Pues solo tengo que decir que Detective Conan le pertenece a Aoyama-sama, que esto es un fic "Universo Alterno" y que todo lo que este en cursiva serán recuerdos de distintos personajes.
Capítulo 3: La misión del príncipe y la princesa.
Ran estaba impactada por lo que acababa de oír. Ella siempre se había interesado por los sucesos que sucedieron en ese pasado de guerras. Sentía una profunda admiración por el hombre que arriesgo su vida para detener el mal personificado. ¡¿Como era posible que su descendiente fuese una hereje practicante de la magia oscura?!. ¡La asesina del Rey Yusaku!.
Recordaba a ese rey. Muy vagamente, pero lo recordaba. Cuando fue de visita por primera vez al Reino del Este lo conoció. Tenía cinco años. Fue muy simpático y hasta jugó un par de horas con ella antes de que se reunieran con los demás dirigentes y sus consejeros por un asunto fronterizo sin importancia. Pocos meses después el Rey murió. Decían que lo encontraron en su cama una mañana, con la piel azulada y la mirada desencajada por el horror y el miedo. Le arrancaron el alma del cuerpo. La culpable fue descubierta por la Consejera Mayor del Rey y fue condenada a muerte. Como el Rey no se había casado ni tenía hijos, fue la Consejera la que ocupó el trono. La ahora Reina Ai.
-Bueno- Se escuchó la voz de Takagi, rompiendo el incomodo silenció –Existen rumores de que esa mujer no era la última descendiente. Que tuvo un hijo antes de ser ejecutada y que huyó al bosque de las hadas. No se sabe nada de él desde entonces. Ahora mismo, si sigue vivo, tendría que tener la misma edad que su alteza, el príncipe Heiji, diecinueve años.
-¿Y eso que?- Preguntó con desdén el mago Shiratori.
-Todo el mundo sabe que los magos aprenden todo lo que saben de sus ancestros. Si ese chaval vive es el único que es capaz de llegar a los conocimientos para derrotar a Daemonium.
-Pero como tú has dicho, solo se trata de un rumor sin fundamento. Nunca se ha demostrado- Apuntó Megure
-Pero ¿y si existe?- Preguntó Heiji muy serió.- Esto no tiene que ver con nada de lo que sucedió en el pasado. Deberíamos intentar utilizar todas las posibilidades que tengamos a la mano si es verdad que Daemonium está renaciendo.
-Yo iré a buscar a ese chico, si de verdad existe, y lo traeré aquí para que vea las imágenes que nosotros hemos contemplado y decida si puede y quiere ayudarnos- Decidió Miwako.
-Me niego en rotundo- Habló el Rey. – La entidad crece muy rápidamente. Tu eres una hechicera demasiado poderosa para perder tus servicios por Dios sabe cuanto tiempo para que busques a alguien que quizás no existe. Mandaré a alguno de mis generales para tal misión.
-Pero el Bosque de las Hadas esta lleno de riesgos. Se necesita una capacidad magistral y una mente fuerte para sortear los peligros mágicos de allí. –Contradijo la mujer.
-¡Iré yo!- Anunció Ran, sorprendiendo a todos.
-¡De ninguna manera!- Dijo la Reina Eri, hablando por primera vez.- ¡Eres demasiado joven!. ¡Solo tienes 16 años!. ¡Y tampoco estás tan bien preparada para ir!. No eres maga.
-¡Se luchar, madre!. ¡Peleo desde que tengo memoria!. ¡He superado a todos mis maestros y algunos de los mejores guerreros del castillo!. ¡¡Se que puedo hacerlo!!.
-Yo la acompañaré- Dijo Heiji.- ¿Qué le parece, Majestad?
-Humm- El Rey Kogoro meditó el asunto. No le hacía gracia que su única y adorada hija corriera riesgos. Pero por otra parte, parecía tan decidida. Le miraba con esos ojos suplicantes…- Me parece bien. Espero que cuides de mi heredera.
-Por supuesto- Sonrió.
-¡¡Pero querido…!!- Protestó la Reina.
-Estate tranquila- Pidió su marido –Ella ya es mayor.
Ran sonrió, tan llena de gozo que creería que iba a explotar. No podía creerlo. Lo que siempre estuvo esperando. Una aventura. Poder demostrar lo que era capaz de hacer. Miró a su amigo y este le devolvió la sonrisa.
-En menudo berenjenal me has metido- Murmuró en broma.
-Como si tú no lo estuvieras deseando.
ººººººº
Empezaba a amanecer, pero dos personas estaban ya despiertas en el patio del castillo. Eran Ran y Heiji. Él vestía su usual conjunto pantalones anchos y una ligera armadura que el cubría hombros y pecho. Desempuñaba su apreciada espada, recuerdo familiar desde generaciones y que le fue entregada al cumplir los dieciocho.
Ella llevaba una cota de malla que le estaba un poco grande y le llegaba a mitad de los muslos. Perteneció a su abuelo y era de un material tan liviano como una pluma. Una ligera armadura que le cubría un poco el vientre, el pecho y los hombros. Unas mallas calidas para sus piernas y unas botas por las rodillas, con refuerzos metálicos hermosamente labrados para proteger sus espinillas. Sujetaba con fuerza su cayado.
Ambos estaban muy quietos. Ran fue la primera en atacar y fue directa a su estomago. Heiji la esquivo con su espada y mando un certero mandoble al cuello de la chica, que esquivo con un magistral salto usando el bastón de pértiga y aterrizando detrás de él. Intentó pegarle en la cabeza, pero el interpuso otra vez su filosa arma. Estuvieron así durante horas, hasta que ambos cayeron al suelo rendidos.
-Ehy, has mejorado desde que no vengo a verte- Comentó Heiji.
-Gracias- Sonrió agradecida.
Habían decidido tener una sesión de entrenamiento antes de emprender su camino. A mediodía partirían para buscar al mago misterioso. Decidieron ir cuanto antes en el consejo. Heiji estaba un poco preocupado. Ran y él sabían defenderse muy bien, pero no tenían ni un poco de poder mágico. Los elegidos por ese don eran escasos. Cuando se descubría que un niño tenía poderes, inmediatamente los padres lo instruían. Pero cada vez había más familias que sin saber que entre sus antepasados hubo un mago, la herencia pasaba a los hijos. Eran casos excepcionales y los internaban en "pequeños" centros donde les enseñaban a controlar y utilizar sus poderes. Todo el mundo sabía que la magia si no se instruía se iba oxidando en un grado en el que quizás nunca volverían a poder utilizarlos. Además, los magos estaban muy bien vistos socialmente, por lo que si la familia era humilde que algo así les sucediera sería toda una verdadera suerte.
Si ese chico decidía usar sus poderes contra ellos se las llevarían negras. Al fin de cuentas era solo un crío cuando tuvo que huir. Quizás incluso ni siquiera sabría que su madre hubiera cometido un crimen. Él solo vería que habían quemado a su progenitora sin ninguna razón. No sería nada raro que odiara a todos los Reinos por lo que le pasó.
-¿A dónde iremos primero?- Le preguntó Ran, sacándolo de sus divagaciones.
-Creo que deberíamos ir directamente al bosque por la parte del Reino del Este sin bordear todo el camino. Ese lugar es enorme y nosotros no tenemos lo que se dice todo el tiempo del mundo para ir dando una vuelta.
-Me parece bien. ¿Sabes?. Me pregunto como será ese mago. Que aspecto tendr
-Pues… quizás dos piernas, dos brazos, dos ojos una nariz y una boca. Y, con un poco de suerte hasta con cinco dedos en cada mano.- Brome
-Pero que graciosillo eres- Le respondió sarcástica haciendo una mueca
-Venga, será mejor que nos vayamos preparando para irnos.
Ambos se levantaron del suelo y se dirigieron otra vez al interior del castillo.
ººººººº
El lugar era oscuro y silencioso. Parecía unas catacumbas o unas mazmorras que llevaban mucho tiempo sin habitar.
La mujer de unos treinta años se encontraba en el centro de la ovalada sala. Vestía de negro de pies a cabeza. El cabello corto y castaño rojizo caía sobre su frente y su cara seria dejaba ver un deje de preocupación. Sus manos estaban apoyadas sobre una especie de esfera de cristal que flotaba en el aire. En el interior de la esfera se podía ver un inmenso bosque.
En ese momento entró otra chica, de no más de veinte años, pelo castaño claro y corto y también entera vestida de negro, aunque su traje era mucho mas corto y escotado que el de la otra mujer. La capa oscura se movía al compás de sus pasos. A poca distancia la seguía un muchacho de su misma edad, de piel morena y gestó duro, ataviado también de negro desde las botas hasta la capa que le tapaba casi todo el cuerpo.
-¿Para que nos has llamado?- Preguntó la chica a la mujer de forma grosera. Su voz no podía esconder el odia que sentía hacia ella.
-Ya se acerca el momento. Es tiempo de que sirváis para algo útil. Tengo una misión para vosotros…- Anunció señalando la bola de cristal -… justo allí.
-¿El Bosque de las Hadas?- Preguntó él.
-Exacto. Debéis de partir de inmediato. He estado espiando la asamblea del Reino del Sur y me he dado cuenta de que saben más de lo que creía. Además, tenemos un contratiempo.
-¿Cuál?
-Aun queda un descendiente de esa maldita casta de magos. Parece ser que vive en el Bosque. Pero en el fondo me irá bien. Serán dos pájaros de un tiro.
-¿Y que tenemos que hacer en esa "misión"?- Preguntó la chica, mientras que con un movimiento de su mano enguantada se apartaba un mechón de pelo detrás de la oreja.
La mujer sonrió malignamente.
ººººººº
-¡Esto es tan injusto!- Gritó una indignada Kazuha, mientras revoloteaba por todo el estudio de Shinichi.
-¡Quieres parar!. ¡¡Llevas así tres días!!- Gritó hastiado el mago, mientras que un fuerte dolor le atenazaba la cabeza. -¡¿Por qué no vas ha darle la tabarra a tus mayores en vez de dármela a mí?!
-¡Ya lo he hecho, pero no me dejan actuar!
-Kazuha, debes entender que no todas las hadas son como tú. Ellas odian todo contacto con los seres humanos.
-¡Sí, pero este "contacto" sería para nuestro bien!. ¡¡No puedo creer que esos estúpidos se atrevan a dañar nuestro amado bosque por su codicia y ellas no quieran intervenir!!
-¿Tanto mal han hecho?
-¡¡Han talado cinco árboles!!. ¡¡Cinco!!.
-Kazuha, solo han sido cinco árboles. Por una vez que los aldeanos cojan un poco de madera de vuestro bosque no pasará nada. Este año no han crecido muy bien el resto de árboles en los otros bosques. La necesitarán.
-Tú no entiendes, Shinichi. Estos árboles no han sido talados para solventar una necesidad. ¡Los han matado por el simple hecho de que son árboles del Bosque de las Hadas!. Existen tontas creencias de que los árboles de nuestro bosque son de una madera mágica que protege de cualquier mal. Esos hombres han querido sacar dinero de esa tontería y van a venderlos a muy alto precio. ¡¡Es una injusticia!!
-¿Y es verdad lo de la madera mágica?
-¡Por supuesto que no!- Exclamó –Son árboles normales con la única característica de formar parte de la morada de los seres mágicos mas poderosos de todo el mundo.
-Vaya, creía que aquí el modesto era yo- Dijo Shinichi irónicamente.
-Es la verdad. Somos los únicos seres mágicos capaces de controlar dos elementos de la naturaleza, el viento y la tierra. Los únicos que nos alcanzan un poco en poder son los grifos, que controlan el fuego, y los Espíritus del Río, que controlan el agua.
-¿Y los magos que?- Preguntó Shinichi ligeramente ofendido.
-Los magos sois humanos con poderes excepcionales, pero no entráis en la categoría de seres mágicos.
-Pero tendrás que reconocer que los magos podemos llegar a ser más poderosos que las hadas- Sonrió con prepotencia.
-Ese no es el punto. Además, eso no quita que están matando mi amado bosque.- Cambió de tema la pequeña hada.
-¿Y tú como sabes eso de que querían vender la madera?
-Me lo dijeron los otros árboles, que escucharon sus malditas intenciones. Están tristes por la muerte de sus compañeros. Y el resto de hadas no quiere ahuyentar a los humanos para que no lo vuelvan hacer. ¡Por que volverán a hacerlo, te lo aseguro!.
-¿Y tú que crees que podáis hacer?
-Aun no lo sé. Pero te aseguro que no me quedare de brazos cruzados.
ººººººº
Llevaban una semana de viaje. Habían abandonado el Reino del Sur a caballo y casi habían llegado a las fronteras con el Reino del Este, pero ahora que se encontraban en los límites del Bosque deberían seguir a pie, puesto que era un lugar demasiado frondoso para ir montados en los animales.
Ran pagó treinta monedas de oro (una pequeña fortuna) a un aldeano del pueblo más cercano para que cuidara a sus corceles mientras ellos no venían, mientras que Heiji intentaba buscar información en las tabernas, como habían estado haciendo durante todo el camino.
-¿Has tenido suerte?- Preguntó Ran.
-Sí- Contestó Heiji bastante contento- Al parecer ese mago debe vivir relativamente cerca de este lugar, puesto que me han dicho que muchas veces un muchacho joven de fantásticos poderes viene a pedir provisiones a cambio de trabajo. Hasta dicen que es capaz de construir una cabaña en una sola tarde. No saben donde vive, pero se rumorea que es un ermitaño del Bosque. ¡Tiene que ser él!
-¡Oh, eso es fantástico!. ¡Pongámonos en marcha inmediatamente!.
- Sí, será lo mejor. Venga, Busquemos provisiones.
Después de conseguir todo lo necesario, partieron al Bosque. El lugar era inmenso, los árboles tan enormes que parecía que podían alcanzar el cielo y multitud de plantas y flores de todos los colores inimaginables.
-¡Este sitio es precioso!- Exclamó Ran.
-Sí, me lo imaginaba de otra forma, no se, más siniestro. Nadie de ningún Reino quiere acercarse al Bosque de las Hadas y ahora que lo veo no entiendo el porqué.
-Por las Hadas. Todos saben que las hadas no se llevan bien con los humanos. Y los humanos tienen miedo al gran poder de las hadas.
Siguieron charlando hasta bien entrada la noche, cuando ya no se podía vislumbrar el camino de sus pies. El viaje hacia el interior del Bosque duró unos días más, y cada paso que daban les costaba más trabajo. Heiji supuso que el lugar estaba encantado para quitarles las energías a aquellos que se atrevieran a adentrarse más de lo debido.
Al tercer día, a media tarde tuvieron que hacer un alto. Se encontraban como si no hubieran descansado en años, con profundas ojeras y la piel mortalmente pálida.
-Esto tiene que ser pasajero, ¿verdad?- Preguntó Ran refiriéndose a su lamentable estado.
-No tengo ni idea. Pero rezo para que sea así. Vamos a comer un poco.
Ran sacó de su hatillo un gran pedazo de queso y pan y cortó varias rodajas, dándole la mitad a Heiji. Empezaron a charlar sobre rumores que habían oído acerca del Bosque de las Hadas, a cada cual mas disparatado, para pasar el rato.
ººººººº
-¿Me lo parece a mí o cada vez estas mas tiempo en mi casa que en el nido?- Preguntó Shinichi mientras le pasaba un plato de frutas a Kazuha y se sentaban a comer.
-¿Te molestó?
-No. Al menos no más que de costumbre- Mirada asesina por parte de Kazuha –Pero te puede caer una bronca de campeonato. Yo no soy santo de la devoción de tus compañeras.
-¡Me da igual!. ¡¡Estoy muy enfadada con ellas!!.
-Por lo de los árboles talados.- Supuso el chico.
-¡¡SÍ!!- Contestó con expresión furiosa. Shinichi la miró con cara de circunstancia.
Entonces una fuerte corriente de aire abrió de golpe una de las pequeñas ventanas con rudeza, formando un ligero torbellino que rodeo a la chica. Kazuha se puso mortalmente pálida y se levantó de golpe de la mesa.
-¡Hay intrusos en el Bosque!- Gritó –¡Los árboles están asustados!. ¡¡Debo ir inmediatamente!!- Salió disparada por la misma ventana.
-¡Kazuha, espérame!- Pidió Shinichi mientras agarraba su báculo mágico y salía detrás de ella, pero pronto la perdió de vista, puesto que su amiga volaba a toda la velocidad que le permitían sus alas.- ¡Mierda, hacia donde se ha ido!.
Shinichi se tranquilizo e intento concentrarse para aislar los sonidos del bosque y localizar el ruido de cascabeles de Kazuha. Pronto sintió el tintineo.
-¡¡Por allí!!- Exclamó contento mientras cogía por una dirección determinada, esperando poder alcanzar pronto a su amiga.
ººººººº
Cuando reunieron un poco de fuerza para poder seguir con el viaje, Ran y Heiji siguieron su camino, pero no avanzaron demasiado, por que de la nada un fuerte golpe de viento los lanzó varios metros para atrás.
-¡¡¿Qué demonios…?!!- Gritó Heiji mientras se reponía.
-¡¡No permitiré que dañéis el Bosque!!. ¡¡Fuera de aquí, malditos intrusos!!- Escucharon una furiosa voz arriba de sus cabezas. Miraron al cielo impactados.
-Es un… un hada- Murmuró Ran, fascinada. Su amigo la entendió perfectamente. Aunque parecía una niña normal de unos quince años, tenía unas hermosas alas de miles de colores hechas de luz. Un tintineo de suaves cascabeles llenaron sus oídos. Jamás había visto nada parecido.
Kazuha frunció el ceño al notar que los humanos parecían ignorar su orden de irse. Aterrizó rápidamente y el sonido desapareció. Pateó con fuerza el suelo y un temblor sacudió la tierra donde estaban los muchachos.
-¡¡Largo!!. ¡No permitiré que ningún árbol más muera a manos de vuestra codicia!.
-Te equivocas- Habló Ran presta al darse cuenta del error que cometía la niña.- No hemos venido para dañar el bosque, créenos por favor.
Kazuha se tranquilizó. La chica no parecía mentir. Aun así se mantuvo a la defensiva.
-Entonces para que habéis venido. Los humanos no suelen venir al Bosque de las Hadas igual que las hadas no vamos al mundo de los humanos.
-Estamos buscando a alguien- Contestó Heiji.- Es un joven mago. Creemos que vive en este lugar.
Kazuha se sobresaltó. ¡Buscaban a Shinichi!. ¿Para que?. Nadie debería saber que él vivía ahí.
-¡¿Quiénes sois?- Demando con voz potente. Heiji frunció ligeramente el ceño ante tal trato.
-Soy el príncipe del Reino del Oeste y mi nombre es Heiji.
-Y yo la heredera del Reino del Sur, la princesa Ran.
¡¡Nobleza!!. ¿Cómo era posible que la nobleza buscara a Shinichi?. ¡Debía de ser algo grave!. Varios recuerdos inundaron su mente. Recuerdos de cosas que pasaron hace once años, cuando conoció a Shinichi. Cosas que él mismo le cont
"¡Tengo que esconderme!. Nadie debe saber que estoy aquí, permitidme quedarme en el bosque. ¡Si me encuentra me matara, igual que a mi madre!"
"Tengo que esconderme de los humanos. Ya no pertenezco a su mundo"
"¡¡Eres demasiado pequeña para entender mi tristeza!!. ¡Vete, déjame llorar tranquilo!. ¡¡Me lo han quitado todo!!"
"Eres un hada diferente. No me odias por ser humano… Gracias"
"No te preocupes, juro no dañar a Gigante. Él será parte de mi hogar y lo cuidaré bien. Te lo prometo. Ahora este bosque es mi única morada…"
No podía permitir que le hicieran algo a su mejor amigo.
-¡Vuestros títulos aquí no son importantes!- Afirmó altiva, cruzándose de brazos. -¡El mago al que buscáis es un protegido de las hadas!.- Mintió, ya que el resto de su familia se desentendía de él- ¡No podréis encarcelarlo!. ¡¡Largaos, nadie quiere veros!!
-¡¡No nos iremos sin hablar con el mago!!- Gritó Heiji, encarándola mientras se ponía de pie con mucho esfuerzo.
-Mira tu estado, humano. Solo un mago es capaz de romper el encantamiento que te fatiga. Mucho antes de encontrarle morirías agotado.- Le contó, intentando lograr que se desistiera.
-Hemos viajado por mucho. ¡No vamos a ceder ante las palabras de una niña!
-¡¿Qué niña?!- Gritó indignada Kazuha lanzándole una mirada asesina.
-¡¡Por favor!!- Suplicó Ran, también poniéndose de pie con ayuda de su cayado -¡No hemos venido a encarcelar a nadie!. ¡Necesitamos la ayuda de ese mago!. Es muy importante. ¡Te lo ruego, llévanos ante él!
-¿Qué es eso tan importante?- Se escucho una voz mientras su dueño salía de las sombras que lo envolvían- ¿Para que necesitáis mi ayuda?
ººººººº
Se encontraba en su pequeño cuarto, a oscuras, recordando ese maldito día, cuando les fue encomendada la orden. Había pasado más de una semana, pero lo recordaba con claridad… todos sus pensamientos…todos sus actos…
¿Esa era la misión?. Algo tan… ¡atroz!. ¡¡¿Tenían que cometer semejante barbarie?!!. No podía… no podían…
Apoyó la espalda en la fría pared, porqué notaba que sus piernas no soportaban su propio peso. Ella había abandonado hacía ya unos minutos la alcoba, diciendo que debía comunicarse con el Rey Gin para informarle del rumbo de los planes. La máscara de fortaleza se desvaneció en cuanto su odiada presencia se fue. ¡Cielos, como la detestaba!
Noto el roce de una suave tela sobre su mejilla y abrió los ojos. Él la miraba preocupado y su mano enguantada le acariciaba la cara con delicadeza. Disfrutó el toque, sintiendo que las energías volvían a su cuerpo con él. Como el calor corporal traspasaba la tela haciéndola sonrojar. Se perdió mirando esos ojos generalmente inexpresivos, que en ese momento dejaban ver todo lo que sentía, solo para ella.
Tristeza, dolor, preocupación, odio… Lo mismo que sentía ella.
Necesitaba un poco mas de confort… de calor. Envolvió su delgado cuerpo con la capa y abrazó con infinito cuidado la ancha espalda del chico. Aspiró el aroma que desprendía mientras que notaba los brazos alrededor de su cintura.
Él tenía ganas de besar su cabello, que estaba tan cerca de su cara, pero se contuvo y se conformó con acariciarlo levemente, viendo como se deslizaba por sus dedos y maldiciendo el no poder sentir el tacto por los guantes que llevaba. ¡Como detestaba esos guantes!.
Acunó el delgado cuerpo durante mucho tiempo, aunque le pareciera que no el suficiente. Se separaron y se miraron a los ojos. Ella parecía a punto de llorar, pero rápidamente la mascara de dureza le cubrió el rostro y él hizo lo mismo.
-Será mejor ponernos en marcha cuanto antes- Murmuró.
-Lo sé. Cuanto antes empecemos, antes terminaremos con esta pesadilla.- Suspiró cansada –Espero que esas almas nos perdonen… porque yo no podría hacerlo…
El miró el suelo impotente…
Se acurrucó un poco más, tomando una posición fetal en la cama. Recordarlo no había hecho que se sintiera mejor.
-Ya han terminado los preparativos. Los grifos están listos.- Escuchó una voz proveniente de la puerta. No tuvo que mirar para ver quien era, pues ese tono tan amble solo lo empleaba una persona con ella.
-En cuanto salgamos de aquí no habrá vuelta atrás.- Dijo sin mirarlo.
-Lo sé.
-Vamos a condenarnos.- Ella se levantó de la cama y se dirigió al arcón, sacando su capa y sus largos guantes y colocándoselos con cuidado.
-No tenemos opción. Además, prefiero quemarme en el infierno contigo que vivir tranquilo sin ti.- Su voz sonó serena y casual, intentando no transmitir ningún sentimiento en ella. Eso era sinónimo de debilidad, y no podía mostrarse débil en ese momento.
Ella se acercó a él y le tomo la cara con las manos. Su mirada tan triste y a la vez tan cariñosa le paralizó.
-Estamos quemándonos en el infierno desde hace más de seis años. Pero yo también lo prefiero a estar sin ti. Es lo único bueno que me paso al venir aquí, que te conocí.-Suspiró largamente antes de separarse y ambos adoptaron una actitud mucho más seria.
-Vámonos.
ººººººº
La princesa miró al mago sorprendida. Así que ese era el descendiente del poderoso mago. Él hijo de una hechicera hereje… Era triste, muy triste el sentido que tomaban los caminos. Como la vida se volvía irónica y cruel…
Era un muchacho alto, de porte impresionante y mirada seria. Eso fue lo que más la impacto. Sus ojos eran los de un adulto que ha visto demasiadas desgracias en su vida. Y a la vez reflejaban la viveza de un niño que lucha por subsistir. Nunca había visto unos ojos así… simplemente especiales…
Ran sacudió la cabeza alejando sus pensamientos del rumbo que tomaban. No era el momento.
-¡Shinichi!- Exclamó el hada, bastante sorprendida al verlo- ¡Vete, son enviados de los Reinos!.
-Tranquila, Kazuha- Dijo sonriendo levemente. La niña voló rápidamente a su lado para darle apoyo.- Yo soy el mago que estáis buscando. Decidme que queréis de mí.
-Venimos a pedir algo que solo tú puedes darnos- Dijo Heiji, pero antes de continuar cayó de rodillas -¡¡Estúpido encantamiento del maldito lugar este!!- Gruñó.
-Heiji, tranquilo- Dijo Ran mientras se agachaba a su lado, cada vez más pálida.
Shinichi se acercó a ellos y, apuntándolos con su báculo, murmuró unas palabras en una lengua desconocida para los príncipes. Una luz roja los envolvió y ambos jóvenes volvieron a sentir como recuperaban las fuerzas. El mago había roto el encantamiento.
-Shinichi, te das cuenta de que acabas de librarlos de la única carta que teníamos para lograr que se fueran- Preguntó Kazuha, muy extrañada por los actos de su amigo.
-Tranquila- Respondió –Ellos no han venido a hacerme daño.
-¿Estás seguro?- Volvió a preguntar, muy preocupada. –Sabes que quieren matarte.
-Fíjate, Kazuha. No son magos. Si intentaran dañarme no tendrían ninguna oportunidad contra mí. Además, tú no has notado a más intrusos en el Bosque, solo a ellos, por lo que tampoco hay ninguna emboscada preparada.
-Eso es cierto…- Susurró, analizando la situación.
Heiji y Ran decidieron mantenerse al margen de la conversación, aunque no comprendían muy bien eso de las emboscadas y los homicidios de los que hablaban. Entonces el chico se dirigió a ellos, con una voz firme, pero amable a la vez.
-Si tenéis que comunicarme algo, será mejor hablar en mi casa. Seguidme, os guiaremos hasta allí.
N de la A: ¡Hola!. Por fin subo el cap 3 (bajo amenaza de neón XDD). Creo que algunas escenas me han quedado raras o.o?. Si hay algo que no hayan entendido, díganmelo. Y a ver si ya saben quienes son los tres nuevos personajes que han salido n-n
Bueno, y ahora a contestar reviews (por cierto, Gafitas, siento publicar antes de que me mandes review, pero tenía un poco más de prisa y no podía esperarte n-nUUUUUUUUUU Gomen nasai. Te prometo que en el próximo cap te contesto)
Rankudo 1988: ¡Hola, Ran, muchas gracias por tus dos reviews!. Siente la espera, pero ya está aquí. No ha necesidad de usar el cartel (yo para que os daría ideas XDDD). Gracias por lo de original, me alegra de que te esté gustando.
JKRanIV: Me alegra que te gustara el cap anterior. Kaito y Aoko no volverán a salir hasta el cap 5 (n-nUUUUUU lo se, mucho tiempo, peor así os dejo intrigados). Espero que este nuevo cap te guste tanto como el anterior.
TheVastness: Pues hija, gracias por los ánimos · - · aunque tienes una manera un tanto especial para darlos. ¬¬ Si me mandas el disco del Fari yo te mando un buitre por correo electrónico. Y es lo mismo mis fics y tus fics así que ya puedes ir actualizando ¬¬##. ¡Muchas gracias por leer!
Aoko-chan: ¿Te parece guai el fic? ¡Gracias!. Sí, Aoko y Kaito dan un poco de pena, dentro de na ya estoy otra vez con ellos, a echarles una manita XD. En el próximo cap habrá un poco de Shin/Ran, pero no esperes nada serio todavía, ten en cuenta que están conociéndose ahora. Si, he puesto a Kogoro muy serio O.o no se que he hecho, es casi sacrílego. ¡Muchas gracias por escribir!.
Maggie-chan: ¡Muchas gracias por dejar review!. Sobre todo teniendo en cuenta tus problemas caseros. Siento la tardanza n-nUU. Sobre si a Kaito y a Aoko no les pasa na…. Bueno, no puedo prometértelo, lo siento :P. U-U sí, Vodka no tiene pinta de conde, pero tenía que poner a alguien. (Alguien malo, quiero decir. Y Gin ya esta cogido para otro papel :P)
