Amando al Enemigo

por: Tiff

-¡¿Como puedes estar tan tranquilo después de este caso?!- exclamó un joven de alrededor de treinta años, exasperado, con la corbata desarreglada, y el cabello de ébano revuelto, en una pequeña oficina de la jefatura de policía, azotando los papales doblados de los bordes por la constancia en sus revisiones en el escritorio de su jefe, mientras veía detenidamente el respaldo de un sillón.

-Touya, estás tomando esto muy en serio, ya te dije que lo tengo todo bajo control.- la voz de la persona detrás del sillón, se oía serena e inexpresiva, mientras sus dedos sostenían con elegancia un cigarro de alta calidad.

-Ni siquiera tienes una pista de como encontrarlo, y el jefe ya está pidiendo un informe completo, y una averiguación rápida.-

-No te desesperes. Cuando menos te lo esperes, yo ya lo tendré en la cárcel.- El joven dueño de la voz, se levantó, y se acercó a la ventana, separando las persianas con sus finos dedos, observando la ciudad agitada bajo sus pies, haciendo que sus ojos azules se entornaran.

Yue Tsukishiro era el coordinador de la operación para capturar al 'Asesino Ingles'. Con apenas treinta años, ya se había ganado el puesto de comandante de la región, gracias a sus meritos, y gran energía, además del más alto índice de captura de criminales peligrosos.

Se le había asignado esa misión hacía pocos días, desde que Kudo, el antiguo encargado del caso, había sido degollado en plena acción.

-¿Ya sabes de quien se trata?- pregunto Touya, su compañero, atónito. Sabía de la gran astucia y poder de deducción por la que aquel joven se había hecho famoso entre ellos, pero no podía creer que ya supiera quien era el asesino, ya que él jamás había dejado ver su cara. (Y los que la habían visto habían muerto por su osadía).

El cabello largo del chico soltó una luz plateada, al ser alumbrado por el sol mientras negaba con la cabeza sin inmutarse. No sabía a ciencia cierta quien era, sin embargo, tenía una leve sospecha por cierto sujeto que había conocido hacia varios años.

En el hospital mental...Un chico de cabello azulado y ojos índigos, de mirada fría y sonrisa cínica...¿Cual era su nombre?...

No lo recordaba. Recordaba muy bien su aspecto, y algunas de las largas conversaciones que habían llegado a entablar (era una persona extremadamente inteligente). Incluso recordaba ese acento inglés característico en su voz siseante... recordaba como lo había engañado, y él había caído en su trampa limpiamente, para arruinar su vida después.

No volvería a suceder. No se dejaría engañar de nuevo. Si lo llegaba a atrapar esa vez, se iba a asegurar que le impusieran la pena máxima por todos sus crímenes (que habían sido muchos y de los más nombrados en todo el país).

Había buscado muchas veces sus archivos en las computadoras, ó en los papeles del sótano del edificio, en la policía, en los laboratorios...no existía ningún registro, ni un papel, ni una fecha, ni una sola fotografía...nada. Todo había desaparecido de la noche a la mañana, como si alguien lo hubiera borrado de la faz de la tierra.

Sin embargo, tenía el presentimiento de que era él. Y estaba dispuesto a hacer todo para capturarlo.

~*~

Eriol miró a través de los cristales a su amigo Li Shaoran, en una de las mesas lejanas a su posición, recibiendo a una joven castaña de mirada y sonrisa inocente. Por primera vez, observó como el rostro de su amigo se iluminaba con una mirada de felicidad. No de lujuria ó astucia a la que estaba acostumbrado a verle...

Estúpido Shaoran, ya está condenado...

Mientras miraba con atención, sintió dentro de su pecho, ese raro brinco en el corazón. ¿Estaría enfermándose de algo? Ese extraño sentimiento dentro de él, era una cosa nueva que nunca había sentido. Como una repentina sacudida en sus adentros. ¿Que sería?

Se dio rápidamente la media vuelta para marcharse, cuando repentinamente... ¡Plack! choco con algo.

Miró hacía el suelo, y noto la frágil figura de una mujer, que sujetaba su muñeca con fuerza.

La reconoció en seguida. Tomoyo...

~*~

-L-Lo siento yo...no me fije y...-

Tomoyo se levantó rápidamente, sin esperar ninguna ayuda, después de haber caído al suelo a causa de otra persona con la que había chocado.

De nuevo él. El joven que había estado inconsciente en su casa por una grave herida, el que se había encontrado en un club hacía pocas noches...¿Que fuerza era la que la llevaba hasta él?

-¿E-Eriol?-

El joven no respondió. La expresión en su rostro permaneció inmune.

-¿Como estas?- preguntó la ametista, tratando de romper el incomodo silencio entre los dos. -¿Estas muy ocupado Eriol?- no recibió respuesta. -¿Te gustaría ir a dar un paseo?- la mujer se le quedo viendo con temor, no esperaba que él aceptara, de hecho esperaba un 'esfúmate' de un momento a otro.

-Como sea.- respondió el joven, para después echarse a andar por la calle, dándole la espalda.

Tomoyo no supo como interpretar aquella respuesta. 'Como sea' ¿Era un si ó un no? ¡Que complicada era la personalidad de aquel joven!

-¿Te vas a quedar ahí?- escuchó. Eriol había detenido su andar, volteando a verla.

Ella sonrió. Acomodó su largo cabello con un suave movimiento, y se acercó corriendo al chico, para caminar a su lado.

~*~

Si Shaoran me viera se burlaría de mi a más no poder...

Y tenía mucha razón. No todos los días veías a Eriol Hiragizawa caminando por la calle al lado de una chica. Bueno, que no lo fuera siguiendo ella, ó que no fuera una de esas agentes secretas que el jefe acostumbraba a mandar.

Esa vez era diferente. No sabía porque había aceptado aquel capricho de esa niña, podría haberle dado la espalda como tantas veces lo había hecho con otras, dejándolas atrás sin posible consuelo.

Y si embargo ahí estaba. Caminando a su lado. Sin hablar, sin pronunciar ningún sonido, sin siquiera mirarse, pero con ella.

Algunas personas dirían que estar con otro ser humano talvez llegaría a resultar reconfortante, el solo saber que tienes a alguien a tu lado.

Pero para él, la compañía jamás había sido necesaria. De hecho no deseaba tenerla. ¿Quién decía que la persona que está a tu lado no está ahí para lastimarte?

Volteó a su lado, y se encontró con la mirada sonriente de su compañera.

-¿Que?- preguntó desconcertado.

-Nada.- respondió la chica, volviendo la vista al camino.

Que extraña es...

-Eriol ¿No tienes hambre? ¿Que te parece si comemos algo?-

-Me da igual.-

-¿Te gusta la comida italiana Eriol?- el chico se encogió de hombros. No hubiera querido admitirlo, pero la comida italiana era de sus favoritas.

-Conozco un lugar muy bonito en donde sirven unos platillos deliciosos.- sin esperar un 'como sea' de respuesta, la chica lo jaló del brazo para guiarlo.

Sintió algo en su pecho de nuevo. Maldición...

~*~

Los ojos de Shaoran Li se suavizaron por centésima vez esa misma tarde, al observar a la joven que tenía frente a él, mientras reía. Se había pasado toda su cita diciendo bromas, contando anécdotas, solo para hacerla reír. Tenía una risa hermosa y contagiosa, se oía tan alegre y dulce, un verdadero deleite para sus oídos.

-Vaya Shaoran, entonces tienes una vida muy interesante.- exclamó Sakura Kinomoto, tomando un sorbo de su jugo de uva.

-Podría decirse. Me gusta la vida llena de misterios.-

-Pero ¿No es algo peligroso?-

-Claro. ¡Pero me encanta mi trabajo!-

Otra joven que había caído. ¡Cuantas veces había engañado a las mujeres con respecto a su trabajo! Había sido abogado, doctor, chef, historiador, empresario...y por supuesto su favorito, el que utilizaba con las chicas a las que quería impresionar: detective.

Le encantaba ver las caras de asombro que siempre se ponían frente a él cuando lo mencionaba, las preguntas que le hacían, lo preocupadas que se ponían a mitad de la noche...Se imaginaba las caras que pondrían, si les dijera que era realmente.

'Soy asesino linda' que gracioso se escuchaba. Ni una chica hubiera permanecido con él de solo mencionar esa palabra. Por algún motivo le tenían miedo a la muerte. Idea más absurda, sino conocías lo que había después de ella. A él no le importaba morir. Al recibir su entrenamiento algunos años antes, aprendió a no temerle a la muerte, a recibirla como el precio de un trabajo mal hecho.

-Shaoran- dijo Sakura suavemente, sacándolo de su ensimismamiento. -Gracias por todo, me divertí mucho a tu lado.-

-Yo también Sakura. ¿Porque no vamos a otro lado mañana?-

La castaña solo sonrió.

~*~

La única cosa que puede distraer a un asesino de su tarea, es una cara bonita...

¿En que libro había leído eso? La seducción del asesino...no. Hannibal...tampoco, pero le daba cierta idea...The Heart in the Iron Mask...si, ese había sido. Y ese pasaje tenía mucha razón.

A unas pocas horas de su nueva misión, Eriol Hiragizawa se encontraba dando un paseo por las calles de la ciudad, con una chica a su lado. Habían ido a comer algunos platillos italianos a un lugar muy lindo en el centro de la ciudad. Ahí, se había enterado de muchas cosas acerca de su misteriosa acompañante, ya que como el no abría la boca, ella buscaba la manera de no dejar de hablar. Y no era una plática aburrida, era muy interesante conocer los puntos de vista de otra lectora asidua, era una chica muy culta, por sus expresiones se notaba que había leído muchas cosas en su vida, y que no pensaba dejar de hacerlo.

Tenía su edad (aunque él nunca mencionó la suya) y muchos de los pasatiempos que el acostumbraba a realizar. Le encantaba pasear por las calles de la ciudad, descubriendo nuevas rutas, observando rostros nuevos, percibiendo nuevas esencias, conociendo nuevas cosas... le disgustaban mucho los noticieros amarillistas, y no soportaba que las personas se metieran en sus asuntos.

Parecía una mujer independiente, ya que decía que vivía sola, pero también parecía dueña de una considerable fortuna, ya que trabajaba simplemente por diversión, como ella decía.

No preguntó cual era su trabajo, más por orgullo al no quererse ver interesado, pero las ganas no le habían faltado. Aunque si sabía que era algo con horario irregular. Podían llamarla en cualquier momento para atender sus asuntos, así que eso le dejaba el camino abierto para una infinidad de profesiones.

Ella parecía una mujer muy sencilla, de modales muy elegantes y carisma único, además de un manicure francés muy costoso. Si él hubiera sido Li, en esos momentos la estaría seduciendo para llevársela a la cama. De hecho no le sorprendería que ya estuviera en una con la chica castaña.

El sol comenzó a ocultarse lentamente por el horizonte. Dibujando sutilmente en el cielo, franjas violetas y rosadas.

-Gracias por haberme acompañado Eriol.- dijo la ametista de repente, mientras los dos caminaban por alguna calle desierta, sin un rumbo fijo.

-Mmhh..-contestó Eriol, más interesado en los hermosos colores del atardecer que en su plática.

-No deseo entretenerte más. Puedo llegar a mi casa yo sola desde aquí.-

El joven la vio, y después lanzó una rápida mirada a todo su alrededor con ojo evaluador. Era en verdad un rumbo muy solitario, y no muy iluminado. Oscuridad frente a él en pleno día, ya se imaginaba como se pondría en la noche, con todas las sombras desconocidas levantándose en cada callejón. A él no le importaba mucho pasearse por esa clase de callejuelas, pero no sabía si era muy seguro para una mujer. Y más para una como aquella.

La miró de nuevo, y su corazón se contrajo involuntariamente. Temor dibujado en su blanco rostro. No sabía a ciencia cierta si a la oscuridad ó a lo que podía provenir de ella. Al sentir su mirada en su persona, su gesto cambió súbitamente por una sonrisa. Seguramente no quería que él se sintiera obligado a nada, aparentando una fortaleza inexistente.

-Te acompaño.- pronunció sin pensar, tratando de que su voz no se oyera tan consternada.

-No tienes que hacerlo. Puedo cuidarme yo sola.- contestó rápidamente, adivinando sus pensamientos.

-Lo se.- gruño el joven, para luego adentrarse en la creciente oscuridad.

Tomoyo lo miró, proporcionándole una amplia sonrisa. Talvez ese joven no fuera tan frío después de todo...

~*~

El tramo hacía su casa se hizo más corto de lo habitual, contando con compañía. Solo pensar en las calles vacías que tenía que recorrer cada noche para llegar a su hogar, le causaba un escalofrío en el cuerpo. Ya había pasado muchas veces por ese lugar, pero nunca se había dado cuenta, como en aquella ocasión, de lo lúgubre que todo resultaba cuando él sol ya no la acompañaba.

De repente creía escuchar ruidos provenientes de todas las ventanas, chirridos de las puertas, y leves susurros de todos los callejones. ¿Como podía haber soportado tantas cosas en ocasiones anteriores? Sin Eriol a su lado, estaba segura que la hubiera invadido un ataque de pánico. Pero con él ahí, con su mirada tan segura, y su andar despreocupado, todo parecía mantenerse arraigado en los rincones, como si le temieran a aquel hombre con su andar imponente.

Se aferró a su brazo inconscientemente, mientras cerraba los ojos para dejar guiarse por él. De esa manera, parecía que todo se desvanecía a su alrededor, como si una protección inusitada se hubiera alzado entre los dos, para librarlos de los horrores de la oscuridad.

Eriol sintió un vuelco en el pecho cuando unas delgadas manos se aferraron a su brazo. Por fin comprendía que era lo que le causaba aquella repentina sensación. Le pasaba siempre que estaba con ella. Sin siquiera saber que se encontraba ahí. Era como su un pequeño radar como los que utilizaba en sus misiones, se hubiera incrustado en su pecho...no era algo desagradable, era algo...raro.

La calle de repente se vio iluminada por la luz, a unos cuantos pasos frente a ellos. Los callejones se acabaron, y la oscuridad dejó de serlo, cuando los faroles los iluminaron desde las alturas. Ese lugar ya no parecía tan espeluznante. Como si al salir de ese callejón, las cosas se hubieran visto desde un punto completamente diferente.

Y las cosas mejoraban conforme avanzaban. No solo ya no se encontraban en un lugar oscuro y sin posibilidad de belleza, sino todo lo contrario. Unas cuantas cuadras, y las cosas empezaban a cambiar. Las casas ya no eran tenebrosas, sino majestuosas e imponentes. Las calles dejaban de ser solitarias, y comenzaban a verse transitadas por ancianos amables y parejas sonrientes, con niños regordetes entre sus brazos. Ya no había necesidad de aferrarse a un soporte humano, ó a cerrar los ojos a la realidad, la vista era deleitada por todas las cosas a su alrededor.

Aminoraron su paso conforme se acercaban a una modesta casita en medio de todo aquel tumulto de lujos. Con cierto toque elegante y femenino, Eriol se dio cuenta de quien era su propietaria.

El ojiazul observó la decoración exterior (comprendida por la más amplia variedad de flores) mientras la otra chica revolvía en su bolso por las llaves.

La cerradura cedió después de introducir la llave. Eriol se dio media vuelta, para emprender su camino de nuevo, no esperaba ningún agradecimiento.

Sin embargo se detuvo, escuchó detrás de él una expresión de asombro por parte de la chica. Volteó rápidamente, con una mano en su cintura.

-¿Que pa...?- su frase se corto al comprobar con sus propios ojos lo que había impresionado a la mujer.

El interior de su casa estaba completamente destruida. Producto sin duda de un maleante barato.

Un desorden en toda la casa era evidente. Ninguna cosa parecía en su lugar. Los sillones volteados, los libreros saqueados, los libros esparcidos por todos lados, con las hojas fuera de su lugar, ó las pastas arrancadas de su sitio original.

Tomoyo se había quedado en su lugar, sin gesto alguno. Por su mirada perdida en cada una de sus cosas, Eriol dedujo que talvez, aquello ya se lo esperaba. Entró cuidadosamente, sin tocar nada, y examino rápidamente todos los rincones.

-¿Que falta?- le preguntó a Tomoyo, sin mirarla.

-Parece que nada.- respondió ella calmadamente, después de dar una pequeña inspección a todas sus cosas de valor.

Entonces no era uno de esos crímenes vulgares como él había pensado. Ningún ladrón común que entra a una casa solitaria, se va con las manos vacías, a menos que su propósito no allá sido el de robar.

-¿Tienes enemigos?-

-No directamente.- respondió ella algo retraída.

Él la miro amenazadoramente.

-Mi madre tiene un negocio, siempre a tenido mucha competencia.-

Eriol siguió recorriendo todas las habitaciones. Revisó cada uno de los rincones que estaban a la vista, pero no encontró más que las cosas comunes en la casa de una chica.

Quien hubiera hecho aquello no tenía como fin cualquier robo, pero de todos modos, no dejaba de ser un criminal vulgar. Lo sabía porque lo que él ya lo había perfeccionado.

-No puedes quedarte aquí.- dijo Eriol cuando hubo regresado a donde estaba Tomoyo. -No se llevaron nada, así que no creo que vinieran a robarte. Es peligroso estar en este lugar sabiendo que pueden regresar.- le hecho una mirada amenazadora a las ventanas abiertas, como esperando a que alguien saltara de su escondite para atacarlo (lo cual hubiera sido muy estúpido).

-¿No tienes a algún familiar aquí cerca?.- ella negó con la cabeza. -¿Amigos confiables?-

-Viven casi al otro lado de la ciudad.-

Eriol se quedó pensativo unos minutos. No podía dejarla sola en un hotel, no había nadie conocido a quien recurrir, y pasar la noche en una jefatura de policía no era una idea agradable (lo decía por experiencia), y la sola idea de dejarla ahí mismo, le resultaba absurda...

La miró de nuevo, encontrándose con sus ojos suplicantes, cristalinos. Si algo odiaba de una mujer, era verla llorar. Sintió una punzada en su pecho, y una inexplicable simpatía por aquella mujer lo invadió.

-Puedes quedarte en mi casa.- dijo casi en un susurro, con una voz suave y desconocida en él.

Ella lo vio sorprendida, y su mirada se suavizo. -Gracias Eriol.-

En su pecho esa misma sensación.

Maldición...

Continuara....

AHHHH!! ESPEREN!! antes de matarme por mi retraso, tienen que escuchar mis razones!! Estaba de vacaciones (de hecho sigo de vacaciones) y en uno de esos días de ocio, me encontré un café Internet, y recordando mi promesa, pues me gaste unas dos horitas en este capitulo, ahora sabrán porque quedó como quedó. De todos modos, intente ponerle todo el esfuerzo posible (a pesar de el jodido calor que estaba haciendo, pa' un mendigo ventilador) ojala y que este un poquito más largo que el anterior, haya compensado la trastada de capítulo...ojala...

Por cierto, ya que me quedan unos cuantos minutos para la otra hora (malito mono ya me dijiste no se cuantas veces) quisiera empezar ese nuevo sistema de responder reviews personalmente. ¿si? bueno...

Jeru: Gracias por tus ánimos!! Yo también creo que la escuela (y vacaciones) no te deja mucho tiempo para nada, pero de todos modos, estoy haciendo lo imposible para subir un capitulo cada 15 días. A mi tamb me encanta la pareja de S+S pero creo que hay que darle oportunidad a todas las otras, para tener un criterio más amplio, y me da mucho gusto que por lo menos te haya convencido con mi pareja favorita (E+T) espero poner más de los lindos castaños. Y por cierto, no te desesperes, que la trama del summary, aparecerá en los siguientes capítulos. Gracias por tu review!!

karlak: Hola!! Como podrás ver por allá arriba, me gusto mucho la idea de Touya y Yuki. Aunque no son agentes secretos para destruir a los dos en su totalidad, se acercan un poco no? seria como para darle un enemigo descubierto a Eriol, y no alguien que se la pasa a hurtadillas, de todos modos, será interesante ver como se enfrentan dos mentes superiores ¿no crees?

The Dark: Perdón por el retraso!! pero ya dije que estaba muy ocupada con todo lo de la playa y eso... no sabes que bien se siente tener unos días después darle duro a la escuela!! pero no importa, prometo no volver a retrasarme, recibirán un nuevo capitulo dentro de 15 días, esta vez sin retraso!!! GRACIAS por todo!! (jeje Namárië! no me podía aguantar las ganas ^_^)

Luzem: A mi tamb me encanta Eriol!! Hay dios mío que ojos! que cabello! que bonito...todo de él!! y en cuanto a su personalidad, quise que fuera algo diferente de lo que todos esperan, en lugar del niño lindo y amable, encontramos a un asesino frío y sin sentimientos, aunque al final va a quedar igual...¬_¬

MarthyCcs: Hola! Gracias por darte una escapadita para dejar un review, y no te preocupes, estaré esperando pacientemente (pegada a la pantalla) hasta que te dejen enviar un mensaje, muchas gracias!!

Angel-de-Luz: Je, hola! que bueno que te esta gustando el fic, y nada mejor que un comentario para hacérmelo saber ^O^ en serio que me siento con mas ganas de escribir cuando se que alguien lee mi fic. Como ya sabes, subiré un cap. nuevo cada quince días, espero que no sea mucho, así que ya estas avisada!! gracias por dejar review (y espero otro ~_^)!!

Tomoe Himura: Listo el capitulo 7!! con un poco de retraso ^_^U pero listo de todos modos!! Ojala y te haya gustado el cap. aunque a mi no acaba de convencerme, espero poder hacerlos un poco más largos, o por lo menos más decentes, para que te sientas orgullosa de mi!! jajaja, gracias!!

Lain Lai: Hola!! ehh.. fíjate que e pensado mucho en la idea que me has dado, y no suena tan mal, de hecho me gusto. No había pensado incluirla en el fic, hasta que llagaste con una fantástica idea. Claro que si eres su fan, porque no me lo dices? no se últimamente tengo ciertas tendencias por matar a la gente...y si, tratare de escribir más!!

Bueno, creo que por ahora eso es todo, (si, después de todo mi chorote) pero si quieren enviarme un comentario extra o contar su penas (soy buena oyente) no se olviden de mandar algo a tiffany_icarian@hotmail.com todo (excepto cartas bombas o virus) serán bien recibidos!! Nos vemos luego!!

PD. espero que el apellido de yukito este bien escrito, y perdón por mezclarlo con el de Yue, pero me gustaba más, se oye más amenazador...

Namárië!!!

Tiff

'Algunas personas le temen a la muerte, otras rezan por ella...'