Sakura, Shaoran Yami Koso Densetsu- Leyenda de Oscuridad.
Por Crystal.-"Simplemente no puedes escapar de tu destino".
Capitulo tres.- "Neblinas Londinenses".
-Damas y caballeros: pronto aterrizaremos a la Ciudad de Tokio; Favor, de abrocharse los cinturones.- dijo la voz de la azafata por el altavoz.
En primera clase, un sujeto de mirada azul intensa hacía lo que decía la azafata mientras el amigo de infancia a su lado aun conservaba las anotaciones regadas frente a si.
-Guarda eso. – declaró Eriol seriamente.- Te van a llamar la atención...
Delante de ellos, se encontraba Nakuru y Naiko Chang mientras abrochaban sus cinturones.
-Es que no entiendo...- declaró el líder del Consejo.- ¿Por que esto? ¿por qué ahora?- mirándole con seriedad mientras la imagen por la ventana del aeropuerto de Tokio se hacía cada vez mas visible.
-Señor: Tiene que guardar eso y colocarse el cinturón.- declaró la azafata amablemente a Shaoran Li. Eriol mientras suspiró.
-Primero, fuiste tu... – declaró el joven.- de todas las personas. Después, o el mismo día...
-Corrección: mi ataque fue tres días antes de tu descubrimiento del portafolio...
-¿lo crees igual que yo, no? ¿qué todo está relacionado?
-En vez de estar comportándote como un adulto de cuarenta con responsabilidades tan grandes como tu Muralla China, deberías enfocarte en el hecho de que, en pocas horas, te encontrarás con la chica de tus sueños...
-Eres increíble.- declaró Shaoran Li después de unos segundos a su enigmático amigo.- Estamos en medio de una crisis.- ingresando los papeles en el portafolio original- y tu te preocupas por ella...
-¿Acaso me dirás que no has pensado como mil veces la posibilidad de que, tal vez, solo tal vez, esto además de ser una misión apocalíptica.- Dándole énfasis a la ultima palabra.- sea mas bien el reencuentro que ambos espera?
Respiró profundo ante aquellas palabras.- No tenemos doce años ya Hiraguizawa.- dijo con seriedad.- ni tu, ni yo y mucho menos ella.- dijo dignamente.- tiempos y personas cambian...
-¿Y las responsabilidades Li?- preguntó con una sonrisilla conspiradora.- ¿O tal vez los corazones?- viéndole detenerse de su labor unos instantes.- Aunque lo quieras o no admitir, has pasado parte de tu vida, de tu juventud, de mujer en mujer, buscando aquello que añoras desde que tuviste que dejarle, cuando tenías doce años...
en efecto, esos dos meses sirvieron para que ambos amigos, se pusieran al corriente de años de ausencia.
-¡basta! No estamos en quinto de primaria.- dijo Shaoran Li, mostrándose delante de su amigo y por primera vez en todo el tiempo establecido en Londres, sonrojando ante las insinuaciones de su viejo amigo de la primaria.- Para que me manipules como lo hacías en ese entonces...
-¡las responsabilidades han devorado tu juventud!- declaró atrayendo las miradas de algunas personas a su alrededor e incluso a Naruku y a Naiko.- tantos deberes se llevaron tu niñez...
-Inténtalo tu para variar.- declaró molesto.- incluso conquistaste a tres enfermeras en el hospital.-sacó a relucir con desaprobación.
-No es mi culpa que me consideren adorable.- respondió con un dejo de importancia y señalándose a si mismo - Además, no es de mi que hablamos...
A Eriol le fascinaba la idea de Shaoran Li, al borde de un ataque de histeria.
-Ese desinterés es lo que te colocó en primer lugar en un coma de dos días.-dijo Shaoran callándole finalmente e incluso Nakuru se llevó una mano a su boca.- Admítelo: Esa chica te dejó prácticamente muerto... si no hubiera sido por tus guardianes...
-Shhhhhh por favor.- declaró Naiko con una gota en su cuello. Ambos sujetos miraron a ambos lados notándose que habían llamado la atención de primera clase completa.
Shaoran se acomodó mas en su asiento mientras los trenes de aterrizaje chocaban con la pista del aeropuerto. Ahí, Eriol pudo notar que, comenzaba a llover. Prefirió desistir en sus comentarios, para no volver a alterarse.
-Cuanto extrañé Japón.- dijo olvidándose de la discusión (o tratando de no retomarla).- No es la misma lluvia, o el clima de Londres...
Shaoran no respondió. Pero mientras Eriol miraba por la ventana la lluvia caer, recordaba los eventos que ocurrieron en un día como ese. Tal como ese día. El evento que su amigo, sacaba a relucir momentos antes...
------------------ Flash Back....
Llovía a cantaros. A pesar que Nakuru le insistió que se quedara en casa, Eriol tan parrandero y de vida tan independiente, había salido a muchos de esos clubes que frecuentaba teniendo solo veinte años.
La alta sociedad londinense recorrían esos círculos. Él no era la excepción.
Si de caminos descarriados se podría hablar; Eriol había recorrido el suyo en efecto. Y es que, el resultado de ser la reencarnación de un hechicero poderoso, no le consumía parte de su vida. A diferencia de Shaoran, él aun no creía en las responsabilidades. Creía en la vida, y en los placeres que ella conllevaba consigo. Todos los placeres eran un regalo divino de la existencia y por tanto, había que disfrutarlos.
Nunca se preocupó dos meses después de la trágica muerte de sus padres, en frenar y pensar. Tal vez era eso el activador de su vida tan agitada y extasiada con todos sus regalos. A los dieciocho, heredó una cuantiosa fortuna proveniente de la muerte de sus padres la cual compartía con Naruku. A pesar de que al mundo exterior Naruku Akizuki y Eriol Hiraguizawa, eran primos, para las cuatro paredes de la magnifica residencia instalada en el centro de Londres, justo en un pent house Naruku a pesar de haber sido una parlanchina, coqueta y desinteresada mujer de mundo. En esos momentos, se encontraba inquieta.
Ella dos meses antes, le había comentado del pesado clima que podía sentir en Londres.
Pero Eriol, a pesar que, era algo desenfrenado, aun conservaba aquellos rastros del antiguo y serio (en algunos casos), mago Lead Clow. Algo así, era el freno que algunas situaciones ameritaban.
Aquella tarde, no fue la excepción.
Pero ¿acaso sería negación de volver a las responsabilidades de su vida? ¿de volver a ser aquel preocupado joven de once años con el peso de hacer que la nueva joven dueña de las cartas Clow, pasaran a su poder?
Pero Eriol, muy dentro de su ser, se negaba a escuchar los designios.
Aquel egoísmo le saldría muy caro.
-Le digo que, tengo un mal presentimiento. Con todo... - reclamaba con voz algo preocupada la falsa identidad de Ruby Moon.- Por favor: quédese en casa hoy...
-No voy a complacerte en tus caprichos siempre.- declaró Eriol mientras tomaba su chaqueta para salir a la calle.- Tienes desde dos meses ya la misma idea: que algo me va a pasar...
-¡Algo que está a punto de pasar!- declaró ella con rostro de pocos amigos.- usted me creó... ¿Acaso no lo siente?
-Lo único que siento es que, mi cita con Amelie está por suspenderse si sigo escuchando tu parloteo querida.- Sonaba algo lastimero pero en verdad, usaba aquel dejo de voz que utilizaba para tratar a Naruku.
Ella lo miraba indignada.- Al menos, llévese a Spinel.
Eriol la observó incrédulo a lo que replicó.- Querida Naruku: ¿llevarías tu a Spinel a una cita con un hombre de la talla de Amelie? Si ella fuera hombre, por supuesto.- sonriéndole.- Claro que no... además, Amelie la conozco...
-¡Desde hace dos días!- reclamó ella. Eriol la miró por primera vez desde que sus padres murieron con cierta duda. ¿acaso el presentimiento de ella podía ser certero?
Pero nunca había pasado nada a su alrededor sin que él no se diera cuenta. Desde siempre había sido así. Ahora, parecía que... ¿Acaso su guardiana podría decirle que estaba en peligro? ¿o en verdad Naruku actuaba celosa?
Cerrando la posibilidad de lo primero, dijo con desinterés.- Pórtate bien y nada de bailarines exóticos ...
Y es que, las noches de parrandas de la guardiana años atrás, eran legendarias. Todo Londres fue participe que, cuando Eriol tenía 16 años, Naruku arrojó una fiesta para "solo chicas" en el pent house, un fin de semana que, sus padres salieron. La fiesta fue suspendida por la policía gracias a las llamadas de los vecinos, dado los escándalos.
Pero después de la muerte de los Hiraguizawas, ella se había tranquilizado. Solo se empeñaba de ser la madre que Eriol necesitaba. Mas aun después de ser él quien se quedara solo y no como pasó en su vida anterior: él fue quien se marchó al otro mundo primero.
Pero Naruku no se daría por vencida. Lo vio marcharse debajo de la lluvia, en su coche del año y ella, llamó un taxi, siguiéndole con Spinel en su bolsillo.
Porque para ella, ese desenfreno de Eriol por esa supuesta Amelie, era extraña.
Nunca acudía a otra cita con ninguna otra mujer. Con esta era la tercera, desde dos noches atrás. parecía estar bajo un trance.
Naruku le siguió hasta que lo vio estacionarse a pocos metros de un bar. Ahí lo vio, después de bajarse del coche, ingresar al local. Aun llovía a cantaros. Diez minutos en el taxi fueron suficientes para observar a su creador, salir abrazado bajo la lluvia de una mujer. Pero contrario a lo que hubiera esperado de su creador; el hombre mas poderoso vivo a pesar de su juventud, era que no se percataba de lo que ella se daba cuenta.
Ambos continuaron caminando pero no fueron al coche del sujeto. Parecía mas bien que, aquella mujer abrigada era quien lideraba el camino.
-Siga a esa pareja- dijo Naruku al chofer. Este así lo hizo. Fueron tres minutos mas, cuando los vio entrar en un oscuro callejón.
Naruku la vio una vez mas: si su amo no estaba en un trance, no sabía lo que era ¡Si era notable la cantidad de poder oscuro en aquella mujer!
Bajó del coche (pagando la tarifa) y con Spinel en su bolsillo, siguió bajo la lluvia a ambos.
Ahí notó bajo la tormenta que se ampliaba, a su amo contra la pared y el cuerpo de la supuesta, "nueva conquista de su amo" ella lo observaba con seriedad mientras él, no portaba sus gafas pero su mirada, según notó Naruku, carecía de vida.
-Estoy sintiendo algo- dijo Spinel en su bolsillo.
-Guarda silencio.
-No fue tan difícil.- dijo ella, la que se llamaba Amelie. Naruku escuchaba de donde estaba lo que ella decía. Mirándole mas de cerca notó que era una mujer de aproximadamente veinte tres o mas años, le miraba con despreocupación y retiraba los mechones mojados de su pelo del rostro del sujeto.- Tan guapo eso si.- sonriendo ante el interés encontrado en el sujeto. – Lástima que me pidieron que te destruyera tan pronto como fuera posible.- suspirando. Se separó de él notándose que Eriol no hizo el mínimo esfuerzo por moverse.
Sacando un pedazo de pergamino con letras escritas la colocó delante de ella como si fuera implorando. Su voz se escuchó como murmullo y prosiguió.- Dios del rayo...
Ante aquello Naruku sospechó que pasaba. Mientras se transformaba en la guardiana Ruby Moon, Spinel salía del interior del abrigo de esta antes de que se transformara, cambiando a su vez en Spinel Sun: la gran pantera con alas.
-Lo siento querida- declaró Ruby Moon confiada. Pero la Amelie no parecía molesta ni mucho menos preocupada.- Pero tendrás que vértelas conmigo...
Amelie sonrió despreocupada.- Ven...- cayendo en esos instantes un poderoso rayo sobre en principio, a donde estaba Eriol; Pero en vez de este recibirlo, Spinel empujó su cuerpo, recibiendo él enteramente la descarga.
Era poderosa, tan poderosa que, pudo haber matado sin duda a Eriol. Esto lo dedujo Ruby Moon al notar como Spinel estaba inconsciente.
-¡Spinel!- gritó.- ¡Amo!
-¡Así que es cierto!- exclamó Amelie.- Pensé que eran exageraciones. Pero no: es tal como dicen los diarios del Líder del Consejo: hay guardianes sirviendo a este sujeto... tranquila...- notándole sus manos ante el surgimiento de los cristales de Ruby Moon.- No quiero nada contigo... solo estoy aquí encomendando una misión...
-¿Misión de que clase?
-¿Crees que te la daré? – rió la mujer.- Tonta.-mientras el agua caía a borbotones en ambas.- ¿Qué te da a entender que te diré?
Naruku miró a su amo y Amelie prosiguió.- quería terminar con él pronto...- declaró atrayendo su mirada.- En trance no, podría hacer nada...- en ese momento, los ojos de Amelie cambian. Cambian de una forma que, solo Ruby Moon podría ver los ojos. Nada mas que los ojos de aquella mujer. Su color natural, cambiaba dándole una especie de tintado entre el naranja y en negro.
Pero Ruby Moon se daba cuenta: usaba el mismo encantamiento que con su amo. Ella sintió como tenía que cerrar los ojos y caer al suelo. Al abrirlos nuevamente: Veía las botas negras salpicarse y caminar a donde Eriol estaba.
-¿Dónde nos quedamos?- dijo ella haciéndole ponerse de pie. Miró el rostro de su victima y dijo.- Siempre han dicho que sobre todas las cosas, hay un beso memorable... un ultimo beso... El tuyo, será antes de morir...
En ese momento y encontrándose a milímetros de sus labios: Sintiendo el respirar del sujeto, cálido y pausado, ella acercaba sus carnosos labios contra los de él. Pero en ese instante, saca algo de adentro de su abrigo, embistiéndolo contra la figura del sujeto.
Pero esto fue suficiente para que él cayera al suelo adolorido, presionándose la herida, mientras Amelie lo observaba con la daga poseyendo parecido a dientes filosos, en mano. La sangre chorreaba del metal.
-Amo Eriol- dijo Ruby Moon acercándose mientras él tosía.
-¿Esto es lo que son los poderosos hechiceros?- declaró ella riendo.- ¡Que fácil será cuando la hora llegue!- viéndole perder el conocimiento.- no podrá sobrevivir.—dijo a Ruby Moon.- Y mis conocimientos en el tema me dicen que, tu morirás cuando el muera...
En ese momento, una bocanada de fuego viene de alguna parte embistiendo a Amelie contra una pared de ladrillo y esta cuarteándose. Spinel Sun estaba en pie.
-¡SPI! – dijo Ruby Moon observándole bastante lastimado.- ¡Destrúyela!
Riendo con seguridad agregó.- no podrán... nadie puede contra la venida del señor de la Oscuridad. La hora de volver lo que debió de ser hace veinte años, regresa y no habrá nadie que detenga la venida.- Agitando su abrigo y desapareciendo dejándoles con Eriol entre la conciencia e inconciencia.
-Avisen...- dijo con dificultad mientras cerraba sus ojos azules- A Li... a Li... Shaoran... – para finalmente perder el conocimiento.
Ruby Moon transformándose en Naruku y con ella, sus ropas, sacó de su chaqueta el teléfono móvil. Aun la lluvia proseguía cayendo.- Habla Naruku: Señora Kaho; la necesitamos urgentemente... tengo que llamar una ambulancia... el señor Eriol...- dudando explicarle.- El señor Eriol está lastimado...
--------------- Fin del flash back....
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-No confiaría que fue solo un sueño- dijo Kero observando seriamente a su ama mientras ella servía el té en el departamento de Yukito. Este aun no llegaba.- Siempre hemos sabido que, tenías poderes de predicción...
-¿Estás diciendo que puede ser del futuro?
-Exactamente. Aunque nunca habían sido tan reveladores...
ella negó con su cabeza (estando de acuerdo a lo dicho por Kero), diciendo.- Claro que no...- ahí miró la ventana: llovía fuertemente y no se veía un claro en el cielo.- Mis sueños, bueno, cuando pasó lo de las cartas, nunca eran de tal manera que yo escuchaba lo que me decían. Siempre eran imágenes: jamás, con sonido. Además, es lo que te dije: En un momento, estoy dentro del cuerpo de ese Reiko. Después, estoy a un lado de ellos.
-Puede ser que algo se aproxima Sakura- declaró ante el silencio el guardián de las Sakura Cards. Incluso, con su poder, llamó las cartas que estaban contenidas en la habitación donde dormía Yukito. – Algo puede ser... y tal vez, te toque conocer esas personas...
-¿Dónde?
-¿No hay algo mas en ese sueño que nos indique donde pasa? –preguntó Kero.
Ella negó con su cabeza. Pero analizó cada una de las palabras dichas por los involucrados. Cada palabra dicha. Solo dio detalles al azar a Kero. Eso lo sabía. Lo que decían cada uno, con coma y punto, no.
-Hablaron de un consejo. Que los miembros del consejo no se enterarían... creo que Shaoran quiso decir que...
-¡Un Momento! ¿cómo que Shaoran?- preguntó la criatura algo aturdida. Incluso, Sakura se abochornó ante aquello. - ¿acaso no dijiste que los dos sujetos eran desconocidos?
-¡Lo son! Eso creo...- mordiéndose un segundo el labio.- Mira: uno de ellos se parece demasiado a Shaoran Li.
-¿Estás segura?- preguntó cruzándose de brazos.
-Al principio, pensé que era él, pero mas mayor de la última vez que lo vi.-haciendo una pausa.- Pero si, si viera a Shaoran, sería a de esa misma forma... o eso creo.
-El consejo...- dijo con dejo de voz.- ¿El chiquillo nunca te habló del Consejo?- viéndole negar.- En el año que mantuvieron contacto nunca...
-No Kero.- respondió ella desesperada.
-me parece que, en efecto es una predicción. En los tiempos del mismísimo Lead Clow, existía el consejo.- sorprendiendo a Sakura.- Era un grupo de los mas poderosos hechiceros de todo el Oriente, incluso, China. Representantes de la magia blanca. Era llamado el Consejo de Hechiceros. Tal vez, el chiquillo es alguien importante.- pensándolo.- Si. Como descendiente de Lead Clow, tiene que ser muy importante allá.
Pero Sakura se encontraba molesta. Inquieta.
Lo ultimo de que quería hablar era de Shaoran Li.
-Puede ser en efecto que sea una predicción... ¿qué edad tenía?- sacó Kero de sus pensamientos bruscamente.
-Treinta años... quizá mas... se veía como mi padre, hace seis o siete años... ¡¡No se!!
-Tranquila Sakura...
-¡Es que esto no debe de estar pasando! ¿no crees que él debe de tener estos sueños? ¡no yo!- discutió la chica molesta. Incluso el libro de cartas brilló mas de lo usual.- ¡Finalmente tengo mi vida hecha. A donde me dirijo! ¡Ahora, esto! ¡Además si es en China! ¿qué hago yo soñando cosas de China? ¡¡Que las sueñe él!!
-Sakurita: cálmate- decía su fiel servidor.- Tranquilízate: Sabes que por algo ocurre todo...
-¡no Kero!- declaró ella.- Esto de las cartas, debió de terminar una vez las cambié todas. Para las vacaciones de verano, surge la otra carta: la transformo y sello exponiéndome a perder...- iba a decir "mi amor por Shaoran" pero se contuvo.- Mi sentimiento mas importante... pero todo fue resuelto y lo admito que, fue por él. Ahora, tengo una premonición que no se cumplirá ahora; en tal vez diez o mas años. ¿Y por que yo? ¡¡El debería de tenerlas!! ¡¡no yo!!
-Sakura, comprendo tu inquietud....
-Kero: No tengo ya once años. – declaró ella calmándose.- Tengo veinte. Tengo una carrera universitaria por terminar. Ya no tengo la niñez necesaria, para la magia... ¡vivo en el mundo real! ¡hay un gran abismo entre el mundo real, que es donde vivo y la magia!
-Sakura: la magia siempre forma parte de ti. Siendo adulta o niña.- declaró el guardián con sumo pesar.- Por lo que parece, la rutina y vida de un adulto, te han convertido en alguien que ha perdido el encanto por la magia. Antes creías tan fácil todos los sueños que tenías. Ahora, apenas hablas conmigo y no reconozco a aquella niña que sonreía y capturaba las cartas volando con el viento por los cielos... apenas si siento tu magia...
-Kero: a eso se le llama crecer- dijo ella notándose molesta- Crecer; apenas he podido considerarme algo normal. Finalmente me adapto a mi vida... y esto pasa.- tomando su bolso con su mano, en un desesperado intento por salir de allí.
-Ah hola Sakura- dijo Yukito encontrándose con ella en la puerta. Ella se notaba a punto de llorar. - ¿Sakura?- aferrándole por los brazos mientras ella mantenía cerca de su cuerpo, el bolso que tomó al salir.-¿Qué te pasa?
-No quiero...- declaró ella mirándole a los ojos con lagrimas en los propios.- No quiero volver atrás... no de nuevo...- abrazándose a Yukito. –Quiero dejar el pasado atrás...
-Sakura...- dijo él mas alto que ella, acariciándole su cabeza.- ¿Qué es lo que pasa?
Kero volando se acercó a ambos.- Sakura ha tenido sueños que posiblemente sean premonitorios...
-No los quiero- declaró ella con molestia en su voz.- No quiero volver atrás... no como cuando se fue...
-¿Cuándo se fue?- preguntó Yukito algo preocupado.- ¿Quién se fue?
-Cuando él se fue...- declaró de nuevo.- Soñé que entraba a mi casa, encontrando las maletas hechas a un lado... cuando volteo, mi hermano se iba. ¡No quería que me dejara sola!-Abrazándose al sujeto.- Primero, mis amigos... después, él. ¡no debió de dejarme!
-Calma, calma.- dijo Yukito después de intercambiar miradas de comprensión con Kero (quien estaba entristecido ante el descubrimiento de la verdadera razón por la cual Sakura se negaba a que eso fuera premonitorio).
-Solo quiero llegar a casa- declaró ella quitándose las lagrimas y separándose del sujeto.
Yukito le miró con ternura diciéndole.- El te quiere mucho Sakura. No se ha olvidado de ti. Y ten Fe: el destino nos lo traerá de vuelta...
Ella asintió. Kero mientras declaró.- Sakurita: Se que estás molesta...- ahí ella le miró. Se notaba entristecido.- mas que todo, porque crees que no hiciste nada aun teniendo ese sueño, para impedir que se fuera, pero... – enseriándose, agregó.- Pero ese sueño me tiene preocupado. ¿No podrías volver a casa pero conmigo? ¿Y tal vez, las cartas?- señalando a su lado. Ahí Sakura notó que las cartas todas en mazo, volaban a lado de Kero.- Ellas están preocupadas,- reveló haciendo sonreír por primera vez en un año a la joven.- Quieren ir para cuidarte...
Asintió para decir mas calmadamente.- Claro que pueden venir.- declaró ella. En ese momento las cartas, se posan sobre su mano.- Yo las extrañé también.- detectando lo que ellas trataban de transmitirle.
-Bien.- declaró Yukito .- Mi otro yo dice que es lo mas conveniente.- sorprendiendo a Sakura. Era también desde la partida de su hermano, la primera vez que, Yukito hablaba de si en tercera persona.- Ven: te llevaré a casa...- abrazándole mientras Kero se depositaba en el bolsillo de la chaqueta de la joven. Sakura, guardaba las cartas en el otro bolsillo.
Pero el plan de Kero era otro: convencer a Sakura que, llamase a Li Shaoran y le advirtiera.
Si era posible, arrastrarla a Hong Kong.
No importa si eso significaba (En contra de su gusto) ver al chiquillo.
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-¿Es todo?- preguntaba Fujitaka viendo las fotos tomadas en el sitio donde ocurrió el sismo de mas temprano en la mañana.
Aunque se encontraba en su despacho de la Universidad, las personas allí presentes, lejanamente perfilaban ser asociados del sujeto o profesores.
Vestían con especies de trajes de santuario: Eran unas túnicas largas de distintos colores con las capuchas echadas atrás. eran cuatro: tres hombres y una mujer. La mujer, un poco menos de la edad de Fujitaka y mucho mas, notándose mas joven que los demás allí presentes; sus ojos azules-verdosos observaban a su interlocutor.
-Hasta ahora, los medios no se han hecho eco- declaró la mujer.- gracias a nuestros contactos en la gobernación y en las autoridades policíacas.- Su voz era bastante tranquila y notándose algo despreocupada.- Pero si no nos equivocamos- dirigiendo ahora su mirada a los planos.- Los siguientes puntos donde aparecerán pilares, serán ... aquí...- señalando en el mapa- señalando en el mapa en la avenida Edo, mas allá (al Este) del antiguo Palacio Imperial.- y aquí... – señalando el centro de dos avenidas: la Sakurada y la Sotobori, al Sur del antiguo Palacio Imperial.
-Pero esos lugares no tienen alta concentración de magia- reveló Fujitaka.- ¿Qué será lo que planean?
-Bueno el primer pilar nos lo dice- mostrándole las fotos que parecía que aquel hombre (mas mayor que Fujitaka), señalándole lo que parecía una pequeña columna con una cabeza de dragón china. Parecía haber surgido de la misma tierra. –y si seguimos las pautas señaladas por Sebura.- hablando de la mujer frente a Fujitaka.- esta noche a mañana habrá otro temblor...
-A veinte años justos...- declaró el sujeto frunciendo su rostro.- ¿El Consejo? ¿está al tanto de todo esto?
Los allí presentes se observaron unos a otros. Uno que había permanecido en silencio, comentó.- El líder no está ahora mismo en Hong Kong...- sorprendiendo con eso al hombre.- por ahora, todas las acciones son moni toreadas por su asistente...
-bien, bien. – declaró él, exhalando. Pensó.- Por nueve años, he tratado de pasar la desaparición del libro de mi sótano como desapercibida.- declaró con seriedad.- Pero el momento de acerca de, hablar la verdad... – declaró ahí en voz alta. – tendré que hablar con ellos...- en ese momento, su edad, le pesaba, a pesar que no era un anciano.
-¿Acaso no nos dijo que su hijo está fuera de Japón?- dijo la que respondía como Sebura. Este asintió.- Será mejor que lo haga venir. A ninguno nos conviene estar lejos en caso que eso abra...- señalando el mapa y un libro.- y se que, tus hijos son importantes para ti.- rompiendo toda formalidad.
Porque en todo ese tiempo viviendo en Japón, si lo conocía.
-Hong Kong fue el centro hace veinte años... pudo evitarse.
-¡Gracias a una rápida intervención!- declaró la mujer, no dando mas detalles.- ¿El consejo sabe que, el libro está aquí?
Fujitaka la observó sin siquiera sorprenderse. Por lo que parecía ella estaba al tanto de todo lo que pasaba en Japón.
Asintió diciendo. – Quien me lo mandó, lo sabía. Pero murió. No se si en verdad alguien mas lo sabe: o el actual líder.
-Tenemos que mandar el libro a Hong Kong- dijo el que era mayor que Fujitaka.- Allá estará a salvo.
-El libro está bien donde está...- defendió Kinomoto cruzado de brazos. Observó nuevamente los planos esparcidos en el escritorio.
Porque sospechaba todo este tiempo, quien o donde estaba el libro.
-¡Por esta razón te lo mandaron a ti!- declaró el hombre observándole.- Por esto, en los últimos veinte años, vivimos aquí en Japón.
-Supuestamente para mantener un contacto directo con el libro. Y con mi seguridad, como le dijeron a él al momento de enviarme con ustedes el libro.- sonando molesto- ¿pero acaso, no se han descuidado en su labor?
La sala se quedó en silencio.
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Ella colgó el teléfono del avión nuevamente. A pesar de viajar por espacio de cuarenta minutos con su hija en él, apenas había hablado con ella. Ese momento, Tomoyo lo tomó para reorganizar sus carpetas de diseños.
-Lamento esto- declaró Sonomi con una sonrisa a Tomoyo.- Pero cuando aterricemos en Venecia, tendremos después del almuerzo con Bizencio, la tarde para toda nosotras...
-lo siento madre- declaró Tomoyo.- pero ya tengo planes – mirándole con aquellos ojos azules de ella.- Te lo dije. Tal vez, mañana...
-me lo dijiste.- mirando su rostro ya adulto.- pero no me aclaraste ...
cortó a su madre diciendo.- Pasearé Venecia con Touya... Touya Kinomoto...
-¿Cómo que Touya Kinomoto? ¿acaso ese irresponsable vago está aquí en Venecia?- preguntó escandalizada.- ¿Cuándo supiste esto? ¿acaso por Sakura?
Negó con su rostro – me lo encontré la ultima vez que estuvimos aquí.- evitando la mirada de su madre.
-El hijo de él. Vaya. Con toda razón siempre dije que los Kinomotos son unos vagos.- cruzándose de brazos y encontrándose con la mirada ofendida de su hija.- a excepción de Sakura, claro está.- corrigió ella.
-Touya Kinomoto o su padre, no son ningunos vagos, madre... Touya solo está algo confundido. Después de lo ocurrido en Japón.
-Bueno, bueno.- declaró ella algo roja.
Tomoyo volvió su mirada a la ventana.
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-¡Sakura!- dijo la chica de ojos miel al verle llegar. Pero Sakura se notaba algo triste. Su sonrisa fue desvaneciéndose mientras se acercaba a ella, mientras la joven Kinomoto abría su casilla.- ¿Qué te pasa?- preguntó preocupada.
Negó con su cabeza declarando con voz susurrada- Nada.
Las fotos sobresalían en el color gris de la casilla. Sakura inmediatamente se colocaba su uniforme. La otra estaba casi vestida.
-Nada...- declaró ella exhalando.- ¿Sabes una cosa?- señalándole.- En los dos meses que vengo trabajando aquí, pensé que era tiempo para hacernos amigas...- dirigiéndose a su casilla ahora con la mirada de Kinomoto sobre ella. Incluso cerró su casilla notándose molesta.- pero parece que no es así.
-Lo siento Liko.- declaró la joven llamándole por su apellido.
-Llámame, Tsi.- declaró ella molesta.- Tsi es mi nombre...- sonrió la chica.
-Muy bien,- dijo Sakura tratando de olvidar que nuevamente esa noche anterior, tuvo el mismo sueño. Esta vez, no avanzó nada de la noche anterior. El resto de la madrugada era con la mirada fija en el techo mientras Kero dormía en su antigua cajón de su escritorio. Pensaba en la ultima vez que vio a Shaoran Li. Ya incluso, su rostro era borroso si no hubiera sido por aquellos sueños, ni se acordaría de él.
-¿en serio no puedo ayudarte en nada?
-"Seguro"- pensó Sakura—"ten estos sueños por mi y dime que rayos significan: o mejor aun... avísale al sujeto involucrado".- respirando profundo aclaró. – No... pero gracias...
Tsi la observó unos instantes y cuando se marchaban juntas al área de comedor, el móvil de la joven de ojos miel sonó. Esta lo tomó diciendo.- ¿Bueno?- escuchando la voz de quien le hablaba, se separó del móvil y solicitó.- Sakura ¿podrías adelantarte al comedor? Creo que, darán las asignaciones de mesas y esta llamada me tomará tiempo...
-Está bien- declaró la joven – Te veré luego...
Ella se despidió de la chica sonriéndole. una vez se retiró, colocó el auricular en su oído y dijo.- Dime...
-¡no sabes lo que he descubierto!- dijo el sujeto. – pero de eso te contaré luego...- haciendo una pausa.- ¿Cómo te está yendo?
-Bien, bien... esto es pan comido.- declaró.- pronto y mas pronto de lo que creemos, todo terminará.- mirando a la puerta.- pronto terminará...
-hablamos después- dijo el sujeto cortando la llamada.
Mientras cerraba la llamada se percató de la casilla abierta y abriéndola un poco mas notó las fotos. Sonrió ante la de la chica con su padre. Y la tocó con sus dedos. Sin duda, le trajo recuerdos. Dirigiendo sus dedos a la siguiente: Sakura y un chico de ojos castaños. Ambos sonrojados y se notaba el uniforme de primaria. Su mirada se frunció y declaró en un susurro.- Todo terminará... pronto...
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Estaba sentado en la silla de aquel café donde había quedado con la chica. Era ya el tercer cigarrillo que consumía pese a la puntualidad de su parte. Miraba a su alrededor todas las parejas que hablaban mientras la suave brisa proveniente del canal veneciano traía consigo, un aire melancólico y romántico.
Depositó aquel cigarrillo (quedándole ya poco que consumir) al notar la estrecha figura de la chica de ojos azules que se acercaba. No eran pocas las miradas que esta recibía; no era precisamente por el aire extranjero que ella traía consigo: Era mas bien, los movimientos femeninos y como le quedaba aquel conjunto de pantalón y blusa que jugaba graciosamente al caer en su figurilla delicada y femenina además de aquel blanquecino y delicado rostro le observaba con una sonrisilla.
Pero notando las miradas que recibía, no se azoró ni un momento. Pues, estaba acostumbrada que la mirasen.
-Touya.- dijo ella al notar que el sujeto se levantaba y la ayudaba a tomar asiento.- Al fin...- dejando su bolso en un lado.-Lamento haber cancelado...
-Avisaste- declaró él notándose inquieto ante las miradas que les arrojaban a su alrededor. Con mal genio declaró.- ¿Qué les pasa?- ocasionando una risilla de parte de su acompañante.
-Ignóralos...- solicitó ella.- ¿y bien? ¿cuánto tienes planeado quedarte aquí en Venecia?- notándose inquieto agregó.- ¿O acaso piensas quedarte permanentemente?- con cierta ironía acusatoria.
-Suenas como si cuestionaras el hecho de que me quede aquí o no...- dijo.- ya llegas y ya me cuestionas.
-Bueno, tengo que...- notándose molesta.- Huyes dejando a Sakura sin pistas de ti...-ahí él desvió su mirada.- me preocupa Sakura...
-¡Siempre te preocupaste por ella!- dijo él – No tanto como nadie mas...- señalándole.- Creo que, incluso, te despreocupaste de ti misma y de todo lo que te rodeaba por preocuparte por ella. Excepto esta vez. – sorprendiendo a la joven.- Estás en Venecia. Al igual que yo. Y la abandonaste. Sakura, no formó parte de nuestras prioridades de huída.
-¿Estás diciéndome que, soy una fugitiva?- asombrándose.- Y me puede explicar Oh, señor, de que huyo...
él sacó la cajetilla de su bolsillo. Parecía que, había tocado un nervio sensible de la joven delante de él. Ella se notaba en efecto, molesta. No lo que él esperaba. Se colocó un cigarrillo en sus labios ante la mirada de ella, así mismo encendiéndolo.
-No lo se- finalmente dijo. Ella frunció su mirada.
-¿Acaso no me invitarás uno?
-No.- declaró él.
-¿por qué?
-Porque estas cosas...- expulsando una bocanada y observando el cigarrillo en sus dedos.- matan poco a poco.
-Lo que sea que sufres, es algo tan poderoso que un hombre como tu, decide matarse... poco a poco...
-¿por qué lo dices?- preguntó molesto.- No soy cobarde para querer morir.
-Tu lo dijiste; no yo.- declaró la joven molesta.- además, no controlas mi vida... y segundo, eso es lo que haces...- señalándole y reprochando su hábito.
-¡no hacen diez minutos te sientas aquí y ya me calumnias!
-Tu empezaste- declaró Tomoyo poniéndose de pie; tomó su bolso de mano y agregó.- por supuesto, saludaré a Sakura de tu parte...- mirándole de mal talante.- Y claro, no le diré esta indelicadeza de tu proceder..- observándole con mirada lastimera.- La verdad es que, no eres el mismo que conocí años atrás..- volteándose para marcharse. –Adiós...
Las demás parejas observaban de reojo aquello.
Sin siquiera hacer ademán de molestarse para ponerse de pie, disculparse, o si quiera detenerla preguntó.- ¿Nunca me enteraré porque huyes de Japón?
Ella le miró perfilando su rostro sin siquiera voltearse de cuerpo completo. - ¿qué te dice que huyo?
-Te vas del país, justo o a punto de terminar lo que encaminaste cuando te conocí años atrás.-hablando de la pasión de la joven por el diseño- Eras alguien que luchaba por lo que quería. La única pasión que he visto de aquella chica, se ha visto esta noche, para acusarme con creencias que no conoce.
Ella sin siquiera responderle y él vuelve a consumir su cigarrillo al verle marcharse por un lado de aquel lugar.
Pero así mismo, algo sintió. Algo profundo y peligroso en su alrededor. Incluso, las voces de las personas a su alrededor se apagaron para solo escuchar aquello: Era como un arrastre de algo; como si arrastraran algo de un lugar a otro. Después un respirar. Un viento cálido en una noche tan fresca como esa.
La ultima vez que lo sintió fue dos días antes. cuando salía de su departamento. Pero ¿Cuándo fue en efecto la ultima vez que lo sintió?
Estaba sumido en esos pensamientos, cuando presenció que, la pesadez del ambiente cambiaba.
Depositó el resto de la colilla en el cenicero y dejó la paga de lo consumido en la mesa. Se puso de pie y sin deseos de llegar a su solitario departamento, bajó su mirada concentrándose en los caminos de piedra que conformaban la vía caminada de Venecia.
Pero entonces, como rayo llegó a su mente: mas aun porque sentía algo oscuro. Era como una presión en su pecho. Una presión fuerte y algo certera de lo que podía pasar.
Avanzó el paso, tomándose posesión de sus pies y su mente, su instinto mas que todo. Años atrás, lo dio todo: todo por salvar la existencia de quien era su mejor amigo y era el hábitat del guardián protector de su hermana y de todo lo que ella representaba.
-AHHHHHHHHHHHH- escuchó gritar de mas adelante. Ahora corría. Definitivamente, esto no era coincidencia. El grito fue cerca. Y mientras mas avanzaba, mas sentía aquel presentimiento.
Doblando una esquina fue que se encontró con la chica de ojos azules entre lo que se parecía, dos hombres. Sus rostros no estaban visibles. Pero el que tenía a Tomoyo agarrada, le lastimaba. Era notorio por las lagrimas y el rostro de susto de la chica.
-Será mejor que la suelten par de truhanes.- declaró el sujeto. Ahí notó que el que estaba justo enfrente de Tomoyo tenía una daga. Una daga larga y con filosas irregularidades.
No eran ladrones comunes.
El que tenía enfrente a Tomoyo habló japonés diciendo, mientras la chica forzaba el aferramiento del otro.- Si tenemos que matarlos a ambos lo haremos; Así no perderemos la ocasión... ¡que todo sea por el bien del Nexus!
Touya adquirió pose de combate. En su juventud tomó clases de defensa personal que hasta ese momento agradeció (solo una vez anterior a esa y fue a defender en los jardines de la primaria de Tomoeda, a su hermana de un sujeto chino que nunca le agradó), haberlas tomado.
El hombre que parecía mas o menos su edad, sonrió.- has lo que quieras...- abalanzándose contra Touya con la daga en alto. Ahí Touya notó que usaban unas especies de túnicas o abrigos.
Touya embistió con su rostro, ya que el hombre tomó por alto su poder sobre la experiencia de Touya. de ahí corrió la sangre.
-Si no quieres que te haga otro que te haga juego... suéltenla...
El hombre miró la sangre en su mano y sonrió.- Suéltala...- dijo al otro.
-Pero Tsen...- dijo el otro. Ahí notó que el otro era tan joven como él.
-nos veremos de nuevo.- declaró sonriendo y sorprendentemente guardó su daga pero para mas sorpresa aun, hizo ademán de querer tocar la mejilla de su contrincante, cosa que puso a Touya aun de mas mal humor. Este retrocedió.
El hombre se llevó sus dedos a su mejilla y delante de él y para sorpresa de Tomoyo y él mismo, desapareció delante de ellos.
El sujeto que tenía a Tomoyo aferrada, desapareció por igual. La chica de tan tremendo susto pasado, cayó pesadamente sobre el piso frío de aquel callejón.
Aun aturdido se acercó a ella agachándose.- ¿Estás bien?- sonando por primera vez, sincero delante de ella.
Ella mientras se agarraba la parte delantera de su blusa.
-¿Tomoyo? ¿No te lastimaron?- notándosele nerviosa. Incluso respiraba agitado.
Pero ella estaba demasiado nerviosa para hablar. Acorde a sus instintos, la alzó en sus brazos y ella se acurrucó en su cálido cuerpo cruzándole los brazos por su cuello.
Touya sentía como las lagrimas humedecían su camisa...
------------ continuará...
Me he tomado todo mi tiempo UU lo se y me disculpo con todos ustedes. La verdad y para ser sincera y como he anunciado en la actualización, he estado ocupadísima y por supuesto, como notarían los chicos de MSN, he estado prácticamente, incomunicada, gracias a "Circunstancias ajenas a mi voluntad"; aunque leo los reviews cuando puedo y los correos también (no quisiera que el correo se me saturara). ¡¡Así que saben que, estoy viva!!
Gracias a quienes me han escrito reviews a esta nueva historia. Espero que, les empiece a gustar y mas aun con este interesantísimo tercer capitulo. Sabemos que Fujitaka está relacionado con el Libro, con Hong Kong y con los temblores... pero ¿Hasta que límite?
Eriol llegó a Japón con Shaoran, trayendo consigo una mente muy turbada gracias a los acontecimientos acaecidos en parte de su juventud, pero faltan muchos mas secretos por develar.
El encuentro entre Sakura y Shaoran está cerca, al igual que, lo que planea Tsi Liko, la compañera de Sakura. ¿Qué se traerá esta misteriosa joven? ¿Quiénes quieren destruirlo todo? ¿Qué pasó con Touya y Tomoyo?
Si quieren saber las respuestas a esas preguntas y muchas mas, quédense leyendo la historia así de fácil.
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