Pareja: Harry / Draco

Advertencias: este capitulo contiene lemon

Capítulo 7: ACECHANDO

Los seis participantes de ambas casas salieron por la puerta de la Sala de Menesteres a la hora de comer, dando por terminado el juego y realizando un empate entre las dos casa.

Harry y Ginny se sentaron en la mesa de Gryffindor donde un grupo de chicos y chicas de 5° y 6° curso les felicitaron, aunque lamentaron no haber ganado en solitario. Por su parte, Draco, no le quitaba el ojo de encima al "chico de oro" aunque por supuesto, siempre lo negaría.

Se atormentaba a pensamientos y fantasías en las que ambos estaban juntos, aunque no las veía posibles. Al fin, un día decidió tragarse su orgullo y hablar con él, lo peor que podía pasar es que el moreno se fuese de la lengua, pero él lo desmentiría todo, y lo mejor...ya se vería.

Desde que tomó esa decisión, Draco le siguió a todas partes pero no pudo entablar conversación, ni siquiera acercársele pues siempre estaban Ron y Hermione a su alrededor como dos molestos mosquitos.

- No me importaría si Weasley dejara de mirarme mal, sólo por respirar el mismo aire que su amigo, e incluso los apartaría sin contemplaciones, pero se que a Harry le importan sus amigos y pensándolo mejor, esa Granger tiene muy mala leche y sabe hacer hechizos muy complicados.

Le estaba costando mucho trabajo pero como cada esfuerzo tiene su recompensa él obtuvo la suya.

Harry y sus amigos salían de clase de transformaciones y el moreno iba cargado de libros hasta los topes. Como no podía ver, chocó contra Seamus que estaba distraído, y se le cayeron casi todos los libros al suelo. Éste, amablemente le ayudó a recogerlos y Harry continuó para alcanzar a sus amigos. Una vez abajo se dio cuenta de que se había dejado el de Cuidado de Criaturas Mágicas y pidiéndoles disculpas a Ron y Hermione, les dejó los libros y subió al pasillo de Transformaciones a por el libro.

Draco, se dejó caer, por "casualidad" en el pasillo de Transformaciones cuando los Gryffindor terminaban la clase. Vio a Harry chocar y rápidamente, sin que nadie se diese cuenta le cogió un libro de tapas verdes.

Estuvo un rato esperando oír sus pasos nuevamente. Y cuando pensaba que finalmente el moreno se limitaría a seguir la clase por el libro de sus compañeros, le oyó.

Harry cruzaba por delante de la puerta de un aula en desuso cuando una mano salió y le agarró por la túnica metiéndole dentro.

- Malfoy que demon...- intentó gritarle a su agresor cuando fue interrumpido por un brusco beso del mismo.

- Pensé que no llegarías

- ¿Qué no llegaría?- musitó Harry extrañado. Pero no pudo decir más pues Draco nuevamente atrapó sus labios ésta vez en un beso más tierno y suave.

- Reúnete conmigo a las doce, medianoche, frente a la Sala de Menesteres, ven sólo, tenemos que hablar- dijo el Slytherin rápidamente al oír pasos que se aproximaban al aula.

- Harry¿estás ahí?- se oyó la voz de Hermione preguntar.- Ron mira en ese aula y yo en éste.

Súbitamente Harry salió por la puerta que la castaña trataba de abrir.

- Ya encontré mi libro. ¿Nos vamos?- Hermione se limitó a posar su mirada, desconfiada, en la puerta, pero asintió y se dejó guiar hasta el Gran Comedor.

Harry caminaba oculto, bajo la capa de invisibilidad, por el pasillo del quinto piso, parándose de vez en cuando a revisar el mapa del merodeador. Cuando llegó frente al tapiz encontró una puerta de color verde y entró mientras miraba alrededor.

Se encontró con una habitación, que tenía dos estancias, una mini-salita que reflejaba los colores Slytherin y un dormitorio que predominaba por lo Gryffindor.

- No creas que me costó poco decidirlo- le susrró el rubio al oído cogiéndole por la cintura desde la espalda.

Harry sintió cómo un escalofrío recorría su cuello, donde le besaba el rubio.

- Siéntate. Tomemos algo- le sugirió el Slytherin conduciéndolo hasta los sillones.

Draco sirvió dos vasos de cerveza de mantequilla y ambos se sentaron en el sillón verdoso. Bebieron lentamente mientras intercambiaban miradas de complicidad, y en ocasiones de lujuria...

- Pero...¿qué estoy haciendo!- exclamó en voz alta Harry. - Yo no debería estar aquí.- Rápidamente se levantó y se dirigió apresuradamente hacia la puerta pero el otro jóven, más fuerte que él, le detuvo.

Draco le volteó suavemente y lentamente unió sus labios a los del moreno.

NC-17: comienza el lemon

El beso fue profundizado, Draco agarró el cuello del moreno con ambas manos pues éste aún se resistía y pugnaba por escapar. Al fin, se fue calmando y se dejó hacer por el rubio.

Draco, al notar que su amante ya no se resistía, abandonó su boca provocando un gemido de disconformidad que fue rapidamente sustituido por uno de satisfacción al notar los labios sobre su cuello. El platinado, por su parte, se ocupó de besar, morder y lamer cada pedacito del cuello que tenía delante hasta dejarlo de un intenso color rojo. Una vez satisfecho, con un rápido movimiento abrió la camisa del moreno y comenzó a lamerle el torso.

Harry se dejó llevar por un mar de sentimientos que afloraban y la pasión del rubio que le impedía pensar con claridad. Sufrió un sobresalto cuando su compañero, frotándose contra él, comenzó a chuparle y mordisquearle un pezón mientras que pellizcaba el otro con dos dedos, hasta que ambos quedaron duros.

A continuación comenzó a jugar con su lengua alrededor del ombligo del moreno quien, ansiando más contacto enroscó sus piernas en torno a las caderas del otro. Esto fue lo máximo que podía resistir el rubio quien sintiendo como si explotase, tumbó a su amante en la cama y posicionándose encima de él se deshizo de los pantalones de ambos. Draco metió una mano dentro de los bóxers megros del moreno quien gimiendo arqueó su espalda. La protuberancia entre las piernas del rubio le instaba a hacer algo ya y deshaciéndose de sus bóxers verdes y de los de Harry indicó al otro que se girase.

Harry, por primera vez, dudó: - Nunca he estado con un chico- musitó sonrojándose.

- Tranquilo- susurró a su vez Draco maravillándose de lo que le gustaba Harry de esa forma.- No te haré daño, confía en mí.

Harry, no creyendo por qué, le creyó y comenzó a mover sus caderas con la respiración entrecortada. Draco trazó un camino de besos atravesando el estómago plano del otro hasta llegar a su miembro el cual succionó hasta que el otro se derramó en su boca con un gemido. Luego regresó a buscar un beso que le fue concedido sin pensar. Volteó por fin al ojiverde y apareció un aceite especial en el cual mojó tres dedos, uno de los cuales introdujo en la estrecha cavidad del moreno. Harry se tensó involuntariamente pero luego se relajó sintiedo como el segundo y el tercer dedo se introducían en él moviéndose. El Gryffindor comenzó a moverse pidiendo más y su hombría se había repuesto ya.

Draco medio sonrió captando la indirecta y sacando los dedos, se introdujo lentamente en el interior de su amante a quien le causó un poco de dolor al principio pero pronto se acostumbró al cuerpo extraño y comenzó a moverse al ritmo de las caderas de Draco. Éste, aumentó el ritmo de las embestidas mientras con una mano masturbaba a su amante y con la otra revolvía aún más esos revoltosos cabellos azabache.

Ambos acabaron en un profundo y placentero orgasmo que agotó sus fuerzas. Se dejaron caer uno al lado del otro sudorosos por la transpiración, y agotados se cubrieron con las sábanas y durmieron.

Fin NC-17

El primero en despertar la mañana siguiente fue Draco, quien se sonrió recordando los sucesos ocurridos la noche anterior. Su mirada se desvió hacia el chico que dormía a su lado y al que había estado abrazando segundos atrás y lo vió completamente dormido, soñando tal vez, con el pelo alborotado y los rayos del sol iluminando su bello rostro. Entonces un sentimiento de culpa lo invadió.

- Parece un ángel durmiendo ahí, tan tranquilo, y yo seré el futuro perro del lord oscuro- en ese momento sintió asco por sí mismo.- Nunca me atreví y nunca me atreveré a decirle que no a mi padre. Soy débil, lo sé, pero es algo que no puedo evitar. Aunque me duela, debo abandonar a mi ángel de ojos verdes antes de que lo transforme en un demonio. - Y así, con pensamientos negativos y dolor en el alma, Draco besó por última vez al Gryffindor, y abandonó la sala que retenía el mayor tesoro que alguna vez le había pertenecido.

Poco tiempo después, el moreno despertó estirándose y sintiendo el calor que el otro cuerpo había dejado. Se sentía feliz y completo, pero cuando miró hacia el otro lado de la cama no encontró a nadie. Tampoco en el baño anexo que tenía la sala y en el que no se había fijado la noche anterior. Extrañado, se dirigió al dormitorio de Gryffindor apresuradamente a vestirse y al volver a bajar se encontró con sus amigos, y juntos se dirigieron al Gran Comedor a desayunar.

Fin del capitulo