Pues como dije en el capítulo uno, Detective Conan no me pertenece. Y teniendo en cuenta mi escasa economía, creo que jamás lograre comprarlo U-U.

Capítulo 2: La amenaza inexistente.

Su estomago gruñía horrores. Tenía hambre. Muchísima hambre. Lo último que había probado eran dos hogazas de pan. ¡Y de eso hacía casi veinticuatro horas!.

Pero no podía darse el lujo de comer tres veces al día. No, ni hablar. Tenía que ahorrar. Solo podía gastar lo justo para no morir de inanición. Ya faltaba poco para conseguir todo el dinero que necesitaba.

Sentado en el suelo del callejón que daba a la calle principal empezó a hacer cálculos mentales. Tenía 800 monedas de oro. ¡Solo le faltaban 200 y llegaría a las mil!. Repasó mentalmente los números. Doscientas monedas se conseguirían, mas o menos, y con un poco de suerte en… cien atracos. Y al día mas o menos atracaba siete veces… cien entre siete… ¡mas de dos semanas!. Dentro de dos semanas conseguiría todo el dinero. Después de meses de duro trabajo y de pasar hambre, lo lograría.

Por fin la rescataría. Suspiró. Si no hubiera sido tan descuidado, ella no… Pasó su mano por su despeinado cabello en un gesto de impotencia.

Decidió irse ya. Estaba oscureciendo y había quedado en verla esa noche. Se levanto y con mucho sigilo se encamino por las oscuras calles. Camuflándose entre las sombreas como si fuera una mas. No por nada era el mejor ladrón de Zafiro.

ººººººº

Heiji suspiró. Las asambleas del consejo eran taaann aburridas. Sobre todo si los que se reunían eran dos consejos. ¡El doble de ancianos de ideas retrogradas con sus sermones que duraban horas y horas!.

Miró hacía la derecha. Ran, sentada a su lado, parecía expectante de que empezara el congreso. Era la primera vez que le permitían asistir a uno, encima de tanta envergadura. ¡Se iba a llevar un chasco, la pobre!.

Cuando ya todos los ancianos consejeros se sentaron, el rey Kogoro tomo la palabra.

-Señores. Les hemos hecho llamar por que hemos descubierto un asunto que nos alarma tanto al Rey del Reino del Oeste como a mí. Como representante de su feudo esta entre nosotros el príncipe Heiji- El muchacho hizo una ligera reverencia con la cabeza.- El asunto que nos preocupa puede parecer absurdo a algunos de ustedes. Y otros creerán que son solo leyendas sin fundamento. Por favor, Consejero Megure, proceda.

El hombre de bigote abrió una pequeña arca que tenía en sus manos y saco un cristal ovalado del tamaño de un puño. Murmuró unas palabras mágicas y el vidrio se elevó hasta quedar en medio de la mesa. Entonces brillo y un rayo de luz salió de su interior, proyectando unas imágenes holográficas. Eran imágenes del Océano del Fin.

-No veo nada extraño- Comentó el mago Takagi, el más joven de los consejeros ahí reunidos.

-A simple vista no, pero si nos fijamos bien veremos una sombra negra en el horizonte.

-¿Nos ha convocado por un nubarrón en el cielo?- Preguntó impertinente Heiji. Tenía bastante confianza con el Rey.

-Si te fijaras bien, niñito, verías que esa mancha en el horizonte no se mueve ni un ápice a pesar de que sopla un viento que SÍ mueve el resto de las nubes- El Rey también tenía bastante confianza con el príncipe.

-Pero hay más- Interrumpió el Consejero Megure.- Enviamos una pequeña patrulla para investigar ese suceso. Nos ha comunicado que mucha de la fauna del mar esta muriendo y que la mancha se hace cada vez más extensa.

-¿Y eso que quiere decir?- Preguntó algo cohibida Ran.

-Ahora mismo no estamos seguros. Pero la última vez que se reunieron tales características fueron hace dos mil años. Cuando surgió Daemonium.

Todos los presentes pusieron cara de horror antes las palabras del soberano y algunos empezaron a cuchichear entre si. Bueno, todos no...

-¿Qué es Daemonium?.- Preguntó Heiji extrañado. Todos se quedaron viéndolo con espanto.

-¡¿Pero se puede saber que hacías tú en clase de historia?!- Preguntó sorprendida Ran

"Novillos"- Pensó el aludido.

-Veras- Empezó a explicarles su amiga -Hace más de dos mil años los cuatro reinos estaban enzarzados en cruentas guerras por la lucha de territorios. Habían muerto muchas personas y criaturas mágicas en las batallas, por lo que el nivel de magia blanca decayó notablemente. Un Hechicero negro sediento de poder quería dominar todo Zafiro y para ello reunió todo el odio y rencor del abatido mundo para crear un ente que lo llevara a la victoria. Pero esa criatura resulto demasiado poderosa para poder controlarla y termino devorándolo. La sombra negra que era la criatura cubrió todo el mundo, destruyendo a las personas, los animales y la vida en general. Hasta que un hechicero perteneciente al Reino del Este logro derrotar a la criatura, aunque se ignora como lo hizo, sellándola en el Océano del Fin. Los soberanos de aquella época comprendieron que fue su maldad lo que provoco el desastre y entablaron la paz. Desde entonces los cuatro reinos han estado en paz y nunca han tenido una trifulca.

-Oh, vaya. Así que ese ente era Daimonium.

-Exacto. Aunque muchos creen que es una leyenda, nosotros estamos convencidos de que pasó de verdad.-Dijo el Rey.

-¿Y que vamos hacer?- Preguntó la hechicera Miwako –No estamos seguros de que sea en realidad una amenaza. No podemos dar la voz de alarma.

-Pero si ese Daemonium es tan malo no podemos quedarnos con los brazos cruzados esperando a que este encima de nuestras narices para planear como eliminarlo.-Replicó Heiji.

-Hay algo que me preocupa- Dijo Ran –El sello que mantenía encerrado a Daimoniun no podía ser abierto desde dentro. Es decir… que algo o alguien lo esta ayudando. Y tiene que dominar la magia perfectamente para romper un hechizo tan poderoso.

La sala se quedo en sumo silenció. Por fin, el Consejero Megure tomo la palabra.

-Investigaremos la forma de cómo vencer a tan temible enemigo con todas las precauciones posibles para que nadie resulte herido. Avisaremos a los Reinos del Este y del Norte.

-Pero creo que no nos harán mucho caso. Les pedimos que asistieran a esta reunión junto a su consejo de magos y se negaron, aludiendo que era una perdida de tiempo y que Daemonium era solo una leyenda sin sentido- Suspiró Kogoro.

-¿Y por que no acudimos a los descendientes de ese hechicero que derrotó al demonio esa vez?- Preguntó Heiji. Enseguida vio que fue una mala idea, por que todos los magos pusieron cara agria.

-La ultima descendiente de ese hombre fue quemada viva hace once años por el Congreso del Reino del Este, acusada de practicar la magia negra y asesinar al Rey Yusaku con ella para tomar el control del país.

-¡¿Qué?!

ººººººº

El muchacho saltó el muro de forma limpia y cruzó los jardines de la inmensa mansión a toda felicidad, no siendo captado por los perros. Tenía cierta costumbre, ya que no era la primera vez que lo hacía. Se dirigió a la entrada trasera y buscó por el suelo de rodillas esa diminuta ventana ovalada con rejas. Sabía que hay eran donde dormían las sirvientas de la casa. Un lugar infrahumano, poco ventilado y demasiado pequeño para más de cincuenta chicas.

Silbó suavemente tres veces y esperó. Enseguida unas pequeñas manos se sujetaron a las rejas y escucho como unos pies usaban la pared para escalar. Dos grandes ojos azules se asomaron por el hueco en la pared y él noto como se aceleraba su corazón.

-Aoko- Susurr

-¡Kaito!.- Gritó ella emocionada. –Por fin has llegado. Estaba preocupada. Un día te podrían pillar. ¡Y te colgarían en la plaza!

-Sshhh, no te preocupes. No me pillaran. ¡Soy el mejor!- Dijo socarronamente. Ella lo miró divertida. Aunque estuvieran en el mismo infierno él siempre le hacía sonreír. De una forma o otra.

-Tengo una excelente noticia que darte. ¡Ya tengo 800 monedas!. Dentro de poco conseguiré todo el dinero para comprarte y sacarte de aquí. ¡Ya lo veras, Aoko!.

-Ten cuidado, Kaito- Dijo preocupada –Estas pasando los límites de la precaución. Puedes tener problemas.

-Nah- Mintió. Si que los tenía. No solo las autoridades intentaban atraparlo. Algunos ladrones y bandas empezaban creer que el joven intentaba meterse en sus territorios. Si se enfadaran terminaría con el cuello rajado en algún callejón- Y tú, ¿cómo estas? -La chica desvió la mirada.

-Pues… Bien, bien- Él la cogió por el mentón, obligándola a mirarle

-Aoko, no sabes disimular. Te dije que me contaras todo lo que te pasara.

-¡Pero si no me ha pasado nada!… aun- La ceja de Kaito se crispo

-¿Aun?- Repiti

-Bueno… es una tontería. Serán paranoias mías. Hice lo que tú me dijiste. Intente no llamar para nada la atención. Vamos, si hasta algunas de mis compañeras no saben mi nombre.

-Al grano- Pidió amablemente

-Es que me parece que… que el Conde Vodka me ha mirado un par de veces con malos ojos. Muchas veces hace llamar a alguna criada a sus habitación para… ya sabes- Se puso roja.

"Espera… espera un momento. Ella esta insinuando que ese viejo verde la tiene en el punto de mira para… para… ¡Lo mato!"

-Pero puede que me lo haya imaginado. Tú no te preocupes.

-¡¿Qué no me preocupe?!. Ese cerdo podría forzarte si se le da la gana. ¡Tengo que darme prisa!

-No permitiré que me toque- Exclamó ella con vehemencia, aguantando algunas lagrimas. Estaba asustada. Kaito sabía que en el fondo tenía mucho miedo. ¡Mierda!. ¿Por qué había tenido que pasarle a ella?

-Conseguiré lo antes posible el dinero. No voy a dejar que te pasé nada- Le acarició el rostro con ternura. -Dejaré a mi paloma mensajera rondando por aquí. Si me necesitas envíamela simplemente y vendré enseguida

-Intentaré pasar desapercibida ante los ojos del conde. Tú serás mi marido, Kaito. Y eres el único con derecho a tocarme.- Dijo ella firmemente, aunque algo sonrojada.

Los colores se subieron a la cara del muchacho pareciendo un volcán en erupción -No digas bobadas. No se te deben de ocurrir esas cosas. Solo eres una cría de 16 años.- Replicó susurrando.

-Oye, que tú solo tienes una año más que yo. Espera, creo que viene alguien. Será mejor que vuelva a mi saco. Castigan a las que no están dormidas a su hora con 5 latigazos. Anda, vete.

El chico no estaba muy de acuerdo a eso. Le dijo que volviera a dormir, pero que el se quedaría allí un poco mas. (No fuera a ser que al visitante le hubieran encargado llevar compañía al Conde). Beso la mejilla de la chica fugazmente y le dio un ligero empujón para que se dirigiera a su saco. Esperó un poco, pero parecía ser que solo era un vigilante. Esperó que todo estuviera más calmado y abandonó la mansión con la misma quietud con la que había entrado. Cuando estuvo a salvo, llamó a su paloma y le dio ordenes estrictas de quedarse por los alrededores de la mansión.

Las cosas se complicaban. Sería mejor ponerse a robar en ese mismo momento. Tenia que darse prisa. No permitiría que nadie tocara a su querida Aoko.

ººººººº

-¿Como te encuentras hoy?- Preguntó Shinichi a la pequeña hada en cuanto cruzo el umbral de la puerta –Ayer te fuiste muy pálida, me dejaste preocupado.

-No pasaba nada, hombre- Sonrió –Solo que estaba un poco cansada. Cuando un hada muere, todas las demás lo notamos. Es como si nos arrancara de golpe una parte de nuestras almas. Pero enseguida nos recuperamos. Debemos aceptar la muerte. Emi vivió una vida larga y murió tranquila.

Shinichi se sorprendió un poco que tales palabras salieran de la boca de alguien que solo tenía 15 años. Pero conociendo la filosofía de las hadas respecto al ciclo de la vida y conociendo a Kazuha, no debería.

Kazuha era su mejor amiga desde hacía más de once años. La conoció cuando era una enana de cuatro años con las alas demasiado grandes y vistosas para un cuerpo tan chico. Él era un niño de ocho años, extraviado, solo y sin un lugar a donde ir. Kazuha tuvo muchos problemas al entablar amistad con un humano. Las hadas por si mismas jamás estarían con humanos. Ellas eran muy reservadas. (Kazuha era la excepción que confirma la regla). Solo hablaban con ellas mismas. Eran criaturas mágicas tan herméticas a otro contacto de otra especie que le sorprendía que se reproduciesen.

Las hadas solo tenían hijas, jamás varones. Una vez cada año bisiesto dejaban que los Espíritus del Río entraran en el centro del bosque, que era su nido. Los Espíritus del Río eran, según tenía entendido Shinichi, la contraparte de las hadas. Nacían de los días de fuertes lluvias y, así como el agua hace dar frutos a los árboles, ellos dejaban embarazadas a las hadas. (El ¿cómo? ni se lo planteaba). El resto del tiempo se encargaban de cuidar los mares, ríos y lagos, incluyendo a la fauna acuática.

-Sabes. Últimamente tengo una sensación extraña.- Le dijo la chica a su amigo.

-¿Ah, sí?. ¿Que sensación?.

-Pues… el viento sopla algunas veces de forma extraña. No puedo entender lo que dice. Y lo árboles parecen temerosos.

-¿Esté también?- Preguntó refiriéndose al que formaba parte de su casa.

-No. Solo son unos pocos y están cerca del nido. Gigante se encuentra casi al lado de los límites del bosque.

-¿Casi al lado?. Estuve caminado durante tres días hasta que pude dar con este árbol la primera vez que vine al bosque. Y tardo cuatro días en ir y volver del pueblo más cercano a comprar provisiones.

Ella lo miró y flotó a su alrededor, produciendo ese suave sonido de cascabeles. -Yo vuelo, tú no- Le contestó mostrando lo obvio y Shinichi la miró enfuruñado.

-Bueno. Y dime. ¿Sabes de donde procede esa sensación?

-Creo que del este. Pero viene de muy, muy lejos.- Shinichi la miró impactado. ¿Del este?. Podría ser…

-Ven, sígueme- Le pidió y la chica, un poco extrañada, le hizo caso. Bajaron a su estudió. Cogió un péndulo de cuarzo y el mapa mas grande de Zafiro que tenía y lo extendió en la primera mesa que vio que estaba libre.

En el pergamino podía verse una basta tierra, por una parte rodeado de montañas que nadie había podido cruzar y por otro rodeado por el mar más inmenso cuya otra orilla todavía esperaba ser alcanzada. Situados en sus correspondientes puntos cardinales estaban Los Cuatro Reinos. Cada territorio exactamente igual de proporcionado. Mientras que en el centro un inmenso bosque. El más grande de todos. El Bosque de las Hadas.

-Kazuha. Crees que si te ayudo podrías indicarme con el péndulo donde esta la fuente de esa sensación.

-Creo que si.- Shinichi murmuró unas palabras al cristal y se lo pasó a su amiga.

-Lo he encantado para que puedas utilizarlo. Concéntrate en esa sensación.

-De acuerdo- Contestó la hada, sin comprender porque su amigo estaba tan serio. El péndulo empezó a girara en dirección al este, hasta que se paro y se pegó a un punto concreto del mapa.

-El Océano del Fin- Murmuró Shinichi, algo pálido.

-¿Eso es algo malo?- Preguntó dudosa.

-No lo se. Espero que no.

N de la A: ¡Hola!. Ya está aquí el capítulo dos. Espero que esto os esté gustando, creo que empieza a ponerse interesante. ¡¡Ahh, y todavía queda tanto que pasar!!. =)

Bueno, habréis visto la aclaración de las parejas en el summary ¿verdad? XDDDDD. Si digo la verdad, no lo aclaré antes por que queria ver cuantos caían en la trampa. Yo soy fan absoluta de las parejas Shinichi/Ran y Heiji/Kazuha XP. Si, lo se, soy mala. Pero acababan de darme las notas y como he pasado limpia tenia el humor mas suelto de lo normal XD. Además, no puse que estuvieran juntos. Solo son amigos... no hay que mal pensar XP

Bueno, cada vez van apareciendo más personajes. Kaito y Aoko tardaran un poco más en volver a salir. Pronto sabréis que fue lo que le paso a Aoko.

En fin, a ahora contestar los review que me han dejado. (nn ¡me encantan, me animan un montón!)

CiNtUrO-cHaN: ¡Menudo honor recibir un review de unas de las mejores escritoras de fics de Detective Conan! OO. A mi tamben me encantan las series de fantasía (junto con las de asesinato :P) Emm... lo de apareamiento sonó un poquito mal :P. (¿Querías decir emparejamiento?) Bueno, ya he aclarado lo de las parejas, pero todavía quedan muchas, muchas sorpresas. ¡Espero que te gusten y gracias por el review!

Gafitas: ¡Hello, niña!. Ya he subido el cap 2. Creo que es un poco más largo que el primero. (Creo que soy la única escritora de fics con editora y responsable de marketing ¬¬U). Jo, tía, que horror si los profesores leyeran mis chorradas, me daría algo XP. El Reino de las Hadas te agradece el pésame. (Hay que ver lo que has sentido por la muerte de una hada, creo que más adelante me mataras :P). Si, ya me dijiste eso de que Shin te recordaba a Grisomm. (Descartamos el dejarlo sordo, ¿verdad? XD). Jajajajaja... llamada de la naturaleza... jajajajaja. No coments. Sí, aquí Kogoro y Eri están casados. (Y Kogoro es más serio, lo siento. Tiene muchas responsabilidades). Eso, tú sigue escribiendo, que ya tengo ganas de que termines tus historias y me las dejes leer. Nos vemos, mi querida responsable de marketing =P.

Taigrin Dido: ¡Muchas gracias por tu review!. Me alegra de que te guste la historia. Si, es muy diferente. Aoyama-sama le daría lago si ve todo lo que he cambiado a sus personajes XDD. No te preocupes por las parejas, como he dicho antes, lo único que he cambiado ha sido la amistad de la infancia. (Ser amigos de la infancia no es sinónimo de terminar gustándose, y como es algo muy común en Conan quería cambiarlo :P)

JKranIV: ¡Me alegro de que te guste el fic nn! (es unos de los pocos de los que me siento orgullosa :P). No, no eres al única a la que le ha sorprendió el descoloque. (Me encanta despistar jeje). Bueno, todavía quedan sorpresas. ¡Hasta otra, y espero que continúes con tus fics! (Cada vez me gusta mas el de "A great detective of Osaka")

TheVastness: Hola, mi querida editora particular (yo me entiendo :P). Siento si te he liado (por cierto estas un poco mucho obsesionada con "La oscuridad" ¬¬U). Me alegro de que te guste. Y no te preocupes, no voy a dejar tirado ningún fic, y mucho menos el de "Hogwarts, años atrás" (pero tu siéntate, no vayas a cansarte esperando las actualizaciones nnU). ¡Y sigue tus propios consejos (O amenazas) y continua pronto con tus fics!