Hokkaido es un lugar que suele ser bastante tranquilo, al menos en las zonas montañosas que habitan los ainu, pero en ese solitario lugar se podía escuchar una voz que rompía un poco esa tranquilidad.
¿Todavía no puedes arreglar ese tractor, hermano-
-Tranquila, Pilika. Estas cosas toman algo de tiempo. Veras que en cinco minutos estará como nuevo.-
-Pero dijiste eso hace quince minutos…- respondió con tedio la belleza de cabello de color de cielo. -Pero esta vez es cierto. Dentro de poco este tractor estará ronroneando como un gatito.-
-De acuerdo, pero es tu último intento por hoy. Recuerda que debes de seguir la rutina de entrenamiento que elabore. Esta es más difícil que la de ayer, así que confió en que te ayudará a fortalecerte.- Al escuchar eso, Horo dejó caer una herramienta sobre su pie y solo su orgullo evito que gritara frente a su hermana, la cual no pudo evitar reírse de los gestos de dolor que el no pudo ocultar.
Súbitamente comenzó a sentirse un pequeño temblor que tomó desprevenidos a nuestros amigos. -Hermano, esta temblando.-Solo espero que no empeore, aunque se me hace raro que Kororo no nos haya dicho nada.- (N/A: Siendo Kororo un espíritu de la naturaleza imagino que podría percibir un fenómeno como ese con anticipación.) pero se veía que Kororo estaba tan confundido como ellos.
En eso el temblor aumentó su potencia hasta convertirse en un terremoto sumamente fuerte que amenazaba con abrir la misma tierra sobre la que nuestros amigos estaban.
¡Hermano, tengo miedo-
¡Tranquila, Pilika! Sujétate a mí y no me sueltes.-
La sacudida no duró mucho, pero antes de que terminara, se escuchó un ruido muy fuerte que ambos chicos sabían de donde provenía. Una vez que la tierra dejo de moverse, Pilika y Horo-Horo fueron corriendo a su aldea para ver si no había sido muy dañada. Corrían a todo lo que sus piernas les permitían, pero se detuvieron abruptamente ante la horrible escena que se mostraba ante sus ojos: La aldea donde habían nacido; donde ellos habían crecido junto a su familia ya no existía. Se veía como si la tierra misma se la hubiera tragado.
-Por Dios. ¿Qué fue… como fue que pasó- decía Horo-Horo al ver la forma en que su aldea había dejado de existir: algunas casas se habían caído, pero no se veían tantas ruinas como se supone habría en una aldea demolida. De hecho, se veía como otras estaban semienterradas en la tierra.
-Hermano.- sollozaba Pilika. ¿Acaso todos están muertos ¿También nuestros padres y amigos¿PORQUE PASO ESTO- Ya era imposible para ella contenerse más. En menos de un minuto, los dos hermanos lo habían perdido todo. Horo se acercó a su hermana y ella se abrazó a el con fuerza; como si temiera que el también la fuera a abandonar.
-Esto no tiene razón de ser. Pero no entiendo que pudo ocasionar esto.-
-Si aún no sabes como es que esto sucedió, es que no tienes las cualidades para ser un shaman.- se oyó una voz que venía de una de las casas que no estaban entre la tierra.
¿Quién eres ¡No seas un cobarde y muéstrate de una vez- gritó Horo-Horo con gran furia, pues no le quedaba duda de que quien le hablaba tenía algo que ver con la destrucción de la aldea.
-Como quieras, ainu. Veras a quien cavará tu tumba.-
Se oyeron unos pasos, y apareció un hombre de aproximadamente 40 años. Estaba vestido de una forma bastante informal, y en su mano izquierda llevaba una espada china.
-Pilika, vete de aquí y escóndete en el bosque.-
¡No hermano ¡No quiero perderte a ti también-
¡Que te vayas te digo! Veras que te alcanzaré muy pronto. Jamás me perdonaría a mi mismo si algo te sucede. Eres lo único que me queda, hermanita. Sabes que nada me apartaría de ti.-
-Esta bien. Solo cuídate, hermano.- respondió Pilika, pero apenas estaba por dar el primer paso, cuando ese sujeto dijo
-Mejor no dejes que esa niña se vaya. Algo muy malo podría sucederle si acaso piensa escapar.- Esas palabras enfurecieron verdaderamente a Horo-Horo.
¡No te atrevas a amenazar a mi hermana, desgraciado- respondió el mientras sacaba de entre sus ropas la tablilla ceremonial que usaba para la posesión de objetos.
¿Así que crees que tienes una oportunidad de enfrentarme? Entonces te mostraré a lo que te enfrentaras. ¡Ven a mí, amigo mío- y justamente en ese momento, apareció un espíritu en la forma de un gran tigre blanco.
"¿Pero que clase de espíritu es ese?" se preguntó Horo al verlo.
-El es un espíritu distinto a todos los que han visto antes: el gran Byakko. Fue gracias a su gran poder que pude abrir la tierra para que devorara a su patética aldea.-
Al oír esas palabras, el rostro de Horo-Horo comenzó a transformarse por efecto de la ira.
¿Cómo es que hablas así del lugar donde mi hermana y yo crecimos ¿Del sitio del que tenemos tan bellos recuerdos? Nunca perdonaré esa afrenta. Nunca perdonaré este crimen… ¡Nunca te perdonaré monstruo¡ Koloro- gritó Horo-Horo mientras se lanzaba al ataque rápidamente,al tiempo que realizaba la posesión de objetos. Hubo un fuerte estruendo mientras Horo salía volando por el aire hasta estrellarse con una de las casas a medio enterrar.
-Deberías agradecerme el que no te haya matado en este instante, rapazuelo. No me vencerás con un nivel de posesión tan mediocre.- respondió ese sujeto, que también había realizado la posesión de objetos en su espada, la cual había cambiado el color de su hoja a un blanco casi innatural, y en cuya empuñadura se veía el grabado de un tigre en posición de ataque.
-No creas que el espíritu que posees me asusta, o que has visto mi máximo poder.- le respondió Horo-Horo mientras se reincorporaba.
-Tal vez sea un espíritu muy poderoso, pero me he estado preparando para ocasiones así.-
-Lo que dices no tiene ningún sentido, chiquillo insensato. Tu mente debe haberse alterado por el terror que sientes hacia mí y hacia Byakko.-
-Aquí el único que dice cosas sin sentido eres tú, asesino. ¡Y ahora veras por que-
Y dicho eso, la posesión de Horo-Horo cambió a su apariencia gigante.
-Ja. Y supongo que crees que podrás ganarme solo porque tu posesión se ve mucho más impresionante que la mía. Lo único que veo es a un niño idiota que cree que el tamaño es el que da la fuerza.-
-Eso es lo que hubiera llegado a creer hace dos años, pero mi amigo Yoh me enseñó que lo importante no es el tamaño, y eso lo podrás averiguar ahora mismo.-
En ese momento, Horo volvió a lanzarse contra su enemigo, el cual se preparaba para rechazarlo nuevamente, solo que no se imaginó que la posesión de Horo-Horo disminuiría de tamaño mientras se acercaba a gran velocidad.
¡Hermano- gritó Pilika mientras se oía un gran estruendo, casi tan fuerte como el anterior. Mucho polvo se levanto por la fuerza del impacto pero al despejarse este, Pilika pudo ver que ninguno de los dos se movió de su posición.
-Y esto es solo el principio.- dijo Horo mientras la temperatura a su alrededor comenzaba a descender.
-Diablos.- dijo el otro sujeto, que no tuvo más remedio que dar un salto hacia atrás para estudiar la nueva situación.
¿De donde sacaste esa tabla que esta bajo tus pies, chiquillo- dijo ese tipo al ver a Horo.
-Esta no es ninguna tabla ¿o es que acaso olvidaste algo tan importante sobre la posesión de objetos? Cuando se hace una posesión, es la fuerza del shaman la que determina no solo la fuerza, sino también la forma que toma la posesión, y en este momento, lo más conveniente fue esta forma que me permite una mayor maniobrabilidad; pero no creas que eso es lo único que se hacer.- seguía diciendo Horo-Horo mientras su posesión cambiaba de forma.
-De Yoh aprendí que la posesión puede cambiar de forma en la batalla para adoptar la que sea más necesaria en ese momento. Si la anterior apariencia me sirve para moverme mas ágilmente, esta apariencia me permite un mayor potencial de ataque.-
La posesión de Horo había cambiado a la forma de una pequeña bazooka, muy similar a la que solía usar antes de aprender lo secretos de la bitácora mágica.
-Solo sabes decir disparates, ainu miserable. Ahora observa ante quien te enfrentas.- Le respondió ese sujeto, mientras alzaba su espada al aire.
¡Navajas de roca- gritó mientras bajaba su espada hasta golpear el suelo con ella; en ese momento, una ola de rocas enormes se acercaban a nuestro amigo a gran velocidad, pero Horo-Horo solo apuntó hacia ese sujeto y utilizó su propia técnica.
¡Lluvia de granizo- y una lluvia de enormes trozos de hielo fueron disparadas como respuesta. El choque de ambos ataques resultó en una nueva polvareda, de la que Pilika tuvo que cubrirse los ojos, y cuando pudo abrirlos nuevamente, se percató de que ambos combatientes se encontraban en el aire, donde se había producido un nuevo choque; y es que para bloquear el golpe de la espada de ese sujeto, Horo-Horo había empleado otra mas de sus técnicas.
-Eres mucho mas imaginativo de lo que pensé, basura.-
-Esto no es algo nuevo. Solo es una de mis viejas técnicas, pero usada de una forma más creativa. Esta es mi espada de hielo, solo que ahora esta técnica es mucho más versátil que antes.-
Ahora la posesión de nuestro amigo había tomado la forma de una espada forjada en hielo, adornada con ciertos motivos ainu. Pilika estaba realmente sorprendida con el progreso que su hermano había logrado en solo dos años.
"Nunca había aparentado tomar en serio el entrenamiento que le daba, y aun así se ve mucho mas fuerte de lo que imaginaba. Se que podrá vencer a este sujeto y vengará a nuestra aldea y a nuestra familia."
Una vez más, ambos combatientes se habían detenido por un momento; como si esperaran un descuido de parte de su rival para lanzarse a dar el golpe final.
-Pero que rapaz tan insolente resultaste ser. Tu poder es inferior y no te librará de esta técnica. ¡Golpe de explosión de roca-
Ese hombre dio un pequeño salto mientras daba un giro en el aire. Cuando caía golpeo el suelo con su espada, con lo que se produjo una explosión que impulsó a ese sujeto hacia delante con una gran velocidad, mientras su espada brillaba intensamente. Horo-Horo no se movía; simplemente esperaba a que su enemigo se acercara, como si su mente hubiera quedado en blanco.
¡Hermano, que te pasa ¡Por favor, muévete- Horo no hizo nada. ¡HERMANO- y en ese momento, hubo un gran estallido.
Pilika salió volando por la onda de choque, pero afortunadamente no chocó con algo que pudiera herirla realmente. -Rayos, si que estuvo cerca… hermano. ¡Hermano-
Pilika se levantó tan rápido como pudo y se quedó muy sorprendida ante lo que se mostraba a sus ojos: Horo-Horo se encontraba como a 6 o 7 metros de donde se encontraba antes del impacto, pero de pie. Ella no podía distinguir su rostro en ese momento, pero le pareció que no se encontraba tan mal ya que aun mantenía la posesión de objetos. El otro sujeto se encontraba como a 10 metros de donde se había producido el choque; derribado, pero su posesión no parecía haber sido afectada en lo mas mínimo.
-Así que pudo bloquear mi ataque. Chiquilla, dejaré que tu hermano y tu vivan por esta vez.- decía ese hombre al reincorporarse. -Puede que no se note, pero me alcanzó a romper un brazo.-
¿De que habla, engreído? Se porta como si nos estuviera dejando vivir. Mi hermano fue el que ganó.-
-Eso es lo que tu crees, pero el que haya bloqueado mi ataque, no significa que este ileso.-y mientras ese sujeto daba la vuelta para marcharse, Horo-Horo se desplomaba como si fuera un muñeco, sin poder mantener mas la posesión de objetos.
¡Hermano- gritó Pilika que se lanzó rápidamente a donde estaba su hermano.
-No morirá en este momento. Dile que si la próxima vez quiere vivir, debe fortalecerse aun más. Cuando regrese, ten por seguro que también a ti te mataré. No olvides mi nombre: Hyung-Shin-Tzung.- y de un salto, ese hombre huyó.
Lagrimas escurrían lentamente de los ojos de Pilika, mientras acomodaba a Horo-Horo en su regazo. Su mente no comprendía que había llevado a ese sujeto a matar a todos los que vivían en su aldea; a destruirla. No entendía porque los buscaban a ellos.
¿Pero que hemos hecho¿Por qué quieren matarnos¿Y por qué a mí? No entiendo nada. Debemos llegar con Yoh y los demás. Hermano, estarás bien. Yo te cuidaré hasta que despiertes. No me apartaré de ti, pase lo que pase.-
Pilika no soportó mas y se soltó a llorar. Lo que acababa de escuchar, de ver… simplemente era demasiado para ella… demasiado.
Mientras este drama se vivía en Japón, en China la situación no era del todo diferente. La familia Tao solía estar bien informada sobre lo que de alguna forma concernía a la pelea de shamanes o casos así. Les había llegado un rumor concerniente a un grupo de shamanes que se había reunido hacía unos meses y se encontraba liderado por cuatro sujetos de poderes excepcionales. Lo único que aun no habían logrado averiguar es lo que esos hombres se proponían. Solo se sabía que tal vez buscarían atacar a los shamanes más fuertes del mundo. Por eso no fue ninguna sorpresa el escuchar que un sujeto muy fuerte se acercaba al palacio de la familia Tao.
¿Entonces piensas ir a enfrentarlo antes de que se acerque mas, Len-
-Claro, hermana. Desde hace tiempo que me harté de entrenar con zombies patéticos que se desbaratan al primer golpe. Necesito un rival que en verdad sea fuerte. Solo así sabré si puedo derrotar al tonto de Yoh.-
-Supongo que solo me resta desearte buena suerte, Len.-
-No creo que haga falta, hermanita. Solo dile a mi padre que no tardaré mucho en esto. Y además de todo, creo que podremos averiguar que es lo que buscan esos shamanes. Mataré dos pájaros con una sola piedra, y de paso obtendré un poco de diversión. Si eso no es buena suerte ¿Qué mas lo podría ser ¡Bason-
-Señorito…
-Vámonos. Es hora de ver si estos dos años de entrenamiento sirvieron de algo.
¡Si-
Len partió inmediatamente rumbo hacia donde sabía que se acercaba el desconocido. Len se sorprendía un poco de cómo es que había alguien tan estúpido como para ir a retarlo. Es cierto que Len ya no era un despiadado asesino, pero el dejar a sus oponentes en un estado lamentable, no era algo que le preocupara tanto.El había llegado a pensar que uno o dos meses en un hospital eran una excelente lección para los imbéciles.
"Solo quiero ver quien es el que se atreve a buscarme. Ya aprenderá a no meterse conmigo."
Repentinamente, una columna de agua apareció diez metros frente a el. La columna avanzó rápidamente hacia donde estaba Len. El solo necesito dar un pequeño salto para esquivar ese ataque. La columna de agua cambió entonces su curso y avanzó hacia donde se encontraba Len una vez mas, solo que esta vez el no se movió.
-Ja. Patético. ¡Bason-
La columna se encontraba ya a escasos dos metros de Len, y en ese momento la columna de agua estalló por completo y solo parecía como si una pequeña llovizna cayera.
¿Eso es todo lo que puedes hacer? Mejor muestra tu rostro de una buena vez, cobarde.-
-Jejejeje. Vaya, Len Tao. No esperaba que fueras tan fuerte como para destruir una de mis técnicas, pero que se le va a hacer. Si lo que quieres es ver mi rostro, en seguida te complaceré.-
Len escuchó entonces unos pasos que venían de una roca detrás de el, y al darse la vuelta vio a un sujeto que se encontraba vestido con un traje típico chino, solo que algo en el indicaba que no era alguien que hubiera nacido en China. Su cabello era largo y negro y lo llevaba recogido como en un chonguito.
-Vaya, vaya. Ya me habían dicho que eras un chico muy guapo, pero nunca imagine que fueras tan precioso.-
¿Pero quien… que diablos eres tu- dijo Len con un notorio asco.
-Vamos, no seas tan grosero. Bueno, mi nombre pues… ¡Es un secreto! Pero tú puedes llamarme Lerouche, primor.-
Si la situación hubiera sido distinta, Len ya estaría volviendo el estomago de la repugnancia que ese sujeto le causaba.
-No se que puede haber en tu retorcida mente y no me importa. ¡Pero no te perdonaré que me hables de esa forma tan asquerosa, maldito degenerado. ¡Te arrepentirás de haber pensado en venir aquí
-Vamos, Lencito, aun no termino de presentarme como es debido. Ya deberías saber que un shaman no se termina de presentar sino hasta que muestra a su espíritu acompañante, y como todo mundo ya conoce a tu Bason, yo te presentaré a mi acompañante.- detrás de Lerouche apareció la figura de una enorme tortuga roja, pero mas que verse como una tortuga, se veía como una serpiente roja metida dentro de un caparazón de tortuga.
¿Y bien, que te parece? Su nombre es Genbu y como habrás notado hace un momento, controla al elemento agua.
-Nunca hubiera esperado que un lunático enfermo como tu tuviera un espíritu tan poderoso.
-Y aun no has visto nada. De mi gusto no pelearía contigo, guapo, pero mi obligación es matarte para que no nos estorbes.
-Perfecto, entonces acabemos con esto de una buena vez.- y Len se puso en postura de combate.
Desde que había desecho el ataque anterior de Lerouche, Len había mantenido su posesión de objetos, la cual se observaba muy similar a aquella que uso cuando retó a Yoh antes de entrar al territorio sagrado.
-Y aparte de guapo, fuerte. Será exquisito matarte, Len Tao.- Y Lerouche sacó una pequeña espada.
-Esta espada tiene la cualidad de extenderse como si fuera un látigo; eso porque se encuentra seccionada en varias partes. Y ahora, si la utilizo como instrumento mediador para materializar los ataques de Genbu, el resultado es una exquisita maquina asesina.- y Lerouche realizó la posesión de objetos en dicha espada. Ahora la hoja de la espada se había tornado de color rojizo, al tiempo que se movía como si tuviera vida propia. En la empuñadura de su espada se notaba el grabado de una tortuga de cuello largo.
-Si que eres un sujeto que haría vomitar a cualquiera, pero se ve que eres muy fuerte. Veamos si de veras podrás matarme, afeminado.- dijo Len en un tono muy desafiante.
-Bueno, veamos si para empezar puedes acercarte a mí, Lencito. ¡Derrótame si puedes, Len Tao-
La mirada de Lerouche cambió repentinamente. Ahora no se reflejaba ningún dejo de lujuria o de burla; Solo había una expresión que denotaba una enorme sed de sangre. La espada de Lerouche se lanzó hacia Len a una velocidad sorprendente. Len apenas tuvo tiempo de moverse y esquivar ese ataque.
"No pensé que fuera tan veloz. Si me he retrasado un poco en esquivarlo, ahora estaría muerto. Esto será mas divertido de lo que creía."
Len no perdió el tiempo y de inmediato se lanzó al ataque.
¡Prepárate a sentir mi…- pero Len no termino de hablar, ya que una columna de agua surgió de la tierra, interceptándolo y arrojándolo a lo alto.
-Eres un imbécil, Len Tao. ¿Qué nunca pensaste que te atacaría por debajo? El remolino de la serpiente es una de las técnicas más básicas de mi repertorio. ¿De veras, como es que pudiste destruirla hace un momento, cretino-
Len cayó dando un fuerte azotón contra el suelo. "Maldita sea. Si quiero dañarlo debo acercarme lo suficiente como para que sus ataques no me afecten."
Len estaba consciente de que si alguien era muy fuerte en el ataque a distancia, podía tener un débil ataque cuerpo a cuerpo.
¡Aquí voy- gritó Len mientras se lanzaba una vez mas hacia Lerouche.
-Tu no aprendes con nada, perro. Lo que necesitas es que el agua te descuartize.-
Lerouche clavó su espada en el suelo y una nueva columna de agua surgió del suelo, pero Len la pudo esquivar esta vez. Con su velocidad, Len se acercó lo suficiente y lanzó su ataque sin demora alguna.
¡Ultra ataque de la cuchilla dorada- y hubo un fuerte resplandor que indicaba el choque que se había producido.
Len no podía creer lo que veía. La espada de Lerouche se había replegado y había formado algo similar a un caparazón de tortuga.
-Deberías recordar que Genbu es básicamente una tortuga. No es de sorprender que tenga una defensa muy alta. Y esta situación permite un movimiento que resulta muy útil en el combate cuerpo a cuerpo. ¡Mordida relámpago-
Y la punta de la espada se lanzó tan rápido que Len no pudo esquivarla. El cayó a varios metros de distancia de Lerouche. Tenía una herida muy profunda en el costado derecho.
-La verdad es que esperaba un combate mucho más difícil, Len Tao, pero solo resultaste ser un engreído con enormes complejos de superioridad.- decía burlonamente Lerouche.
-Supongo que esa herida duele mucho. No te preocupes; ahora le pondré fin a tu sufrimiento. Solo déjame hacerlo de cerca. Quiero saborear tu sangre cuando salga a chorros de la cuchillada que te daré.-
El se acercó a donde estaba Len. Este aun mantenía su posesión de objetos, pero eso no le importó a Lerouche. Finalmente se puso junto a donde se encontraba Len. Una sonrisa demencial se asomaba en el rostro de ese bestial sujeto, mientras alzaba su espada; preparándola para que atravesara el cuerpo de Len a toda velocidad.
Lerouche susurró. -Muere.- y en ese momento, el brazo de Len se movió y logró asestarle un golpe que Lerouche no pudo esquivar.
¡Ultra ataque de la cuchilla dorada- gritó Len y esta vez Lerouche no pudo protegerse y cayó carios metros de donde Len se encontraba. Su posesión se había desvanecido.
-Diablos, no imaginé que aun te quedaban fuerzas para ese ataque sorpresa, y ahora mírame: el traje que había comprado para la ocasión quedó desecho. Y si me reviso bien creo que hasta podría ver una de mis vísceras. Eres un niño muy malo, Lencito.- Una vez mas volvía a ser el bromista afeminado que a Len le daba tanto asco.
-Necesitaba que te confiaras para poder vencerte, desgraciado, y pagué un precio algo alto para detenerte.- le respondió Len. -Pero ahora tú estas peor que yo, gusano, y no te dejaré escapar hasta que me digas quienes son tus compañeros y cual es su objetivo.
-Ni creas que te lo diré, nene, y respecto a que no me podré escapar te equivocas, bombón.- y Lerouche volvió a materializar su posesión, al tiempo que una gran columna de agua lo rodeaba, impidiendo que Len se acercara.
-Ya nos veremos de nuevo, precioso. Nunca cambies.- y cuando el agua desapareció, Len ya no encontró rastro de Lerouche.
-Señorito, dígame. ¿Se encuentra bien- preguntó Bason una vez que Len hubiera disuelto la posesión de objetos.
¿Acaso me veo bien, Bason? Esta herida me duele mucho, no pude obtener ninguna -información de esa organización, y ese tipo se escapo.-
-Al menos pudo ver el resultado de su entrenamiento, señorito, y francamente creo que a pesar de todo no fue un mal resultado.-
-Tal vez tengas razón, Bason, pero lo que de veras me pone furioso… ¡Es la forma en la que ese cerdo se dirigía hacia mí ¡Me siento tan sucio ¡Que asco ¡Primero sanará mi herida que mi orgullo ¡Si vuelvo a ver a ese desgraciado infeliz, le haré desear jamás haber nacido-
Mientras regresaban al palacio de la familia Tao, Len pensaba que a pesar de todo tal vez si tenía una pista de lo que esos sujetos deseaban. Si deseaban eliminarlo a el para evitar que fuera un obstáculo a sus planes, es obvio que atacarían a los demás.
"En cuanto pueda, me comunicaré a la pensión para decirle a Yoh lo que pasó y lo que sospecho. Así el estará preparado para cuando lo ataquen."
Lo que Len no sabía es que en ese momento la pensión se encontraba reducida a cenizas y que Yoh, Anna y los demás pasaban la noche en casa de Manta, y que a la mañana siguiente partirían a Izumo a tratar de buscar respuestas… y un refugio seguro desde donde pudieran planear el siguiente paso a dar.
Londres, Inglaterra. Han pasado cuatro días desde que nuestros amigos fueron atacados. Nosotros mientras tanto, nos acercamos a una mansión de fachada victoriana, donde vive un viejo amigo nuestro. Después de que el torneo de shamanes se suspendió por lo de Hao, Lyserg regresó a reconstruir la mansión que tantos recuerdos alegres de sus padres guardaba.
Con ayuda de sus habilidades, y de Morphin, desde luego, Lyserg se había hecho de una reputación como uno de los mejores detectives de todo el Reino Unido. Desde hacía unos meses Lyserg había escuchado los rumores de que un nuevo grupo de shamanes había aparecido y cuyos fines aun estaban en la obscuridad, pero eso a Lyserg ya no le importaba. El nunca había tenido interés en participar en el torneo de shamanes, y el único contacto que mantenía en ese sentido era con Yoh cuando de vez en cuando les llegaba a mandar un mail.
Lo único que ocupaba la mente de Lyserg en este momento era resolver un caso muy difícil que se le había presentado. Ahora se encontraba en el despacho de la mansión usando sus técnicas de radiestesia con ayuda de un mapa para localizar un objeto que era clave para resolver ese caso. Morphin le daba vueltas y parecía indicarle que ya era muy tarde y debía descansar. Era la una de la mañana.
-Solo dame cinco minutos mas, Morphin. Es todo lo que necesito.-
Morphin solo ponía una cara de fingido enojo y seguí revoloteando a su alrededor. En eso, el péndulo que usaba para marcar una posición en el mapa, señaló un punto junto al Támesis.
¡Creo que encontré algo¡Vamos, Morphin-
Ambos salieron apresuradamente hacia los muelles que había en el Támesis. En el camino Lyserg realizó la posesión de objetos para asegurarse de que llegarían a donde necesitaban sin ningún error. Al llegar a los muebles, el cristal del péndulo de Lyserg apuntaba a lo que parecía ser un montón de trapos y mantas arrumbadas junto a un barco.
-Me cuesta trabajo pensar que esos documentos están aquí, pero no me sorprende. Los delincuentes hacen cualquier cosa con tal de salirse con la suya.-
Lyserg se acercó y levantó una de las mantas, pero lo que vio le sorprendió por completo.
¿Acaso… eres tu…Lyserg… Diethel-
y la chica de cabellos plateados que dijo esas palabras se desmayó en ese momento.
¿Doncella Jeanne ¿Pero que hace aquí ¿Y en esas condiciones¿Qué le sucede ¡Hábleme-
Continuará…
Hola a todos. Estoy de vuelta después de haber dejado a esta historia abandonada desde noviembre. Debo decir que me da algo de pena, pero es solo el hecho de que para empezar, no tenía inspiración de cómo seguirle. Si a eso le sumamos que esta historia no tenía el seguimiento que yo esperaba… pero ya no importa. Trataré de no dejar esta historia sola por tanto tiempo y de actualizarla por lo menos cada dos semanas. De veras que resulta muy difícil mantener dos historias al mismo tiempo. Bueno, ya basta de excusas baratas y mejor respondo los reviews que llegaron al capítulo pasado. Nunca dejo de leer los reviews que me mandan y me gusta responderlos siempre.
Fallen angel angst: Para empezar a ti te debo una sincera disculpa, ya que en el review que te mandé hace tiempo prometí que actualizaría ese mismo domingo… y de eso ha pasado un mes o mas. No dejaré que vuelva a suceder.
Afrodinique: Primero que nada, hola. Me da mucho gusto que esta historia te guste tanto. Ciertamente el toque de intriga será algo que le de interes al fic, al menos, eso espero.Desde luego, te agradezco también por el review que mandaste a "En una noche de tormenta". Me agrada saber que mi estilo resulta agradable y no esta tan mal. Y es un mayor cumplido si viene de una escritora de tan alta calidad como tú. A estas alturas debo de haberte dejado review a una o dos de tus historias. La verdad es que no soy tan bueno, ni lo seré. Si también te gusta leer algo de romance y un poco de vampiros, y no te importa que sean fics de Sakura, búscame por ahí y dame tu opinión al respecto. De cualquier forma, espero que este capítulo y esta historia sean de tu agrado. Gracias por tus palabras.
Y con esto termino por ahora. Para el siguiente capítulo se abren nuevas interrogantes como ¿Qué sucederá ahora que Lyserg encontró a Jeanne ¿Yoh y los demás podrán averiguar algo de sus enemigos con la abuela Kino ¿Qué será lo que en verdad planean esos cuatro y porque no les importa matar o amenazar a las chicas? Sin más que agregar, me despido por ahora. Espero volver muy pronto. Hasta pronto. Belzer out.
