Amando al Enemigo
por: Tiff
Shaoran Li se sentó pesadamente en uno de los sillones de la estancia, cansado de estar en actividad toda la noche, en uno de esos clubes nocturnos. Sin embargo, sus párpados se rehusaban a darse por vencidos a esa hora. Estaba acostumbrado a dormirse casi al alba, gracias a su inusual 'trabajo'.
En lugar de sumirse en su mundo de ilusiones, se dedicó por largo rato a observar el gran ventanal que se elevaba frente a él, con una maravillosa escena de una ciudad oscura, con pequeños destellos dorados y plateados emergentes de la penumbra. Recordó los sucesos que había experimentado hacia solo unas cuantas horas, mientras una sonrisa involuntaria se dibujaba en sus labios. La memoria de la chica castaña, le traía un sentimiento de extraña calidez. Se sorprendía de que no estuviera en esos momentos con ella en la cama. Por primera vez, no había tenido deseos de eso.
Su mirada capto por uno de sus bordes, a la sombra que se movía sin hacer ningún sonido, a través del departamento. El ojiazul que ahí vivía, se quitaba la gabardina de sus hombros, y la colocaba con cuidado en un perchero cerca de la puerta. Li sonrió.
-¿Te divertiste Eriol?- el castaño extendió su sonrisa, hasta convertirse en una visiblemente maliciosa, mientras observaba al otro joven, que se volvía a sentar en la mesa frente a su dinero.
-Cuando voltee a verte, no podía creerlo ¡El frío Eriol Hiragizawa con una chica!-
Como respuesta recibió la cosa más cercana a la mano de Eriol, un grueso libro en medio de la cara.
-Cierra la boca.- exclamó molesto con el castaño, pero no pudo evitar un brinco extraño en su corazón. Demonios.
El castaño se sobó la nariz. Ya se había acostumbrado al temperamento agresivo de Eriol cuando algo no le parecía. Era sorprendente que su rostro no tuviera ninguna cicatriz permanente. Había recibido muchas veces ese mismo libro, tomándolo desprevenido, sin embargo parecía que no aprendía la lección.
-¿Cual era su nombre?- preguntó de nuevo, escondiéndose detrás del libro recién adquirido, esperando protegerse del próximo golpe.
Pero para su sorpresa, esta vez nada llegó. Alzo sus ojos ámbar cautelosamente, encontrándose con la siempre amenazante mirada índiga de su compañero.
-Eso no te importa.-
La habitación quedó en silencio de nuevo. Solo se escuchaba el débil susurro del pasar de los billetes, por los dedos del ingles.
-Por cierto ¿Que paso con tu 'presa' de esta noche?- exclamó Eriol en su siempre sarcástico temperamento. En verdad que a Eriol no le gustaba mucho hablar, pero cuando se trataba de molestar al castaño, no perdía el tiempo.
-¿Quien, Sakura?- dijo el chico con algo de entusiasmo, recobrando el interés en la figura iluminada por la luz.
Silencio.
-Quien sea. Me sorprende que estés aquí.-
Shaoran se sonrojó. -Es que hoy no tenía ganas de nada, eso es todo.-
-Como sea.-
Silencio.
-Bueno, talvez la chica me cayo bien. No era como cualquiera.- terminó Li después de un suspiro.
Eriol al fin levantó la mirada hacía el joven, observándolo suspicazmente. De todo el tiempo que tenía de conocerlo, jamás había dado una excusa tan tonta, nunca se había ido de un lugar sin haberse acostado con una mujer.
Li sintió sobre él la mirada inquisitiva del otro joven, alzó los ojos.
-¿Que?-
La mirada de Eriol se suavizó un poco. Talvez para ese asesino, aun quedaba la esperanza de tener un alma humana.
-Nada.- Pero para él ya no.
En ese momento, el teléfono sonó, y Li corrió a contestar al ver el poco interés de su compañero que solo enfocaba su mirada en sus ágiles dedos.
Las cuatro de la mañana...Sólo una persona podía ser aquella que llamaba a las horas más inesperadas de la noche: Su jefe.
El castaño levantó el auricular con una cara de interrogación. Su jefe solo hablaba para encomendarles una misión. Pero acababan de regresar de una ¿Tendrían otra así de pronto?
El joven escuchó atentamente todo lo que le decían desde el otro lado, sin hacer ningún sonido, solo asintiendo con la cabeza.
-Entendido- dijo antes de colgar. Se quedó parado un tiempo sin decir nada.
-¿Y?- preguntó Eriol, que de repente se había quedado esperando alguna reacción del castaño, ahora si muy interesado en la breve conversación
-Tenemos otro trabajo.-
~*~
Sakura Kinomoto había llegado a casa después de un arduo día de trabajo. Traía su vestido favorito manchado con pintura amarilla, un pequeño accidente mientras enseñaba a los pequeños a su cargo a dibujar.
Sin embargo, ni una sola mueca de disgusto se había dibujado en su lindo rostro, tranquilizando al pequeño que estaba apunto de soltar un llanto histérico. Estaba acostumbrada a esas cosas. Había arruinado muchos vestidos de esa manera, y ya se había hecho a la idea de que no sería el último.
Estaba a punto de preparar la cena para su padre y su hermano, cuando escuchó el timbre de la puerta principal.
Sabía quien era, después de todo, se reunían todas las tardes. Abrió con su usual sonrisa de bienvenida, y se encontró con su mejor amiga Tomoyo Daidouji.
-¡Hola Tomoyo-chan! ¡Que bueno que llegas! Estaba a punto de preparar la cena.-
Las dos jóvenes se habían conocido había mucho tiempo, en la primaria de Tomoeda, y desde ese momento, habían sido las mejores amigas. Eran muy diferentes entre si, pero eso no les había impedido llevarse bien, por casi más de diez años.
Sakura se acercó a la cocina, y se puso su delantal, dispuesta a cocinar. Tomoyo se sentó mientras en el desayunador, sirviéndose un vaso de agua. Una cosa amarilla llamó su atención. Cuando enfocó su vista, descubrió que provenía del vestido de su amiga. Suspiró.
-¿De nuevo un accidente con los niños?-
Sakura puso su sonrisa infantil, sonrojándose levemente. -Eso suele pasar a veces.-
-¿No crees que ya son demasiadas veces?-
-No importa. ¡Me encantan los niños!-
-Lo se.- Tomoyo sonrió, siempre que le hacía esa pregunta, recibía la misma vieja respuesta. -No entiendo como es que no tienes tus propios hijos.- manifestó la ametista sorbiendo un poco de agua.
-Tu sabes que me gustaría mucho. Pero no puedo hacerlos yo sola.-
-Ese es el problema. ¿Cuando fue la última vez que saliste con alguien?.-
Sakura lo medito un poco, y contó con sus dedos. -Hace como seis años. Con Aya Creevey ¿recuerdas?-
-Si, el chico alto de cabello rojizo.-
-Era un tonto. Seré muy despistada, pero no soy tonta.-
-Si tienes razón...pero desde entonces no has tenido ninguna relación con nadie.-
-Tu sabes que mi hermano espanta a todos mis pretendientes.- suspiró Sakura.
-Pero tú nunca tratas de impedirlo.-
En eso tenía mucha razón. La última vez, había salido muy lastimada de la relación. Había querido en serio a Aya, pero él solo la buscaba por interés, además de una tonta apuesta en la universidad. ¡Que bueno que las demás habían sido más perceptivas! Podía estar orgullosa de tener amigas como ellas.
-Por cierto, ahora que lo recuerdo.- preguntó Tomoyo con una sonrisa pícara. -¿Como se llamaba ese lindo chico castaño de la otra noche?-
Sakura se sonrojó. Comenzó a jugar con su delantal nerviosamente.
-Shaoran Li.- contestó Sakura sin titubear, pero muy despacio.
-Estuviste con él toda la noche ¿no?- comentó Tomoyo, alcanzando unas uvas.
-Si.-
-¿Y que tal? ¿Como es él?.-
-Pues...-titubeó un momento, sabía como le encantaba a su amiga el estarla molestando en ese sentido, después de esa vez, no dejaría de hablar del 'lindo castaño'. -Es un chico muy educado y divertido.-
-¡Sakura!-
-¿Que?-
-¡Te estás sonrojando!.- Tomoyo lanzó una carcajada al aire, mientras Sakura sonreía apenada. -Lo volverás a ver ¿verdad?-
-No lo se. Me pidió mi teléfono, dijo que me llamaría.-
-Esta bien.- la chica ametista sonrió tristemente. Ella también había conocido a un chico aquella noche en el bar. No, más bien lo había vuelto a ver.
Sin embargo, no se había mostrado interesado en ella.
En ese momento el teléfono sonó, y Sakura corrió a contestar. Una sonrisa apareció en su rostro.
~*~
-Deberías de ponerle más interés al trabajo de esta noche.- sentenció Eriol parado en la entrada del baño, mientras observaba como Li se arreglaba el cabello frente al espejo.
-Na, me preocuparé cuando esté ahí.-
-Como quieras.-
El inglés salió del lugar, tomó un libro y se sentó en el sillón más cercano a la ventana, para ver mejor a la luz del sol. Acomodó sus lentes con un dedo, y abrió el grueso ejemplar en una de las páginas centrales. Le gustaba mucho leer. Era una de sus pasiones más notables. Cualquier tipo de lectura le deleitaba.
Había revisado ya muchos libros, desde cuentos de hadas, hasta grandes novelas históricas. Todo el tiempo libre que tenía lo empleaba en esa tarea (menos las tardes de las largas caminatas por la ciudad) dejando al mundo real, al aire fresco, a los amaneceres descritos en sus libros, sólo a su imaginación.
Li se quejaba mucho de sus hábitos, no le gustaba ver a su único amigo sentado todo el día, en medio de su pequeña habitación. Pero casi nunca había podido sacar al ojiazul de su ensimismamiento, para que el sol bronceara aunque sea un poco su pálida piel.
-¿Que lees ahora?- preguntó Li, más por habito que por interés.
Eriol levantó el libro, y unas letras doradas resplandecieron en la portada
'The Heart in the Iron Mask'.
-¿Otro cuento de hadas?-
El Inglés asintió, sin apartar su vista de la historia.
-¿Porque no dejas eso un rato?-
-No molestes.- respondió Eriol fríamente.
-Estoy apunto de salir a divertirme, y no quiero ver como mi mejor amigo se queda aquí en su letargo.- Li arrebató el libro de sus manos, y echó a correr a una de las esquinas. Sostuvo frente a sus ojos el grueso volumen y se aclaró la garganta.
'Su corazón ansiaba por una salvación al sufrimiento,
y su rostro forjaba una mascara interminable de acero.
En medio de la oscuridad y la soledad,
con todos los sueños e ilusiones destrozados,
aguardaba a su ángel de luz.'
-Oye Eriol, este texto te describe a la perfección.- bromeó Li, aunque en el fondo sabía que esas palabras decían muchas verdades. El otro joven giró los ojos, y lanzó un gruñido como respuesta.
-Cierra la boca.-
-Oye ¿Quién es tu 'ángel de luz'?- exclamó de nuevo Shaoran, entre una risita.
-Yo no creo en esas estupideces.- dijo Eriol enfurruñado, cruzando los brazos sobre el pecho.
-Sino creyeras en esas cosas, no estarías leyendo esto.- lanzó el libro cerrado a la mesa más cercana, provocando un repentino 'plack' en toda la habitación. El ojiazul se volteó dándole la espalda, observando la ciudad a lo lejos.
-Vamos, así podré presentarte a Sakura.- ofreció el chico de ojos ámbar, con una sonrisa en el rostro. -Después de eso podrás regresar si así lo deseas.-
Eriol volteó a verlo incrédulo. ¿Dejarlo regresar? Nunca le había ofrecido eso, siempre tenía que esperar hasta que el otro joven se dignaba a despegarse de las chicas.
Después de todo no se escuchaba tan mal. Daría un pequeño paseo por la ciudad, compraría algunas cosas 'especiales', y regresaría a casa para prepararse en su próxima misión.
-Esta bien.- dijo levantándose de su asiento, y saliendo rápidamente por la puerta, después de tomar su gabardina negra del perchero. Siendo seguido por Li a poca distancia.
~*~
-Gracias por acompañarme Tomoyo-chan, estaba muy nerviosa.- dijo Sakura, caminando por las calles de una concurrida ciudad en su pleno apogeo de sábado.
-No te preocupes. Pero recuerda, tendrás que entrar tu sola a encontrarte con él, no quiero hacer mal tercio.-
La castaña se sonrojó. No estaba muy acostumbrada a salir con chicos, y menos en esos últimos seis años. Se sentía tan nerviosa como la primera vez.
-No te pongas tan nerviosa Sakura.- dijo Tomoyo en su dulce voz intentando calmarla. -Por lo que me dices, se nota que Shaoran es un chico muy lindo, sólo sé tu misma.-
Las dos amigas por fin llegaron al lugar acordado. Un bonito restaurante al lado de una bahía. Sakura miró su vestido una última vez, y Tomoyo revisó su maquillaje.
-No tienes porque presionarte. No te sientas obligada a nada ¿ok? Toma las cosas con calma y disfruta la tarde.- a veces esa mujer se escuchaba como una madre dándole consejos a su hija.
-Esta bien Tomoyo, ¡deséame suerte!- la chica agitó la mano frente a su cara, y después de un suspiro, entró al restaurante.
La ametista sonrió. ¡Que bien se sentía ver a Sakura tan feliz! Ojala y ella pudiera tener ese mismo tipo de felicidad...
La joven fijó sus ojos entristecidos en el suelo, y se hecho a caminar en la otra dirección a la que habían llegado, cuando...
¡Pack! chocó contra algo, cayendo de espaldas al suelo, con los ojos cerrados.
-L-Lo siento yo...- dijo la chica sobandose la muñeca. -No me fije y..- sus ojos miraron hacia el extraño, y se abrieron en sorpresa al descubrir de quien se trataba aquel cuerpo.
-¿E-Eriol?- al parecer, algo los unía...
Continuara...
Hola! ¿Que les pareció este capítulo? Como ven, en este fue más de S+S (me encanta esa pareja!) ¿No se ven lindos juntos? Por ahora, lo que Shaoran siente por Sakura no es más que un poco de curiosidad, y a Sakura pues si le gusto un poco el chavito (¿a quien no? ^_~) pero después se desarrollara su relación más profundamente. En cuanto a E+T e decidido no apresurarlos. El amor no nace de la noche a la mañana, y menos de alguien como Eriol. Ya pensé en muchas formas de tenerlos juntos más tiempo, una de ellas es que vivan cerca, o que se vean por Sakura y Li...me faltan algunos consejos lo se...
Ahora una buena noticia: Sacare un capítulo cada 15 días! (que? ya es un logro para mi. ^_^U) por lo menos no me voy a tardar el mes que usualmente me tardo..espero que en eso estén aunque sea un poquito de acuerdo si??
Por cierto gracias a las personas que dejaron reviews: sayuki, karlak( en cuanto a tu pregunta, aun no se si incluirlos a todos, pero si me das una idea, te lo agradecería!) KaAn y Tomoe Himura. Además también a aquellos que leen la historia. ¿Porque no dejan un review? ^_~ ¡Lo agradecería mucho!
Namárië!
Tiff
