al mago al interior. Antes de que pudiera parpadear, ya estaban solos. Draco lo reconoció.
- ¡Dios mío, Harry! Enervate- susurró. No se explicaba cómo podía tener todavía su varita…Harry abrió los ojos lentamente. Y, por el contrario, se incorporó muy rápido y con expresión frustada.
- ¿Malfoy¿Qué estás haciendo aquí?
- Draco…les dio por capturarme.
- ¿A ti también?
- Yo tampoco me lo explico¬¬ ni sé como pudieron encontrar la sala de los menesteres. – un rayo golpeó la mente de Harry.
- ¿Y Ron y Hermione¿Están bien?- dijo agarrándole de los brazos y con una mirada de desesperación
- Sí, sí. Que yo sepa ellos están muy bien…
- Pues no sé si fiarme de ti después de lo que me hiciste el año pasado en el tren. Si no hubiera sido por Tonks…
- ¡oye¡Me estabas espiando¿Qué quieres¿Qué encima te diera dos besitos de buenos días o qué?
- Pues no…pero dejarme inmovilizado y cubierto con la capa invisible, por no mencionar que ME ROMPISTE LA NARIZ, cacho bruto¬¬, y no cambiar de opinión ni si quiera cuando el tren empezó la vuelta a Londres…¬¬ ¡Te pasaste!
- Sí, me pasé, lo reconozco…- dijo arrepentido. –Lo siento.
- Okk…….espera, espera, cheeeto parado. ¿Qué has dicho¿Puedes repetir lo último?- dijo Harry con una expresión de incredulidad en el rostro, de las pocas que había tenido.
- Esto…dije lo siento. Mis disculpas. Perdóname. I'm sorry. Excuse moi…
- ¡Entonces no estoy con Draco Malfoy!
- ?
- Draco Malfoy NUNCA se rebajaría a pedirme perdon por algo que hizo él consciente y con toda la maldad que pudo¬¬
- ? No. SÍ soy Draco Malfoy, el dragón de la familia. "Elegancia ante todo" es nuestro lema de familia. Y no me estoy rebajando, solo estoy dejando de ser un Malfoy estando con un amigo al borde de la muerte.
- Oh…- Harry bajó la mirada, y se sentó en un borde de la celda, algo alejado de Draco. En ese momento, unos gritos de horror se oyeron por todo el pasillo. Gente encapuchada corriendo con las varitas en alto, y cayendo inconscientes debido a que otros magos les lanzaban hechizos.
- ¿Qué pasa? –preguntó Draco.
Siguieron oyendo todo el escándalo, intentando imaginarse qué estaba ocurriendo, y quién estaba ahí para armar tanto alboroto.
- Vaya, vaya, vaya- se oyó murmurar a Voldemort. - ¿A quién tenemos aquí?
Repentinamente, una nube negra brotó rápidamente del suelo rodeando a Harry por completo. Draco corrió hacia él, pero cuando llegó, había desaparecido. Esa nube debía ser alguien. Alguien con poderes muy poderosos. Supo que era Voldemort en cuestión de segundos.
La puerta desapareció también, pero una especie de barrera le impedía salir. Las paredes también se hicieron transparentes. Draco ya podía ver todo lo que pasaba a su alrededor:
Aurores.
Centenares de aurores habían aparecido ahí, atacando a los mortífagos que pillaban por su camino. Habían derribado a todos, cuando llegaron a Voldemort. Todos los del lado de la luz palidecieron. Voldemort tenía agarrado a Harry del cuello, levantado a unos cuantos centímetros del suelo. Los aurores se paralizaron. Voldemort hizo una floritura con su mano libre y las cinco primeras hileras de aurores salieron despedidas hacia los lados, todos muertos. El resto tragó saliva, pero prepararon sus varitas.
Estaban a punto de realizar el encantamiento escudo cuando Voldemort volvió a hacer ese movimiento, en esa ocasión un poco más exagerado, y de nuevo cinco hileras de aurores salieron despedidas. Aún quedaban muchos, pero con el poder que ya tenía Voldemort, les iba a ser muy difícil vencerle. Pero este había encontrado lo que buscaba.
Sonrió maléficamente y apretó más el cuello de Harry. El joven estaba tomando forzadas bocanadas de aire para poder seguir respirando, mientras sentía que toda la sangre se le subía a la cabeza para intentar transmitirle más oxígeno, al tiempo que la cicatriz le dolía a mares. Tenía la sensación de que su cabeza iba a estallar ante tanta presión. Podía sentir que Voldemort ya no estaba usando Oclumancia. Por el contrario, sabiendo lo que le pasaba al muchacho, usó el encantamiento que unía las mentes de alguna manera y el dolor de cicatriz de Harry aumentó terriblemente al sentir la enorme ira y odio que irradiaba hacia todos los presentes.
Intentó dirigir su vista hacia la misma persona que Voldemort estaba viendo con esa despreciable sonrisa, y se sorprendió al ver quién era.
Dumbledore
Dumbledore estaba ahí. ¿No podía hacer nada¡Dios mío, se estaba ahogando! La llama de la furia que irradiaba en los ojos penetrantes de Dumbledore no estaba pasando desapercibida por nadie. Todos los aurores que había a su alrededor se apartaron mientras que el anciano se acercaba aún con pasos calmados hacia el antiguo alumno modelo, Tom Ryddle.
- Suelta a Harry, Tom. – Harry pudo notar como crecía la irritación en su adversario cara-serpiente.
- ¿Por qué¿Qué puedes hacer tu para impedir la muerte del muchacho¡Venga¡A ver cómo te las apañas ahora para sacar de este lío a tu alumno favorito! Y rapidito. Solo le quedan segundos de vida- terminó con una macabra carcajada mientras Dumbledore sentía gotas de sudor provenientes de la inquietud al comprobar que Voldemort tenía razón: Harry sólo tenía segundos de vida.
