N/A: Muchas gracias por los reviews ). De verdad me dan ganas de seguir escribiendo. Espero que este capitulo les guste tanto como el anterior. No es muy largo y eso porque suelo re-escribir los párrafos miles de veces hasta que queden mas o menos bien y se entienda lo que quiero decir (o mejor dicho lo que ellos quieren decir). El próximo capitulo supongo que irá más de lleno a la "acción" (que por algo esta como M). Dejen reviews diciéndome si les gustó, y si no les gustó también para así poder mejorarlo. Habilite los reviews anónimos porque como alguien dijo por ahí, "mientras más reviews mejor". Ahora si el capitulo!

Disclaimer: Esta demás decir que los personajes no me pertenecen, se los tome prestados a J.K.R.

ADVERTENCIA: Este fic es yaoi (relación entre hombres) si no te gusta el genero no lo leas, ya estas avisado.

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La impaciencia logro despertar a Remus cuando el sol aun no asomaba por las ventanas de la habitación, sus compañeros disfrutaban sus últimas horas de sueño antes del comienzo de las clases. Giró hacia un costado tratando de conciliar el sueño nuevamente y vio que James dormía desordenadamente mientras balbuceaba unos extraños sonidos que Remus interpreto como "Lily". Giró hacia el otro lado y quedó petrificado al ver a Sirius durmiendo en la cama de al lado. Tenía una expresión calmada e inexpresiva, su cabeza levemente inclinada dejaba ver como su cuello se tensaba y relajaba al compás de su respiración. Era difícil pensar que hace tan solo unas horas atrás podría haber mirado a su amigo sin remordimiento alguno, pensar que hace unas horas atrás sus labios habían tenido la oportunidad de besar ese cuello. Culpabilidad y remordimiento, más que cualquier otro sentimiento en ese momento. Le atemorizaba la idea de admitir que hace unas horas atrás, en esos forzados y cortos segundos, la cercanía con el cuerpo de su amigo le había hecho perder la razón, dejándose llevar sin importar lo que Sirius pensara o sintiera.

Lentamente se sentó sobre la cama, se dio ánimos y luego se dirigió al baño.

- Talvez una ducha de agua fría me ayude a calmarme – pensó mientras cerraba la puerta y comenzaba a desvestirse.

Ordenó su ropa y entró a la ducha. Un leve escalofrío recorrió su cuerpo al sentir el contacto con el agua helada. Dejó que el frío se llevara todos aquellos calidos sentimientos del día anterior.

Solo aplazas lo inminente…

- Pues lo aplazare todo cuanto pueda – se dijo apretando los ojos mientras el agua recorría silenciosamente su cuerpo.

Vaya lobito si tan solo me dejaras ayudarte… si tan solo me hicieras cas—

- Que te haga caso dices? Pues por hacerle caso a tus malditos consejos e "instintos" como tú los llamas es que estoy en este problema! Desearía no tener que escuchar más tus estúpidos consejos! – gritó sin poder contener la ira.

Pues si eso es lo que prefieres… - dijo la voz apagándose en un susurro casi inaudible.

De pronto un extraño sentimiento de soledad y vacío lo llenó por completo. No se atrevió a decir más…

Poco a poco la habitación comenzó a llenarse de ruido, lo cual indicaba que era hora de bajar a desayunar antes de asistir a clases. Salió del baño a toda prisa, evitando las miradas de sus compañeros, y se encaminó al Gran Salón. Terminó de desayunar antes que los merodeadores bajaran, pero cuando estaba a punto de llegar a la sala de Transformaciones se encontró con James.

- Moony! Me gustaría hablar contigo, aun tenemos tiempo antes que empiece la clase de transformaciones – dijo James en un tono que hacía difícil negarse.

Remus asintió y siguió a su amigo hasta una sala desocupada.

- Bien James, de qué quieres hablar? – preguntó Lupin sabiendo de antemano la respuesta.

- Pues veras… ayer Padfoot vino a hablar conmigo y me contó lo que había pasado… lo que había pasado en la Sala Común, sonaba bastante preocupado y—pero antes de terminarla frase Remus se había apresurado a responder.

- Mira James, últimamente no me he sentido muy bien y… lo que pasó ayer fue producto de eso, pero no quiero que se malinterprete – dijo Lupin en un tono bastante convincente y con total tranquilidad.

- Esta bien Moony, no tienes que darme explicaciones, solo me gustaría que aclararas las cosas con Sirius para que no haya problemas entre ustedes después. No me gustaría ver a mis dos mejores amigos discutiendo por algo que, como tu dices, solo fue un mal entendido – le dirigió una sonrisa de apoyo a Lupin – Vamos, ya van a empezar las clases.

- Si, tienes razón, vamos – y los dos chicos se encaminaron de vuelta a la sala.

Al llegar a la sala Remus eligió el puesto más alejado de Sirius que pudo, sin separarse del grupo de los merodeadores para no despertar dudas claro. Pasó toda la hora con la pluma en mano y con la mirada fija en el pergamino, pero sin tomar nota de lo que se suponía que escuchaba. Su mente divagaba imaginando las mil situaciones a las que podía enfrentarse cuando fuera a disculparse con Sirius. Qué pasaría si Sirius no creía sus explicaciones? O si se ponía tan nervioso que no lograba articular palabra? Peor aun, qué pasaría si Sirius simplemente no quería escuchar lo que él tenía que decir? Y esas eran solo algunas de las miles de situaciones en las que se podía encontrar. Por otro lado pensó que si había algo en lo que era especialmente bueno era ocultando sus sentimientos. Desde pequeño se había acostumbrado a ignorar las miradas de desprecio que le dirigían los otros niños y sus padres, siempre se enfrentaba al mundo con esa expresión inescrutable que lo protegía de cualquier daño que los demás pudieran ocasionarle. Inexpresivo y tranquilo. Si mostraba un pequeño destello de debilidad sus compañeros lo hubiesen usado para burlarse de él. Si había un momento en el que tenía que acorazar sus sentimientos era ahora.

El ruido de las sillas lo sacó de sus pensamientos para ponerlo frente a la realidad nuevamente. Sirius ya se había marchado. Lo estaría evitando?

- No lo culpo… - murmuró para si mismo. Quizás lo mejor fuera darle un poco de tiempo para que las cosas se enfriaran y después hablar más tranquilamente. Talvez lo mejor fuera evitar a Sirius unos días.

(Mientras, en las afueras del Castillo de Hogwarts)

Sirius estaba recostado a la sombra de un árbol, extrañamente sin la compañía de James, disfrutando de la hora libre que tenían entre una clase y otra. Había evitado deliberadamente a Remus y lo sabía. Necesitaba tiempo y un poco de soledad para aclarar su postura frente a lo que había pasado el día anterior. James le había dicho que había hablado con Remus, y que este había dicho que no se sentía muy bien y que por eso había actuado de esa forma. Era muy probable que fuera así, ya que la licantropía de Lupin podía hacerle reaccionar de maneras extrañas algunas veces. Sin embargo, cuando recordaba la actitud de Remus el día anterior no dejaba de preguntarse por que lo había detenido. Extrañamente le había gustado esa faceta dominante del lobo, la manera en que había tomado control de la situación y había sostenido su mirada desafiantemente antes de acercarse. Las chicas con las que había estado más bien adoptaban una postura sumisa, tímidas y manipulables a su gusto. Bajaban la mirada y reprimían sus acciones. Por el contrario, estando con Remus, se había sentido a la par. Tenía que admitir que la noche anterior le había costado dormirse pues se había quedado fantaseando con la idea del «qué hubiera pasado». Por qué se había demorado tanto en notar ese lado tan interesante de Remus? Ahora la curiosidad lo mataba. Había dejado que sus estúpidos prejuicios hacia este tipo de relaciones le quitaran una oportunidad única. Solo le animaba pensar que si Remus había estado dispuesto a algo el día anterior, entonces de seguro también lo estaría hoy, o al menos eso esperaba.

Decidió ir a buscarlo y, con un poco de suerte, encontrarlo solo. Se dirigió hacia el Gran Salón donde, por primera vez para su desgracia, se encontró con James y Peter.

- Vaya Padfoot! Te estaba buscando, donde has estado? – dijo el chico de desordenado pelo negro, pero antes de que el aludido tuviera tiempo de responder, se apresuró a decir – Bueno, no importa, sabes? Tengo un plan para conseguir que Lily salga conmigo y necesito tu opinión, estoy seguro que este no falla. Pero ven, vamos a buscar algo de comida mientras te cuento – y una vez más sin dejarlo responder, lo agarró del brazo y lo llevo a toda prisa a la cocina mientras un apresurado Peter los seguía detrás al haber escuchado la palabra «comida».

El resto del día pasó tranquilamente, sin ningún suceso merecedor de relatar. Entre una clase y otra Sirius no fue capaz de encontrar a Remus solo, o estaba en la biblioteca rodeado de gente, o ayudando a Peter a corregir su ensayo de Pociones, o simplemente no lograba encontrarlo en ninguna parte.

En la noche, después de compartir un rato con James y Peter, decidió irse a dormir de una vez, todo esto de perseguir a Remus lo tenía bastante cansado. Subió con desgano las escaleras y cuando entró en el cuarto de los de 5to año se sorprendió al darse cuenta de que no estaba vacío.

Lupin dormía tranquilamente sobre la cama, al parecer estaba tan cansado como Sirius, ya que ni siquiera se había dado el trabajo de sacarse la ropa y meterse en la cama. Sirius observo detenidamente a su amigo. Su piel brillaba como la plata a la luz de la media luna que se colaba por entre las cortinas, y abrazaba el libro de pociones que seguramente había usado para ayudarse a corregir el ensayo de Peter.

Se acercó lentamente, tratando de hacer el menor ruido posible para no despertarlo, y se arrodillo a su lado. Se debatió un momento sobre si besarlo o no, luego comenzó a acercarse y—

- Sirius! – se escuchó la voz de James gritando desde las escaleras – Dejaste tu ensayo de pociones acá abajo.

- Mierda! – pensó mientras se encaminaba a las escaleras – y a mí que me importa el ensayo!

Dio vuelta las escaleras y vio que James agitaba un pergamino desde un par de escalones más abajo. Se acerco y se lo quitó de las manos a su amigo.

- Qué pasa Padfoot? – preguntó este dirigiendo una mirada de sorpresa.

- Nada Prongs, estoy cansado, me voy a dormir – dijo Sirius dando un fingido bostezo mientras pensaba que si tenía suerte Lupin no se habría despertado.

- Si, tienes razón, yo también estoy cansado, subiré contigo – dijo James mientras se adelantaba y entraba en la habitación.

Sin tener ninguna forma de detener a su amigo Sirius subió también a la habitación, aun más fastidiado de lo que había bajado. Se acostó de mala gana, tratando de ignorar las ganas que sentía de pegarle a James, y con no poco esfuerzo logró dormirse.

En la cama de al lado estaba Lupin acostado, fingiendo estar dormido, de la misma forma en que había fingido que dormía cuando sintió los pasos de Sirius por primera vez subiendo las escaleras. Deseó con todas sus fuerzas escuchar de nuevo esa pervertida e irónica voz en su cabeza, se sentía estúpidamente inexperto en estas situaciones. Pero solo el implacable silencio hacía presencia en la habitación.