Japón. 9 de la mañana. Después de un ligero desayuno y una pequeña golpiza que Anna le proporcionó a Yoh debido a un accidente en el que se vieron involucrados ellos dos, una taza de té verde y la ley de gravedad, nuestros amigos salieron del templo de la montaña Osore y ahora caminaban de vuelta a donde podrían tomar el tren que los llevaría a… bueno, en realidad aun no sabían a donde ir.

Era obvio que ir a Tokio o a Hokkaido resultaba peligroso pues el enemigo los buscaría justo en esos sitios. Cada uno de ellos albergaba diversas ideas en sus mentes, y todas ellas llevaban su propio toque de preocupación, sobre todo porque era la primera vez que las chicas estaban en verdadero peligro.

Horo pensaba en que si no se volvía mas fuerte podría perder a Pilika, lo cual sería el final para el. Sin embargo, otra personita estaba comenzando a ocupar un sitio entre sus preocupaciones.

"No puedo permitir que Pilika muera. Es mi último lazo entre mi vida y mis recuerdos. Siento que enloquecería si algo le pasara. Pero… siento que… si acaso… Tamao… No, no, no. Tamao es solo una amiga y nada más. Debe ser la culpa. Si, eso es. Como casi la corrí cuando ella me estaba cuidando… si, eso debe ser. Solo es un remordimiento y nada mas… porque además ella esta loquita por Yoh sin importarle que el se casará con Anna tarde o temprano. Yo… no tengo oportunidad."

Len, por otro lado, pensaba mas bien en como lograría volverse mas fuerte. Sentía que debían ir a algún sitio donde pudieran entrenar con toda su fuerza, aunque también recordaba que Yoh le había contado que había entrenado en una caverna en Izumo justo antes de enfrentarlo en la última batalla de la primera ronda del torneo de shamanes. Len pensaba que quizás no sería tan mala idea entrar en esa caverna y ver que pasaba.

Pilika caminaba despacio, pues sus pensamientos le recordaban que Horo sería capaz de arriesgar su vida con tal de que ella no muriera si fuera atacada, pero le torturaba que el pudiera morir por su culpa. No quería ser una carga para el, pero tampoco quería perderlo, aunque Pilika creía que su hermano no estaría luchando solo.

"Se que aunque no lo diga, al joven Len le cae bien mi hermano. Se que el no dejaría a mi hermano luchar solo. Se que el le ayudaría… a protegerme. Ay, Dios. Pero que cosas pienso. El joven Len ayudaría a mi hermano, pero el no tiene una razón por la cual debiera… protegerme a mí."

Anna no dejaba de pensar en lo que la abuela Kino le había dicho. Tenía miedo de ser la virgen del sacrificio, y aun más miedo después de saber que esa virginidad tenía que ver más con su pureza mental y espiritual que con la física. No era que temiera a su eventual destino; a lo que le temía era a pensar en el horror que Yoh sentiría al perderla. Anna aun recordaba cuando Yoh fue absorbido dentro de la esencia de Hao… y a Anna le destrozaba el alma pensar en que Yoh pasara por la misma ordalía.

Yoh, por otro lado, se encontraba un poco mas tranquilo. El haber escuchado que la virgen del sacrificio tenía que ser, para empezar, virgen, le hacía sentir que Anna no estaba en tan serios problemas y solo debía preocuparse de protegerla de esos shamanes tan despiadados. Era obvio que Yoh no había escuchado la charla entre Anna y la señora Kino. Por algo dicen que a veces la ignorancia lleva a la felicidad.

Ideas como esas rondaban las cabezas de nuestros amigos, aunque una de esas mentes pensaba en algo que había abandonado hacía mucho tiempo.

"Muertos que regresan a la vida. Ni yo lo hubiera imaginado. No se si… No. Son tonterías. Los muertos no vuelven, al menos no como si nunca se hubieran ido, además ya no tengo de que quejarme. Gracias a doña Anna, mi amada Eliza esta a mi lado; no estará viva como diría la gente común, pero para mí ella esta tan viva como si nunca se hubiera ido."

Fausto pensaba en eso mientras recordaba algunas de las cosas que hizo con tal de revivir a su querida Eliza. Como eso le condujo al arte prohibido de la nigromancia… y lo decepcionado que se sintió cuando vio que su adorada Eliza regresaba como algo semejante a una muñeca. Recordaba como Anna le había ayudado y que gracias a eso, Eliza volvió a ser como el la recordaba.

Una vez que llegaron a la estación, Yoh y compañía fueron a la sala de espera a pensar a que lugar podrían ir.

A veces olvido lo grande que es Japón.- dijo Yoh.

Pero si Japón es en realidad un país demasiado pequeño. No debería ser difícil buscar un buen lugar para entrenar.-

Solo un engreído como tú podría pensar que nuestro hermosos país es pequeño, tiburoncin.-

Claro. Es obvio que una mente tan pequeña como la tuya ve grande este país, "Hoto-Hoto".-

Ahora si te voy a partir tu mandarina en gajos.-

y esos dos se pusieron a pelear como siempre ante las divertidas miradas de Yoh, que soltó su risita de siempre.

De eso se trata la amistad.-

¿Qué dices?- respondieron los dos luchadores al mismo tiempo, y luego se separaron.

¿Amigo yo del cabeza de cepillo? Veo que el tiempo solo te ha hecho mas tonto, Yoh.-

Como se te ocurre decir esas cosas, Yoh. Ya solo te faltó decir que somos familia.-y entonces se escuchó que alguien tosía muy nerviosamente.

Mejor cuídate esa tosesita, Pilika. No te vayas a enfermar.-

No, no. Tú no te preocupes, hermano. No fue nada.-

A Anna no le tomo nada de tiempo imaginar que sucedía. "Eso ni yo lo hubiera esperado. Al menos la niña no tiene tan malos gustos."

Y mientras esa escena tan graciosa sucedía, Fausto había salido a tomar el fresco fuera de la estación. Quiéralo que no, la idea de que Eliza de repente reviviera le daba muchas vueltas en la cabeza, y el trataba de despejar su mente de esa posibilidad.

Debo afrontarlo. Eliza esta muerta y ya nunca podré volver a tocar su suave piel. Al menos tengo la gran fortuna de que ella este aquí a mi lado como espíritu. ¿No es así, mi amada Eliza?-

Ella apareció a su lado y se abrazó a el de forma muy tierna.

Como disfruto estar así a tu lado, mi querida Eliza. A veces añoro volver a tocarte… volver a besarte… pero aunque eso ya no sea posible sigo siendo muy feliz al saber que estas junto a mi.-

Eso es un consuelo muy bajo. ¿O no crees eso, Fausto VIII?-

Alguien había aparecido cerca de Fausto. Este reaccionó rápidamente preguntando. -¿Quién eres? Vamos, habla.-

Vamos, vamos. No hagas tanto escándalo. Si vieras el trabajo que me costó llegar así de cerca de ustedes sin que la itako se diera cuenta de eso.-

Eso no importa. No se quien seas pero es mejor que te vayas o si no…- dijo Fausto mientras el y Eliza se preparaban para realizar la posesión de objetos.

¿O si no que? Ni lo intentes, pues te reduciría a cenizas como lo hice con esa ridícula casucha.-

Fausto se detuvo un momento. -Veo que me crees. Si conozco lo comunicativo que puede ser Asakura, entonces sabrás quien soy.-

Debes ser ese shaman llamado Shizumaru.-

Exactamente, así que supongo que sabes que no podrían vencerme ni aunque lo intentaran todos juntos, además en esta estación hay demasiados… ¿Cómo les llaman?... Inocentes, que a mí no me importaría matar. No es necesario que peleemos, mucho menos cuando vine a buscarte a ti para iniciar una… pequeña negociación.-

¿Negociación?- respondió Fausto.

Así es. Estoy aquí por un asunto de negocios. Veras, yo tengo algo que se que tú quieres.-

Y supongo que tratarás de que traicione a Yoh y me una a ustedes. Jajajajaja. Por favor. Nada de lo que me ofrecieras me haría traicionar a Yoh.-

¿Ni aunque te ofreciera la oportunidad de que tu amada Eliza vuelva a vivir?- Fausto se quedó mudo, y soltó la osamenta de Eliza que ahora se balanceaba oscilante mientras colgaba del brazo de Fausto.

Veo que podemos tratar de llegar a un acuerdo. Bien, la situación es la siguiente: Tu aprendiste la nigromancia con la esperanza de vencer a la muerte y traer de vuelta a tu esposa muerta, pero lo único que lograste fue manipular su espíritu para crear una ilusión de que había vuelto, y poco después, Anna Kyouyama permitió que el espíritu de Eliza, creo que así se llama, regresara a tu lado. Si, ella estaba de vuelta, pero solo como espíritu; nunca mas como persona. Y seamos francos, tú no te conformabas con eso. Querías más. Y supongo que pensaste en que tal vez ahora que la puerta que separa a la vida de la muerte esta abierta, no sería más una vana quimera el que Eliza resucitara. ¿Acaso me equivocó?-

Fausto no dijo nada ni se movió en lo absoluto.

Parece que no me equivoco. Pues bien, como ya sabrás, yo soy el custodio del poder de uno de los cuatro guardianes y esta de más decir que conozco muchos secretos… incluyendo un pequeño ritual que permitiría que tu querida esposa regresara a la vida. Y no creas que miento, o que ella regresará como un zombi sin voluntad. Nada de eso. Ella volverá como si nunca hubiera muerto. Píensalo un poco. Te estoy ofreciendo el sueño de tu vida y sin ninguna mentira en mis palabras. En los negocios uno no puede arriesgarse a no cumplir con su parte del trato. ¿Y bien, que opinas?-

Fausto no respondía aun, y su mirada se notaba dubitativa.

Creo que es un trato justo, y el precio que pido no es nada que te resulte difícil de pagar: solo únete a nosotros; jura lealtad a mis compañeros y a mí y demuéstrala matando a Asakura y a su mujerzuela. Si eso se te hace difícil, solo llévalos a un sitio donde podamos matarlos nosotros mismos. Te conozco, Fausto VIII, y se que esa tontería de los remordimientos no significa nada para ti. Has lo que te digo y tu amada esposa volverá a estar entre tus brazos.-

Calla.-

¿Qué dijiste?-

He dicho… que te calles.-

¿Acaso piensas desperdiciar la única oportunidad que tendrás de que tu esposa reviva?-

Lo que yo mas deseo… no es algo que tu me puedas ya conceder. Con el espíritu de Eliza a mi lado me basta, y no necesito que un gusano despreciable como tú venga a chantajearme. ¡Así que lárgate antes de que Yoh y los demás estén aquí y te demos tu merecido!-

Como gustes. No les haré nada por ahora, pero la oferta sigue en pie. No te preocupes en buscarme, que yo te encontraré.- y sin decir mas, Shizumaru se marchó caminando como cualquier otra persona.

Mientras se alejaba pensaba en lo fácil que sería que Fausto se uniera a ellos. "Solo será cuestión de tiempo para que se nos una. Si bien que sabemos que se alió a Asakura por conveniencia y ya. Solo porque Kyouyama le dio ese sustituto barato de felicidad; su "pequeño pedazo de cielo". Jajajajajaja. Amor. Esa estúpida sensación que abre tan grandes huecos en las defensas del humano y lo hace tan vergonzosamente vulnerable. El único amor que vale la pena es el amor que seres como yo sentimos¡El amor al poder!"

Fausto no podía pronunciar palabra alguna, incluso el moverse para entrar a la sala de espera le fue difícil. Definitivamente esas palabras le habían llegado de una forma que el no esperaba, y eso era algo que no solo le preocupaba a el, sino también a Eliza.

Cuando Fausto regresó al interior de la estación la escena ahora era distinta: Ahora era Horo-Horo quien reía de lo lindo.

Jajajajaja. ¿Por qué no estabas… aquí, Fausto…? De lo que te perdiste. Yoh… le fue a comprar un… refresco a Anna y… el muy… jajajajajaja…-

Fausto no tenía ni idea de lo que Horo le trataba de decir, pero para no quedarnos con la duda les diré que paso: Anna le pidió a Yoh que le comprara una lata de refresco y el, como buen chico que es fue a comprarla obedientemente, pero claro, solo a Yoh podía pasarle que al querer darle la lata a Anna, el muy bobo se tropieza y como la lata ya estaba abierta…

Para cuando Fausto entró, Anna le estaba dando una soberana golpiza a Yoh, de esas que solo Anna sabe dar.

Por… favor. Ya discúlpame, Annita.-

Nada de Annita, torpe dedos de mantequilla. Es la segunda vez en el día que me haces esto y no es ni mediodía. No se como puedes ser tan tonto.-y mientras Anna continuaba con el castigo los demás solo podían observar y nada mas. Cualquiera que tuviera el desatino de intervenir ahora sufriría las terribles consecuencias, así que solo les quedaba callarse y esperar el fin, excepto Tamao que por dentro le daba ánimos a Yoh.

Jajajaja. Esto es… tan divertido… Podría ver esto toda la vida. Jajajajaja.-

Anna volteó a ver a Horo. El había cometido el grave error de hablar de más, y el castigo no se hizo esperar.

Anna, por favor no me veas a…- Manta no pudo terminar de hablar porque Anna lo sujetó de la cabeza y se preparó para emplear una de sus técnicas patentadas: el lanzamiento del misil Manta. Anna lo arrojó con todas sus fuerzas y para cuando Horo lo notó ya era muy tarde.

Hermano. ¿Te encuentras bien?- preguntó Pilika una vez que el humo provocado por el impacto se disipó, pero su hermano no podría hablar por un buen rato. Hasta sus ojos se veían como espirales girando.

Imbeciles. Bueno, escúchenme todos. Ya decidí a donde iremos a entrenar: iremos a una playa abandonada cerca de Utsunomiya.-

Espera un momento, Anna.- dijo Len. -No creo que sea buena idea quedarnos en Japón.-

¿Acaso piensas que mi idea es un error?- le respondió Anna con una mirada de esas que si los ojos fueran dagas…

No… para nada, como vas a creer. Jajajajaja.- exclamó Len de una forma muy nerviosa.

Bien, no se diga más. Manta, compra boletos para todos nosotros y asegúrate de que sea un tren con camarotes como el anterior, y no se te olvide que vamos a Utsunomiya. ¿Entendido?-

Si, señora.- respondió Manta de inmediato, reponiéndose instantáneamente de su experiencia como proyectil viviente. Después de todo ya debe estar acostumbrado.

¿Se encuentra bien, amo Yoh?-

Tu no te preocupes, Amidamaru. No fue tan malo, además después de esto será más fácil que se le quite el enojo. Tu confía en mi y veras que todo se arreglara.-

Oh, amo Yoh…- decía Amidamaru con lagrimas de profunda admiración por el valor del buen Yoh.

Poco después, ya en el tren, los chicos se prepararon para el viaje. Horo-Horo estaba en uno de los camarotes reponiéndose del "pequeño accidente" con Anna, Len se quedó meditando en otro camarote, mientras que Ryu contemplaba el paisaje por las ventanas y Manta revisaba el correo electrónico para ver si no tenían algún mensaje de Lyserg o de Chocolove. Yoh hacía lo que mejor sabía hacer: dormitar un poco mientras el viaje continuaba. Fausto estaba sentado en uno de los asientos mientras trataba de despejar su mente de lo que recién acababa de escuchar. Sabía que lo que le acababan de decir no era mas que un truco; una charada para que traicionara a Yoh y a Anna que tan buenos habían sido con el. -Oh, Eliza. ¿Acaso soy tan débil que no logro olvidar esas palabras tan huecas y crueles?- Mientras pensaba en esas cosas, Fausto contemplaba el paisaje que se extendía ante sus ojos, que no era tan difícil de distinguir a pesar de que el tren iba a toda velocidad.

Después de un rato, Fausto se levantó de su asiento y dijo en voz baja. -Parece que solo hay una forma de sacarme esto de la cabeza.- y caminando muy despacio llegó al camarote que ocupaba Anna. Ella se encontraba sentada en una silla, solo que al parecer se había quedado dormida.

Esto es lo que necesitaba.- murmuró Fausto antes de acercarse a Anna para luego sujetarla por la cintura con una mano y taparle la boca con la otra. Anna se movía y trataba de librarse, pero Fausto sabía que a Anna no se le debía dar tiempo de reaccionar, así que sin demora, soltó un momento su cintura, el necesario para sacar un pequeño bisturí de entre sus ropas y abrirle la garganta a la infortunada chica.

La herida fue lo suficientemente profunda para seccionar la traquea de Anna de forma que ella ya no pudiera gritar.

Discúlpeme, doña Anna. Esto no es nada personal.- y dicho esto salió del camarote dejando que Anna agonizara en ese pequeño mar creado con su sangre. De ahí, caminó al camarote que ocupaba Yoh y entró en el de la misma manera silenciosa y discreta en que cometió su anterior crimen.

Yoh estaba dormido tal y como era de esperarse. No se veía por ningún lado a Amidamaru y Harusame estaba en el otro extremo del cuarto.

No habrá problemas para terminar con esto. Será tan rápido como lo hice con doña Anna.-

Fausto pensaba hacer esto tal y como lo hizo con Anna: no darle tiempo de reaccionar y de hacer la posesión de objetos. El sabía que sin la posesión, Yoh estaría en una relativa desventaja. Fausto se acercó poco a poco al confiado Yoh, cuando Amidamaru llega y percibe de inmediato el aroma a muerte que Fausto emana.

¡Amo Yoh, despierte!-

Yoh despierta de inmediato y ve a Fausto presto a atacarlo. Sin demora Yoh se lanza a donde esta Harusame, pero tropieza gracias a que Fausto le puso el pie. Yoh cae cerca de Harusame, pero Fausto aprovecha la pequeña ventaja que tiene y patea la espada lejos de su amo.

Fausto. ¿Qué te pasa? Que tratas de…-

Discúlpeme, don Yoh, pero esto es algo que debo hacer para recuperar a mi Eliza.- y sin darle tiempo a Yoh y a Amidamaru de hacer la fusión de almas que le permitiría a nuestro amigo librarse de esa situación, Fausto clavó su bisturí justo en la garganta de Yoh que trataba de gritar, pero al igual que con Anna, Fausto le había tapado la boca.

Amidamaru deseaba quedarse a ayudar a su amigo, pero si no podía hacer la fusión de almas solo le quedaba ir por Len y los demás para detener a un enloquecido Fausto y ver si Yoh aún se podía salvar.

Yoh no comprendía aún que sucedía del todo; se le hacía imposible imaginar que este hombre al que sin mucho esfuerzo aceptó como amigo a pesar de que casi mata a Manta ahora estaba removiendo un afilado instrumento en su garganta… haciéndole sentir el dolor mas atroz que se pudiera imaginar. Y a eso se le sumaba la angustia de que no podría proteger a Anna de esos shamanes tan crueles.

Vamos, don Yoh, no se sienta tan mal que no estará solo por mas tiempo. Doña Anna ya esta esperándolo en el mas allá, y quien sabe, tal vez ustedes puedan regresar, Jujujujuju.-

El rostro de Yoh se había transformado. Ahora el dolor que su cuerpo sentía ya no importaba. Parece que por primera vez en su vida, Yoh estaba lleno de ira; ira por no haber cuidado a su prometida, a su amada Anna. En este momento Yoh habría logrado reunir suficiente fuerza como para deshacerse de Fausto, y estaba tan furioso que incluso sería capaz de matarlo, pero el ya había perdido mucha sangre, y no podía emitir ningún sonido. De hecho, se estaba ahogando con su propia sangre.

Y con una mirada llena de tristeza y con un poco de rencor, Yoh Asakura se desplomó en el suelo de ese camarote de tren que ya estaba completamente empapado con su sangre, y ante tal vista Fausto no pudo evitar esbozar una mueca de triunfo. Al fin podría reunirse con Eliza.

Si… lo maté… lo maté… Je… je… jejejejejeje… jajajajajajajaja…JAJAJAJAAJAJAJA… ja…ah…ah…AHHHHHHHHHHHHH…- y Fausto soltó un fuerte grito de horror.

Cuando volteo a observar a su alrededor se dio cuenta de que aun estaba sentado en el mismo lugar donde se había quedado a pensar; si, todo había sido un sueño, o mejor dicho una pesadilla… una horripilante pesadilla.

¿Por qué soñé eso? Si yo no deseo hacerle daño a Yoh o a doña Anna… ¿Qué me sucede?- y Fausto agachó su cabeza y la puso entre sus piernas, mientras que Eliza solo podía contemplarlo y deseaba encontrar la forma de ayudar al único hombre que ha amado.

Un buen rato después nuestros amigos bajaron del tren que los había llevado hasta Utsunomiya y ahora esperaban instrucciones de su comandante, perdón, de Anna.

Bien, ahora solo debemos caminar un par de horas más hasta que lleguemos a esa playa de la que les hablé.-

Solo quisiera preguntar como sabes que aquí hay una playa desierta si es pues… desierta.- preguntó Horo-Horo.

Pues la vi un día en la televisión cuando pasaron un reportaje y pensé que no era un mal lugar para entrenar. Como nadie se acerca estaremos solos por algún tiempo… creo que un mes entrenando será suficiente.-

Un mes es muy buen tiempo para entrenar, doña Anna.- dijo Ryu.

Que bien que pienses eso, porque durante el camino hablé con Pilika y entre las dos armamos un horario sumamente estricto que ustedes deberán obedecer al pie de la letra.-

Inevitablemente Yoh, Horo y Ryu se quedaron con ojitos de punto y lucían como si fueran dibujitos de papel en blanco y negro diciendo al unísono. -No puede ser.-

Si vieran lo patético que se ven. Ahora vámonos que se hace tarde y en cuanto lleguemos harán su primera tarea.- y dicho esto Anna se adelantó, seguida por Pilika y por Tamao, que no dejaba de sentir pena por Yoh… y otro poquito por Horo-Horo.

Yoh empezaba a caminar cuando notó algo raro en el semblante de Fausto.

¿Te pasa algo?-

No, no pasa nada. Solo estoy pensando en todo lo que ha sucedido y no se si el entrenamiento será suficiente.-

Si, se que estamos en una situación muy difícil, sobre todo ahora que la puerta al mas allá esta abierta.-

Si, ahora que esta abierta…-

Yoh se quedó viendo un momento a Fausto para decir al fin con su típica sonrisa. -Jijijiji. No te preocupes, amigo. Estando todos juntos podremos detener a esos sujetos y podremos cerrar esa puerta… solo quisiera que no hubiera necesidad de sacrificar a una chica. Odio que se derrame sangre, aun si dicen que no sería algo inútil. En fin, no te preocupes por eso; mejor preocúpate por lo que la hermana de Horo-Horo y Anna nos tienen preparado. Ah, ni quiero imaginar las crueldades que nos harán.-

Tiene razón, don Yoh. Podremos vencerlos… sin importar que.- y mientras Fausto se adelantaba, Yoh se quedó un momento mas.

¿Sabes, Amidamaru? Creo que Fausto debe estar sufriendo mucho ahora.-

Es por el portal. ¿Verdad, amo Yoh?-

Así es. Se que el se resignó hace mucho tiempo a que Eliza jamás volverá a la vida y es muy feliz, pero ahora que la puerta al mas allá se abrió creo que eso le hizo pensar en que tal vez ella pudiera revivir.-

Hasta donde entendí lo que nos dijo la señora Kino, eso es posible.-

Y el conoce ciertos métodos que podrían ayudarle a que ella regresara. ¿Sabes, amigo? Creo que entiendo a Fausto. Si algo llegara a pasarle a Anna… que ella muriera por mi culpa, si pudiera… yo atravesaría el mismo infierno con tal de traerla de vuelta, aunque la verdad yo nunca seré tan fuerte como Fausto. Si mi Anna llegara a… ya no tendría caso seguir con vida... y yo moriría de tristeza-

Amo Yoh.- y ambos, samurai y shaman se apresuraron para alcanzar a los demás que ya les llevaban unos cuantos minutos de adelanto.

Durante la primera hora de caminata no pasó nada fura de lo común. Quizás lo único raro es que Anna no estaba regañando a alguien pero no creo que hubiera quejas al respecto. Lentamente el sol se preparaba para caer en el cenit y sería ese el momento para buscar un sitio donde pasar la noche, sin embargo Anna comenzó a sentirse preocupada… como si sintiera que alguien los seguía.

¿Quien podría estar siguiéndonos? Tal vez sea… Tamao.-

Si, señorita Anna.- Dime si percibes algo fuera de lo común.-

Pues la verdad no, pero tengo el presentimiento de que algo malo va a suceder.-

¿Acaso pasa algo malo, chicas?-

Tu tranquila, Pilika. A lo mejor no es nada pero es mejor decirle a los chicos que se preparen.-

Enseguida le digo a mi hermano y a los demás.-

Pilika se acercó a los chicos y les dijo que Anna y Tamao tenían un mal presentimiento, y sin dudarlo los chicos se pusieron alertas sin dejar de caminar. Cinco minutos después, se comenzó a sentir mucho calor lo que para Anna e Yoh solo significaba una cosa.

¡Chicos, prepárense! Ese tipo esta aquí.-

¿A quien se refiere, don Yoh?-

No seas tonto, Ryu.- respondió Len. -Debe ser el shaman que quemó la pensión.-

Veo que pueden ser listos si se lo proponen, gusanos.-

Esa voz era de Shizumaru que se encontraba en la rama de un arbol.

¿Qué quieres aquí?-

Vaya, Asakura. Deberías mejorar tu carácter y ser menos idiota. Creo que esta de mas decir a que vine.-

¡Así que tu fuiste el canalla que destruyó la pensión de don Yoh¡Me las pagarás ahora desgraciado!-

Tu eres Ryu¿cierto? Tu apariencia es en verdad ridícula con ese estúpido fleco que mas parece una señal de transito. ¿Qué tratas de probar? Si acaso eres fan de Elvis, créeme que con eso no lo traerás de vuelta a este mundo. Jajajajaja.-

Ryu se quedó furioso y ya se iba a lanzar contra Shizumaru, pero Len lo detuvo.

No te precipites. Este sujeto es más poderoso de lo que aparenta. No debemos tomarlo a la ligera.-

Len tiene razón, Ryu. Debemos pensar como lo enfrentaremos.-

¿Y quien les dijo que yo pelearía contra ustedes esta vez, Asakura? Yo solo vine a observar algo que espero que ustedes encuentren muy divertido.-

¿Pues a que demonios te refieres, infeliz?-

Y Kyouyama hace acto de presencia. Me refiero a un asunto que hace poco discutí con uno de ustedes.

-¿Cómo?-

Los he estado siguiendo desde que subieron al tren que los trajo hasta Utsunomiya, y antes de que lo pregunten les diré que es bastante sencillo moverse desde donde hice mi parte del ritual hasta acá.-

Debes estar alucinando. Ninguno de nosotros ha hablado contigo.- dijo Horo-Horo.

Falso. Que ninguno de ustedes me haya visto o haya percibido mi presencia no significa que no haya estado allí. ¿Acaso estoy en un error, Fausto VIII?-

Eso hizo que todos voltearan a ver a Fausto y lo vieron cabizbajo y muy tenso; como si algo le hubiera sucedido.

Amigo Fausto. ¿Qué te sucede?- Fausto no respondió, pero sin más realizó la posesión de objetos, y frente a ellos hacía acto de presencia la nueva forma de la posesión de Fausto: Neo Elisa Mefisto. Era similar a Elisa Mefisto, solo que en esta ocasión era de tamaño natural, su traje lucía blanco con franjas rosas a los lados y un gorro de enfermera más grande. Sus manos lucían igual: una jeringa en una mano e instrumental médico en la otra. Esta de más decir que el tamaño reducido permitía una mayor concentración de poder.

Len y los otros se habían quedado enmudecidos, Anna no le daba mayor importancia a esto e Yoh se veía perturbado.

Amigo Fausto…-

Creo que hasta un simio como tú puede adivinar lo que sucede Asakura. Fausto será quien acabe con ustedes, y eso es porque le he ofrecido algo que se que no puede rechazar: la oportunidad de que su amada Eliza reviva. Esa es una de las facultades que tenemos los depositarios del poder de los guardianes.-

¿Es eso cierto, Fausto?- preguntó Ryu con urgencia, pero Fausto no respondió.

No… no lo puedo creer… ¿Acaso volverá a ser el monstruo que casi me mata?- decía Manta que se encontraba completamente aterrado; inundado con los recuerdos de aquella batalla en el cementerio para extranjeros de Yokohama.

De hecho el nunca dejo de ser ese monstruo, enano.- dijo Shizumaru. -¿Es que todos son tan idiotas? El solo estuvo con ustedes por conveniencia. Como Kyouyama le dio lo que quería, pues se vio forzado a quedarse con una partida de tontos como ustedes, pero ahora que yo le he ofrecido algo mejor, esta de más decir que ahora estará con nosotros.-

Te equivocas.- respondió Yoh. -Fausto no haría eso. Al principio fue un formidable enemigo y es verdad que casi mata a mi mejor amigo, pero ese hombre hace mucho que desapareció, y ahora Fausto ha mostrado lo que en verdad es: un hombre bueno y generoso que actuó como lo hizo en nombre del amor.-

Shizumaru esbozó una sonrisa que luego se volvió carcajada. -No seas iluso, Asakura. El desea algo mas que ver a su esposa: el desea tenerla entre sus brazos de nuevo, tocarla, sentirla… yo puedo darle eso que necesita, eso que realmente quiere. ¿Y acaso ustedes pueden concederle ese deseo? No lo creo. El se unirá a nosotros ya que le damos algo que ustedes no le darán jamás, así que ya basta de toda esta charla. ¡Fausto VIII, acaba con la vida de estos gusanos y te daré lo que en verdad quieres!-

Lo que en verdad quiero.- se escuchó de la boca de Fausto. Los demás estaban quietos, expectantes a lo que sea que sucediera.

Habían aceptado a Fausto como uno de ellos y la verdad era que ninguno de ellos tenía el deseo de enfrentarlo; porque es algo casi imposible pelear en contra de un amigo.

Amigo Fausto.-

No le hagas caso, Fausto. Solo trata de engañarte.-

Fausto… ¿Por qué?-

Yoh, Ryu, Manta… cada uno de ellos esperando que lo que estaba sucediendo solo fuera un error, que Fausto recapacitara, pero si hay algo de lo que todos estaban seguros era de que Fausto podría ser capaz de lo que fuera por su amada Eliza; seguros porque ellos saben que uno hace lo que sea por el ser amado… y otra cosa era verdad: ellos no podrían hacer que Eliza reviviera y los guardianes tal vez si podrían.

Lo que en verdad quiero.-

Si, eso es lo que obtendrás, y lo único que debes hacer es matar a estos shamanes inferiores.-

Lo que en verdad quiero.- Nuestros amigos no hablaban.

Lo que en verdad quiero.-

Fausto se veía tenso, como si algo dentro de el estuviera por estallar.

Lo que en verdad quiero…- Shizumaru sonreía en siniestro son de triunfo. -…tú no me lo puedes dar.-

¿Qué?-

La brillante sonrisa de Shizumaru se desvaneció al instante mientras que Yoh y los demás se mostraban mas tranquilos.

Jijiji. Ese es mi amigo Fausto.- dijo Yoh muy contento, mientras que Anna dijo. -Hubiera dicho eso desde un principio y nos hubiera ahorrado el momento de "tensión dramática".-

Lo que yo quiero no me lo puedes dar, porque es algo que yo ya tengo: a mí querida Eliza. Ella está junto a mí a cada momento sin importar que. Eliza ha estado conmigo apoyándome en las buenas y en las malas. Tal vez ya no pueda volver a tocarla o a besarla, pero no traicionaría la amistad que don Yoh y los demás me han brindado, aun si con eso pierdo la última oportunidad de que Eliza vuelva a la vida. Ya una vez uno de mis ancestros hizo un pacto con el demonio, y yo no pienso repetir ese error.-

El calor aumentó súbitamente como consecuencia de la furia de Shizumaru. -Imbécil. Eres un imbécil. Dices que estas contento como estas; que no necesitas estar junto a esa desgraciada. ¡Pues bien pronto te unirás a ella porque serás al primero al que mate!-

La silueta amenazadora de Suzaku apareció detrás de Shizumaru, que en instantes realizó la posesión de objetos y se lanzó contra Fausto a una velocidad enorme. Fausto apenas reaccionó a tiempo para bloquear el ataque, pero el impacto fue tal que el salió despedido hasta un árbol. El impulso fue tan fuerte que lo atravesó y lo llevó a estrellarse con un segundo árbol.

¡Pero que rayos pasó!- dijo Ryu que no logró ver cuando Shizumaru se lanzó.

Les dijimos que eran poderosos. Peleen con todo desde el primer momento.- respondió Horo.

Yoh y los demás hicieron la posesión de objetos y se pusieron frente a las chicas que intentaban esconderse en el bosque.

No. De aquí nadie se va.- y un círculo de fuego rodeó el sitio. Nadie huiría.

Desgraciado. Como te atreves a…-

Tu eres el desgraciado, Len Tao, y es tu turno de sufrir.-

Shizumaru volvió a lanzarse a toda velocidad. Len no se inmutó y se preparó a bloquear a Shizumaru. El impacto fue tremendo,y Len no se movió ni un centímetro, pero para su desgracia no había visto que la espada de Shizumaru estaba envuelta en llamas, las cuales ahora envolvían el cuerpo de Len. -Te protegiste muy bien del golpe directo, pero olvidaste cubrirte de las llamas. ¿Qué nunca pensaste que las llamas no pueden ser detenidas y menos a esa velocidad?-

Las llamas le impedían a Len mantenerse concentrado, y Shizumaru aprovechó para darle una fuerte patada en donde Lerouche lo había herido.

AHHHH…- Len dio un fuerte grito y cayó al suelo inconsciente.

¡Señorito!- dijo un muy preocupado Bason cuando la posesión se rompió, al mismo tiempo que Pilika también gritaba angustiada por Len.

Shizumaru giró rápidamente y se quedó viendo a Tamao para decirle. -¿Recuerdas como te dije que ibas a morir?- y Shizumaru clavó su espada en el suelo y una pequeña flama se empezó a mover por el suelo hacia la chica de cabello rosado.

¡Tamao, muévete!- le gritó Yoh que trato de llegar a ella, pero su camino fue bloqueado por Shizumaru. -Tú te quedas a jugar conmigo. Que la niña arda de una buena vez.-

Tamao estaba demasiado aterrada como para moverse; su mente estaba saturada de terror ya que los recuerdos de aquella terrible noche no dejaban de acosarla.

¡Tamao!-

Horo llegó a donde estaba ella, la abrazó con fuerza, mientras con su posesión creaba una barrera de hielo alrededor de ellos. En ese momento la flama llegó a donde estaban y tal y como Yoh lo recordaba, se convirtió en una espiral de fuego que rápidamente los envolvió y se cerró como una pinza. Al despejarse el fuego, el hielo se había derretido por completo y Horo-Horo se había desmayado por las quemaduras que había recibido, ya que si bien el hielo alcanzó a amortiguar el impacto de las flamas estas eran demasiado fuertes y al final fue demasiado incluso para Koloro que también estaba inconsciente, pero gracias a este acto de valor Tamao estaba ilesa. -Joven Horo- decía Tamao mientras sujetaba en su regazo a Horo.

Un chico valiente… algo tonto… que se le va a hacer. Ahora es tu turno, Asakura.-

No te tengo miedo. Te enfrentaré pase lo que pase.-

"Yoh, por favor no te sobreexpongas."- pensaba Anna, y su aprensión creció en cuanto vio como Shizumaru se lanzaba contra Yoh y como este se aprestaba para recibirlo. Justo en ese momento un relámpago muy fuerte cayó justo entre los dos shamanes. Yoh quedó muy sorprendido por ese inesperado suceso, pero Shizumaru distaba mucho de estar así.

Miserable. ¿Por qué se le ocurre interrumpirme? Te han salvado el pellejo, Asakura; a ti y a tus ridículos amigos, pero te aseguro que no volverás a tener tanta suerte.- y después de decir eso, el fuego rodeó a Shizumaru y desapareció.

Amo Yoh. ¿Se encuentra bien?-

Si, Amidamaru, pero estoy muy sorprendido de que ese tipo haya llegado hasta acá, pero al menos paso algo bueno.-

Lo de Fausto. ¿Cierto?-

Si. Me da gusto que el chantaje de ese hombre no haya funcionado, aunque creo que si habría sido lindo que pudiera tocar a su esposa aunque fuera una sola vez más. Ahora debemos ver a los demás que ese hombre nos aplastó por completo.-

Yoh corrió a ver a los heridos junto a Pilika y Ryu, mientras Anna pensaba en ese relámpago que interrumpió la lucha y salvó la vida de Yoh.

"Cuando ese relámpago cayó me pareció percibir una presencia muy poderosa, casi como la de este demente, pero aun no entiendo. ¿Si se supone que es el compañero de Shizumaru, porque entonces detuvo el combate? No lo entiendo." Y Anna no era la única que no entendía.

Tenías que interrumpirme, Enzo. Si no fuera por ti, Asakura estaría hecho un trozo de carbón.-

Quizás, pero lo hice porque en primera estabas jugando muy sucio con ese tal Fausto. No me digas que ahora buscas que otro haga tus trabajos sucios.-

No sería la primera vez, y en todo caso quien eres para criticarme si no pudiste matar a esa niña.-

Descuida, hasta tú podrás enmendar mi error, aunque también tuyo, porque se me informó que los asesinos que mandaste a Londres fracasaron y en grande.-

Eso si es llover sobre mojado. Mira, has lo que quieras con Asakura que yo iré a ver a esos zoquetes. Me las pagarán por su incompetencia.-

Sin decir mas Shizumaru se retiró de la misma forma en que había llegado, dejando a Enzo contemplar el bosque donde nuestros amigos habían sido atacados.

Espero que este entrenamiento te sirva, "rey shaman", que en una semana mediré fuerzas contigo y no me iré de aquí hasta que eso suceda. Y si tu nivel es el mismo que vi hoy se que terminarás como abono para estas hermosas plantas.- Y Enzo contemplaba el atardecer, al tiempo que ardía de emoción de solo imaginar la pelea que tendría con Yoh en una semana.

Continuará…

Hola a todos. Ya agarré dos costumbres en este fic: una es retrasarme mas de una semana, o mejor dicho de dos, para actualizar, y la otra es que los capítulos queden largos. En cierta forma esto último no es malo, pero se que les gustaría no tener que esperar tanto. Bien ahora pasemos a responder sus reviews:

ESTRELLA DE KALEIDO STAR: (Que si no han visto ese anime no saben de lo que se han perdido.): Que diré… que vamos a hacer esto más divertido. La verdad es que a estas alturas ni yo se si Jeanne va a sentir algo por Lyserg o no, en cuanto a el pues por el momento novia no quiere, así que Lyserg esta a salvo por ahora, al menos en ese sentido, que en lo que respecta a batallas es algo que aún decidiré cuando el chico peleé una vez mas.

Koibitotenshitotsuki: Primero que nada, original nick. Segundo, te agradezco que hayas estado al pendiente de la actualización pasada y si tengo buena suerte también de esta. Gracias por el apoyo.

Zanbokuna tenshi: Gracias por animarte a escribir aquí a este pequeño fic y espero que no te haya desanimado mi brutal tardanza. Espero ver un review tuyo para este capítulo también. Nos vemos.

Andrea Nefisto: Y creo que celosa apenas basta para describir la ira de la simpática hadita. ¿Sabes? No lo había pensado tanto como un amor imposible, pero ya sabía que de eso se trata, puesto que a mi me encanta luego escribir de amores difíciles o imposibles. Son tan melancólicamente deliciosos. Gracias por el review y te espero con uno mas.

Lady Girl: Tú no te angusties tanto por no dejar review a tiempo. Mírame a mí, que casi deje pasar un mes sin actualizar. Como habrás visto la idea era chantajear a Fausto para que traicionara a Yoh y a los demás, pero eso es algo que Fausto no haría, o al menos no ahora. Tal vez antes… en fin, ya no importa. Desde luego que saldrá Chocolove, pero aún estoy pensando como le haré. Mi mayor problema es que no soy muy bueno para los chistes, claro luego si me sale alguno, pero entenderás que si pongo a Chocolove y no si dice siquiera un buen chiste, o al menos uno regular, entonces no es Chocolove sino alguna versión pirata. Jajaja. (Ojala salgan las risas que escribí.) Bueno, nos vemos.

Niacriza: Sobre si Lyserg aun conserva a los ángeles diré que al menos aquí así será, (No se si los conservó al final del manga, que en el del anime si.) y luchará con ellos cuando llegue el momento, después de todo no valía la pena el esfuerzo con esos shamanes del capítulo pasado. Eso si, veré que clase de técnica se me puede ocurrir para ese momento. Sobre lo que Morphine siente por Lyserg, pues la verdad siento que ella da demasiadas pistas de que ve a Lyserg distinto a como vería a un miembro de su familia, por así decirlo. Es que la forma en que lo ve, el como se preocupó cuando Lyserg se unió a los soldados X… esos son los detalles que me hacen pensar que Morphine siente algo por Lyserg, aunque sea que eso jamás sucederá. Te veo pronto.

Miyozku: Extrañaba verte por aquí, pequeña. Como de costumbre agradezco tu review, me agrada que te guste, y desde luego aprovecho para recordarte que escribes mejor que yo, así que ahora te toca a ti actualizar una de tus historias, la que sea. Bueno, te dejo por ahora. Bye.

Aneth: Ni te preocupes por las tardanzas que ya ves, ahora yo me retrasé horrores, pero bueno, pasemos al review. Me dio gusto que te gustara la escena del rescate, pero no me dijiste si hiciste el ejercicio de imaginarte junto a Lyserg en vez de esa chica. Gracias por lo de postítulos de los capítulos. Vieras como me quiebro la cabeza para ponerle título a uno. A veces ni se me ocurre que es lo que mejor quedará. Espero que el capítulo te haya gustado y que estés bien. See you.

HOSHI: Misión cumplida. Me tomó tiempo pero al fin actualice. No temas replicarme la tardanza para subir, si no lo haces tú quien sabe cuanto tiempo mas me tomaría hacerlo. En fin pasemos a tu review; muy interesante, debo decir. Veo que si estuvieras cerca de Lyserg, Morphine estaría ardiendo de celos por eso. Me encantó la historia que escribiste anexa al review, muy tierna, romántica, y porque no decirlo, deliciosamente seductora. Me encantó. Un día voy a terminar pidiéndote una así sobre pedido porque de verdad que tienes una gran sensibilidad para esas cosas. Por como lo escribiste dan ganas de ser Lyserg. Jajaja. Bueno, te dejo por ahora y te veo en el correo.

Bien, es todo por ahora. En el siguiente capítulo pasarán varias cosas, como que Lyserg y Jeanne se unen por fin a Yoh y los demás, que algunas personitas comenzarán a notar que existen esas otras personitas, o lo que es lo mismo, vamos a empezar a unir parejas, y si creo que entra sin problemas, también veremos la batalla entre Yoh y Enzo. Otro detalle: a aquellas personas que me han seguido en la sección de Sakura y que se que están aquí, me es grato anunciarles que por fin me pondré a trabajar en el fic que prometí la última vez y que será protagonizado por Touya. No se si les gustará tanto como se que me gustará escribirlo, pero aún así me agradaría que cuando lo suba pudieran leerlo. Ahora si, me despido y les deseo la mejor de las suertes. Hasta pronto.