Espero que os guste, si alguien está siguiendo la historia.
Capítulo 9: CONFIDENCIAS/ UN PLAN
- He dicho que nada de visitas señor Weasley. Hmmm está bien señorita Granger pero sólo 5 minutos, ya debe estar a punto de despertar.
Harry oyó la voz de la señora Pomfrey desde la puerta hablando, seguramente con sus amigos, y deseó que les denegase la entrada, le dolía terriblemente la cabeza.
- ¿Harry?- le llamó Hermione tentativamente.
- ¿Qué me pasó?
- Bueno señor Potter, por fin ha despertado. ¿Qué es lo que recuerda?
- Recuerdo que después de cenar, me mareé, y luego seguí caminando pero cuando estaba por las escaleras creo que me desmayé.- Madame Pomfrey asintió con un gesto mientras llenaba un vaso de agua.
- Ha tenido suerte de que el señor Malfoy le haya traído hasta aquí.
- ¿Malfoy!- medio chilló Ron, a lo que Harry se llevó una mano a la cabeza.
- Señor Weasley contrólese o tendré que echarle de aquí.
- Lo siento.
- Así está mejor. Ahora siéntense ahí mientras le administro medicinas y demás a su amigo, pronto podrán irse, - les prometió Pomfrey.
A continuación hizo beber a Harry un vaso de agua, a sorbos pequeños, para luego darle una poción de color verdoso que le aportaría las vitaminas y nutrientes de las comidas que se había saltado.
- Que sepa señor Potter, que lo que ha estado haciendo es una auténtica estupidez – le recriminó Pomfrey con dureza. Luego cambiando su cara a una más dulce, le dijo- No puedes estar sin comer, debes hablar con las personas más cercanas a ti y recuperarte.
Después de pasar unas pocas horas en la enfermería los tres amigos salieron y dos de ellos escoltaron al tercero hasta los dormitorios.
- Ron¿podrías dejarme un momento a solas con Harry?- le susurró la castaña.
- Yo también voy- se añadió la pelirroja.
Y Hermione, Ginny y Harry entraron en el dormitorio de chicos de Gryffindor.
- Hay que buscar una solución Harry, esto no puede quedar así.
- Lo sé Herm pero no os puedo decir nada, no lo entenderíais.
- Creo que tengo una ligera idea- le corrigió la castaña.
- Yo también lo sé, Harry, Hermione me contó sus sospechas – añadió Ginny.
- ¿Sospechas sobre qué?- dijo Harry fingiendo desinterés.
- Harry, desde el juego de los Slytherin has estado muy raro. Luego noté las miraditas que te echaba Malfoy, y las devolvías- Harry en ese momento se puso rojo- Y el otro día no amaneciste en los dormitorios. Y por si fuera poco, al ver la escenita de Malfoy y la asquerosa de Parkinson noté cómo le mirabas, con dolor y como si te hubiese traicionado. Harry, quiero que me contestes sinceramente¿hay algo entre tú y Draco Malfoy?
- No. – Harry levantó la mirada chispeante de furia.- Hubo algo, es cierto, pero eso terminó el día que se lió con Parkinson. No fui más que un juguete, me usó y me tiró como si mis sentimientos no importasen para nada.
Harry se echó a llorar desconsoladamente mientras las otras dos chicas meditaban la manera de ayudarle.
- Harry¿tú le amas?- le preguntó preocupada Ginny.
- Sí.
La pelirroja apartó un poco a la castaña para hablar con ella a solas.
- Creo que debemos ayudarle a recuperar a Malf...a Draco.
- No sé Ginny. Le ha hecho mucho daño¿sabes? Y no permitiré que le vuelva a pasar algo.
- Lo sé. Yo sólo quiero lo mejor para él, si descubrimos por qué le dejó Malfoy, tal vez podamos ayudarle.
- Me parece que tengo un plan. Pero antes debo averiguar si de verdad Malfoy ama a nuestro amigo. Quédate con Harry no vaya a ser que intente hacer alguna tontería.
Hermione fue a la biblioteca buscando al Slytherin, pero allí no estaba. Pensando en dónde podría estar se topó contra alguien y cayeron ambas al suelo.
- Mira por donde vas Granger.
- Piérdete Parkinson.- la castaña seguía su camino cuando una bombilla se encendió en su cabeza y volviendo sobre sus pasos llamó a la rubia Slytherin.- Oye Parkinson, tenemos que hablar.
- ¿Y qué te hace pensar que voy a hablar con una sangre sucia como tú?
- El hecho de que el asunto incumbe tanto a mi mejor amigo como al tuyo- respondió la otra tragándose la respuesta al insulto.
Pansy se lo pensó un momento, y luego indicó a la otra que la siguiese hasta llegar a un saloncito aparentemente abandonado pero que al entrar ambas pareció recobrar vida, la chimenea se encendió, el polvo se limpió...
- Bienvenida a la sede de Amores en Apuros de Hogwarts, la AAH. La he fundado yo, pensaba llamarla la GSHR: Grita Si anHelas un Romance. Pensaba ofrecer el que entrases, sólo hay dos Gryffindors: Parvati y Lavender.
- Es fantástico, gracias.
- Bien¿qué querías contarme?
- Bueno, hemos descubierto que pasó "algo" entre Draco y Harry, y tú tienes que ver en su ruptura. Harry está muy deprimido y queremos arreglarlo.
- Yo también. Nunca había visto a Draco tan antipático con los de su misma casa. Me pidió que le ayudase a alejar a Harry de él para no hacerle daño, aunque creo que haya hecho daño a ambos al mismo tiempo.
- ¿Entonces él ama a Harry?
- Por supuesto. ¿Creías que no teníamos sentimientos?
- Algo así- murmuró Hermione avergonzada.
- ...
- ...
- ¿Tienes algún plan?
- Pensábamos (Ginny y yo), algo sobre darle celos.
- Buena idea. Ese plan funciona en muchas ocasiones, además de que Draco es celoso por naturaleza, muy celoso y muy posesivo. ¿Con quien pensabais darle celos?
- Supongo que con Ginny. Es la única que tenemos a mano y yo tengo novio.
- ¿En serio¿Quien es?
- Krum.
- Ya. ¿Y Ronald?
- Se ha pasado al otro bando. Estuvo un tiempo tras Harry, pero como éste le dio calabazas, ahora no sé quien le gusta. ¿Hablamos ya sobre el plan o que?
- A si, se me habia olvidado. Me parece que Ginny no es buena candidata. Es muy cohibida, y además su pelo no pega con el color de los ojos de Harry.
- ?
- Bueno, si es la única a mano valdrá. Pero espero que lo haga bien, por si acaso yo le daré las instrucciones a seguir.
A la mañana siguiente era sábado y los alumnos entre tercero y séptimo podían acudir a Hogsmeade. Ginny fue a despertar a Harry y Ron y bajaron, junto con Hermione, a desayunar.
Harry se sentó de espaldas a la mesa de Slytherin algo incómodo, pues sentía que alguien le miraba fijamente. Sabiendo quién podía ser y sintiéndose incómodo volteó hacia su derecha para decirle a Ginny que les esperaba fuera cuando ésta, lentamente, se le acercó y le empezó a lamer el cuello. Su primer impulso fue empujarla pero luego recordó el plan que las otras locas le habían comentado, y se dejó hacer un tanto ruborizado.
Ginny le mordió el cuello con un poco más de fuerza de la que habitualmente se hace por lo que gritó, consiguiendo, muy a su pesar, atraer la atención de los de alrededor. Más colorado que antes empujó suavemente a Ginny, quien reía por lo bajo, y se hundió en el asiento.
Al terminar el desayuno, los cuatro amigos se dirigieron hacia el vestíbulo. Hermione y Ginny delante y un extrañado Ron, con Harry, tras ellas. De pronto, y sin saber de donde, apareció ante ellos Draco Malfoy y empujó fuertemente a Ginny haciéndola caer al suelo.
- ¡Qué mosca te ha picado Malfoy!- le gritó
- Pero si es la hermana de la comadreja, te había confundido con una zanahoria gigante.
- Déjale en paz Malfoy, bastante tienes con fijarte a tí mismo- le respondió Harry cortando con la mirada a Ron y ayudando a levantarse a su amiga.
Los ojos grises de Draco parecieron oscurecerse mientras miraba a Harry.
- Por supesto que "san Potter" no podía dejar de hacérse el héroe- lo que arrancó risitas idiotas de Crabble y Goyle.
- No me hago el héroe- enrojeció, muy a su pesar Harry- solo intento defender a mi... a mi novia de hurones como tú.
- No sabía que el mal gusto era contagioso, Potter.- Draco les dirigió una mirada de asco y se alejó junto con sus guardaespaldas.- Vamos a buscar a Blaise y Pansy.
Los Gryffindor caminaron en silencio tras el encuentro con el Slytherin, Ron rabiando y Harry triste. Poco antes de llegar a la verja de salida se les acercó Pansy.
- Bien hecho chicos, nuestro plan funciona.
- No es verdad, me odia- se quejó Harry.
- No, sólo está celoso. Y ahora falta la segunda parte del plan, ir a las Tres Escobas sobre el mediodía. Chao- la pizpireta Slytherin se alejó a paso ligero al encuentro de sus amigos.
- ¿Qué ha significado todo eso!- se alteró Ron completamente.
- Ron, cálmate- le decía Hermione, pero el pelirrojo estaba fuera de sí completamente y gritaba y se quejaba de que hacían negocios con los sucios Slytherins y no le avisaban para burlarse de ellos.- Harry, haz algo.
Harry en vez de pensar actuó, dándole un morreo a Ron que le hizo ver las estrellas y le dejó completamente mudo por un buen rato.
Las otras se habían quedado también mudas por la impresión, y miraban fijamente al moreno que se ruborizó.
- Es lo único que se me ocurrió, lo calmó¿no? Dejar de mirarme así.
Ya en Hogsmeade los cuatro fueron de tiendas, a Zonko donde compraron bombas fétidas, y petardos, a Honeydukes donde compraron golosinas, grageas... allí encontraron a Dumbledore comprando sus caramelos de limón importados desde España. Haermione quiso ir a una librería a proveerse de plumas y tinta y luego fueron a las Tres Escobas.
- Ron¿por qué no nos vamos nosotros a mirar una cosa a la tienda de Quidditch?
Ron que hasta el momento había estado anonado se despertó y comenzó a tirar de Hermione.
- Vamos chicos.
- Nosotros vamos luego- le indicó Ginny. Y ella y Harry fueron hasta la zona de las mesas.
- ¿Sigues segura de ésto?- le preguntó Harry mientras se sentaban en una mesa vacía.
- Completamente.
Pansy, tras haberse despedido de Blaise, Goyle y Crabble, coniguó convencer a Draco de acompañarla a las Tres Escobas.
- Tengo que hablar de una cosa importantísima con una chica.
- ¿Y qué tengo yo que ver allí?
- Me debes un favor. No quiero ir sola.
Cuando llegarn al bar(?) Pansy le indicó que la siguiese hasta llegar a una mesa ocupada por dos personas.
- Buenas tardes, Weasley, Potter, lamento el retraso- en ese momento, al oír las palabras de Pansy, el rubio levantó la mirada encontrándose al chico de sus sueños, el pelinegro de ojos verdes le miró a su vez haciendo que conectasen sus miradas hasta que, turbado, bajó la mirada.
- ¿Habeis pedido ya?
- Esperábamos tu llegada- respondió Ginny a la rubia mientras ésta y su acompañante se sentaban, el otro sin poder creer su suerte al volver a tener enfrente a Harry.
- Harry, chico ¡felicidades!- se le acercó Seamus.- Creo que tienes como novia a la chica más guapa de Gryffindor. Lástima, porque estás para comerte.
- Ehhh, gracias, supongo- respondió turbado Harry. Luego se levantó de la mesa- Voy al baño, ahora vuelvo.
Frente al espejo, miró su reflejo y acto seguido se mojó la cara con el agua del grifo. Mientras se secaba con la toalla alguien entró, pero Harry ni siquiera se giró. El chico se acercó por su espalda y rodeó con sus brazos la fina cintura del moreno. Dejó caer la toalla cuando unos conocidos labios se acercaron a su nuca y le besaron lentamente haciéndole gemir.
Una leve chispa de advertencia se iluminó en su cabeza pero Draco había encontrado su punto débil en el cuello y lo explotaba a placer. Cuando el rubio le besó, respondió abriendo su boca para permitir a la otra lengua explorarla. Pero otra alarma más fuerte que la anterior, hizo que recuperase la conciencia de los hechos y con un esfuerzo apartó al otro chico, más fuerte que él, lejos.
- ¿Qué te crees que estás haciendo Malfoy?
-¿No lo ves Harry? Pienso retomar lo nuestro.
- No hasta que te pueda perdonar. No hasta que se me cure el daño que has causado, y te lo advierto Malfoy, puede tardar bastante.
Pero cuando el moreno se dirigía a la puerta, el otro jóven le cogió del brazo.
- Harry, escúchame.- el moreno se giró con la mirada fría y aparentemente tranquilo aunque furioso.
- No vuelvas a tocarme- siseó haciendo que al rubio se le erizase la piel, y le soltó con algo de miedo.
Harry salió corriendo del local y se dirigió a Hogwarts sin hacer caso a las llamadas de sus amigos que le siguieron fuera pero no pudieron alcanzarle, porque la rabia le dio más velocidad de la habitual.
Fin del capitulo
