Los personajes de Inuyasha, incluido el sexy y misterioso Sesshoumaru son propiedad de la talentosa y genial Rumiko Takahashi.
Este capitulo se lo dedico a Stefi que me lo pidió hasta el cansancio.
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Capítulo 8
Felicidad
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Cuando estuvieron sentados en la parte trasera de la limusina que los esperaba, Sesshoumaru la cubrió de besos mientras ella se carcajeaba dejándose querer.
"Mi amor vas a ser así de cariñoso siempre?"
"Ajá!"
Sesshoumaru se rió calladamente al escuchar como ella lo llamaba 'mi amor' Luego subió su mano para poder jugar con los largos mechones negros.
Rin disfrutó de los besos y caricias todo el trayecto hacia su casa, y cuando llegaron saltó fuera de la limusina, despachando al chofer con una sonrisa.
"Muchas gracias Yao, que pases buenas noches!"
El chofer se quedó viéndola un poco desconcertado y Sesshoumaru le preguntó porque lo hacia. Ella le dijo que prefería pedir comida o ir al restaurante que estaba a tan solo unas cuadras de ahí.
"Lo que tu digas! Ya escuchaste a la señorita Yao, que descanses!"
"Hasta mañana Señor, Señorita Rin!"
Yao no pudo aguantarse la curiosidad y miró por el espejo retrovisor mientras se alejaba, estaba feliz de ver a su jefe tan animado y era casi un espejismo verlos besándose antes de entrar a la casa.
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Aunque conocía la casa por las fotos, tenía mucha curiosidad por verla con sus propios ojos. Era una casa pequeña pero decorada con esmero, reflejando la maravillosa y tierna personalidad de Rin.
Guiándolo de la mano, Rin le mostró toda la estancia y puso una cara pícara cuando llegaron a la habitación. Sesshoumaru levantó una ceja y se carcajeó al comprender la indirecta de su bella enfermera.
"Te quedas conmigo esta noche verdad?"
"Déjame pensarlo!"
"Sesshoumaru!"
Sesshoumaru se acercó a ella y la besó tiernamente, asegurándole que nadie le impediría pasar ese o el resto de sus días con ella. Riéndose suavemente, ella lo abrazó y se besaron, luego ella se separó suavemente y le dijo que iría a cambiarse.
Una vez que entró a la habitación, Sesshoumaru se puso admirar la casa con cuidado. En una mesita en la sala, había varias fotografías de la familia Asakura. Entre las fotos, reconoció a Chiki, en lo que asumió eran sus años de universidad.
Cuando ella regresó con un jeans y una camiseta blanca, se paró junto a él y admiró en silencio el retrato de su familia. Por primera vez en muchos años, podía verla sin que las lágrimas se agolparan en sus ojos, todo se lo debía a Sesshoumaru, que llenaba su vida de amor y esperanza.
"Linda familia Rin!"
"Gracias!"
Sesshoumaru estiró el brazo y la estrujó contra su pecho. Levantando el rostro, ella lo besó transmitiéndole todo su amor, con una sonrisa enredada en sus labios. Separándose un poco, la admiro y le dijo que le gustaba mucho verla así vestida. Rin se carcajeó y lo abrazó con mucho sentimiento, susurrándole un emotivo 'gracias' al oído.
"No Rin, gracias a ti por cuidarme!"
Ella se quedó abrazada a él un par de segundos mas, Sesshoumaru era todo lo que necesitaba para ser feliz y le parecía un sueño estar entre sus brazos. Cuando sintió que le besaba el lóbulo de la oreja como incitándola, ella se erizo de pies a cabeza y entre risas le aseguró que tendrían mucho tiempo para dedicarse a eso en la noche.
"Tengo hambre mi amor!"
"Pero Rin!"
Mientras la atraía hacia él, trataba de quitarle la blusa sin mucho éxito, con una sonrisa Rin lo detuvo.
"Estoy hambrienta, trabajé mucho. No puedo concentrarme en hacer el amor contigo si me suena el estómago, eso no seria sexy. Te propongo algo, tu eres bueno conmigo ahora y yo seré muuy buena contigo después, que tal?"
Sesshoumaru soltó una carcajada gruesa, al hablar y aprovechando que estaban tan juntos, ella había escurrido sus manos dentro del pantalón, acariciándolo sobre la ropa interior.
"Lo que tu digas!"
"Genial, ahora vamos a comer!"
Una vez que tomó su abrigo, salieron de la casa tomados de la mano rumbo al restaurante y para ambos era como caminar sobre nubes.
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Rin puso el plato a un lado y se apoyó en Sesshoumaru, viéndolo a los ojos y delineando su rostro suavemente. Dejando de lado su comida, se acomodó para poder rodearla con su único brazo y acariciarle la espalda con movimientos grandes y relajantes.
"La primera vea que te vi me pareciste tan guapo, ahora que lo pienso, creo que fue amor a primera vista!"
"Ya somos dos!"
Rin esbozó una sonrisa torcida, sin creerle demasiado y le dijo como la puerta había rebotado en su frente aquel primer día. Asombrado y acongojado, le tocó delicadamente la frente y le pidió disculpas, plantándole un beso donde había tenido el chichón.
Torciendo la boca en una sonrisa traviesa, Rin respiró profundamente y deslizó ambas manos por el pecho masculino, que se agitaba emocionado con la expectativa de lo que se avecinaba. La idea de hacer el amor con Rin, era tanto emocionante como angustiante; todavía no estaba seguro de poder satisfacerla con un solo brazo.
Desabotonando la camisa, se inclinó para cubrirle el pecho de besos suaves y estimulantes. Lentamente lo despojó de la camisa, dejando el torso desnudo. Al ver como Sesshoumaru se ponía incomodo de estar expuesto, Rin sostuvo su rostro con ambas manos y con voz muy queda, le dijo que lo amaba.
"Te amo!"
"Pero…mi brazo!"
"Ssh! Eso no es importante, lo que cuenta es estar juntos!"
Sesshoumaru dio un suspiro y como pudo sonrió tímidamente, mientras le quitaba la camiseta para admirarla en ropa interior. Rin simplemente era exquisita y para él era la perfección femenina. En un intento por aliviar su incomodidad, Rin cubrió de besos la extremidad incompleta y le aseguró que había quedado una cicatriz preciosa.
"Yo sabía, casi ni se ve!"
Sesshoumaru la sostuvo por la barbilla un instante antes de besarla, recordando las palabras de Jaken sobre ella. Según su fiel asistente, no había mujer más perfecta y adecuada para él que la 'niña'.
Sintiéndose liberado por la actitud de Rin, Sesshoumaru alargó la mano y quitó uno por uno, los tirantes del brassier. Ella respiraba profundamente presa de la excitación y ni un solo momento le quitó la vista de encima; deseaba tanto estar con él que de la emoción, tenía mariposas en la panza.
Deslizando su mano por la cintura, la atrajo en un beso apasionado, en medio del cual, Rin sintió que su torso quedaba desnudo. Impresionada por la agilidad para dejarla sin ropa, se echó una carcajada y se dejó ver en toda su belleza.
"Eres hermosa!"
"Gracias mi amor, vamos al cuarto!"
Una vez ahí, Rin se tendió en la cama de espaldas con una sonrisa, dejando que Sesshoumaru la cubriera de besos y sintiéndose en las nubes. Todo su cuerpo se estremeció ante aquellas caricias que la dejaban sin aliento.
Con voz emocionada, ella le hacia saber como estaba disfrutando estar con él. Para Sesshoumaru la voz de su amada, cargada de deseo, era un poderoso estímulo para olvidarse de su incapacidad. Dejando a un lado su propio placer, Rin estiró las manos para despojarlo de su pantalón y ropa interior.
Recorriendo la escultural anatomía, Rin saboreó poder sentir la tibia piel bajo sus dedos; quería satisfacerlo a plenitud y de esa forma, demostrarle su amor incondicional. Dejándose llevar, Sesshoumaru empezó a gruñir de placer, subiendo la mano para juguetear con los pechos jugosos y firmes, mientras ella lo estimulaba con sus manos, tan deliciosamente que por un instante creyó perder la cordura.
Siguieron acariciándose y besándose por lo que pareció una eternidad, hasta que Sesshoumaru deslizó su mano hasta la unión de las piernas femeninas, escurriendo suavemente sus dedos dentro de ella, siguió besando. Estaba tibia y su piel sabía a manjar divino.
Completamente extasiada, Rin jugaba con el cabello de Sesshoumaru entre sus dedos. Deseoso de saborearla mas profundamente, se separó de ella y buscó su camino mas abajo de la cintura, ella se erizó de pies a cabeza, al comprender lo que él se proponía e inconscientemente, separó las piernas facilitándole las cosas.
Sintiéndose caliente y tembloroso por dentro, Sesshoumaru llevó sus labios hasta ella, experimentando una descarga de placer al probar su deliciosa esencia.
Era tan alucinante finalmente hacerle el amor, que no pudo evitar sonreír, era el hombre más feliz del planeta porque finalmente había encontrado el amor de su vida. Perdido en el placer de saborearla, Rin tuvo que tirar fuerte de su cabello para que la escuchara.
"Mi amor, no sigas, quiero sentirte!"
Con una sonrisa, Sesshoumaru se separó y la besó apasionadamente, estaba a punto de sumergirse dentro de ella, cuando Rin le dijo que le gustaba esta 'arriba'.
Se la quedó viendo emocionado y sin ocultar su felicidad, se puso de espaldas para que pudiera acomodarse sobre él. Después de darle un beso intenso, lo sujetó con ambas manos y se acomodó lentamente, devorando su hombría como de a poquitos.
Aquello le pareció a Sesshoumaru lo mas delicioso y placentero de toda su vida, hasta que un segundo mas tarde, Rin comenzó a moverse. Primero suave y luego vigorosamente; aferrada a él por los hombros, podía moverse de una lado al otro y de arriba abajo sin problema, sumergiéndolos a ambos en un lago de placer gratificante y lleno de amor.
A medida que el clímax se aproximaba, Rin se movió con más fuerza y pronto ambos se sintieron livianos, como suspendidos en una nube. Estrechándola por la cintura, la besó con amor y luego ambos se acostaron cediendo a un agradable aletargamiento, que recargaría sus energías para hacer el amor un par de veces durante la noche.
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Con el olor de Rin aún impregnado en cada poro de su piel, Sesshoumaru se sentó en la cama sin hacer mucho ruido. Como estaba del lado derecho, solo tuvo que alargar la mano para sacar del bolsillo de su saco, un pequeño paquete.
Era una bolsita de terciopelo azul. Con cuidado la abrió y admiró lo que aquella suave tela había guardado por tanto tiempo. Dentro, estaba el anillo de compromiso de su madre. Un anillo antiguo, un diamante perfecto, rodeado de chispas ámbar.
Sesshoumaru sabía que era una pieza única y esperaba que a Rin le quedara a la medida, y así poder hacerla su esposa; que fuera la Sra. Youkai, había sido su deseo secreto desde el momento en que la besó por primera vez.
Cuando Rin se movió entre las sábanas, aún dormida, Sesshoumaru guardó el anillo, puso la bolsita bajo la almohada y se volvió acomodar junto a ella. En el instante que lo sintió cerca, Rin se aferró a él con ambos brazos y siguió durmiendo.
Rin se despertó un par de horas mas tarde, al ver por la ventana, se dio cuenta que era aún de día. Viendo su reloj se sorprendió de la hora, 11.30 a.m. Girando sobre su costado, se pegó a Sesshoumaru y le dio un beso en la mejilla de buenos días. Sin abrir los ojos, Sesshoumaru sonrió y le devolvió el abrazo.
"Buenos días!"
"Dormimos mucho, son las 11:30!"
"Que rico!"
"Jejeje!"
Rin se acurrucó, regocijándose en el confort de estar juntos, completamente desnudos. Algo inquieto, Sesshoumaru respiró profundo y se sentó en la cama; sin sospechar nada, ella se quedó con la cabeza en la almohada quitándose el cabello de los ojos.
"Puedes cerrar los ojos un momento?"
Ella sonrió sin poder esconder su emoción y con mariposas en la panza, cerró los ojos. Antes de alargar la mano para tomar el anillo, se inclinó y la besó en la punta de la nariz.
Tomando la caja con mano temblorosa, le pidió que abriera los ojos. Con el pulso acelerado, Rin se sentó en la cama y con los ojos muy abiertos, miró primero la caja y luego a Sesshoumaru.
"Rin te quieres casar conmigo?"
"Siiiiiii!"
Dejando que le pusiera el anillo, que se ajustó a su dedo sin problemas. Rin no pudo evitar abrir la boca impresionada. El anillo era realmente una joya y después de darle un beso y abrazarlo, le preguntó de donde había sacado semejante gema.
"Era de mi madre, te gusta?"
Llena de emoción, Rin no le pudo contestar coherentemente. Tenía los ojos arrasados por las lágrimas. Sesshoumaru la estrechó satisfecho y feliz. Un mes después, tuvieron una boda primaveral, coronada por un cielo azul y con muchas flores.
A la boda solo asistieron las pocas personas que ambos consideraban sus amigos. En toda la ceremonia, el doctor Koeki no pudo dejar de sonreír, al ver que su intuición sobre ellos dos fue acertada. Chiki y Kagome lloraron de felicidad, de ver a los novios radiantes.
Rin lució un exquisito pero sencillo vestido blanco, su cabello parecía una cascada azabache y sus ojos, delicadamente maquillados brillaban de emoción. Sesshoumaru era el novio mas apuesto y aunque mantenía su aplomo, no podía disimular que estaba enamorado con todo su corazón y su alma.
La luna de miel fue un mes completo para complacer a la señora Youkai y su deseo de conocer muchos países.
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Tres años después…
Rin dio una vuelta mas entre las sabanas y abrió los ojos, casi podía oír la voz de Koyuki llamándola. Volviéndose hacia Sesshoumaru, se acurrucó un instante y lo beso en la espalda desnuda. Antes que pudiera levantarse, su esposo la tomó de la mano y la atrajo hacia él.
"Ya casi despierta verdad?"
"Si!"
"Déjalo que grite!"
"Sesshoumaru!"
Sesshoumaru se echó una carcajada, le encantaba escuchar a su hijo llamándolos a gritos, con su versión de las palabras Mamá y Papá, que resultaban en 'ma' y 'pa'
Con año y medio, era simplemente un bodoque irresistible y adorable, que hacia con ellos dos, lo que le daba la gana. Cediendo a los besos en su cuello, Rin se quedó abrazada a su esposo, esperando que su hijo despertara. Se estaban besando como a intervalos cuando se escuchó la voz de Koyuki.
"Maaa, Paaa!"
Aquella vocecita tierna, era el mejor sonido de las mañanas en casa de los Youkai. Dándole un beso, Sesshoumaru le dijo que él iria por el bodoque. Koyuki era un bebé precioso, la viva imagen de su padre con la personalidad de Rin; un niño sonriente y cariñoso.
Al empujar la puerta, Sesshoumaru lo vio sentado en el centro de la cuna con su conejito de peluche favorito. El cuarto era toda una obra de arte, con árboles, flores, animales y nubes pintadas a mano.
Cuando Koyuki escuchó que alguien se aproximaba, se puso de pie y le estiró los brazos a su papá recibiéndolo con una sonrisa.
"Pa!"
"Hola enano, vamos con Mami!"
"Ma, si!"
Lo levantó con cuidado y el pequeño se aferró a su papá dándole un beso en la mejilla y acurrucándose en su cuello. Esos momentos de sincero amor y ternura, eran lo mejor de su vida y todos los días agradecía por tener la familia que llenaba su existencia con amor, alegría y esperanza.
Al llegar al dormitorio, Rin los esperaba sentada en la cama. Ahora solo trabajaba medio tiempo, dejaba al pequeño con el mejor niñero del mundo. Jaken cuidaba a Koyuki con tanto esmero y dedicación que Rin se iba a trabajar tranquila, pero hoy era su día libre.
"Hola bebé!"
A Koyuki se le iluminó el rostro y le tiró los brazos a su madre. Sesshoumaru se acostó junto a ellos mientras los miraba embelezado darse besos y abrazos.
"Ahora besitos a papi!"
Rin puso a Koyuki sobre Sesshoumaru e inmediatamente el pequeño le dio un beso y se acostó sobre el pecho de su papá, extendiendo ambas manos para tratar de cubrir la amplia anatomía. El pequeño le encantaba quedarse en esa posición por largo rato, escuchando el corazón de su 'pa'.
Extasiado, Sesshoumaru volvió a ver a su esposa con una sonrisa y dándole un beso en la cabeza a su pequeño, le susurró que ella y el bodoque eran su felicidad. Rin solo sonrió y se acurrucó junto a ellos, disfrutando lo que se sentía ser realmente feliz.
Fin
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A/N: díganme que les pareció? Gracias a todos por leer! Pronto publicare otro capitulo de mis otros fics.
