Resumen: Albus decide que las clases del ED continúen, pero con una pequeña modificación: Severus Snape será el profesor.

Autor: katya (Mi nombre real es Sonia)

E-mail: ,katya987yahoo.es

Clasificación: R (realmente aún no estoy segura, todo dependerá de como se desarrolle la historia).

Pareja: Harry Potter/ Severus Snape

Disclaimer: Los personajes de esta historia no me pertenecen. Son propiedad de J. K. Rowling. Yo no gano ningún dinero con esto, sólo sus reviews ¡¡¡qué espero que sean muchos!!!

Avisos: Esta historia contiene slash, es decir, relación hombre/hombre.

Nota: Esta historia contiene spoilers del quinto libro "Harry Potter y la orden del Fénix".

CAPÍTULO 2 : ¿¡ SNAPE PROFESOR!?

La primera clase del año para los alumnos del sexto curso de Gryffindor era Transformaciones con la profesora Minerva McGonagall.

Cuando llegaron al aula la maestra ya se encontraba allí esperándoles. Inmediatamente les hizo entrar y acomodarse en sus respectivos asientos. A continuación les pidió los deberes que les había encargado hacer durante las vacaciones de verano y les dio él típico discurso de bienvenida en el que pedía a todos los alumnos que se esforzaran durante ese año; ya que todo lo que estudiarían formaría parte de los exámenes TIMO del año próximo. Una vez finalizadas todas las recomendaciones de rigor comenzó la clase.

Una hora después sonó la campana que anunciaba el final de la lección. Todos los alumnos se apresuraron a recoger sus cosas para poder dirigirse hacia el aula de encantamientos con el profesor Flitwick. Nadie deseaba llegar tarde el primer día.

- Sr. Potter, Sr. Weasley y Sta. Granger, quédense un momento. Necesito hablar con ustedes. - dijo McGonagall.

Los tres chicos se miraron con preocupación mientras ponían caras de circunstancias. Recogieron todas sus cosas rápidamente mientras mentalmente se afanaban por repasar todo lo que habían hecho desde su llegada al castillo, buscando cualquier posible motivo por el que estaban a punto de regañarles y, quizás, ponerles alguna retención.

- ¿No os habréis metido en ningún lío, verdad? - susurró Hermione a los dos muchachos que se dirigían junto a ella hacia la mesa de la profesora.

- No pongan esas caras - dijo Minerva divertida - No voy a castigarles. Solamente quiero hablar unos minutos con ustedes.

El trío dejó escapar un largo y profundo suspiro mientras sus cuerpos se relajaban. Ninguno de ellos había sido consciente de que habían estado reteniendo el aire.

- ¿O es que debería castigarles por algún motivo? – preguntó la maestra con suspicacia - ¿No se habrán metido ya en ningún lío, verdad?

Esta última pregunta la hizo muy seriamente, al mismo tiempo que mentalmente iba repasando los cinco años que los muchachos habían pasado en Howgarts. Era cierto que ellos no eran directamente culpables de las aventuras en las que se veían envueltos cada curso, pero su curiosidad, temeridad y falta de respeto por las normas tampoco ayudaban a que los adultos pudieran prevenirles ni protegerles.

- No, profesora McGonagall - respondió Hermione educadamente.

- Aún no nos ha dado tiempo - susurró Ron a Harry mientras se esforzaba por ocultar una traviesa sonrisa que comenzaba a aparecer en la comisura de sus labios.

- Bien. Tengo que informarles sobre una decisión que ha tomado el director y con la que estoy completamente de acuerdo, debo añadir. - dijo para evitar posibles excusas.

- ¿A ocurrido algo? - preguntó la castaña visiblemente alarmada.

- ¿Le a pasado algo a mis padres? - dijo Ron asustado. El que sus padres, Bill y Charlie formaran parte de la orden del Fénix era algo que enorgullecía al resto del clan Weasley, pero que también les preocupaba y aterrorizaba enormemente.

- ¿Ha habido algún ataque? - preguntó Harry. Llevaba semanas sin tener ninguna visión, pesadilla o dolor en la cicatriz.

- Tranquilícense. No se preocupen. No ha ocurrido nada y todos sus familiares se encuentran perfectamente.

- Entonces... ¿para qué nos ha llamado? - inquirió la castaña

- ¡¡¡ Si se callaran y me dejaran hablar podría explicárselo!!! - exclamó la profesora visiblemente molesta. Empezaba a irritarse.

Al instante los chicos enmudecieron y miraron al suelo avergonzados mientras musitaban disculpas precipitadamente.

- Bien. - suspiró McGonagall - Como iba diciendo, el director ha tomado una decisión que les afecta a ustedes tres y al resto de estudiantes que formaban parte del ED. Quiere que continúen con esas clases.

- ¿En serio? - preguntaron emocionados.

- Así es. Pero cree conveniente que sea un maestro quien les imparta la materia. Alguien que conozca realmente las artes oscuras y, por tanto, tenga gran experiencia en su defensa. Aún así, Sr. Potter, todos pensamos que hizo un gran trabajo con sus compañeros - añadió precipitadamente. No quería que el muchacho pensara que menospreciaban su trabajo.

Harry no prestó atención al último comentario. Por fin tendrían a alguien realmente capacitado para enseñarles, a parte de Lupin. Alastor Moody (bueno, Crouch) también les había enseñado muchas cosas, pero era un mortífago y por tanto no contaba.

- Y... ¿podemos saber quien será? - preguntó Ron lleno de entusiasmo.

- El profesor Snape.

Silencio.

Repentinamente el aire de la habitación se volvió frío, helado, y la alegría y el entusiasmo que había albergado a los estudiantes había desaparecido precipitadamente. Parecía como si de repente un dementor hubiera entrado en el aula llevándose la alegría de los muchachos allí presentes.

Los tres gryffindors parecían haber perdido el recurso del habla o del pensamiento. Tan solo estaban allí plantados, al lado del escritorio de la profesora, sin moverse. Demasiado aturdidos como para hacer nada. Intentando asimilar la información.

De repente, minutos después, Ron empezó a abrir los ojos desmesuradamente. Harry palideció hasta lo indecible mientras que Hermione era incapaz de cerrar la boca que había mantenido abierta desde que había escuchado la terrible noticia.

Minerva les miraba divertida, en silencio, mientras que veía el efecto que esas tres palabras habían causado en sus estudiantes. Carraspeó para disimular el ataque de risa que amenazaba con poseerla, llamando así la atención de los chicos allí presentes.

- ¿S...na...pe? - balbuceó Harry incrédulo, con la esperanza de que tal vez esto fuera tan solo una pesadilla o alguna alucinación provocada por Voldemort.

- Así es, Sr. Potter. Él es un experto en la materia y un gran maestro. - dijo seriamente la mujer.

Las caras de los chicos en aquel momento merecían ser inmortalizadas, pensó McGonagall. Lástima que no se le hubiera ocurrido mandar a algún elfo doméstico que grabara la conversación. Dumbledore no sabía lo que se estaba perdiendo.

- Pero...pero... ¡¡¡él nos odia!!! - dijo Ron, como si aquel simple comentario, completamente obvio, pudiera poner fin a esa absurda idea.

- No diga tonterías, Sr. Weasley. El profesor Snape no les odia. Tan solo denle la oportunidad de conocerle y verán como es una gran persona - dijo Minerva intentando poner fin a la conversación. De lo contrario allí mismo estallaría a carcajadas, delante de los tres muchachos.

- ¡Seguro que intenta matar a Harry lanzándole un hechizo en mitad de una clase con la excusa de que sólo estaba intentado enseñarle y que él es demasiado torpe para evitarlo! - dijo Ron intentando desesperadamente que la mujer entrara en razón. ¡¡¡Es que se había vuelto completamente loca!!! ¡¡¡Estaban hablando del temible profesor de pociones, el hombre que les había hecho la vida imposible desde el primer día que llegaron al castillo!!!

- Ya he escuchado suficientes tonterías. - sentencio la mujer - Deberán avisar al resto de componentes de grupo. Las clases comenzarán mañana a las ocho de la tarde en el lugar habitual, la Sala de los Menesteres. Sean puntuales.

Al ver las caras de disgusto de los muchachos añadió, mientras les miraba severamente.:

- Y más les vale a todos acudir. De lo contrario me veré obligada a tomar medidas drásticas, como por ejemplo – dijo con aire inocente - dejar a algún alumno fuera del equipo de quidditch de su casa.

Tras eso se fue dejando a los tres adolescentes allí plantados. Estaba segura de que, tras el último comentario, Harry no se perdería ninguna lección.

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Toc, Toc, toc.

Alguien llamaba a la puerta del despacho.

- Adelante Minerva. Pasa. Siéntate.

- Hola Albus - dijo la mujer al mismo tiempo que se acomodaba en una silla que el director había hecho aparecer delante de su mesa, junto con dos tazas de té.

- ¿Un caramelo de limón? - preguntó el anciano con su habitual tono risueño.

- No, gracias. - respondió Minerva con resignación mientras ponía los ojos en blanco.

- ¿Qué tal ha ido todo? - preguntó el director mientras sus ojos destelleaban divertidos.

- Tal y como era de esperar. Potter no se ha tomado la noticia demasiado bien, por decir algo. Esos muchachos han puesto toda clase de absurdas excusas. Pero, por suerte para nosotros, ningún alumno puede negarse a obedecer una orden de un profesor - dijo la mujer divertida.

- Ya veo.... - dijo sonriente el anciano - Les amenazaste con expulsarlos del equipo de quidditch si no acudían ¿verdad? Eso fue un golpe bajo - dijo con una traviesa sonrisa.

- Sí, pero efectivo. Así no tendremos que preocuparnos por la asistencia de Harry. Estando el quidditch en juego no se saltaría esas clases por nada del mundo. – explicó Minerva.

De repente la mujer empezó a preocuparse. Quizás los chicos hubieran tenido algo de razón en sus objeciones. Ella misma sabía que Severus no se mostraría amable con los chicos, al menos al principio (después ellos se encargarían de que la actitud del maestro de pociones cambiase).

- Albus, verás... - empezó la mujer en tono dubitativo - Creo que quizás los chicos tenían algo de razón en sus temores hacia el profesor Snape. No creo que Severus se muestre demasiado amable con ellos. Dudo mucho que tras la primera semana de clases les quede algún punto a alguna otra casa que no sea Slytherin.

- ¡Oh! Tanquilízate Minerva. Ya había pensado en eso. Severus no podrá descontar puntos a ningún alumno durante esas sesiones, ya que se trata de unas clases extraoficiales. Además, el resto de estudiantes no conocen su existencia así que... ¿como justificaríamos esa pérdida de puntos? - dijo maliciosamente el director.

- Supongo entonces que tampoco podrá imponer castigos.... - apuntó la mujer.

- Así es.

Tras unos minutos de silencio, en el que ambos se dedicaron a beber de sus tazas de té y a comer algún que otro pastelito, Albus continuo:

- Bien. Entonces ahora sólo nos queda ver como transcurre la primera clase. Así veremos exactamente cual es el problema entre esos dos y sabremos de que manera debemos darles nuestra preciada y valiosa ayuda... - dijo divertido.

- Pero... ¿ cómo?- preguntó la mujer.

- ¡Ah! Creo que olvidé comentarte que tengo un buen amigo en el Ministerio de Magia (llámese Arthur Wesley) que estará encantado de poder conectar nuestra chimenea con la de la Sala de los Menesteres.

- ¡¡¡Pero no podemos asomar nuestras cabezas!!! - dijo visiblemente horrorizada- ¡¡¡nos verán!!!

- Mi querida Minerva... recuerdo cierto artilugio de los gemelos Wesley... - dijo sonriente el anciano

El rostro de la maestra empezó a iluminarse mientras la comprensión iba llegando hasta su cerebro. ¡¡¡Las orejas extensibles!!!

- Tanto el Sr. Fred como el Sr. George han sido muy amables. Ambos estuvieron encantados de poder prestarme un par de orejas - explicó el director con travesura.

El plan era bien sencillo. Arthur Wesley conectaría ambas chimeneas en una red flo privada (e ilegal). Entonces, antes de que nadie llegara a la sala, pasarían un extremo de las orejas extensibles a través de la chimenea y el otro se lo pondrían en los oídos. Después sólo tendrían que sentarse en dos cómodas y confortables butacas ubicadas en el despacho de Dumbledore a escuchar atentamente durante toda la clase. De esa forma sabrían en que tenían que intervenir primero y verían y exactamente a que se estaban enfrentando y, lo más importante de todo, así podrían cotillear a sus anchas sin temor a ser descubiertos.


Amazona Verde: Gracias por tu review. Sí, has sido la primera en dejarme un comentario. Me alegra que te guste la idea del fic y espero que no te defrauden los siguientes capítulos. Besos.

Turi: Hola y grácias por tu review. Me alegra que te haya gustado el primer capi. Ya se que puede parecer un poco extraño que sea slash mi primer fic, pro es que desde que leí el primer Severus/harry me enganché al slash. Besos.

Marla: Como ves aquí estoy otra vez. Tranqui que no dejaré la historia a medias. A mí también me fascina la pareja de Snape/Harry. Otra pareja que me gusta mucho es Tom/Harry, pero no hay muchos fics sobre ellos. Espero que te siga gustando la historia. Besos.

CanutaBlack: Grácias por tu comentario. Me alegra que te haya gustado. Aquí tienes el siguiente capítulo. Espero que te guste tanto como el primero. Besos.

Zekhen-angel: Hola y grácias por el review. Yo también pienso que Dumbledore a veces parece más un slytherin que un gryffindor. Espero que te guste el capi. Besos.

Niea: Aquí tienes el siguiente capi. Espero que te guste, aunque ya he visto que te has adelantado y lo has leído en slasheaven, jajaja. A mi me encanta la parejita cotilla y traviesa de Albus y Minerva, creo que dan mucho juego. Besos.

Saly: Hola y grácias por el review. Me alegra que te haya gustado y espero que el segundo capi tambié te agrade. Subiré un capi cada semana. Besos.

RefinedMagicaSnape: Grácias por el comentario. Me alegra que te parezca interesane el fic. Tranquila que seguiré escribiendo. Espero que este capi también te guste. Besos.

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¿Qué les ha parecido? ¿Continuo?

NOTA IMPORTANTE: Prometo que este será el único capítulo donde no saldrá mi Severus.

Gracias a todos por vuestros comentarios. Me han animado mucho a continuar con la historia. Espero que este capítulo también os guste.

¡Ah! Actualizaré todos los miércoles por la noche, así que tendréis un capi por semana, aunque de vez en cuando intentaré daros alguna sorpresita.

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Besitos XXX