Disclaimer: Ninguno de los personajes aquí nombrados me pertenece y no gano ningún dinero con esto (¡¡¡ojalá lo ganara!!!)

Notas de la autora: Este fic lo empecé a escribir cuando me leí el cuarto tomo, así que es una continuación paralela de la historia, aunque puede que meta cosas que hayan salido en los tomos siguientes. Procuraré de actualizarlo a menudo ya que tengo varios capítulos escritos (en realidad ya voy por el nueve, aunque de éste sólo tengo el título XP), todo depende de que pueda ir a casa de mi amigo, que es él el que tiene Internet, no yo, y de que me deje adueñarme de su ordenador por un rato , bueno, y de que tenga alguna mañana tiempo, ya que mis clases son por la tarde UU. Bueno, ahora sí los dejo leer el fic y no se olviden de dejar un review para saber que les parece. ADIOS

P.D. Una aclaración sobre el título, que los deseos prohibidos son porque qué puede desear alguien que no puede tener necesidad por nada ni por nadie, así que no vayan a ser mal pensads porque Daisuke, para tener 14 años es demasiado inocente (porque ciertamente hay algunos de 14 que son peores que los de 18) y Hiwatari es demasiado responsable y con el suficiente autocontrol como para evitar dejarse llevar...ya que eso conllevaría ciertos riesgos...aunque uno no es de piedra

Deseos prohibidos

Capítulo 01: El sueño y la petición

Se había despertado antes de la hora habitual así que se quedó un rato más recostado en la cama. Se sentía angustiado debido a lo que había soñado, aunque no lograba recordar que era. Procuró concentrarse en las imágenes inconexas que aparecían en su mente y darles algún orden aunque eso es imposible en un sueño. Tenía el vago recuerdo de que no era la primera vez que tenía ese sueño.

Recordaba el batir de unas alas y su carrera tras Dark. Luego paraban, en un viejo edificio abandonado que había cerca de su casa, y allí Dark se colaba en el interior. Él lo seguía y se metía dentro. No recordaba cómo, pero conseguía atrapar al ángel de alas negras, y justo cuando le ponía las esposas, éste se convertía en Niwa y dejaba de mirarlo con superioridad para mirarlo con miedo... con tristeza, y él sentía que no podía aguantar esa mirada que le estaba rompiendo el alma, pero a la vez no podía dejar de mirarlo. Sentía lástima hacia él, pero a la vez le agradaba la idea de que "fuese suyo, sólo suyo". Y de pronto, esa sensación, ese terrible dolor que le traspasaba el alma. Trataba de evitarlo, de impedir por todos los medios que Krad apareciese, pero al final le fue imposible. Se transformó en el demonio de alas blancas y, desde el interior, mirando impotente, pudo contemplar como éste daba muerte a Niwa y sentía que una parte de él también había muerto. Entonces despertó.

Aún tenía la respiración entrecortada solo de recordar aquel momento y un escalofrío le recorrió la espalda. "Niwa", murmuró pensando en el joven de cabellos rojos y mirada inocente. Entonces el despertador lo sacó de sus pensamientos haciéndolo regresar a la realidad.

Se levantó y se vistió sin ganas, pensando aún en lo que había soñado. Le aterraba la idea de ser el causante de la muerte de Niwa, de perderlo para siempre... Nunca tanto como ahora había deseado no ser un Hikari, para no tener que enfrentarse a Niwa, y sobretodo, para no transformarse jamás en Krad. Cogió sus cosas y se marchó al instituto.

Llegó el primero, como siempre, y se sentó junto a la ventana, a observar a los alumnos que iban llegando.

-Vaya, por ahí llega Saehara con su cámara de fotos... aunque dudo de que aquí logre sacarle a Dark una instantánea, Niwa ya no es tan torpe y controla mejor lo de sus transformaciones-pensaba Hiwatari-. Y esas son las gemelas Harada, aunque físicamente iguales, luego son polos opuestos... la mayor parece más madura y la menor es un tanto superficial, aunque en el fondo no es mala chica y demuestra que tiene valor. Y ése... es Niwa...-notó cómo se le aceleraba el corazón, pero trató de tranquilizarse-. No puedo dejar que aparezca Krad, no aquí al menos.

-¿Por qué no, temes que acaso le haga algo a "tu ángel"?-preguntó irónicamente Krad.

-Claro que no debes aparecer, no está Dark,-contestó Hiwatari-y además... Niwa no es "mi ángel", en todo caso...sería el ángel de Harada...-añadió con tono triste.

-Mira que bien sabes a quién me refiero... yo en ningún momento dije que fuese Daisuke Niwa-le dijo burlonamente.

Hiwatari no pudo contestarle, ya estaba entrando la gente en la clase. Se quedó mirando la puerta de entrada hasta que vio aparecer a Niwa, quien charlaba animadamente con Saehara y otros chicos de la clase. No apartó la vista del chico hasta que éste se percató de su mirada, e inmediatamente se puso a mirar por la ventana. Daisuke se lo quedó mirando con cara de extrañado, pero no le dio mayor importancia. Niwa no era el único extrañado, incluso a él mismo le había extrañado ese comportamiento. "¿Por qué habré hecho esa tontería? Sólo lo estaba mirando, nada más", pensó Hiwatari. "¿Sólo eso?", le respondió Krad, "mira que sé lo que piensas".

La mañana transcurrió sin más sobresaltos. Hiwatari había continuado observando furtivamente a Niwa, y éste también lo había estado mirando. No sabía por qué Hiwatari lo estaba mirando tanto los últimos días.

Sonó el timbre y todos fueron a comer al patio. Hiwatari se fue al rincón más apartado y escondido que había. Siempre trataba de evitar a los demás y, a parte, le apetecía estar tranquilo, sin un montón de chicas alrededor dándole la lata. Eso lo agobiaba mucho. Se sentó a la sombra de uno de los cerezos que había en el patio. La brisa suave le revolvía el cabello y le relajaba, dejando vagar su mente sin preocuparse por unos instantes de nada y olvidar los problemas. Así estaba cuando escuchó unas voces que lo hicieron bajar a la tierra. Eran Harada y Niwa. Ella le estaba hablando pero él, en aquel momento no le estaba prestando la más mínima atención porque estaba pendiente de alguien que se hallaba sentado a la sombra de un cerezo, porque estaba observando al joven comandante de la policía, Hiwatari.

Siempre lo veía sólo, apartado de los demás por voluntad propia. Era tan serio, tan callado, con esos ojos de un azul profundo siempre tan tristes y melancólicos... "Cuánto desearía poder aliviar tu tristeza, Hiwatari...", pensó Daisuke mientras lo observaba, "pero, ¿cómo estoy pensando esto? Yo no puedo hacer nada por ayudarlo, además... él nunca me dejaría".

-Daisuke, ¿me estás escuchando?-le dijo Riku haciéndolo volver a la realidad.

-¿Eh? Perdona, es que me distraje un momento.

-No, ya, últimamente te distraes muy a menudo...-dijo un poco enfadada Riku.

-Lo siento...-se disculpó Daisuke. Y siguieron caminando por el patio.

-No le des más vueltas Satoshi, "tu ángel" te estaba mirando-dijo burlonamente Krad.

-Ya sabes que no me gusta que me llames Satoshi, y deja de llamar a Niwa "mi ángel"-le respondió enfadado Hiwatari.

-Vamos, no te enfades, deberías alegrarte, por lo menos no te ignora ni te utiliza como lo hace tu padre...

-Yo no tengo padre, ya sabes que murió, y ese imbécil no es más que un pobre diablo, aunque él fue el que me sacó del orfanato, y es lo único que le puedo agradecer.

-Vaya, sí que le tienes estima...

-Tanta como a ti, Krad-le contestó sarcásticamente.

-¡¡¡Hiwatari!!!

Hiwatari levantó la vista y vio a Risa Harada que corría en dirección a él. Iba acompañada por Saehara, al cual llevaba casi a rastras sin dejarlo siquiera ponerse en pie. No sabía muy bien porque lo buscaba aunque sospechaba que tendría algo que ver con Dark. Ya habían llegado junto a él y por fin Saehara logró ponerse en pie.

-Hola Hiwatari-lo saludó Risa con la mejor y más seductora de sus sonrisas.

-Hola. ¿Qué queréis?-preguntó Hiwatari secamente.

-Bueno, verás, como supongo que ya sabrás, Dark va a ir al museo Moint a robar...-comenzó diciendo Risa.

-...el broche Lirio de Plata, sí, lo sé-le dijo Hiwatari, y continuó-recibí un mensaje en el móvil mientras estábamos en clase. Ahora pensáis decirme lo que queréis o no.

-Pues queríamos que nos dejases entrar para ver a Dark-le dijo Saehara.

-¿Y por qué no se lo pides a tu padre, Saehara?

-No piensa dejarme entrar, dice que es muy peligroso y que distraería a los oficiales-dijo enfadado Saehara.

-Lo siento mucho pero no puedo dejaros entrar. Si os pasase algo sería mi responsabilidad.

-¿Pero y si nadie lo sabe? Tú debes conocer los planos del museo y saber que entradas secretas tiene-le dijo Risa, sentándose al lado de Hiwatari y acercándose a éste.

-Si...pero...esto...yo-trataba de hablar Hiwatari. El que se le acercara tanto Risa lo estaba poniendo nervioso, lo estaba poniendo demasiado nervioso y eso no era bueno.

-Venga, Hiwatari, tú eres muy inteligente y muy bueno-dijo Risa con su voz más melosa y acercando su mano a la de Hiwatari.

-¡¡¡Está bien!!!-le respondió Hiwatari y salió corriendo en dirección al servicio.

-Vaya, Harada, me has impresionado-le dijo Saehara a Risa-. Haz conseguido que podamos colarnos en el museo y además, es la primera vez que he visto a Hiwatari ponerse nervioso y salir corriendo. Eso no lo ha conseguido nadie nunca. Lástima no haberlo podido grabar o haberle sacado una foto, sino dudo que alguien me crea cuando les diga que nuestro hombre de hielo se pone nervioso contigo.

-¡Ja! ¿Y qué creías? Nunca subestimes mi poder de seducción, Saehara-dijo Risa-¡¡¡VOY A PODER VER A DARK ESTA NOCHE!!!

Hiwatari se había encerrado en el servicio. Puso el pestillo y trató de tranquilizarse, aunque estaba demasiado excitado. Sentía por dentro el dolor de que Krad trataba de salir por todos los medios, pero no podía permitirlo, estaba en el instituto, había demasiada gente, y además estaba Daisuke, que no podía transformarse en Dark delante de todos y, sin esta posibilidad, apenas podría resistir un ataque de Krad, y también estaba... Un momento, por qué estaba pensando en Risa.

-Ella tiene la culpa de esto. No puedo acercarme a ella.

Por fin logró tranquilizarse y el dolor cesó. Se sintió aliviado de que finalmente Krad no hubiese aparecido, así que salió del servicio. Fue abrir la puerta y encontrarse de frente con Risa. De nuevo se puso nervioso.

-Vaya, estabas aquí, Hiwatari. Con las prisas se te cayó el móvil. Aquí tienes-le dijo Harada dándole el móvil.

-Gracias-le respondió él sin mirarla a la cara.

Rozó sus manos al coger el móvil. "Son cálidas", pensó,"como las de Daisuke...". Y un leve tono rosado apareció en su rostro.

-¿Y a qué hora podemos ir?

-¿Eh? Perdón, ¿qué has dicho?-preguntó Hiwatari.

-¿Qué a qué hora quedamos?-repitió Risa.

-A las ocho, junto a la salida de incendios del ala oeste del museo. Estad allí los dos y os ayudaré a entrar.

-Muchas gracias-le contestó Risa con la mejor de sus sonrisas y se marchó de allí.

-Tiene una sonrisa muy bonita-pensó Hiwatari.

-Por una vez estoy de acuerdo contigo-le respondió Krad.

-Aunque no tan dulce y auténtica como la de él-dijo sonriendo.

Saehara, que estaba por allí cerca y había visto cuando se le acercó Risa, sonrió para sí mismo al ver a Hiwatari sonreír después de que se fuera la chica, y aprovechó que esta vez si llevaba la cámara de fotos, aunque era la que no tenía flash, y le sacó una. "Por fin te veo sonreír, esta foto tuya en portada seguro hará que muchas chicas compren el periódico, y reconocerán el trabajo y el esfuerzo de conseguir una foto casi imposible", pensó Saehara, "y si además consigo una de Dark y ese tal Krad, mejor aún". Momentos después sonó la sirena y ambos chicos volvieron a la clase.

Aroa Nehring