Amando al Enemigo
Por: Tiff
11:00 am
-¿Qué has sabido de ella?-
-Trabajo en eso.- Henry Le Beau estaba sentado desgarbadamente en la silla frente al escritorio de la oficina principal, encarando con una sonrisa desinhibida al actual sustituto del liderazgo de la compañía, en ausencia del jefe. Parecía no importarle mucho el gesto de completo desagrado que se dibujaba en el rostro de su superior, al observar los malos modales del joven castaño que ni se inmutaba.
Saito Valentine lanzó un suspiro de exasperación. Le había asignado una tarea muy importante ese mismo día en la madrugada, y él había prometido ponerse a investigar de inmediato. Sin embargo, en la junta que estaban celebrando actualmente, parecía que no le estaba poniendo mucha atención al caso. ¿En verdad era la segunda persona más capacitada en toda la empresa?
-No veo que lo estés haciendo. Eriol se habría puesto a trabajar de inmediato.-
Le había dado al punto. Si había algo que en verdad molestaba a Henry, era que lo compararan con el que era, ó había sido el mejor asesino de todos los tiempos.
-Pero él ya no está aquí, y no creo que pueda venir de nuevo.-
-Al menos él tenía iniciativa.-
-No creo que le sirva de mucho estando encerrado.-
Si. En verdad que eso iba a causar problemas. Cuando Ronald regresara para enterarse que su mejor asesino había sido capturado y encarcelado, seguro querría tomar ese asunto en sus propias manos. Y es que estaba seguro que prefería acabar con el que algún día le había llevado triunfo y gloria, a verse descubierto por algún tonto descuido por parte del preso. Así sería. Una entrevista a solas con él, y después aparentar un suicidio... así había visto morir a muchos trabajadores fieles y excelentes, en esos últimos años.
¿Cómo había sido posible que capturaran a un asesino tan bien entrenado? ¿Cómo era posible que se hubiera descuidado de una manera tan peligrosa? ¡Él sabía muy bien los riesgos del negocio!
Y sin embargo... en su captura había algo muy sospechoso. ¿Por qué lo habían encontrado de repente, así nada más, sin ninguna otra pista más que con una llamada anónima? ¿Era él tan descuidado como para dejar el compartimiento de armas al descubierto así como si nada? ¿Por qué lo habían encontrado desmayado en medio de la habitación, drogado por un narcótico, cuando sufría fobia por el mismo sueño? ¿Por qué tanto desorden en la habitación?
Si querían engañarlo con eso de un asalto, o alguna cosa común y vulgar como aquella, estaban muy equivocados si creían que podían disimularlo. Teniendo una mente astuta y brillante como la tenía, Saito no se tragaba del todo las historias que escuchaba en los noticieros sobre la reciente captura. Ese atraco había sido planeado cuidadosamente por otra persona.
Y por lo que había visto, era una persona inteligente y sagaz. Que estaba familiarizada con el negocio al calcular una agresión tan bien planeada, con un equipo de al menos tres o cuatro individuos, y con un completo conocimiento de la verdadera identidad de Eriol en aquel negocio.
¿Cómo sino había descubierto las armas que guardaba? ¿Por qué habían dejado al descubierto a propósito, aquel instrumento metálico que el ojiazul utilizaba en sus asesinatos con tanta frecuencia? ¿Y la dirección exacta?
Además, gracias a sus infiltraciones que tenía en los archivos de la policía, se había dado cuenta, gracias a los análisis realizados por laboratorios especializados, que el sospechoso había sido encontrado con una dosis muy alta en la sangre de una sustancia llamada X-119 componente principal de un somnífero de muy alta potencia utilizado solo por el gobierno.
Dos corporaciones poseían esa sustancia en su repertorio, de todas las que existían en Japón. La policía secreta, y la compañía de Ronald Reuel. Y si la policía no tenía ni siquiera idea de que había ocurrido, solo quedaba una alternativa por investigar...
Saito dejó su cigarro consumido en el cenicero, y se le quedó viendo a Henry fijamente, con esos característicos ojos escarlatas, sin que él otro se diera cuenta.
Solo tenía que investigar completamente, y asegurarse de que sus postulados fueran correctos... y asesinaría al traidor de una vez por todas, con sus propias manos.
~*~
12:00 pm
Habían sido necesarias varias inyecciones de tranquilizante al paciente que había sido trasladado desde la jefatura de policía, hasta el sanatorio mental Azkaban, para por fin poder mantenerlo quieto en la ambulancia. Y es que aunque seguía atado y asegurado con la camisa de fuerza, y esa mascara de cuero en el rostro, su fuerza y su deseo de liberación, seguían siendo impresionantes.
Uno de los cuidadores que iban con el sospechoso en la parte trasera de el transporte, se quedó largo rato observando a esa persona, que ahora permanecía tendida en una cama provisional, atado fuertemente con cinturones de cuero.
Aunque su vista estaba desenfocada a veces, por el fuerte efecto del calmante, se podía observar, de momentos a momentos, que el hombre que estaba ahí tendido, luchaba contra una fuerza interior.
Se rehusaba a quedarse dormido en un intento en verdad sobrehumano, y de repente se le oían escapar susurros dirigidos a la nada, mientras siseaba palabras indescifrables para si mismo.
Desesperación y angustia alcanzaba a notar en esos largos gemidos que escapaban de su garganta, dejando al hombre con extraño pensamiento en la mente... lástima.
¿Cuándo un doctor como él sentía lastima por su paciente? ¿Y más por aquellos que eran recibidos como personas para alta seguridad?
Talvez era porque nunca había visto en su vida a hombre con porte más autoritario y amenazador. Nunca había visto a alguien tan elegante, tan sofisticado, en una situación como esa.
Siempre se había imaginado al famoso asesino ingles, como una persona desgarbada y sin ningún estilo, astuta talvez, pero sin un ápice de verdadera inteligencia, para llevarse la sorpresa de encontrarse con algo totalmente diferente.
¿Qué lo habría llevado hasta ese lugar? ¿Por qué había abandonado todos sus ideales, para seguir una vida furtiva y llena de rencores? ¿No preferiría estar en su hogar, en paz consigo mismo y con las personas que quiere? ¿En verdad era malo en el fondo?
La ambulancia se detuvo por fin, y las puertas del transporte se abrieron, revelando a otras dos personas. El doctor miró los ojos del ingles por última vez en esos momentos de conciencia turbia, y no supo si fue su imaginación, pero creyó ver en ellos una chispa de vida súbita. Sus ojos le imploraron silenciosamente por ayuda.
Pero desapareció tan fácilmente como llego, y aun con la duda en la mente, el doctor Holmes salió también de la ambulancia, caminando al lado de la camilla de su nuevo paciente.
~*~
Cuando por fin, el asesino ojiazul intentó abrir los ojos para regresar a la conciencia verdadera, después de muchos sueños confusos entre la realidad y la fantasía, se vio siguiendo atado a una camisa de fuerza, con una máscara horrible en el rostro que le impedía el movimiento, acarreado por un transporte característico de los pacientes de alto riesgo, sujetado a el por unas correas..
Su vista periférica apenas le dejaba ver a las personas que iban a su lado acompañándolo, a los guardias de seguridad, y una que otra vez a personas de menor riesgo, a veces transitando por los pasillos con un doctor a su lado.
Sin embargo, ese no era su lugar. Hacía mucho tiempo, había quedado en una de esas habitaciones blancas gracias a la enfermedad que sufría, pero ahora, no podía permanecer con ellos ya que seguro lo calificarían como a un psicópata o sociopata. Cualquiera de las dos le conduciría al mismo camino de todos modos. .
Pasaron largos pasillos interminables, cada uno idéntico al primero. No había ventanas, ni un solo rayo de sol se podría filtrar ante esa fortaleza blanca; todos eran alumbrados fantasmagóricamente por tristes luces níveas desde las alturas... era un lugar horrible.
¿A donde nos llevan?
Eriol sintió la primera gota de sudor resbalando por su cuello. Esa larga espera no hacía más que inculcar una desesperación en su mente cada vez mayor.
Al dar la vuelta en una de las esquinas, se encontró frente a frente con una enorme puerta de metal sólido, con una inscripción en el marco: 'Pabellón de pacientes de Alto Riesgo.'
Entonces ¿Era ahí a donde estaba confinado a pasar sus últimos días? ¿Se quedaría encerrado detrás de esa enorme puerta de metal macizo, sin la oportunidad de observar el sol nuevamente?
El doctor que tenía al lado se adelanto con paso seguro, e introdujo una tarjeta de identificación en una ranura expuesta, para después teclear unos cuantos números. Y la puerta se abrió de inmediato.
Juraría que había entrado a una galería, en la que se exponía grotescamente alguna exposición humana, mostrando simples conejillos de indias. Celdas divididas por planchas de concreto, presentaban a sus habitantes a través de una gruesa puerta transparente. No se escuchaba más sonido que el de las pisadas de los apurados doctores, y el suave rechinar de el transporte de Eriol.
Era una sección sin duda muy peculiar, con seis o siete habitantes nada más, uno en cada celda. Ninguna de esas personas parecían comunes. Ni una dejaba denotar, por lo menos durante el día, los vestigios de un encarcelamiento eterno. Unos leían detenidamente libros de gran grosor, otros escribían con avidez en decenas de hojas de papel, y otros simplemente se dedicaron a examinar a su nuevo inquilino, con una mirada austera y penetrante. Nadie se veía perdido en su mundo como los otros huéspedes que había visto en la sala anterior, al contrario, todos irradiaban su aire de grandeza y elegancia, de astucia e intelecto. Así eran los Psicópatas, así era el mundo de la inteligencia sumido en el sadismo.
Y cuando al fin desvió la mirada hacía enfrente, vio su confinamiento. Una celda oscura y gris, una en donde lo exhibirían como a un animal.
~*~
8:00 pm
Eran alrededor de las ocho de la noche, el mismo día en que en los diarios se había dado la noticia del mes: 'El Asesino Ingles capturado'-
Una larga expectación se había creado alrededor de todo el asunto, pero aun no se daba noticia alguna del caso en cuestión.
Muchas personas se había arremolinado a las afueras de la estación de policías, levantando una protesta en contra del presunto asesino. Grandes carteles con letras de rojo brillante, citaban con turbación: 'Pena de muerte al Asesino Ingles.' Y las personas que estaban siendo entrevistadas por los varios reporteros, acordaban con los mensajes, y maldecían los actos demoníacos del preso.
Li Shaoran se había pasado toda la tarde intentando averiguar que tanto sabían los policías, pero al no ser un experto en las computadoras y no poder infiltrarse en los archivos, solo pudo obtener lo que todos los diarios y noticieros decían: 'Muerte al Ingles.'
Sin embargo, al no encontrar nada al caer la noche, sus esfuerzos cesaron. Ya pensaría que hacer al otro día.
Mientras caminaba por una calle poco concurrida de una de las avenidas principales, en su mente se formaba el recuerdo de aquella débil sonrisa que su compañero le había proporcionado al ser capturado. Se estaba despidiendo de él, Eriol Hiragizawa se estaba dando por vencido.
Suspiró. No sabía que hacer. Estaba seguro que su jefe no abriría la boca para contar nada acerca de la compañía o de él, pero de todos modos, comprendía perfectamente que su tiempo de libertad también había terminado.
Tarde o temprano descubrirían la amistad que llevaba con el ojiazul porque muchas personas ajenas los habían visto, y con ello se ganaría su rápida aprehensión, y no dudaba en ir a parar a la cárcel con la misma sentencia que Eriol llevaría sobre su cabeza.
Yue ya lo había visto alguna vez, y Touya había visto al ingles con él. No tardarían mucho en atar cabos, y en mandar una orden de arresto en su contra.
Otro suspiro. ¡Tanto trabajo que le había costado el que Sakura lo perdonara! ¡A penas había fijado una cita con ella para esa misma noche! ¡Ese evento lo había arruinado todo!
De hecho ya estaba un poco retrasado. Pasaría a recogerla a su casa a las ocho para llevarla a cenar a un bonito lugar. La regresaría sana y salva a las diez, y su hermano no tendría qué reprocharle... Si, así había sido su plan... pero ya no. No podía pasearse de nuevo enfrente de Touya, sabiendo que él conocía a Yue. Pero tampoco podía desaparecer sin despedirse de Sakura.
Era algo que le debía, algo que quería hacer.
Así que con la clara idea de que nunca más la volvería a ver y con una nostalgia enorme en el pecho, se encaminó a lo que sería su último encuentro.
~*~
3:00 pm
Esto es aun peor de lo que recordaba.
Y la voz tenía mucha razón. Cuando Eriol por fin fue instalado de nuevo en la celda que le habían asignado, y le habían retirado la camisa de fuerza para dejarlo solo en ese lugar, fue cuando recordó por fin, en carne propia, aquel miedo entrañable que había sentido aquella vez hacía muchos años.
No puedo creer que estemos aquí de nuevo.
No pueden dejarme aquí.
Ya lo han hecho. Estamos encerrados en este asqueroso lugar. ¡Y todo por tu maldita culpa!
¿Mi culpa?
¡Así es, tu culpa! ¡Si hubieras seguido mi consejo, si hubieras llevado a esa mujer cuando te lo dije, no estaríamos aquí!
¿Cómo querías que la entregara?
No puedo creer que prefirieras a esa mujer, a todo ese dinero y tu libertad.
¿De que me sirve la libertad si de todos modos sigues aquí molestándome?
Al menos serias un loco en una mansión de Londres, no en un sanatorio de Japón.
Tienes un punto.
Eriol suspiró. ¡Ahora ya hablaba con sus voces internas! ¡Hasta podía mantener una conversación decente con ellas! ¿Qué haría después, le pondría nombre a cada una? Suprimiendo aquella voz aguda, simplemente se fue a sentar a la cama. Trato de enfocar la habitación con algo de esfuerzo -ya que le habían quitado sus lentes- y noto que no era como todas las otras que había visto en su paso. No había ni un libro, ni un papel, ni siquiera un estante para colocarlos.
¿Qué le estaban queriendo decir con eso? ¿Le considerarían más peligroso que a todos los otros? ¿O talvez más sicótico?
Ahora que estaba en ese lugar, aunque ya no era del todo asunto de la policía, seguro seguirían visitándolo constantemente. Yue por ejemplo, al ser un encargado provisional de su caso y tener antecedentes de haber trabajado en psiquiátricos, no tardaría en ir a interrogarlo. Así era él. Un entrometido total.
Tenemos que idear algo.
No puedo dejar que descubran quien soy o para quien trabajo.
Eso nos costaría la vida. Reuel nunca nos lo perdonaría.
De seguro vendría hasta este lugar por una de sus famosas 'entrevistas', y nos colgaría de una celda sin siquiera mostrar algo de compasión.
Nos van a obligar a hablar. Sabes como tratan a personas como nosotros.
Si lo he visto, me torturaran hasta que hable.
Mantente silencioso todo el tiempo entonces.
No pueden contrarrestar un trastorno del habla con simples electroshock. Tendrían que iniciar terapia.
Eso nos daría tiempo.
Podría idear un plan para escapar..
Si, no podía quedarse ahí más tiempo. Una vez había sido suficiente para toda una vida, y no pensaba pasarse ahí encerrado lo que le quedaba de esa. Saldría del lugar de alguna forma. Saldría y averiguaría en donde se encontraba Tomoyo. Y cuando la tuviera con él de nuevo, se irían los dos a cualquier lugar lejos de Japón, en donde no pudieran encontrarlos nunca.
Pero primero debía salir de ahí...
Al menos tenía un consuelo por un rato. La celda no irradiaría ese temor tan austero en esos momentos. Al menos podía estar tranquilo hasta el anochecer, cuando de nuevo se tuviera que enfrentar a la impenetrable oscuridad.
~*~
2:00 pm
Yue enseñó su tarjeta de identificación al guardia de seguridad postrado en la puerta de los pacientes de alta seguridad. El detective en cargo, el Sr. Urashima, lo había enviado a ese lugar para realizar el trabajo sucio. Seguro el maldito prefería entrevistarse con la prensa para subir su fama, a realizar su trabajo personalmente.
El guardia lo miró un momento algo incrédulo ante su apariencia frágil, pero después lo dejo pasar.
El joven de cabello plateado e impecable traje negro, caminó por el largo pasillo compuesto por unas siete u ocho celdas, en donde estaban los pacientes de alto riesgo. Nunca había estado en ese lugar, ya que su especialidad radicaba en los niños.
Observó a las personas que se encontraban encerradas, y quedo sorprendido, de que en ese sitio solo habían hombres y algunas mujeres que parecían más normales e inteligentes que él mismo. Elegancia y pulcritud se irradiaba de cada uno de ellos, mientras lo observaban con miradas penetrantes de ojos escarlatas, que solo había conocido en los asesinos.
Se detuvo frente al cristal de la última celda, la más oscura de todas, y miró en su interior. Una figura sentada en el suelo, recargada en una de la paredes laterales, mantenía la cabeza apoyada sobre su pecho, y las manos sobre las piernas flexionadas. Daba la impresión de que simplemente estaba descansando en una bonita tarde de primavera, en el mismo jardín de su casa.
Yue se le quedo viendo unos momentos sin pronunciar palabra, sin embargo, por el tenso movimiento que se había apoderado de sus manos y su cuello, sabía que se había dado cuenta de su presencia.
-Vengo a interrogarte Eriol.- le dijo. –Vámos.-
El ingles se quedó un momento estático, tratando de reprimir el odio asesino que lo empezaba a cegar. Levantó la vista, y lo miro por unos momentos, amenazadoramente.
Yue se hizo para atrás. De todas las miradas que le había lanzado alguna vez, uno de los asesinos que el atrapaba, esa era la única que había podido infundirle algo de temor. Una mirada escarlata como ninguna otra, nada comparada a las que había visto en las celdas anteriores. En ese caso, los años no eran un sinónimo de experiencia, porque ese ojiazul seguro había visto más muertes que todos los otros juntos.
El ojiazul se levantó de su lugar sin mucha agilidad, y como era la costumbre siempre que alguien quería hablar con él, se pegó a la pared, de espaldas a la puerta, para que los doctores pudieran entrar y ponerle la camisa de fuerza.
No opuso resistencia esa vez, asi que le dieron la oportunidad de quedarse sin la mascara de cuero. Sin mirar a Yue, y con la cabeza en alto, lo guiaron hasta una de las salas de entrevistas.
Había solamente una mesa normal en medio de la habitación con dos sillas en sus extremos. Una línea pintada al centro de ellas, delimitaba en territorio entre al acusado y el detective, diciéndoles en silencio que no debían cruzarlo.
Eriol fue guiado a un extremo ocupando uno de los asientos. Yue se fue a sentar al lado contrario, y los guardias se quedaron a pocos metros de los dos.
El ojiazul tenía la mirada perdida y pegada a la mesa, parecía no captar sonido alguno.
-Eriol. ¿Estas conciente de que no tienes ningún abogado?- empezó Yue, tratando de iniciar una conversación con su asesino, pero no recibió respuesta. –Tenemos muchas pruebas que te incriminan. Tenemos una conversación grabada por Tyson, las armas de tu departamento sin contar la que se encargo de acabar con todos los integrantes de la familia Daidouji, el dinero que no tiene una procedencia exacta... ¿Quieres que continúe con la lista?-
Eriol parecía perdido en sus propios pensamientos. No respondía a ninguna pregunta, y ni siquiera parecía enfocar la mirada en algo concreto, sus ojos, antes astutos y siempre alertas, ahora se encontraban sin vida y extraviados en quien sabe donde.
-Se te enjuiciara dentro de un mes como a un enfermo mental, pero sino alegas tu defensa, o consigues a alguien que lo haga, se te mandará a la silla eléctrica de todos modos, ¿es eso lo que quieres?- silencio. –Si te declaras culpable, y nos dices los motivos de tus actos, podrías conseguir solamente una cadena perpetua, y si tienes suerte, talvez podrías salir en unos 50 años por buena conducta, si todavía te interesa hacerlo.-
Yue suspiró al obtener otro silencio por respuesta. –Voy a hacerte unas preguntas de rutina, sabes como es esto. Sino contestas estarías aceptando tu culpabilidad.-
-¿En donde estabas la noche del 14 de Diciembre de este año alrededor de las 8:00 pm?-
-¿Cuál es su profesión Sr. Hiragizawa?-
-¿Reconoce este objeto?- dijo mostrándole el encendedor que él tan bien conocía, sin que lograra que lo volteara a ver.
-¿Tiene alguna identificación que lo acredite de alguna manera?-
-¿Esta relacionado con alguna persona?-
-¿Trabaja para alguna compañía?
Y las preguntas continuaron por casi media hora, sin que Yue lograra obtener ni una respuesta afirmativa o negativa, ni siquiera lograba captar su atención. Empezó a desesperarse.
-No le importa quedarse aquí toda su vida ¿no es verdad? Parece que no valora para nada su libertad.- silencio. –Dígame, ¿se sentiría con más confianza para hablar conmigo si nos dejaran solos?-
No obtuvo contestación, pero Yue hizo de todos modos una seña para que se retiraran los oficiales.
-No podemos irnos señor. Es contra las reglas, además de que podría correr peligro.- dijo uno de los dos guardias, que lo vieron incrédulamente.
-Puedo arreglármelas solo.- y simplemente los vio con una mirada de autoridad y egocentrismo, que convenció sin mucho trabajo a los dos uniformados, que salieron del lugar sin protesta.
-Muy bien Eriol, creo que podemos hablar ahora.- hizo una pequeña pausa. –Dime, ¿Conociste a alguno de los Daidouji antes de que fueran asesinados?-
Eriol no se había esperado esa pregunta. Levantó los ojos hacía el detective con peligrosidad y se le quedo viendo fijamente.
Yue se sintió un poco incómodo, pero logró sostenerle la mirada. –Conociste a alguno ¿verdad?-
El ojiazul volvió a bajar la mirada, parecía algo apenado y angustiado, el detective no pudo precisar porque.
-No conocí a ninguno de los Daidouji.- habló el ingles por fin con voz baja y siseante, la misma que había conocido el detective en sus furtivas llamadas por teléfono, la misma que estaba grabada en la conversación de Tyson.
-¿Por qué los mataste entonces?-
-No voy a contestar a ninguna de tus preguntas, deberías saberlo para estos momentos.- replicó el ingles con algo de sorna en la voz, pero sin siquiera voltear a verlo.
-Quiero mostrarte algo.- el plateado, sin estar muy seguro de si debía mostrarle lo que había llevado, empezó a hurgar entre sus ropas, sacando poco después, una pequeña bola de papel arrugada. La abrió con cuidado, e intentó extenderla lo más posible con las manos, colocándola sobre la mesa, al alcance de la vista del joven.
Eriol le hecho un vistazo por un momento, e intento disimular el gesto de reconocimiento que amenazaba con salir de su rostro, lográndolo apenas con mucho trabajo.
-¿La conoces?-
-N-No.- pronunció lentamente sin mirarlo a los ojos.
-Encontramos esta fotografía a solo unas calles de tu casa.-
-Alguien podría haberla dejado ahí. No es mi problema.- Yue lo vio por un momento, parecía que estaba llegando a algo.
-¿No la conoces?-
-No la había visto nunca. ¿debería conocerla?- Eriol se decidió por fin a mirar a su interlocutor, poniendo una muy buena mirada fingida de desinterés.
Entonces Yue dudó. –Esta mujer es la última heredera de los Daidouji, pensé que estarías enterado.-
El ojiazul mostró una perfecta sonrisa cínica. –Entrometerse en la vida de los demás es su especialidad detective, no la mía.-
Ahí iban de nuevo. –No creo que este en posición de burla Sr. Hiragizawa, su situación no es muy favorable.-
-Es algo que me tiene sin cuidado. Haga lo que quiera, de todos modos no le voy a decir nada.-
-Podría estar encerrado aquí por toda tu vida.- Yue creyó ver un destello de miedo en los ojos índigos, pero desapareció tan pronto como había llegado.
-Es lo mismo para mi estar aquí o allá, me da igual también morir en este lugar.-
-Creí que te había llegado a conocer.- dijo Yue en un tono melancólico, talvez algo desilusionado de su respuesta.
-Me conoces menos de lo que crees. No sabes en lo que me convertí cuando te fuiste.-
-No podía continuar en ese lugar contigo en ese estado. No querías comunicarte, ¿Qué esperabas que hiciera?-
-¿De que te servía jactarte de ser el mejor psicólogo entonces? ¿Por qué alardeabas tanto si huiste como un cobarde?-
Yue evitó su dura mirada, y no le contesto. –Eso ya no importa ahora.-
El ojiazul se rió. –Si, como tu dices ya soy un asesino. No puedes hacer nada ahora.-
Yue se molesto un poco ante su petulancia y superioridad. Estaba en una mala posición en ese momento, ¿Se creía que se podía burlar de él?
-Como quieras.-
Yue alcanzó el portafolios que estaba a sus pies, y lo abrió sobre el escritorio por completo. Eriol lo miró sin mucha curiosidad, encontrándose con un aparato electrónico que nunca antes en su vida había visto.
Yue tomó una pequeña caja y la abrió con cuidado, sacando con sus finos dedos, un pequeño artefacto metálico que sostenía solamente con las yemas de los dedos.
-¿Sabes que es esto?-
-No.- contestó Eriol sinceramente.
-Es un nuevo artefacto que utiliza la policía del servicio secreto. Se incrusta en el cerebro de los criminales más peligrosos, para poder rastrear todos sus movimientos. Pueden localizarlo en cualquier parte del mundo.-
Eriol lo miró con desconfianza. Seguro querían ponerle uno de esos aparatos. Si era así, adiós a sus planes de escape.
-Sin embargo, sino queremos hacer cirugía, simplemente se inserta en la palma de la mano y funciona de igual manera.- comentó casi para si mismo, admirando el pequeño artefacto.
-¿Y eso que me interesa a mi?-
-Es tu futuro Hiragizawa. Estarás regido por este pequeño artefacto muy pronto.- le dijo mirándolo con burla esta vez.
-Me creerás un loco, pero no soy estúpido.- sonrió. –Solo puedes ponerme esa cosa de dos formas: Con mi consentimiento, o con una orden del mismo juez. Y la verdad no pienso hacerte la vida tan sencilla.-
Yue lo miró incrédulo. Genial, tenía que toparse con un maniático inteligente.
-No importa. Tendré esa orden más pronto de lo que crees.-
-Entonces has tu trabajo. No me importa.-
-Regresare, y cuando lo haga, será una orden para incrustártelo en el cerebro. No podrás librarte de el a menos que te vueles la cabeza, y créeme, muchos estarían encantados con ese resultado.-
-Lastima para ti que no sea un suicida. Si con mi vida puedo hacerte la tuya imposible, me quedare el tiempo que sea.-
-No creo que vivas mucho entonces.-
-Ya veremos Yue.-
El detective se levantó con los puños crispados ante su actitud, adelantándose más de lo que estaba permitido.
-No me retes Hiragizawa.-
-No le tengo miedo, y lo sabe muy bien.-
-Puedo acabar contigo en este momento.-
-Hágalo. Me encantaría saber que piensa la prensa al respecto.-
Se te echarían encima Yue, sabes que no puedes arriesgarte.
-Acabare ganando esta contienda Hiragizawa y cuando lo haga suplicaras por que te deje morir.-
-Veremos quien suplica al final.-
El plateado cerró el portafolios de un golpe seco, y lo tomó con brusquedad, saliendo del pequeño cuarto con rapidez.
Eriol se rió complacido. Hacerle la vida imposible a ese hombre era de las únicas cosas que lo podían mantener cuerdo, y alejado de los recuerdos de esa maldita celda.
~*~
11:30 pm
-¿Ya terminaste?- Yue Tsukishiro no se había movido de la puerta de la oficina de Touya Kinomoto desde entrada la tarde, observando solamente los ágiles movimientos del moreno al teclear en su computadora. Había estado trabajando todo el día sin descanso, hasta ya casi las doce de la noche. Transcribía declaraciones, comparaba notas, preocupado por entregar un informe meticuloso acerca del caso que tenía entre manos.
-¿Ya desayunaste al menos?- dijo el plateado disimulando su preocupación. Sabía que Touya no había dejado de trabajar desde la noche anterior, descansando por ciertos periodos de tiempo en los que se tomaba solamente una taza de café para permanecer despierto.
-No.- dijo inexpresivamente su compañero, sin ponerle mucha atención.
-Deberías descansar un poco. Sakura llamó hace un rato, según lo que me comentó, tu le dijiste que llegarías temprano. Se escuchaba preocupada.-
Touya se detuvo un momento. –Olvide llamarle.-
-¿Lo vez? Mejor descansa, mañana puedes seguir con el trabajo.-
El moreno suspiró derrotado, la verdad era que estaba muy casado de todo el trabajo del día. Estar encogido enfrente de ese escritorio no le era nada reconfortante a su cuello y espalda.
-Supongo que tienes razón.- guardo su trabajo con rápidos movimientos, y se levantó de la incomoda silla, estirándose un poco. –Vámonos.-
Yue le sonrió cansinamente, y tomó el fólder que había dejado en el escritorio con varios papeles del caso dentro. Salieron de la jefatura con rapidez, y los dos se dirigieron al auto del detective.
-¿Fuiste a verlo hoy?- preguntó Touya, ya cuando iban en camino, refiriéndose a el asesino que habían atrapado hacía solo un día.
-Si. No logré nada, pero mañana iré de todos modos, Urashima ya empezó a exigir resultados. ¡Como su el hubiera logrado la gran cosa!- dijo en tono satírico, golpeando el volante con desprecio.
Touya miró el camino atentamente. Por fin habían atrapado al asesino de la familia de los Daidouji, por fin tenían a ese asesino mal nacido en sus manos. Se había esmerado para hacer un buen reporte, simplemente por el hecho de otorgarle a ese asesino una buena sentencia sobre la cabeza.
-Y dime, ¿Cómo es él?- preguntó Touya sin voltear a verlo, pero con un tono de interes evidente en su voz.
-¿No lo has visto?- preguntó Yue incrédulo. ¿Era el encargado de el papeleo del caso, y ni siquiera conocía el rostro del asesino?
-No.-
-Hay una fotografía suya en el fólder que esta en el asiento trasero. También otros datos si los quieres ver.-
Touya alcanzó el fólder con agilidad, y lo abrió sobre sus piernas, encendiendo la pequeña lámpara del techo. Pasó unos cuantos papeles viéndolos cuidadosamente, hasta que por fin llegó a lo que deseaba.
Sostuvo una fotografía de la prisión entre sus manos, y la observo cuidadosamente a la luz. Se sorprendió primero al ver que no era una persona mayor como se lo había imaginado, sino que parecía mucho menor incluso que él. No parecía vulgar, ni siquiera parecía de la baja sociedad. Aún en ropas rayadas, se le veía erguido y orgulloso, con una mirada cerúlea penetrante y astuta. De alta majestad y... extrañamente familiar.
-¡Eriol!-
Touya abrió los ojos desmesuradamente al escuchar la voz de su prometida en su cabeza pronunciando ese nombre. ¡Ahora sabía porque ese hombre se le hacía tan familiar! ¡Había estado en su propia casa!
–No puede ser.- dijo inaudiblemente.
-¿Qué pasa?- preguntó Yue con extrañeza, observando a su copiloto con vista periférica.
-Este hombre a estado en mi casa.-
-¡¿Qué?!- frenó bruscamente, y miró a su amigo incrédulo.
-Lo vi una vez. No recuerdo cuando.-
-¿Qué estaba haciendo ahí?-
-Acompañaba a Shaoran Li.-
-¿A-A Shaoran? ¿Que no es ese joven que sale con Sakura?-
Al escuchar el nombre de su hermana, y recordar la relación que llevaba con ese castaño, solo acertó en apretar los puños, sin importarle la foto que había estado sosteniendo entre ellos. -¡Maldito! ¡¿Cómo se atreve a tocar a mi hermana?! ¡¿Cómo se atreve a llevar a un asesino a mi casa?!-
-Si ese joven es amigo de Hiragizawa, entonces debemos tener cuidado con él. No dudo que estén confabulados en algo, él también puede ser un asesino.-
-¡Maldito! ¡¿Como se atreve..?!-
-No te preocupes Touya, lo detendremos, y si algo tiene que ver en todo esto, te aseguro que pasará todos los días que le restan de vida pudriéndose en la cárcel.- aseguró Yue, apoyando su mano en el hombro del moreno.
-¿La conoces Eriol?-
Soltó la fotografía con un estremecimiento repentino que hizo temblar a sus manos, sus ojos esta vez expresaron una mirada de terror. La voz de Tomoyo en sus recuerdos, la voz de esa chica, al lado del asesino.
-Estaba con ella.-
-¿Cómo? ¿Quien?- preguntó Yue algo asustado, al observar la expresión de su campanero en el rostro.
-El asesino estaba con Tomoyo.-
~*~
11:45 pm
El joven castaño de Nueva Orleáns abrió la puerta de su departamento con mucha energía. Eran alrededor de las once y media de la noche cuando por fin pudo salir de la compañía, en donde no habían hecho otra cosa que darle regaños y uno que otro insulto por parte de Saito, por su aparente falta de interés por el caso.
Aún le quedaban dos días de búsqueda para 'encontrar' a la última heredera de los Daidouji, y entregarla. Así que, teniéndola en sus manos desde casi una hora después de que la misión le fue encomendada, ya no tenía que preocuparse por buscarla. El tiempo que le quedaba a su lado, la pasaría en completa diversión.
En ese momento la mujer estaba acostada en su propia cama, amordazada y amarrada con rudos nudos que el mismo había hecho. Aún no había despertado. La dosis de X-119 había funcionado perfectamente en el organismo de la mujer, reduciendo al máximo todas las funciones metabólicas. Solamente estaba esperando a que despertara, para poder divertirse con ella, tal y como se lo había prometido a Eriol.
Ja, el muy estúpido esta en ese hospital. Ya decía yo que estaba enfermo.
Henri sonrió con burla al imaginarse al asesino inglés, antes tan presuntuoso y altivo, atado a una camisa de fuerza, revolcándose por el suelo como un animal. Por fin había recibido su merecido. Por fin se había librado de él.
¡Y no había sido nada fácil! Había sido simplemente un golpe de suerte el que él hubiera conocido a Tomoyo Daidouji justamente en su casa, para no tener que buscar nada más.
Sin embargo, el tener a una próxima víctima, bajo la protección del mejor asesino, era una tarea difícil de solucionar. No solo había utilizado a muchos de sus compañeros en esa misión, sino que se había quedado sin varios aliados en futura misiones, gracias a las lesiones inflingidas por el ingles. ¿Cómo se iba a imaginar él, que ese hombre poseía semejante fuerza? ¿Cómo iba a saber que un sentimiento humano tan anticuado, podría impulsar a un hombre a ese extremo? Terminar con él no había sido fácil, y casi le costaba la vida.
Pero cuando lo vio caer justo enfrente de sus ojos, después de haberse levantado no sabía cuantas veces, a solo unos centímetros enfrente de él. Sintió un alivio inmenso en el alma. ¿Cuántas veces derrotaría de nuevo al asesino ingles? ¿Cuántas veces lo vería desplomándose a sus pies, impotente ante sus actos? Nunca más. Sino se deshacía de él en ese momento, no lo haría nunca. Le había mostrado su rostro y había hablado con él. Después de esa ocasión no volvería a estar seguro con el ingles en las calles
Podría haberlo matado, eso no le hubiera costado ningún trabajo, pero siendo el favorito del jefe, seguro se pondría a investigar, y estaba seguro que con tanta gente a sus ordenes, pero de las cuales no se podía fiar, se abría descubierto su acto sin mucho trabajo, y entonces si su vida habría llegado a su fin.
Sin embargo, entregarlo, era sin duda un plan magnifico. Él, por lealtad, o talvez por miedo a Reuel, se negaría a hablar de la compañía, y tampoco podría denunciarla sin perjudicar a sus amigos. Una llamada anónima de cualquier teléfono público, no sería cosa de la que alarmarse, porque cualquier persona podría haberlo hecho. Además, nadie sabía que él tenía a la ametista, y por ello no podrían inculparlo cuando él apareciera pocos días después con la joven en cuestión. El desorden en el apartamento de Eriol había sido necesario, aunque no planeado, y aunque al principio se hubiera visto sospechoso en su contra, el terminar el ojiazul en un sanatorio, le favorecía bastante. ¿Quién decía que en uno de esos ataques de locura, no había destruido su propio departamento?
Una coartada perfecta. ¡No existía manera de siquiera sospechar que él había planeado todo! ¡Ahora nada el impedía ser el mejor pagado de la compañía con esa mina de oro que dormía en su cama placidamente!
Y no solo eso, sino que también cumpliría la amenaza que había hecho a Eriol la primera vez que la había visto. Había conseguido ya el teléfono y las políticas del lugar, y lo llamaría pronto. Primero para avisarle y atormentarle con la futura desgracia de su novia, y después para que escuchara sus gemidos, cuando le estuviera haciendo el amor a Tomoyo Daidouji.
Se asomó a la puerta de su dormitorio, y la observo durmiendo apasiblemente. Pasó la lengua por sus labios y se le hacercó.
~*~
12:00 am
-¡Fuera luces!-
Demonios.
Los ojos azules se elevaron y fijaron en los focos luminosos que tenía en las alturas, anhelando largamente por la luz, cuando de repente, se vio rodeado por la oscuridad. Ni un halo era visible entre las tinieblas, ni una figura se podía reflejar en las paredes de cristal que tenía frente a él.
Vacío y nada más.
Eriol cerró los ojos con fuerza, y tapo sus oídos con las manos, tratando de amortiguar cualquier sonido que de repente pudiera emerger de la oscuridad penetrante a la que se enfrentaba. Esperaba no tener que oír ni una voz. Esperaba no tener que sufrir los horrores de su enfermedad, reflejada en aquellas sombras del pasado que lo cazaban.
No quería oír sus voces de ultratumba acusándolo. No quería ver sus dedos oscuros señalándolo con desprecio. No quería verse atrapado en su propia imaginación.
¿Porque estás tan asustado Eriol?
'Parece que estas empezando a perder tu temple'
"¿Por qué te estás quejando si tu solamente te adjudicaste este suplicio?"
Tres voces consecutivas que no conocía lo acosaron desde la oscuridad. Una grave, otra aguda, la otra gangosa, las tres dirigiéndose a él con sorna, con venganza, con odio. Se escuchaban amplificadas, con ecos, encimadas... demoníacas..
"Deberías estar arrepentido."
Si tuvieras dignidad ya hubieras terminado con tu vida.
'¿Qué sigues haciendo en este mundo maldita escoria?'
Eriol intento cubrirse los oídos desesperadamente, tratando de ignorarlos, de no escucharlos. Sin embargo, las voces no cesaban. Lo acusaban constantemente sin darle descanso.
'¿Recuerdas como nos mataste Eriol?'
"Aun sigues regocijándote por nuestras muertes ¿verdad animal?"
Bastardo, no debiste nacer.
El ingles sintió como la camiseta se le pegaba al cuerpo. Sintió como una gota de sudor resbalaba por su mejilla e iba a parar a su pecho, y como muchas otras iguales terminaban en el mismo lugar. Sentía como sangraban las laceraciones que tenía en las mejillas y en las manos, mientras intentaba en su desesperación, alejar a todas esas voces.
No quería abrir los ojos. Sabía que si lo hacía, vería a través de toda esa oscuridad esas sombras aún más oscuras, acercándosele con las manos extendidas; queriendo estrangularlo.
¡Déjenme en paz!
¿No te agrada verdad Eriol?
Haz que se detengan.
¿Qué paso contigo Eriol? ¿Te estás ablandando?
¡No quiero oírlos!
Me estás suplicando.
Me da igual, solo cállalos.
Aunque lo quisiera no podría. Tu aprendiste a encerrarnos en algún lugar recóndito de tu mente, y solo así desaparecimos.
¡No puedo continuar así! ¡Cállalos si quieres salir de este lugar!
Enciérralos de nuevo en tu cerebro, enciérralos en tus sueños otra vez.
No es tan sencillo.
Es la única manera sino tenemos luz...
Eriol abrió los ojos, justo en el momento en que se abría la puerta de metal que daba a los pasillos de pacientes de baja seguridad. Le dio una luz de lleno en el rostro, respondiendo a sus súplicas, y fue justo en ese momento cuando las voces callaron y las sombras desaparecieron. Ya no sintió ese pestilente aliento frío sobre la nuca, ni el paso de esa mano larga que intentaba aferrarse a su cuello... todo estaba en calma de nuevo; pero, ¿por cuanto tiempo?
Un doctor con linterna en mano se adelantó al pasillo con seguridad, sin voltear ni detenerse en ninguna de las celdas. Avanzó rápidamente hasta el final del pasillo, y apuntó con su linterna a la cara de Eriol, alcanzando a notar las pupilas dilatadas por el terror que poseía su paciente.
-Tienes una llamada Eriol.- dijo el Dr. Holmes con cautela, observando al enfermo con interés. Parecía que había estado sufriendo de alucinaciones. –¿Hablarás esta vez, o digo que tienes de nuevo trastornos de lenguaje?-
¡Vamos! Cualquier cosa es mejor que escuchar a esas malditas voces. Estaremos en la luz, y no podrán atormentarnos.
No me digas. ¿Te atormentan también a ti?
Son repugnantes. No saben hablar de otra cosa más inteligente que de su propia muerte.
Pensé que pertenecías a su mismo grupo.
¡No te atrevas a compararme!
Eriol sonrió débilmente. Estaría volviéndose completamente loco, pero le parecía que aquella voz ya no era tan perturbadora como pensaba. Al menos ya no lo atormentaba de la manera que solía hacerlo. Talvez se estaba acostumbrando a ella.
Holmes lo miró con mirada inquisitiva, de nuevo esperando su reacción. Pero si quería que él joven le respondiera, quedo muy desilusionado. El joven solamente se levantó de su sitio, acomodo su cabello y sus ropas con pulcritud, y se acercó a la puerta de cristal.
-Supongo que quieres ir.- le dijo, recibiendo un movimiento de cabeza afirmativo. –Esta bien, te llevaré. Pero dime ¿necesito ponerte una camisa de fuerza y transportarte como a un animal amarrado a una silla?-
Eriol respondió negativamente con una mirada decidida en el rostro, y aunque Holmes no debía sacar a los pacientes de alto riesgo sin ninguna protección, abrió la puerta sin titubeos.
-Espero que no sea este uno de tus planes para escapar, porque conmigo no funcionara. Intenta algo, y terminaras en el suelo con algo más que un castigo en el cuarto oscuro. Supongo que aun lo recuerdas.-
¡Ah! ¿Cómo olvidarlo? ¿Cómo olvidar el lugar en donde tus pesadillas pueden hacerse tan fuertes como nunca? ¿En donde aun con los ojos cerrados, puedes ver las sombras que empiezan a estrangularte sin compasión?
Holmes le dio la espalda y se hecho a caminar por el pasillo con el asesino ingles detrás de él. Los doctores que los esperaban en la puerta con la camisa de fuerza y la mascara de cuero en mano, se hicieron a un lado ante la comitiva. El joven de blanco ni siquiera los miró, pero el asesino les mandó un gesto gélido e incompasivo. Ni siquiera tuvieron el valor de acercársele.
Todos los que los veían pasar, se quedaban sorprendidos e inmóviles en su lugar. Ahí iba el asesino ingles, sin ataduras, sin correas, sin siquiera una camisa de fuerza, paseándose por los pasillos del hospital, infundiendo temor y respeto. Un psicópata, si. Pero no uno normal. El mejor.
Pasaron varias puertas sin mucho trabajo, sin encontrar resistencia, pocos eran en verdad los que se atrevían a acercarse a aquel sanguinario personaje. Sabían a la perfección que las armas no eran necesarios entre su arsenal para matar. Podía acabar con cualquiera de ellos sin ningún problema. ¿Era Holmes entonces el loco, por dejarlo andar libremente por el instituto?
El doctor por fin alcanzó una sala al final del pasillo, y abrió la puerta para el ingles. Y ahí, en medio de la habitación, sobre una mesa cualquiera, se encontraba un teléfono solitario pero protegido. No había cámaras de seguridad, ni micrófonos, ni una ventana traslucida que les permitiera vigilar a los pacientes. Generalmente, las conferencias que los pacientes llevaban acabo con sus abogados, eran conversaciones privadas. Era una ley general del instituto.
-Es tu abogado.- dijo el Dr. Holmes, ofreciéndole el teléfono a Eriol cortésmente, y retirándose del lugar antes de que pudiera iniciar su conversación.
¿Abogado? ¡Si el ni siquiera tenía abogado!
Pegó su oído al auricular, y se quedó callado un momento.
-¿Cómo está la vida tras las rejas Hiragizawa?- el gesto del ojiazul cobro una mirada de intenso odio y rencor. Podría haber reconocido esa voz a cualquier distancia, distorsionada o no. Ese vulgar y disimulado acento francés era inconfundible.
-Henry...-siseó Eriol peligrosamente, imaginándose la estúpida sonrisa del joven de Nueva Orleáns, siendo arruinada por su puño.
-¡Me recuerdas! ¡Me alegro mucho! Creo que el manicomio no está tan mal entonces ¿eh?-
-Eres un maldito bastardo.-
-Ah, gracias, tu también. Pero no debes tenerme rencor ingles, no hice esto porque quisiera... bah, a quien quiero engañar, estoy encantado de verte pudriéndote ahí.-
-¿Dónde la tienes?- preguntó Eriol sin hacer caso a su último comentario.
-¿A tu linda novia? Esta aquí conmigo ¿sabes?- dijo, tornando su voz a malicia y burla.
-¡No te atrevas a tocarla! ¿Me escuchaste? ¡Si le pones un dedo encima, juro que terminare contigo, y me suplicaras por la muerte antes del final!-
Se escuchó una risa burlona del otro lado de la línea –¡No veo que puedas hacer mucho Hiragizawa! ¿Qué puede hacer un loco como tu desde ahí? No te tengo miedo.-
-Lo tendrás cuando me veas de frente, lo tendrás cuando sientas mi cañón en tu cabeza y lo tendrás cuando escuches el sonido del cargador antes del final.-
-No creo que llegues a vivir para ver eso. Reuel llega esta misma noche. ¿Qué crees que va a hacer cuando se entere que estás aquí encerrado? ¿Crees que se va a arriesgar a que abras la boca y les cuentes todo? No dudo que no amanezcas mañana.-
-Esto no va a terminar así.-
-O no. Te diré como termina. Yo y Tomoyo en la cama. Gemirá de placer y me pedirá por más, demostrándome lo zorra que es.-
Eriol no le pudo contestar, producto de la ira que sentía en esos momentos.
-¿Quieres que te llame después para oírla Eriol? ¿Quieres oírla gritar mi nombre en lugar del tuyo?-
-¡Te matare ¿me oíste?! ¡Voy a acabar contigo si la tocas!-
Henri se rió de él, pero ya no contestó. Simplemente corló el auricular, dejando a Eriol con el tono de marcado.
El ojiazul se quedó estático unos momentos, con la vista clavada en la mesa.
Ella estaba con ese bastardo. No sabía si ya sabía a lo que se enfrentaba ó seguía inconsciente. ¿Se atrevería a tocarla en ese estado? ¿Se atrevería a entregarla después de haberla usado? Un odio como nunca antes lo había sentido apareció oprimiendo su pecho y su sien, casi sentía que la cabeza podría explotarle en cualquier momento. Apretó los puños hasta que se le pusieron blancos, y sintió como una cálida sustancia le salía por la nariz.
Su camiseta se tiño de rojo con su propia sangre, pero él ni se inmutó. Sus ojos escarlatas volvieron de nuevo a su rostro, otorgándole un aspecto satánico.
Ya no habría oscuridad que lo intimidara, ni voz austera que lograra asustarlo. Ahora, el único objetivo que le quedaba en la vida, era salvar a Tomoyo; pero primordialmente, acabar con la vida de Henri.
¿Cómo lo iba a lograr?
Si queremos salir de aquí lo único que te queda es tragarte el orgullo.
¿Qué quieres decir?
Pídele ayuda a Yue. Él es el único que nos puede ayudar ahora...
Maldición. Odio cuando tienes razón...
Continuara...
Uyy que trabajo. En verdad que me queme el coco para este capítulo, y aunque se que estuvo un poco aburrido, siento que debía ponerlo, para que ya se vayan aclarando las cosas, y ya nos podamos encaminar al final por fin. Y eso de poner las horas es nuevo, porque cuando vi el resultado final dije: What?? Y mejor aclaramos cuando paso, que la verdad se me hace muy aburrido ponerlo todo en orden cronológico, o después de terminado, me da hueva. Así que sorry si no se entiende!!
Ahora con los reviews!
Padme Gilraen: Ups, me van a matar. Bueno, el S+S lo pongo el siguiente capítulo, pero no se si te vaya a gustar. n_n
Sakura15: n_n U hay dios me estoy echando enemigos encima. No hagas caso a lo que diga de Shaoran jejeje.
Sayo: jajaja bueno, al menos se que mi historia dea un impacto emocional. Eso me hace sentir orgullosa y querer escribir más. Pero mejor otro dia, hoy ya me canse n_n
Luly: Serio que agradezco un buen tu apoyo me cae. Te pedire ayuda de nuevo, no te preocupes. Este capítulo es por ti amiga!!!!
Kotorimoon: Bueno espero que esta vez puedas leer el capitulo, pero sino puedes, de todos modos aquí estaremos rompiéndonos la espalda para el siguiente. See ya!
Jeru: Pues ya viste donde esta Tomoyo, y no es muy bueno que digamos. El proximo capitulo más S+S para los fans!! Y a mi tamb me encanta la voz de Eriol gollumnesca!
Lilia_Chan Gracias por escribir, siempre es bueno conocer a nuevas personas. Y no te preocupes, tengo aquí, no una, sino dos molestias! Te comprendo compañera T_T
The Dark: ¿Quieres terminar con mi cerebro o que? ¿Por qué me agobias con preguntas? ¿Y yo que voy a saber donde esta Charlie? Espera.. no es ese de atrás? Braaad? Te lo tenías bien escondido! Cuando lo compartes con tu compañera Tiff? °¬°
Nadir: jejeje, después de todo no me tarde tanto como pensaba, digo, un mes no es nada.. eyyy, no me veas con mirada asesina! Es derecho reservado de Eriol!!
Dani: Ja, me duro poco el gusto de que me agradecieras u_u pero de todos modos, gracias a ti! ˆOˆ otra fanatica E+T!! El mundo progresa!!
¢¾Ina¢¾ : Jejeje supongo que tienes razón, no me regañes! Pero pos no se puede poner romance ahora, porque ya vamos a el climax! Habra algun día, pero no se cuando.. (un cuchillo pasa rozando la oreja de Tiff) O_O pero abra n_n U !
JUST ME: Je, es la primera vez que escribes, tienes razón, y por eso gracias. n_n serio paso eso? Entonces creo que estoy cumpliendo con mi objetivo! Gracias por leer!!
Ayin: No te preocupes, como podría lastimar algo que amo tanto? (entiendase mi querido Eriol-kun n_n) aunque estate segura que me encanta verlo sufrir.. pero todo siempre tiene su recompensa!
Tomoe Himura: Jejeje, no te precupes, también e estado de ociosa, y no te preocupes, ten por segura que NUNCA voy a abandonar este fic. Es mi favorito, y no me voy hasta terminarlo!!
Ciakaira: creo que estoy haciendo los cap. Un poco tediosos no crees? Espero que de todos modos te agrade, que es el objetivo principal.
Undine: Gracias, es bueno poder contar con personas que apoyen. Ahora, ya que eres mi amiga y todo... me prestas dinero? n_n U (soy pobre!! T_T)
Moonlight Holy Dragon: Me perdonaras si algun día utilizo tu frase, pero esta genial! (¬_¬ me la pirateare) Y oye!! ¬_¬ Legolas es mio! Y después de verlo en acción, ni te creas que te lo quedas eh? Eorlingas!!! Contra los Orcos!!! Muerte!!!!
lina015: Jejeje, pues veras que de ahí lo saque.. esa serie es mi favorita que quieres que haga?! Y el Shinishi Tsukiyono, ese si es sacado de ese personaje. Gracias!!
Lies-chan: Je, pos lo corto para darle más suspenso a la trama! Jejeje, y parece que funciona. Esta bien, intentare escribir más seguido, asi no tardare tanto. Gracias!
Carla: Pues gracias por repetirmelo 22 veces! Y la verdad no me importaria que fueran más, gracias por leer desde el principio en verdad uno se siente motivado para seguir. Espero que la historia no te descepcione. Digo, pasar más de 20 cap? Es una hazaña!
Anne M. Riddle: n_n Gracias por decirlo. Al principo no estaba muy segura de este fic, pero después de todo, creo que todo lo que haces es para que te sientas bien con ello no? Y digo, si uno puede conmover el corazón de la persona más dura... creo que se a cumplido la misión. Muchas gracias en verdad... T_T
SAKUTOMO: Muchas peticiones por hoy! Eyy no se si pueda cumplirlas todas, pero por lo pronto, no creo que sea Tomoyito la que rescate a Eriol, je, y no odies tanto a Yue! Que todas las personas en este fic tienen un propósito especial, y el de Yue no es joder siempre después de todo...
Kaori Tsukiyume: Je muchas gracias. Ojala y te alla gustado el capitulo! Va con mucho cariño!!
Melissa Higurashi: Higurashi... en donde e escuchado eso? mm... je, espero que no me vayas a linchar el próximo capitulo.
Angel-de-Luz: O_o mejor no me meto contigo sino quiero terminar como ese saco de atrás.. ejem, creo ya debes de tener preparado otro saco no? Digo, después de lo que esta haciendo Henry, y después de que todo es su culpa.. no creo que deje tampoco en paz a Shaoran..
Korishiteru: Gracias por escribir, y gracias tamb por ofreceme tu amistad, no lo olvidare. Dale las gracias a tu amiga tambien, por ella estoy haciendo una amiga yo.
furby_chan: jajaja Tomoyiyo his precious? Ja, nada mal eh? Yo pienso lo mismo de Tolkien, pero el trabajo de Peter no se queda atrás (salven!!)
Iori-Jestez: Pues la verdad tu suposición es muy correcta, me agrada que seas tan observador. La verdad es que si, yo cometí un error horrible. Mi intención era que Shaoran fuera huérfano, es verdad, pero después me metí con eso de la idea del disckette de su familia, y olvide el otro concepto por completo. Fue hace unos cuantos capítulos que me di cuenta de mi error. Sin embargo, si me permites, lo dejaremos como que Shaoran fue huérfano, y si tienen datos de su familia en la compañía, sería por un buen trabajo de investigación para todos los empleados. Ya que si lo utilizara de otra forma, tendría que abordar ese tema también, y ya alcanzando el final, me parece muy desatinado. Gracias por haberlo notado, y disculpa mi falta de atención.
Misato-01: Ojala y este cap, también se te haga interesante, ya que ya estamos llegando al punto culminante, espero uno o dos capitulos más..
Gipsy-chan: je, pues supongo que esos dos de algo tienen que hablar en sus momentos de soledad no? En esos momentos podría haberle dicho sino lo hizo antes, perdona la imperfección, y sip, creo que compartimos los mismos gustos. Doyle y Tolkien en especial son mis favoritos!
Okinu: Gracias por el apoyo! Y sip, creo que lo unico que dijo Tomoyo fue algo asi como: ¡dejame! Y luego el ¡Eriol! Antes de caer muerta. Supongo que no hablo tampoco en ese cap, pero ya le tocara cuando se enfrente al ingles (uupps dije eso?)
Lucia 3: Pues ya vez que en este mundo no existen las casualidades eh? Todo estaba bien planeado, asi como todo lo demas. Y si.. Shaoran que no tiene amigos, ahra tendrá que conseguirse algunos para ayudar a Eriol no? Aunque supongo que habra quien quiera hacerlo ˆOˆ ah que buenos amigos!!
Ejem, eso es todo por hoy, muchas gracias a las personas que me dejaron algun comentario, que gracias a ustedes ya llegue a los 400 reviews T_T no se si ponerme a llorar o hacer fiesta... neee mejor la JUEERGA!! Todos a casa de The Dark!!!!
Como iba diciendo, ahora si que creo que ya complique todo.. haber como desembrollo todo esto!! Eso me pasa por querer hacerlo emocionante u_u. Como sea.
Solo quiero decir dos cosas:
1) Como ya lo habia dicho antes, estan abiertas las votaciones para los Sakura Awards del 2004, esperamos que voten!! Hay muchas categorías que aun no tienen candidatos, asi que voten, voten, voten!! Y aquí entre nos ¬_¬ su querida servidora, esta nominada en 3 categorias por ahora. Mejor E+T, mejor fic y mejor escritor... si pueden y sienten que esta bien.. VOTEN POR MI!! ˆOˆ
Ya saben, con un http antes!! por cierto, estoy apunto de hacer un examen muy importante que decidira mi carrera. Por lo tanto tengo que estudiar. Se que me voy a retrasar un poco, pero espero poder continuar tan pronto como me sea posible. En serio tratare continuar con la historia y estudiar al mismo tiempo. Deséenme suerte!!
3) El colado: VIVA LOTR!!! Y ADELANTE POR LOS OSCARES!! ˆOˆ por cierto, que ya gano varios premios con la mejor escena: La carga de los Rohirrim frente a Minas Tirith y no podría estar más de acuerdo. Es la mejor escena y la más memorable de toda la peli, además de una de las frases (o palabras más memorables) y no me dejaran mentir. ¿A que persona no se le enchino la piel al grito de Théoden de: 'Muerte' y todo su ejercito respondiendo al unísono? Una escena simplemente magnífica, y la música la hizo perfecta.
Bueno, eso es todo. Ojala y les haya gustado el capítulo, y no se esten decepcionando con el fic. Esperen el próximo episodio!!
Namárië!!
"Huir de uno mismo no es conquista
que resulte tan fácil... aun desnudo
de todo lo que tienes, tu ser sobra
como en la noche sobran los murmullos.
Pero yo no me venzo. No me rindo
y sigo en la batalla: venzo y lucho
y me derrotan... mas llegará el día
del instante feliz en que me escudo."
Esteban Moro (Fragmento:'Pero yo no me venzo').
