Nota del autor:
Mil gracias por el apoyo que me han dado con este fic. Que emoción leer sus reviews me dan mas inspiración de que se imaginan.
Capítulo 2
Las visitas
Sesshoumaru abrió los ojos sintiéndose como nuevo, realmente había tenido unas horas de sueño revitalizadoras. Una vez que estuvo completamente despierto giró sus ojos hacia la cama de Rin pero estaba vacía, sin rastro de su bella enfermera.
La cortina estaba corrida hasta la mitad, apenas dejando que la claridad matutina iluminara la habitación. No habían pasado ni dos minutos preguntándose donde estaría ella cuando Rin apareció sonriente por la puerta iluminando su día.
"Buenos días Sesshoumaru-sama, se nota que descansó tiene un excelente semblante!"
"Buenos días!"
"Hoy revisaré sus piernas supongo que todavía siguen débiles. Me dijeron que no comenzará la rehabilitación hasta dentro de dos días!"
Sin decir nada más Rin se acercó a Sesshoumaru y con los dedos le acomodó el cabello fuera de su hombro, rozando su piel desnuda, para Rin era un comportamiento común, parte de su trabajo cuidando a sus pacientes, pero para Sesshoumaru era contacto físico con una mujer, algo que hacía meses no experimentaba.
Ella no podía adivinar lo que su paciente sentía, estaba concentrada en lo que estaba haciendo. Sin siquiera pedirle permiso ella tomó el cepillo y peinó rápidamente la sedosa cabellera de su paciente. A sabiendas de que ella no se estaba dando cuenta, Sesshoumaru cerró los ojos disfrutando de sus atenciones y se alegró que su cabello sirviera de excusa para tenerla cerca.
"Hoy vendrá el señor Jaken a visitarlo, llamó temprano para saber de usted!"
"A que hora estará aquí?"
"9 de la mañana!
Dejando el cepillo de lado, Rin se paró frente a él y le preguntó si podía quitar la sábana para dejar sus piernas al descubierto, Sesshoumaru sólo asintió con la cabeza y con mano firme Rin quitó la tela.
Una vez que la tela fue removida, Rin pudo pasear su vista por las piernas fuertes y musculosas de su atractivo paciente. Estaban muy magulladas e inflamadas pero no había huesos rotos ni lesiones serias, solo los rastros de los vidrios.
Por un instante Rin se quedó como ida ante el panorama frente a ella, Sesshoumaru solo llevaba ropa interior, era un pantalón de tela que le llegaba un poco más arriba de la rodilla y enmarcaba las firmes líneas de su diría Chiki es un caramelo se supone que me concentre si está tan guapo. Me encanta su carácter ácido lo hace sexy y misterioso aunque en realidad es como un niño grande que se deja peinar en las mañanas...bueno ya, tengo que hacer mi trabajo)
Con un suspiro invisible Rin sofocó aquellos pensamientos impropios y se dispuso a trabajar, sin embargo no fue capaz de reprimir la atracción que sentía y sus manos la traicionaron, recorriendo cada pierna con una suavidad casi erótica, las flexionó ligeramente dejándolas reposar cuando Sesshoumaru se quejó con un gruñido.
Al subir la mirada se dio cuenta que él la estaba viendo ensimismado y nerviosa trago saliva tratando de no darse por aludida, pero los ojos de Sesshoumaru eran profundos y la miraban con una calidez tal, que sintió una extraña comezón en la palma de su mano.
Sesshoumaru le sostuvo la mirada y aunque ella aparecía calmada un brillo fugaz en su mirada lo hicieron sentir esperanzado con ella, sin embargo la noción de ser un hombre mutilado le apagó la emoción y adoptando una mueca vacía apartó los ojos y clavó la mirada más allá de la ventana.
(Solo tengo un maldito brazo...no creo que ella...no una mujer como ella merece abrazos completos...sin embargo tiene unos ojos increíbles, muy expresivos...)
Al ver el repentino cambio en el humor de Sesshoumaru, Rin puso la sábana de nuevo en su lugar y en silencio salió un instante para traer el desayuno.
(Me estaba viendo tan fijamente...me parte el alma cuando pone esa expresión tan desolada, debe ser horrible no tener brazo)
La bandeja estaba en el pasillo y Rin revisó que los alimentos estuvieran calientes entró a su habitación y tomó un pequeño florero de vidrio, introdujo una flor blanca y se encaminó hasta la cama donde él la esperaba. Al llegar hasta él Rin notó que la sábana estaba abultada en el lado derecho de la cama, y si ponía la bandeja ahí probablemente no quedaría lo suficientemente firme para que Sesshoumaru pudiera desayunar.
Poniendo la bandeja aparte Rin no se molestó en rodear la cama, más bien se apoyó directamente sobre Sesshoumaru sin percatarse que al hacerlo ponía en contacto directo su cuerpo con el de él, específicamente su curvilíneo pecho, una vez que alisó la sábana ella se irguió arrastrando su cabello por la piel desnuda de su paciente.
En el instante que la tuvo tan cerca, Sesshoumaru esbozó una sonrisa torcida al sentir la fricción de las curvas de Rin sobre su torso, los mechones de suave cabello le hacían cosquillas que trató de contener para no llamar la atención, pero la vibración de su pecho alertó a Rin.
"Sucede algo malo?"
"En lo absoluto!"
Rin entrecerró los ojos sin saber si creerle o no a Sesshoumaru pero no dijo nada más y acercó la bandeja adornada con la solitaria flor en el florero de vidrio, cautivando en silencio al galán mutilado. Con cuidado ella destapó el plato con el desayuno y le dedicó una tierna sonrisa.
"Buen provecho!"
"Y usted?"
"Desayuné temprano, gracias por preguntar!"
Ella se quedó un segundo más viéndolo en completo silencio, luego como si se resignara se sentó en la butaca junto a él a esperar que desayunara. Sesshoumaru tomó el tenedor y probó un poco de los alimentos, estaban sabrosos y tenía que admitir que con la compañía femenina el desayuno podía ser tolerable, todo hasta que quiso ponerle mantequilla al pan.
El poderoso e independiente hombre de negocios se sintió asqueado por no poder realizar algo tan sencillo, en un abrir y cerrar de ojos era un torpe e inútil ser humano. Furioso cerró sus dedos con fuerza alrededor del cuchillo y le lanzó una mirada de fuego a la mantequilla, le encantaba el pan con mantequilla y ahora no podría disfrutarlo.
De reojo Rin observaba y lentamente se puso de pie junto a él, tosiendo suavemente llamó su atención pero él ni siquiera la vio, solo parpadeó sin hacer ningún movimiento. Sintiéndose valiente ella alargó su brazo hasta que hizo contacto con la mano que sujetaba ferozmente el inocente utensilio.
Con el dedo índice rozó sutilmente la piel de Sesshoumaru y con lentitud aflojó los dedos hasta que el cuchillo estuvo en su mano, tomó el pedazo de pan, lo partió en dos y con tranquilidad le puso mantequilla bajo la mirada furtiva de Sesshoumaru.
Cuando ya casi terminaba con la mantequilla le preguntó en un susurro si quería mucha o poca, la palabra mucha llegó claramente a sus oídos y después de complacer a su paciente puso el cuchillo a un lado del plato y puso el pedazo de pan en la palma de Sesshoumaru.
Rin se sentó sin pronunciar palabra y completamente anonadado por la actitud de su enfermera, Sesshoumaru pudo llevarse el pan a la boca. La forma como lo trataba era algo a lo que él no estaba acostumbrado, su actitud serena y callada era como una brisa de dulzura en su agria realidad de hombre mutilado.
Una vez que terminó de comer Rin retiró la bandeja, iba de salida cuando se topó de frente con Jaken que justamente en ese momento abría la puerta y al verla inmediatamente frunció el ceño. Sesshoumaru resopló divertido esperando ver la reacción de Rin ante la sobreprotección de su asistente.
"Buenos días usted debe ser Jaken-sama!"
"Aja y usted quien es?"
"Rin Asakura la enfermera del señor Youkai!"
El hombre la estudió un momento y le pareció que era muy joven y demasiado bonita para ser una enfermera pero no tuvo tiempo de decir nada porque ella ya había salido de la habitación. Una vez que estuvieron solos se concentró en Sesshoumaru que lo miraba con tranquilidad en espera de la ola de palabras que se avecinaba.
Jaken era su mano derecha desde hacía años, un hombre de tez aceituna, ojos redondos y corto de estatura, no era el más inteligente de los hombres pero lo compensaba con su fidelidad y devoción inagotable hacia su persona.
Sesshoumaru lo escuchó con los pensamientos divididos en dos, por un lado escuchaba todo lo relacionado con la empresa y por el otro pensaba en Rin y el suave roce de sus dedos.
Jaken siguió hablando sin parar hasta que le dio todos los por menores de la empresa, que según él estaba en completo caos por la falta de su omnipotente líder. Sesshoumaru resopló silenciosamente porque conocía de sobra el sentido teatral de su asistente para describir las situaciones, pero estaba seguro que todo marchaba bien y no tenía de que preocuparse.
Su empresa era una compañía sólida con empleados leales y trabajadores, lo que le permitiría pasar en tranquilidad aquellos días de reposo obligado. Al analizarlo, aquel accidente de pronto era como un milagro disfrazado, y se dio cuenta que era como si el destino tratara de enseñarle que hay muchas cosas más allá de trabajar incesablemente.
Sesshoumaru se acomodó en la cama para poder firmar todos los documentos que Jaken traía consigo, calmadamente observó como su empleado forcejeaba con el soporte de la camilla tratando de que su jefe tuviera mayor apoyo.
Al verlo Sesshoumaru se dio cuenta que ni una sola vez Rin había usado aquel soporte, personalizando su trato con él, haciéndolo más cálido de lo que ya era. Desde el otro cuarto Rin salió al escuchar el ruido, con una mirada tranquila apartó un poco a Jaken y con agilidad desplegó el soporte, sonriéndole a Sesshoumaru y tratando a Jaken como si fuera un niño.
"No lo tiene que forzar!"
"Que dijo niña?"
"Lo estaba haciendo con demasiada fuerza"
"Ya casi lo tenía!"
"Si claro, como usted diga señor Jaken!"
Rin estaba a punto de irse cuando el tono histérico de su interlocutor la detuvo en seco.
"Espere un segundo jovencita!"
"Si dígame?"
"En verdad es enfermera o solo una estudiante?"
Rin se rió entre dientes y se dedicó a decirle a Jaken toda su trayectoria de estudios dejando en claro que a pesar de su juventud tenía experiencia en su trabajo.
"Humph! Porque la escogieron para atender a mi honorable jefe?"
"umm...es un misterio!"
"Se está burlando niña?"
"No claro que no, le molesta que sea joven?"
"Cuantos años tiene exactamente?"
"28, los cumplí en junio!"
Jaken se asombró porque ella no parecía tener más de 22, la frescura de su rostro era innegable y sin embargo la seguridad que proyectaba parecía acorde con sus 28 años.
Rin seguía de pie esperando que Jaken dijera algo más, y el hombre estaba a punto de iniciar un interrogatorio pero notó la mirada seca de su jefe que estaba encantando con la naturalidad de Rin para no dejarse amedrentar por la insistencia de Jaken.
"No tiene más preguntas señor Jaken? O mejor, puede revisar mi expediente en la sección de empleados del hospital"
"Pero que insolente"
"Por favor no canse demasiado a su honorable jefe!"
Acercándose a Sesshoumaru le preguntó si quería algo más. Cuando él le dijo que nada, ella anunció que iría al segundo piso y volvería en escasos 20 minutos.
Salió con una reverencia para Jaken y una encantadora sonrisa para su paciente. Una vez solos Sesshoumaru firmó los papeles y luego le dio instrucciones precisas a su asistente sobre la empresa.
"Otra cosa mas, quiero que averigües todo sobre Rin!"
"Quién la niña insolente?"
"Hai!"
"Pero Sesshoumaru-sama porque?"
"Porque sí, no me cuestiones. Hazlo con discreción!"
"Si señor...no me diga que le gusta esa mujer?"
"Eso no es tu problema, solo haz lo que te pido!"
Sesshoumaru no le contestó pero si lo fulminó con la mirada, Jaken conocía muy bien a su jefe pero a veces él mismo no comprendía la motivación masculina. Sin ánimos de ofenderlo Jaken no dijo nada más pero si se propuso realizar la tarea que le habían encomendado con esmero.
Revisando los documentos Jaken tomó asiento en la butaca junto a Sesshoumaru y decidió quedarse un rato más hasta que llegara la infantil enfermera. Al pedido de su jefe, Jaken abrió completamente las cortinas dejando entrar los rayos del sol. Al ver las flores que adornaban el cuarto Jaken quiso saber si Inuyasha había ido a visitarlo después del accidente.
Sesshoumaru analizó las palabras y luego se dirigió a Jaken con su acostumbrada seriedad.
"Que quieres decir...después de la noche del accidente?"
"Inuyasha y Kagome estuvieron aquí hasta que usted estuvo fuera de peligro...le soy sincero su hermano generalmente es insoportable, pero ese día estaba realmente preocupado. La señora Kagome evitó que armara un escándalo, es que como no nos decían nada concreto...Sesshoumaru-sama me está escuchando? Se siente bien señor?"
"...sí!"
Sesshoumaru miraba por la ventana asimilando el relato de Jaken y comprendiendo que a pesar de todas sus palabras duras y de aparente indiferencia su hermano menor parecía tener algún tipo de sentimientos fraternales hacía él. Estaba seguro que si buscaba en su interior encontraría algo similar para su hermano.
(Se quedaron hasta que estuve fuera de peligro...que novedad! El insecto preocupado por mí!)
Aquel hombre solitario y serio se permitió apenas sonreír ante aquel pensamiento donde su hermano armaba escándalos solo para averiguar como estaba él. En ese preciso momento Kagome atravesó el umbral de la puerta con una sonrisa.
Al verla inmediatamente Jaken se puso de pie para recibirla y Sesshoumaru la miró con una sonrisa cordial. Kagome saludó a Jaken y luego se acercó a su cuñado y le dio un beso en la mejilla estás Sesshoumaru?"
"Bien gracias!"
Antes de seguir hablando Kagome detalló a su cuñado y frunció el ceño, había algo casi imperceptible y diferente en su semblante pero no pudo saber que era.
"Luces...diferente!"
"Diferente?"
"No lo puedo explicar, te ves muy bien, relajado!"
"Es la morfina y todos los calmantes que me están dando!"
"No creo, los calmantes te adormecen tu estás...radiante!"
Sesshoumaru no supo que contestar ante semejante comentario y solo torció los labios en una mueca. Mientras su cuñada le decía que habían estado preocupados por él, Sesshoumaru tuvo tiempo de detallarla y pudo comprobar que Inuyasha y él compartían mas que un lazo sanguíneo, los dos tenían el mismo gusto en mujeres porque Rin y Kagome fácilmente podrían haber sido hermanas.
(Kagome es linda...pero ella tiene algo de melancolía en su mirada, como si soñara con algo inalcanzable, donde estará, ya habrán pasado los 20 minutos???)
"Sesshoumaru cuando te dan de alta?"
"Tres semanas!"
"Y te están atendiendo bien?"
Kagome se aventuró a preguntar porque ya le habían dicho del comportamiento insufrible y difícil de su cuñado, cuando llamó para ver como seguía. Antes de que Sesshoumaru pudiera decir algo Jaken se transformó en el vocero oficial de su jefe.
"Kagome-sama el señor tiene una enfermera particular!"
"En serio?...quiero decir que bien!"
Kagome no fue capaz de disimular su sorpresa divirtiendo a la vez a Sesshoumaru que parecía disfrutar de la notoriedad de su comportamiento antes de que Rin apareciera. Con una sonrisa Kagome le dijo que era excelente y al mismo tiempo le dio una hojeada al reloj en su muñeca.
Inuyasha había prometido encontrarse con ella en el hospital después de varias amenazas de soledad nocturna durmiendo en el sofá de la sala. El temperamental hombre no había tenido remedio que ceder a las demandas de su esposa de ir a visitar a Sesshoumaru, todo por no privarse del placer de dormir con ella.
(Donde se habrá metido ese esposo mío? Sino viene lo mando a dormir solo...él sabe que si lo hago...quien estará cuidando a Sesshoumaru...?)
Kagome estaba a punto de sacar su teléfono para llamarlo cuando la puerta se abrió con un golpe seco, parado en el umbral estaba Inuyasha con cara de pocos amigos y prácticamente gruñendo.
"Ya llegué maldita sea...no podían tenerte en uno de los pisos inferiores?"
"Hola mi cielo!"
"Hola...Jaken!...Sesshoumaru!"
Jaken y Kagome aguantaron la risa al ver como los hermanos se lanzaban miradas furiosas. Empujado por su esposa Inuyasha caminó hasta estar frente a su hermano y entre dientes le preguntó como estaba.
"Como estás, te duele?"
"Está amputado!"
"Si como sea es un brazo no te moriste!"
Sesshoumaru se lo quedó viendo con expresión vacía y nada impactado por la falta de tacto o sutileza de aquel hombre que por momentos encontraba irritante pero por cosas de la vida era su pequeño hermano.
"Inuyasha!!"
"Que Kagome? No tiene brazo y? Seguirá siendo el mismo arrogante y desagradable de siempre, sino peor. Se necesita más que eso para desanimar a este infeliz!"
Al hablar Inuyasha señalaba con desdén el brazo mutilado, derrochando la misma actitud arrogante que tanto condenaba. Kagome lo miraba con una media sonrisa y desde su cama Sesshoumaru resopló divertido, al desenredar un cumplido a su fortaleza, disfrazado por las aparentemente palabras ofensivas de su hermano.
"Inuyasha sin duda eres un cavernícola!"
"Si bueno, ya vine el torpe está bien podemos irnos Kagome?"
"Inuyasha!!"
"Ahora que?"
Kagome le torció los ojos mientras su esposo la miraba con genuino desconcierto, para él ya había cumplido su promesa y estaba listo para irse. Sesshoumaru estaba bien y ellos no tenían más que decirse excepto tratarse como perros rabiosos, peleando por un mismo hueso.
"Vamos acompañar a tu hermano un rato mas"
"Maldición y eso porque?"
"Pero que maleducado eres un tonto!"
Inuyasha iba a seguir replicando pero Kagome le pidió silencio y le susurró que solo quería conocer a la enfermera de Sesshoumaru. Aunque él no entendía cual era el misterio guardó silencio para complacer a su mujer.
En la camilla, Sesshoumaru se movía inquieto porque pasaban los minutos y Rin no regresaba. Al notar su incomodidad Kagome se ofreció para ayudarle, pero él gentilmente le respondió que todo estaba bien y apoyó la cabeza en la almohada para tranquilizarse.
Exasperado Sesshoumaru movió los dedos para alcanzar el interruptor para llamar a la enfermera de turno y preguntarle por Rin pero inmediatamente aflojó la mano porque su enfermera abría la puerta en ese momento, venía algo distraída sosteniendo un par de revistas en la mano.
Tanto Kagome como Inuyasha se la quedaron viendo, preguntándose quien sería. Al subir la mirada y verlos Rin les sonrió amistosamente y se presentó sin perder tiempo.
"Buenos días mi nombre es Rin Asakura, soy la enfermera de Sesshoumaru-sama!"
Adelantándose hasta ella Kagome le estrechó la mano sin perder de vista la forma como Sesshoumaru la veía prácticamente sin parpadear. De pie junto a la camilla Inuyasha pensó que aquella mujer era demasiado atractiva para ser enfermera y miró de reojo a su hermano, porque sabía que ella era justamente el tipo de mujer que le gustaba.
En la mirada de su hermano no parecía haber nada pero Rin era hermosa y agradable lo opuesto a su hermano por lo que desechó la idea pero inmediatamente Inuyasha se rió para sus adentros, Sesshoumaru no apartaba los ojos de Rin mientras hablaba con Kagome como si fueran amigas de toda la vida.
"Ay que gusto que cuides a Sesshoumaru me dice que le darán de alta en tres semanas"
"Así es Kagome-sama...él es Inuyasha verdad?"
Al escuchar su nombre Inuyasha reaccionó y se acercó hasta sostener a Kagome por la cintura con una mano y con la otra estrechar la que Rin le ofrecía como saludo.
"Como supiste quien era yo?"
"Se parecen mucho...mismos ojos y misma cabellera, mucho gusto en conocerlo Inuyasha-sama!"
"Llámame Inuyasha a secas!"
"Está bien y dígame como encuentra a su hermano?"
"Medio hermano y supongo que está bien"
Rin se lo quedó viendo con una sonrisa extraña como si comprendiera que aquel hombre era tan solo un niño grande y con suavidad le dijo que un medio hermano era mejor que nada. Inuyasha se quedó con la palabra en la boca y Rin se anotó en la lista de Kagome como futura amiga intima.
Al acercarse a la camilla y estar frente a frente Rin le sonrió con soltura mientras ponía las revistas que traía en la butaca. Kagome miraba a Rin con una sonrisa, porque además de bonita la dulzura y simpatía se le salía por los poros.
Feliz de haber conocido a Rin y convencida de que su cuñado estaba en buenas manos, Kagome tomó a Inuyasha de la mano y después de despedirse salieron de la habitación.
Jaken hizo exactamente lo mismo y se despidió de Rin con una mirada de medio lado a la que ella no le prestó la más mínima atención.
"Que le vaya bien Jaken-sama!"
"umm...hasta mañana señor Sesshoumaru!"
"Adiós Jaken!"
Una vez solos Rin le preguntó si era posible que alguien le trajera algunas de sus cosas como pijamas y otros efectos personales, para que se sintiera más cómodo durante su estadía en el hospital.
"Me lo hubiera dicho cuando estaba Jaken aquí!"
"Quería preguntarle primero..."
Con una expresión como de furia Sesshoumaru tomó el teléfono junto a él y llamó a Jaken y con un arañazo le dijo que se devolviera. Rin quería irse y dejarlo solo para no ver la amargura en su rostro, se sintió algo culpable porque era obvio que el simple hecho de que alguien le trajera sus cosas era un recordatorio de su recién ganada incapacidad.
En el momento que Jaken atravesó la puerta, ella se escurrió hasta su cuarto y se quedó ahí recostada un rato con los ojos cerrados. No podía evitar que Sesshoumaru le pareciera atractivo pero temía que si daba rienda suelta a esos sentimientos, su trabajo se vería afectado y sin su trabajo su propia realidad de soledad y desamor caería sobre ella como un castillo que se desmorona.
(Si es guapísimo, si está como comérselo a besos pero yo no puedo hacer eso, no es profesional. Cuando se vaya volveré a cuidar a mis pequeños a mi vida de siempre...)
Podía escuchar la voz de Sesshoumaru pidiéndole que le trajera pijamas y sus efectos personales, luego oyó como Jaken salió de la habitación. Con cautela entreabrió la puerta y avanzó hasta él.
"Sesshoumaru no le importa si me siento aquí?"
"No...leerá sus revistas?"
"Sí!"
"Revistas de mujeres?"
Rin soltó una risa y le dijo que sí, luego le dijo que no había encontrado nada para él. Sesshoumaru se sintió conmovido que ella se tomara la molestia de buscar algo que él pudiera leer.
"Busqué revistas de negocios pero...a lo mejor puedo conseguir algo para mañana, que le gusta?"
(Que me gusta? Todas las personas que conozco me tienen demasiado respeto o temor como para atreverse a preguntar algo así, en cambio ella se preocupa por mí!)
Sesshoumaru se concentró en Rin nuevamente y le respondió que le gustaban las espadas.
"Ahh...a mi me gustan las historias románticas donde el guerrero con una espada mágica le entrega su amor a la mujer que cautiva su corazón con su belleza y dulce sonrisa"
"Ya veo!"
"Jejeje si cosas románticas de mujeres, supongo que la influencia de Chiki es inescapable. En serio trataré de buscar algo para usted...dígame por casualidad usted tiene espadas?"
Sesshoumaru no exteriorizó su diversión ante el interrogatorio de Rin y sin darse cuenta se encontró a sí mismo contándole sobre su colección privada de armas y espadas antiguas.
Rin lo escuchaba dándole toda su atención y haciendo un sin fin de preguntas que dejaban en claro lo inmensamente curiosa que era, cualidad que lejos de molestar, fascinaba a su interlocutor.
El tiempo pasó tan rápido y ella estaba tan embelezada por el vasto conocimiento de Sesshoumaru, que fue necesario que la enfermera de turno le recordara el medicamento para su paciente.
Sorprendida Rin apretó los labios tratando de esconder una sonrisa y salió deprisa para volver con la medicina. Con cuidado inyectó a Sesshoumaru lo anotó en su hoja de atención diaria.
"Que bárbara estaba tan absorta que no escuché la alarma de mi reloj...usted sabe mucho Sesshoumaru-sama, me alegro que podamos hablar!"
"Gracias y su reloj no sonó!"
"Que raro...bueno en realidad es algo viejo, pero es que me gusta mucho porque me regaló mi papá!"
Sesshoumaru se alegró de verla sonreír y de reojo vio el reloj que atesoraba su enfermera. Se notaba el paso de los años pero no había dudas que era una pieza de muy buena calidad.
"Conozco una persona que lo puede revisar, es un experto esos relojes son excelentes y probablemente solo necesite una limpieza a fondo y una batería nueva!"
Con la alegría de una niña de seis años ante la promesa de algo maravilloso, Rin le agradeció con la más sincera de sus sonrisas, hubiera podido besarlo pero solo parpadeó para hacerse una imagen de la clase de beso que le hubiera dado.
Tranquilamente le habría plantado un sonoro beso por ser tan atento y caballeroso con ella, pensar en eso solo intensificaba más la ilusión que él le despertaba.
Para Sesshoumaru era un arma de doble filo porque al mostrar aquella faceta amable no se daba cuenta pero su corazón abría aún más la grieta por donde aquella belleza de mujer se escurriría hasta las profundidades de su alma.
"Dentro de un rato traerán la cena, le molesta si como con usted?"
"No...quien es Chiki?"
"Ah?"
"La nombró hace un rato!"
"Es mi mejor amiga, trabaja en el segundo piso!"
"Comprendo!"
Rin le explicó que sus constantes idas al segundo piso eran en parte por Chiki pero también para ver a los niños con los que trabajaba antes de la asignaran a cuidarlo a él. Antes de que Sesshoumaru pudiera hacer algún comentario, Rin le expresó con entusiasmo que estaba feliz con su nuevo trabajo.
"Estoy feliz con usted es muy buen paciente"
Sesshoumaru la miró con sarcasmo y Rin soltó una risa mientras se acomodaba en la butaca y seguía hojeando la revista en sus manos. Sin apartar sus ojos de la revista Rin le comentó a grandes rasgos de su amistad con Chiki sintiéndose cautivada porque él le hubiera preguntado por ella, el galán mutilado la escuchó en silencio dándose cuenta que Chiki era la persona mas cercana a Rin.
Después de un rato de silenciosa compañía ella le anunció que ya era hora de cenar y se ofreció traerle un té, ofrecimiento que Sesshoumaru aceptó de buena gana.
"Bueno ya vengo, negro con una de azúcar!"
Una que estuvo solo, Sesshoumaru trató de mover las piernas por su cuenta pero el dolor era intenso y decidió no seguir intentándolo, aún cuando su deseo de poder darse un baño por sus propios medios se volvió humo.
(Maldita sea ni siquiera puedo bañarme solo...no me importa quedarme aquí atado a esta cama pero si al menos pudiera bañarme...rayos no tiene sentido pensar en eso, ella dijo que mañana empezaré con la rehabilitación)
Rin entró con un carrito llevando ambas bandejas con comida y en la parte superior la taza de té humeante aromatizaba toda la habitación. De pronto Sesshoumaru se sintió expuesto sin ninguna prenda sobre su torso y agradeció que Rin le hubiera sugerido traer algunas de sus cosas.
De repente aquella cena de hospital era lo más parecido a una cena íntima y estar sin camisa no era su idea de una apariencia presentable, por supuesto que las circunstancias eran únicas y arruinar el momento porque él no tenía ropa decente era estúpido y sin sentido.
Resignado le restó importancia al asunto y se concentró en Rin que ya estaba acomodando la bandeja sobre sus piernas. Al ver su plato de comida notó que sus pancitos venían partidos en dos y llenos de mantequilla. Todos los demás alimentos estaban picados en trozos para su comodidad.
(Apuesto que por eso tardó tanto...me trata como a un niño, con cariño!)
Tan pronto terminó de servirle, Rin tomó su propio plato y se acomodó en la butaca con la bandeja sobre las piernas, deseándole buen provecho. Comieron en silencio hasta que ella empezó a decirle que seguramente mañana podría darse un baño. Al ver la expresión horrorizada de Sesshoumaru Rin le aseguró que recibiría la ayuda de un enfermero.
"No ponga esa cara, yo lo ayudaría pero no tengo la fuerza necesaria y además...ahem, usted sabe...- Sesshoumaru la miró fijamente cuando notó que Rin se ruborizaba y ahogaba una risita apretando los labios - "en fin...pondré un asiento en la ducha para que esté cómodo, claro solo si usted quiere!"
"Gracias!"
"Es un placer!"
Terminaron de comer con Rin contándole sobre sus experiencias con los niños que cuidaba. Al escucharla quedaba claro que era una profesional dedicada y probablemente eso la convertiría en una excelente madre. Cuando terminó de recoger los platos, Rin le dijo que estaría en su cuarto, estaba segura que el pobre Sesshoumaru estaba harto de escucharla hablar y deseaba algo de privacidad. Por lo que se sorprendió cuando él dijo que podía quedarse.
"Puede quedarse si así lo desea!"
"De veras no está mareado?"
"No...quiere ver televisión? Algo que no sea el canal financiero!"
Ella le sonrió divertida y cruzó las piernas para sentarse Sesshoumaru encendió el aparato y por un par de minutos cambió de canales, se detuvo en un canal que pasaba dibujos animados al escuchar que Rin dejaba escapar un suspiro involuntario.
"Quiere ver eso?"
"Que vergüenza es que me hice adicta gracias a mis niños, pero mejor veamos lo que usted quiera!"
Sesshoumaru dejó reposar el control a su costado y más que prestarle atención al programa veía de reojo a Rin reír despreocupadamente con las ocurrencias de los personajes animados que iluminaban la pantalla.
La risa de Rin era sincera y hasta un poco contagiosa, tanto que le recordó lo solo que estaba en la vida y le reforzó la idea de querer abandonar esa condición. El no lograba recordar la última vez que había visto o conocido a una mujer como la que estaba junto a él.
Rin era vivaz, atractiva, inteligente, dulce, agradable y por alguna razón desconocida para él, aparentemente disfrutaba de su compañía sin mayores complicaciones o exigencias.
Por unos momentos ella siguió riendo pero por el rabillo del ojo notó que Sesshoumaru tiraba de la sábana como para arroparse, con una sonrisa se levantó para ir hasta su cuarto y regresó con una cobija en las manos. Sin pedirle permiso o avisarle, arropó a su friolento paciente con cariño, al hacerlo Rin se acercó lo suficiente para que Sesshoumaru aspirara su suave perfume.
Con la misma soltura que hasta ahora había demostrado al acercarse a él, Rin se volvió a sentar en silencio. La cobija sobre la piel se sentía súper suave y lo que era mejor, tenía el delicado olor de Rin impregnado.
Sesshoumaru tuvo la tentación de preguntarle porque le daba su cobija, pero se contuvo, no había razón para decirle nada. Estaba abrigado con buena compañía y podría tener una noche de apacible sueño arrullado por el perfume a flores de su linda enfermera.
Inmediatamente después que el programa finalizó, ella le agradeció que la hubiera dejado verla y le aseguró que se quedaría con él hasta que se durmiera. Animado por Rin, Sesshoumaru cambió el canal y se puso a ver las noticias, media hora después volvió la vista y se dio cuenta que Rin estaba dormida hecha un puñito en la butaca.
Sesshoumaru la observó y así dormida le pareció que era la esencia de la ternura por lo que agonizó con la idea de si debía despertarla o no después de 10 minutos de verla decidió que no, porque sería como privarse de un imagen hermosa y exclusiva. Bajándole el volumen al televisor siguió viendo televisión hasta que de la nada la puerta se abrió y una mujer joven entró en la habitación.
Chiki llevaba en la mano una caja de comida para Rin, pero cuando sus ojos se toparon frente a frente con Sesshoumaru la enfermera se quedó a medio camino.
"...aahh...ahem, disculpe señor Youkai pensé que era usted el que dormía!"
"Usted es Chiki no es así?"
"Si, pero como lo supo?"
"Ella la describió a la perfección!"
Chiki viró sus ojos a la butaca y sonrió enternecida, caminando lentamente se acercó hasta su amiga y antes de que pudiera decir algo Sesshoumaru le dijo, o más bien le ordenó que no la despertara.
"Pero señor...bueno como usted diga, entonces la voy a cobijar!"
Sesshoumaru siguió a Chiki con los ojos entrecerrados y sin perder de vista a su enfermera que parecía una muñeca dormida. Después de cobijarla Chiki le dio un beso en la frente y se despidió del feroz paciente. Chiki ya quería que fuera de día para contarle a su amiga como había descubierto a Sesshoumaru viéndola dormir.
"Puedo dejarle la comida en este refrigerador, le puede decir señor?!"
"Hai"
El aroma que venía de la caja de comida era inconfundible, eran camarones y Sesshoumaru le preguntó de forma seca si esa era la comida favorita de Rin.
"Si señor, camarones y cualquier tipo de postres pero si son de chocolate mejor!"
Sesshoumaru concentró la vista en la televisión satisfecho con la información que ahora tenía de Rin, al verlo Chiki comprendió que era momento de irse y se despidió con una reverencia, sintiéndose emocionada por el interés de Sesshoumaru en Rin.
(Que emoción se nota que le gusta Rin...es un caramelo ambulante, pero es extremadamente serio...awww! Que romántico)
Chiki tomó las cosas que había dejado fuera de la habitación y salió del hospital rumbo a su casa sin dejar de pensar en Rin.
Sesshoumaru observó a su muñeca dormida un rato y luego cedió al pedido de su maltratado cuerpo de dormir unas cuantas horas para que volviera a empezar el ciclo de aquella nueva realidad que incluía a Rin y su hermosa sonrisa.
A la mañana siguiente...
Sesshoumaru abrió los ojos ante la insistencia de los rayos del sol de iluminar toda la habitación, al abrirlos completamente inmediatamente buscó a Rin, estaba de pie junto a él sonriéndole.
"Buenos días señor"
"Buenos días!"
"Gracias por no despertarme!"
"De nada, su amiga Chiki vino a verla ayer, ella fue quien la cobijó!"
"En serio?...ahem, por casualidad me trajo algo?"
Sesshoumaru desvió sus ojos justo sobre los de Rin, tenía una mirada emocionada que delataba su debilidad por los camarones, con una sonrisa invisible él le respondió que estaban en la pequeña refrigeradora pegada a la pared frente a él.
Rin tuvo detuvo el impulso de abalanzarse sobre la refrigeradora, en cambio le aseguró que no volvería a suceder, Sesshoumaru no le respondió nada porque realmente no le molestaba, lo que ahora quería era darse un baño.
"Señorita, a que hora podré bañarme?"
"Ya vengo voy a llamar al enfermero y pondré el asiento que le prometí en su baño, necesito buscar de las toallas grandes..."
Rin salió del cuarto murmurando, dejando a Sesshoumaru solo y sorprendido, secretamente deseaba que ella tuviera esa dedicación solo por tratarse de él pero realmente no podía estar seguro y mentalmente hizo una mueca de resignación.
(Será así con todos sus pacientes, con los mocosos que cuidaba antes de que yo llegara?...a quien le importa, ahora ella es 'mi' enfermera...)
En ese momento sonó el teléfono y con algo de dificultad lo llevó hasta su oreja.
"Que?"
"Señor Sesshoumaru es Jaken...la investigación que me pidió aún no está completa, pero me preguntaba si quería oír lo que tengo hasta ahora?"
"Hai!"
Al otro lado del teléfono Jaken suspiró y empezó a hablar casi sin pausa, leyendo de las hojas del fax privado de su jefe, que le había enviado el investigador que había contratado.
"Rin Asakura, 28 años, nació en Osaka un 8 de junio, su padre, madre y hermano mayor murieron cuando ella tenía 17 en un accidente automovilístico, un choque múltiple provocado por un falso adelantamiento. Regresaban de un descanso de fin de semana, ella no estaba porque estaba haciendo exámenes para ser admitida a la escuela de enfermería. Su padre Yumo era corredor de bolsa y su madre Tomoyo era floricultora de renombre, el hermano se llamaba Kai y estudiaba Ingeniería Robótica. Al morir su familia ella tuvo acceso a una cantidad considerable de dinero que su padre tenía como herencia para sus dos hijos, además de un seguro de vida. Según el informe ella supo administrarlo de manera impecable, pagando sus estudios y llevando una vida sin apuros económicos pero modesta y sin lujos. La casa donde vive la compró con el dinero del seguro, vive en un barrio tranquilo a una hora del hospital. Señor quiere que investigue las cuentas de la señorita, ella tiene su dinero en su banco..."
Sesshoumaru procesaba toda la información lentamente, cuando Jaken se refería a su banco era porque él pertenecía a la junta directiva de uno de los más importantes bancos de Tokio, pero las finanzas de Rin no eran su preocupación aunque si estaba impresionado que ella hubiera sido una buena administradora a pesar del dolor de haber perdido a su familia.
El que hubiera utilizado el dinero del seguro para asegurarse un lugar fijo de residencia hablaba muy bien de ella. Ahora comprendía un poco mejor porque ella no deseaba viajar a su casa y prefería quedarse en el hospital, una hora de viaje para alguien que no tenía quien lo esperara era un poco desalentador, él lo sabía por experiencia.
"Es todo lo que tienes?"
"Hai, al final del día me darán más detalles personales...ahem la niña fue una estudiante sobresaliente..."
Sesshoumaru se rió entre dientes y se dio cuenta que todo lo que ella le había dicho a Jaken cuando la interrogó era solo una pincelada de la realidad.
"Y te sorprende?"
"Pues...la verdad sí, sigo pensando que se ve muy joven es prácticamente una niña, usted se merece una mujer de verdad..."
Jaken se arrepintió de haber hablado al escuchar a su jefe gruñir en total desacuerdo con sus comentarios.
"Preocúpate de tus asuntos y solo haz lo que te pido. No necesito de tu opinión!"
"Si señor discúlpeme por favor!"
"Trae mis cosas en la tarde y cuando tengas el resto de la información quiero que me la des personalmente!"
"Hai!"
En el momento que puso el auricular en su lugar Rin apareció por la puerta acompañada de un robusto enfermero de tez aceituna y ojos pequeños que tenía cara de pocos amigos.
Rin venía empujando una silla de ruedas donde traía varios paños y lo que parecía ropa limpia, estacionó la silla enfrente de la cama, salió y entro nuevamente con el asiento que le había dicho, tomó las toallas y siguió de largo con la pieza hasta el baño. Cuando salió le dedicó una sonrisa y se despidió del enfermero con una reverencia.
"Todo listo, Kouji se quedará con usted hasta que termine, nos vemos en un rato Sesshoumaru-sama!"
Una vez que estuvieron solos Kouji se adelantó hasta la cama y miró a Sesshoumaru fijamente, al hablar la voz del enfermero era grave pero no mostraba ni compasión ni burla, algo que tranquilizó a Sesshoumaru que veía todo aquello como una disminución de su hombría y capacidad.
"Está listo señor? Desea que lo cargue hasta el baño o prefiere utilizar la silla de ruedas, sus piernas no están en condiciones de hacer esfuerzo, usted decide!"
Sesshoumaru apretó la mandíbula y se debatió con sus opciones, le dolían las piernas, quería darse un baño pero al mismo tiempo deseaba mantener su dignidad, finalmente sus labios se separaron y con su acostumbrada falta de emoción vocal respondió.
"Silla"
Con una agilidad y rapidez que era solo adquirida con muchos años de experiencia el robusto Kouji quitó la sábana levantó a Sesshoumaru y lo ayudó a sentarse en la silla. Antes de que siquiera pudiera asimilarlo Sesshoumaru estaba sentado en el baño con el agua revitalizando su magullado cuerpo.
Todo lo necesario para su baño estaba al alcance de su mano, duró una eternidad para quitarse la única prenda que llevaba pero hacerlo solo era todo un logro. Mientras pasaba el jabón sobre su cuerpo recordó las palabras de Inuyasha, que parecía conocerlo bien al asegurar que se necesitaba más que la falta de un brazo para detenerlo.
(Quien diría que ese tonto tendría algo bueno que decir...me siento como nuevo...)
Sesshoumaru disfrutó de su baño y una vez que cerró la llave del agua tomó una de las toallas y se secó con esmero, entre las toallas estaba un atuendo limpio de boxer y camisa. Dejó la camisa sobre la toalla y se decidió ponerse la parte de abajo.
Aquello fue una agonía porque a la hora de subirlo hasta su cintura era prácticamente imposible, eso sin contar que tenía el trasero mojado. Sin poder controlarse Sesshoumaru soltó un gruñido de rabia e impotencia, al instante escuchó la voz serena de Kouji, que parecía adivinar el momento amargo por el que pasaba.
"Utilice una toalla para cubrirse, yo pondré la otra en la silla así estará secó completamente, yo lo ayudaré para que pueda terminar de vestirse"
Al escucharlo Sesshoumaru no tuvo más que reírse amargamente de sí mismo, era obvio que no era el primero ni el último hombre de la tierra con un solo brazo y por el momento la solución de aquel enfermero con ojos pequeños era la más digna. Amargado alargó el brazo e hizo exactamente lo que Kouji le había dicho.
Rin estaba sentada afuera de la habitación esperando que Kouji saliera para poder entrar. Mientras esperaba se devoró los camarones y de paso había pedido el desayuno de Sesshoumaru.
Estaba un poco ida en sus pensamientos cuando sintió el peso de la mirada de Kouji, al subir la cabeza él la miraba con expresión amigable.
"Listo Asakura, avísame si me necesitas mañana!"
"Hai, arigato Kouji-sama!"
"Un placer!"
Transformando todo su rostro por la sonrisa sincera, Kouji se despidió de Rin guiñándole el ojo juguetonamente.
Rin se levantó de su asiento, tomó la bandeja del desayuno y entró al cuarto con una sonrisa. Sesshoumaru la esperaba concentrado en la vista más allá de su ventana, repasando en silencio una vez más todo lo que ahora sabía de ella.
"Señor Sesshoumaru quiere desayunar, su baño estuvo bien?"
"Fue una desgracia...no tengo hambre!"
Rin se quedó de una pieza al escucharlo pero disimuló con un movimiento leve de cabeza y en total silencio sacó la comida, regresó al cuarto le dio los medicamentos de la mañana y se apresuró a dejarlo solo. Podía sentir la furia de su paciente y era claro que el baño más que relajarlo lo había puesto de pésimo humor.
Sesshoumaru se sentía otra vez amargado por su incapacidad y ciertamente deseaba estar solo, sin embargo al ver que ella se le acercaba para decirle algo trató de no pensar en que era un hombre mutilado.
"El doctor Koeki vendrá a verlo en cualquier momento, no me necesita por el momento verdad?"
"Entonces estaré al lado!"
"Espere...exijo saber porque Keisuke la escogió?"
(Exige? Jejeje si que está de malas...no se da cuenta que aún sin brazo es un hombre súper atractivo, imponente y fuerte!?)
"Supongo que por mi experiencia con niños hay que tener mucha paciencia!"
"Grrr!"
Rin soltó una risita entre dientes mientras sin pedir permiso empezaba a cambiar la venda del brazo con los ojos fijos en lo que estaba haciendo.
"Cual es el chiste Rin?"
"Usted...es un niño grande, ya que el doctor K va venir a verlo, aprovecharé para visitar a mis pequeños, nos vemos más tarde!"
Sesshoumaru sintió una punzada y un sabor amargo en su boca, odiaba sentirse así cada vez que no la tenía cerca pero esta vez no pudo controlarse, vocalizando su descontento y dándole una salida a la rabia que tenía atravezada en la garganta.
"No aprecio la insinuación de que soy un niño y porque cada vez que puede se va al segundo piso, se supone que usted es 'mi' enfermera?"
"Si soy, pero ya que no quiere desayunar y está de mal genio por el 'desastroso' baño que tuvo me voy, no quiero quedarme aquí viéndolo poner esa cara de amargado. Además...no me diga que le molesta que visite a un grupo de niños?"
Sesshoumaru la miraba con los ojos desorbitados, era la primera vez en su vida que alguien le hablaba tan francamente y sin mostrar el mínimo respeto, se sentía indignado pero al mismo tiempo estaba fascinado, los gestos de Rin al decirle que ponía cara de amargado eran simplemente hermosos y todo sin perder la concentración para cambiar la venda.
"Pero que atrevimiento!"
"Tal vez, pero es la verdad...por cierto de todos mis 'niños' usted es mi preferido!"
Rin le dedicó una sonrisa tierna y antes de salir del cuarto le puso en el regazo un par de revistas de espadas, luego salió del cuarto dejando a Sesshoumaru con la palabra en la boca y la felicidad de saber que él era su preferido.
Cuando la puerta se cerró Sesshoumaru resopló divertido ahogando la risa de verse completamente derrotado por su linda enfermera. Más tranquilo apoyó la cabeza en la almohada y cerró los ojos convencido que algo extraño le pasaba en compañía de Rin porque ella parecía conocerlo como la palma de su mano.
(La escogieron por su paciencia y experiencia con mocosos, que descaro decírmelo a la cara, acaso no sabe quien soy? Y yo no pongo cara de amargado...soy su preferido? que bueno...es muy insolente cuando se lo propone pero que linda es!)
Nota del autor: Espero que este capitulo detenga las amenazas de muerte lenta de mi querida Eva. Estoy feliz porque la Diosa del viento y su pandilla regresaron a mi vida.
Gracias a: Naoko, Arline, Cristal, Adri, Justary, Eva, Moruisan, Bunny, Fabisa, PussyKittieWiccan,TsusukiFallenAngel, Arashi, Saiko Katsuka, Aqaue, Tigresita, Kathy y G27
Todos sus reviews son maravillosos y me disculpan si no se los he agradecido como se debe es que he estado un poco loca y ocupada. A ver como les digo como por millonésima vez lo mucho que significa recibir sus opiniones de lo que escribo, es que siento que las palabras no son suficientes solo espero que entiendan que me hace súper feliz y sino fuera por ustedes y sus palabras de ánimo no disfrutaría tanto escribir.
Les juro que ya empecé todos los siguientes capítulos de todos los fics incluido el príncipe, ya pronto podrán leer el maravilloso esposo que es Sesshoumaru...Jejeje como diría Arline soy una malvada por dejarlas picadas.
Un besote, Z.
