Amando al Enemigo

Por: Tiff

-Apúrate Eriol.- El pelirrojo Izumi se puso su auricular sobre la cabeza, acomodando con una mano el micrófono frente a su boca, mientras la otra tecleaba incansablemente en la computadora.

Las 7:30 pm y el ojiazul aun no había salido de la camioneta. Los demás integrantes del equipo habían cambiado su vestuario hacía casi media hora, y habían entrado a la mansión con todas las precauciones que podían conseguir.

Para entrar a la propiedad, como había averiguado Izumi, debían de portar credenciales registradas y aprobadas, y uniformes. Para entrar a áreas más privadas como algunas habitaciones en donde se guardaba el dinero, necesitaban huellas dactilares específicas, sin contar que todos los cuartos y pasillos disponían de cámaras de seguridad, y los guardias custodiaban la mansión entera, dando paseos nocturnos por sus instalaciones. Dos policías se encontraban afuera de cada habitación en la que permanecían los Daidouji haciendo chequeos cada dos horas. Además de que todas las puertas y ventanas estaban selladas por sistemas automáticos especiales.

-No molestes. ¿Por qué tengo que utilizar esto? Me siento ridículo.- El 'Asesino Ingles' había cambiado su vestuario totalmente, de estar ataviado de colores nocturnos dejándose ver despiadado y cruel, debía pasar a usar cosas menos densas, pareciendo por primera vez, en mucho tiempo, una persona normal...hasta una amable. Llevaba camisa blanca impecable, zapatos boleados y corbata de moño, con un delantal blanco alrededor de su cintura. El perfecto 'mesero' de los ricos.

-Da gracias que mande a Li primero.- se burló el pelirrojo.

Después de un suspiro, Eriol prosiguió con su caracterización. Removió los anteojos de su rostro, reemplazándolos con unos de contacto de color miel. Un rostro de plástico estaba sobre un maniquí sobre una de las mesas, lo tomo con cuidado, y después de colocar una especie de crema en su rostro, lo sobrepuso sobre su piel. Lo acomodó. En pocos minutos era una persona totalmente diferente. Su nariz ya no era aquella perfecta, sino una más alargada y aguileña, sus pómulos aumentaron y su barbilla se había pronunciado.

Una mascara sobre su piel...no iba a ayudar nada a esa fiebre que empezaba a brotar de nuevo.

-Me asombro de mi mismo.- exclamó al echarse una mirada al espejo olvidando su antiguo estado. Los ojos mielinos ya no encontraron aquel rostro apuesto y joven, sino a un adulto mayor y respetable.

-¡Vaya Eriol! ¡Te vez muy bien!- Izumi había dejado la computadora por un momento, observando la perfecta escultura frente a sus ojos.

-¿Parezco un hombre amable o que?- la mascara de Eriol era perfecta. Nadie demasiado observador hubiera adivinado el engaño por el que estaba pasando, parecía una persona amable, de semblante respetable, fino y servicial.

-Lo parecerías si quitaras esa mirada de tu rostro.- observó Izumi, recordando la fría expresión siempre reinante en la cara de su jefe.

-¿Cómo quieres que mire entonces?-

-Podrías suavizar un poco esa dura expresión ó al menos tratar de cambiar esa mirada asesina.-

-Así es como miro yo.-

-Me estas presumiendo tus capacidades de actor ¿no? ¿Por qué no haces bien el trabajo?.-

-No se como lograr eso.- dijo Eriol, colocándose una peluca de cabello largo de su mismo tono, y recogiéndolo en una coleta baja.

-Bueno, podrías empezar por pensar en algo agradable. Verás, cuando yo pienso en mi esposa Mimi, y lo hermosa que se ve embarazada, esa mirada viene a mi naturalmente.- Eriol lo miró, y efectivamente, esa mirada perdida y cristalina había aparecido en los ojos oscuros del pelirrojo.

-No recuerdo nada agradable en mi vida, más que el dinero talvez.- el chico colocó el pequeño auricular en su oído, una cámara escondida detrás de su corbata y su siempre fiel arma disimulada con un encendedor.

-No tienes remedio. Es hora.- El chico le lanzó a su jefe un gafete, y regresó a la computadora, en la pantalla se reflejaron los pasillos de toda la mansión, y las diferentes posiciones de los demás miembros resplandecieron con puntos rojos en un mapa verde tridimensional. -Ya sabes que hay que hacer.-

Clow Reed acababa de salir de la camioneta, como lo decía su gafete. Un hombre alto, de cabello largo y azulado y ojos miel, se acercó a la mansión con paso seguro.

-¿Quién es usted?- preguntó ásperamente uno de los guardias obesos, mirándolo detenidamente, con cara desconfiada.

Clow los miró, y mostró su gafete. Ellos lo examinaron, y pasaron una máquina sobre él. La autorización vino de una pequeña luz verde en el aparato.

-Adelante Sr. Reed.-

El hombre recorrió los pasillos despreocupadamente, recibiendo ordenes desde su auricular. Izumi lo guiaba a través de la mansión gracias a los mapas que poseía en la computadora. Doblando varias esquinas y abriendo una que otra puerta, el canela alcanzó la cocina sin mucho trabajo y miró a su alrededor.

-Sr. Reed.- dijo un joven rubio de ojos verdes con delantal blanco, acercándose a él con una sonrisa. -Esta es la cena del joven Tyson.- apuntó con el dedo a un carrito, que ya contenía en su superficie una cantidad considerable de platillos cubiertos. Clow asintió y con un gesto le agradeció al aguamarina.

-Gracias pequeño.- El hombre tomó el carrito, y empezó a empujarlo, sacándolo de la estancia. De nuevo las instrucciones de Izumi lo ayudaron a encontrar el camino correcto, caminando por varios pasillos llenos de policías, que regresaban los saludos que él les enviaba cortésmente.

Al fin llegó a una puerta custodiada por dos guardias con mala cara.

-Le traigo la cena al Sr.Tyson.- dijo Clow pasivamente.

-Bien Sr...Reed.- contestó uno de los guardias, acercándose a su gafete. -Pero primero debemos revisarlo.-

El ingles asintió cortésmente, y extendió los brazos. El policía paso por todo su alrededor un aparato alargado. Después asintió. -Puede pasar.-

El 'sirviente' empujo el carrito de comida hacía la habitación, y se adentro en la penumbra. El joven que buscaba estaba sentado en una silla enfrente de un escritorio, dándole la espalda, sin poner mucha atención a su nuevo acompañante. Tecleaba en su lap-top con movimientos precisos, revisando de vez en cuando uno de los libros que estaba a su lado.

-Estoy dentro Izumi, hazlo.- susurró el inglés hacía un micrófono escondido. El pelirrojo se apresuró a sustituir la imagen que presentaban los monitores de los guardias, por un sistema cerrado, en el que se repetían con cierta frecuencia, las acciones de la habitación. Así los agentes observaron una y otra vez como Tyson tecleaba en su computadora y revisaba su libro después, por tiempo indefinido.

El asesino observó por unos momentos las acciones de aquel muchacho, recordando aquellos días en los que él se sumía en los libros y en los ensayos, esperando convertirse en un renombrado psicólogo, poco después de permanecer en el hospital mental. Sin embargo, sus esperanzas se habían ido abajo...nadie contrataba a un ex convicto, mucho menos a alguien que había necesitado un psiquiatra.

Un ruido frente a él lo saco de su ensimismamiento. El joven de largo cabello castaño sostenido en una coleta tras su cabeza, se estiraba con pereza, esperando a que unos archivos terminaran de copiarse. Volteó su silla hacia el recién llegado.

-¿Dónde esta el Sr.Lyonel?- preguntó Tyson súbitamente, al no encontrar a su acostumbrado mayordomo.

-Se sentía un poco indispuesto, soy su reemplazo. Clow Reed a su servicio mi señor.- contestó el hombre cortésmente, sirviendo el té en una de las tazas, ofreciéndosela al chico.

-¿Eres inglés Clow?- replicó el castaño, sin tomar la taza que le ofrecían.

-Es usted muy observador mi señor.- confesó su sirviente con amabilidad.

-Ese gesto se vería mejor si fuera algo sincero.- el abogado se acomodó en su silla, cruzando los brazos sobre su pecho. -Tus ojos no expresan la amabilidad de tu voz.- sonrió melancólicamente.

-¿Por qué los abogados siempre son tan difíciles?- suspiró Clow, moviendo la cabeza de un lado a otro.

-Supongo que para hacerle la tarea más ardua a las personas como tú.- la mirada esmeralda del chico recorrió al mielino de arriba abajo, observando sus ojos con detenimiento.

-Tienes unos astutos ojos índigos. ¿Por qué esconderlos tras esa mascara de color?- su voz se escuchaba tranquila, sin embargo su mente enviaba señales de alerta.

-Parte de un disfraz bien hecho.- declaró Eriol en su embozo, ocultando el asombro que le causaba la astucia del joven.

-Sabes que esta habitación tiene cámaras ocultas.-

-Si lo se.-

-¿Por qué arriesgarte entonces?-

-Es mi trabajo.-

-Un grito mío y estarías perdido.- mencionó Tyson.

-No gritarías.-

-¿Cómo está tan seguro?-

-Morirías antes de pronunciar algún sonido.- la mascara de Eriol perdió por un momento la apariencia bondadosa de Clow Reed, regresando a ese gesto frío y esa mirada asesina.

-¿Por qué haces esto?- El joven abogado permanecía sentado en su silla, con la lap-top prendida detrás de él.

-Yo no pregunto razones, solo cumplo con mis ordenes.-

-Que lástima que una persona tan inteligente como tu, tenga que vivir bajo el yugo de algunos tontos con dinero. No valdría la pena ofrecerte más por conservar mi vida ó me convertiría en uno de ellos.- se lamentó el castaño, agachando la mirada.

-Eres una persona muy astuta.-sinceró Eriol.- Lástima que nos hallamos conocido bajo estas circunstancias, sino tuvieras esta herencia sanguínea, y no fueras uno de mis objetivos, te estaría invitando a unirte a mi.-

-Oferta tentadora, pero muy difícil de cumplir.-mencionó Tyson, dejando caer los brazos a sus costados.

Eriol revisó en su bolsillo, sacando un objeto reluciente de metal. Jalando de uno de los extremos disimulado en una perilla, se descubrió un delgado hilo que se tensó en las manos del asesino.

-¿Quién eres?- el chico que había mostrado aparente tranquilidad a través de toda la entrevista, se estremeció al oír el deslizar del hilo sobre el frío metálico del encendedor.

-Mi nombre es Eriol.- contestó el ojiazul muy confiado, al descubrir poca resistencia en su víctima.

-Bueno Eriol, solo voy a pedirte un favor...Cierra mis ojos al final.- dijo el chico volteando su asiento para encarar a la computadora.

El inglés se sintió extrañado ante tan rara petición, pero asintió. Parecía que aquel joven sabía que su muerte era inevitable, y la estaba aceptando con dignidad y sangre fría. Hiragizawa sintió una punzada de pena por aquel hombre, observador e inteligente, muerto por quien sabe que razón.

De un momento a otro, Tyson sintió con extrema rapidez, una fuerza fina que lo asfixiaba. Aferró sus manos a los descansos de su asiento, y los mantuvo firmes. Trató de cerrar los ojos, pero había una presión que no lo dejaba. Algunas veces sintió como su opresor retiraba la fuerza, devolviéndole una bocanada de aire, pero después el hilo se volvía a tensar sobre su cuello, impidiéndole el paso de oxígeno de nuevo. El mundo se le empezó a nublar, sus manos se sintieron sin fuerzas, e imágenes de las personas que amaba se cruzaron por sus ojos en rápidos instantes. Su madre, su hermana, su padre...todos sus triunfos en la abogacía, todos los momentos que había pasado con esa mujer castaña que jamás fue suya, el último momento en que escribía su tesis para finalizar su sueño...Una última visión se apareció frente a él un momento antes de caer rendido ante la muerte...el pequeño punto rojo de su lap-top anunciándole la grabadora encendida. Una última sonrisa en su rostro y oscuridad.

Por los ojos de Eriol, se apareció un leve dejo de tristeza, al estar estrangulando al joven. Por primera vez lamentaba tener que hacer su trabajo, al encontrarse a una persona tan capaz, y con tantas aptitudes para la vida. Varias veces vaciló, pero recordando la advertencia de su jefe, su sangre fría retornaba. Cierto temor hacia Ronald lo hacía continuar, aunque no fuera su deseo.

Un sudor frío le recorrió la nuca, y un mareo repentino sacudió su ser. Sabía que su frente estaba ardiendo, aunque la fría mascara la cubriera.

Estaba apunto de soltarlo, cuando la cabeza del joven por fin se puso lánguida, y cayó a un lado. El asesino tras él, no se movió, solo permaneció unos momentos con la cabeza baja.

-Descansa en paz.- le susurró, retirando el hilo de su cuello, y cerrando sus ojos con delicadeza. Se acercó al carrito, y destapó los platos vacíos. Acomodó su cabello, y salió por la puerta naturalmente, dejando a su victima sobre el sillón, con su computadora aún encendida.

-¿Quién es él?- preguntó uno de los guardias que estaban custodiando la puerta de Tyson, después de ver al hombre retirarse con el carrito de la comida frente a él.

-Es uno de los mayordomos.- anunció el otro, bostezando ruidosamente.

-No confío en él. Voy a echar un vistazo.-

El guardia abrió la puerta silenciosamente, encontrándose con una escena frente a sus ojos. El joven dueño de la mansión asesinado, con su computadora aun encendida frente a él.

El policía cerró la puerta nuevamente, suspirando un momento.

-Todo en orden.- comentó a su compañero, que asintió sin interés. El agente castaño y de ojos ambarinos, sonrió.

En los monitores de los guardias de seguridad, Tyson seguía ocupado en su computadora.

~*~

Shaoran Li, conocido en esos momentos como el Agente Akira Doyle miro a su lado, solo para encontrar al perezoso compañero de su nuevo trabajo. Ataviado con vestimenta de policía, con un garrote en el cinturón y una placa en el pecho, observó con una sonrisa como salía su jefe de misión de una habitación, momentos después de cumplido su objetivo.

El castaño miró su reloj. -Es cambio de guardia.- le dijo a su compañero, que ya cabeceaba parado. El otro asintió, y se echo a caminar por el pasillo, en dirección a su próxima posición.

Akira, al observarse sólo en el pasillo ajusto su micrófono-insignia, y hablo claramente, en voz baja.

-Cambio de turno Izumi.-

-Te tocó la parte difícil Li, para alcanzar la habitación en donde está Kotaro necesitas huellas digitales.-

-Genial. ¿De quién?-

-Sólo el jefe principal de cada uno de los turnos tiene acceso a esa habitación.-

-¿Dónde está el bastardo?-

-En donde se guarda el dinero. No esta muy lejos de tu posición.-

Como lo había hecho antes con Eriol, y en varias ocasiones más, Izumi guió a su compañero a través de los pasillos transitados por guardias, que le sonreían al pasar. Sin mucha demora, y sin ningún contratiempo, alcanzó una pequeña habitación que según Izumi, se había convertido en una pequeña oficina, con el único objetivo de resguardar a cada uno de los policías superiores.

Tocó la puerta, nadie le contestó.

-Esta dormido.- le confesó el pelirrojo desde su audífono, muy divertido.

-Voy a entrar.- dijo Li, con lo cual Izumi encendió su circuito cerrado.

El agente Doyle entró a la habitación silenciosamente, encontrando, como lo había predicho su compañero, a un guardia obeso, con la gorra sobre la cara y las manos sobre el pecho subiendo y bajando al compás de su ruidosa respiración.

-Por eso nunca logran atrapar a ningún criminal.- susurró Akira, moviendo su cabeza negativamente. Sin pensarlo dos veces, se dispuso a realizar parte de su trabajo, moviéndose por el cuarto sigilosamente. Años de práctica le habían servido en sobremanera, construyendo perfectamente su habilidad, a la vez ocultándose entre las sombras.

Se colocó detrás de el hombre obeso, y puso las manos en su cabeza. El irresponsable policía ya no despertó, y Li supo perfectamente que su trabajo había estado bien hecho, al oír ese característico crack y al observar como la cabeza caía a un lado ya lánguida. Ese método le parecía algo muy sencillo, sobretodo cuando la víctima no oponía resistencia, romperles el cuello se había vuelto una tarea constante.

-Listo.- exclamó por el micrófono muy orgulloso. -¿Que huella necesito?-

-La pulgar.-

De un momento a otro, el pulgar de la mano derecha del hombre, estaba desprendido por la ágil navaja del ambarino...

~*~

Una hermosa chica de bata blanca, papeles en mano, y extraños lentes puntiagudos, salió de una habitación, irguiendo la cabeza con arrogancia. A su paso, con su minifalda corta, escote pronunciado, profundos ojos esmeraldas y largo cabello pelirrojo, lograba llamar la atención de quién la veía.

-La nueva psicóloga.- susurraban algunos, al saber la aparente desgracia que había sufrido la doctora anterior, en un accidente en su casa. Esa mujer sería la encargada de atender los aparentes problemas que poseía la joven heredera de la mansión: Hanako Daidouji.

Sin muchos problemas, gracias a un joven pelirrojo en una camioneta afuera del edificio, encontró la habitación de la chica, que era custodiada como la de su hermano, por dos oficiales que la examinaron de arriba abajo primero, y después con un aparato detector de metales.

-Adelante.- le dijeron los dos al unísono, admirando cuando hubo pasado, los atributos de la joven.

-Estoy dentro.- y de nuevo, en los monitores de los policías, solo se vio a la heredera, tumbada en la cama, escuchando música desde sus audífonos.

Meiling vio con algo de desprecio, la habitación adornada extravagantemente. De paredes negras, velas por todos lados, y posters satánicos en varios de los muros, parecía un lugar en completo desacuerdo con el resto de la mansión.

La chica de no más de veinte años, se hallaba tumbada en la cama, escuchando música estridente en sus audífonos, a muy alto volumen. Al ver a la recién llegada hizo un gesto de fastidio, apagando el aparato.

-Supongo que eres la nueva perra de papá.- dijo fríamente, recordando las ambiguas miradas que la doctora anterior y su padre intercambiaban de vez en cuando.

Meiling rechinó los dientes, pero puso una sonrisa. -Buenas noches señorita Hanako. -le dijo amablemente.- Mi nombre es Kaoru Hanaki y soy su nueva doctora.-

-Genial, otra estúpida con las mismas preguntas ¿Ustedes las psicólogas no tienen vida social?- preguntó la rubia sarcásticamente.

-Sí tenemos, pero nos gusta hacernos la vida difícil.- contestó Meiling sin perder esa sonrisa bondadosa.

-¿Por qué no me dejan en paz? Quisiera morirme.- exclamo la chiquilla cubriendo sus ojos.

-No deberías decir eso.- advirtió Kaoru.

-¡Que tonta eres si piensas que te voy a escuchar! Muchas otras ilusas como tu lo han intentado y ninguna a logrado nada ¿Qué te hace pensar que tu vas a ser diferente?-

-Bueno, yo tengo un método muy diferente a todas las otras.-

-¿A sí? No me digas ¡tienes un gran carisma!- pronunció sarcásticamente para luego echarse a reír.

-Bueno, no exactamente.- un diminuto brillo metálico resplandeció en los dedos de la mujer. Con un ágil movimiento, la pequeña aguja salió disparada de sus manos, y en un instante, estaba incrustada en el cuello de Hanako.

La joven solo sintió un pequeño pinchazo en la garganta, y después una gran debilidad en todo su cuerpo. Cayó de espaldas en la cama, paralizada completamente.

No pudo gritar siquiera, su cabeza no se podía mover, solo sus ojos rotaban frenéticamente en su cuenca, tratando de ver algo a su alrededor. Talvez sabía lo que se avecinaba, ya que sus ojos comenzaron a derramar lagrimas sin parar.

-¿Estás llorando?- preguntó Meiling sarcásticamente, acercándose a ella con los brazos cruzados. -¿Por qué? Pensé que querías morir.-

La chica la miró con pavor, y alcanzó a lanzar unos gemidos suplicantes.

-¿Suplicas por tu vida? ¿Quién te entiende? Primero rezas por la muerte, y después imploras por la vida.- la pelirroja se rió maliciosamente, observando a la joven tendida en la cama, indefensa...nadie le daría una segunda oportunidad. Las segundas oportunidades no existían en ese negocio...nadie se la había dado a ella.

-Ya no sufrirás.- fueron las últimas palabras que la joven escuchó en su vida. Sus ojos se cerraron, la respiración se le escapaba del cuerpo..sintió que algo le explotaba en el pecho con un dolor espantoso, y como se ahogaba de repente. Sus pulmones estallaron, y ese fue su final.

-Las personas que desprecian la vida no tienen derecho a una segunda oportunidad.- susurró Kaoru Hanaki con frialdad, ignorando el hilillo de sangre que manaba de la boca de su víctima. La empujo hacía un lado, y no la vio más.

~*~

El cuerpo de Li se estrelló contra el borde de una pequeña repisa de la ventana, causándole de repente un agudo dolor en el costado.

-Maldito, me rompió una costilla.- se dijo a si mismo, observando al hombre parado frente a él, que estaba listo para embestirlo de nuevo.

Había entrado en la pequeña habitación sin mucho problema, gracias al pulgar que le había arrancado al guardia principal. Sin embargo, su visita no era esperada. Nadie tenía acceso a esa habitación a esa hora. Por eso, cuando la puerta se cerró detrás de él, no tuvo tiempo de hacer nada. El hombre que parecía tan indefenso con su baja estatura, su cara regordeta y su mostacho despeinado, había resultado muy bueno para las peleas. Tenía una mano rápida y su peso lo ayudaba en las constantes embestidas que había utilizado contra aquel que al principio sería su agresor.

Shaoran se sobresalto cuando vio venir de nuevo ese cuerpo regordete en contra suya, así que olvido su antigua estrategia. Al verse en peligro, no tuvo más remedio que renunciar a su forma original de matar, y sacar su pistola. Un disparo silencioso directo en la frente, y el cuerpo se fue de nuevo contra él, pero esta vez sin vida.

-Idiota, habrías tenido una muerte más decente y original.- le dijo Li, tratando de removerlo de encima de él. Lo arrojó a un lado con desprecio, y se quedó sentado, con la cabeza recargada en la pared, sosteniéndose el costado y mirando al techo. La respiración empezó a dificultarse.

-Maldita sea. Eriol me va a matar.- exclamó, poniéndose de pie con mucho trabajo.

-¿Estas bien Li?- escuchó que le decía Izumi consternado.

-Creo que me rompí una costilla.- le confesó recargándose en una pared para sostenerse.

-¿Puedes regresar?-

-Creo que si, no te preocupes, llegaré.-dijo con voz entrecortada y respiración lenta.

-Le avisaré a Eriol.-

-¡Olvídalo! ¡Me mataría! Me las puedo arreglar solo.- Shaoran se acomodó la gorra sobre la cabeza, sin dejar de sostener su costado, y salió de la habitación, dejando al magnate tirado en el piso, en medio de un charco de su propia sangre.

~*~

-¿Terminaste pequeño?- preguntó Clow Reed algo cansado, con un sudor frío en las manos y un leve dolor de cabeza. Se había reunido con el joven rubio de la cocina, conocido en esos momentos como Arnold Watson (Shinishi Tsukiyono).

-Si, fue muy sencillo.- sus ojos esmeraldas resplandecieron, en el momento en que su ídolo le lanzó una mirada de aprobación.

-Tu turno acabó. Sal por la puerta trasera sin ser visto, nos reuniremos en unos minutos dentro de la camioneta.-

-Esta bien.- el joven Watson se dio media vuelta, y se fue caminando hacia atrás de la cocina con paso casual. Eriol lo miró detenidamente a través de los lentes de contacto, y su mirada se suavizo. Ese chiquillo seguiría sus pasos, sabía que algún día sería el mejor, y se sentía orgulloso de él.

-Eriol, Shaoran está herido.- la voz del pelirrojo Izumi se escuchó en el audífono, sacándolo de su ensimismamiento.

-¿Qué?- exclamó Clow, olvidándose inmediatamente del chico que se acababa de marchar.

-Kotaro se puso difícil, parece que nadie tenía permitido entrar a esa hora, no tenía ese dato registrado, y al entrar Li, lo atacó.-

-¿Es grave?- susurró Eriol, volteando a ver hacía todos lados, esperando que nadie lo escuchara.

-Creo que le rompió un par de costillas, y le perforó un pulmón.-

-¡Demonios! ¿En donde esta?- preguntó preocupado.

-Se dirige a la puerta trasera, no se si pueda salir en esa condición.-

-Shinishi ya salió, dile a Meiling que regrese y a Matt que arranque la camioneta.-

-Esta bien.-

Sin conservar más su aparente calma, recorrió los pasillos con paso apresurado, buscando con la mirada a su compañero ambarino.

~*~

Li se limpió el sudor de la frente una vez más, mientras se sostenía de la pared en uno de los solitarios pasillos. Tosió. Y el color carmesí de su sangre empapo su mano.

-¿Por qué ahora?- el ambarino siguió con su lento caminar, aun sosteniéndose con una mano.

-¿Estas bien?- Li escuchó vagamente una voz enfrente de él, de una persona mucho más alta.

-Si.- le dijo sin levantar la cara, ocultándola aún más bajo la sombra de su gorra.

-Te vez muy mal.- sinceró la otra persona.

-Me duele el estomago.- mintió Li, cambiando su mano del costado al centro, causando un agudo dolor de nuevo al retirar la presión.

-¿Necesitas algo?- preguntó el joven, tratando de observar el rostro del enfermo.

-¿Llegar al baño?- le dijo Li medio riendo agachándose más, esperando a que el otro joven se largara.

-Esta bien, pero cuando termines no olvides regresar a tu posición ¿Entendido?- el castaño asintió. -Que te sientas mejor.-

Cuando por fin siguió su camino, dejándolo solo, Li volteó trabajosamente su cabeza, para observar a su compañero. Solo alcanzó a ver la piel morena del joven, su notable estatura, y su cabello de ébano...si hubiera estado en las mejores condiciones, se habría dado cuenta de que se acababa de topar con Touya Kinomoto...

~*~

-Estúpido Li.- exclamó Eriol por enésima vez en el corto trecho que atravesaba casi trotando sin que nadie lo notara. Miró el reloj... 9:40 aun tenía veinte minutos.

Su mente se encontraba distraída, con el único pensamiento de encontrar a su compañero para salir de la mansión lo más pronto posible, y su dolor de cabeza se pronunciaba. Por eso no se dio cuenta como una puerta se abría frente a él.

Chocó contra otra persona, y los papeles que éste sostenía en las manos, cayeron al piso desde un fólder. Sin pensarlo, Eriol se agachó para recogerlos rápidamente, musitando un débil 'Disculpe' a su vez. Miró de reojo uno de los papeles, y un título llamó su atención.

'Instituto Mental Azkaban'

Hubiera reconocido ese nombre en donde fuera. Había estado en ese lugar por mucho tiempo, y era el lugar que noche tras noche se aparecía en sus pesadillas sin dejarlo descansar.

¿Qué demonios hacían esos papeles en esa casa?

Miró los papeles otro momento, y se levantó lentamente. Sus ojos se posaron en la persona que estaba frente a él, acomodando los papeles de nuevo en su fólder, y su mirada cambio como nunca a un gesto de asombro.

Habría reconocido a esa persona en cualquier lugar. Vestido formalmente en lugar de esa acostumbrada bata blanca, con los ojos marinos de mirada fría o aquella bondadosa, con una sonrisa en el rostro ó con un gesto gélido , o con el cabello plateado corto ó hasta la cintura amarrado en esa coleta...aquel hombre que había causado el que sus padres lo abandonaran, estaba por fin frente a él...Yue Tsukishiro.

-Gracias.-le dijo con una voz fría e inexpresiva, fijando sus hermosos ojos en el hombre frente a él. Una luz de reconocimiento cruzó por su rostro fugazmente. -¿Te conozco?-

-N-No creo señor, soy nuevo.- tartamudeó Eriol perdiendo el tono amenazante en su voz, bajando la mirada por primera vez ante una persona.

Yue lo observó por largo rato, tratando de abrir una brecha en su memoria.

-C-Con permiso.- dijo el asesino nerviosamente, sin conocer los ojos rasgados de Tsukishiro una vez más. Con la cabeza baja, los puños crispados y la mente turbia, Eriol se alejó del sitio, avergonzado como nunca de su comportamiento. No había querido aceptarlo hasta ese momento, pero aun le tenía miedo a aquel lugar. Encontrarse tan cerca de la persona que le había arrebatado la libertad una vez, y que podía volver a hacerlo en cualquier momento, encerrándolo de nuevo, le causaba pavor. No soportaría regresar. Nunca regresaría...

Yue lo vio alejarse con paso rápido y tenso, sin comprender lo que sucedía...si ese hombre no hubiera llevado encima ese par de ojos falsos, el detective hubiera atrapado por fin a su asesino...

~*~

El castaño de ojos ambarinos, por fin cayó al suelo de rodillas, derrotado. El dolor se había hecho insoportable, y la vista se le empezaba a nublar, a causa de la falta de oxigenación.

-¿Qué hago?- susurró casi sin aliento, empezando a perder la paciencia. ¿Lo descubrirían? ¿Lo enviarían a la cárcel al descubrir que no era un policía?

-Pensé que eras un poco más sensato.-

Li levantó la cabeza con rapidez, al reconocer la voz enfrente de él. Más que gusto, le dio miedo, al ver la mirada fría que le enviaban.

-E-Eriol...y-yo...-

-Cállate.- le contestó el hombre frente a él con frivolidad, Eriol en serio se sentía ya muy mal. Se acercó a su lado, y lo ayudó a levantarse pasando un brazo sobre su cuello.

-Izumi, pon el sistema en los pasillos hasta la salida.- comandó el ojiazul con voz autoritaria.

Los dos comenzaron a caminar despacio, uno ayudado por el otro, sin dirigirse siquiera una mirada.

-P-Perdóname Eriol, Kotaro se puso muy difícil y era una persona muy fuerte aunque no lo pareciera, me embistió y...- de nuevo un fuerte dolor en el costado lo obligó a caer al suelo, interrumpiéndolo en su explicación. Su respiración era agitada y una espesa capa de sudor recorría su frente y cuello, empezó a toser produciéndole fuertes espasmos de dolor en todo su ser.

Eriol se olvidó de su propio malestar, y se arrodillo frente a su compañero.

-Cálmate. Respira profundamente y ya no te preocupes tanto por lo que pasó. La misión no está arruinada.- aseguró Eriol con voz amistosa, dándole pequeñas palmaditas en el brazo.

-Tenemos que salir de aquí, no sabemos en que momento vayan a descubrir los cuerpos.- miró a su alrededor.

-Ya no puedo.- susurró Li. -En verdad me siento muy mal.- le confesó al ojiazul mirándolo directamente con algo de arrepentimiento. -Vete.-

-¿Cómo?-

-Que te vayas. Falta poco para las 10:00, los otros no esperaran.-

-No puedo dejarte aquí.- le dijo Eriol sin mirarlo a los ojos.

-¡Son las reglas! ¡Tienes que irte!- exclamó Li tratando de disimular su dolor al gritar.

-¡Yo soy el jefe de esta misión!- le respondió Eriol de la misma forma. -¡No me voy a ir sin ti ¿entendido?!-

Li se quedó sorprendido ante sus palabras. Jamás se hubiera imaginado a Eriol pronunciando aquello. ¿Un compañero más importante que la misión? Nunca. O más bien nunca había sucedido. En todos los años que llevaban, nunca habían tenido contratiempos como aquellos (excepto el de el mismo Eriol) por eso no habían cumplido la promesa de abandonar a alguien en plena misión. Li creía que Eriol era el que respetaría más las reglas, y sin embargo, al ver aquello, supo que se equivocaba.

-Te llevaré.- Eriol se agachó frente a su compañero, y se ofreció a cargarlo.

...

Los dos salían de la mansión rápidamente minutos después, Eriol llevando en su espalda a un malherido Li, atravesando la oscuridad.

-Te vez gracioso con esa máscara.- se burló Li sin muchas fuerzas, como siempre sin perder el sentido del humor aun en el peor de los casos.

-Cierra la boca, aun puedo dejarte aquí tirado.- le amenazó el inglés en un tono no muy veraz.

-Si, como sea.- el ambarino sonrió una última vez al escucharse decir esas palabras tan características de su jefe, y miro hacia enfrente después. Sus compañeros los esperaban frente a la camioneta apresurándolos a llegar. Alcanzó a ver el reloj resplandeciente en la muñeca de Eriol antes de quedar inconsciente...10:15...los habían esperado...

Continuara...

Lo se, lo se...nada de romance en este capítulo u_u...pero creo que m emocione un poco con la misión, como saben , me encanta esto de las misiones, y eso de disfrazar a los chicos, con un lindo Shaoran herido pues...NO LO PUDE EVITAR!! ˆOˆ

Padme: Hola! Oye, en que pagina viste la serie, que no la e podido encontrar, y me gustaria conocerla, y ese libro del que me hablas suena muy interesante! Pero en ingles? Que hueva! Mejor me avisas cuando salga en mi idioma, ves que a penas hablo español ¬­_¬.. Otra cosita Lei tu fic Big Wizard y te deje un review, pero esta porqueria no lo a registrado!! _ dejare uno de nuevo sale? Esta buenísimo!!

Carrie: Reportándome de nuevo!! Estuvo más rápido de lo que espere, y ya estoy trabajando en el siguiente, gracias!

Carla: Gracias! Me esmero mucho en encontrar frases que tengan que ver un poquito con el capitulo, espero que te hallan gustado los fics, porque a mi me encantaron!! Y no, Eriol todavía no se enamora, digamos que solo se siente atraido...

Anna Asakura: NOOOOOOO!!!!!! T_T ¿¿porque dios me castiga así?? T_T un niño que le queda a Tomoyo y se queda con la zorra!! Pero en fin, parece que nadie esta conforme con esa pareja, y aquí estamos nosotras para insultarla.. CONTRA KAHOOO!!

Kaori Tsukiyume: Verdad que no estoy tan mal? Jeje, ya decia que alguien me apoyaria, Eriol no puede enamorarse así de pronto, porque como alguien me dijo alguna vez (y muy bien dicho) hay que diferenciar el amor de la necesidad...por cierto, FELIZ CUMPLEAÑOS!! Veras, iba a poner esto ayer, pero la cosa no salia, sin embargo...ya salio hoy!! Espero que te guste, lo hice con mucho cariño. Este capitulo va dedicado a ti amiga!!

Master, the Gambler: Yo también me decepcione mucho con el final sabes? me esperaba algo más...bonito..no, romantico. Aunque la pelicula te deja algo parecido, de todos modos siento que le falto algo...sobre todo que me acabo de enterar de los parlamentos entre Kaho y mi niño...esa zorra asaltacunas (perdon por los fans) Je, y no creo que Sakura y Tomoyo se metan de asesinas, eso me gusta más para Meiling. Por cierto, llevo leido uno de tus fics (u_u tenme paciencia) y me parece muy bueno, sino me equivoco habla de TK y Matt en el 1° capitulo ¿no? me avisas cuando continues?? plizzz??

KaAn: Eriol es muy cerrado, y por eso y sus constantes traumas, es mejor irlo derritiendo poco a poco, no te preocupes, por más lento que sea, caera alguna vez no? ^_~

Jeru: O_O hay, creo que me estoy ahorcando poco a poco yo solita. ¿No seras de la compañia donde trabaja Eriol? Pero ahora puse Yue!! no hay S+S peeero PUSE YUE!!

Terra_c: Pues a decir verdad *.* quisiera ser!! quien no querria tener a ese lindo ojiazul en frente?? no lo pienso dos veces antes de hecharmele encima *.*(pero eso ya seria hentai y noooooo...todavia no ^_~) Y Kaho todavia no sale, pero algun día tendra que ser, no me aguanto las ganas de que Eriol la insulte de nuevo ^.^

The Dark: NO ESPERA!! NO TE AVIENTES!! aqui esta!! ya termine el capitulo!! (no quiero ser la responsable de tu muerte..indirectamente..) si te vas a morir, va a ser porque vez a un lindo ojiazul (en el proximo cap.) hacer algo no muy acostumbrado para el. Por lo de Yue y Mizuki (¬_¬ maldita zorra) pienso lo mismo!! Y, no, no hay ningun señor Filch, pero te suena '¿El instituto mental Azkaban?' ^_^ (amo a harry... ^O^)

Angel de Luz: OTRA ASESINA?? dios mio!! este fic esta creando asesinos a sueldo...u_u anyway, yo creo que necesitaras un disfraz... y yo necesitare un consejo..no se de que disfrazar a Eriol (se que en todo se ve divino peeero...) Espero que este cap. haya sido antes de que te pusieran más tarea, ODIO LA ESCUELA!! y más porque reprobe dos examenes }T_T ahora si, A ESTUDIAR!!

Tomoe Himura: Hay que perversa!! de todos modos, la intencion desde el principio era que sakura los encontrara ^.^joyjoyjoy...y ya sabes, para que alguien aprecie verdaderamente lo que tiene, hay que hacerlo sufrir...

angel-yanu: Prometo solemnemente (hay que patriotico ^.^) que leere tus fics, cuando se acaben mis dos finales, y después te paso un comentario sale? Nos vemos!!

Bueno, eso es todo por hoy...espero que les haya gustado el capitulo, y que no se hayan decepcionado por no poner romance entre estas dos parejas, pero puse algo relacionado con la amistad... Por cierto u_u Necesito un consejo de quien pueda enviarlo ¿Sugerencias para algun disfraz en Eriol, Shaoran o Sakura? no se me ocurre nada...u_u

Por cierto, algo bonito para el próximo capitulo!! Eriol sonriendo!! *.* (creo...¬_¬)

Nos vemos!!

Dedicatoria: Kaori Tsukiyume (es su cumpleaños!!bueno, fue n_nU)

'En la prosperidad, nuestros amigos nos conocen; en la adversidad, nosotros conocemos a nuestros amigos'.

- Proverbio Italiano

- J. Churton