Aja!!! Aquí estoy otra vez!!! Evadiendo responsabilidades inmediatas, como
estudiar para exámenes en la facultad, para escribir este fanfiction. Tengo
miedo de que se me escape la creatividad ¬_¬U.
No tengo palabras para agradecer los review de todos, realmente estoy muy agradecida!! Prometo que para el próximo capítulo voy a contestar a cada uno de ellos, yakusoku desu!!
Bueno, antes que nada quiero agradecer la buena onda que me dan en sus mensajes y sus comentarios, realmente me ayudan mucho a seguir y me tiran nuevos conceptos que tal vez yo no había pensado. Espero que no se aburran de este fanfiction, le pongo todo el entusiasmo posible ^_^.
Como es más que sabido, Rurouni Kenshin es propiedad de Watsuki Nobuhiro y yo no pienso robárselo... Aunque solamente con Aoshi-san estoy más que satisfecha ^_^.
Empecemos con esto de una vez!!! _
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Dejavú
Capítulo Tres: El color de tu pelo
Aoshi esperaba pacientemente a Kaoru en la salida del gimnasio a que salga de arquería, hoy serían las selecciones de los participantes en el torneo nacional y ella y Megumi no hacían más que hablar de eso en los descansos. No es que fuera el primer torneo importante de Kaoru, pero si el primero de esta clase ya que no tenía muy buena puntería. Pese a eso, le ponía mucho entusiasmo a sus clases e iba mejorando conforme a pasaba el tiempo. En este último año se había vuelto una de las primeras de la clase.
Él levantó la cabeza lentamente, mirando el cielo. Un montón de nubes grises, amenazantes de soltar una gran tormenta. Era una lástima el cambio de clima tan radical puesto que por la mañana estaba radiante. Finalmente dieron las seis y las chicas salieron. No fue sorpresiva la reacción de las chicas del primer año al ver a "Aoshi-sempai" enfrente de la puerta.
Tampoco lo fue la mirada iracunda que él, cortésmente, les regaló.
Nunca entendería que demonios pasaba que siempre se le quedaban viendo las chicas. Él era el tipo más normal del mundo, se decía a si mismo, qué tiene de extraño medir más de un metro ochenta, tener los ojos azules y ser grandote... nunca las entendería. Suerte que tenía amigas como Kaoru y Megumi que lo defendían de esas... zorras.
Jah! El solo pensar en ese apodo le dio gracia... cuantas veces la zorra lo defendió de las zorras!
En fin, él estaba esperando a Kaoru, si, y eso haría. Se recostó sobre una pared y esperó pacientemente que las chicas se le acercaran (claro, Megumi y Kaoru) y a las otras simplemente las ignoraría, como siempre.
-Aoshi-kun, que raro encontrarte aquí!, has quedado con alguien?- dijo Megumi, mirándolo de forma pícara. - parece mentira que el estoico Shinomori pueda fijarse en una chica, jojojo-
-hola Aoshi-kun, a quien buscas?- agregó Kaoru, ignorando a Megumi. Hay veces en las que era muy graciosa, pero con Aoshi, siempre parecía que el mejor chiste pareciera una clase de Matemática.
-quisiera hablar contigo, Kamiya-san- dijo él, serio como siempre, acercándose solo un poquito a ella. Kaoru sintió, de repente un montón de amenazadoras miradas sobre ella, hasta Megumi la miraba raro. ¿Aoshi pidiendo hablar con ella?¿Aoshi pidiendo hablar con alguien, principalmente una chica? Todo el colegio sabía que eran grandes amigos pero NUNCA vieron a Aoshi hablar solamente con ella. Media nerviosa y un poco colorada trató de decir casualmente - Mou, Aoshi-kun, llámame por mi nombre! Me molestan tantas formalidades!-
-está bien-dijo algo fastidiado - Kaoru-san, quisieras venir a hablar conmigo detrás del gimnasio? Ahí es un lugar un poco más tranquilo-
Y Megumi paró sus orejitas de zorro.
Y el resto de las chicas también lo hicieron.
¿Era cierto que Aoshi Shinomori, el tipo más endiabladamente apuesto, estaba pidiéndole a una chica que fueran al lugar más conocido del colegio para andar a los besos, a hablar?
El solo pensarlo era gracioso... pero interesante. Ella, completamente roja solo atinó a decir que si, pero no se pudo mover. Megumi, un poco más despierta, tomó su bolso, diciendo que se lo daría a Soujiro si lo encontraba para que lo lleve a su casa. Kaoru salió de su trance y empezó a caminar, siguiendo al muchacho a unos pasos de distancia por detrás. Mientras llegaban a un lugar en donde pudieran sentarse un viento helado los sorprendió, haciendo que ella mirara al cielo con cara de preocupación.
-demonios, me olvidé mi ventana abierta- pensó en voz alta.
-no te preocupes, no te quitaré demasiado tiempo- diciendo esto se le acercó un poco, quedando sentados apoyando hombro con hombro.
-¿qué pasa Aoshi-kun? Es raro todo esto que estás haciendo... tú no eres así, no tan indiscreto-
-bueno, pero acaso tengo que mandarte una invitación para hablar contigo?- se mofó él.
-no, no quise decir eso. Solo que tú sabes... mañana todos comentarán que andamos en algo y no tengo ganas de recibir un millar de notas amenazadoras de tus "fans"-
-no seas tonta Kaoru-san, ellas hablarán y dirán algo si yo no fuera como soy. Me conocen, por eso saben que no es conveniente que hagan ni te digan nada- dijo él, volteando para mirarla. Ella no hacía otra cosa que mirar al cielo.
-Aoshi-kun, es realmente muy importante lo que tienes que decirme? Porque me pareció sentir unas gotitas y no quiero que se inunde mi habitación-
-ten un poco de paciencia mientras ordeno todo lo que quiero decirte, ya que es algo largo-
-y si me lo dices mañana?- dijo ella levantándose, realmente estaba muy preocupada. Él se levantó también y la tomó del brazo.
Y un ruidoso trueno se escuchó, dando paso a una fuerte lluvia.
-esto no puede ser verdad- dijo él, maldiciendo por dentro a todo el panteón japonés.
En eso, Soujiro, que se había encontrado con Megumi anteriormente, apareció, con la mirada algo perpleja. Traía el bolso de Kaoru en una mano y un paraguas en la otra.
-Aoshi, que haces así con mi hermana?- dijo algo molesto, le irritaba profundamente que alguien, a excepción de él, su padre y Yahiko tocaran a su preciosa, chiquita e inocente imouto-chan. Aoshi, nada estúpido y bastante rápido soltó el brazo de Kaoru y se sonrojó ligeramente. Le daba mucha vergüenza que Soujiro lo viera como si fuese otro más del montón que trataban de tener algo con su hermana. Kaoru saludó a su serio hermano, que parecía que le salían chispas por los ojos, y tomó su bolso. Soujiro le sonrió, le dio el paraguas y le dijo que lo esperara en la puerta del colegio, que le diría unas cosas a Aoshi y que luego se irían a casa. Ella sintiendo lo denso del ambiente, agarró las cosas y se fue, saludando ligeramente a Aoshi con una reverencia. Una vez solos y con la lluvia mediante Soujiro lo miró, con el rostro un poco más suave, diciendo - mira, Aoshi, yo sé que quieres decirle lo de tu compromiso a Kaoru pero no crees que podrías ser un poco más discreto?-
Aoshi, un poco desconcertado, ya que esperaba un golpe o por lo menos un grito audible en todo el mundo solo levantó la vista, mirando al chico algo sorprendido.
-eh?-
-Megumi me contó que habías pasado a buscar a Kaoru por su clase y habían venido aquí. ¿Acaso no sabes que significa ESTE lugar en ESTA escuela?- dijo ahora sonriendo.- en un principio me sonaba absurdo el solo pensar que tu y ella vendrían por ESO, pero... luego me acordé lo del compromiso tuyo... y me enojé. No puedes ser tan egoísta, Aoshi.-
-a que te refieres?-
-me refiero a que los torneos nacionales de Kyudo están muy cercanos y tu sabes lo mucho que ella se preocupa por ti. Megumi me contó que Kaoru-chan representaría al colegio junto con ella y dos chicas más, ¿no es grandioso?-
-claro que lo es!-
-entonces, no crees que sería prudente decirle eso a Kaoru en otro momento, cuando pase el torneo?-
-Aa, creo que tienes razón- dijo Aoshi, algo desanimado.
-oye, porque no vienes a mi casa a comer Aoshi, así le dices algo a Kaoru, sino me molestará toda la vida hasta que le cuentes. Vamos, estamos empapados, te prestaré esa remera que tantas veces me pediste prestada- dijo sonriendo amablemente. Aoshi lo miró con desdén, pero luego articuló algo que para sus conocidos era una sonrisa y lo siguió. Cuando llegaron a la puerta del colegio, Kaoru ya no estaba, en su lugar había una nota, resguardada del agua que decía "me cansé de esperarlos, me voy a casa". Aoshi solo se encogió de hombros y Soujiro puso cara de pánico.
-Aoshi no baka...mira que preocuparme de esta manera- decía Kaoru, caminando hacia su casa, bastante enojada debajo de su paraguas rojo y verde. Los había esperado todo el tiempo suficiente, diez minutos. La chica no tenía la más mínima paciencia, así que si cinco minutos eran un castigo, diez serían un infierno. Iba caminando con su bolso en una mano y su paraguas en la otra con algo de preocupación. Había tomado el atajo que Soujiro no quería que tomara estando sin él. No vivían en un lugar desagradable, pero esa calle era un desastre, llena de estacionamientos de autos y de negocios cerrados. Por suerte la casa de Megumi quedaba cerca, por cualquier cosa, simplemente podría correr hacia allí pidiendo ayuda. Pasó la casa de Megumi y exactamente en la mitad de cuadra de la siguiente a la casa de su amiga, escuchó silbidos. "Mi hermano no es, ni los otros dos... voy a darme prisa, ya no puedo retroceder" pensó y un escalofrío la recorrió de pies a cabeza.
-hey, preciosa, no corras, no haremos nada...- digo la voz de un muchacho a espaldas de ella
-bueno- concluyó otro, ahora por el frente.
Kaoru estaba cercada. Unos chicos, de la misma edad que ella aparentemente, la miraban. Eran cuatro, tres altos y uno un poco más bajo. Kaoru reconoció a uno de ellos, había jugado contra Sanosuke el año pasado en un campeonato intercolegial. Puso cara de enojada y luego la cambió a una de fastidiada, diciendo -que es lo que quieren ustedes?-
-tu eres la hija del tipo este Kamiya, no es cierto?-
-para que quieres saberlo?-
-para estar seguros de que tú eres la amiga de Sagara... él nos ganó con su equipo el año pasado y no podemos encontranos nunca para vengarnos... y sabemos lo importante que eres para él.-
Kaoru lo recordó de pronto, ese tanto, él último que hizo Sanosuke y que hizo que ganaran el partido se lo dedicó a ella, por su cumpleaños. Sencillamente, esto no podía estarle pasando.
-acaso se creen que soy su novia o algo?- dijo ella en forma sobradora. Uno de ellos se le acercó y la agarró rudamente del brazo -y tu que crees que pensamos? Una chica hermosa a la que Sagara le dedica su mejor tanto... tienes que tener algo con él... y nosotros... pues vamos a sacarte algo muy importante tanto para ti como para él-
REALMENTE ESTO NO PODÍA ESTAR PASANDO!!. En un rápido movimiento, muerta de miedo se deshizo del tipo y comenzó a correr en dirección a la casa de Megumi, cuando en la mitad de su carrera uno de los tipos la agarró del pelo, tirándola para atrás y agarrándola de los dos brazos, haciendo que el bolso y el paraguas salieran volando lejos de su alcance.
-no te preocupes, linda, seremos cuidadosos contigo para que no la pases tan mal- y Kaoru no pudo evitar gritar como loca cuando sintió que los otros tres se acercaron. Uno de ellos le tapó la boca con una mano, mientras el más chiquito montaba guardia para que nadie aparezca. Ella no se quedaba quieta, pateaba y se zarandeaba para todos lados soltándose de los brazos de los tres que no podían domarla. Uno de ellos, el que le tapaba la boca, sacó abruptamente su mano con un grito de dolor. Las marcas de los dientes de Kaoru se mostraban orgullosas excelentemente clavadas en la palma de su captor. Uno de ellos, ya cansado de sus forcejeos, la tiró contra una pared, acorralándola con los otros dos. Ella, al ver que ahora si estaba jugada gritó por auxilio, hasta que le dieron un cachetazo para que se calle la boca.
AHH!!!
Un ruido seco se escuchó en esa calle...
El bajito yacía en el suelo inconsciente. Los otros no lo notaron por estar ocupados con la camisa de Kaoru. Cuando ya iban a arrancarle la pollerita y lo que le quedaba de camisa a la chica, un rayo, aparentemente, noqueó a los tres de un solo golpe, cayendo al suelo. Un ruido de madera se escuchó, al caer el paraguas de Kaoru, partido por la mitad. Ella temblando y tapándose como podía con la camisa destrozada, totalmente mojada y con la pollera que se le caía trataba de ver a la persona, no el trueno, que había dejado fuera de combate a los tipos esos.
Era un tipo un poco más alto que ella, con una mirada extraña, que se acercaba lentamente.
Tenía el pelo rojo empapado.
Rojo... ese cabello... simplemente era demasiado familiar...
El chico se acercó despacio a ella, parecía una muñeca de porcelana con la piel blanquísima, cabellos oscuros y ojos azules... como la noche. No pudo evitar sentir que el corazón se le estrujaba con esa imagen.
-disculpe, se encuentra usted bien, señorita?- dijo el pelirrojo aproximándose más, temiendo que al acercarse demasiado esa visión simplemente se desvaneciera con su cercanía.
Ella solamente atinó a decir gracias, estirar su brazo como para agarrarlo y ponerse a llorar desconsoladamente. El chico, muerto de vergüenza le preguntó si realmente estaba bien. Kaoru, lo abrazó fuerte y no paró de llorar. Él profundamente enternecido se sacó la campera que tenía y se la puso a ella en los hombros, abrazándola por los hombros, preguntando si vivía muy lejos de ahí. - a unas dos cuadas- contestó con la voz quebrada. El levantó su cara, tomándola por la barbilla y, mirándolo a los ojos con una tierna sonrisa dijo - entonces vamos para allá, su familia ha de estar preocupada por su ausencia-
Ella movió la cabeza afirmativamente, y recordando sus fachas, se levantó rápidamente para agarrar su bolso. De el agarró su ropa de arquería y se la puso, media desalineada, solamente para taparse. Ah!!!, que vergüenza, era la primera vez que veía al pelirrojo de ojos violáceos y ya la veía media desnuda!!, pensó Kaoru, sonrojándose violentamente justo cuando terminaba de vestirse.
Todo esto sin dejar de llorar.
Él la acompañó a la casa de ella, en silencio, mientras la lluvia cayendo era su único sonido de fondo
Soujiro corriendo, seguido por Aoshi detrás, andaba por el callejón por el cual Kaoru andaba siempre cuando sabía que llegaba tarde al colegio. Incontables cantidades de veces él le había dicho que no tome ese camino sola, que era peligroso a lo que ella siempre contestaba que se sabía cuidar sola, que nunca le pasaría nada. Habían pasado casi treinta minutos desde que Kaoru se había ido del colegio y en el camino Aoshi telefoneó a la casa de Sou-chan para saber si Kaoru ya había llegado. No, fue la respuesta de la señora Sachiko, ahora preocupada por la tardanza de su hija.
Soujiro se temía lo peor, y no se imaginan la cara que puso al ver la cinta del cabello de Kaoru tirada en la calle, pisoteada junto con lo que serían pedazos de su ropa. Aoshi se puso rojo de la más pura rabia... cuando vio el paraguas roto.
Eso definitivamente lo sacó de quicio.
Ese paraguas, que él le había regalado a ELLA el año que la conoció, un día de lluvia de verano en el que habían salido a caminar todos. El que ella se lo había agradecido con una gran sonrisa y un ligero beso en la mejilla. Ese mismo paraguas, roto en dos. Ambos se miraron y corrieron como alma que lleva el diablo hacia la casa de Soujiro.
Cuando llegaron, Aoshi llegó a divisar un pelirrojo bajito que doblaba la esquina, en dirección a la casa de Megumi. Lo habrá mirado bastante ya que Soujiro lo sacó de trance arrastrándolo hacia adentro. En el comedor estaba una ya tranquila Sachiko con una bastante perturbada Kaoru, un señor Kamiya al que le salía fuego por los ojos y un Yahiko que estaba extrañamente callado, sentado al lado de su hermana en el sofá. Soujiro tiró todas sus cosas, llorando y abrazando a su hermana menor. Lo único que podía decir era que era su culpa y que no debía haberla dejado sola. Kaoru lo abrazó fuerte y le dijo que ya estaba todo bien, que no le habían hecho nada malo. Ella se disculpó y se fue a su habitación, diciendo que estaba muy cansada. Llegó a notar que Aoshi estaba como una estatua en la puerta, mirándola fijamente.
Sachiko miró a Soujiro y le dijo - no sabes como llegó hace un rato, hijo-, invitando a Aoshi a sentarse a riesgo de que su sofá favorito quede mojado. Ambos, Soujiro y Aoshi se sentaron, frente al señor Kamiya y Yahiko. Sachiko hablaba desde la cocina desde donde les preparaba un té a ambos chicos.
-cuando la vi llegar, con la ropa desalineada, con el uniforme de Kyudo todo desarreglado y, principalmente, sin el suyo del colegio, me preocupé como nunca-
-¿qué te contó, mamá?- dijo Soujiro, notablemente preocupado.
-me dijo que unos chicos del equipo de básquet de Seinan aparecieron y quisieron vengarse de una victoria de su colegio el año pasado. Dijo que pensaban que ella era la novia de Sanosuke-
Ellos lo recordaron, el partido, el punto y la dedicatoria de cumpleaños.
-me dijo- prosiguió la mamá de los chicos -me dijo que justo en el momento en que creyó que estaba perdida un chico la salvó, escuchó sus gritos.- Soujiro y Aoshi dijeron sorprendidos al mismo tiempo -¿un chico?-
-si- contestó calmadamente Sachiko, entrando en el comedor, con tazas de té para todos, sentándose después. -un chico pelirrojo que después la acompañó hasta acá. Ese muchacho me lo crucé en la mañana en el mercado, me ayudó con unas bolsas. Es un chico muy amable, por cierto. Tiene una extraña cicatriz en la cara y unos ojos de un color muy peculiar. Muy respetuoso.-
A Soujiro se le iluminó la cara -Himura-sensei!!!-
-si, el mismo- dijo la señora, tomando un poco de té.-ese mismo. Me dijo que era profesor en su escuela, cuando volvíamos del mercado. A mi me pareció muy joven para ser profesor pero muy bueno y respetuoso. En fin, el salvó a tu hermana de esos mal vivientes y creo que tendrías que agradecérselo apropiadamente mañana Sou-chan. Quien sabe lo que le podría haber pasado a Kaoru-chan si él no la hubiese escuchado. Oigan, cámbiense esa ropa toda mojada y tu Aoshi-kun, llama a tu madre que está preocupada por ti, ne?-
-hai, muchas gracias, Kamiya-san- dijo Aoshi con una profunda reverencia. La señora solo se sonrojó y bajó levemente la cabeza.
Los chicos se levantaron en dirección a la habitación de Soujiro, en donde Aoshi no pudo evitar detenerse frente a la habitación de Kaoru.
-ve a darte una ducha y luego habla con ella, Aoshi, de seguro quiere hablar contigo- dijo Sou-chan, tirándole una toalla en la cara, una remera y pantalones a Aoshi.
Luego de bañarse él va al cuarto de Kaoru, golpeando la puerta antes de entrar. Cuando entra la ve recostada en la cama, con la mirada perdida. El al entrar el corre a abrazarla y ella le corresponde, sentados en la cama.
-Aoshi-kun, tuve tanto miedo!- le dijo llorando, mientras él le acariciaba la espalda.
-ya pasó, Kaoru, está todo bien ahora-
-pensé que realmente... ellos iban a ... iban a ...-
-no pienses en eso ahora, si?- solo tener la imagen en la mente le hacía hervir la sangre.
-me da rabia no haberme podido defender yo misma, Sou-chan tiene razón, solo ustedes pueden defenderme, soy una estúpida-
-claro que no! Ellos eran muchos para ti, además de ser mucho más fuertes. Yo también habría tenido problemas al enfrentarme con ellos-
-no me mientas tan descaradamente, sé de sobra que les habías ganado con los ojos cerrados y una mano atada en la espalda-
-tal vez- dijo el, sonrojado ante el comentario de la chica, que ahora lo miraba a los ojos. Solamente ella podía causar esas sensaciones en él.-el punto es que desobedeciste a tu hermano mayor y por culpa de no tener paciencia casi te sucede algo horrible, yo no puedo perdonármelo... fue por mi culpa que te pasó esto, si no te hubiese entretenido...-
-nada de eso, Aoshi Shinomori!- dijo visiblemente enojada -tu no tienes la culpa de que sea desobediente ni que esos desgraciados piensen que era la novia de Sanosuke. Nadie tiene la culpa. Ah! Sabes que, me pasó algo raro con el señor pelirrojo-
-algo como que?- preguntó interesado el chico, la mirada de ella había cambiado por una más... ¿dulce?
-me dio la sensación de ya conocerlo, como contigo, Sanosuke y Megumi la primera vez que los vi, es algo extraño, sabes? Además el me dijo, antes de llegar aquí que el también tenía esa sensación pero mucho más intensa. Me dijo que tenía la sensación de tener que cuidarme siempre, de protegerme siempre y es algo extraño cuando recién conoces a alguien, no crees?-
-ciertamente-
-el asunto es que no sé como se llama, no se lo pregunté pero con sinceridad, no me interesa saberlo, así no se le va esa aura tan rodeada de misticismo que le vi, jajaja- dijo riendo. Aoshi no se sentía alegre en lo más mínimo. ¿Celos? Puede ser. ¿Ganas de matar al señor pelirrojo? Aún más probable. Así que no le dijo que ese tipo era el Prof. de Kendo de ella, para ver como se tenía que olvidar de ese tipejo por ser profesor. Sino, ya lo lograría por otros métodos.
Había veces que sus pensamientos lo asustaban. Esta era un de esas veces.
Una llamada desde el piso de abajo de Yahiko diciendo que la comida estaba lista hizo que Aoshi saliera de sus pensamientos. Antes de separarse besó ligeramente la frente de Kaoru, cosa que hizo que ella se sonroje muchísimo diciendo que él siempre la cuidaría, pero no porque algo en su destino le diría que sería así, sino porque él realmente quería hacerlo. Kaoru le sonrió sin mirarlo y le dio un corto abrazo. Él limpió algunas lágrimas que tenía ella en su rostro y bajaron a cenar.
Al otro día en el colegio Kaoru contó lo sucedido, a lo que Sano no sabía que decir. Le pidió innumerables disculpas a la chica y prometió la más cruel venganza por hacerle eso un grupo de idiotas que no sabían con quien se metían. Sagara le preguntó a Aoshi si se le unía a lo que él solo asintió con la cabeza y dijo que le avisaría a Soujiro en el descanso. Cuando el profesor Hiko entró a clases uno de las chicas se le abalanzó preguntando si tenía hijos o algo por el estilo, porque si eran como él seguramente estarían que rajaban la tierra.
-ah!! Eso me recuerda... donde está Kamiya-san?-
Kaoru, levantándose de su asiento con el brazo levantado, hizo notar que estaba presente.
-mi sobrino, le dice que no se preocupe en agradecerle lo de ayer, que para él fue todo un gusto poder ayudarla y aún más conocerla-
Y con eso, dio a entender que no diría nada más y Kaoru se sentó sin antes agradecerle por hacerle llegar el mensaje. Varias miradas, algunas de odio, otras de envidia se dirigieron a Kaoru. Una chica de su lado murmuró que con Shinomori no le alcanzaba que andaba buscando otros. Aoshi, que también escuchó ese comentario "accidentalmente" le pegó con la goma de borrar en la cabeza a la chica en cuestión haciendo que se calle la boca.
En eso Seijuro se levanta y dice como si nada -ah, por cierto... mi sobrino practica Kendo al igual que usted, vea si le puede sacar algo de diálogo por ese lado Kamiya-san- dijo guiñándole el ojo a ella, haciendo que se sonroje. Prácticamente la gente que estaba a los lados de Aoshi podía sentir como su aura se expandía en "kill mode" mirando a Hiko directamente. Sanosuke rogaba a kami-sama que Aoshi no haga nada estúpido y Megumi no podía parar de reírse.
Tsudzuku.... (continuará)
N. de A.: bueno, traté de que sea lo menos fuerte posible, así que si alguien se siente ofendido mis más sinceras disculpas. Y? Que les parece la aparición heroica del "señor pelirrojo"? Recuerden, todos los review serán bien recibidos!! Y sino, manden un mail a kirara26@hotmail.com . Muchas gracias por leer mi historia!! A todo esto... quiero hacer una aclaración de lo que ustedes no me han preguntado pero ya me di cuenta. He omitido un dato algo importante. ¿Cómo puede ser que Soujiro sea compañero de colegio de los chicos si es un año mayor que Kaoru y ella está en el último? Ajá!!! Los agarré!! No leyeron con atención!!! Bueno, es muy sencillo, Soujiro en esta historia sufre de asma, que hizo que perdiera un año entero en la secundaria y quedara en el mismo año que Kaoru. Igualmente, en capítulos más adelante veremos a fondo esa cuestión, sip? Probablemente actualice todos los viernes, así que ya están avisados!! Ahora si me voy!!!
Matta ne, minna-san!!!
Kirara26, la ferviente estudiante de nihongo en Arg.
No tengo palabras para agradecer los review de todos, realmente estoy muy agradecida!! Prometo que para el próximo capítulo voy a contestar a cada uno de ellos, yakusoku desu!!
Bueno, antes que nada quiero agradecer la buena onda que me dan en sus mensajes y sus comentarios, realmente me ayudan mucho a seguir y me tiran nuevos conceptos que tal vez yo no había pensado. Espero que no se aburran de este fanfiction, le pongo todo el entusiasmo posible ^_^.
Como es más que sabido, Rurouni Kenshin es propiedad de Watsuki Nobuhiro y yo no pienso robárselo... Aunque solamente con Aoshi-san estoy más que satisfecha ^_^.
Empecemos con esto de una vez!!! _
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- .-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Dejavú
Capítulo Tres: El color de tu pelo
Aoshi esperaba pacientemente a Kaoru en la salida del gimnasio a que salga de arquería, hoy serían las selecciones de los participantes en el torneo nacional y ella y Megumi no hacían más que hablar de eso en los descansos. No es que fuera el primer torneo importante de Kaoru, pero si el primero de esta clase ya que no tenía muy buena puntería. Pese a eso, le ponía mucho entusiasmo a sus clases e iba mejorando conforme a pasaba el tiempo. En este último año se había vuelto una de las primeras de la clase.
Él levantó la cabeza lentamente, mirando el cielo. Un montón de nubes grises, amenazantes de soltar una gran tormenta. Era una lástima el cambio de clima tan radical puesto que por la mañana estaba radiante. Finalmente dieron las seis y las chicas salieron. No fue sorpresiva la reacción de las chicas del primer año al ver a "Aoshi-sempai" enfrente de la puerta.
Tampoco lo fue la mirada iracunda que él, cortésmente, les regaló.
Nunca entendería que demonios pasaba que siempre se le quedaban viendo las chicas. Él era el tipo más normal del mundo, se decía a si mismo, qué tiene de extraño medir más de un metro ochenta, tener los ojos azules y ser grandote... nunca las entendería. Suerte que tenía amigas como Kaoru y Megumi que lo defendían de esas... zorras.
Jah! El solo pensar en ese apodo le dio gracia... cuantas veces la zorra lo defendió de las zorras!
En fin, él estaba esperando a Kaoru, si, y eso haría. Se recostó sobre una pared y esperó pacientemente que las chicas se le acercaran (claro, Megumi y Kaoru) y a las otras simplemente las ignoraría, como siempre.
-Aoshi-kun, que raro encontrarte aquí!, has quedado con alguien?- dijo Megumi, mirándolo de forma pícara. - parece mentira que el estoico Shinomori pueda fijarse en una chica, jojojo-
-hola Aoshi-kun, a quien buscas?- agregó Kaoru, ignorando a Megumi. Hay veces en las que era muy graciosa, pero con Aoshi, siempre parecía que el mejor chiste pareciera una clase de Matemática.
-quisiera hablar contigo, Kamiya-san- dijo él, serio como siempre, acercándose solo un poquito a ella. Kaoru sintió, de repente un montón de amenazadoras miradas sobre ella, hasta Megumi la miraba raro. ¿Aoshi pidiendo hablar con ella?¿Aoshi pidiendo hablar con alguien, principalmente una chica? Todo el colegio sabía que eran grandes amigos pero NUNCA vieron a Aoshi hablar solamente con ella. Media nerviosa y un poco colorada trató de decir casualmente - Mou, Aoshi-kun, llámame por mi nombre! Me molestan tantas formalidades!-
-está bien-dijo algo fastidiado - Kaoru-san, quisieras venir a hablar conmigo detrás del gimnasio? Ahí es un lugar un poco más tranquilo-
Y Megumi paró sus orejitas de zorro.
Y el resto de las chicas también lo hicieron.
¿Era cierto que Aoshi Shinomori, el tipo más endiabladamente apuesto, estaba pidiéndole a una chica que fueran al lugar más conocido del colegio para andar a los besos, a hablar?
El solo pensarlo era gracioso... pero interesante. Ella, completamente roja solo atinó a decir que si, pero no se pudo mover. Megumi, un poco más despierta, tomó su bolso, diciendo que se lo daría a Soujiro si lo encontraba para que lo lleve a su casa. Kaoru salió de su trance y empezó a caminar, siguiendo al muchacho a unos pasos de distancia por detrás. Mientras llegaban a un lugar en donde pudieran sentarse un viento helado los sorprendió, haciendo que ella mirara al cielo con cara de preocupación.
-demonios, me olvidé mi ventana abierta- pensó en voz alta.
-no te preocupes, no te quitaré demasiado tiempo- diciendo esto se le acercó un poco, quedando sentados apoyando hombro con hombro.
-¿qué pasa Aoshi-kun? Es raro todo esto que estás haciendo... tú no eres así, no tan indiscreto-
-bueno, pero acaso tengo que mandarte una invitación para hablar contigo?- se mofó él.
-no, no quise decir eso. Solo que tú sabes... mañana todos comentarán que andamos en algo y no tengo ganas de recibir un millar de notas amenazadoras de tus "fans"-
-no seas tonta Kaoru-san, ellas hablarán y dirán algo si yo no fuera como soy. Me conocen, por eso saben que no es conveniente que hagan ni te digan nada- dijo él, volteando para mirarla. Ella no hacía otra cosa que mirar al cielo.
-Aoshi-kun, es realmente muy importante lo que tienes que decirme? Porque me pareció sentir unas gotitas y no quiero que se inunde mi habitación-
-ten un poco de paciencia mientras ordeno todo lo que quiero decirte, ya que es algo largo-
-y si me lo dices mañana?- dijo ella levantándose, realmente estaba muy preocupada. Él se levantó también y la tomó del brazo.
Y un ruidoso trueno se escuchó, dando paso a una fuerte lluvia.
-esto no puede ser verdad- dijo él, maldiciendo por dentro a todo el panteón japonés.
En eso, Soujiro, que se había encontrado con Megumi anteriormente, apareció, con la mirada algo perpleja. Traía el bolso de Kaoru en una mano y un paraguas en la otra.
-Aoshi, que haces así con mi hermana?- dijo algo molesto, le irritaba profundamente que alguien, a excepción de él, su padre y Yahiko tocaran a su preciosa, chiquita e inocente imouto-chan. Aoshi, nada estúpido y bastante rápido soltó el brazo de Kaoru y se sonrojó ligeramente. Le daba mucha vergüenza que Soujiro lo viera como si fuese otro más del montón que trataban de tener algo con su hermana. Kaoru saludó a su serio hermano, que parecía que le salían chispas por los ojos, y tomó su bolso. Soujiro le sonrió, le dio el paraguas y le dijo que lo esperara en la puerta del colegio, que le diría unas cosas a Aoshi y que luego se irían a casa. Ella sintiendo lo denso del ambiente, agarró las cosas y se fue, saludando ligeramente a Aoshi con una reverencia. Una vez solos y con la lluvia mediante Soujiro lo miró, con el rostro un poco más suave, diciendo - mira, Aoshi, yo sé que quieres decirle lo de tu compromiso a Kaoru pero no crees que podrías ser un poco más discreto?-
Aoshi, un poco desconcertado, ya que esperaba un golpe o por lo menos un grito audible en todo el mundo solo levantó la vista, mirando al chico algo sorprendido.
-eh?-
-Megumi me contó que habías pasado a buscar a Kaoru por su clase y habían venido aquí. ¿Acaso no sabes que significa ESTE lugar en ESTA escuela?- dijo ahora sonriendo.- en un principio me sonaba absurdo el solo pensar que tu y ella vendrían por ESO, pero... luego me acordé lo del compromiso tuyo... y me enojé. No puedes ser tan egoísta, Aoshi.-
-a que te refieres?-
-me refiero a que los torneos nacionales de Kyudo están muy cercanos y tu sabes lo mucho que ella se preocupa por ti. Megumi me contó que Kaoru-chan representaría al colegio junto con ella y dos chicas más, ¿no es grandioso?-
-claro que lo es!-
-entonces, no crees que sería prudente decirle eso a Kaoru en otro momento, cuando pase el torneo?-
-Aa, creo que tienes razón- dijo Aoshi, algo desanimado.
-oye, porque no vienes a mi casa a comer Aoshi, así le dices algo a Kaoru, sino me molestará toda la vida hasta que le cuentes. Vamos, estamos empapados, te prestaré esa remera que tantas veces me pediste prestada- dijo sonriendo amablemente. Aoshi lo miró con desdén, pero luego articuló algo que para sus conocidos era una sonrisa y lo siguió. Cuando llegaron a la puerta del colegio, Kaoru ya no estaba, en su lugar había una nota, resguardada del agua que decía "me cansé de esperarlos, me voy a casa". Aoshi solo se encogió de hombros y Soujiro puso cara de pánico.
-Aoshi no baka...mira que preocuparme de esta manera- decía Kaoru, caminando hacia su casa, bastante enojada debajo de su paraguas rojo y verde. Los había esperado todo el tiempo suficiente, diez minutos. La chica no tenía la más mínima paciencia, así que si cinco minutos eran un castigo, diez serían un infierno. Iba caminando con su bolso en una mano y su paraguas en la otra con algo de preocupación. Había tomado el atajo que Soujiro no quería que tomara estando sin él. No vivían en un lugar desagradable, pero esa calle era un desastre, llena de estacionamientos de autos y de negocios cerrados. Por suerte la casa de Megumi quedaba cerca, por cualquier cosa, simplemente podría correr hacia allí pidiendo ayuda. Pasó la casa de Megumi y exactamente en la mitad de cuadra de la siguiente a la casa de su amiga, escuchó silbidos. "Mi hermano no es, ni los otros dos... voy a darme prisa, ya no puedo retroceder" pensó y un escalofrío la recorrió de pies a cabeza.
-hey, preciosa, no corras, no haremos nada...- digo la voz de un muchacho a espaldas de ella
-bueno- concluyó otro, ahora por el frente.
Kaoru estaba cercada. Unos chicos, de la misma edad que ella aparentemente, la miraban. Eran cuatro, tres altos y uno un poco más bajo. Kaoru reconoció a uno de ellos, había jugado contra Sanosuke el año pasado en un campeonato intercolegial. Puso cara de enojada y luego la cambió a una de fastidiada, diciendo -que es lo que quieren ustedes?-
-tu eres la hija del tipo este Kamiya, no es cierto?-
-para que quieres saberlo?-
-para estar seguros de que tú eres la amiga de Sagara... él nos ganó con su equipo el año pasado y no podemos encontranos nunca para vengarnos... y sabemos lo importante que eres para él.-
Kaoru lo recordó de pronto, ese tanto, él último que hizo Sanosuke y que hizo que ganaran el partido se lo dedicó a ella, por su cumpleaños. Sencillamente, esto no podía estarle pasando.
-acaso se creen que soy su novia o algo?- dijo ella en forma sobradora. Uno de ellos se le acercó y la agarró rudamente del brazo -y tu que crees que pensamos? Una chica hermosa a la que Sagara le dedica su mejor tanto... tienes que tener algo con él... y nosotros... pues vamos a sacarte algo muy importante tanto para ti como para él-
REALMENTE ESTO NO PODÍA ESTAR PASANDO!!. En un rápido movimiento, muerta de miedo se deshizo del tipo y comenzó a correr en dirección a la casa de Megumi, cuando en la mitad de su carrera uno de los tipos la agarró del pelo, tirándola para atrás y agarrándola de los dos brazos, haciendo que el bolso y el paraguas salieran volando lejos de su alcance.
-no te preocupes, linda, seremos cuidadosos contigo para que no la pases tan mal- y Kaoru no pudo evitar gritar como loca cuando sintió que los otros tres se acercaron. Uno de ellos le tapó la boca con una mano, mientras el más chiquito montaba guardia para que nadie aparezca. Ella no se quedaba quieta, pateaba y se zarandeaba para todos lados soltándose de los brazos de los tres que no podían domarla. Uno de ellos, el que le tapaba la boca, sacó abruptamente su mano con un grito de dolor. Las marcas de los dientes de Kaoru se mostraban orgullosas excelentemente clavadas en la palma de su captor. Uno de ellos, ya cansado de sus forcejeos, la tiró contra una pared, acorralándola con los otros dos. Ella, al ver que ahora si estaba jugada gritó por auxilio, hasta que le dieron un cachetazo para que se calle la boca.
AHH!!!
Un ruido seco se escuchó en esa calle...
El bajito yacía en el suelo inconsciente. Los otros no lo notaron por estar ocupados con la camisa de Kaoru. Cuando ya iban a arrancarle la pollerita y lo que le quedaba de camisa a la chica, un rayo, aparentemente, noqueó a los tres de un solo golpe, cayendo al suelo. Un ruido de madera se escuchó, al caer el paraguas de Kaoru, partido por la mitad. Ella temblando y tapándose como podía con la camisa destrozada, totalmente mojada y con la pollera que se le caía trataba de ver a la persona, no el trueno, que había dejado fuera de combate a los tipos esos.
Era un tipo un poco más alto que ella, con una mirada extraña, que se acercaba lentamente.
Tenía el pelo rojo empapado.
Rojo... ese cabello... simplemente era demasiado familiar...
El chico se acercó despacio a ella, parecía una muñeca de porcelana con la piel blanquísima, cabellos oscuros y ojos azules... como la noche. No pudo evitar sentir que el corazón se le estrujaba con esa imagen.
-disculpe, se encuentra usted bien, señorita?- dijo el pelirrojo aproximándose más, temiendo que al acercarse demasiado esa visión simplemente se desvaneciera con su cercanía.
Ella solamente atinó a decir gracias, estirar su brazo como para agarrarlo y ponerse a llorar desconsoladamente. El chico, muerto de vergüenza le preguntó si realmente estaba bien. Kaoru, lo abrazó fuerte y no paró de llorar. Él profundamente enternecido se sacó la campera que tenía y se la puso a ella en los hombros, abrazándola por los hombros, preguntando si vivía muy lejos de ahí. - a unas dos cuadas- contestó con la voz quebrada. El levantó su cara, tomándola por la barbilla y, mirándolo a los ojos con una tierna sonrisa dijo - entonces vamos para allá, su familia ha de estar preocupada por su ausencia-
Ella movió la cabeza afirmativamente, y recordando sus fachas, se levantó rápidamente para agarrar su bolso. De el agarró su ropa de arquería y se la puso, media desalineada, solamente para taparse. Ah!!!, que vergüenza, era la primera vez que veía al pelirrojo de ojos violáceos y ya la veía media desnuda!!, pensó Kaoru, sonrojándose violentamente justo cuando terminaba de vestirse.
Todo esto sin dejar de llorar.
Él la acompañó a la casa de ella, en silencio, mientras la lluvia cayendo era su único sonido de fondo
Soujiro corriendo, seguido por Aoshi detrás, andaba por el callejón por el cual Kaoru andaba siempre cuando sabía que llegaba tarde al colegio. Incontables cantidades de veces él le había dicho que no tome ese camino sola, que era peligroso a lo que ella siempre contestaba que se sabía cuidar sola, que nunca le pasaría nada. Habían pasado casi treinta minutos desde que Kaoru se había ido del colegio y en el camino Aoshi telefoneó a la casa de Sou-chan para saber si Kaoru ya había llegado. No, fue la respuesta de la señora Sachiko, ahora preocupada por la tardanza de su hija.
Soujiro se temía lo peor, y no se imaginan la cara que puso al ver la cinta del cabello de Kaoru tirada en la calle, pisoteada junto con lo que serían pedazos de su ropa. Aoshi se puso rojo de la más pura rabia... cuando vio el paraguas roto.
Eso definitivamente lo sacó de quicio.
Ese paraguas, que él le había regalado a ELLA el año que la conoció, un día de lluvia de verano en el que habían salido a caminar todos. El que ella se lo había agradecido con una gran sonrisa y un ligero beso en la mejilla. Ese mismo paraguas, roto en dos. Ambos se miraron y corrieron como alma que lleva el diablo hacia la casa de Soujiro.
Cuando llegaron, Aoshi llegó a divisar un pelirrojo bajito que doblaba la esquina, en dirección a la casa de Megumi. Lo habrá mirado bastante ya que Soujiro lo sacó de trance arrastrándolo hacia adentro. En el comedor estaba una ya tranquila Sachiko con una bastante perturbada Kaoru, un señor Kamiya al que le salía fuego por los ojos y un Yahiko que estaba extrañamente callado, sentado al lado de su hermana en el sofá. Soujiro tiró todas sus cosas, llorando y abrazando a su hermana menor. Lo único que podía decir era que era su culpa y que no debía haberla dejado sola. Kaoru lo abrazó fuerte y le dijo que ya estaba todo bien, que no le habían hecho nada malo. Ella se disculpó y se fue a su habitación, diciendo que estaba muy cansada. Llegó a notar que Aoshi estaba como una estatua en la puerta, mirándola fijamente.
Sachiko miró a Soujiro y le dijo - no sabes como llegó hace un rato, hijo-, invitando a Aoshi a sentarse a riesgo de que su sofá favorito quede mojado. Ambos, Soujiro y Aoshi se sentaron, frente al señor Kamiya y Yahiko. Sachiko hablaba desde la cocina desde donde les preparaba un té a ambos chicos.
-cuando la vi llegar, con la ropa desalineada, con el uniforme de Kyudo todo desarreglado y, principalmente, sin el suyo del colegio, me preocupé como nunca-
-¿qué te contó, mamá?- dijo Soujiro, notablemente preocupado.
-me dijo que unos chicos del equipo de básquet de Seinan aparecieron y quisieron vengarse de una victoria de su colegio el año pasado. Dijo que pensaban que ella era la novia de Sanosuke-
Ellos lo recordaron, el partido, el punto y la dedicatoria de cumpleaños.
-me dijo- prosiguió la mamá de los chicos -me dijo que justo en el momento en que creyó que estaba perdida un chico la salvó, escuchó sus gritos.- Soujiro y Aoshi dijeron sorprendidos al mismo tiempo -¿un chico?-
-si- contestó calmadamente Sachiko, entrando en el comedor, con tazas de té para todos, sentándose después. -un chico pelirrojo que después la acompañó hasta acá. Ese muchacho me lo crucé en la mañana en el mercado, me ayudó con unas bolsas. Es un chico muy amable, por cierto. Tiene una extraña cicatriz en la cara y unos ojos de un color muy peculiar. Muy respetuoso.-
A Soujiro se le iluminó la cara -Himura-sensei!!!-
-si, el mismo- dijo la señora, tomando un poco de té.-ese mismo. Me dijo que era profesor en su escuela, cuando volvíamos del mercado. A mi me pareció muy joven para ser profesor pero muy bueno y respetuoso. En fin, el salvó a tu hermana de esos mal vivientes y creo que tendrías que agradecérselo apropiadamente mañana Sou-chan. Quien sabe lo que le podría haber pasado a Kaoru-chan si él no la hubiese escuchado. Oigan, cámbiense esa ropa toda mojada y tu Aoshi-kun, llama a tu madre que está preocupada por ti, ne?-
-hai, muchas gracias, Kamiya-san- dijo Aoshi con una profunda reverencia. La señora solo se sonrojó y bajó levemente la cabeza.
Los chicos se levantaron en dirección a la habitación de Soujiro, en donde Aoshi no pudo evitar detenerse frente a la habitación de Kaoru.
-ve a darte una ducha y luego habla con ella, Aoshi, de seguro quiere hablar contigo- dijo Sou-chan, tirándole una toalla en la cara, una remera y pantalones a Aoshi.
Luego de bañarse él va al cuarto de Kaoru, golpeando la puerta antes de entrar. Cuando entra la ve recostada en la cama, con la mirada perdida. El al entrar el corre a abrazarla y ella le corresponde, sentados en la cama.
-Aoshi-kun, tuve tanto miedo!- le dijo llorando, mientras él le acariciaba la espalda.
-ya pasó, Kaoru, está todo bien ahora-
-pensé que realmente... ellos iban a ... iban a ...-
-no pienses en eso ahora, si?- solo tener la imagen en la mente le hacía hervir la sangre.
-me da rabia no haberme podido defender yo misma, Sou-chan tiene razón, solo ustedes pueden defenderme, soy una estúpida-
-claro que no! Ellos eran muchos para ti, además de ser mucho más fuertes. Yo también habría tenido problemas al enfrentarme con ellos-
-no me mientas tan descaradamente, sé de sobra que les habías ganado con los ojos cerrados y una mano atada en la espalda-
-tal vez- dijo el, sonrojado ante el comentario de la chica, que ahora lo miraba a los ojos. Solamente ella podía causar esas sensaciones en él.-el punto es que desobedeciste a tu hermano mayor y por culpa de no tener paciencia casi te sucede algo horrible, yo no puedo perdonármelo... fue por mi culpa que te pasó esto, si no te hubiese entretenido...-
-nada de eso, Aoshi Shinomori!- dijo visiblemente enojada -tu no tienes la culpa de que sea desobediente ni que esos desgraciados piensen que era la novia de Sanosuke. Nadie tiene la culpa. Ah! Sabes que, me pasó algo raro con el señor pelirrojo-
-algo como que?- preguntó interesado el chico, la mirada de ella había cambiado por una más... ¿dulce?
-me dio la sensación de ya conocerlo, como contigo, Sanosuke y Megumi la primera vez que los vi, es algo extraño, sabes? Además el me dijo, antes de llegar aquí que el también tenía esa sensación pero mucho más intensa. Me dijo que tenía la sensación de tener que cuidarme siempre, de protegerme siempre y es algo extraño cuando recién conoces a alguien, no crees?-
-ciertamente-
-el asunto es que no sé como se llama, no se lo pregunté pero con sinceridad, no me interesa saberlo, así no se le va esa aura tan rodeada de misticismo que le vi, jajaja- dijo riendo. Aoshi no se sentía alegre en lo más mínimo. ¿Celos? Puede ser. ¿Ganas de matar al señor pelirrojo? Aún más probable. Así que no le dijo que ese tipo era el Prof. de Kendo de ella, para ver como se tenía que olvidar de ese tipejo por ser profesor. Sino, ya lo lograría por otros métodos.
Había veces que sus pensamientos lo asustaban. Esta era un de esas veces.
Una llamada desde el piso de abajo de Yahiko diciendo que la comida estaba lista hizo que Aoshi saliera de sus pensamientos. Antes de separarse besó ligeramente la frente de Kaoru, cosa que hizo que ella se sonroje muchísimo diciendo que él siempre la cuidaría, pero no porque algo en su destino le diría que sería así, sino porque él realmente quería hacerlo. Kaoru le sonrió sin mirarlo y le dio un corto abrazo. Él limpió algunas lágrimas que tenía ella en su rostro y bajaron a cenar.
Al otro día en el colegio Kaoru contó lo sucedido, a lo que Sano no sabía que decir. Le pidió innumerables disculpas a la chica y prometió la más cruel venganza por hacerle eso un grupo de idiotas que no sabían con quien se metían. Sagara le preguntó a Aoshi si se le unía a lo que él solo asintió con la cabeza y dijo que le avisaría a Soujiro en el descanso. Cuando el profesor Hiko entró a clases uno de las chicas se le abalanzó preguntando si tenía hijos o algo por el estilo, porque si eran como él seguramente estarían que rajaban la tierra.
-ah!! Eso me recuerda... donde está Kamiya-san?-
Kaoru, levantándose de su asiento con el brazo levantado, hizo notar que estaba presente.
-mi sobrino, le dice que no se preocupe en agradecerle lo de ayer, que para él fue todo un gusto poder ayudarla y aún más conocerla-
Y con eso, dio a entender que no diría nada más y Kaoru se sentó sin antes agradecerle por hacerle llegar el mensaje. Varias miradas, algunas de odio, otras de envidia se dirigieron a Kaoru. Una chica de su lado murmuró que con Shinomori no le alcanzaba que andaba buscando otros. Aoshi, que también escuchó ese comentario "accidentalmente" le pegó con la goma de borrar en la cabeza a la chica en cuestión haciendo que se calle la boca.
En eso Seijuro se levanta y dice como si nada -ah, por cierto... mi sobrino practica Kendo al igual que usted, vea si le puede sacar algo de diálogo por ese lado Kamiya-san- dijo guiñándole el ojo a ella, haciendo que se sonroje. Prácticamente la gente que estaba a los lados de Aoshi podía sentir como su aura se expandía en "kill mode" mirando a Hiko directamente. Sanosuke rogaba a kami-sama que Aoshi no haga nada estúpido y Megumi no podía parar de reírse.
Tsudzuku.... (continuará)
N. de A.: bueno, traté de que sea lo menos fuerte posible, así que si alguien se siente ofendido mis más sinceras disculpas. Y? Que les parece la aparición heroica del "señor pelirrojo"? Recuerden, todos los review serán bien recibidos!! Y sino, manden un mail a kirara26@hotmail.com . Muchas gracias por leer mi historia!! A todo esto... quiero hacer una aclaración de lo que ustedes no me han preguntado pero ya me di cuenta. He omitido un dato algo importante. ¿Cómo puede ser que Soujiro sea compañero de colegio de los chicos si es un año mayor que Kaoru y ella está en el último? Ajá!!! Los agarré!! No leyeron con atención!!! Bueno, es muy sencillo, Soujiro en esta historia sufre de asma, que hizo que perdiera un año entero en la secundaria y quedara en el mismo año que Kaoru. Igualmente, en capítulos más adelante veremos a fondo esa cuestión, sip? Probablemente actualice todos los viernes, así que ya están avisados!! Ahora si me voy!!!
Matta ne, minna-san!!!
Kirara26, la ferviente estudiante de nihongo en Arg.
