Disclaimer Nada de lo que salga en la serie me pertenece.
Capítulo 4: En la Kaiba Corp.
El cansado cerebro de Seto procesó la información. La anciana le estaba diciendo que el bebé lloraba a tal fuerza que se escuchaba hasta la verja del jardín. ¡Pero si eso era imposible!
Aunque también es imposible que venga un hada y decida rejuvenecer a tu familiar más próximo doce años.
.-¿Por qué dices que no puedes acercarte a Moku… a Moki?
.-El llanto es insoportable, Señor. Creo que hasta ha llegado a romper los cristales de las ventanas.
Bueno, eso sí que era alarmante. Sobre todo por que la cuna estaba muy cerca de una ventana.
.-Ahora mismo voy para allá. No hagan nada hasta que llegue- Ordenó antes de colgar.
Con pasó firme volvió a dirigirse a la sala de juntas.
.-Debo comunicarles que he de ausentarme por un periodo leve de tiempo. Podrán seguir revisando los documentos y plantearle las dudas a mi encargado.- Quejas y reclamaciones se escucharon.
.-¡Esto me parece una total falta de compromiso, Sr. Kaiba- El CEO le mandó una mirada de enfado al tipo que habló que le cortó la respiración.
.-Les estoy dando el tiempo necesario para que sus estúpidos cerebros lean todo el contrato de una vez y apunten todas sus miserables dudas, comentándolas entre ustedes y así no sufrir la humillación de preguntarle al que les está haciendo el favor de negociar con sus empresas y que le triplican la edad- Escupió antes de abandonar la sala con fría calma, dejando a los presentes en blanco.
Cogiendo uno de los coches de la empresa se dirigió raudo a su hogar. En menos de cinco minutos ya había llegado. Saltándose, claro, todas las señales de Stop y todos los semáforos rojos, pero poco le preocupaba. ¿Para que si no pagaba comisiones a la policía?
Entrando con la cocinera, que le había estado esperando, cruzaron la verja. Era cierto que el llanto se escuchaba muy claramente aun estando tan lejos. Se sorprendió cuando vio a todo su servicio en las escalinatas de la entrada de su mansión, pero no se entretuvo en preguntar.
Abrió la puerta y comprendió porque habían salido todos. El sonido tan estridentemente fuerte casi lo tiró de espaldas. Era insoportable, se llevó las manos a los oídos en un reflejo para protegerlos.
Esa fuerza pulmonar no la podía tener un bebé normal. Algo le decía que quizás cierta luciérnaga estuviera detrás de todo eso. Con gran esfuerzo subió las escaleras hasta llegar a la planta donde estaba su cuarto. Juraba que la sangre saldría por sus orejas en cualquier instante. Dolía tanto como tener un taladro incrustado en la cabeza. Cruzó la puerta abierta y abrió los ojos como platos.
Todas las ventanas habían saltado en mil pedazos, al igual que las bombillas de las lámparas. Cristales rotos por el suelo y por su cama. Pero por alguna razón, alrededor de la cuna no había nada, como si un campo invisible la hubiera protegido.
-¡BUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA! (ToT ¡NII-SAMA¡¿Dónde ESTAS!. Me siento muy angustiado, como si me estrujaran el pechito)
Recorriendo los escasos seis metros que lo separaban de su hermano, el llanto se redujo considerablemente, hasta volver a ser de un grado normal. Seto destapó sus oídos y corrió hacía la cuna.
.-¡Duuu! (¡Nii-sama! n o n)- Sonrió el pequeño la verle. Su hermano mayor lo cogió en brazos, comprobando su estado. No había heridas de ningún tipo, ni parecía haber motivos para que llorara.
.-¿Qué demonios ha pasado?- Susurró sujetando a su hermanito en su pecho. La verdad es que se había llevado un buen susto. Por un momento creyó que los cristales si habían alcanzado al bebé y que por eso lloraba. Y también podía haberse roto las curdas vocales gritando tan alto.
.-Eres francamente duro de mollera, chulito- Esa voz la reconoció al instante. En pocos segundos el hada se materializó delante suya. Seto le dirigió una mirada llena de odio mientras que inconscientemente giraba un poco su cuerpo para ocultar mejor a Mokuba en sus brazos.
.-¿Qué quieres?
.-Que se cumpla el deseo- Respondió con el entrecejo fruncido
.-Eres repetitiva, estúpida luciérnaga- Ella sonrió burlona y eso le dio muy mala espina.- ¿Tienes algo que ver con esto?- Preguntó señalando el desastre.
.-Por supuesto.- Contestó calmada -Para asegurarme que estuvieras siempre con tu otouto le provoque una pequeña reacción. Siempre que tú abandones un lugar separándote de él un sentimiento de angustia lo atenazará, haciéndolo llorar un decibelio por debajo de lo que se necesita para romper el tímpano humano, literalmente
El mayor vio la sonrisa pretenciosa del estúpido ser y sintió como cada vez detestaba aun más a esa chica.
.-Eres una completa psicópata. Mi hermano podría haberse herido por tus tonterías.
.-¿Te crees que nací ayer, chulito?. Tu hermano es el que pidió el deseo y las normas dicen que él jamás, bajo ningún concepto, resulte herido.
.-Oh, así que toda esta tontería de los deseo tiene sus normas. Creía que hacías lo que te da la gana.
Ella se acercó a él rápidamente. Su mirada y su expresión en sí era terriblemente sería, casi rayando la locura. Aunque esto no asustó al CEO.
.-Yo no puedo hacer lo que me de la gana. Quisiera, pero no puedo… por ahora.
.-¿Qué quieres decir?
.-Con el deseó de tu hermano ya serán mil deseos los que habré cumplido. Cuando un hada cumple mil deseos tiene derecho a reclamar ella uno. Y yo pediré mi libertad. Por eso tengo especial interés en tu hermano.
Separándose del castaño se elevó hasta el techo. Levantó los brazos y todos los cristales del suelo se alzaron, uniéndose y reconstruyéndose, quedando todo tal y como estaba antes.
.-El deseo será cumplido al cien por cien, aunque no te guste. No me quitaras mi oportunidad de ser libre- Murmuró antes de desaparecer.
Se preguntó si se había ido de verdad o solo se había hecho invisible y seguía rondando por ahí, A él no le importaba sus tonterías y no se conmovió por su deseo de libertad. Lo único que sabía era que le estaba complicando cada vez más las cosas.
Miró a su otouto, acurrucado sobre su pecho y con las mejillas aun húmedas de tanto haber llorado. Lo había pasado mal por su ausencia, por la sensación de
angustia obligada.
Porque había sido eso. Sí. Había sido provocado por la magia de la bruja con alas.
¿O quizás solo el aumento de voz de su hermano era lo que había sido alterado mágicamente?
.-¿Señor?- Escuchó la titubeante voz de la cocinera.
.-Prepárame todo lo que necesita Moki. Se vendrá conmigo a la Kaiba Corp.
.-Guu (Oh¿nos vamos de viaje?)
º-º-º-º-º-º-º-º-º-º
Lo tenía todo pensado. Joane le dio una gigantesca bolsa con pañales, biberones (en termos, para que no se enfriaran), una manta, dos mudas limpias para el niño, dos camisas y un pantalón para él (había insistido, para disgusto y extrañeza del CEO), unos cuantos juguetes, los comunicadores y el moisés, donde descansaba Mokuba en esos momentos, a su lado en el coche. La cocinera le explicó y mostró la forma de coger al pequeño para darle el biberón y le re-explicó como cambiar los pañales.
Su hermano estaría tranquilo y distraído en su oficina y él en la sala de reunión, puerta con puerta. Y si al pequeño le pasaba algo solo él se enteraría ya que pensaba ponerle unos auriculares a su comunicador que estaría bien guardado en su gabardina.
Llegó por la puerta de atrás a la corporación. No quería que nadie preguntara sobre el bebé. Cuantos menos lo supieran menos posibilidades de que los asistentes sociales aparecieran preguntando de donde había salido (puesto que constaba que él no tenía ningún pariente de esa edad) y harían preguntas difíciles sobre el paradero de su otouto. Hasta podrían descubrir que el pequeño había cambiado y con su estupenda suerte esas ratas pensarían que el cambio hubiera sido provocado por uno de sus inventos, arrebatándole así la custodia de Mokuba.
No sabía muy bien cual era la fijación de esos malditos por buscar excusas para separarlo de su hermano. Seguramente las comisiones de otras empresas dispuestas a todo por hundirlo. Pero si creían que eso pasaría estaban muy equivocados. Seto Kaiba no cometía nunca ningún error y mucho menos cuando se trataba del cuidado de Mokuba. No le faltaba nada a su hermano ni le faltaría. Para eso trabajaba horas y horas en reuniones y papeleos que lo aburrían de sobremanera. Él podría dedicarse única y exclusivamente en la creación de juegos y aparatos que fueran un éxito en el mercado, pero ni loco dejaría los demás asuntos en manos de terceros que pudieran estropear la financiación del futuro de su otouto. Y también por eso seguía asistiendo al instituto a pesar de que lo que enseñaban él ya lo sabía, porque no podía permitirse el lujo de que semejante mancha se expusiera en su informe.
Quizás su error fue obsesionarse por cuidar tanto a Mokuba que olvidó el estar con él. A fin de cuentas, por muchas cosas que le diera sabía que Mokuba no era materialista y que lo que más quería era a él, el amargado y frío hermano con el que le tocó lidiar. ¿Había estado anteponiendo lo que los demás decían que debía querer Mokuba antes que lo que el pequeño mismo decía?
Dejó de cavilar cuando llegó a su despacho. Aun podía escuchar discutir a la panda de idiotas en la habitación de al lado. Dejó el moisés y la bolsa en su amplió escritorio. Mokuba, que había estado dormido todo el camino, se desperezó un poco.
.-Estaré justo al lado- Le susurró mientras lo acomodaba –Vendré dentro de un par de horas para tu comida. Pórtate bien.
.-Guu (n-n Si yo soy muy bueno)
Seto cogió uno de los juguetes (un dragón blanco de ojos azules de peluche) y lo dejó junto al niño antes ponerse el auricular y entrar al cuarto contiguo.
Las miradas envenenadas fueron directas hacía su figura, pero eso no le importo. Como si no hubiera estado ausente volvió a sentarse en la cabecera de la mesa y siguieron con el análisis del contrato.
º-º-º-º-º-º-º-º-º-º
(Una lámpara, un cuadro, la misma lámpara otra vez… -o- joo, nii-sama me trajo a un sitió muy aburrido)
El chibi miraba aburrido todo el despacho. Había dormido, había jugado con el peluche, se había quitado los calcetines y se había tocado la nariz con los pies. Había hecho de todo y seguía aburrido.
(Nii-sama decía que vendría en par de horas. ¿Pero que es una hora? Ó.Ò Bahh, ya lleva mucho rato fuera UoU)- Miró al peluche a su lado- (Tú opinas lo mismo que yo¿verdad?)
Silencio.
(¿Me oyes? ô-ó)
Silencio.
(¬¬ Aburrido)
Silencio.
(Y también maleducado ÚoÙ)
Silencio.
(¬¬# no eres muy útil, la verdad. ó-ò me siento raro… uff, ahora me siento mejor n-n …...… ¿Qué es eso que huele tan mal?)
Mientras, en la habitación de al lado la reunión trascurría con normalidad, es decir, muy lentamente. Y eso reventaba los nervios del CEO (que lo demostrara era otra cosa).
Y entonces por su oído derecho empezó a escuchar un barboteo, primero silencioso, para irse volviendo cada vez más y más insistente. Seto suspiró interiormente (estaba en una reunión, no iba a hacer semejante acto emotivo delante de todos los empresarios) y se levanto murmurando un "ahora vuelvo" y entrando en su despacho velozmente.
.-Buuu gugg (ó-ò nii-sama, necesito que me quites esa cosa, se ha mojado… pero yo no he sido, que conste UoU)
Seto no tuvo que deducir mucho que le sucedía a su otouto, porqué al acercarse a él lo suficiente un horrible olor inundó su sentido del olfato. Estuvo a punto de suplicarle a todos los dioses que conocía que no fuera verdad lo que el pensaba que era.
Pero cuando cargó al pequeño sus temores fueron confirmados. Y Seto Kaiba se dispuso a cambiar un pañal, otra vez. Pero claro, Mokuba no iba a dejárselo todo tan fácil. El niño tenía autentica fobia los pañales (y a la ropa en general)
El como era posible que siendo la persona con el CI más grande de todo Japón y parte del extranjero no era capaz de aprender a poner un simple y estúpido pañal era algo que se salía de la lógica. Todo lo que le explicó la buena de Joane había salido de su cabeza.
Se deshizo del pañal viejo (tirándolo por un conducto directo al cubo de basura de la calle) y volvió ponerle otro a Mokuba. Por supuesto, con los quince minutos reglamentario de pataletas y luchas contra el bebé.
Levanto a su hermano para ver como había quedado. Y el pañal resbaló hasta el suelo…
¡Oh, vamos!. ¡No podía haberlo puesto tan mal!
.-¿Guu? (o-o¿Eso tenía que suceder? n o n Bueno, no importa. Mejor lo dejamos así)- Seto mando una mirada reprobatoria a la cara sonriente de su hermano.
Y como no podía darse por vencido lo intentó de nuevo. Con otros 15 minutos de lucha. Pero al menos esta vez parecía que no había metido mucho la pata. (Mokuba lo miraba adorablemente enfadado, hinchando los cachetes, pero eso no fue algo que le importó de sobremanera)
Y dejándolo de nuevo en el moisés, con el peluche (aburrido, según la opinión de Mokuba) y una ligera caricia en los suaves y espesos cabellos del pequeño, entro de nuevo a la reunión, sin dar explicaciones y recibiendo más miradas envenenadas.
º-º-º-º-º-º-º-º-º-º
Por fin las cosas iban acelerando. En la última hora habían logrado avanzar bastante y calculaba que en un par de horas más (con mucha suerte) terminarían.
Lástima que tuviera que romper el ritmo, pero tenía que alimentar a Mokuba. Además, si sequía aguantando a esos imbéciles por más tiempo sin descansar iba a reventarle la cabeza por el dolor. Así que volvió a entrar en su despacho sin dar explicaciones.
En cuanto entró vio como Mokuba se metía en la boca el peluche del dragón blanco de ojos azules, mordisqueándolo como si de él pudiera sacar algo de comida. (XP ¡puaj!. ¡Sabe a pelusa!)
Sacó de la bolsa uno de los biberones, comprobando que el termo había hecho su trabajo y la leche seguía en una temperatura adecuada. Cogió a Mokuba en brazos, que parecía la mar de contento de verle, no sabía exactamente si era por él o por la comida (aunque probablemente por ambos) y se dispuso a darle el biberón.
Y en el mismo ínstate que su hermanito iba a recibir la comida, se quedo estático, porque un pensamiento le cruzó la mente. Iba a darle un biberón a un bebé, él, Seto Kaiba. ¿Existía algo más ridículo?. Y, por primera vez que recordara, un ligero tinte rojo tiño sus mejillas.
.-Guuu (óOò Nii-sama, tengo hambre)- El gorgojeo le saco de su ensimismamiento, pero no por ello dejo de sentirse avergonzado.
¿Quién se hubiera solamente imaginado que el gran Seto Kaiba diera un biberón alguna vez en su vida?. Era… inimaginable. Pero debía darle de comer a su hermano (aunque prefería el otro método, es decir, el de trabajar para conseguirle el alimento y todo lo demás).
Ignorando sus pensamientos decidió empezar de una santa vez. El chibi lo agradeció, puesto que empezó a tragar de forma veroz (daba hasta miedo, no fuera a ser que se atragantará) y en pocos minutos ya había acabado. Kaiba lo levanto por su hombro y le golpeó suavemente la espalda. Cuando escucho el ruido deseado lo bajo, quizás un poco mas rápido de lo que debiera. En cuanto se dio cuenta miro ligeramente preocupado a su hermano, temiendo que se hubiera asustado.
Pero Mokuba sonreía… ¿divertido?
Seto volvió a alzara su hermano, un poco por arriba de su cabeza y se sorprendió de escucharlo reír. Y un ligero sentimiento de orgullo le lleno el pecho. Era un amargado frío y calculador, pero había hecho reír a su pequeño hermano.
Era cierto que Mokuba reía antes estando con él, pero era por sus comentarios sarcásticos hacia el mundo en general, que su hermano veía con un lado divertido. Esto era diferente. Hacía años que no hacía reír a Mokuba por un juego (o algo parecido)
Sonrió muy ligeramente, volviendo a levantar a Mokuba. Haciéndole reír. Cada vez un poco más alto, un poco más rápido… No le importaba que le estuvieran esperando. Podía quedarse así un rato más…
.-¡Guii! (nOn ¡Que divertido!. ¡Más alto, más alto!... Ougg O-O … perdón)
Seto se quedo estático la ver la gran mancha en su camisa. Mokuba había vomitado. LE había vomitado encima.
En ese momento comprendió la insistencia de la anciana cocinera por la muda limpia para él.
Dejando al pequeño otra vez en el moisés Kaiba se dirigió al cuarto de baño anexado a su despacho y se lavó, murmurando pestes y maldiciones sobre luciérnagas y deseos y su propia tontería. Tiró la camisa machada por el mismo conducto por el que tiró el pañal (era una mancha no muy grande y podían limpiarla en una tintorería, pero vamos, tenia cientos de camisas iguales para preocuparse por eso)
Cuando salió para coger la otra que tenía en la bolsa, desnudo de cintura para arriba, (N/A: Ok, no babeen sobre los teclados) escuchó un ruido en la puerta.
.-Sr. Kaiba. Demandamos que salga inmediatamente- Dijo uno de los empresarios reunidos- Nos parece de total descortesía y desconsideración su ausencia repetitiva en la sala.
.-Cállese y siéntese- Ordenó de forma fría, peligrosa y enojada. Libero todo su malhumor por el pequeño incidente en su voz, quedándose bastante más sereno segundos después.
Cabe mencionar que el hombre le hizo caso y ya nadie se atrevió a cuestionar nada más por el momento. Se notaba a leguas hasta para unos lerdos como ellos que el CEO estaba de un humor peligroso.
Kaiba empezó a ponerse la camisa velozmente y se dirigió a la puerta cuando un ruidito suave lo detuvo.
.-¿Duu? (T-T ¿Estas enfadado?)
Seto no comprendió el barboteo, pero pudo apreciar los ojos grandes de su otouto mirándole con pena y comprendió que el pequeño había notado el enfado en su voz cuando habló con el hombre. Se acercó y le beso fugazmente la cabeza. El pequeño sonrió.
Y, por tercera vez (pero no última), volvió a la sala de juntas.
º-º-º-º-º-º-º-º-º-º
Si fuera una persona normal estaría llorando de alegría porqué por fin habían llegado al final, a la maldita y puñetera firma de las partes implicadas.
Pero claro, era Seto Kaiba, por lo que lo único que hizo fue fruncir las cejas.
Cuando todos los directivos se levantaron, pluma en mano, un ruido interrumpió el acto, aunque solo lo escuchara el CEO. Mokuba estaba llorando.
Y sintiendo que era demasiado bonito para ser verdad, Seto se levantó, pidió (bueno, ordenó) que lo esperara y entró de nuevo al despacho.
.-¡Buuu buuu! (¡Seto, vuelvo a estar mojado!. –o- si ya te digo yo que esa cosa que me pones no sirve para nada, pero no me haces caso U-U)
Kaiba notó enseguida de que se trataba. "Otro pañal no, por favor"- Pensó, aun sabiendo que era así. Iba a empezar a odiar los pañales (otra cosa a su larga lista donde una luciérnaga radioactiva iba tomando puntos para ponerse entre los primeros lugares)
Bueno, lo primero es lo primero. Total, ya debería salirle bien¿no?. Con todas las veces que lo había intentando… Hombre que no conoce la sagrada Ley de Murphy; si algo puede salir mal, saldrá mal.
Así que armándose de toda su paciencia (que le quedaba francamente poca) se dispuso a llevar otra lucha con su adorado y en ese instante luchador otouto que le dejaría cansado, con el pelo revuelto (encantadora la manía de cogerle el cabello la del bebé) y con dolor de cabeza y oídos por las quejas del chibi.
Seto levantó a Mokuba para comprobar que esta vez NO se caía al suelo y pudo estar satisfecho. Obviamente el pañal parecía pasado por una batidora, pero no se había caído. Era un logro.
Que duró muy poco ya que las cintas autoadhesivas se despegaron. No se debe cantar victoria tan pronto.
.-Guu (Emm… nii-sama, mejor quítate… n.nUUUUUUUUUU demasiado tarde)
.-…
.-… (n.nUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU)
.-¡…!
.-… (n.nUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU)
.-Mo… Mokuba- Tartamudeó el CEO, que tenía la mirada perdida en su camisa y en sus pantalones- Me odias¿verdad?
.-¿Guuu? (Ô-ò ¿Eing?... Si lo siento mucho n.nUUU)
Pero Seto decidió dejar de pensar tonterías y poniendo otro pañal (esta vez Mokuba no se resistió… cargo de conciencia, seguramente) se dispuso a asearse él, quitándose los pantalones y la camisa húmedos (N/A: No pienso escribir que fue lo que sucedió, es superior a mis fuerzas ¬¬U saquen sus conclusiones) y tirándolos también, para luego lavarse y ponerse la segunda muda limpia.
Con el dolor de cabeza más grande de toda su vida salió por fin, dispuesto a terminar aunque tuviera que patear a alguien para que firmara el contrato e irse a su casa. Jamás había tenido una reunión tan pesada, y aun quedaba bastante de la tarde.
Los empresarios no se molestaron esta vez en mirarle de forma acusadora, puesto que en los ojos del frío Kaiba brillaba un reflejo de locura muy poco característico en él, pero que definitivamente no auguraba nada bueno.
N de la A: Realmente odio este cap. Lo he mirado como unas cien mil veces y cada vez lo odio más. Simplemente es aburrido. Si lo he subido es solo porque no se me ocurre nada, porque ya me estaba atrasando mucho y por que he decidido subir todo lo que tengo terminado de mis series porque dudo publicar algo en bastante tiempo.
Así es, por motivos personales no me encuentro con ánimo de escribir. Además, dentro de poco entrare en la Universidad, lo que me quitará más tiempo. Aunque esa no es la razón. Simplemente no puedo. Así que de esta forma los compenso por el tiempo que este sin escribir y no se quedan con mucha intriga.
Hasta que me sienta con ánimos de nuevo, supongo. Y con inspiración también. Mil gracias por los reviews, lastima que la pagina tenga una nueva norma que no permite contestarlos. Y perdonen mis incongruencias.
