La cena transcurrió sin mayores contratiempos. Quizás el único que tenía alguna queja era Yoh ya que no le agradaba mucho tener que comer sopas instantáneas, y mucho menos cuando lo que el había preparado era muchísimo mas exquisito.
-Bueno Yoh, ahora lava todos los platos, y mientras tú ve a recoger las sabanas y ponlas en sus respectivos armarios, Tamao.-
-¡Si señora!- dijeron los dos chicos al mismo tiempo. "A veces pueden ser tan payasos." Se quedó pensando Anna mientras Yoh y Tamao salían a cumplir sus tareas.
La luna brillaba intensamente esa noche, y Tamao se permitía pensar un poco en ciertas cosas que no le podía decir a nadie.
"Joven Yoh. A veces quisiera decirle a la señorita Anna que no esta bien que lo trate así, o armarme de valor y decirle que esa no es forma de tratar a su futuro prometido, pero no puedo hacer nada de eso porque se que ella lo hace por su bien. Además eso me llevaría a… perder el control y decir lo que de verdad siento por usted… Y escuchar la respuesta que me daría probablemente me destruiría."
Tamao se dejaba llevar por esta clase de ideas, cuando sintió algo; una serie de presencias. Cuando volteo a ver, había cuatro sujetos frente a ella. En cierta forma estaba preocupada, pero a la vez, algo acostumbrada a recibir esa clase de visitas. Desde que Yoh derrotó a Hao y el torneo de shamanes se suspendió, se había corrido la voz en todo el submundo de los shamanes de que cuando el torneo se reanudara, el rival a vencer sería Yoh Asakura; incluso ya había quienes se referían a el como "el rey shaman", y no faltaban los que se animaban a llegar a retarlo para probar que ellos eran los únicos que deberían llevar el título de rey shaman. Todos terminaban igual; regresando completamente vapuleados a casa. En ese sentido, parecía que esa noche también sería rutinaria.
-Estas no son horas de venir a molestar. Por favor, váyanse de una vez, y si tanto es su deseo de ver al joven Yoh vengan mañana.-
-Pero para que esperar hasta mañana.- Dijo uno de los sujetos. -Si este es un buen momento para matar a ese que se hace llamar "rey shaman".-
-Rayos. ¿Otra vez vinieron mas cucarachas?- dijo Anna mientras llegaba al patio. -
Señorita Anna.-
-¿Qué estos sujetos no tienen a alguien más a quien molestar?-
-Y tu debes ser Anna Kyouyama, la futura esposa del rey shaman.- dijo otro sujeto.
-Así es. Ahora tienen dos opciones: o se van tranquilamente sin mayor escándalo, o bien, pueden irse de aquí chillando y con la cola entre las piernas.-
-Si, nos iremos… cuando los hallamos eliminado.- contestó otro de los sujetos mientras el y los otros tres realizaban la posesión de objetos.
-De veras si son idiotas.- dijo Anna. -Yoh, ¿Por qué te demoraste en venir acá?-
-Perdón, Anna. Es que son muchos platos y aun no acabo.- le respondió Yoh que acababa de llegar al patio en ese momento.
-Entonces date prisa y acaba con estos sujetos de una vez.-
-Bien, "rey shaman", ¿listo para ir al infierno?-
Yoh los contempló un momento y luego dijo. -Oye Amidamaru, ¿Qué te parece si usamos el nivel de posesión mas básico?-
-Como diga, amo Yoh.- respondió Amidamaru cuando apareció al lado del que llamaba respetuosamente "amo", pero que en realidad era su amigo.
-¡Vamos!- gritó uno de los sujetos, que rápidamente se lanzaron contra Yoh. Esos individuos eran rápidos, y además bastante fuertes… o al menos eso habría parecido si su rival no fuera nuestro buen amigo Yoh.
Esquivaba cada golpe, cada movimiento… era como si esos sujetos se movieran muy despacio, aunque la realidad era que Yoh era mucho más veloz que ellos.
-Pues no lo hacen tan mal.- les decía Yoh con su habitual sonrisa. -Pero les hace falta tener una motivación para luchar. Si la tuvieran, este encuentro sería mucho mas divertido.-
-¡Cállate, animal!- le respondió otro de los sujetos. -Claro que tenemos una motivación: la de matarte en este instante.-
La sonrisa característica de Yoh se borró un momento de su rostro mientras se dirigía a esos tipos y les decía. -Esa no es su verdadera motivación. Ustedes no tienen ninguna motivación que los impulse a seguir adelante y por esa razón ustedes no ganaran este encuentro.- y dicho esto Yoh dio un salto hacia atrás, y antes de que esos sujetos pudieran reaccionar…
-¡Corte de Buda!- El ataque les entró de lleno a esos shamanes y terminaron inconscientes.
-Joven Yoh, es usted estupendo.- dijo Tamao cuando todo terminó.
-Pero si no fue la gran cosa.- le respondió Yoh mientras soltaba su risita.
-Eso no estuvo mal como ejercicio. ¿O me equivoco, amo Yoh?-
-Claro que no. Nada como un poco de ejercicio después de la cena para terminar bien el día.-
-Yoh, te tardaste mucho en terminar con esos sujetos.-
-Pero Anna, esos tipos no eran…-
-¡Nada de excusas!- respondió Anna. -Mañana entrenaremos tu velocidad, y no se te vaya a ocurrir escaparte de ese entrenamiento, o veras de lo que soy capaz.-
-Claro que no, Annita.- dijo Yoh apesadumbrado, pues ya imaginaba lo que le esperaba para mañana.
-Y no olvides terminar de lavar los trastes, que los quiero perfectamente limpios para mañana.- -Auuuuu.- fue lo único que escapó de la boca de Yoh.
Antes de que todos pudieran meterse, notaron como había una flamita cerca de donde esos tipos estaban inconscientes.
-Tamao, apaga esa flama. No quiero un accidente en la pensión. También termina de meter las sabanas.-
-Como diga, señorita Anna.- respondió Tamao mientras pisaba la flama y la apagaba.
-Ya mañana recogeremos esta basura.- dijo Anna mientras regresaba al interior de la pensión.
Iba rumbo a su habitación para prepararse a dormir, pero algo llamó su atención… una pequeña flama en la escalera. "Esto se me hace raro" pensó Anna mientras apagaba la flamita. "Es obvio que esta flama y la de afuera no son naturales, pero quisiera saber… claro, pero como fui tan tonta… debe de haber otro sujeto que quiere distraernos con estas pequeñas llamas, pero ya vera."
Anna suponía que era otro shaman debilucho que buscaba atraer a Yoh con algún engaño a donde pudiera tener una cierta ventaja. Anna bajaba a la cocina a decirle a Yoh lo que pensaba, cuando vio otra flamita. Con una expresión de hastio, se acercó a apagarla; justo en ese momento la flamita se convirtió en una llamarada, mientras en toda la pensión comenzaban a brotar llamas por todas partes.
-Oh, Dios. ¡Anna! ¡Tamao!- gritó Yoh cuando el incendio, pues eso es lo que era a estas alturas, se extendió muy rápidamente bloqueando la puerta de la cocina.
-¡Joven Yoh, estoy bien! ¡Me encuentro en el patio todavía, pero la señorita Anna aun no ha salido!-
"¡Anna!" pensó de inmediato Yoh. -¡Amidamaru, busca a Anna y dime donde esta, rápido!-
-¡Si!- respondió el samurai y comenzó a buscar a Anna. No fue difícil hallarla, pues estaba muy cerca de la puerta principal, pero el fuego la había rodeado por completo. Era como si las llamas mismas tuvieran vida propia y supieran donde estaba su victima.
Amidamaru regresó con Yoh y le dijo lo que pasaba. "Anna, no. No te perderé. ¡Yo te salvaré!"
-¡Amidamaru!-
-¡Si!-
Con la posesión de objetos fue fácil salir de la cocina y pasar a través del fuego hasta llegar a donde estaba Anna.
-¡Anna!-
-¡Yoh! Estoy a… Cof. Cof. Cof.- pero el calor y el humo estaban comenzando a sofocarla.
-¡Ya voy!- dijo Yoh, pero al acercarse a ella, las flamas se dirigían de inmediato a el, avivándose de una forma inesperada. Vio que Anna se había desmayado, y lo que era peor; parecía como si el fuego cerrara su círculo alrededor de ella.
-¡Esto no me detendrá!- Entonces Yoh corrió hacia el fuego y cuando llegó a una distancia prudente, dio un tajo con Harusame con el que despejó las llamas lo suficiente como para, en menos de tres segundos, romper la posesión, guardar la espada, hacer la fusión de almas y sujetar a Anna entre sus brazos. Con el impulso que llevaba, pasó corriendo entre las llamas, hasta que finalmente ambos estuvieron fuera.
Anna aun estaba inconsciente, y cuando abrió los ojos, lo primero que vio fue el rostro sonriente, aunque un tanto chamuscado de su prometido.
-Yoh.-
-¿Verdad que no soy tan lento?-
-No deberías pensar en eso en este momento, pero ¿tu estas bien?-
-Claro que estoy bien. Tu estas a salvo.-
-Sabes, Yoh. Me da mucho gusto estar entre tus brazos. Son tan fuertes…-
-Annita…-
Y teniendo como fondo la pensión en llamas, ambos se besaron apasionadamente, como si no se hubieran visto en mucho tiempo, y es que se podría decir que Anna en verdad volvió a nacer.
-Me gustaría seguir así, Anna...- dijo Yoh cuando se dejaron de besar.-Pero debemos ver como esta Tamao. Además quiero averiguar quien hizo esta canallada.-
-Si, vamos.- Anna bajo de los brazos de Yoh y le preguntó a Yoh. -¿Y que hay de Amidamaru?-
-Tranquila. Después de que te saqué de ahí, le dije que fuera con Tamao y que no se alejara de ella. Nadie vio lo que hicimos.-
-Me alegra saber que fue un verdadero momento privado.-
Mientras Yoh y Anna esperaban a que Amidamaru y Tamao llegaran a donde estaban, Anna comenzaba a pensar quien podría ser el autor.
"Tal vez fue… No, es imposible. Yoh lo derrotó hace dos años, pero por otro lado, tal vez no murió y solo se escondió mientras recuperaba su fuerza, aunque…"
-¿En que piensas, Anna? ¿Acaso crees que Hao hizo todo esto?-
-Quizás. No estoy segura. Es solo que se me hace imposible pensar que siga vivo, pero recuerdo que podía manipular incluso su propia vida.-
-Sea lo que sea, o sea quien sea, estaré preparado para enfrentarlo.-
-Perfecto. Eso hará las cosas más interesantes.- se escuchó desde el interior del fuego. Al voltear a ver de quien se trataba, observaron una silueta que caminaba dentro del fuego. Solo se veía a un individuo que parecía usar una especie de capa.
-No puede ser…- murmuró Anna al ver esa silueta.
-¿Entonces no murió?- también dijo Yoh perplejo. -Espera, Yoh.-
-¿Qué pasa?-
-Ese no es Hao.-
-¿Qué dices?-
-Ahora que ese ser se acerca, puedo percibir mejor su presencia, y te puedo decir que ese no es Hao. No se siente como si fuera el.-
-Tienes razón, niñita.- respondió ese sujeto. -Yo no soy Hao Asakura. Nunca podría ser tan gentil como ese hombre.-
-Entonces, dinos quien eres.- le gritó Yoh.
-Yo que tú mejor veía a la chiquilla de pelo rosado. No parece estar muy bien.- Al escuchar esas palabras, Yoh se enardeció más de solo pensar que algo le hubiera pasado a Tamao. Ella y Amidamaru tardaban en llegar.
-¡Amo Yoh!- se escuchó, y cuando Yoh volteó, se encontró con Amidamaru que venía junto con Tamao, pero venían muy despacio.
-¿Cómo esta Tamao? ¿Qué le sucedió?-
-Su cuerpo se encuentra bien, pero ella se encuentra muy aterrada.-
El rostro de Tamao reflejaba mas que miedo; era pavor, un terror en su estado mas puro.
-Tamao, responde. Soy yo. Yoh. ¿Qué pasó? Háblame.-
-Esos… tipos… fuego… un… sujeto… los… quemó… los quemó… vivos… ¡Los quemó vivos! ¡LOS QUEMÓ VIVOS!- gritaba Tamao mientras comenzaba a llorar frenéticamente.
Paf. La mano de Anna cruzó por la mejilla de la chica del cabello rosado, con lo que se relajó solo un poco. -Yo me encargo de ella.Tu concentrate en este sujeto, Yoh.-
-Así que la nenita no pudo soportar ver como unos gusanos ardían como si fueran de papel. Vaya que son débiles todos ustedes. Debí hacerle un favor a esa chica y matarla en ese momento, pero ya enmendaré ese error.- dijo ese hombre mientras salía de entre las flamas y se dejaba ver.
Tenía el pelo corto y de color negro, Llevaba puesto un traje que parecía muy costoso, también de color negro y con una gabardina igual. En la mano llevaba una katana, la cual se veía con su hoja de color rojo y la empuñadura recordaba a una cabeza de ave, cuyos ojos estaban hechos de rubíes, esto como efecto de su posesión.
Yoh estaba furioso. Sabía que se encontraba ante un sujeto que no tenía el menor respeto por la vida de los demás. Pero lo que mas le enojaba era que ese sujeto había tratado de matar a Anna.
-Tú no viniste aquí solo para retarme como los otros.-
-Se equivoca, "su alteza". Vine para acabar con usted, pero pensé que no estaría mal acabar de una vez con su… Je. Je… "reina". Eso me ayudaría bastante a distraerlo y hacerlo una presa fácil.-
-Y lo que le hiciste a Tamao…-
-Ah. A esa niña no le hice nada. Es solo que vio como mis hombres recibían su castigo por haber fracasado tan miserablemente. Y supongo que le impacto ver como gritaban mientras ardían. Esa bebita no sirve como shaman.-
-¿Y acaso tu si sirves? ¿Acaso crees que el ser shaman significa ser un asesino?-
-Ser un shaman significa ser fuerte, poderoso, y ni esa chica ni tu son poderosos. Cierto, eres muy fuerte, pero también eres piadoso con tus rivales. Prefieres tratar de convertirte en su amigo que en matarlos. Eso es lo que te hace más débil que yo.-
-No entiendo como un sujeto tan malvado puede ser shaman.-
-¿Lo dices porque según tu, todos los que ven espíritus son buenos? Tal vez sea cierto, porque antes yo no tenía idea de que algo así existiera.-
Yoh, Anna y Amidamaru se sorprendieron al escuchar eso. ¿Como era posible que alguien que aparentemente no tenía mucho tiempo como shaman pudiera hacer algo tan destructivo y de tan alto nivel?
-Verán, yo no escogí a mi espíritu acompañante. El me escogió.-
-¿Cómo es eso posible?- dijo Anna.
-Entonces esta poseído.- dijo Yoh. -Te equivocas, Yoh. No esta poseído. Si así fuera, no habría posesión de objetos.-
-¿Quieren conocerlo, eh? Entonces les presentaré a mi espíritu acompañante. Así sabrán quien los matará. Sal, poderoso ser. Muestra a estos gusanos tu verdadera apariencia.-
El espíritu salió de la espada y comenzó a tomar forma: la de una enorme ave de fuego; como si fuera un fénix.
-Tiemblen ante la presencia del poderoso Suzaku.-
Todos estaban sorprendidos. No esperaban ver a un espíritu tan poderoso.
"Suzaku. Ese nombre se me hace familiar." Pensaba Anna mientras veía a Tamao, que aún murmuraba incoherencias por lo que vio.
-No crean que este espíritu es un simple ente de la naturaleza, o que representa solamente la fuerza elemental del fuego, como el espíritu de Hao Asakura. Su poder esta más allá de lo que podrían imaginar, y eso…- dijo mientras Suzaku regresaba a la espada. -lo sabrán justo ahora.-
Ese sujeto se lanzó contra Yoh a una velocidad sorprendente.
-¡Yoh!- gritó Anna, pues Yoh recibió el impacto sin esquivarlo, al tiempo que por el impacto se levantó mucho polvo.
Cuando este se despejó, Anna vio que Yoh estaba ileso, y que había bloqueado el ataque. "No me di cuenta de cuando Yoh realizó la posesión de segundo grado. Se ha vuelto mas fuerte de lo que pensé."
Yoh y el otro sujeto tenían sus espadas cruzadas, y ambos ejercían una considerable presión en ese choque.
-Vaya que son fuertes ese samurai y tu, pero con esta fuerza no me vencerán, gusanos.-
Ambos saltaron hacía sus espaldas. Yoh se preparaba a hacer el corte de Buda, mientras el otro tipo clavó su arma en el suelo. -¡Espiral de fuego!- y una llama se dirigió desde la espada hacia donde estaba Yoh. Este dio un salto lateral, esquivando las llamas, las que al alcanzar el sitio donde estaba Yoh, crecieron como un remolino que se cerró justo en su vórtice.
"Rayos." Pensó Yoh. "Este tipo no solo es muy fuerte, sino que es muy veloz. Y eso no es solo porque tenga un espíritu poderoso, sino que ese hombre ya tenía el potencial de ser un shaman."
-Esto me resulta aburrido. Acabemos esto de una buena vez.-
Ese hombre dio un gran salto. Yoh se preparó para recibirlo, pero en ese momento ese sujeto rompió el impulso que llevaba y se dejo caer en picada, sorprendiendo a Yoh.
-¡Ataque del ave del loto rojo!- Yoh reaccionó y también saltó para interceptarlo.
El choque fue tremendo. Anna se cubrió el rostro para protegerse de la onda de choque, y cuando el polvo se hubo despejado, vio a Yoh en el suelo.
-¡Yoh!- grito Anna mientras se acercaba a donde el estaba. Amidamaru tampoco se podía mover.
-¡Yoh! ¡Háblame, háblame!-
Yoh abrió los ojos lentamente y le dijo a Anna. -Tranquila, estoy bien. Solo me va a doler cuando me ría.-
-Entonces te va a doler todo el tiempo.-
Anna le iba a ayudar a levantarse, cuando se oyó una espantosa carcajada. -Vaya, creo que te subestimé, niño. Ahora veo porque te llaman "rey shaman". Lograste romper mi ataque, arruinaste un traje de $900 dólares, y además casi me rompes el brazo. Dejaré esto como un empate, pero no creas que esto ha terminado. Aun tengo asuntos pendientes contigo y con tu noviecita.-
-¡Deja a Anna fuera de esto!-
-Por el contrario, ella esta mas metida en este asunto que tu. Ciertamente yo venía con el propósito de matarte, pero a mis amigos y a mí nos conviene que tu futura esposa muera.-
-Entonces dime que tengo que ver en todo esto.-
-Tranquila, "Annita, la huerfanita". Si quieres saber eso, pregúntale a tu maestra en la montaña Osore. Pero para que te des una idea, te diré sobre los espíritus de mis compañeros: una tortuga, un tigre y un dragón. Así sabrás que debes preguntar. Nos veremos en otra ocasión. Ah, lo olvidaba, les diré mi nombre, para que sepan quien los matará: mi nombre es Shizumaru Katsuragi, y soy un exitoso empresario. Nos volveremos a ver.- y de un salto, el shaman que se presentó como Shizumaru escapó.
-Shizumaru Katsuragi. No olvidaré ese nombre.- dijo Yoh mientras se levantaba con ayuda de Anna.
-¿Cómo esta Amidamaru?- preguntó Yoh.
-Esta aturdido por el impacto.- le respondió Anna. -Pero veras que esta bien. Amidamaru es un espíritu muy fuerte.-
-Entonces vamos a ver a Tamao. Me preocupa como esta.-
-De acuerdo. Mientras yo le hablaré por teléfono a Manta y le diré lo que pasó. Demonios, de haber sabido que esto sucedería, no le habría dado permiso a Fausto de salir por tres días.-
Mientras caminaban, la horrible voz de Shizumaru se volvió a escuchar de forma burlona.
-Por cierto, no crean que ustedes son los únicos que tienen problemas. En este momento, mis camaradas se están haciendo cargo de sus patéticos amigos. Tanto el ainu, como el chino y la visionaria están siendo atacados en este momento. No creo que ellos tengan la fuerza para sobrevivir. Ja. Ja. Ja. Ja.-
-Horo-Horo y Len. Espero que estén bien, amigos, pero no recuerdo a ninguna visionaria.- dijo Yoh, mientras Anna pensaba "¿Visionaria? Tal vez se referían a esa chica Jeanne, pero no entiendo porque atacar a alguien que no representa ninguna amenaza."
Yoh y Anna se acercaban a donde estaba su amiga, mientras la pensión terminaba de arder. Debían irse cuanto antes, ya que no tenían deseos de explicar nada a la policía cuando llegaran. Solo deseaban saber a quienes se estaban enfrentando, que querían, y deseaban que todos sus amigos estuvieran bien. "Mi presentimiento era correcto. Algo muy grave ha empezado, y no se como terminara."
Continuara…
Hola. Me tomó algo de tiempo, pero al fin subí este capítulo. Debo decir que me gustó como quedó, y espero que también a ustedes les guste. Ahora responderé a los reviews, aunque como solo es uno, le daré una respuesta muy especial, ya que es alguien a quien tengo en muy alta estima. Es nada más y nada menos que luaxan. Leí todos los reviews que mandaste a mis historias, y debo decirte gracias por hacerlo. Me encanta saber de ti. Espero que te encuentres bien, y también espero saber algo de ti y de tus hermosísimas historias, que demuestran el reflejo de tu maravilloso ser. Y no dejes que gusanos amargados como "ya sabes quien" te arruinen el rato. Escribes precioso y sería muy triste dejar de verte por aquí. Anímate y se muy feliz.
Pues eso es todo por ahora. En el siguiente episodio veremos como le hacen Horo y Len para derrotar a los shamanes que los enfrentaran. Además de tratar de responder a las preguntas que se han abierto en esta ocasión. Aunque a estas alturas, tal vez se den una idea de los villanos que abra que enfrentar. Es todo por ahora. Nos vemos luego.
