ha sido una historia de muchais pericias y proiblemas para terminairla, y antes que otra cataistrofe ocurra la comparto con usteides

Graicias


Shun

"El viento es... suave tan suave y gentil, delicado, la temperatura es tan cálida... los colores eran intensos en el atardecer del día... a veces no sé, si son solo fragmentos de sueños o son de verdad esas visiones, si son parte de un recuerdo, de algún momento de mi vida o son producto de mi imaginación, pero esta allí. En cuanto doy unos pasos, él aparece, su mirada sigue cada uno de mis movimientos, en su rostro no hay expresión alguna, parece tan sombrío, tan misterioso, pero a veces tan triste.

Sigue de pie, con aquellos ropajes negros que resaltan su palidez, mezclándose con sus cabellos. Es como si esperara algo, o a alguien, sé que no es a mi, porque me mira con desilusión, como aburrido de mi presencia, pero nunca dice nada, es como si ese lugar fuese creado por él, para esperar.

A esperar eternamente creo yo, porque no terminan esos sueños, quiero que lo hagan , quiero soñar con mi vida, con mi pasado, quiero que me deje, que se vaya, quiero ser libre de él y su pesadez, de su espera...

A veces me animo a acercarme, a veces no, aunque este serio, aunque demuestre frialdad, siempre hay una gran tristeza en sus ojos...

Había un campo en mi viejo pueblo, muy parecido a lo que se reflejaba en sus ojos negros adornados por esos mechones... era donde jugaba de las manos, no con él, sino con alguien mas...

Un alguien, que mi corazón anhela verle de nuevo, no sé porque, tal vez fue parte de mi vida, alguien importante para desear verle con desesperación, aunque no tenga imagen de ese alguien.

La sensación de tener ese contacto tan cálido volvía a mi cada vez que miraba esos ojos, siempre deseaba preguntar, saber de quien era ese contacto¿por qué no lograba ver su rostro¿por qué no estaba conmigo? Y entonces el dolor volvía, estruja mi corazón y mis lagrimas salían,

¿acaso tanto quería a esa persona para que me hiciera llorar así?

Ese ser obscuro ya no estaba, el viento gentil movía el césped, queriendo borrar aquella sensación. Pero no era así, movía mis sensaciones, aquellos recuerdos borrados trayéndolos de nuevo, como siluetas, como imágenes fugaces.

Volvió con mas fuerza aquella sensación, al ver aquellas remotas imágenes, pasaban frente a mi, riendo, tan felices, de una o de otra forma sabia que éramos nosotros, éramos tan jóvenes, tan temerarios..."

Aquel anciano me escuchó atentamente a cada palabra, asintiendo y tomando nota, no se porque me molestaba en repetir esa historia, siempre terminaban diciendo:

"Joven Shun, esta estresado porque desea mucho recuperar su memoria.. pero no se preocupe"

¿Que iba a saber alguien que lo recuerda todo?

Sin mas paciencia por sus palabras insignificantes, simplemente salí de aquel hospital. Todo lo que poseía era mi nombre y esas visiones, la única clave de mi vida.

El viento susurró a los arboles en la salida, podía sentir esa calidez de verano rodeando mi piel, tan agradable y consoladora, esos momentos escasos me hacían recordar, que quizá vivía en esta ciudad o en una parecida con una calidez así.

Había estado caminando sin percibir la dirección que mis pasos conducían, noté que iba inconsciente de nuevo al centro comercial, a veces siento que en ese lugar voy a encontrar algo importante, pero a la vez me perturba, porque es un lugar en que la gente se encuentra o disfruta con los suyos, y yo, parezco puesto a la fuerza en ese hábitat.

La vitrina de una tienda atrae mi atención, un reflejo tan pulcro cual espejo, soy yo mismo, mirándome con mi mirada perdida, trate de peinar esos mechones míos verdes, mas rebeldes que de costumbre, pero concedo que se hagan como deseen. Siempre ha sido así desde el día en que desperté en aquel campo floreado.

Suspiro, tan profundo como deja mi cuerpo, negando que fue mala idea seguir a mis pies hasta aquí, y decido irme, pero veo truncada mi decisión, a mi lado pasa un extranjero, solo veo sus cabellos dorados tan rebeldes como las míos y su espalda, Algo me dice que deba seguirle y lo hago, por casi todo el centro comercial, aquel extranjero que no he visto aun el rostro toma asiento en un café bastante bien escondido, uno que no había visto antes en mis tantas visitas a este lugar.

Oportuno el que diseño el lugar, coloco un par de columnas frente al café, quizá pensaba en personas como nosotros, un lugar ideal para espiar sin que alguien en el café se de cuenta.

El extranjero, se sienta de espaldas y ordena algo al mesero, no entiendo por que estoy temeroso solo de seguirlo, expectante a verle el rostro. Parezco un niño haciendo una travesura, me obligo a no verle a tratar de dejar esta tontería, que podría lograr con solo verle...

Y cuando vuelvo a ver, el extranjero se ha marchado, él tomo la decisión por mi, y no sé si alegrarme o entristecerme, todo esto me deja con innumerables dudas.

Suspiro.

Comienzo mi marcha a casa, a soñar de nuevo con aquel campo, con aquel hombre de negro y piel pálida, con aquellas sensaciones y cuando despierte, quizá lloré, porque no recuerdo...

¡no recuerdo!

"Oye" una voz me llama y me detengo "¿Por qué me seguías?" El extranjero se dio cuenta, no fui tan cuidadoso como pensé, no sabría que responderle, bien podría decirle que le seguía por una extraña sensación que me dio al verle o bien podría decirle alguna mentira, en cualquier caso, no me creería, no gire para encararlo, no tenia derecho de espiar a un completo extraño.

Pero...

Fue él quien me encaró, se puso delante mío, y me obligo a que le viera. A que viera su rostro fino y hermoso, sus ojos azules y gélidos pero de algún modo cálido.

En ese instante, fue uno solo que me tomo para ver en ellos no mi reflejo, sino ...

Supe que perdí el sentido, que tuve de nuevo uno de esos extrañas sueños, cuando desperté en un sillón completamente ajeno al mío, desperté en una casa que me pareció increíblemente acogedora y quizá, familiar. Recline un poco mi cuerpo para ver el lugar, eran cosas sencillas, antiguas y de un gusto exótico, como debía ser...

...los extranjeros...

¡Había despertado en una casa extraña!

¡Probablemente la del extranjero!.

Me puse de pie, y busque con la mirada la salida...

"Veo que ya estas despierto" sonó la voz de él desde un lugar, presumiblemente la cocina, era pequeña la casa y todo estaba separado por innumerables libreros, y repisas llenas de esos objetos. Me gire sorprendido al sentirle llegar por un costado, traía una bandeja con tazas, posiblemente té o café, no sabría decirlo.

Se sentó en el otro sillón sonriendo. "Siéntate por favor" me pidió y no sé porque acepte y lo hice. Era extraño no podía quitar mi vista de sus ojos, y creo que hasta sentía sonrojar mis mejillas...

"Te traje a mi casa cuando te desmayaste" Tal y como lo suponía "bebe un poco de té" si, eso me haría bien y acepte gustoso la taza que me ofreció.

"Mi nombre es Hyoga" se presentó en cuanto di un par de sorbos "disculpa el desorden de la casa.."

"no te preocupes, me agrada, soy Shun" le dije sinceramente, volví mi vista para ver alguno de los libreros, eran en su mayoría libros de leyendas, de mitos especializados, de todas partes del mundo.

"¿Esta bien si te pregunto algo?" inquirió con cierta timidez rompiendo mi lectura de los títulos de sus libros, asentí levemente, creo que lo que preguntara estaba bien, curiosidad por el desmayo es común y una explicación es lo menos que podía brindarle ante la muestra de generosidad que me mostraba aun siendo un completo extraño.

"¿qué es Cygnus?" pregunto contrario todas mis expectativas "Cuando te desmayaste lo mencionaste varias veces, creí que mencionabas al ave, pero lo llamabas con tal vehemencia que me entro curiosidad por saber"

Esto me dejo completamente asombrado, hablaba dormido y no lo sabia, esto revelaba una pieza mas en mi rompecabezas,

"No sabia que hablaba dormido" Le confesé y eso le sorprendió, dudé por un momento, en contarle, dudé por primera vez en contarle a alguien de esos sueños, fue como si fuera contarle algo tan intimo y..

"¿En serio no sabias?" Su voz mágicamente lograba sacarme de mis pensamientos y ordenarme que le mirase, perderme en sus ojos...

"Hace unos meses desperté en un campo floreado, y no recordaba mas que mi nombre, unos hombres me encontraron y me llevaron a un hospital, había caos por lo que ellos llamaban 'el gran eclipse', mi mente no recordaba nada mas, y ellos estaban sorprendidos que no tuviera alguna herida, no dijeron mas...

Entonces soñé una y otra vez, con un campo y un atardecer, un lugar muy hermoso y pacifico, y en ese lugar estaba un hombre en negro, y piel blanquecina"

Callé, sabia que mi palabras eran escuchadas atentamente y eso me intimidaba, nunca antes había sido escuchado así por tan pobre relato, pero decidí continuar.

"cuando vi tus ojos en el centro comercial algo cubrió mis ojos, como si fuese una mano, nublando mi vista, y tuve uno de esos sueños otra vez, pero esta vez era diferente.." suspire para poder continuar "pude ver en los ojos de ese ser que, tu me abrazabas fuerte bajo las estrellas"

Callé unos momentos, su silencio fue eterno, abrumador. Sus ojos celestes me miraban como si estuviese desnudo, me inquietaba y la vez hacia que mis mejillas se sonrojaran.

Desvíe la mirada avergonzado por aquellas palabras pronunciadas. Era inquietante cada momento que pasaba sin oír respuesta o una indicación de ella, quizá pasaron horas o fueron muy largos esos instantes, nunca lo sabré.

Me sorprendió.

Se puso de pie y se sentó a mi lado, tan cerca y de costado, posando su brazo en el sillón, tomando su mano con la que quedaba libre, su miraba baja no se hallaba con la mía, mis manos temblaban, quería tocarle el rostro, hacer que hablara, el silencio era mas fuerte de lo que imaginaba...

Cuando posó sus ojos celestes en mi, fue como si ya hubieses visto ese mirar antes, melancólico y distante, tenía la sensación que era de él ese modo de mirar, no había formar de saberlo, esta era la primera vez que estabamos conversando, si es que se puede llamar conversación a un monologo seguido de extrañas miradas.

Mi piel se erizó al sentir un suave tacto en mis mejillas, su mano acariciaba mi mejilla, estaba sonrojado, sin duda, y lo extraño es que no sentía miedo alguno.

No.

Al contrario, se sentía muy bien, ese tacto cálido, ese leve movimiento. Sus labios parecieron moverse, formando palabras, formando sonidos que solo en mi mente se oyeron, palabras...

... que no podrían borrarse aun cuando volví a perder el conocimiento en aquella casa, desperté en la mía, en mi cama, con pijama y arropado, como si hubiese tomado un baño con perfume y entrado a la tina por horas.

Aun era de noche, podía oír claramente a los grillos y sus demás compañeros canturrear en las cercanías. Mi mente fue asaltada por un pensamiento, debía haber soñado de nuevo, tan extraño y confuso, mas esta vez recordaba mas cosas, recordaba su nombre, su cara...

Su voz...