Holaaaa!!!!

Siento muchísimo muchísimo muchísimo, pero que muchísimo, el enoooorme retraso de este fic. Sinceramente, no creí que hiciera tanto tiempo que lo había publicado. ¿He dicho ya que lo siento mucho?

La verdad es que me ha sorprendido ver tantos reviews para un solo capítulo. Y, una vez más, desdiciéndome a mí misma tengo que anunciar que "como mínimo" esta historia tendrá 3 capítulos (seguro que luego son más, SNIF) La culpa esta vez la tiene James. Hiciera lo que hiciera siempre andaba él por ahí, metiéndose, así que me he visto obligada a dejarle hacer lo que quiera. Me ha costado bastante escribir este capítulo, y sinceramente es una puñetera basura, pero qué le vamos a hacer, no puedo mejorarlo por mucho que me empeñe y es una absoluta sosería.

Ahora, reviews, voy a contestarlos todos de una porque todos decís más o menos lo mismo, que os gusta la historia y que publique pronto...

Así que gracias por sus mensajes a:

- blacklovelupin

- vicu-malfoy

- Tsubasa Lupin de Black

- Nani

- lunawood

- Chikaturra

- Maika Yugi

- ni€a29

- dalloway, me alegro mucho de que te haya gustado al menos el primer capi de TU fic. Sí, va a ser de más de 2 capítulos, al menos 3 aunque lo más seguro es que siga creciendo y creciendo y creciendo... como Estado Anímico, que era solo un capítulo al principio y mira...

- Coulter, bueno, bueno, eso ya se verá.

- mido-chan

- Aki Izumi

- Flaca Potter

- Kulou

- Karla ('Mione

- Nind

- Clood

- hermi16, no tengo idea de si va a tener lemon, si se da la situación (no siempre salen las cosas como una las planea), seguramente sí.

- Conacha

- jak-luna

- Yaired

me alegro de que os esté gustando, aunque me temo que mi concepto del "muy pronto" difiere un poco del vuestro, muajaja... no en serio, no lo he hecho por fastidiar ni nada, es que no pensé que hacía tanto tiempo que había publicado, y como estaba un poco blokeadilla pues decidí dejarlo "un poquito" de lado. Intentaré que no vuelva a ocurrir más nunca... Aunque... ahora que lo pienso... si hace 6 meses que no actualizo esta historia... ¡¡¡¿cuánto hace que no actualizo Fred?!!!

Bueno, sin nada más interesante que contar, me despido rogando que no me matéis.

Besitos mil y siento mucho la larguísima espera.


Cap 2. La ayuda

"Y allí estaba, con regalos por todas partes, sonriendo feliz. Ni siquiera se dio cuenta de la tarjeta que le envié porque no llevaba chocolates, caramelos o golosina alguna. Tampoco muestras de afecto en forma de inútiles muñequitos de peluche. Era de esperarse que no se fijase en algo que no fuese una ofrenda material a su persona. Ni siquiera era una buena tarjeta, porque quise revelar tan poco que solo dije lo obvio, un vulgar "te quiero" que pasó desapercibido entre las llamativas declaraciones que recibió.

Supongo que lo que más me molesta es que yo sí esperaba algo de su parte. ¿Es que nunca dejaré de hacerme ilusiones con algo imposible? Al parecer no. Me sentí tan mal, no tanto por haber sido ignorado como por volver a caer en esas falsas ilusiones de costumbre, que casi salí corriendo del Gran Comedor. Me controlé a tiempo para seguir comiendo con aspecto indiferente y no dar un espectáculo. Pasé la tarde más tediosa entre clases, soportando los "mira lo que me han regalado" de todo el mundo y maldiciéndolos a todos por ser felices y yo no. Me horroricé de mi comportamiento, por supuesto, cuando contesté mal a Sirius sin pretenderlo. Me miró herido por unos instantes y después lo olvidó (es Sirius) siguiendo con su tema como si yo no hubiera dicho nada, enseñándome las maravillas de su Osito Parlante Que Puede Almacenar Hasta 20 Frases Distintas. Me quedé con ganas de hacerle tragar el jodido osito. Y esta vez no puedo echarle la culpa a mi condición, porque ni siquiera se acerca el día. Simplemente es que ODIO querer a alguien que no sabe ni que existo. ODIO no poder sacarme a esa persona de la cabeza. Y, por supuesto, ODIO que nadie se de cuenta de que no quiero saber que cojones les han regalado, qué planes tienen para la noche y qué ropa se pondrán para esa "cita tan especial". No puedo soportar ser el único solitario, o al menos el único al que parece importarle.

Así que tomé una sabia decisión (a mi parecer, vista la situación) y estuve "revisando el género" de Hogwarts. A parte de Lucius Malfoy encuentro aceptable a Severus Snape y para ya de contar, porque el resto o tienen novia/o o son imposibles para mantener una conversación mínimamente inteligente (no, los gruñidos no cuentan como conversación, así que descarté de plano a los jugadores de quidditch de las cuatro casas).

Sé que Snape no es precisamente un sex-symbol, pero el chico tiene su punto. Y además, ya hemos hablado bastante (para ser de casas rivales, claro) y nos llevamos lo que se podría decir como aceptablemente (si Sirius se entera me mata, seguro). Snape sabe lo que soy por cierto incidente que es mejor no nombrar, así que es también un punto a su favor. Por lo menos no escapa corriendo pasillo adelante cada ver que me ve venir de frente. También tengo la ventaja de que no tiene pareja (algo que no me extraña mucho porque no es precisamente Míster Sonrisas, sino mas bien Lord Gruñidos) y ya se que es gay. Bueno, todo Hogwarts sabe que es gay después de que se extendiera el nunca acallado rumor de que le compraba ingredientes de pociones ilegales a Goyle pagando con favores sexuales.

Pero una vez decidida la presa hay un ligero inconveniente, ¡no sé ligar! Nunca he tratado de insinuarme con nadie y no tengo ni idea de cómo empezar a hacerlo. De alguna manera logré convencer a Sirius de que me enseñase (aunque tuve que insistirle un poco, está visto que no quiere divulgar sus técnicas ¬¬) pero aún no me ha dado una fecha concreta para poder empezar con las clases, y eso que le pregunto casi cada hora. Seguro que en una de éstas me atiza un guantazo que me deja clavado en la pared, pero es que no puedo evitarlo, ¡necesito un novio!, debe entender que me corre un poco de prisa, y ya que la otra opción falló estrepitosamente ésta parece la mejor salida.

Bueno, lo mejor será que deje de escribir que me está mirando muy raro desde hace un rato. Mejor me voy a dar una vuelta por la biblioteca, a ver si me encuentro a Snape y empiezo a practicar por mi cuenta."

El chico de cabellos miel parecía muy entretenido en escribir meticulosamente en un cuaderno negro con su nueva pluma de águila. Mientras, al otro lado de la sala común un chico de pelo negro clavaba en él sus ojos medianoche con cierto grado de preocupación, preguntándose qué demonios estaría haciendo si no tenían tarea pendiente. Remus mojó su pluma en tinta por enésima vez y escribió con letra elegante unas cuantas palabras antes de detenerse y observar con algo de melancolía las letras aún húmedas. Pareció suspirar pesadamente, quién sabe con qué objeto, y se pasó una mano por el pelo desordenándolo descuidadamente.

Sirius igualó su suspiro, apoyando la cabeza en la mano sin apartar los ojos de su compañero ni por un momento. Se preguntaba tontamente cómo era posible que hubiera tardado tanto en darse cuenta de lo que sentía por él si era tan claro. ¿Los demás lo habrían advertido? De ser así, James no le había dicho nada y ese no hubiera dejado escapar una oportunidad tan buena para burlarse de él. Si bien era cierto que ya se reía por la constante preocupación que demostraba por el hombre lobo, pero hasta él se reía de eso.

O al menos antes lo hacía.

Antes de saber por qué siempre estaba pendiente de su amigo.

"La verdad es que es increíble. ¿Cuántas veces hemos dormido en la misma cama él y yo?" se preguntó Sirius aún un poco en shock, "¡podría haberlo violado antes de darme cuenta de que me gustaba!" No fue el mejor pensamiento para tener en un momento como ese, porque imaginarse a Remus gimiendo deshinibido bajo él le hizo, además de sonrojarse espectacularmente, cruzar las piernas para tratar de ocultar un "pequeño" problema que se despertaba en sus pantalones. "Joder, no es normal esta manera de calentarme, ¡no me había pasado con ninguna tía! Soy un pervertido"

Lo cierto es que la noche anterior no había podido dormir nada por no hacer más que pensar en su amigo acostadito al otro lado del cuarto, con ese sexy cuerpo arropadito por las sábanas y tan solito y falto de afecto. Casi tuvo que hechizarse a sí mismo para no dejar su cama y asaltar sexualmente al pobre inocente, que ajeno a todo roncaba suavemente tras sus cortinas.

"Soy un pervertido" se repitió Sirius al recordar como esa misma mañana había tratado de espiar desde la puerta del baño cómo se cambiaba de ropa el lupino. Estaba muy avergonzado de sí mismo, de sus pensamientos lascivos, de sus acciones descabelladas y de las reacciones inesperadas de su cuerpo. Sólo por eso se había pasado el día entero intentando evitarle, bastante torpemente, porque se ponía completamente colorado solo con mirarle a los ojos y recordar una mínima parte de las fantasías que habían irrumpido en su mente de manera tan abrupta.

"Me pregunto qué podré hacer respecto a esto" se preguntó entristecido recordando como le habia mirado Remus cuando prácticamente salió corriendo pasillo abajo cuando trató de hablar con él. Además, tampoco sabía muy bien qué hacer con aquello de que el objeto de sus deseos hubiera declarado con seriedad que pretendía ligarse al desagradabilísimo Severus Snape, que ya solo por eso le caía muchísimo peor que antes.

"Oh, fantástico, ahora además de pervertido ¡resulta que soy celoso!... pero es que está tan bueno..."

En la mesa de trabajo Remus cerró el cuaderno después de secar la tinta con un hechizo mirando de reojo a Sirius, que seguía con la mirada clavada en él. Desde el día anterior que lo veía extraño con él, como enfadado o disgustado por algo, pero no le decía nada. Esta actitud molestaba mucho al licántropo, que estaba bastante sensible aún por el tema de San Valentín y no se encontraba con paciencia suficiente para aguantar berrinches por parte de su amigo.

"Si le pasa algo conmigo que venga y me lo cuente, porque ya me he cansado de preguntarle" se dijo Remus mientras recogía sus útiles de escritura. Mientras subía las escaleras hacia su cuarto pudo notar la mirada medianoche clavada en su espalda.

Solo que no estaba clavada en su espalda exactamente, sino un poco más abajo de ésta.

"Pero que culín más mono que tiene" pensó Sirius ausentemente con un brillito en los ojos que James notó enseguida, pese a estar casi al otro lado de la sala común hablando con Lily. En menos de un segundo se materializó a su lado.

- ¿Qué ocurre? – preguntó ansioso de cotilleos.

- Naaada, ¿qué tiene que ocurrir? – preguntó Sirius sin su energía habitual, apoyando la barbilla en la palma de la mano distraídamente.

James le escrutó con sus ojos castaños desde detrás de los cristales de sus gafas.

- ¿Te encuentras bien?

- Huhum... bien...

- Entonces, ¿por qué estás mirando la escalera?

- Los escalones son interesantes – contestó el animago con una sonrisita secreta. Oh, vaya, y tanto que eran interesantes. La de cosas que se le ocurrían hacer en esos escalones con la personita que acababa de pisarlos...

- Padfoot, me estás acojonando – reconoció James seriamente. Sirius en esos momentos tenía una cara de ido que no era demasiado normal. Le faltaba poco para ponerse a babear y no le estaba haciendo ni puñetero caso. James consideró la situación en la que se encontraba su amigo cuidadosamente durante unos cuantos minutos y llegó a la conclusión de que lo mejor era resolverla con tacto.

- ¡Ayyy! ¿A qué ha venido esa colleja? – se quejó un Sirius gimoteante.

- A que no me gusta que me ignoren - dijo James con una sonrisita satisfecha por tener de nuevo su atención – Venga, cuenta, ¿qué te pasa?

- Ya te he dicho que na... aaahhhhh...

Sirius se había quedado con la boca abierta, a riesgo que de un hilillo de baba le cayese por la comisura. James le observó estupefacto y siguió el rumbo de su mirada idiotizada, la cual parecía estar clavada en Remus.

Alzó una ceja extrañado.

No sólo porque su amigo pareciese haber sufrido un ataque de autismo fulminante (si tal cosa existiera, claro) sino porque Remus Lupin se veía extremadamente... sexy.

"Ein... ¿¿¿yo he pensado eso???" se preguntó James tremendamente escandalizado.

Pero es que era cierto, Remus se había arreglado a velocidad ultra-rápida (N/A es un tío y por lo tanto no necesita depilarse, exfoliarse, maquillarse, plancharse el pelo, etc, etc, etc, sólo con ponerse unos pantalones y un jersey va que se mata, que por cierto, ¡como odio a los tíos!) y se había vestido con unos pantalones grises que le sentaban muy bien sobre todo en la zona trasera y un sueter negro de cuello vuelto (N/A me encanta como se ciñen esos sueters ) que acentuaba su pelo entre castaño y dorado.

Sirius conectó miradas con Remus, quien alzó una ceja extrañado por su expresión y el animago logró salir de su trance, enrojeciendo molestamente y llevándose una mano bajo la nariz para comprobar si le había sangrado. ¡Maldita sea! Se había vuelto a dejar llevar por su hipersensible y lujuriosa mente a la que con un simple estímulo se la podía hacer divagar durante horas. Rezó efusivamete porque Remus pensase que tan sólo estaba un poco enfermo y lo dejase pasar sin pensar mucho en ello, sin embargo cuando se dio cuenta de que su amigo había dejado de mirarle a él para centrarse en James no pudo evitar molestarse. Y se molestó mucho más cuando descubrío que el moreno tenía la misma expresión estupidizada que él debía tener hacía unos segundos.

- ¿Y qué tal te va con Lily? – preguntó Sirius intentando no rechinar los dientes, aunque se debió de notar bastante su tonito molesto porque James se volvió a mirarlo anonadado.

- Er....

- ¿Tan bien? – sonrió Sirius sin ganas algunas. Esa mirada hacia SU Remus no le había gustado nada.

- Tengo que hablar contigo, Sirius, ¿me acompañas a la habitación? Si, ¿verdad? – sin esperar respuesta alguna James tiró de él sin ceremonia y lo arrastró consigo escaleras arriba rehuyendo en lo posible la mirada del licántropo.

Sirius se soltó molesto del agarre de James y le miró seriamente.

- ¿Qué es lo que tienes que decirme? – le preguntó cabreado. "Como sea lo que pienso..."

James se retorció las manos nerviosamente, aseguró la puerta con hechizos, se sentó en su cama, se levantó de nuevo, abrió la ventana, dio una vuelta por el cuarto, cerró la ventana...

- ¡Habla de una puta vez! – gritó Sirius alterado.

- Vale... vale... – James se volvió a retorcer las manos nerviosamente y se volvió para enfrentar la mirada de Sirius -. Allí abajo... ahora...

- Prongs... – advirtió Sirius mosqueadísimo.

- Creo que me gusta Remus – soltó James.

Sirius respiró hondo.

- No.

- ¿No?

- No

James parpadeó confundido.

- ¿No me gusta?

- Te gusta Lily – le recordó Sirius perfectamente tranquilo.

- Sí, lo sé... Me encanta Lily – dijo James con una sonrisa boba -. Pero al ver a Remus ahora...

- No.

- ¿No?

- ¡Que no! – recalcó Sirius cruzándose de brazos en una pose que junto a su mirada resultaba bastante amenazante.

- Pero Sirius... sé lo que he sentido ahora, al verle...

Sirius se acercó tanto a él que casi se dieron nariz con nariz.

- Olvídate de eso. No ha sido nada. No has sentido nada, lo has soñado. Te gusta Lily y nadie más, ¿está claro?

James frunció el ceño y se alejó un paso de su amigo.

- Pero Padfoot...

- ¡Pero Padfoot nada! ¡No te acerques a él! – estalló el animago dejando perplejo al otro.

- ¿Qué? – preguntó impactado.

- ¡Es mío, yo lo ví primero! – reclamó Sirius apuntándose a sí mismo, furioso porque James no pareciese entender que lo mejor para él sería dejar tranquilito al hombre lobo. Se marchó de allí dando un tremendo portazo y sin volver la vista atrás.

Ya en la sala comçun descubrió que Remus se había marchado. Masculló una maldición por lo bajo y decidió probar a encontrarle en la biblioteca, así pordría espiar... esto... protegerle desde lejos.

Salió derechito hacia allí, sin hacer escalas, andando rapidito y mirando a todos lados para comprobar que nadie le seguía. Al girar una esquina se encontró con Peter que miraba el pasillo con cara de alucinado.

- ¿Y a ti que te pasa ahora? – le preguntó, a lo que el chico no respondió nada, pues estaba muy ocupado ignorándole. Sirius bufó enfadado y pasó una mano ante los ojos de su amigo, quien ni se inmutó. Se acercó a su oído y le gritó ¡¿Qué coño te pasaaaaa?!

Peter parpadeó un par de veces, se sobresaltó al ver a Sirius a su lado y murmuró un "nada" muy poco convincente.

- ¿Has visto a Remus? – preguntó Sirius intentando al menos sacar algo de información útil. Y vaya si la sacó, porque Peter volvió a mirar el pasillo como extasiado, casi al punto de babear y dijo:

- Vaaaya si lo he visto – como estupidizado.

Sirius se temió lo peor.

- ¿Qué quieres decir con eso? – preguntó receloso. Si Peter hubiera estado con todos sus sentidos alerta se hubiera dado cuenta de que lo más prudente sería cambiar de tema, pero en esas circunstancias no se percató de la mirada seriamente homicida de su amigo.

- No sé. Me acabo de dar cuenta de que Remus... – dejó la frase en suspenso un momento, con lo que Sirius estuvo tentadísimo de golpearle la cabeza contra el muro repetidas veces - ... está.... muy bueno – terminó medio asombrado de sus palabras.

El grito de Sirius se oyó por todo el castillo. Peter, echo una bolita en el suelo, como si fuese un erizo, asomó un ojo para explicarse.

- Creo que me gusta Remus.

- ¡No te gusta! – gritó Sirius encolerizado, ¿pero qué cojones estaba pasando allí? ¿Esque se habían enterado de que a él le gustaba y estaban montando todo esto para joderle un poco? ¡Pues lo estaban consiguiendo, pero a base de bien!

- Sí, si me gusta – dijo Peter poniéndose en pie molesto para encararle – Yo sé quien me gusta y quién no, ¡y Remus me gusta!

Sirius se acercó a él intimidante.

- Pues que deje de gustarte – gruñó peligrosamente – ahora mismo.

Peter alzó una ceja extrañado, y en parte acojonado, y buscó algo que responder, pero Sirius ya se había alejado de allí a grandes zancadas, casi a la carrera, dispuesto a encontrar a Remus antes de que alguien más se cruzase en su camino.

Cuando llegó a la biblioteca, con pinta homicida, buscó frenéticamente a Remus con la mirada. Encontró su mochila descuidadamente dejada sobre una de las mesas, así que sabiendo que rondaba por allí se dispuso a buscarlo entre los estantes. Cuando le encontró en la sección de Historia tuvo ganas de hacerle tragar a alguien todos los libros que allí se encontraban, que eran unos cuantos.

Remus estaba hablando con Severus Snape.

Snape.

¡Su rival más directo!

Y además... ¿qué coño era eso? ¡¿Snape se estaba riendo?!

- Remus, ¿puedo hablar un momento contigo? – preguntó Sirius con una sonrisita que trataba de ser de lo más natural, pero que resultaba bastante perturbada.

Remus le miró soprendido y se despidió cortésmente de Snape para volverse hacia él. Sirius destripó al grasoso Slytherin con la mirada mientras éste volvía a las mesas con un libro en sus manos, tratando de ignorarle altivamente.

- ¿Querías algo? – preguntó Remus amablente.

"¿A parte de tirarte contra esa estantería y violarte?" se preguntó Sirius un poco ido, pero volvió a la realidad cuando Remus le miró desconcertado.

- ¿Te encuentras bien? – preguntó el licántropo tocándole la frente para ver si tenía fiebre. Sirius casi se derritió allí mismo.

- No... – dijo ensimismado, aunque cambió de idea al instante -. Sí, en realidad sí – Remus alzó una ceja extrañado por su comportamiento -. He pensado que podríamos empezar con esas clases que querías que te diera... – dijo el animago seriamente, aunque por dentro estaba pensando "verás qué repaso te voy a meter, chaval"

Remus sonrió como un crío en Navidad y asintió entusiastamente.

- ¿Cuándo? – preguntó inocentemente.

- ¿Qué te parece ahora mismo? Este lugar no es muy visitado, estará perfecto – preguntó Sirius con una sonrisa inquietante. Pero Remus no se dio cuenta de nada.

- Muy bien, ¿por dónde empezamos? ¿qué tengo que hacer?

- Primero – levantó un dedo en el aire – están los besos.

Remus parpadeó confundido.

- ¿Primero? A lo mejor me confundo, pero creo que primero hay que ligarse a la persona antes de empezar a besarla, ¿no?

Sirius le miró molesto.

- No, no, no – negó vehementemente -. Primero tienes que saber besar, así luego tendrás la confianza suficiente para empezar a trabajar en ello. Si te sientes inseguro nunca podrás conseguir tu objetivo – dijo totalmente convencido, aunque se preguntaba con mucha sorpresa de donde podía haber sacado esa sarta de estupideces.

- ¿Ah, sí? – el licántropo no parecía muy convencido de sus palabras, a lo que Sirius le miró ofendido.

- ¿Aquí quien es el maestro?

Remus, fastidiado, le señaló con el dedo. Sirius sonrió satisfecho.

- Muy bien. Lección uno: el beso. Ven aquí – le hizo un gesto con la mano para que se acercase. Remus volvió a parpadear, aún más confundido que antes.

- ¿Qué?

- Es una lección práctica – dijo Sirius con paciencia -. Si no practicas, ¿cómo quieres aprender? ¿Crees que te puedo explicar cómo tienes que besar?

- Pero los dos somos chicos – dijo Remus dubitativo.

- ¿Y cual es el problema? – ahora el confundido era Sirius, ¿pero no le confesó ayer mismo que era gay?

- Que a ti no te gustan los chicos – dijo Remus con mucha seguridad.

"Ay, Moony, si tú supieras..." pensó Sirius melancólico. Decidió no responder a eso y sin embargo le volvió a tender la mano.

- Vamos, ven aquí – repitió.

Remus no se hizo mucho de rogar, lo que demostraba dos cosas: una, que no le importaba besar a otro chico, y dos: que estaba muy ansioso por aprender a hacerlo.

Sirius rodeó con sus brazos tiernamente a su compañero y le sonrió tranquilizadoramente por un momento. Remus estaba tan ruborizado que de poco le sirvió su sonrisa, y se sobresaltó ligeramente cuando el animago posó los labios sobre los suyos con suavidad. Al principio eso fue todo, un mero contacto que aunque no era desagradable, resultaba un poco aburrido. Luego Sirius entró en acción, acariciando con la lengua el labio inferior de su amigo lentamente, haciendo que abriese la boca casi sin que Remus se diese cuenta para introducir la lengua y recorrer con ella su humedad. Remus gimió bajito, relajándose entre sus brazos y posando las manos en sus hombros, disfrutando de su primer beso primero, y queriendo participar después. No sabiendo muy bien lo que debía hacer, decidió copiar a Sirius y utilizar su lengua para algo, acariciando la del animago tímidamente, haciendole suspirar contra sus labios y bajar una mano hasta su cintura mientras la otra presionaba la cabeza del licántropo hacia delante, profundizando el beso. La cosa se puso un poco más salvaje. Sirius se empleaba a fondo en ese beso, juzgaba su amigo, porque parecía que de verdad lo estaba disfrutando, resistiéndose a soltarle y gimiendo cada vez más amenudo. Remus pensó que de un momento a otro vería puntitos negros ante sus ojos por la falta de aire y se quejó dentro del beso, empujando ligeramente a Sirius para que le liberase.

Tomó una gran bocanada de aire al saberse libre.

- Vaya – dijo jadeando.

Sirius también parecía ligeramente alterado.

- No esta mal – dijo el animago después de carraspear un poco, buscando su voz -. Pero vas a necesitar muuuucha práctica si quieres que te dé un aprobado. Así que ven aquí que te voy a convertir en un experto.

Le cogió de nuevo de la cintura, pero Remus puso una mano en su pecho para detenerle.

- Espera, eso fue muy intenso, necesito un poco de tiempo para recuperarme – dijo con una sonrisa de disculpa apoyándose en una de las estanterías.

Sirius lo hubiera violado allí mismo. Ya le había costado lo suyo dejarle ir después de ese beso, pero que le dijese eso ahora y con ese aspecto, ruborizado, jadeante y con los ojitos brillantes... "Uy, peligra mi cordura", se dijo seriamente.

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Bueno, Sirius celoso, James confundido, Peter atontado y Remus... joder, pobre Remus, la que le ha caído.

Besitos mil y siento que el capítulo sea tan sumamente malo. Chau.