El Copyright y la Marca Registrada del nombre y del personaje Harry Potter, de todos los demás nombres propios y personajes, así como todos los símbolos y elementos relacionados, son propiedad de Warner Bros., 2000
La canción es de Shakira.
Después de lo que tuvimos
Capítulo 2: Inevitable
Ginny's PoV
"¡Mami, mami, despierta!"
"¿Ah?"
"Mami, voy a llegar tarde al cole!"
Si es cuestión de confesar
no sé preparar café
y no entiendo de fútbol.
Creo que alguna vez fui infiel
juego mal hasta el parqués
Y jamás uso reloj.
Y para ser más franca
nadie piensa en ti
como lo hago yo.
Aunque te de lo mismo.
Odio las mañanas grises. Las odio, no sé, me hacen pensar en que el mundo es gris, la vida es gris, que hoy no hay nada importante y que valga la pena para levantarse y hacer. Los días grises me frustran, porque, probablemente, son del color de mi corazón.
"¿Cole?. ¡Es sábado, amor, vete a seguir durmiendo!"
Me doy media vuelta y me tapo completa con las sábanas. Rara vez los días grises me deprimen tanto como para mandar a volar a mi hijita. Generalmente le digo que entre a la cama conmigo, porque hace frío, pero hoy no. No quiero nada porque tengo un mal presentimiento, y no sé qué es.
Creo que me quedé dormida, porque ahora viene Beth de nuevo con el periódico en la mano y se sienta sobre el lado desocupado de la cama matrimonial, que no me he atrevido a cambiar desde que me separé de mi marido, y él se fue a vivir a otra parte, con mi hijo mayor. Sé que lo veo todo los meses, y que somos amigos como si nada hubiera pasado, pero aunque lo quiera el cariño que le tengo nunca logra llenar un vacío que he tenido siempre y que sólo una persona ha sabido llenar. Pero no es momento de acordarse de él, ni del otro.
"Mami, despierta. Toma, mami. ¿Puedo ver tele?"
"Mira tele" le respondo automáticamente, y tomo el diario que ella al ir hasta el borde de la cama y encender la TV para ver dibujitos dejó abandonado.
Lo abro. Tragedias y tragedias, como siempre. Me salto las páginas hasta los avisos económicos y más tarde al obituario. Mala costumbre familiar. Y recorro los nombres de las personas fallecidas de arriba abajo, columna por columna. Hasta que me paro en una, que de por sí no es común. Es muy grande, más grande que cualquiera de la página. Y bajo ella otras tantas parecidas. ¿Gente rica, gente famosa? Algo así, si lo conoce tanta gente. ¿El nombre? Pansy Malfoy. Pansy. Pansy, Pansy, Pansy... Leo y releo incapaz de comprender. ¿Qué está pasando aquí?
Si es cuestión de confesar
nunca duermo antes de diez
ni me baño los domingos.
La verdad es que también
lloro una vez al mes
sobre todo cuando hay frío.
Pansy, sí, la misma Pansy Parkinson de antes y luego que tomó el apellido de su esposo... De su esposo... Draco. Dejo de respirar. Miro desesperadamente hacia los lados y luego acerco el aviso demasiado a mis ojos, sin poder yo creer lo que decía allí.
Comunico el sensible fallecimiento de mi mujer y amiga, señora:
Pansy Malfoy
(Q.E.P.D)
Sus funerales se efectuarán en (...)
"Blah, blah, blah..." Paso rápido esas líneas, y luego:
Participa su marido Draco Malfoy y filia.
"No puedo creerlo" susurro, negando con la cabeza y sin despegar la vista de aquel aviso.
Conmigo nada es fácil
ya debes saber
me conoces bien.
Y sin ti todo es tan aburrido.
Si yo pensaba que hoy no iba a pasar nada interesante me equivoqué, y debo reconocerlo, pero, justamente esto? Suspiro y miro hacia el techo, mientras el sonido de la TV se empieza a hacer lejano y me sumerjo en esos recuerdos que nunca seré capaz de olvidar.
Después de aquella extraña conversación dentro del bar en Alemania, salimos a la oscura calle. Era otoño, por lo que los pocos árboles a lo largo de la calle no tenían hoja alguna. Puse mis manos en los bolsillos, alcé los hombros y empezamos a caminar hacia ninguna parte.
"¿Y viniste muy urgentemente a Colonia o para algo lento?"
"Se están celebrando reuniones todas las semanas. El subordinado que envié se estaba complicando con algunos papeleos así que tuve que venir a ayudarle. Pero tengo que volver a Londres, hay mucho trabajo que hacer"
"¿Dejaste tu casa, así como así?"
"A veces hay que saber anteponer el trabajo a todo lo demás, es mucha la presión sobre mis hombros... Y no me hace mal una escapada de vez en cuando" respondió en voz baja y grave.
Lo miré por un segundo y me pareció ver un brillo de alegría en sus fríos ojos grises. Volví a bajar la vista al cemento.
"Pero... ¿Te gusta tu trabajo?"
"Preguntas demasiado, Weasley"
Me reí y levanté la cabeza. Y lo miré. Y él me devolvió la mirada. Y dejamos de caminar. El tiempo se había detenido o algo así. Duro poco, eso sí, porque pronto suspiré, volví la cabeza al camino y mis pies avanzaron. Pronto él me alcanzó el paso. En silencio.
El cielo esta cansado ya de ver
la lluvia caer.
Y cada día que pasa es uno más
parecido a ayer.
No encuentro forma alguna de
olvidarte porque
seguir amándote es inevitable.
Seguimos a lo largo de la misma calle por varios minutos sin que ninguno dijera nada. En un rato Draco paró en una tienda, entró y al minuto siguiente salió, rasgando el papel dorado de una barra de chocolate, que me ofreció.
"¿Quieres?"
"No, gracias" respondí, y seguimos caminando.
Ya era bastante tarde y algunas tiendas iban apagando sus luces, mientras otras las encendían. Llegamos a una plaza vacía. Nos sentamos en un banco delante de un árbol gigantesco. Él terminó su chocolate, botó el papel el en basurero junto al banco y se cruzó de brazos, echándose hacia atrás.
"Debe ser genial ser Draco Malfoy" dije, sin la intención de que escuchara, pero lo hizo. Y me volvió a mirar. Debo admitir, que cada vez que me miraba me ponía sumamente nerviosa. Quién sabe por qué.
"¿Te parece que es genial ser yo?" preguntó, entre sorprendido y enojado, sin dejar de atravesarme con la mirada. Me asusté.
"No, no quise decir eso... No... no lo sé"
"No supongas" soltó.
"¡Ya dije que no sé... fue sin querer!" reclamé, aún con miedo, pero también con pedantería, no tenía idea. ¿Mencioné que era una situación extraña?
Siempre supe es mejor
cuando hay que hablar de dos
empezar por uno mismo.
Ya sabrás la situación
aquí todo está peor
pero al menos aún respiro.
Y de un segundo a otro, sin proponerlo, me tomó del mentón con una mano, me acercó a sí y me besó. Me besó, como nadie nunca lo había hecho en mi vida. En el segundo que sentí sus labios sobre los míos, era una explosión de calor que se extendió desde allí hasta cada recóndito sitio de mi cuerpo...
"¿Mami, otra vez te dormiste?" me devolvía a la realidad la vocecita de Beth. Había apagado la TV, y ahora está sentada sobre mis piernas, mirándome atentamente con sus grandes ojos verdes.
"No estaba durmiendo, pequeña. Ven, vamos a vestirte"
Ella se baja de la cama y yo la sigo hasta su pieza. Más tarde, cuando le trato de pasar por la cabecita un cuello demasiado pequeño, me reprimo mentalmente por haberme estado regocijando con esos recuerdos. Mal que mal, Draco no la está pasando bien en este momento, de seguro debe estar pésimo por la muerte de su esposa, y tan joven que era! Las sorpresas que da la vida. Una nunca sabe.
Y pienso... ¿Y si voy?
"Ni se te ocurra, ni se te ocurra" me respondo, pero en voz alta. Beth escucha y otra vez me queda mirando con incertidumbre. "No se te ocurra ponerte esas calcetas, amor" agrego. Mi hija será inocente, pero no tonta.
Estoy loca... Ni que Malfoy quisiera verme ahora que su esposa murió. Pero... ¿si de verdad quisiera verme? No, no y no. Él está en duelo ahora, y yo pensando cada cosa... No insistas, no insistas, me repito.
Pasa la tarde y cuando la noche cae sobre la ciudad me pregunto si de verdad me recordará, mientras le preparo una leche con chocolate a Beth y a la vez tomo un té con limón. Ella está en la salita, pintando, así que no me preocupa. También pienso, que de seguro tuvo una amante por cada lugar al que le tocó ir, así que muy especial no debí ser... Aunque para mí lo haya sido todo. Recordé la impresión después del primer beso.
Besaba tan suave, tan bien, con un ritmo tan perfecto, que no me preocupé de nada. Pero, por favor, esos pensamientos segundos después se apoderaron de mí, como siempre lo hacían. Y es que eso no estaba bien, porque él estaba casado, porque yo hace apenas un rato que me había separado y le debía respeto a mi ex, porque yo era una Weasley, y él era un Malfoy. Eso no podía ser. Y me separé de él.
"¿Qué?" me dijo. Creo que a él no le importaba nada. En fin... Me cuestionó con la mirada.
"¿No te das cuenta?" dije yo, frunciendo el entrecejo y acomodándome la bufanda.
"¿De qué? Ah, no..." se respondió, negando con el dedo índice. "¿Te preocupa? Creí que me habías dicho que estabas separada"
"Pero tú no" respondí, seca.
"¿Y eso qué más da? Es mi problema, no tuyo" dijo arrogante, como siempre. Y se cruzó de brazos.
"No quiero ser un nombre más en tu lista de pecados" volví a decir, riéndome.
No tienes que decirlo
no vas a volver
te conozco bien.
Ya buscaré qué hacer contigo.
"Y que corta no es. Uno más, uno menos, qué más da?" Pero de inmediato me cambió el tema. "¿En qué lugar te quedas?"
"En un hotel cerca de la embajada"
"¿El Sonne?"
"El mismo"
"Yo también, vamos" corroboró, parándose y tendiéndome la mano. La tomé y fuimos caminando al hotel.
Una vez allí yo pedí mi llave, él pidió la suya y subimos. Estábamos en el tercer piso, en el mismo pasillo. Casualidades. Me robó un beso antes de entrar a su habitación y desapareció. Yo entré a la mía pensando en qué estaba haciendo y vi mi maleta cerrada a los pies de la cama. Y me di cuenta que ese beso que me había dado Draco, era la promesa de algo más. Una hora después salía de mi pieza y me volvía a encontrar con él en el pasillo. Lo abracé, me volvió a besar con pasión, y así, dándonos la vuelta, entramos a la 204 (su pieza). Después, bueno...
"¿Quieres ver mi dibujo?" dice la vocecita de mi niña, otra vez interrumpiendo esas fantasías inadecuadas para menores de edad.
El cielo esta cansado ya de ver
la lluvia caer.
Y cada día que pasa es uno más
parecido a ayer.
No encuentro forma alguna de
olvidarte porque
seguir amándote es inevitable.
Me volteo con la taza de té en una mano y el envase con azúcar en la otra. Por Merlín... ¡tiene las manos bañadas en pintura! Se da cuenta de que estoy mirando sus manos, se larga a reír y regresa corriendo a la salita. Yo, desesperada por saber si me ha estado manchando la alfombra con la témpera, dejo el azúcar en el aparador, me doy dos vueltas buscando un lugar para dejar la taza (en el mesón encuentro un espacio) y voy corriendo hasta allá.
Apenas llego a la sala, observo el suelo más sucio que el piso de la habitación de Alex en la casa de su padre. ¡Creo que tendré que recurrir a la magia para limpiar todo eso! Alcanzo a Beth que ya está boca abajo sobre su dibujo y me agacho a levantarla. Estoy a punto de retarla, pero me siento observada. Y generalmente cuando siento eso es porque de verdad alguien me está observando. ¿Un sexto sentido? Tal vez. Miro hacia delante, y nada. Miro hacia la izquierda, y nada tampoco. Pero a la derecha está mi observador. Vista curiosa colándose en el resquicio entre las dos cortinas de la ventana. Ojos grises y tez pálida resaltada por el resplandor de la chimenea a mis espaldas. Los ojos, los mismos, que me tuvieron de cabeza todo el día de hoy, desde que vi el obituario en el diario.
Siempre supe es mejor
cuando hay que hablar de dos
empezar por uno mismo.
Y me quiero morir, porque sé que es él...
Continuará...
Como que no avanzó nada pero era necesario xD No desesperen que en el próximo y último capítulo... Jajaja, ahí los quiero ver... También quiero ver sus reviews de este capi... :D
