Capítulo 5-La reacción

-Te quieres casar conmigo?

-Q…QUÉ?-dijo Kazuha, sin acabar de creérselo.

Heiji le mostró el anillo. Kazuha casi se desmaya. Era precioso. Era el momento que había estado esperando durante mucho tiempo. Pero…

-Estoo…Heiji…No sé, es que…Así de repente…-dijo Kazuha, con voz temblorosa.

Heiji se quedó atónito. Se acababa de hundir como una barca de vela en medio del temporal.

Llevaba tanto tiempo esperando aquel momento, y ahora Kazuha…

-Bueno, no pasa nada. No pienso forzarte a nada. Si no quieres, lo entenderé. Discúlpame.- Se calzó, y salió de la habitación.

Kazuha se quedó en la habitación, inmóvil, en el taburete. De nuevo las lágrimas volvieron a recorrerle la cara. ¿Por qué era tan estúpida? Si en realidad lo había estado deseando toda su vida! No entendía por qué había dicho eso. Podría haber dicho "Sí, Heiji, yo también te quiero", como mínimo. Pero no, ¿para qué? Una vida feliz, al lado de la persona que más quería. ¿Quién iba a querer algo así? Kazuha se odió a sí misma.

Se levantó de repente y se fue detrás de Heiji. Corría tanto como podía, pero de repente, pensó: "¿Y, qué se supone que debo decirle a Heiji cuando le encuentre?" Se detuvo. Volvió a pensar."No, Heiji es lo que más me importa en el mundo. Cuando llegue el momento, ya le diré lo que le tenga que decir. Pero tengo que aclarar las cosas." Y decidida, reemprendió la búsqueda.

Ran estaba preocupada por Kazuha. No entendía la extraña reacción de Kazuha ante la proposición. Pero en parte, le comprendía. No sabía porqué le costaba tanto exteriorizar sus sentimientos, pero entendía su incomodidad. Era algo extraño. Salió de la habitación. Tenía un sitio importante al que acudir.

Capítulo 7: Un momento decisivo

Kazuha no dejó de correr por los corredores, pasillos, escaleras, hasta recorrer todo el hospital. Ni rastro. Llegó a los jardines del hospital. Se detuvo para coger aliento, y se puso a andar por allí. Ya se había dado por vencida. Heiji se había ido.

Se sentó en un banco de madera que había cerca de un rosal. Empezó a llorar. ¿A dónde habría ido? No se lo perdonaría a sí misma nunca, nunca.

De repente, una voz, a su lado, le dijo suavemente:

-Por qué lloras?

Kazuha se sobresaltó. Se giró y vio que era Heiji. Los dos habían tenido la misma idea. Habían ido al mismo sitio. Seguramente el destino hizo de las suyas. Fuera como fuese, por fin le había encontrado. Al principio se quedó un poco cortada, pero luego reaccionó, se tiró encima de Heiji, y le abrazó fuertemente.

-Lo siento mucho!- dijo, entre sollozos.-No quería decir eso…Pero es que estaba nerviosa y no sabía qué…

Heiji sonrió. Kazuha paró de hablar. Se había quedado en blanco. Lo único que sabía era que quería estar con Heiji, y con nadie más. Heiji cogió a Kazuha por los hombros, y la apartó suavemente. Sujetó con cuidado su cara con las manos, y le dijo:

-Te lo preguntaré de nuevo. Te quieres casar conmigo?

-Sí quiero!- dijo Kazuha, sonriendo y llorando a la vez; esta vez, de alegría. Se volvieron a fundir en un abrazo eterno, intenso. Se fueron separando despacio, se miraron fijamente durante unos segundos, y se fueron acercando de nuevo, cada vez más, hasta juntar sus labios en un beso tierno y profundo. Ojalá el tiempo se hubiese detenido en ese momento, para siempre. Kazuha se sacó del bolso la cajita de terciopelo. Se la dio a Heiji.

-Esto es tuyo...-dijo Kazuha tímidamente.

-No, te equivocas. Es tuyo.-dijo Heiji, abriéndola. Kazuha se quedó maravillada. Era un anillo precioso. Heiji le cogió suavemente la mano, y se lo puso en el dedo anular.

-Te quiero…-le dijo Kazuha a Heiji, apoyando su cabeza en el hombro de Heiji.

-Yo también, Kazuha.-respondió Heiji, rodeándola con el brazo.

Ran y Shinichi les observaban desde la puerta del hospital. Justo cuando se iban, vieron a Kazuha con Heiji, y decidieron esperarles. Cuando regresaron, se asombraron al ver a Ran y a Shinichi, pero decidieron contárselo todo. Los Kudo se alegraron mucho de oír la noticia, y empezaron a hablar sobre el tema, y a dar consejos al futuro matrimonio. Decidieron ir a vivir a casa de Kazuha, ya que era la que estaba más cerca de la de Ran y Shinichi. Ahora se dirigían a casa de Kogoro y Eri, que había vuelto a casa, después de reconciliarse con Kogoro, en de la boda de Ran. Eri había preparado una deliciosa cena, así que se apresuraron en llegar.

Capítulo 8: Una sorpresa en la víspera de la ceremonia

Durante la cena, contaron a Kogoro y a Eri la buena noticia.

-De veras, Kazuha?- preguntó Eri, muy ilusionada.

-Sí, de momento no sabemos la fecha, pero esperamos que pronto.-dijo Kazuha.-Qué te parece el mes que viene? Estamos 3 abril, o sea que caerá en mayo, por ejemplo, el día 14, que cae en sábado?

-Sí, es un buen día. Habrá que ir preparándolo todo.-dijo Heiji.

-Y ya tenéis pensado el tema de los hijos?- preguntó Kogoro, con una sonrisa maliciosa.

Heiji se atragantó con los fideos; Shinichi le dio unos golpecitos en la espalda.

-Ha…Has dicho HIJOS?-exclamó Kazuha.

-Sí eso es lo que he dicho. No pensáis tener?

-Su…supongo, pero aún es muy pronto para pensar en eso, no? Antes nos deberíamos centrar en la ceremonia.-dijo Heiji cambiando de tema.

-Ah, Hablando de hijos…-empezó Ran.- Resulta que yo…Mira Shinichi, ya sé que es un poco tarde, pero…Estoy embrazada!

Shinichi se quedó mirando a Ran un momento, y luego se desplomó.

-SHINICHI!-gritó Ran, mientras corría hacia él. Le dio unas palmaditas en la cara, pero nada. Entonces, cogió un vaso de agua, y se lo tiró en la cara. Acertó. Shinichi abrió los ojos.

-Pero, Shinichi! Qué haces? No es para desmayarse, hombre!-exclamó Ran.- Me he llevado un buen susto.

-Lo…lo siento. Es que no me lo esperaba, y…¡uff! Pero por qué has tardado tanto en decírmelo?

-Perdona, Shinichi, pero es que hoy me he hecho las pruebas, en el hospital. Es que acaso no te alegras?

-Claro que me alegro!

-Y vosotros?-preguntó, dirigiéndose al resto de los asistentes.

-Claro, hija! Felicidades!- exclamó Eri.

-Sí, eso, felicidades.-dijo Kogoro. Esbozó una sonrisa.

-Felicidades, Ran!- exclamaron Heiji y Kazuha.

-Bien, Shinichi y yo nos vamos ya. Venís?

-Sí! Ahora vamos. –dijo Kazuha, cogiendo el bolso.

-Bueno, chicos, ya nos avisaréis para el día de la boda, eh?-dijo Eri, acompañándoles hasta la puerta.

-Adiós!- dijo Kogoro desde el comedor.

En la calle, Ran llevó a Kazuha a una tienda de vestidos de novia. Mientras tanto, los chicos se fueron a tomar algo a un bar.

-Cuál te gusta más, éste crudo, o aquél blanco perla?- le preguntó Ran, mostrándole sus favoritos.

-Me parece que me probaré el blanco.-respondió Kazuha.

Le quedaba realmente bien. Era un vestido largo hasta los pies, sin mucho volumen, y no demasiado estrecho. Tenía dos tirantes y un escote poco pronunciado. Como complemento llevaba una cinta blanca como de gasa sedosa. Lo compraron. Luego, en la joyería escogieron una gargantilla de perlas con unos pendientes en forma de aro, de plata. Luego, los cuatro volvieron sus respectivas casas.

-Buenas noches, Kazuha.

-Buenas noches, Heiji.