Sakura, Shaoran Yami Koso Densetsu- Leyenda de Oscuridad.

Por Crystal.-

"Simplemente no puedes escapar de tu destino".

Capitulo Seis.- "Nexus".

Shaoran Li se quedó pasmado por un instante. Biatsi observaba a Sakura como si de su cabeza pudiera salir una serpiente en cualquier momento.

Finalmente tuvo el valor de preguntar.- ¿En serio era Shaoran en ese sueño, Sakura?

-¡no lo se!- declaró honestamente. Incluso le incomodaba que, ellos estuvieran de pie y ella sentada y se retiró las mantas poniéndose de pie.- Solo se que, eras tu o alguien parecido a ti...- esto ultimo diciéndoselo frente a frente al joven.

-No he hablado de ese sujeto... ni siquiera he tratado de mencionarlo en conversaciones... pero seguimos investigando su paradero...

-¿Seguimos? ¿quiénes? ¿qué hizo ese Hamagoro que mereciera ser expulsado?- con esto ultimo atrayendo sus miradas inquisidoras que la ponían mas nerviosa de lo que estaba ante todo aquello.- ¿Qué?

Shaoran, bajo un acto impulsivo o tal vez, desesperado la aferró por los hombros colocándole frente a frente a él y cerca uno del otro.

Sakura sintió que su corazón le dio un salto.

Biatsi observaba aquello atónita: Shaoran no era tan impulsivo.

-¿Quién te dijo que fue expulsado?- preguntó.- ¿Dónde escuchaste eso?

Sakura notaba la preocupación de cada pregunta realizaba Shaoran. Algo inquieta, decidió responderle aunque la duda aun quedaba-En mi sueño... el sujeto llamado Reiko, hablaba contigo...

-¿Reiko? – preguntó Biatsi curiosa.- ¿Mi hermano? ¿por qué mi hermano? ¿has hablado con mi hermano de esto Shaoran?

-No frente a frente...- declaró Li ahora mas confundido a lo que ella decía. Ella había tenido en su niñez el don de las premoniciones. Incluso, lo vio a él vistiendo el traje tradicional de los Li, cuando aun ni siquiera se conocían: vio a Kaho Mitzuki como emisaria de Hiraguizagua; incluso, vio en sus sueños a Yue, mucho antes de enterarse de que era el juez de las cartas Clow- Sakura: tienes que decirme que mas viste en este sueño...

-¿por qué?

-Porque parece ser, una premonición...-ahí se dio cuenta como era que tenía a la chica: Aferrada por sus hombros y retirándole las manos de si, dijo cortésmente y calmándose.- Lo lamento... –colocando sus manos en ambos lados de su cuerpo y enrollándole en puños, como era costumbre en él.

-Dices premonición... –opinó Biatsi rompiendo el silencio. Ahí miró a Sakura.- Pero ¿mi hermano también?

Shaoran miró a Biatsi haciéndose la misma pregunta. Sakura los observaba a ambos.

-Disculpen: pero tengo que irme a casa.- declaró Sakura interrumpiendo el momentáneo silencio que se hizo presente allí. Incluso caminaba hasta el exterior de la habitación buscando sus zapatos y su cartera.

-¿Adonde vas?- preguntaba Shaoran saliendo detrás de ella. Biatsi le seguía. Naiko y Naruku, observaban en la salita una vez le alcanzaron allí.- No puedes irte sola, así nada mas...- viéndole decidida mientras buscaba sus zapatos,- ¿No te das cuenta que te quieren fuera del camino?

Pero Sakura no le respondía nada.

Shaoran observaba que, Sakura había cambiado. No era la misma chica dulce y amable que conoció. Mas bien, la notaba algo testaruda y reservada. Ahora la pregunta era ¿Sería su actitud de no llamarle, no hablar con ella, cerrar todo contacto con el tiempo, el responsable de su conducta?

-Eso no importa- declaró ella rudamente mientras se colocaba sus zapatos. Ni siquiera le miraba.- Es tu batalla por lo que veo...- mirando un segundo a Biatsi,- No la mía...

él se interpuso entre ella y la puerta y le dijo.- No es así. Que tengas las premoniciones...- dudando continuar.- estás involucrada lo quieras o no. Y aunque no lo quieras admitir, necesitas protección.

-¿Protección, dices?- preguntó ella incrédula. No le gustaba como su vida estaba cambiando nuevamente. Pensaba en todo lo que había ocurrido en el ultimo año y esto, su presencia ahí en Japón y sobre todo, verse involucrada sin quererlo en todo eso, hacía que su conducta fuera un poco cortante. -¿Acaso se te olvidó quien soy? No necesito protección...

-Eso no fue lo que vi esta tarde...- dijo él de manera sobre protectora.- Estás metida en todo este lío y lo sabes. Lo sabes porque tu experiencia así te lo indica... ¿por qué estás tan cabeza dura?

-¿Cabeza dura, yo?- preguntó ella sorprendida.- bueno, veamos: no se de ti en años. De repente te apareces justo cuando ese sujeto estaba diciendo las cosas mas extrañas. Además no se que me encuentro mas bizarro. En menos de horas, he tenido que escuchar las cosas mas increíbles. – mirando un instante a Biatsi aclaró.- y no soy la única que está comportándose de manera cabeza dura... o reservada.- mirando a Li.

-¿Estás Molesta?- preguntó él. Ella le retiró al mirada no sin antes colocársele un halo rosa sobre su rostro.

-¡pero claro que tengo que estar molesta!- reclamó ella. - ¿Cuánto tiempo tienes en Japón?.- sorprendiéndole con esa pregunta- Y habla la verdad...

-Unos días ya...- respondió en contra de su voluntad.

-Ya veo... ¿Y hace cuanto tiempo sabías de todo este lío?

Dudó en responderle.- Dos meses...

-Y entonces soy la reservada y cabeza dura...- declaró ella saliendo del departamento y dejándole con la palabra en la boca.

Biatsi tenía los ojos como platos. Nunca en todos los años que tenía conociendo a Shaoran Li, nadie había tenido el atrevimiento de dejarle con la palabra en la boca. Ni siquiera Mei Ling, quien era tan cercana con el joven.

Y que decir de Shaoran: tal como en el pasado, Sakura le quitaba el aliento. Era la misma persistente y determinada chica. Pero algo, algo que él notaba era que, su mirada había cambiado.

-¿Doy aviso al Amo?- preguntó Naruku, finalmente rompiendo el silencio que ocasionó la partida de Sakura del lugar.- ¿Li? ¿Vienes?

-no- dijo Li- Vuelvan al hotel.- declaró – denle aviso... yo los alcanzaré allá...

-¿Adonde vas Li?-preguntó Biatsi.

-A seguirla...- declaró el sujeto.- Que quiera o no quiera que la cuiden, no me interesa: el asunto es que, "hay que"- cerrando la puerta detrás de si.

-En los dos meses que llevo conociéndolo...- dijo Naiko.- Es la primera vez que actúa así...

Biatsi aguardó en silencio solo viendo por donde la silueta del joven, se había marchado.

Estaban sentados en un cafecito a pocos metros de la facultad de Arqueología. La joven mantenía su mirada fija en la del hombre de cabellos cafés mientras observaba su café con fascinación vacía. Una fascinación que, no parecía tener fin.

Ella decidió romper el silencio.- ¿qué harás?

Exhaló profundamente y sus ojos chocaron con la mirada de ella sonrojándole. Pero tal vez por su distracción, no se percató de aquello.

Finalmente respondió.- Mantuve ese libro lejos de ellos..-declaró con un suspiro.- Estuvo todo ese tiempo, encerrado en el sótano. El sótano cuando no estaba yo en él, estaba cerrado... ¿por qué estaba abierto? – dudando declarar lo siguiente.- ¿por qué ella?

-Comprendo lo que has de sentir...- declaró Sebura sonriéndole tímidamente.- la verdad es que, la ves perdiéndole... ¿Acaso no le contarás?

-Lo que menos sepa, mejor...- declaró Fujitaka.- Ellos no se atreverán a tocarle si sus poderes no están activos...

-¿Qué te dice que, no los activará?- preguntó Sebura mirándole condescendientemente – La verdad es que, es tu hija...- sonriéndole.- es tu hija. No se quedará sentada a ver el mundo que conocemos perderlo. Tu tampoco... lo que me hace temer aun mas...- esto ultimo diciéndolo como un susurro.

-¿Recuerdas algo del Nexus?- preguntó Fujitaka.

Ella bebió un poco de café para responderle.- Recuerdo, el aroma...- cerrando sus ojos.- no olía a flores como aquí cada primavera...

-Allá nada crecía... nada en manera natural.- mirando la rosa en un florerito encima de la mesa que ambos compartían. – nada... recuerdo, que lo primero que admiré de este mundo, eran sus plantas....

-Fuera de ambientes equilibrados, no crecía nada.- Declaró esta.- Recuerdo cuando ese hombre, el jefe del tribunal nos llevó a su hogar... tenernos bajo su tutela... pero lo primero que hice aquélla noche de tormenta eléctrica, fue aprovechar y salirme de allí. Me vine aquí...

-Y me encontraste...

-Todos te encontramos...- declaró ella sonriéndole.- Y que no fuésemos los únicos, benefició aun mas... ¿Recuerdas a las sacerdotisas???

No dándose cuenta, Fujitaka pensó en algo. Incluso sus ojos se dilataron detrás de las gafas, mirando a Sebura como si fuera la primera vez.- Eso es...- sacando su billetera de su chaqueta para pagar.

La muchacha le miraba algo aturdida.- ¿qué pasa? ¿Qué ocurre?

Pero su corazón dio un salto cuando la mano de Fujitaka se entrelazó con la de ella y sonriéndole, él le dijo.- Hay una manera de sacar a Sakura de esto...

Con esa sola frase ambos se dirigieron al coche del decano.

Llegó a la casa de su padre encontrándole vacía. Gracias a Tomoyo, la había dejado segura en su casa y le ofreció el coche y el chofer para que fuera a su casa y así lo hizo. Miró a su alrededor, encontrando la casa, totalmente oscuras y sola.

Lo primero que hizo fue dirigirse a la cocina buscando una bebida fría en el refrigerador. La sacó y consumiéndole vio los apuntes de su hermana en la puerta de refrigerador y sonrió.

-Señor Kinomoto.- dijo una voz detrás de él haciendo que su humor empeorara.

Delante de él había un joven que no pasaba de su edad y sus ojos divisaban y luchaban contra los suyos.

-¡Usted!- gritó molesto.- ¿Qué diablos hace aquí?

-Señor Kinomoto. Que modales...- sonriendo.- Debería de tratarme con mayor respeto.

-Lárguese de mi casa....

-No es su casa... no lo ha sido en un tiempo...- sonrió hipócritamente el sujeto.-De todas maneras, no vine aquí a pelear... vine a hablar con usted...

-Lo que quiera decirme, no quiero saber...

-¿Ah no? ¿acaso no quiere respuesta de quien es? ¿que quiere? ¿por qué no encaja en este mundo como usted quiere?- viéndole observarle de reojo.- Eso mismo...

-¿Qué demonios habla?

Sonrió mirando a un lado del salón. Tal vez el minuto que duró de silencio pensaba lo que diría: las palabras correctas.

-Usted, nunca ha pensado que encaja ¿o si? Siempre ha tenido un sentimiento de culpa, digamos... sensación de que no perteneces aquí ¿o si?

Touya aun guardaba silencio. Hasta que, el sujeto miró un instante un marco de foto con una chica de ojos verdes y cabellos marrones. La tomó y sonrió un instante.- ¡Quite su sucias manos de ese retrato!

El sujeto no se inmutó ante la reacción de Kinomoto. Mas bien, parecía estar entretenido con aquella reacción tosca, prevenida y avizor.

-Tu padre...- dijo sorprendiendo a Touya a la par de que, colocaba el retrato en su lugar.- Era igual que tu: idealista, tosco y prepotente cuando le aconsejaban.. cuando le dijeron que, estaba loco... pero, creo que, usted va por el mismo camino...

-¿Qué sabe usted de mi padre? – preguntó no dejando caer la guardia pero si, curioso.- ¿conoce a mi padre?

-Conocí a alguien... mucho tiempo atrás... estúpido, se dejó atraer por este... mundo...- mirando a su alrededor.- insignificante, inferior, retrasado... pero tengo un mensaje para él: creo que si eres inteligente se lo darás...- con sus poderes hizo que, todo el alrededor desapareciera; parecía un espacio, vacío, oscuro, sin fin- Dile que, si quiere lo que tiene, que no interfiera en lo que viene...- sonriéndole de nuevo a Touya y haciendo una reverencia dijo.- hasta luego... creo que, nos volveremos a ver...- desapareciendo finalmente.

Touya se quedó absorto, solo observando el espacio vacío delante de él y todo lo que ese sujeto le había narrado.

Lo admitía: todos de una manera u otra, su cabeza le decía que, estaban en peligro..

No vaciló al tomar su teléfono y marcar un numero. Pero solo salió la contestadora.- Habla a donde Tsukishiro. Deje su mensaje después del tono...- sonando el tono.

-Yuki, es Touya. Cuando llegues, devuélveme la llamada a casa de mi padre. Tenemos que hablar... bueno, y también, "el otro". Debo de hablar con él. Es urgente.- colgando la llamada.

Pero en vez de poner el teléfono en su lugar, se quedó mirando aun la sala donde se encontraba.

Miró nuevamente y tomando de una agenda colocada a un lado del teléfono y pasando unas hojas encontró el numero que buscaba. Sonó solo dos veces, respondiendo una doncella.- Busque a Tomoyo; dígale que es urgente.

A los pocos minutos la joven de ojos azules toma la llamada diciendo.- ¿Qué pasa?

-Mira no puedo explicártelo todo...- dudó en decirle.- Pero, es urgente que, no salgas de tu casa sin tus gorilas. Si es posible, mantente dentro de tu casa y sobre todas las cosas, acompañada...

-Touya, me asustas- declaró la joven preocupada.- Me haces sentir que, lo de Venecia no se ha acabado.. – sonando alarmada por el tono de su voz.- ¿qué es lo que ocurre? ¿acaso no fue un intento de secuestro lo de Venecia?

-No... no lo se- concluyó.- por favor, si es posible, marca aquí cada hora para saber que estás bien.... ¿De acuerdo?

Tomoyo mordió un instante su labio inferior y permaneció callada.

Susurró para preguntar.-¿Tiene que ver acaso con magia Touya?- preguntó impresionándole.- dime la verdad...

-Tengo que colgar...

-Ten cuidado.- dijo la joven Daidojij, escuchando colgarse la línea.

Sakura caminaba en silencio y pasos delante del joven que respetaba su silencio pero no se arrepentía a su parecer, de seguirle.

Pero Sakura, estaba muy sumida en sus pensamientos.

Toda aquella idea de que, por culpa de él, tendría que luchar con magia. Que probablemente su vida, estaba en peligro, no era un pensamiento muy feliz.

Pero mas que todo, estaba enojada. Enojada con él. Pero no lo admitiría; jamás se lo diría.

Primero rompió su corazón joven, la ultima vez que hablaron. Prometió que, no importaba, y pasara lo que pasara, superarían la distancia; pero no fue así.

Muchas obligaciones para alguien tan joven por supuesto. Pero... ¿Acaso sus obligaciones eran mas importantes que ella? ¿eso la hacía egoísta?

-"Ciertamente el tiempo, te ha cambiado".- escuchó esa voz en su cabeza.- "Para pensar esas cosas... el te quería mucho..."- haciendo una pausa.

-"Eso mismo "Quería mucho"- pensó enérgicamente.- Pero... ¿acaso el esperarle sería mi error?- Sonrojándose. Incluso miró atrás un segundo. Lo observó: No parecía muy feliz. Mas bien, parecía molesto. ¿con ella? A lo mejor. Ella no le daba una explicación concreta de porque se estaba comportando como él dijo: Cabeza Dura. Pero notó algo: su mirada, no había cambiado mucho. Mas bien, parecía mas madura, mas interesante.

-"Cálmate Sakura"- se decía a ella misma.- "Quien sabe si incluso, estará enamorado de alguien. Si, eso es...estará comprometido, enamorado o que se yo, tantas cosas. Lo que tienes que hacer, es mantenerte al margen"- mirando atrás un instante.- "Son solo negocios. Si, eso mismo. Lo que harás a ayudarle. Evitar el fin del mundo... y que vuelva a su país. No hay riesgo en eso... y volveremos a como era antes. Antes de todo..."

-"sigue siendo tan hermosa como antes. ¡No recordaba como esos ojos podían dejarte sin aire!"- pensaba Shaoran Li.- Pero... ¿Seguirá enojada? No se porque, le dejé de llamar. Pero es que, las responsabilidades eran muy grandes. Después... ¿La culpa? Si, la culpa. ¿Por qué me involucré con Biatsi? Si, eso mismo. Recuerdo que, besando a Biatsi, recordé a Sakura... no se porque... pero a Biatsi le tuve gran cariño. No es lo mismo de ahora... – mirando aun adelante a la silenciosa figura que caminaba delante de él.- Sakura, se ve... ¡Divina! – mirando ese cabello que amarrado en su coleta descendía onduladamente por su espalda. Su ropa ceñía su cuerpo, dando a ver a una figura estilizada, fina, y delgada. Su perfil al voltear su cara ese instante, reveló a alguien atractivo pero que no se percataba de ello.

-"¿qué tanto le mirarán?"- se preguntó al notar como transeúntes que, se encontraban en su pasar, le daban un segundo vistazo a la joven.- "De seguro...- Entristeciéndose un momento.- "tendrá a alguien. Seguro un novio, prometido... o ¿Esposo? Sakura casada".- pensaba él sintiendo una punzada en su corazón.- "Si eso debe ser. Nadie sería tan estúpido como yo, para dejarla ir. Aunque, está tan prepotente... ¿Acaso alguien calmaba su prepotencia y testarudez? ¿Seré responsable de su actitud?"- notando el camino que tomaban por la ciudad. – "Pero... ¡Este es el camino a su casa! ¡A la casa de su padre!"- colocando sus manos en los bolsillos a ambos lados de sus pantalones.- "este es el camino a su casa."- sonriendo sutilmente y sintiendo que un peso se quitaba de encima.- "No está casada... que alivio..."- y viniendo un terrible pensamiento a su mente, agregó.- "Pero ¿por cuánto tiempo?... Si solo, pudiera..." –haciendo un ademán de tocarle en su hombro, hacerle que se volteara a él y besarla ahí mismo, delante de todos y todos. ¿qué pasaría? ¿cómo se sentiría si, ella dijera que no era posible. que estaba con alguien mas que "perdiste tu oportunidad?" se moriría ahí mismo.

-"un momento. No rompiste con ella."-pensó.- "Nunca hubo una ruptura formal. Lo que quiere decir que, oh."- una gota rodó por su cuello.- "Está enojada conmigo. No la culpo."- pensándolo.- "Y aunque quiera...."-sacudiendo su cabeza.- "no quisiera incluso, que estuviera metida en todo este lío".

Ella se volteó en ese instante y notó la distracción que este llevaba. Parecía inmerso en los mas profundos pensamientos de su mente. Cuando vino a reaccionar, estaba frente a frente a ella y la joven le miraba curiosa.

-Perdón...- dijo el sujeto.

-Esta es mi calle... de aquí, continuaré sola...

-No. Dije que te llevaría todo el trayecto; eso haré.

-No necesito una niñera. Además, te aseguro que, si algo pasara, no te culparía a ti en todo caso...

-¿eso que quiere decir?

Sakura vaciló para responderle. Finalmente hizo caso omiso a su propio comentario y continuó caminando, pero esta vez a la par de él. Parecía que, hablaría finalmente.

-No quiero que continúen expiándome. –exigió.- O vigilándome o como llames.- declaró bastante ofendida.- Bastante tengo con mis responsabilidades aquí. El que estés en Japón son bastantes molestias...

-No es mol...

-Sin embargo.- interrumpió ella.- Este es tu problema. No se porque entonces, me atacan a mi.- mirándole esperando por respuesta.

-Yo tampoco.- declaró Li mintiendo. Claro que sabía. Lo sabía muy bien: A su parecer, solo atacaban a aquellos que, tuvieran relación importante con Li; con su familia. Con las cartas Clow... o eso pensaban eso Ukio y él en esos momentos. Ella era importante aun.

Bajó su cabeza y la sacudió. Aun lo notaba tenso. Bastante preocupado. Incluso, mas viejo que cualquiera de veinte años. Parecería que, las responsabilidades lo envejecían. O las preocupaciones.

¿Preocupaciones por ella?

¿Por las cartas?

¿O por la humanidad?

-¿Y que haces en Hong Kong?- preguntó ella para sorpresa de él. -¿Estudias, trabajas, que?

Negó para decir.- Soy líder del Consejo.- declaró haciendo que Sakura se detuviera.

-¿El mas joven?- sorprendiéndole notablemente.

-así es...

-Supongo que, tu madre debe de estar muy feliz.

Asintió para responderle.- Eso dijo ella. Pero... no se...- sorprendiendo con esa ultima frase a la chica.- Creo que, por seguir mi legado, he desaprovechado muchas oportunidades que se han presentado en mi vida. Demasiadas responsabilidades hacen que, uno pase al segundo plano muchas cosas...

-Ya veo.- declaró.- supongo que eso pasa en segundo plano a tu novia también...- mostrándose por primera vez, algo azorada ante aquel comentario y ante su silencio se disculpó.- AH lo siento... no debí... de seguro, no quieres hablar eso con nadie...

-no, está bien- declaró.- la verdad es que, no quiero involucrarme con nadie. Simplemente, tal vez no fui hecho para compromisos y demás.- mintiendo. –"No voy a permitir dejar a alguien viuda.. jamás me lo permitiría. Que sufran... como las esposas de Lis, han sufrido a través de los tiempos"- Con quienes he estado, comprenden eso...

-Ya veo.- declaró ella apesadumbrada.- los tiempos cambian ¿no?

-Las personas cambian.

-¿Y esa Biatsi?- preguntó sorprendiendo a Shaoran y sonriendo cortésmente.- ¿Qué es ella? Porque según recuerdo que Wei me explicó una vez, solo los muy cercanos a ti, te dicen Shaoran...

-¡Biatsi es mi prometida!- sorprendiendo a Sakura con ello. Incluso, él mismo se sorprendió ante aquella respuesta.

-¿Qué?- preguntó.- ¿Cómo es eso posible? si acabas de decir que...

-Se lo que acabo de decir.- declaró él – pero Biatsi es paciente y me comprende: Sabe que, tendremos el deber tarde o temprano de celebrar un matrimonio, pero...

-¿Te comprende que no coloca fecha ni te presiona?- preguntó con una cortés sonrisa.

-Así mismo.- declaró Shaoran notando que, Sakura, se creía aquel invento de su parte.- No hace presiones y mantenemos el compromiso hasta llegar a una edad o una fecha.

Por lo menos, no había perdido su ingenuidad. Eso era, una ventaja. Doblaron la esquina, notándose la casa de la chica.

-Ella se nota mayor que tu...- declaró Sakura.

-Pero es la indicada- declaró Shaoran mirándole fijamente. Su corazón latía a millón por hora.- Biatsi conoce las tradiciones, costumbres, deberes y responsabilidades de una esposa de un Li. Es perfecta...- terminó por decir no sabiendo que con aquellas palabras en cierta forma, un pedacito del corazón de Sakura, se despedazaba. – Y la edad, no es impedimento...

-Ya veo.- declaró ella.

-y tu... – tragando.- ¿Acaso tienes novio?

-Llegamos- dijo Sakura, negándose a responder eso ultimo.- Bueno, ya estoy en casa...- haciendo una reverencia.- muchas gracias por acompañarme...- volteándose.- Buenas tardes...

-¡Sakura!- dijo él llamando su atención y no dándose cuenta que, se dio percibido por alguien mas. - Será mejor, si es posible, que mañana te pase a recoger...- añadiendo.- Creo que Eriol necesitará hablar contigo...

-¿Eriol también está aquí?- sonrió ella sorprendida ante esto.

-Si- dijo Shaoran no sintiéndose bien por la emoción de ella, ante la presencia del inglés en Japón.- Creo que, hay cosas que él debe de explicarte.

-Muy bien.- declaró ella- ¿En que hotel está?

-¿Por qué mejor no te paso a recoger? Así será mejor.

Ella lo pensó un instante. Pero la mirada color miel de la joven que conocía hasta esa tarde como otra mesera, hizo que respondiera inmediatamente.- Ya encontraré quien me lleve...

-Lo lamento.- dijo de repente sorprendiendo a Sakura, y tomándole desapercibida.- Lo lamento mucho Sakura. Lamento haberte hecho ilusiones en nuestra niñez.

-¡Oye! Está bien.- sonrió ella.- Eso fue hace muchos años mas. Son sentimientos del pasado. De niñez. Además somos adultos ¿no?

-Si...

-Entonces que hayas seguido con tu vida, no es un crimen. – Sonriendo – Espero que tu y Biatsi sean muy felices... – mintiendo. Ya no soportando estar ante su presencia, corrió a la puerta, cerrándola tras de si.

Estrelló contra el piso, las llaves que portaba en sus manos y el bolso que llevaba, llevándose una mano a sus ojos mientras corrían por sus mejillas las lagrimas de una infancia o mejor dicho, una ilusión infantil hecha pedazos. Sus sollozos llegaron a oídos de quien se encontraba aun tratando de asimilar las cosas en el saloncito.

-¿Sakura?- preguntó él sorprendido ante la presencia elegante, perfilada y hermosa de su hermana. Al notar ella su presencia quitó unas lagrimas de su rostro. Para Touya y por un instante, era como si viera nuevamente y viva a su madre.

Sakura se veía mas radiante que nunca en su vida. Aunque, su tristeza era inminente.

Y esa tristeza, hacía pedazos el corazón de su hermano. A lo pronto, y ante su impactante mirada, después de todo ese tiempo de ausencia, no lo creía pero aun así, se recargó de su hermano y le abrazó con desesperación y esperanza.

El solo, se conformó con acariciar su cabeza.

----------------------- Esa noche.--------------

-¿Qué LE DIJISTE QUEEEEEEEEE???- reclamó una azorada, sorprendida, impactada, pasmada Reiko Biatsi, ante la figura de Shaoran Li.- REPITELO PORQUE ESA ULTIMA ... ¿POR QUÉ???

Ambos estaban a solas en la sala del departamento de la joven Reiko. Después de haber dejado a Sakura en su casa, Shaoran Li, vagó por Tomoeda y finalmente terminó en el departamento de la hermana de Ukio. El lugar estaba en tenues luces de velas y velones. Pues, la joven Biatsi, consideraba esta iluminación la mas adecuada para consultar sus cartas. Cosa que hacía cuando el joven llegó. Pero aun así, Shaoran parecía sentirse mas cómodo en aquel ambiente que, con las luces del lugar.

Ambos estaban sentados delante de la mesa de té de la chica. Mientras Biatsi estaba sentada de manera muy oriental (usando sus piernas como silla), mientras Li estaba sentado extendido a lo largo.

-Le dije que estábamos comprometidos para casarnos...- siendo observando enigmáticamente por la esbelta chica de mirada miel.- ¡¡No me mires así!!

-¿Cómo quieres que te mire? Le dijiste que, estábamos a punto de casarnos...

-No. Dije que, no teníamos fecha para casarnos... es distinto.

Biatsi tuvo que beberse un trago de té de un solo tirón. La verdad era que, Shaoran mentir era tan imposible como un tsunami en tierra firme.

-¿por qué le dijiste eso?

-Porque no quiero involucrarme sentimentalmente con Sakura.- declaró con honestidad.- No quiero que, una vez mas, sea yo capaz de, hacernos ilusiones para después, romperlas en cientos de pedacitos...- mirándole fijamente.- ¡jamás me lo permitiría.!

-Ah pero no niegas que aun te guste...- guiñándole un ojo. Shaoran retiró la mirada de su rostro y ella rió diciendo.- Siempre te ha gustado, Admítelo. Además, ella conserva lindos recuerdos de ti...- bebiendo su té.- Además de una foto tuya...- ahí Li le observó.- De ambos, en la casilla de su trabajo.

-Eso, ya no importa. Sakura merece una vida tranquila, feliz. La vida de una mujer casada con un Li, es llena de responsabilidades y riesgos...

-¡Shaoran!- le reprendió ella.- Sabes que eso, no es cierto...

-Si es cierto y lo sabes.- ella para evitar discutirle mas, comenzó a barajar sus cartas que estaban en la mesa del té. - ¿Qué dices de mi padre? -Él le observaba tiernamente mientras ella lo hacía.- Sabes que, nuestros padres son el ejemplo exacto. Mi madre quedar viuda con cinco hijos...

-Mi padre murió defendiendo un ideal...- dijo ella distraídamente.- y tu madre, el tiempo que tuvo a tu padre de su lado, fue muy feliz ¿No crees que, él también lo fue? Aunque al final muriera.

-Tu padre, murió salvando al mío.- dijo Shaoran haciendo que la chica dejara de barajar. Sus ojos miel, observaron el semblante iluminado por las velas y velones .- Después, murió el mío... el mismo día...

-Shaoran... ¿Acaso crees que Ukio o yo, culpamos a tu padre?

-No lo se.- declaró Li.- Pero es bastante incomoda la situación, ya como está.- tomando un sorbo del té.

Ella le miró un instante y sacando una carta dijo.- ¿Qué ves en esta? – sin ella, siquiera mirar la imagen que presentaba.

-Dos figuras... portando espadas...- dijo tomándole en su mano.

-¿Y esta?- preguntó.

-Un anciano sosteniendo un reloj de arena...- sonrió recordando.- me recuerda la carta del Tiempo...

-¿Y Esta?

-Un chico y una chica...- notándoles de nuevo.- Están agarrado de manos...

-Exacto.- dijo ella tomándole de sus manos y desplegándolas dijo.- Esto quiere decir que, la lucha aun no acaba. Nada en esta vida es fácil y el camino está lleno de baches incluso el amor, que solo el tiempo, dejará que el amor llegue...

-¿En nuestro idioma es?

-Que lo quieras o no, terminarán mas juntos de lo que crees. Solo el tiempo lo dirá.- enfatizando su mirada.- Y no habrá nada ni nadie que lo evite; ni siquiera ese susodicho compromiso que inventaste... –haciendo una pausa- Te soy sincera cuando digo lo siguiente: tomándote la molestia de inventarte un compromiso tal vez es tu manera propia de mantener un margen entre ambos. Un espacio que tu mismo romperás por tus sentimientos para con ella. No soy ciega Shaoran y creo que los otros, tampoco lo son- atrayendo su mirada.- Te gusta Sakura. Hemos estado aquí bastante tiempo, aunque te negabas de verla ¿por qué? Para evitar sentir lo que en estos momentos, le ruegas a tu corazón que no sienta... es porque lo de ustedes no es de ahora... puede ser sin embargo, que tus sentimientos de niños se vean influenciados por el hecho del riesgo que corre alguien que elijas como esposa dentro del Consejo. Tarde o temprano tendrás que enfrentar ese hecho y cuando lo enfrentes, entonces, te casarás por obligación. ¿Por qué no hacerlo ahora por amor?

Shaoran tomó su mano que estaba sobre la mesa, y la besó con dulzura muy al occidental notándose el sonrojo en el rostro de la chica.

No sabía si estar agradecido por aquel cumplido o por ser la amiga que necesitaba en aquellos momentos.

Una cosa era clara para Biatsi: si Shaoran significaba tanto como ella se imaginaba para Sakura, iba a ser difícil su cohabitar con ella, mas que todo, porque Sakura tal vez, tendría rencor hacía ella.

¿o no?

-La señora Raci, le recibirá en un momento señor.- dijo la joven de ojos café antes de retirarse y dejar a Fujitaka y su acompañante encerrados en una pequeña sala de estar.

Era notable que, aquel salón al igual que el resto de la casa, tenía cierto toque italiano antiguo mas que, Japonés. Las paredes era mármol rústico mientras el piso era mármol pulido. La joven que les recibió vestía con un conjunto de dos piezas de pantalón y blazer como cualquier asistente.

Las paredes estaban con cuadros, muchos de ellos, representando épocas pasadas de la Roma antigua.

-Puedes sentarte si quieres- declaró Kinomoto a Sebura.

-Es increíble.- paseaban sus ojos con atónita reacción.- ¿Sabías de la existencia de un lugar así en Japón?- viéndole asentir.- ¿Desde cuando?

-Raci, es una vieja profesora de Historia mundial. La conocí cuando comencé a ejercer como profesor de antropología en la Universidad. Pero sobre todo, es una heredera de una gran fortuna italiana.

-eso es, notable.- para decir con una palabra lo que ella podía ver con sus propios ojos ahora.

-no lo entiendes- discutió Fujitaka desde la silla donde observaba a la mujer delante de él. –Raci es una mujer de conocimientos indefinidos acerca de la historia de la humanidad...

-Un momento- dijo Sebura - ¿Ella sabe de todo lo que pasa?

-Sabe que algo pasa- declaró Fujitaka.- Te aseguro que, si alguien sabe algo mas de lo que los libros de Historia dicen, esa es Raci.

En ese momento la puerta se abre dándole paso a Raci. Pero como la descripción del humilde profesor era de "vieja profesora" no esperaba ver a alguien así.

La mujer delante de ellos en esos instantes, era muy fina, recatada (por lo que pudo notar) pero mas que todo joven (incluso se veía mas joven que ella). No pasaría de los treinta años; cabellos negros cortos que rozaban con su rostro y su mirada negra intensa fue primero a dar a ella; después miró a Kinomoto a quien se acercó tomando sus manos.

-Te esperaba desde hace tiempo.- dijo con cierta voz relajada, confiada y aliviada. Con una cabezadita, ordenó a su ayudante que se retirara, dejándoles los tres a solas.

Enfocó su mirada en la mujer que acompañaba a Kinomoto y este dijo.- Perdón. Sebura Yaki, Serv Raci.- presentándoles a ambas. – Sebura es una importante colaboradora y fue testigo en la apertura o casi apertura en Hong Kong, veinte años atrás. también fue una catapultora de la llegada de las cartas mágicas a Japón.

Ante aquello, Raci sonrió.

-Solo porque tenía dieciséis... – declaró Sebura. Haciendo una reverencia ante la mujer.- mucho gusto...

-El gusto es mío. Cualquiera que sea enemigo de la apertura del Nexus es, nuestro aliado.- Mirándole un instante y luego a Kinomoto, agregó.- Ella viene de allá ¿no?

Sebura estaba sorprendida. Pero no Kinomoto. Este permanecía calmado.

-Ya veo.- no esperando en realidad, respuesta de su parte. Les indicó que tomaran asiento y así lo hicieron.- Por mil años, he estado encargada de mantener el balance; un balance que con cada día que pasa se vuelve mas difícil...

-lo comprendo perfectamente.- declaró Kinomoto.- no estoy aquí, esta vez, para pedirte que te involucres...

-No he recibido llamada desde Hong Kong.- declaró la mujer.- Creo que, el nuevo líder no necesita la ayuda de las sacerdotisas de Gaia, para mantener el equilibrio cuando el momento llegue.

-El equilibrio es necesario. – declaró Fujitaka.- pero no es por eso que te he venido a buscar.

-Tu dirás- tratándole con toda confianza.

-Necesito un favor de tu parte...

Ella aspiró profundo. Negó con su cabeza y Sebura declaró.- ¡Pero no lo has oído siquiera!- defendiendo a Fujitaka.

-Por lo que veo, tienes alguien ya.- sonrió amablemente.- Que bueno...- dirigiéndose a Sebura declaró.- La ultima vez que, Fujitaka Kinomoto vino aquí a pedirme un favor...- entornándose su rostro develando tristeza- fue cuando perdía a su esposa...

-¿Qué?- preguntó Sebura buscando en el rostro de Kinomoto una respuesta ante tal idea. Pero este no se atrevía a mirarle a los ojos.

-Cuando Nadeshiko moría... no podía, no quería dejarla morir. – declaró el sujeto.- Raci tenía el poder de no dejarla morir...

-Pero no podía intervenir.- declaró Raci en defensa (la cara de Sebura ante el sufrimiento de Fujitaka era de enojo total).- La muerte de un ser humano cuando ha llegado su hora no puede ser reversible por las del Santuario de Gaia. Ofrecemos protección contra las muertes a destiempo. No las que son llamadas...

-Pero ¿Pudo ser salvada?- preguntó Sebura con dejo de voz.

Raci no respondió.

-¿Qué piensas hacer que necesitas mi ayuda?- preguntó Raci después de un incómodo silencio.- ¿Acaso quieres que intervenga en el nexus? Porque sabes que, no podemos intervenir si nuestra ayuda no es requerida por alguien fuera del Consejo...

-Si, si. Lo se. No es eso por lo que he venido...- exhalando.- mi hija.- sorprendiendo a Sebura.- Mi hija corre peligro. Necesito que la protejas.

-No puedo proteger a aquel que no me lo solicite.

-¿Acaso no escuchas?- preguntó Sebura.- Si de por si, para él fue difícil venir aquí a pedir tu ayuda a sabiendas que pudiste salvar a su esposa, ¿No crees que te adelantas un poco al no escucharle? Tienes que ayudarle.

Raci lo observaba fijamente. La devoción de Sebura por Fujitaka sobrepasaba las barreras normales. Raci notó aquello.

-La hora ha llegado- declaró Raci seriamente. En otro lugar, una persona con poderes de leer las cartas se daba cuenta de lo mismo en su lectura rutinaria.- La sangre será el personaje vital... el pacto de sangre fue hecho ya, para asegurar la apertura del Nexus...- Kinomoto se puso de pie.- Pero necesitan a alguien mas. Alguien de poderes y alguien de aquí. Bastante poderosa para que sea la llave. Será la llave. Cuando eso ocurra...- mirándole con melancolía – Nada podrá evitarlo... ni siquiera nosotras...

Sebura tomó la mano de Kinomoto mientras la mujer revelaba todo aquello. Pero para su sorpresa no hubo reacción de su parte. Solo pudo susurrar algo escuchado por ambas mujeres. – Sakura...

--------- Continuará...

Notas de la autora: Bueno, capitulo seis concluido. La verdad es que, me tomó mucho tiempo poder subir las historias y me disculpo grandemente. Pero mas circunstancias de las que podía manejar, me mantuvieron alejada. Espero que les guste esta actualización.

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