Disclaimer Universo Alterno. Excepto los personajes, todo me pertenece.

Capítulo 5: Empieza el viaje.

El tintineo llegó suavemente a sus oídos. Se iban desperezando, notando las extremidades de su cuerpo algo agarrotadas.

.-No deberíais dormir sentados en el suelo- Comentó una alegre voz.

.-¡Kazuha!- Exclamó eufórico Shinichi, despertándose de golpe (y haciendo despertar a su vez a Ran y a Heiji)

Delante de ellos, flotando como siempre en el aire, estaba el hada sonriendo como la niña pequeña que era.

.-¿Te encuentras bien!- Le preguntó el mago mientras la inspeccionaba. Aunque no podía ver sus alas juraría que ya no serían opacas y grises. Kazuha parecía totalmente recuperada.

.-Estoy bien. Muchas gracias por cuidarme… a los tres- Añadió mirando a los príncipes. Estos solo negaron con la cabeza, contentos de que la chica estuviera fuera de peligro. Había sido una larga y angustiante noche.

.-Kazuha… yo…- Tartamudeó Shinichi apartando la mirada hacía el suelo. ¿Cómo decirle que le había fallado¿Qué no llegó a tiempo¿Qué toda su familia había sido asesinada?... Ella jamás le había pedido nada antes. Nunca. Y no pudo cumplir lo único que le suplicó… Salvarlas –Yo no… no pude… lo siento…

No pudo seguir porque su amiga lo acalló con un sorpresivo abrazo. Tembló ante el contacto… Sabía lo que significaba y no se lo merecía…

.-Gracias- Murmuró la chica ahogando un sollozo. –Sé que lo intentas y que te pusiste en peligro por mis hermanas… Muchas gracias.

.-Tonta, no me des las gracias- Dijo temblándole la voz mientras correspondía levemente al abrazo –Llegué demasiado tarde… Lo siento, de verdad que lo siento…

Ran y Heiji decidieron abandonar la habitación. Los dos jóvenes estaban muy afectados y necesitaban un poco de calma. Heiji se sentó en el sofá del salón y Ran lo imitó.

.-¿Qué vamos a hacer ahora?- Preguntó el moreno un poco al aire.

.-Las cosas han tomado un rumbo incierto.

.-¿Piensas que el ataque al nido de las hadas tiene algo que ver con Daemonium?- Cuestionó.

.-Bueno… ¿Te acuerdas que te comenté que cuando Daemonium resurgió por primera vez era en una época donde debido a la muerte de muchos seres mágicos el nivel de magia blanca descendió impresionantemente y eso ayudó a crear al monstruo?. Las Hadas son las criaturas mágicas más poderosas de nuestro mundo y han sido exterminadas. Ahora la balanza está inclinada hacía la magia negra y eso debilitará muchísimo el sello que mantiene encerrado a Daemonium. No puede ser solo una coincidencia.

.-Los que quieren devolver a la vida a Daemonium han sido los que han destruido el nido de las hadas… ¿eso es lo que quieres decir?

.-Es una hipótesis…

.-Es la verdad- Dijo Shinichi haciendo acto de presencia en el salón con Kazuha detrás de él. -Estoy seguro de ello. Nadie tendría ningún otro motivo para atacar el Bosque de las Hadas. Habrá que actuar deprisa.

.-¿Eso quiere decir que nos ayudaras!- Preguntó muy contenta Ran poniéndose de pie de un salto.

.-Sí –Contestó secamente –Antes este asunto no me atañaba… pero ahora es algo personal.

Ran quedo algo decepcionada por la respuesta. Ese chico parecía no importarle nada que no estuviera relacionado con él mismo. Aunque debía de conformarse con eso, que ya era mucho.

.-Sabes como derrotar a Daemonium y a sus seguidores¿verdad?- Preguntó esperanzado Heiji.

.-No.

Las mandíbulas de los príncipes casi llegan al suelo al oír semejante contestación. Tardaron más de cinco segundos en reaccionar y cuando lo hicieron fue con un grito al uniseo.

.-¿CÓMO QUE NO!

.-Pues que no lo sé. No arméis tanto escándalo- Refunfuñó mirando hacia otro lado molesto. Kazuha se carcajeó. Sabía lo poco que le gustaba a Shinichi mostrar su ignorancia en algún tema, por poco que fuera.

.-Pe... Pero... Pero tú...- Tartamudeó Heiji a punto de hacer un puchero.

.-Lo que él quiere decir es que los magos pasan sus conocimientos de generación en generación. ¡Deberías de tener al menos la información del hechizó con el que tu antepasado derrotó a Daemonium!.

.-Eso ya lo sé. Si yo hubiera tenido una infancia normal mi madre hubiera terminado mi educación mágica y posiblemente me hubiera enseñado los textos prohibidos de mi familia. Pero mi madre se murió dejando a medias mi instrucción y yo tuve que aprender magia por mi cuenta, sin basarme en el conocimiento de mis antepasados.- Explicó con una gran amargura en sus palabras impregnadas de sarcasmo y... ¿reproche?

.-Pero Shinichi... ¿y todos esos libros que tienes en tu estudio?- Preguntó Kazuha.

.-Son libros que he ido comprando y consiguiendo a lo largo de los años, pero no son libros de mi familia.

Se produjo un silencio incómodo. Ran y Heiji no querían comentar nada por miedo a que el mago se enfadara de nuevo. Él estaba seguro de que su madre era inocente y una simple insinuación que dijera lo contrarío podría provocar que se negara a ayudarles (Aunque al parecer todo el trabajo de ir a buscarlo había sido inútil). Por el momento dejarían aparte ese tema y se dedicarían al tema que les importaba.

.-¿Y entonces como vas a ayudarnos?- Preguntó Ran al final, muy bajito.

.-Que no sepa ahora como derrotar a Daemonium si llega a renacer no quiere decir que no pueda averiguarlo en un futuro.

.-¡Pero has dicho...!

.-Sé lo que he dicho. Que no tengo los textos de mi familia, pero sé donde buscarlos.

.-¿Dónde!- Preguntó expectante Heiji.

.-Donde se quedaron cuando huí al Bosque de las Hadas. En el Reino del Este.

ººººººº

Se limpió la sangre que se deslizaba por la comisura de su sonriente boca. ¡Estúpidos ladrones de pacotilla! Creían que podían con él ¡Con él!. Era el mejor ladrón de los Cuatro Reinos. Ni las bandas ni las cofradías de ladrones le asustaban. Esos memos habían ido a por lana y volvieron trasquilados. Eliminarlo porque se metía en su territorio... ¡JA¡Y al final se había librado de ellos y de pasó les había robado sus bolsas con dinero!.

Empezó a contar el dinero automáticamente. Los golpes no le dolían demasiado y prácticamente los ignoraba. Sus manos pasaban moneda a moneda y su boca pronunciaba números consecutivos pero su mente no estaba en la labor que su cuerpo hacía. Su mente viajaba por sus recuerdos, sumergiéndole en ellos.

Se quedo huérfano antes de aprender a andar. No sabia quienes habían sido sus padres ni los recordaba. Solo sabía su propio nombre por un colgante que siempre llevó consigo hasta los trece años, cuando debió de empeñarlo porque Aoko se puso enferma y necesitaba medicinas con urgencia.

Aoko... A ella la conoció cuando tenía unos seis años. Huérfana también, trabajaba en una mina porque era muy pequeña y llegaba a galerías que los mayores no podían. La tenían explotada por míseros trozos de pan duro y un techo con goteras en invierno. Cuando la conoció fue como conocer a una luciérnaga; inquieta y luminosa... Y entonces comprendió que no podía dejarla nunca y se escaparon del lugar a la capital del Reino.

Allí la vida era dura, pero mucho más sana que trabajar bajo tierra. Como no tenía como subsistir comenzó a robar. ¡Y vaya que era bueno!. Muchas bandas quisieron tenerlo como miembro, pero se negó. Eso implicaba tener que dejar a Aoko (porque las mujeres no eran aceptadas en las hermandades de ladrones). ¿Y que sería de él sin Aoko? Vivía por y para ella. El único motivo que encontró de seguir adelante en un mundo tan difícil fue cuidarla.

Pero falló. No la cuido. Aoko no robaba como él, se dedicaba a hacer algún que otro trabajito en tiendas, casas o puestos. Una mañana fue a una tienda a trabajar pero cuando volvió para buscarla e irse a su casa (Si a la pequeña habitación en un edificio casi en ruinas puede denominarse casa) no estaba. A golpes le sacó al rata de jefe que tenía su amiga que unos guardias del Conde Vodka habían pasado buscando chicas para criadas de su mansión y el vendió a su empleada por la excelente cantidad de 500 monedas de oro. ¡Ese cerdo se había atrevido a hacerle eso a su Aoko! Seguramente se gasto todo el dinero en medicinas y cuidados médicos por la paliza que le dio.

Aun recordaba la conversación que tuvo con el jefe de los criados de la mansión. Según él, el trato estaba hecho y no había marcha atrás.

.-Olvídate, chico. – Le dijo con una sardónica sonrisa. Sonrisa que desapareció cuando él lo aprisionó ente la pared y su cuchillo en la garganta. Lo miró con odio y susurró muy despacio, para que lo entendiera bien:

.-Nunca.

.-Bueno...- Argumentó -... siempre puedes volver a comprarla. Aunque una criada del Conde es muy cara.

.-¿Cuánto?

.-Mil monedas de oro. Tráeme mil monedas y te daré a la chica al instante.

.-¿Lo juras?- Preguntó en un siseo.

.-Por supuesto- Sonrió falsamente llevándose una mano al pecho y levantando la otra. Sabía que mentía, así que mejor asegurarse.

El tipo chilló y lloró cuando el puñal que había estado en su garganta clavó su mano extendida en la pared.

.-Miénteme...- Le dijo retorciendo un poco el puñal en cada palabra –No cumplas tu trato y no habrá Conde, Rey, Ley o Dios que te salve de mí.

Desde entonces llevaba robando como un desesperado. Iba a verla para asegurarse de que estaba bien algunas noches y le dio indicaciones y consejos de cómo comportarse para que el viejo Conde no se encaprichara de ella y al final no pudiera liberarla. Pero aun así el tipejo se había fijado en ella (Claro, como no si su Aoko era muy guapa).

Paró sus pensamientos cuando la última moneda pasó por su mano. Novecientas noventa y nueve. Solo una, necesitaba una moneda. El sol comenzaba a ponerse y dentro de poco no habría nadie a quien robarle por las calles.

Entonces vio algo que lo dejó helado. Su paloma blanca se dirigía hacía él y eso solo significaba una cosa; Aoko necesitaba ayuda. ¡Mierda¡Solo necesitaba una moneda, solo una!. Si iba ahora sin esa moneda no podría hacer nada...

Cerca de él pasó un hombre y pudo notar como su bolsa estaba bastante llena. Parecía una persona humilde al que acababan de dar su sueldo. Se maldijo interiormente mientras sacaba su puñal y en menos de un segundo lo tenía arrinconado.

.-Por... por favor, suélteme.- Suplicó el hombre y aunque a Kaito le dio pena no quito su expresión fría.

.-Déme el dinero y no le haré daño.

.-Por favor, eso no. Tengo una familia numerosa y vivimos dignamente gracias mi sueldo. Si un mes falta sería...

.-¡Deme la bolsa!- Exigió. El hombre, temblando, se la dio. Al fin y al cabo era mejor a que su mujer se quedara viuda y sus hijos huérfanos de padre. Cerro los ojos esperando a que el chico se fuera, pero escucho sonido de monedas. Luego notó como dejaba la bolsa llena en sus manos y miró a Kaito asombrado.

.-Lo siento mucho, generalmente solo robo a aquellos que les sobra el dinero. Pero esto es un asunto de vida o muerte. Quédese su sueldo, yo solo necesito una moneda de oro.

Después de explicárselo salió corriendo a una velocidad endiablada. El hombre, aun impactado por lo que había sucedido solo pudo murmurar:

.-Que ladrón más extraño.

"Que esté bien"- Pensaba Kaito mientras se dirigía a la mansión –"Por favor, que esté bien"

Mientras, el sol se ocultaba por el horizonte.

ººººººº

Kazuha había volado muy alto, tan alto que podía ver todo el inmenso bosque desde su posición. Justo en el centro una humareda se iba apagando poco a poco. Era el nido, su antiguo hogar. Ahora no quedaba nada, estaba carbonizado, como su familia. Aun dolía la perdida, pero sabía que tenía que salir adelante.

Shinichi y los dos príncipes habían decidido salir por la mañana al Reino del Este para buscar los textos prohibidos donde se encontrara la forma de derrotar la amenaza que parecía que cada vez crecía más y más. Partirían a primera hora de la mañana. Shinichi le había preguntado si quería acompañarlos o quedarse en el Bosque y ella le dijo que los ayudaría. Primero porque debían detener a aquellos que habían asesinado a todas sus hermanas. Y segundo, porque en el Bosque ya no le quedaba nada. Ahora solo tenía a su amigo. Eran familia.

Pero no podía irse así sin más. Aun quedaba una última cosa que hacer por sus hermanas y por su amado Bosque. El sol se estaba ocultando y los anaranjados rayos le daban a sus alas unos colores cálidos. El sonido de cascabeles que se producía cuando las movía para volar empezó a tomar un ritmo que ella marcaba. Estiró los brazos formando una cruz y levantó su cabeza mirando al cielo. Comenzó a cantar muy suavemente, mientras que el viento soplaba de forma leve, moviendo sus cabellos. Kazuha empezó a mover los brazos o las manos, provocando que las corrientes de aire cambiaran de dirección. Las cenizas del trozo de Bosque quemado empezaron a elevarse mientras que Kazuha cada vez cantaba más fuerte. El viento iba y venía cada vez más rápido, formando remolinos, hasta que de golpe y con la última nota la pequeña hada dejó de cantar, se paró y las cenizas se dejaron caer por todo el inmenso Bosque.

.-Vosotras que nacisteis de la tierra y el agua, como las plantas y la fauna, volved a ellas. Sed de nuevo parte de vuestro amado hogar. Descansad en paz y para siempre. Enterraos en las raíces y nutrios de la luz del sol. Adiós...

.-¿Qué está haciendo Kazuha?- Preguntó Ran en el suelo viendo el lejano punto luminoso que era el hada.

.-El rito funerario de las hadas.- Contestó Shinichi sin mirar, mientras que terminaba de preparar sus cosas para el viaje. Ran lo imitó, pero Heiji se quedo observando el cielo sin decir ni una palabra hasta que la niña volvió a descender. Antes de que llegara frente al gigantesco árbol él ya se había metido dentro de la casa del mago.

ººººººº

No entendía como había pasado. Ella estaba preparando la comida junto con otras cuando el jefe de los criados apareció y le dijo que después de la cena debía ir a los aposentos del Conde Vodka. Aoko se puso pálida e intento negarse, pero el tipo la miró con sádica satisfacción y le respondió que si no hacía lo que se le ordenaba la ahorcarían.

Sin otra salida envió a la paloma de Kaito en busca de su dueño y rezó y suplicó para que lo encontrara a tiempo. Los minutos pasaban inexorablemente y cuando la cena pasó ella intento escabullirse para limpiar los platos, pero en menos de una hora unos guardas fueron a llevarla a la habitación del hombre. Prácticamente la arrastraron todo el camino, puesto que ella pataleó, intento escapar (ignorando los perros del jardín) pero nada pudo hacer.

.-Quédate aquí hasta que el Conde vuelva de tomar su baño. ¡Y pórtate bien!- Le ordenaron, para luego encerarla con llave.

Aoko intentó abrir la puerta, derribarla o forzarla. Pensó en escapar por la ventana, pero estaba en la parte más alta de la casa y podía ver a los perros justo en ese lado de los jardines. Observó como la noche acababa de llegar y que la oscuridad no le permitía ver si alguna figura se acercaba.

Entonces la puerta se abrió dejando entrar al robusto y malvado hombre. Aoko tembló; hasta se le hizo factible por un instante el tirarse por la ventana para escapar. El Conde sonrió perversamente al ver como retrocedía hacía la pared. Sin decir ni una palabra la agarró por el brazo y la lanzó sobre la cama para luego colocarse sobre ella. La muchacha ahogo un gritó e intento quitárselo de encima. El Conde solo sonreía ante los esfuerzos inútiles pero cuando intento quitarle el corpiño marrón que ceñía la blusa blanca a su torso Aoko lanzó un rugido y le arañó la cara. La abofeteó con el dorso de la mano y uno de sus anillos le rasguño la pálida mejilla.

.-Estate quieta o te ira peor- Advirtió.

.-¡No me importa!- Gritó mientras se retorcía y le pegaba con los puños -¡Prefiero la muerte!

.-Pues eso será lo que tendrás... después de que acabe contigo- Murmuró con retorcida alegría y mordió el cuello de Aoko con fuerza, haciendo que chillara.

Mientras, Kaito ya había llegado a la mansión, haciendo llamar al jefe de los criados y se estaba peleando con él en las cocinas.

.-¡Tengo el dinero!- Gritó arrojándoselo -¡Dame a Aoko ahora!

.-Lo siento mucho- Dijo mostrando en su cara que no era cierto mientras contaba las monedas de la bolsa –Pero el Conde me ordenó que la llevara a su habitación. Tendrás que esperar a que acabe con ella.

.-¡Escúchame, rata!- Gritó furioso mientras lo agarraba por la solapa de la camisa con una mano y apretó su cuchillo en su cuello, de nuevo -¡Tráela ahora si no quieres que te mate!

.-No puedo hacer nada- Gimoteó el hombre –Ya está con el Conde.

Algunos criados que observaban la escena asustados llamaron a los guardas. Kaito, al ver a los tipos armados acercarse decidió actuar pronto.

.-¿Donde está la habitación del Conde¡¡Habla si no quieres que te corte un dedo!

.-E-Esta subiendo las escaleras, todo recto… Pero seguramente, ya no puedas ayudar a tu amiga- Sonrió al ver como los guardas estaban tan cercas que atraparían al que se había atrevido a amenazarlo. Ya hasta podía oler su cadáver colgado en la plaza.

.-No digas eso- Susurró temblando de la ira, su mente se nublo y sus ojos centellearon -¡CÁLLATE!

Una onda expansiva que surgió del grito del joven ladrón derribó a todos los hombres que estaban en la cocina, tirando trastos y hasta abriendo puertas. Si no se encontrara tan cegado por la preocupación y la furia se hubiera sorprendido, pero solo echó a correr buscando las escaleras. Las subió en un suspiro sin ni siquiera notar a su paloma siguiéndolo, ya que el animal no había recibido más ordenes y no sabía que hacer.

Cruzó el pasillo a toda velocidad. Unos guardas le dieron encuentro para detenerlo.

.-¡APARTAOS!- Gritó y los tipos salieron despedidos chocando contra las paredes. Por fin llegó a unas grandes puertas de caoba que no tenían que ser otras que las que daban a la habitación que buscaba.-¡ÁBRETE!

Las puertas prácticamente se desencajaron de sus goznes. Vio con horror a ese maldito bastardo encima de su Aoko.

.-¡ALÉJATE DE ELLA!

El Conde Vodka salió volando con fuerza, golpeándose la cabeza con la pared y cayendo inconsciente al suelo.

.-Ka-Kaito- Susurró la chica mientras él se le acercaba para luego ponerse a llorar y echarse a sus brazos- ¡Kaito!

.-Tranquila, tranquila- Susurró acariciándole el pelo. Luego pasó una mano por su cintura y otra por debajo de sus rodillas y la levantó- Nos vamos a casa.

.-¡Malditos¡¿Qué le habéis hecho al Conde!- Gritó uno de los guardas que acababan de llegar. Eran más de quince, todos armados y amenazantes. Pero eso a Kaito no le importó, solo notaba las lágrimas de Aoko deslizándose por su cuello, donde la chica tenía enterrada la cabeza. La ira aun lo dominaba y no notaba lo peligroso de la situación.

.-Fuera- Ordenó frunciendo aun más el ceño- ¡Fuera todos de aquí¡¡NO OS INTERPONGAIS!

Todos los guardias fueron barridos como los anteriores, por la fuerte onda expansiva. Llegó a cubrir toda la mansión y sus jardines. Todos quedaron inconscientes. Kaito salió corriendo por encima de los cuerpos con Aoko en brazos. Corrió por las calles y no se detuvo hasta que llegó al diminuto cuarto que era su hogar. Solo hasta que se sintió a salvo en ese lugar logró tranquilizarse y disipar su enfado.

Dejó a la chica sobre el maltrecho colchón tendido en el suelo, pero ella aun no lo soltaba.

.-Shhh, ya pasó- La dijo soltándose del agarre levemente. Ahora podía observar su rostro y se le encogió el corazón por ello. Tenía varios golpes y un labio sangrante que seguramente mañana tendrían un peor aspecto amoratado. El corpiño estaba roto y la blusa rasgada por una de las mangas. Y en su cuello había señales de dientes.

.-Aoko… ¿te llegó a forzar?- Le preguntó con congoja pero ella negó con la cabeza.

.-Llegaste a tiempo- Contestó sonriendo por primera vez en esa noche.

.-¿Seguro?- Volvió a cuestionar el aprehensivo ladrón.

.-¡Que sí!

.-Me aseguraré- Dijo tajante metiendo las manos por debajo de la acampanada falda de la chica.

¡PLAFF!

.-¡Kaito, idiota, las manos guardadas!- Chilló mirándolo con furia mientras se tapaba todo lo que podía con la falda.

.-Sip, definitivamente está es la Aoko que conozco- Susurró mientras se sobaba la roja mejilla. Nadie podía saber cuan feliz estaba por haber llegado a tiempo. Miró a su paloma que esperaba instrucciones posada sobre el marco de la puerta y le ordenó hacer guardia por si venía alguien.

.-Kaito… ¿Qué pasó en la mansión?- Preguntó la chica después de un periodo de silencio.

.-No lo sé… Sentí una gran explosión de poder dentro de mí pero todo fue muy confuso- Contestó expresando sus pensamientos –Pero eso no importa. Debemos huir esta misma noche.

.-¿Huir?

.-El Conde Vodka estará furioso y es primo del Rey Gin. Seguro que antes del amanecer tendremos a toda la guardia real buscándonos.

.-¿Y a donde iremos?

.-Muy lejos del Reino del Norte.

.-Pero… Siempre hemos vivido en el Reino del Norte.- Dijo ella -¿A que lugar podemos ir?

.-Estoy seguro que cualquier otro Reino es mejor que esté que está bajo las órdenes de un villano como Gin y su corte de nobles. Cámbiate y coge las cosas más necesarias para el viaje, tenemos poco tiempo.

.-Entendido- Murmuró para preparar una pequeña bolsa con cosas de los dos.

Antes de una hora dos figuras abandonaron a toda prisa la capital del Reino del Norte, seguidas por una paloma blanca en la distancia.

ººººººº

Sonreía abiertamente, pero su sonrisa provocaría temor en cualquier persona, por muy valiente que fuera. En el oscuro y húmedo cuarto, lleno de tubos, alfeñiques, destiladores y pócimas burbujeantes en recipientes de cristal, unos grandes trozos de cuarzo, alguno de dos metros y otros de solo medio, descansaban en el aire sujetos por cadenas de plata al techo.

Dentro del cuarzo pequeñas y grandes sombras se movían y retorcían, deseosas de salir, arañando su jaula de cristal.

.-Ya estáis casi listos- Murmuró la mujer, descansando su mejilla contra el frío mineral blanco. Su mano se deslizaba por donde las sombras se movían –Dentro de poco podréis salir y el mundo temblará. Preciosos hijos del demonio…

Una fina carcajada salió de su garganta. Estaba feliz, muy feliz. Como hacía tiempo no lo estaba. El día tan esperado pronto llegaría y conseguiría lo que buscaba desde hacía tanto tiempo… Venganza.

ººººººº

.-Ya es hora de marchar- Dijo Shinichi tomando su bolsa de viaje. Acababa de amanecer y partirían inmediatamente.

.-¿Iremos a recoger nuestros caballos?- Preguntó Ran.

.-Preferiría llegar a la ciudad sin llamar la atención- Dijo el mago.

Se pusieron en marcha tranquilamente. Simplemente el salir del enorme Bosque les tomaría unos días. Llegar al Reino del Este no sería cosa rápida. Los principies seguían al hada y al mago puesto que ellos conocían mejor el camino. Además, si se perdían tenían la suerte de que Kazuha podía volar muy alto e indicarles la ruta correcta.

Para Shinichi no era fácil volver y desandar lo que años antes había andado. Dejar a Gigante y el Bosque de las Hadas, que había sido su hogar durante tanto tiempo era duro. Ahí siempre se sintió seguro pero ya no era un niño, ahora era un poderoso hechicero. Debía confiar en sus poderes.

.-¿Triste por dejar el hogar?- Preguntó su pequeña amiga revoloteando a su lado.

.-Eso debería decírtelo yo a ti.

.-Esto ha cambiado mucho- Murmuró ella –Además, no es un adiós para siempre¿verdad?

.-No lo sé, Kazuha- Respondió apesadumbrado negando ligeramente con la cabeza –Esto puede ser más complicado de lo que crees.

.-Bueno, pues aunque sea un adiós para siempre no hay que estar tristes. Un ciclo se cierra para abrir otro.

.-Te envidio, Kazuha- Ella lo miró extrañada –Has perdido a toda tu familia, pero has sabido salir adelante. Yo en cambio, me encerré en mi mismo y me aparté del mundo.

.-No estés triste- Suplicó abrazándolo levemente con sus delgados brazos.

-.De acuerdo, de acuerdo- Sonrió y ella lo soltó –Siento haberte preocupado.

.-Lo que me preocupa de verdad es tu seguridad. Cuando llegaste aquí hace ocho años decías que "ella" quería matarte.

.-Fue lo que me dijo mi madre antes de morir- Contestó.

-¿Y sabes quien es ella?

.-Tengo mis sospechas, sí.

.-No deberías de decírselo a los príncipes- Comentó mirando de reojo hacia atrás, donde Ran y Heiji conversaban tranquilamente.

.-No me creerían, Kazuha. Ellos solo conocen la versión "oficial" y, claro, yo era un pobre niño traumatizado por lo sucedido que da su versión subjetiva del asunto… Déjalos así, ya llegará el momento si hay que decirles algo.

.-De acuerdo… Por cierto, ahora que caigo. Por que no haces magia y vamos volando al Reino del Este.

.-Porque no- Contestó rotundo.

.-No me digas que aun tienes vértigo- Se burló.

.-¡Pues sí!

.-Venga, hombre. Sé que volaste el otro día.

.-Pero eso fue un impulso. Menos mal que la princesa logró tranquilizarme porque si no hubiéramos visto el suelo muy de cerca… ¿Y esa risita porque!- Gritó cuando vio la cara burlona de su amiga.

.-Nada, nada- Susurró mirando a la princesa. -"Esta chica…"- Pensó aun con su sonrisa en la cara -"…creó que es bastante especial."

Mientras Heiji y Ran observaron a los dos guías de la marcha.

.-Se llevan bien- Comentó Ran refiriéndose a los dos chicos.

.-Hum… Eso parece- Contestó lacónico Heiji

.-Es extraño que un hada se hiciera amiga de un humano.

.-Esa pequeñaja está totalmente fuera de la lógica normal.

.-Seguramente- Rió Ran.

El viaje acababa de empezar y los chicos no tenían ni idea de todo lo que les iba a suceder. Se adentraban a lo desconocido… y al peligro.

N de la A: Es un capítulo de relleno y no tocaba subirlo, pero lo he hecho por una razón. No estoy de ánimo para escribir en una buena temporada, así que cuelgo todo lo que ya tenía listo a modo de disculpa y para que no se queden esperando aun más.

Agradezco muchísimo sus reviews y me encantaría contestarlos, pero al parecer hay una nueva norma de esta pagina que no lo permite y no me apetece exponerme a que me borren el fic, como ya pasó con otro.