Solamente los personajes que no aparecen en la serie me pertenecen, el resto los estoy usando sin permiso porque, ¿de verdad alguien sabe como pedírselo a su creador?
Este capítulo enterito va dedicado a SKY7, porque estuvo animándome y esperó pacientemente la actualización. ¡Aquí esta el nuevo cap!, un par de días mas tarde de lo que te dije, lo siento. ¡Espero que te guste!.
Capítulo 3: Recuerdos, cartas y llamadas.
Kai abrió los ojos cuando un ligero rayo de sol se coló por la rendija que dejaban sus cortinas.
Giró la cabeza para encontrarse con un par de aguamarinas mirándole directamente.
-¿Ya estas despierta?
Ella sonrió, asintió y le acarició la frente, apartando unos mechones de cabello gris azulado.
-Buenos días- Murmuró. Se levanto de la cama y se desperezo ligeramente- Voy a vestirme. Falta media hora para que sirvan el desayuno. –Estaba apunto de salir por la puerta cuando Kai la llamó.
-Kizumi, yo… yo he…
-No te has movido en toda la noche- Contesto ella como si le hubiese leído el pensamiento.- Al menos, yo no me he dado cuenta. Y tengo el sueño bastante ligero. Te espero en el comedor.
Kai observó a la delgada figura en camisón salir de su habitación. Cerró los ojos por un instante. Enseguida se levanto, se dirigió al baño continuo a su cuarto y se dio una ducha rápida, que relajo su cuerpo.
En menos de diez minutos ya estaba en el comedor. Kizumi aun no había bajado. Suponía que él había sido más rápido que ella.
La enorme sala que era el comedor se encontraba casi en penumbras. Abrió una de las cortinas, dejando que la pálida luz entrara. Uno de los sirvientes, mandados por la Sra. Matsuo, le avisó de que el desayuno sería servido enseguida.
Mientras esperaba, se entretuvo mirando los cuadros de las paredes. Se los conocía de memoria. La mayoría eran retratos de su familia. Algunos eran paisajes u obras de pintores famosos que había conseguido hacia poco para sustituir por los retratos de su abuelo (que los había echado al fuego).
Aunque intentó evitarlo, dirigió su vista a un cuadro de considerables proporciones. Retratados en él se encontraban un hombre, de cabellos negros azulados y ojos cafés y una mujer de cabellos claros y ojos parecidos a rubí. Sus padres.
Se acordó del sueño. Hasta le pareció llegar a su nariz el olor que arrastraba la lluvia consigo, mezclado con el de la sangre.
-Kai- Escucho a su espalda. La voz de Kizumi lo había sacado de su ensimismamiento.
En ese momento trajeron el desayuno y comieron en relativa tranquilidad.
-¿No se te hará tarde para ir al instituto?
-Entro a las ocho.
-Son menos veinte. Y creo que esta en la otra punta.
Kai miró su reloj asombrado. Tenía razón, llegaría tarde. Dejando el desayuno por la mitad (tampoco es que tuviera mucha hambre) se despidió de la chica y salió lo mas deprisa que pudo rumbo al instituto.
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La campana del almuerzo sonó a las doce en punto. Kai salió de la clase y se dirigió rumbo a la terraza del colegio. Allí nunca subía nadie y quería estar solo, como de costumbre.
Aunque parecía que sus deseos no iban a cumplirse, puesto que después de que transcurrieran cinco minutos aparecieron Tyson y Kenny por la puerta. ¿No le podían dejar tranquilo nunca?.
-Vaya, por fin te encontramos- Dijo Tyson
-¿Qué queréis?- Preguntó hosco.
-Veras, cuando hablamos por MSN con Ray ayer por la tarde se mostró bastante triste por que quería que le acompañáramos todos al cine. Así que venimos a intentar…
-…inútilmente- Interrumpió Dizzy a Kenny.
-… convencerte para que cambies de opinión- Terminó el más pequeño de los muchachos.
-No- Contestó el chico bicolor.
-Oh, vamos amargado. Será una reposición de "El cuervo", una película muy oscura, muy triste… ideal para ti. Seguro que te gusta.
-No, Tyson.
-Jo, Kai. ¿Qué trabajo te cuesta?
-Soportaros. ¿Te parece poco?
-Antipático. Otras veces has ido con nosotros al cine.
-Y sigo buscando que fue lo que me metisteis en la comida para que aceptara.
-Yo ya dije que esto sería una perdida de tiempo.- Se escuchó la voz de Dizzy.
-Hacedle caso al cacharro- Dijo Kai mientras se iba.
-¡Ah, esta mas insoportable que de costumbre!. Espero que se le pase la racha de amargado antipático y cabrón para que vuelva a ser el amargado antipático de siempre.
-¡¡Te he oído, Tyson!!- Se escucho la voz de Kai a través de la puerta.
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La mansión Hiwatari siempre le había gustado. Ese estilo gótico y oscuro le hacía sentir que se adentraba en parajes de otros mundos que tanto había visto en los cuadros de sus pintores favoritos.
Tenía que andar durante dos horas y subir y bajar escaleras durante una. Ejercicios diarios, increíblemente aburridos y pesados, que le había impuesto el médico. Así que, para hacerlos mas soportables, que mejor forma que recorrer la preciosa (para ella) casa de Kai.
Kizumi ya había recorrido la primera planta, donde se encontraba el comedor, el salón y la enorme cocina. En la segunda planta estaba el dormitorio de Kai y el suyo. Dos cuartos de baño y varias salitas que eran utilizadas para recibir a las visitas. En la tercera había habitaciones para los invitados, más cuartos de baño, la biblioteca y el despacho. En la cuarta planta, su favorita, estaban varias habitaciones para los sirviente a un lado; y la gigantesca terraza cubierta por cristales, llena de plantas de invernadero, que hizo construir la madre de Kai, al otro lado. Y por supuesto el ático, donde se guardaban los trastos viejos y, según decían los criados, algunas noches se oían ruidos extraños.
Caminado por el pasillo que daba sus habitaciones, empezó a recordar la primera vez que vino a la mansión… el día que conoció a Kai…
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Ese día la Sra. Matuso, su niñera, la había despertado temprano y le había hecho ponerse el mejor traje que tenía. Cuando le pregunto porqué, ella le respondió que hoy iba a conocer a alguien muy importante. La Sra. Matsuo parecía preocupada, pero Kizumi no podía saber la razón. Apenas tenía cuatro años y medio.
Le dio un beso a su pequeña hermana y salió en el coche favorito de su padre, aunque esa vez conducía el chofer. Llegaron a la mansión. Sus padres fueron a hablar con el Sr. Hiwatari y a ella la dejaron en el salón. No entendía para que la habían hecho venir si no le iban ha hacer caso.
Por supuesto, sus padres no se habían molestado en explicarle que en ese mismo momento estaban decidiendo sobre su futuro, comprometiéndola en matrimonio con el heredero y nieto de Voltaire. Para ellos solo era un negoció mas que les atribuiría a ambas partes considerables beneficios.
Cuando paso más de tres horas ahí sentada empezó a impacientarse. Desde que nació la educaron para que supiera comportarse y esperara siempre en el lugar asignado a que le dieran alguna explicación. Pero ya estaba muy aburrida y no pasaría nada si daba un pequeño paseito.
Miro todo los rincones de la primera planta y cuando, al final, se encontró con la gigantesca escalera no pudo resistirse a subirla. Generalmente la Sra. Matsuo no le dejaba ir por las escaleras sola. Pero la Sra. Matsuo no estaba ahí.
Como era una escalera muy grande tardo bastante en subirla. Además, iba con mucho cuidado para que nadie la viera. Entonces vio salir a una mujer entera vestida de blanco de una habitación. Como iba cargada con varias cosas en los brazos, no pudo cerrar bien la puerta.
Kizumi esperó a que desapareciera por el pasillo y, con mucho cuidado, asomó su cabecita por la rendija de la puerta. Era una habitación enorme, con ventanas que llegaban del suelo al techo y que cubrían toda la pared de enfrente. Seguro que la habitación sería muy luminosa si abrieran todas esas cortinas rojas, pero solo estaba una entreabierta.
Había un armario empotrado, un escritor en una esquina y un baúl a los pies de una gigantesca cama.
Y en la cama había un niño de su misma edad. Kizumi apenas podía verlo entre tantas sabanas y almohadas de plumas. Estaba en el centro del lecho, y parecía dormido, porque no se movía ni un ápice. Ni siquiera parecía que respirara.
Se acercó lentamente hasta situarse a su lado. El niño tenía los ojos abiertos, eso quería decir que estaba despierto. Y a lo mejor quería jugar con ella.
-Hola.- Saludó- Yo soy Kizumi Mitsukake. ¿Cómo te llamas?
No obtuvo respuesta.
Ella le miró curiosa. Parecía que no la había oído. Se quito los zapatos y gateó en la cama hasta situarse a menos de medio metro de él.
Ahora que lo veía más de cerca pudo notar que los ojos del niño no tenían ningún brillo. Miraba hacía la nada y parecía que no veía lo que estaba a su alrededor. Como si no estuviera ahí realmente. Se acercó aun más. Su expresión era tan triste. Algo dentro de ella se estrujó y acarició la cabeza del niño.
-No estas bien, ¿verdad?- Susurró –Creó que no puedes oírme. Que estas en un sitio muy lejano, donde nadie puede entrar.
Silencio. El niño no había tenido ninguna reacción ante sus palabras. ¿Qué sería lo que le pasaría?. Los ojos rojizos ni siquiera parpadeaban. Parecía un muñeco hueco por dentro.
Entonces la puerta se abrió de golpe. Kizumi se asustó al ver a su padre y al Sr. Voltaire en el umbral, mirándola con enojo. Pocos segundos después, apareció la mujer vestida de blanco, bastante exaltada.
-Kizumi, ven acá- Ordeno su padre y ella obedeció de inmediato.
-Había dado orden de que no dejara entrar a esta habitación a nadie mas que a mí- Dijo el Sr. Hiwatari dirigiéndose a la enfermera.
-Lo siento, señor. Solo me he despistado un momento.- Balbuceó.
-Espero que no se repita.
-Si, señor, por supuesto.
-Padre- Murmuró la niña en voz baja -¿Quién es el niño?
-Kai Hiwatari. Tu prometido.
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Así de simple había sucedido todo. Cuando regresó a su casa le pregunto a su querida niñera que era un "prometido" y ella le explicó que era la persona que sería su marido cuando creciera. También le explicó que el pequeño estaba mal desde que sus padres murieron en un terrible accidente.
Kizumi salió de su ensueño cuando se dio cuenta de que había llegado a la escalerilla que conducía al ático. Decidió bajar al salón de nuevo. Ya había hecho todo el ejercicio que tenía que hacer por un día y Kai estaría apunto de llegar.
Pasó por su cuarto a recoger su cuaderno de dibujo y cuando salía de él se cayó al suelo. No sabía muy bien que era lo que había pasado. Su pierna izquierda falló. Algunas veces pasaba cuando la forzaba demasiado. No podía moverla durante un rato.
Intentó ponerse de pie, pero no pudo. ¡Agh, odiaba cuando sucedían estas cosas!. Estaba acostumbrada, pero era denigrante y patético.
Escucho pisadas por las escaleras. Pensó que sería algún criado y que podría echarle una mano. Pero quien subía por las escaleras era Kai. Había subido para cambiarse y dejar la mochila en su cuarto.
El muchacho se sorprendió la ver a la chica tirada en el suelo. Tirando la maleta, corrió hacia ella y se arrodillo para quedar a su nivel.
-Kizumi, ¿qué ha pasado?- Pregunto con leve toque de preocupación en su voz.
-Nada. Me he caído.- Contesto ella respondiendo a lo obvio.
-¿Pero como?.
Ella sonrió tristemente y miro su pierna. Kai lo comprendió de inmediato. Pasó un brazo por debajo de sus muslos y el otro rodeándole la cintura, y la levanto con mucho cuidado.
-Kai, puedo caminar- Dijo ella, dando a entender que quería que la bajara.
-Si, claro.- Dijo él, dando a entender que no le importaba el dato.
Kizumi suspiró y paso sus manos por detrás del cuello de Kai, aun sosteniendo el cuaderno de dibujo.
Kai bajo a la chica al salón y la deposito con mucho cuidado en él sofá. En ese momento la Sra. Matsuo entró por la puerta.
-Linda, ha llegado una carta urgente para ti.-Le entrego el sobre y se fue.
Kai se sorprendió, pues nadie sabía que su prometida estaba en su casa. Kizumi abrió la carta leyó su contenido en voz alta:
¡¡Neechan!!. ¡¡¿Se puede saber que haces?.
Llamé al internado y me dijeron que te habías ido.¡¿Por qué no me lo dijiste?!. Sabes de sobra que no me gusta que desaparezcas del mapa así como así.
Y, si estas leyendo esta carta, mi suposición ha sido correcta y has ido a casa de "ese"
-¿Llevas menos de dos días en mi casa y ya ha llegado la carta desde Berlín?-Preguntó Kai algo molesto.
-Ella creería que vine aquí directamente. No sabe que me desvié a Viena una semana para ver a Akira.
-¡¡¿A Akira?!!- Dijo Kai con furia mal contenida. ¡¿Por qué había ido ella a visitar al imbécil de Akira?!
-¿Se me olvidó decírtelo?
-S
-Bueno, luego te lo cuento.-Contestó ella, ligeramente nerviosa.
Ya hablaremos cuando nos veamos. Cuídate mucho, dale un beso a la Sra.Matsuo de mi parte y escríbeme enseguida:
Noriko
PD: Vigila al amargado que tienes por prometido. No me fió de él ni un pelo.
-Puedo saber por que fuiste a ver a Akira- Preguntó en cuanto terminó de leer.
-Oh, para nada importante. Akira me había ayudado con los trámites para dejar el internado y quería que cuando lo hiciera pasara a visitarle. No podía negarme.
-Si podías
-No soy una maleducada, Kai.
Kai no quedo muy satisfecho con la respuesta. Su primo Akira era uno de sus parientes más odiados. Y el sentimiento era mutuo. Aborrecía que Kai fuera el heredero directo de los Hiwatari y quería quitarle todo lo que tenía, desde la mansión hasta su prometida. Y tampoco ayudaba mucho el hecho de que se volvía loco ante cualquier cosa con faldas y que encontraba a la chica de pelo celeste muy guapa.
-Vaya, querida. Hoy estas muy solicitada.- La Sra. Matsuo había vuelto a entrar en el cuarto, esta vez con el teléfono en la mano.
-¿Quién es?- Preguntó mientras lo cogía.
-El Señorito Akira –Contestó antes de irse de nuevo.
A Kizumi se le resbalo una gota de sudor mientras Kai fruncía más el ceño y se cruzaba de brazos, muy molesto.
-Konichi wa
-Konichi wa, Kizumi. ¿Cómo estas?- Se escuchó la voz por el auricular, fuerte y clara.
-Bien, gracias. ¿Querías algo, Akira?- A la chica no le gustaba ser tan descortés, pero se encontraba en una situación bastante incomoda. Sabía que Kai detestaba a su primo, aunque no entendía la razón.
-Vaya, pareces que lees mi mente. Veras, ¿sabes que en el cine de la ciudad esta dando una reposición de "El cuervo"?. Creo que es una de tus favoritas. ¿Yerro?.
-No, para nada. Gracias por la información.
-Espera un poco, querida- Kai gruñó ante el calificativo -¿Qué te parece si vamos juntos este domingo?.
Kizumi no tuvo tiempo de contestar, puesto que Kai le arrebató el teléfono.
-Me parece que sería muy difícil ver una película juntos si tú estas en Viena.
-Primito- La voz pegajosa del chico molesto los oídos de Kai- No es de buena educación meterse en conversaciones ajenas. Y estás totalmente equivocado. Volví de Austria ayer.
-¿Porqué será que no me extraña?
-Quizás por que esa belleza que tienes como prometida se está hospedando en la casa y me conoces lo suficiente para saber que no me quedaría de brazos cruzados.- Susurró.
Kai apretó con fuerza el auricular antes de volver hablar.
-Siento desilusionarte- Dijo con gran sarcasmo en la voz –Pero Kizumi no podrá acompañarte al cine este domingo. Ya iba a ir conmigo. Adiós- Y colgó antes de que el atónito Akira pudiera decir nada más.
Y entonces se dio cuenta de lo que había dicho. Se giro, lentamente. Su cara seguía con esa expresión tan indiferente. Kizumi lo miró curiosa.
-Así que... ¿vamos a ir al cine mañana?
-Sí- Contestó de lo mas tranquilo.
N de la A: Em… ¿necesito parapetarme detrás de una mesa?. U-U se que el capítulo esta para matarme y que he tardado horrores en actualizar. Tiene todo el derecho a lincharme, pero me apetece seguir viviendo n-n
Si alguien se pregunta "¿Por qué el cuervo, una película tan antigua?", es que la adoró. Es la película de acción que más me gusta. Y la actuación de Brandon Lee es magnifica. Me encanta la escena en la que empieza a recordar el pasado y a revivirlo… Bueno, me calló por si alguien no ha visto la peli :P
¡Bueno, ya ahora a contestar los reviews!. ¡¡No creía que esta historia iba a gustar a tanta gente!!. Muchas gracias a todos, me animan a continuarla, ya que le iba perdiendo un poco el interés.
LoGiaRu: nn te pasas, no se si mi historia está tan interesante. Por lo menos, para mi el principio es muy aburrido. Sí, me he pasado con Kai, fue muy traumante. Y eso que aun no lo sabe todo… O.o ¿Por qué dices que eres rara?. A mi no me lo pareces. ¡Siento mucho el retraso, espero que no te hayas puesto muy nerviosa!
hikaru-chan15: ¡Gracias por el halago!. Sí, yo también estoy de acuerdo en que Kai debió de pasarlo muy mal de pequeño. Voltaire no es lo que se dice el abuelo del año ¬¬##. suele tener esos problemas. ¡Gracias por haberte tomado tantas molestias en mandarme el review!. Y no te preocupes, si yo publico lago es porque estoy segura de terminarlo, así que continuaré esta historia.
SKY7: Siento haber tardado, se lo difícil que es para ti esperar y que no soportas la incertidumbre. ¡Espero que te guste el cap y muchas gracias por el review!
cidmil jercoy: ¡Gracias por escribir!. Me sorprende que te encante mi fic, pero no que te encante Kai (¿a quien no puede gustarle Kai?). A ver si esto satisface un poco tu curiosidad.
Tamy: Me alegro de que te esté gustando. Sobre el largo de los caps, es que me sale solo. Yo tengo planeado más o menos lo que tiene que ir en cada cap, y no me fijo en el número de páginas que sale. Pero generalmente cada vez que voy avanzando la historia, me suelen salir más largos.
Alucard: O.o ¿Te llamo al atención?. ¿Cómo, si el summary da asco? (intento buscarle uno mejor, pero no encuentro nada U-U). ¡Me alegro de que te parezca buena y gracias por escribir!
Sandra: Ok, aquí está la actualización. Siento haber tardado n-n. ¡Muchas gracias por el review!
