Amando al Enemigo

por:Tiff

-¡¿Que demonios paso ahí?!- la voz del jefe de la compañía retumbó en todas las paredes de su gran oficina, mientras azotaba las palmas de las manos en el fino escritorio de sauce, y miraba con gesto furioso a los dos jóvenes parados frente a él.

-El niño no estaba ahí- contestó la fría voz de Eriol Hiragizawa sin inmutarse, lanzándole una rápida mirada asesina a Li Shaoran, que estaba parado a su lado, revolviendo sus bolsillos nerviosamente.

-Tuve a un equipo investigando casi un mes, y estamos seguros que sus hábitos no cambiaron de un momento a otro. Sin viajes, sin salidas, forzosamente en casa ¡El niño debía estar ahí!- grito de nuevo. Todos los miembros del equipo (excepto Eriol) se estremecieron. Nunca habían visto a su jefe tan enojado.

Ronald Reuel era el jefe mayor y fundador de la compañía. Había empezado a los 30 años, y a sus 58 ya tenía todo un sistema nacional. Todo había empezado con un pequeño grupo de 10 asesinos con pequeños trabajos vulgares, para después de 28 años convertirse en una organización de cientos, con los trabajos más nombrados. Había estado sometido a interrogatorio tres veces por parte de la policía, pero gracias a su considerable fortuna, siempre había salido de la jefatura sin ningún cargo. Su pequeña fortuna se había convertido ahora en una empresa millonaria, respaldando sus millones con un falso nombre para una gran cadena de supermercados en el país. No estaba casado, ni se le conocía públicamente futuro heredero.

-Deben de haberlo sacado antes.- contestó Eriol mirándolo desafiadoramente, era el único que se atrevía.

-No nos pagarán lo mismo por este desacierto.- dijo Reuel sentándose de nuevo en su silla, tratando de mantener la calma.

-No creo que el niño regrese de todos modos.- dijo Shaoran rápidamente, ante las miradas fugaces de sus compañeros a su persona.

-¿Porque Li?- preguntó su jefe extrañamente interesado en él repentinamente.

-Ya no tiene familia, y de todos modos no podría encargarse de la compañía en su estado.-

-Talvez tengas razón. Hablaré con nuestro cliente, haber a que arreglo llegamos. No esperen una paga como la anterior ¿entendido? porque no la tendrán. Pueden retirarse.- la silla se volteó, y los jóvenes no tuvieron que hacer más que retirarse.

-Perdón chicos.- dijo Shaoran a nadie en especial, sin voltear a verlos, cuando estuvieron fuera de los oídos de su jefe. -No pensé que nos fuera a acarrear tantos problemas, ó que nuestra paga disminuiría. Los compensaré con mi parte.-

-Yo no la quiero.- dijo Eriol en su tono habitual, para después darse la vuelta y desaparecer por una de las puertas. Li sonrió. Lo conocía demasiado bien, y esa era la única forma que conocía de demostrar su amistad.

-Bah, no te preocupes Li- exclamó Matt dándole una fuerte palmada en la espalda. -Sabemos que tuviste buenas intenciones. Además no creo que estando en otro equipo nos pagarían de esta manera. Todo lo que tenemos te lo debemos a ti y a Eriol.-

Los otros dos jóvenes asintieron, sonriéndole abiertamente.

-Gracias amigos.-

~*~

Eriol pasó los dedos sobre su cabello con un gesto de cansancio, mientras esperaba, con un vaso en mano, a que la cafetera de una de las pequeñas salas de la compañía, terminara con su expresso.

Miró al lado de la máquina, para descubrir que ya no habían pastelillos de fresa. Odio ser el último en este lugar...

La puerta se abrió a su lado de repente, revelando a un Shaoran con una expresión amigable.

-Toma.- dijo mientras le ofrecía a Eriol, una caja con sus pastelillos favoritos. -Tómalo en compensación por el dinero.-

El semblante del ojiazul se suavizo. -Creo que eso salda tu deuda.-

Los dos se sentaron en la estancia a tomar café, compartiendo la caja de pastelillos que el castaño había llevado.

-¿En donde está el chico?- preguntó Eriol, sin mostrar mucha importancia al hecho.

-Se lo llevaron, lo sacaron esta misma noche del país. No lo volveremos a ver, y no te preocupes, no sabrán quién es a donde lo llevaron.-

-Será un caso muy nombrado en los noticieros mundiales, ¿Como estás tan seguro?-

-Adonde lo llevaron casi no hay medios de comunicación.- dijo Li un poco melancólico. -Es un lugar muy remoto.-

...

-Me sorprendí mucho cuando lo salvaste...No sabía que aun tenías un alma humana.-

Li escuchó estas palabras como una sentencia en su persona. ¿Cuando había perdido su alma? ¿En que momento había vendido lo único que le pertenecía?

-Tu también la tienes.- contestó el castaño, tratando de defenderse.

Una sonrisa apareció en los labios de Eriol, pero no aquella sádica, no esa respaldada solo por la emoción de un asesinato. Era una sonrisa triste, llena de desolación.

-Yo la perdí hace mucho tiempo.- el joven se levantó de su asiento, dejando el café y los pastelillos casi intactos en la mesa, para salir de la habitación después, sin voltear atrás de nuevo.

-Yo se que aún la tienes.- pronunció Li en voz alta, sin apartar la vista de la puerta.

~*~

Eriol condució a casa en su Jaguar negro, que usualmente dejaba en la compañía. Le gustaba andar a pie de todos modos, sin el molesto ruido de los autos pasando a tu lado, ó las luces altas de algunos idiotas en el rostro.

Sin embargo, esa noche era una excepción. Conducir lo ayudaba a pensar. Lo más rápido lo más profundo.

Un alma...que concepto más absurdo. Todas las personas se desvivían por poseerla, sin darse cuenta en que momento la habían perdido. O en que momento la habían ganado.

¿Simplemente se nacía con ella, ó se iba conquistando con el tiempo? ¿Cuándo se era merecedor de una ó cuando se le condenaba a quedar sin su halo?

Bueno, de lo que estaba seguro, era de que él, por lo menos, ya no tenía derecho a una.

El sol ya se había levantado en el cielo majestuosamente, cuando llegó a su casa. El sueño por fin lo estaba venciendo, generalmente esa era su hora para recostarse. Bostezó, justo cuando el ascensor se abría para dejarlo pasar.

Hay no...¿Porque a mi?

Delante de él, con una sonrisa de oreja a oreja, se encontraba esa chica que tanto le odiaba encontrar. Kaho Mizuki... con su usual sonrisa seductora, le hizo el gesto por segunda vez, tratando de quitar la frialdad en su rostro.

-Eriol, te vez muy cansado ¿Donde estuviste?- preguntó ella dulcemente, sin salir del ascensor como era su propósito.

-No te importa.- contestó él, con aun más frialdad en su rostro, mientras entraba y se posaba a su lado. Hubiera tomado las escaleras, pero estaba muy cansado.

La chica presionó el botón, y las puertas se cerraron.

-¿No quieres que te acompañe hasta tu casa? Podría prepararte algo de desayunar, y luego podrías acostarte un rato...- dijo la pelirroja con una sonrisa maliciosa.

-No necesito de tu ayuda.- la puerta se abrió frente a él, y salió rápidamente, dirigiéndose a su casa. Un suspiro de exasperación alcanzó su pecho, cuando oyó unos pasos acercándose detrás de él.

-Podría hacerte un poco de compañía.-

-¡¿Porque no te largas?!- contestó Eriol bruscamente, dándose la vuelta y enfrentándola con una de esas famosas miradas amenazadoras. La chica retrocedió con el miedo evidente en sus ojos. Pocas veces Eriol le contestaba de esa manera, y cuando lo hacía, era mejor salir huyendo del lugar, si en verdad apreciaba su vida. Con la vista en el suelo, y los ánimos aun más abajo, se retiró, lanzándole una última mirada herida al joven.

Pero él no se inmutó. Conocía muy bien los trucos de las mujeres como para dejarse engañar por ellos, después de todo había tenido un gran maestro (Li).

Después de ver desaparecer a la chica en el ascensor, abrió la puerta de su casa. Para su sorpresa, se encontró con un rico olor proveniente de la cocina.

Fue entonces cuando recordó que no se encontraba solo.

Dejó como siempre su gabardina en el pechero, y descargo algunas cosas (usuales) en una de las mesas de la estancia. Se tumbó en uno de los sillones, y sobó sus ojos con pereza. Sintió una vez más ese estremecimiento en el corazón. Ahí viene ella...

-Buenos días Eriol.- Tomoyo había salido de la cocina al escuchar su reciente llegada, recibiéndolo como siempre, con una usual sonrisa dulce. Él hizo un débil gesto con la cabeza. -¿Quieres comer algo?- estuvo tentado por unos momentos a decir que no, pero recordó su breve merienda al lado de Li, medio pastelillo y un sorbo de café. Se levantó sin decir nada, y se dirigió a la cocina, siguiendo a la ametista que sostenía una espátula en la mano.

Se sentó en el pequeño desayunador a un lado de la ventana, y esperó, mientras observaba desganadamente como servía en platos anchos el contenido de una sartén. Cerró los ojos. Escuchó el suave tintineo del fuego en la estufa, el chocar de los cubiertos contra los platos, y una suave melodía proveniente de la voz de la chica, que tarareaba instintivamente.

Que linda voz..

Justo cuando estaba a punto de quedarse dormido, un golpe seco de cristal se escuchó frente a él. Abrió los ojos para comprobar lo que su olfato ya le había dicho. ¡El desayuno servido!

La joven se sentó al otro lado de la mesa, después de ofrecerle unos cubiertos, y se quedó ahí, sin decir nada, observando el azulejo del mueble.

-Gracias por dejar que me quedara contigo Eriol.- sinceró ella tímidamente, sin voltear a verlo.

-Mmhh.- respondió él, mientras se metía un pedazo de tocino con huevo a la boca.

-¿Te gusta?- preguntó ella algo esperanzada, señalando el plato que consumía el joven.

Él se encogió de hombros. -Esta bien.- respondió. De hecho, estaba bueno, hacia mucho que no probaba comida hecha en casa.

-¡Me da mucho gusto oír eso!- exclamó la ametista con una amplia sonrisa. -Este tipo de platillos no son mi especialidad. Generalmente me quedan muy salados ó demasiado dulces.- agregó la joven con un leve sonrojo en las mejillas.

Eriol comió lentamente, disfrutando de cada bocado y de la vista de la ciudad en la mañana. No muy lejos del lugar, con un leve brillo anunciando su presencia, se encontraba el mar. Había escogido vivir en esos apartamentos, y no en una casa lujosa, solo por el placer de verlo todos los días. Una hermosa costa que resplandecía en dorado cuando el sol de la tarde le pegaba en las arenas, con un claro azul reluciendo en el agua, y una suave brisa rozando el rostro con una apacible caricia...no podía existir otra cosa tan perfecta.

-¿Estás muy cansado Eriol?- preguntó la chica sacándolo de sus pensamientos.

-No.- mintió, no podía dejarse ver débil en frente de nadie.

-¿Te gustaría ir a dar un paseo?-

-No.- respondió el chico sin voltear a verla, tomando otro bocado.

Tomoyo frunció el seño. -¡Oh vamos Eriol! Es una mañana muy linda.-

-¿Y?-

-¿Y? Bueno, creo que hay que disfrutar los buenos momentos de la vida.- dijo calmadamente, dirigiendo su vista al mar. -No sabes en que momento se puede ir una de las cosas a la que quieres.-

-No creo que el mar cambie de lugar.-replicó él en tono sarcástico.

-No, pero talvez seas tu el que no esté aquí para verlo más.-

Eriol se le quedó viendo fijamente, sin esa acostumbrada mirada asesina.

-¿Porque haces eso?- le preguntó.

-¿Hacer que?-

-Tratar de convencerme..-

-Sólo quiero que intentes algo nuevo. No puedes estar todo el tiempo encerrado en tu propio mundo. Necesitas disfrutar de las cosas que hay a tu alrededor.-

Él se quedó callado, tratando de evitar sus ojos suplicantes.

-Solo inténtalo.- Eriol levantó los ojos rápidamente al sentir como una delgada mano se aferraba a la suya, aun sobre la mesa, dándole un pequeño apretón. Y con ese sentimiento extraño en el pecho, su naturaleza lo traicionó.

-Esta bien.- dijo inexpresivo, retirando su mano del contacto de la chica con inseguridad.

-¡Gracias Eriol! ¡Eres el mejor!- exclamó con una expresión de niña pequeña consiguiendo un nuevo juguete. Se apartó de su vista, y se dirigió a la puerta.

Suspirando derrotado, Eriol se levantó, tomó su gabardina, y después de dar una mirada anhelante a su cama, salió de su casa siguiendo sin tanto entusiasmo a la joven ametista.

~*~

¿Porqué me preocupo tanto?

A las doce de la tarde, Shaoran Li se encontraba en un paseo inacostumbrado por las calles de la ciudad. Él, que nunca salía a ningún lado a esas horas, acostumbrado a dormir hasta tarde, llevaba en sus manos, un papel en el que estaba garabateada rápidamente, una dirección de algún lugar en el centro.

Su propia letra, y no le entendía...

¡Como le servía su memoria para recordar los nombres, los gustos y los horarios de sus víctimas, pero no para perpetuar una simple dirección! ¡Llevarla hasta su casa y ni siquiera recordar la calle ó el número!

¡Y como no! ¡Distraído todo el tiempo con su sonrisa y su encanto! ¡Y de regreso con la nítida idea de verse la siguiente tarde! ¡¿Como tener en cuenta cosas tan insignificantes?!

Recordó que la tarde pasada, ella había aceptado su propuesta con solo una sonrisa, pero, que al llegar a su hogar, había respondido de una manera extraña cuando le recordaba su compromiso, como rememorando algo súbitamente.

-Bueno Shaoran- dijo tristemente.- Ahora que lo recuerdo, mi hermano no va a trabajar mañana, y...-

-¿Que tiene que ver tu hermano?- había preguntado él, un poco indignado.

-Verás, empezará a cuestionarme de muchas cosas sobre ti...-

-No tienes que decirle que saldrás conmigo.- dijo tratando de convencerla, y lanzó una de esas miradas encantadoras. Pero para su sorpresa, no funcionó, en lugar de quedar bajo sus encantos, se había sentido indignada.

-¿Que estás diciendo Li?- ¡Hay, que feo se escuchaba su apellido después de haber oído tantas veces su nombre! -¡No le puedo mentir a mi hermano!-

-Esta bien.- contestó él, alzando las manos para calmarla.-Talvez no quiera que salgas conmigo, pero no puede impedir que vaya a visitarte.-

-¿En serio?- su linda cara se había iluminado con la más hermosa de las sonrisas, expresando con solo eso, lo complacida y agradecida que se sentía con él. -¡Gracias Shaoran!-

El joven no se lo hubiera esperado...la chica se arrojó a sus brazos espontáneamente, sonriendo de oreja a oreja. Él ni siquiera reaccionó, con la vista enfocada en un lugar diferente, y una extraña sensación que lo inundaba desde el estomago hasta las mejillas, respondió solamente con una sonrisa.

-¡¡Sakura!! ¡¡¿Que esperas para entrar?!!- se había escuchado una voz desde adentro de la casa, algo alterada.

-Sé que podrás con él.- dijo la chica al ver la expresión de susto que ponía el castaño, para después entrar a su casa sin decir más.

¿Sé que podrás con él? ¿Pues que clase de bestia era su hermano? Sabía que existían los hermanos celosos, siempre se escuchaba hablar de ellos, pero...

¡Pero bueno! ¡Él era un asesino! Entrenado especialmente en artes marciales, tiro al blanco, natación, gimnasia... ¿Porque le iba a temer a un simple hermano de una chica? A menos que fuera policía ó algo así, tendría que preocuparse realmente por él.

El castaño observó una vez más a su alrededor, y su cara se iluminó al ver en una de las esquinas, una bonita casita amarilla. Ese pórtico le evocaba muchas imágenes de la tarde pasada, sobre todo de su linda niña de ojos esmeraldas...y ese molesto grito al final del día, antes de despedirse.

Antes de acercarse a la casa, miró a su alrededor cautelosamente. Esperaba no tener que encontrarse con la familia de la chica.

Que se hayan ido de compras...Que se hayan ido de compras...

Tocó el timbre después de esperar un rato parado en frente de la puerta, y esperó pacientemente, esperando encontrarse con la castaña. La puerta de abrió con un golpe brusco, y la sonrisa del joven desapareció como había llegado.

Un joven de cabello negro que le sacaba casi dos cabezas, lo examinó detenidamente por unos momentos, sin quitar la expresión ceñuda de su rostro.

-¿Y tu quien eres?- preguntó toscamente, acentuando aun más su gesto de desagrado.

-Ehh..Mi nombre es Li Shaoran ¿Esta Sakura en casa?- el castaño titubeó por un momento, al ver como los ojos brunos del joven se encendían con algo que el llamaría...ira.

¡Que estúpido de su parte el haber llamado a Sakura por su nombre!

-¿Que quieres con ella?- en esos momentos, su semblante podría haber competido sin problemas con el de Eriol...

-Lo que pasa es que iba a salir con ella hoy y...-

-Ella no puede ir.-

-Lo se, por eso me invitó a su casa.- mintió el castaño, él mismo se había ofrecido a ir.

-¡Hermano ¿quien es?!- Li se sobresalto un poco al escuchar la voz de Sakura, proveniente del piso superior, para después escuchar sus delicados pasos bajando las escaleras. Cuando lo vio, parado afuera de la casa, su sonrisa se acentuó en su rostro. Pasó a su hermano, empujándolo hacia un lado sin darle mucha importancia, y saludó al invitado cortésmente.

-¡Que bueno que pudiste venir Shaoran!- el castaño sintió un molesto cosquilleo en la nuca. Sin poder verlo, supo que el hombre detrás de su hermana, le lanzaba miradas asesinas.

No pensé que existiera una mirada peor a la de Eriol...

-Ven Shaoran, pasa por favor. Creo que ya conoces a mi hermano, el es Touya.- como no queriendo el moreno estrecho su mano, dándole un apretón más fuerte al de una señal amistosa.

-Estaba a punto de preparar la comida.- la chica iba a marcharse hacia la cocina.

-Ehh..¡yo te ayudo!- exclamó antes de ser dejado a solas con el joven Kinomoto, aunque no le gustaba en lo más mínimo el arte culinario.

-Gracias Shaoran.-

-¿Quien es Touya?- escuchó el castaño antes de salir de la habitación completamente, una voz profunda que le parecía conocida, pero no le puso mucha atención.

-Un mocoso molesto que mi hermana trajo a casa.- escuchó responder a Touya Kinomoto con mucho fastidio, antes de entrar a la cocina donde lo esperaba una Sakura sonriente. Tomó el contendor que ella le ofrecía, y sin decir nada se puso a batir el huevo talvez con demasiada energía.

Le había dicho...¿Mocoso?...

~*~

Los hermosos ojos índigos y ametistas recorrieron la costa de rincón a rincón, observando la lejanía con recelo, mientras la vista se perdía en el horizonte. Una suave brisa húmeda de primavera les susurraba al oído, y les revolvía el cabello, cosquilleando sus rostros juguetonamente. Sus miradas melancólicas pasaban de un lado a otro, recorriendo las arenas, el cielo, las gaviotas, cada uno de los colores en las diferentes etapas del mar...siempre evitando mirarse entre ellos, ocultando los recuerdos que se dejaban ver desde sus ojos.

-¿Te gusta el mar Eriol?- la chica de mirada ametista se sentó, hundiendo sus pies desnudos en la arena, recargándose en una piedra lisa.

El joven se sentó a su lado, rodeando sus rodillas con los brazos, mientras lanzaba esa acostumbrada mirada perdida al mar.

-Si.-respondió sin mirarla.

Tomoyo se quedó en silencio por un largo tiempo, perdiendo como Eriol, su alegre mirada en una distancia inexistente. El joven, extrañado por su silencio, la miró con cautela. No encontró esos ojos ametistas que siempre le miraban como sonriéndole. Sus ojos se veían extraviados en algún lugar, en ellos se dibujaba melancolía, nostalgia, tristeza, pena...¿Que era aquel gesto que mostraba su rostro con tanta revelación?

-¿Que pasa?- preguntó el joven, olvidando por un momento su semblante frío, expresando apenas visiblemente, algo de preocupación.

Ella volteó a verlo con premura, esperando ver aquella actitud cortante que jamás había quitado de su rostro...no supo si fue su imaginación, por un momento pensó ver algo en sus ojos que no mostraba esa expresión reservada y rencorosa como siempre. Sin embargo, al toparse sus ojos con los índigos, la otra mirada frente a ella ya se había desviado hacia el horizonte.

La chica sonrió. Talvez Eriol no tenía un corazón tan inalcanzable.

-Este lugar me recuerda mucho a mi padre.-dijo Tomoyo, respondiendo a la pregunta del cerúleo. -Él solía traerme aquí cuando era pequeña. Siempre que no estaba en sus viajes de negocios, trataba de pasar la mayor parte del tiempo conmigo...jugábamos en el agua y hacíamos castillos de arena hasta que la tarde caía y las primeras estrellas comenzaban a verse en el cielo...entonces llegaba mi madre y nos quedábamos los tres en ese lugar, sin que nos importara la oscuridad ó el frío. En ese momento era cuando se iba el temor al mundo, cuando todo lo que nos rodeaba parecía insignificante ante la magnifica escena...- la sonrisa de Tomoyo se acentuó, volteando su mirada al joven a su lado. -Hay lugares que te traen recuerdos de tu familia. De su amor y comprensión, aunque esas personas no estén más a tu lado.-

-No lo se. Nunca e tenido una familia.- la ametista miró a Eriol con intensidad, tratando de descifrar el tono que había utilizado al pronunciar esas palabras...¿Tristeza? ¿Era la tristeza lo que mantenía al corazón de Eriol cerrado a las personas y al mismo mundo? ¿Por eso era su naturaleza fría y falta de cualquier sentimiento puro y propio del ser humano?

-La familia no es siempre la que está ligada a ti solo por la sangre.- repuso la joven sabiamente. -La familia es aquella que te demuestra su amor y afecto de alguna forma u otra...dices que nunca has tenido familia Eriol, pero mira a tu alrededor...Estoy segura de que hay muchas personas que te quieren por lo que eres.-

Eriol escuchó estas palabras con atención, y se quedó pensativo por un tiempo...talvez si había personas que se preocupaban por él. Shaoran, Ronald, Izumi, Matt, Shinichi y...ella.

Recargó su cabeza en la piedra a sus espaldas, y observó el cielo con cansancio. La brisa tocó su rostro rozándolo suavemente, y el cálido resplandor del sol lo acogió con simpatía. El sueño que le faltaba lo volvió a inundar parcialmente, reconfortado por el agradable silencio que los dos habían creado entre si. Sus ojos comenzaron a cansarse, y sus pensamientos empezaron a tornarse incoherentes. Su cabeza cayó a un lado pesadamente sin que él lo quisiera, encontrándose en su camino con la suavidad de un objeto con olor a lavanda...el hombro de la chica se sentía muy reconfortante.

Cerró los ojos al fin completamente, sin entender muy bien lo que acababa de hacer y el efecto que tenía en su acompañante, dejándose envolver por un ensueño tranquilo y, por primera vez, sin pesadillas.

La tarde cayó lentamente en el horizonte, mientras unas nubes negras de lluvia se formaban en las alturas de la ciudad. Una pareja estaba sentada a las orillas de la costa, disfrutando placidamente de la caída de la noche. Bueno...por lo menos una de ellas.

Tomoyo miraba el atardecer con gozo, de vez en cuando volteando a su costado, para encontrarse con un joven sumido en la fantasía, con su cabeza acomodada confortablemente en su hombro. ¡Que lindo sentimiento había aflorado en su corazón al sentir el contacto con aquel joven! Mientras lo observaba detenidamente con su rostro sereno, se sorprendio al no encontrar ni un rastro de la antigua apatía con que él siempre observaba a las personas. En lugar de las ligeras curvas que se dibujaban en su frente al hacer un gesto de desagrado, su rostro estaba delineado perfectamente por un contorno leve alrededor de sus labios. No una sonrisa...pero lo más cercano que ella pudiera observar en ese momento.

Una gota cayó en su rostro de repente. La ametista miró al cielo arriba de ella, y noto por primera vez, las enormes nubes negras que flotaban sobre su cabeza, amenazando a la ciudad tranquila.

Otra gota. Era hora de irse. Otra más. La chica miró una última vez al índigo, y sonrió. ¿Cuanto tiempo pasaría para poder verlo de la misma manera?

-Eriol, despierta.- susurró ella, tocando su hombro y sacudiéndolo levemente. -Vamos Eriol, no seas perezoso.-

Por fin el chico se movió. Abrió los ojos pesadamente, aun sin estar satisfecho con su descanso, y lanzó un gruñido desaprobatorio.

-¡No seas gruñón Eriol! Es hora de irnos, está empezando a llover.-

El ojiazul levantó su cabeza sin darse cuenta realmente de donde estaba, y observó enfurruñado el cielo y la lejanía. Talló sus ojos perezosamente, y se levantó de un rápido movimiento.

-¿Estuviste aquí toda la tarde?- le preguntó a ella en una voz grave, mirándola detrás de sus anteojos.

-Si. Parecías muy cansado y no quise despertarte.- De nuevo otra gota en el rostro. -Es mejor que nos vayamos sino queremos quedar empapados.- el joven asintió.

Iban a paso apresurado, llevando consigo solo una leve llovizna...hasta la mitad del camino. El cielo por fin desató su furia sobre la desdichada ciudad, sin importarle mucho sus ocupantes. Los dos jóvenes se refugiaron debajo de un pequeño toldo de una pastelería cerrada, y esperaron un largo rato a que la lluvia cesara, sin cruzar palabra, en tanto que las luces de la calle se iban encendiendo mientras caía la noche completamente.

-Parece que esto no va a disminuir pronto.-dijo Eriol observando la lluvia frente a él.-Las calles son muy peligrosas en la noche, debemos irnos ya.- La verdad no le preocupaba mucho él mismo, pero conocía a algunas pandillas que se reunían muy cerca de su casa al caer la oscuridad. No se atrevían a meterse con él, pero quien sabe si se verían atraídos hacia Tomoyo. No sabía si podría él solo en contra de veinte, sin un arma en mano, con un afan de protegerla.

-P-Pero Eriol..- objetó Tomoyo cautelosamente.

Eriol le lanzó una mirada sin expresión alguna, y después suspiró. Comenzó a retirar la gabardina que traía encima de su cuerpo, y se la ofreció a la ametista, quedándose él en solo una playera negra, quitándole a la joven el aliento. (N.A: ¿A quien no? °¬°)

-Tómala.-le dijo evitando su mirada, con un cosquilleo gracioso en el estomago.

-Pero, tu...-protestó ella algo apenada.

-Yo no la necesito.- mintió, y trató de no retractarse. Jamás había dejado que alguien tocara su prenda favorita.

-Gracias.- la chica lo miró, y un leve sonrojo apareció por sus mejillas, mientras abrazaba fuertemente contra su pecho el objeto de cuero. Sin más demora se la puso, aspirando la fragante loción que provenía de todos sus rincones.

-Como sea...Tendremos que correr sino queremos empaparnos. Vamonos.- el joven tomó de la mano a Tomoyo instintivamente con un rápido movimiento, y corrió como siempre lo hacía, llevándola detrás de él sin voltear hacia atrás. Si lo hubiera hecho, se hubiera dado cuenta de la sonrisa que la ametista mostraba de oreja a oreja a pesar de la lluvia.

De nada sirvió correr, de todos modos quedaron empapados. Cuando llegaron a su departamento, sus ropas y su cabello escurrían por todos lados y los dos estaban exhaustos. Al menos habían llegado sin ningún contratiempo.

Subieron al elevador. Y cuando la puerta se abrió en el piso de Eriol, Tomoyo se asombró al encontrar parada en la puerta principal, a una joven de cabello rojizo. Pero Eriol no lo parecía tanto, la vio y su mirada retornó a ser como la de antes.

Caminaron lado a lado hasta la puerta, en donde la chica tocaba insistentemente a la puerta, sin recibir de respuesta más que silencio. Cuando la joven al fin volteó, su cara se iluminó (como siempre que veía al joven) con una sonrisa entusiasta.

-¡Eriol!- gritó acercándose a él corriendo. Iba a arrojarse a sus brazos, pero se detuvo en seco cuando vio una mujer parada a su lado...y no solo eso, sino que llevaba sobre ella, la chamarra que siempre usaba su amado.

-¿Y tu quién eres?.- le preguntó bruscamente, alzando la voz, mientras le lanzaba una mirada fulminadora.

-Eh..yo, soy...- contestó Tomoyo indecisa al ver la actitud de la chica.

-Es una amiga mía.- interrumpió Eriol poniendo una sonrisa maliciosa, acomodando su cabello mojado. Esa era su oportunidad de librarse de la molesta mujer. -Y esta viviendo conmigo.- pasó un brazo protectivo alrededor de los hombros de Tomoyo, haciendo una vez más que ésta se sonrojara. -Con permiso Kaho- acabó diciéndole en tono burlón, mientras entraba a su apartamento, sin retirar el brazo de la ametista.

La bermeja estampó un pie en el piso, y su cara se puso de repente del color de su cabello. -¡Maldito Eriol!.- le gritó cerca de la puerta, muy enojada, y se fue muy alterada hacia su piso.

Dentro, Eriol lanzó una sonora carcajada. Tomoyo lo observó asombrada. ¡Eriol riéndose! ¡Que hermoso sonido!

-Pobre tonta.-exclamó después de terminar con su burla, para irse a sentar a un sillón.

-¿Quién era ella Eriol?- lo cuestionó la joven, al escuchar su expresión

-Una loca del piso de arriba, Kaho Mizuki, es una completa pesadilla.-

-Se nota que le agradas.- se burló la ametista, dejando en el perchero la gabardina mojada.

-Ni lo menciones.- siguió Eriol con sarcasmo, sin mostrar su mirada fría. Así, se veía casi...normal.

La chica sonrió. -Será mejor que tomes una ducha y te cambies de ropa, podrías resfriarte.-

-No quiero.-renegó él como niño pequeño.

-¡Eriol!.-

-Tu también estas mojada, báñate tú primero.-

-Yo no lo estoy tanto, tu no traías nada con que taparte.-

-Pues sino te metes tu primero, entonces no me baño.- con apariencia digna pero juguetona, Eriol se cruzó de brazos y se hundió más en el sillón.

-Esta bien.-respondió Tomoyo con actitud derrotada, mientras se dirigía al baño.

Eriol la miró hasta que desapareció en la puerta, y suspiró. ¡Que raro se había portado hacia un momento! Esa chica le había sacado, sin proponérselo, una conversación como Shaoran.

Tomó el libro que había estado deseando terminar desde hacia algunas noches, e iba empezar a leerlo cuando...estornudó.

Y luego de nuevo, y otra vez... hay no..

¿Un asesino enfermo? No podía ser.

Estornudó de nuevo.

O talvez si...

Continuara...

Uff...¡Que cap. más largo! ¡Pero me siento muy bien conmigo misma! Estoy que me lleva la jodida!! De nuevo perdón por el retraso, me tarde más de lo que hubiera previsto, porque mi compu se descompuso, y en lo que la arreglaban, le borraron el sistema, con todos mis archivos, y por tanto con la historia entera... ¡Claro, me encanta gastar mi dinero en el café Internet! malditos hijos de...

Bueno, bueno, ya que me desahogue, quisiera agradecerles a todos por los reviews!!!!GRACIAS!!!!! En serio que me dio mucho gusto cuando entre y encontré tantos...¡_¡ me siento taaan bien!!

Angel-de-Luz: Hola! Siempre eres la primera en dejar un comentario, gracias!! Bueno, aunque ahora no puse un capitulo tan rápido, de todos modos estamos con buen tiempo!! Oye, tus reviews siempre me suben los ánimos, que bueno que te gusta lo que escribo, porque siempre me esfuerzo mucho en lo que hago, sobre todo en algo que me ENCANTA!! Y las misiones...hay!! que cosas tan maravillosas *_* te confesare algo, estoy sacando la idea de las misiones de una serie llamada weib kreuz, y si tenías curiosidad de cual era el arma de Eriol, o como se veía, te diré que es la misma que utiliza Yohji (aunque Omi es el mejor!!) te invito a conocerla, esta genial! Este capitulo estuvo también muy largo, espero que no te hayas aburrido, yo creo que la extensión de todos serán más o menos de este tamaño (a menos que tenga hueva) pero lo intentare. Nos vemos!!

PD. esperare con ansias lo de Yue!! (Tiff se queda pegada a la pantalla, y comienza su larga espera) espero que no tan larga!

kaAn: Hola! En este capitulo creo que Eriol se paso de lindo...pero ¡¡no se preocupen!!, que nuestro Eriol pronto recupera su naturaleza, aunque si se preocupara más por Tomoyo y talvez tendrá más amistad con mi lindo Shaoran-chan. Bueno, talvez las escenas que puse en este capitulo no hayan sido tan románticas, apenas se están conociendo, pero estoy pensando en algo para el próximo capitulo, es acerca...cállate Tiff es sorpresa UPPS mi conciencia tiene razón...bueno, de todos modos gracias por todo!

Jeru: Oh-oh...creo que alguien tiene ganas de golpearme...jeje, no puse ¡¡nada de Yue!! (espera no apagues la compu!) pero si puse algo de S+S (si, se que mas E+T, pero es que me alebresto con la pareja) lo que pasa es que pienso que todo lo de s+s ya esta dicho, y yo quisiera ser algo original pensando bien en las escenas, así que por favor, tenme un poco de paciencia, no soy muy buena en esto. Ji, me da gusto oír lo de la misión, así podré seguir con mi plan de conquistar al mundo!!...hay no, espera, eso no quería decir...con mi plan para otra misión como esa, si, eso quería decir (u_u) Ah, por cierto con lo de las pelirrojas, no tengo nada contra ellas, es solo que Kaho me parece una completa ZORRA!! (perdona si eres su fan) pero esa es mi opinión ^_^...bueno, espero no te molestes tanto como para mandarme cartas bomba, Yue en el próximo cap, y sin yaoi!!!! especialmente para ti!!! (hay, pásenme un trapito...no, mejor una cobija)

Padme: Jeje, has leído una alguna vez a Tolkien o a Conan Doyle?? pues bueno, es de ahí de donde se me ocurrió la idea de explicaciones extensas y todo eso de desarrollar personajes...es bueno que no se les haga tan tedioso...continuare con ese estilo, porque siento que ya es algo que no puedo evitar, y si alguna vez te cansas de el, espero que me perdones...bueno, gracias por dejar tu review!!

The Dark: Hola de nuevo!! ¡_¡ Muchas gracias!! nunca nadie me había dicho eso!! me siento realizada, jeje, comprenderás que soy una niña sin amor, pero con mucha imaginación y sueños guajiros, por eso uno descarga toda su frustración creando cosas bonitas, por eso TE DEDICO ESTE CAPITULO!! y los que quieras también!! ejem...bueno, creo que por ahora no te puedo revelar la información, ya que es confidencia ~_^ lo que te puedo decir es que Tomoyo no tiene papa, pero su mama por ahí anda, y como ya explique, son cuatro familias, van dos, y a fuerzas le tiene que tocar a la de Tomoyo tatatatan(pausa dramática) ¿Que pasara? lo dejare a tu imaginación...gracias por todo tu apoyo amiga...y por tus regaños también, como ya te dije, te prometo un nuevo cap, en esta semana, a lo mejor asi no me mandas asesinos a sueldo...

Namárië!

Luzem: Uyyy...me has descubierto...no poner el apellido de Tomoyo era a propósito, para que al final dijeran '¿Quien es la ultima victima?..tu tun Daidouji Tomoyo'... hay que chido se va a escuchar!! Por cierto, ya quisiera yo tener a esos dos con traje de asesino!! solo te podría mandar como pienso que es su ropa (en otros personajes) y tu te los imaginarias con la cara de esas dos cosas bellas...y Yue..(suspiro) solo espero cierto enfrentamiento entre el y mi vida (Eriol)...Y lo siento, pero no se si matar a Kaho comprende que hay niños pequeños y...hay me vale!! será una muerte muy sangrienta..BUAJAJAJAJAJAJAJAJAAJA no es cierto, todavía no se ^_^ (no me maten fans de Kaho!!) Gracias por todo!!

Furby_chan: Hello!! gracias por tu review!! Intentare poner más E+T en escenas más románticas, pero tendrás que esperar un poco...nos vemos!!

Tomoe Himura: Otra que descubre mi trama...es una conspiración en mi contra!! na, no es cierto, bueno como ya dijiste (y la verdad creo que es muy obvio) sip, una misión más de matar a la familia Daidouji y viene la misión magistral...tatatatan...no se que sea más grande en la mente de Eriol en ese momento, pero ahora no le importaría mucho matar a cierta ametista...

kotorimoon: Hi!! gracias por tu apoyo en mis fics, su opinión es todo lo que necesito para alegrar mi día!!(y hoy es muy malo por cierto, mi jodido proyecto de informática no me sale u_u) Je, perdón por la tardanza... GRACIAS!!

Mourisan: Hola!! Que bueno que te gusto mi forma de escribir, espero que eso no cambie, y que no encuentres aburrido este cap. se los agradezco a todos!!

MarthyCss: Bueno, falta una misión y la de matar a Tomoyo... sabes? e pensado muchas cosas para el final, pero no creo que a muchos le gusten que los dos queden separados o si? S+S es oficial, pero no se si darle un final dramático...¿que piensas tu?

Lian Lai: uff..que bueno que no eres fan indiscutible de Mei, la verdad no me cae muy bien, pero estaría bueno tenerla...aunque e estado pensando en ponerla mejor para darle problemitas a Shaoran, como veras a Eriol ya le basta con Kaho...y a Sakurita no le vendrían mal un poco de celos (aunque no estamos acostumbrados a verla)...¿Que te parece? o bien podríamos usar tu idea..tampoco esta mal...

Bueno, creo que eso es todo (Uff...cuantos!! ^_^) espero recibir igual en este capitulo..bueno, de todos modos, gracias una vez mas por leer mi historia, y espero que les guste tanto como a mi me gusta escribirlas...en cuanto a la otra historia, esa que esta inconclusa...me da un poco de flojera acabarla ahorita, pero algún día será...

Por cierto, el nombre del jefe de la empresa, es por mi autor favorito. J.R.R.T Quien sea su fan sabrá quien es.

Creo que eso es todo y prometido que el próximo capitulo sale Yue, Touya, Nakuru y talvez por ahí Mei-chan. Cuídense!!

Namárië!!

"No son muertos los que en dulce calma,

de la paz disfrutan en la tumba fría;

muertos son los que tienen muerta el Alma

que aún viven todavía"...

(la verdad no se de quién sea, pero mis respetos...)