Disclaimer Nada me pertenece, excepto los personajes que no salgan en "Beyblade".
Capítulo 5: Cicatrices.
No se movieron durante varios minutos.
.-¿Dónde está?- Preguntó la chica rechinando los dientes. Kai no se molesto en responder. Ella se enfado y sacó un palo blanco del bolsillo de su abrigo, que desplegó hasta que alcanzó más de un metro de largo, e intento golpearle la cabeza con él, Pero Kai la evitó sin dificultad y sin apenas moverse.
.-Hum... igual que siempre.- Murmuró con desgana.
Varios pasos se acercaron a su dirección. Los cuatro invitados y Kizumi aparecieron y observaron la escena extrañados por un instante.
.-¿Noriko-chan?- Balbuceó incrédula.
.-¡Neechan!- Gritó girándose hacia donde había venido la voz y dirigiéndose allí a toda velocidad, tirándose a los brazos de la mayor.- ¡Te había echado de menos!
.-Y yo, imouto. Dime¿cómo es que te has ido del conservatorio? Me parece raro que padre firmara la autorización para que salieras.
.-Me he escapado.- Contestó con una sonrisa. Su hermana la miró sorprendida.- Akira me ayudo.
.-Oh, que considerado- Dijo Kai irónicamente, cruzando los brazos.
.-Sí, es un Hiwatari soportable, para variar- Respondió la niña con una expresión de enojo.
-Noriko- Reprochó Kizumi de forma pacífica.- ¡Oh, perdonad!- Dijo mirando a los Blade Breakers, que se encontraban aislados de la conversación- Olvidaba las presentaciones. Noriko, tenemos cuatro invitados, amigos de Kai. Ella es mi hermana.
.-Pfft, no me hagas reír. Hiwatari no tiene amigos.
.-Noriko
.-Sí, sí.- Masculló entornando sus opacos ojos -Me llamo Noriko Mitsukake.
.-Mucho gusto. Yo soy Kenny- Dijo el chico, no sabiendo muy bien que hacer- Ellos son Max, Tyson y Ray.
.-Mucho gusto- Repitieron a la vez los otros tres. La chica frunció el ceño.
.-Les importaría a Max, Tyson y Ray hablar por separado y decir cada uno sus nombres, por favor.
.-¿Cómo?- Preguntaron sin entender.
-.Es ciega- Contestó Kai de forma indiferente. Noriko se giro un momento con expresión de odio antes de volverse en dirección de los otros chicos.
.-Pero si antes se ha lanzado sobre su hermana- Razonó Tyson.
.-Me guió por los sonidos.- Respondió impaciente. -Vais a decirme vuestros nombres o me quedo esperando.
.-Hum, que impaciente. Yo soy Tyson.
.-Yo soy Max.
.-Y yo Ray.
En ese momento apareció la Sra. Matsuo, que se sorprendió gratamente al observar a la que antes también fue su protegida. La saludó contenta y se encargó de llevar las maletas de la chica a algún cuarto, con el asentimiento de cabeza que le dio Kai.
.-Deberíamos pasar al salón- Dijo Kizumi después de un momento de silencio.
.-¡Sí! Tengo tantas cosas que contarte. Aunque no me gusta estar en la misma habitación que ese.
.-...- Kai frunció el ceño. Kizumi suspiró resignada.
.-Me parece que tu cuñada no te quiere demasiado- Comentó burlón Tyson mientras volvían a tomar asiento después de ir a la mencionada sala.
.-Prefiero cortarme la lengua antes de denominar a esa pesadilla con coletas "cuñada"
.-Tú no eres mi cuñado, Hiwatari, porqué no vas a casarte con mi neechan.
.-Humpf. Palabras de una niña malcriada a no tener en cuenta.
.-Como si las de un amargado sirvieran para algo.
El resto del grupo se había separado ligeramente del par, ignorándolos un poco.
.-¿No vas a intentar detenerlos?- Le preguntó Kenny a la chica de pelo claro.
.-No, esto es normal- Respondió con una sonrisa cansada.
.-Pero es raro ver a Kai decir tantas palabras juntas, aunque sea en una discusión- Comentó Tyson, experto en peleas con Kai.
-.Eso es porque ellos se pelean desde hace años.
.-¿Y cuanto tiempo piensas quedarte?- Preguntó Kai de forma cortante.
.-Hasta que mi neechan se vaya.
.-Imouto, deberías de pedirle permiso al dueño de la casa.
.-Como si fuera a hacer caso a lo que me diga- Refunfuñó.
.-Yo no pienso tenerte aquí más tiempo del necesario- Exclamó Kai.
.-Pfft.
.-Jamás pensé que estar en casa de Kai fuera tan entretenido- Le susurró Tyson a Max, que solo sonrió.
Uno de los sirvientes anunció que la cena estaba servida, así que se dirigieron al comedor.
.-Um, Kizumi. Me he dado cuenta de que estas cojeando- Observo Tyson- ¿Te has torcido el tobillo?
Kai le lanzo una mirada furiosa y pisó con todas su fuerzas el pie del peliazul. Kizumi miró de refilón a su hermana, antes de disponerse a hablar.
.-Hace tiempo tuvimos un accidente de coche. – Respondió tranquila.
.-Neechan se daño la pierna y yo me quede ciega.- Dijo indiferente la menor.
.-Ah... lo siento...- Se disculpo el chico bastante tocado, mientras sus compañeros los miraron con un poco de reproche.
.-No pasa nada
.-Eso fue hace mucho. Es algo irrelevante.
El resto de la cena pasó rápida, charlando (excepto Kai, que para lo único que abría la boca era para comer, para insultar a Tyson y para discutir con la pelinaranja). Al cabo de un rato, los Blade Breakers se despidieron y se fueron a sus casas. Ese día habían sabido un poco más de la vida de su capitán, aunque dudaban que se volviera a repetir.
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Kizumi cepillaba el pelo de su hermana, que estaba sentada en el tocador. La chica había insistido en quedarse esa noche con ella.
No habían tenido tiempo para hablar con eso de las visitas. La abrazó por la espalda y sonrió. Hacía más de cinco años que no la veía, aunque se escribieran a diario.
.-Estás muy guapa- Le dijo mientras volvía a cepillar su cabello.
.-Tú has crecido un poco. Lo note cuando te abrace. Y aunque tu pecho no ha crecido mucho sigue siendo una buena almohada.- Kizumi rió ante el comentario. Pero luego se puso sería
.-Imouto¿sabes algo de nuestros padres?
La niña también se puso seria.
.-No. No se comunicaron conmigo cuando estaba en Berlín y supongo que contigo tampoco todo el tiempo que estuviste en Suiza. Pero seguramente estarán haciendo lo de siempre; papá fastidiando la vida de alguien y mamá poniéndose ciega de alcohol en algún lugar o en la casa.
.-A veces pienso que sienten remordimientos cuando nos ven. Por eso ya ni nos mandaban cartas a los internados.
.-A mí nunca me han mandado cartas.
.-Eso fue porqué tú entraste al conservatorio después del accidente. Antes de eso yo también estaba internada y me escribían una vez al mes. Aunque era lo típico, que debía ser una estudiante modelo para encajar en la respetuosa familia Hiwatari.
.-El cálido mensaje familiar- Expresó irónica haciendo una mueca. –Bueno, dejemos el tema
.-Si, será lo mejor. Dime¿Cómo has estado en el conservatorio?
.-Muy bien. Por fuera parece una autentica cárcel, pero la verdad es que no nos tratan nada mal. Aunque son muy estrictos con eso de las prácticas.- Dijo mientras enseñaba las yemas de su mano izquierda, donde podrían apreciarse algunas líneas rojas muy finas.
.-Me alegro que el ojo de nuestro padre se equivocara al elegir tu centro, para variar.
.-¿Lo has pasado muy mal en el internado?- Preguntó acongojada.
.-Bueno, no es que me divirtiera allí, pero ha sido como siempre, pesado y aburrido. Ya estoy acostumbrada.
Kizumi empezó a hacer dos trenzas a su hermana, quedándose en silenció durante un tiempo.
.-Imouto, sabes que me gusta haberte visto. Pero cuando papá se entere de que te has escapado te volverá a mandar de cabeza a Berlín.
.-Lo sé, lo sé- Respondió desentendida –Pero no me encontrará durante un tiempo. Mientras tanto disfrutare estando contigo… y fastidiando todo lo que pueda a Hiwatari.
.-Noriko…
Ambas chicas se acostaron en la cama y estuvieron hablando durante un par de horas, hasta que la menor cayó rendida puesto que su viaje había sido bastante largo.
Kizumi se levantó poco después y se dirigió al salón. Afuera empezaba a llover con fuerza. La chimenea estaba encendida. Se sentó cerca del fuego mientras miraba absorta las llamas. No podía dormir y su mente divagaba en lejanos recuerdos.
Era una noche como esa cuando sucedió. Llovía a mares y la carretera estaba enfangada. Recordaba con claridad todos los sonidos, tanto fuera como dentro del coche.
El llanto de Noriko se ahogaba en su pecho, empapando la tela de su vestido. Lloraba de forma descontrolada, atragantándose y tosiendo. Intentaba consolarla inútilmente, puesto que las palabras de su progenitor habían sido muy duras para la pequeña. Solo tenía diez años.
Su hermana nació con un hermoso talento. Tocaba le violín de una forma excepcional. Había tenido muchos maestros y a todos los había superado. Por eso, cuando fueron a esa fiesta de negocios a Suiza, dándole a ella permiso para abandonar el internado un par de días, su padre no tuvo mejor idea que la de que su hija más pequeña diera una pequeña representación, de improviso.
Noriko se encontró en pocos minutos enfrente de decenas de personas que la miraban con curiosidad y cierto aire de superioridad. Kizumi se dio cuenta enseguida de que la niña estaba paralizada y tuvo que ir ella a sacarla de allí, disculpándose y arrastrándola hasta el baño para que se refrescara. Hubiera sido mejor que fuera su madre, pero como siempre estaba perdida en una botella, esa noche de ginebra.
En cuanto se montaron en el mercedes, su padre empezó a gritar lo mal que había quedado ante todos. En su furia conducía cada vez más deprisa. Su madre miraba la escena aburrida, quejándose del ruido mientras que Kizumi apretaba a su hermana en su regazo en el asiento trasero.
El restó pasó muy rápido, en uno de los muchos descuidos que tuvo su padre, ya que no paraba de girar la cabeza para insultar a la niña, se metieron en el carril contrario y un camión salió de una esquina, embistiendo la parte trasera del coche.
Lo siguiente que recordaba fueron tres meses de hospitalización, con pronosticó de daños parciales en la columna, cero por ciento de movilidad en la pierna izquierda y quince por ciento en la derecha. Un traumatismo craneal frontal que tuvo como consecuencia que los globos oculares de su hermana reventaran en el impacto. Cero por ciento de visión en ambos.
Y una brecha de dos puntos y un meñique fracturado para sus padres.
Simple y patético. No podía caminar y su hermana se había quedado ciega. En lo único que pudieron pensar ambas en esos momentos es que no querían estar con los responsables de su estado otra vez, por eso cuando volvieron a Japón después de darles el alta (no podían ir al colegio hasta adaptarse a su nuevo estado) no fueron a su casa.
Kai se enteró de lo sucedido y aprovechando que su abuelo estaba fuera (haciendo Dios sabía que, pero seguro que nada bueno) las instaló en la mansión Hiwatari. La Sra. Matsuo estuvo con ellas, ayudándolas.
Sus padres aceptaron puesto que aun no sabían muy bien que hacer con ellas y no aguantaban su presencia en ese estado, recordatorio de su estupidez.
Kizumi suspiró y recogió sus piernas, abrazándolas. El camisón se deslizó dejando ver una cicatriz que iba desde la rodilla y se perdía de vista por las telas, pero que sabía muy bien que llegaba hasta la cadera.
El mes que estuvo en casa de los Hiwatari, Kai dejo su entrenamiento de beyblade para estar con ella. Y consiguió información para saber si podían ser operadas. Vieron varios médicos y consiguieron encontrar a uno, en América, que prometió dar esperanzas. Cuarenta y cinco por ciento de posibilidades de lograr movilidad completa en la pierna derecha y un treinta y cinco en la izquierda. Tenía un ochenta y cinco por ciento de posibilidades de andar correctamente. Todo fue bastante bien. Solo le quedo una ligera cojera. Era más de lo que se esperaba, teniendo en cuenta de que en el hospital le comunicaron que prácticamente se pasaría el resto de su vida en una silla de ruedas.
No se quejaba por ella. Pero su hermana no tuvo oportunidad. Nada lograría devolverle la vista. Noriko tuvo que adaptarse a hacer una nueva vida en las sombras. Y su carácter cambio. Se hizo más fuerte, ya que no tuvo mas remedio. Y quizás más mala también.
Y aunque Kai había permitido que se quedara con ella ese mes, eso no hizo que se llevaran mejor. Esos dos se detestaban desde que se conocieron.
Después de ese mes ella fue a operarse (sus padres dieron permiso y se encargaron del viaje) y hacer rehabilitación y su hermana fue internada en un conservatorio especial para chicos con algún tipo de invalidez. Sus padre ya habían pensado que hacer con ellas.
Cuando Kizumi se recupero al año y salió de la clínica tuvo que volver a Suiza. Y Kai no pudo ayudar en eso ya que su abuelo volvió y le reprendió severamente por haber dejado en entrenamiento. Temblaba al imaginarse la cicatriz en la espalda que le dejó. Ella estaba presente cuando el puñetazo hizo caer al bicolor de espalda contra esa mesa de cristal, que se rompió en pedazos.
Apretó los puños con fuerza. Era una inútil. No pudo proteger bien a su hermana en el accidente y no pudo ayudar a Kai. Aun se acordaba con que fuerza la sujetó uno de los guardias que contrato su padre para que la "escoltaran" hasta América. El vuelo salía el mismo día que había llegado el Sr. Voltaire y el tipo tenía órdenes estrictas de que la chica lo tomara. La sacó en volandas de la mansión, ni siquiera dejando ver porqué sangraba Kai.
Respiró hondo. Recordar todas esas cosas no le sentaba bien y mucho menos le quitaban el insomnio. Miró hacia la ventana y empezó a contar gotas de agua, intentado dejar su mente en blanco. Quizás con eso lograra dormir.
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Kai despertó sobresaltado. El sudor frío le recorría toda la espalda y pegaba su pijama a su piel. Se llevó la mano a la frente y respiró de forma profunda, intentando que su corazón recobrara un ritmo normal.
Ese maldito sueño otra vez. Todo igual. El mismo ruido, las mismas imágenes…
Pero algo había cambiado. Un pequeño detalle que no había notado hasta ese momento. Secó el sudor de su cara con la manga y se levantó. Salió del cuarto y bajo las escaleras, haciendo caso omiso a los truenos que escuchaba a lo lejos.
.-¿Desvelada?- Preguntó ligeramente sorprendido cuando llego al salón y vio a su prometida sentada en el sofá, con la vista fija en la ventana.
.-Así es. No podía dormir.- Respondió haciéndole una señal para que se sentara a su lado. -¿Tú te has despertado o tampoco podías?
.-Me he despertado.
.-¿Una pesadilla?- Kai asintió. Un relámpago ilumino la estancia por unos minutos, hasta extinguirse y solo quedar la luz de las brasas que ardían.
.-¿Porqué no puedes dormir?
.-¿Porqué estás preocupado?
.-No estoy preocupado.
.-Y yo puedo dormir.- Kai observo la cara tranquila de forma molesta.
.-¿Eso ha sido un sarcasmo?
.-No. No son propios de mí. Ha sido una mentira, igual que la tuya.
Se contuvo de suspirar y solo observó el fuego en silencio. El fuego le recordaba a Dranzer y eso le tranquilizaba. Pero notó la mirada encima de él.
No le importaba contárselo, pero era una tontería. Una preocupación suya. Una muestra de debilidad. ¿Necesitaba contarlo? No estaba seguro. Pero si las sospechas salían de su boca, quizás estuvieran más claras.
.-Ha sido la misma pesadilla que hace unos días- Empezó a hablar, aun mirando al fuego- Pero esta vez he visto algo distinto. Creo que lo he recordado más claramente. Era un detalle muy pequeño.
.-¿Qué era?
.-El coche… el coche que atropelló a mis padres… no tenía matricula.- La chica abrió los ojos sorprendida.
.-No… no tiene que significar nada…- Comentó, pero añadió despacio -… o sí. ¿Tú crees…?
.-No lo sé. Pero hablaré con Roger mañana.- Interrumpió Kai.
.-¿Iras a la empresa?
.-No me apetece, pero sería mejor hablarlo en persona con él.
Kizumi apretó un poco más su agarre alrededor de sus rodillas y apoyó su cabeza en el hombro de Kai.
.-No te preocupes, sabrá que hacer. Tú te fías de él, debe ser por algo.
.-Porqué era el mejor amigo de mi padre. Y porque nunca ha pedido nada ni me ha preocupado. Llamó el mismo día que cumplí los dieciocho para decirme que ya había avisado a los abogados para el traspaso de poderes.
.-¿Le dijiste que esperara?
.-Sí, a finalizar mis estudios. Aun no se muy bien que voy a hacer. Y seguramente mañana aborde el tema.
.-Muy honrado e insistente.
.-Demasiado. ¿Y tú?
.-¿Eh?- Exclamó confusa alzando la cabeza.
.-¿Por qué no puedes dormir?
.-Recordaba sucesos desagradables- Murmuró con una sonrisa triste mientras miraba la cicatriz de su pierna. Kai también lo hizo, siguiendo con la vista toda su longitud.
.-Creo… que es la primera vez que la veo.
.-Yo tampoco he visto la tuya. La de la espalda.
.-¿Te lo dijo la Sra. Matsuo?.- Preguntó. Recordó que cuando ese tipo se llevó Kizumi a la fuerza la anciana seguía en la mansión. Fue ella la que avisó al médico.
.-Sí- Asintió mientras se ponía de rodillas y lo miraba de frente.- ¿Puedo?
Kai lo pensó un minuto antes de darse la vuelta, dándole el permiso. Ella levanto la tela del pijama hasta que divisó una línea rosácea de unos diez centímetros que contrastaba muy poco en la blanca piel. También vio otras marcas, un poco más pequeñas, casi imperceptibles.
.-Esta…- Murmuró deslizando un dedo por la cicatriz más grande -… es por mi culpa. ¿Pero las otras?
.-Entrenamiento en la abadía- Respondió secamente- Y no fue culpa tuya.
.-Sí lo fue- Replicó suavemente, volviendo a acariciar la marca. Kai notó el temblor de la mano en su espalda. Se giró bruscamente y le sujetó la muñeca. No sabía muy bien que hacía, solo notaba que no le gustaba para nada ese temblor. No se dio cuenta de que con su impulso casi había dejado a la chica bajo su cuerpo.
.-No fue culpa tuya- Repitió. Ella sonrió levemente.
Volvió su vista de nuevo a la cicatriz de la pierna. Deslizo la punta de los dedos empezando desde la rodilla, siguiendo el camino marcado en la piel. Paso por debajo de la tela del camisón hasta que llegó a la cadera y repitió el camino a la inversa.
Un trueno resonó con muchísima más fuerza que los anteriores, sacándolos de su ensimismamiento. La tormenta estaba justo encima de sus cabezas.
Kai se dio cuenta de la posición tan poco correcta que había tomado (estaba casi arrodillado entre las piernas de la chica) y se levanto de inmediato. Ella se alzó y se sentó de nuevo. Tenía los ojos muy abiertos, con una expresión de sorpresa. Ambos se dieron las buenas noches y se dirigieron a sus cuartos.
Kai se llevó una mano a su cara cuando cerró la puerta de su habitación. No sabía muy bien porque había actuado tan impulsivamente. Su cabeza aun no funcionaba de forma lógica.
Y notaba un agradable cosquilleo en la punta de sus dedos.
N de la A: Siento mucho el retraso. La verdad, he publicado antes de lo previsto, porque he decidido subir todo lo que tengo terminado de mis series ya que dudo escribir algo en bastante tiempo. Por motivos personales mi ánimo se fue totalmente, así que les subo esto.
Hasta que vuelva a tener inspiración y ganas de escribir. Agradezco sus reviews más que nada, pero hay una nueva norma que no permite contestarlos y la verdad, no me apetece que me borren otro fic de nuevo. Así que muchas gracias de nuevo y disculpen.
