Recomendaciones: Bueno… el tema "Y todo queda en nada" de Ricky Martin… si lo sé, demasiado pop, pero el tema es bueno…
Capítulo XIII
Yo no te olvido
Kagome se llevó las manos hasta el rostro y limpió una lagrima que quiso escaparse de forma rebelde, InuYasha la escuchó en un suspirar y la observó… había tanta confusión en su interior, tantas cosas que culpaban a Kagome de no ser honesta, la carta, el dinero que Sesshomaru le había dado y que ella no negaba haber recibido, sentía un nudo en su garganta al recordar las palabras de su hermano aquella noche en que llegó hasta China, al departamento en el que se alojaba. Aún no podía recuperarse después de haber leído la carta que Sesshomaru le había traído unas semanas antes, demasiados viajes a China, pensó, pero quiso creer que era preocupación por él, real arrepentimiento.
-¿Qué otra sorpresa me traes? – consultó InuYasha sentado en el brazo de un sillón pequeño, se notaba agotado, como si hubiera corrido una carrera muy larga, tanto, que hasta parecía tener más edad, era como si sus rasgos hubieran cambiado, endurecido, el cabello le caía por los hombros y mantenía entre sus manos un arrugado trozo de papel, el que inmediatamente Sesshomaru presumió que sería la carta.
-Lamento ser yo quien te las traiga – cuando dijo aquello, se sentó en el sillón que estaba a un costado de InuYasha, que ante la declaración, lo miró presuroso sin poder entender, ¿acaso traía otra mala noticia para él?... ya no tenía un trozo de corazón limpio, como para cargar con algo más, todo se lo había llevado Kagome con su traición, además que no fue capaz de defenderse cuando hablaron en el teléfono,¿dónde había quedado esa chica aguerrida que dejó en Japón, simplemente concluyó que no tenía argumentos para escudarse, de otro modo no habría desistido tan pronto.
-¿Qué?...-preguntó sin creer que realmente le faltaban cosas por saber, y entonces vio una chequera que Sesshomaru le arrojó sobre la mesa central de la sala.
-Ábrela – le ordenó e InuYasha no podía quitar la vista del objeto, extendió la mano y lo tomó y sentía como temblaba entre sus dedos. Fue moviendo las hojas hasta que dio con la escritura firme de su hermano, que había estampado en el talón el nombre de "Kagome Higurashi", luego le arrojó un par de papeles, que eran la copia del cheque desprendido a nombre de ella y el documento del Banco, "Según lo solicitado, se le informa señor Taisho, que la operación se ha efectuado con éxito, siendo el monto registrado por usted en un cheque nominativo a nombre de la Srta. Kagome Higurashi, cambiado a la misma, por la cifra señalada", de acuerdo a lo que InuYasha había visto, dinero suficiente como para comprarse una casa, un vehículo y vivir holgadamente por varios años – ah sido la ramera más costosa que me ha tocado pagar…- comentó Sesshomaru cuando noto que su hermano ya había visto la cantidad de ceros que contenía ese cheque.
-Cállate – tuvo el impulso de defenderla de las palabras frías y demasiado duras de su hermano.
-Cómo quieres que me calle, si no espero a que se enfriara tu cama, para meterse en la mía – dijo esto, para luego mostrar una expresión muy leve de arrepentimiento - …lamento haber sido yo…- InuYasha sintió que le hervía la sangre de forma impresionante, al imaginar a la mujer que amaba en los brazos de su propio hermano.
-Solo vete de aquí Sesshomaru – exclamó con la voz endurecida, mientras que se ponía de pie y caminaba hasta su habitación, dejando que el fuerte golpe de la puerta contra el umbral, le indicara a su hermano que ya no era bienvenido, luego de eso, pasaron dos años antes de que volvieran a encontrarse.
Cuando Kagome se puso de pie, él regreso de aquel instante doloroso de su pasado, en el cual que había perdido por unos momentos, se encontraba de medio lado, permitiéndole a InuYasha observarla de perfil, volvió a colgar su bolso en el hombro y se ordenó el cabello a un lado sobre el hombro, era un gesto tan personal, para él, que no olvidaba ninguno de ellos. Notó que se tambaleo y apoyó su mano en el borde del escritorio, fue entonces que se puso de pie con rapidez, no podía negar su preocupación por ella, y quedando de frente, la observó con el rostro oculto por su mano, luego la escuchó tomar aire, pero a pesar de ello, no se atrevía a preguntas si estaba bien.
-Senkai… - titubeo por un momento -… Senkai, es tu hijo InuYasha…- le dijo, parpadeando lentamente, cansada, sin poder creer todo el daño y sin entender aún como una mente podía gestar semejantes actos, que eran capaces de destruir tanto amor…InuYasha cerró los ojos, tan cansado como ella.
-No me digas eso…- negaba, tragó saliva y se dio media vuelta, sin saber si caminar, si dejarla ir, retenerla…creerle, ¿por qué le costaba tanto?... si después de todo le estaba diciendo lo que deseaba escuchar con todas las fuerzas de su alma. Se giró hacia ella nuevamente, observando sus ojos oscuros a pesar de todo, aún calidos - …pruébalo…-musitó instándola, no de un modo retador, pidiendo quizás - …trae una prueba… para poder creer…
-No…- negaba Kagome, mostrando una sonrisa triste, mientras que se acercaba hasta él, con un tono tan entrañable en su voz, que parecía imposible ante esta situación – las pruebas te han robado seis años de la vida de Senkai…- paso una mano por el cabello oscuro de InuYasha acariciando un mechón que siempre se le venía hacia delante, con la mirada fija en sus dedos, para luego fijarlos en los dorados de él, que se veían tan angustiados – debes dejar que él hablé por ti…- dijo indicando con su mano abierta el pecho varonil, refiriéndose a su corazón – cuando me hiciste el amor… lo hiciste con tu alma…y fue real …
-Kagome…- susurro, mientras que tomaba el rostro de la mujer frente a él en sus manos, estaba confundido y angustiado, pero de algún modo sabía o siempre quiso mantener la esperanza de que el engaño era una farsa, le pedía que pensara con el corazón y él no sabía hacerlo, el mundo en el que se desenvolvía lo ha obligado a olvidar como es… y quería besarla hasta saciar su necesidad de paz… y comenzó a inclinarse, hasta que escucho la puerta abrirse, obligándose a sí mismo a separarse de Kagome, volteando a mirar que en la puerta estaba ahora Kikyo.
-Oh…- dijo, la mujer en el umbral, algo sorprendida, su novio estaba a puerta cerrada con otra mujer, bastante atractiva, por cierto y demasiado cerca, tanto que incluso creyó verlos separándose de lo que parecía un abrazo, al menos eso pensó… ¿interrumpo algo?... – consultó, viendo como ninguno de los dos respondía, InuYasha volvía a su sillón y su acompañante acomodaba la cartera, más como un acto reflejo, que una necesidad.
-Bueno… yo ya me voy…- dijo Kagome, mirando fugazmente a InuYasha, sabiendo perfectamente que la mujer que acababa de llegar era su novia, laque había escogido para casarse y formar la familia que nunca pudieron compartir juntos.
-Kagome…- respondió él, de alguna manera intentando enfocar su vida, y las palabras que ella le había dejado, la mujer se volteo y lo observó -…gracias…- dijo, poniendo su mano sobre la chequera que había en el escritorio, como si fuera aquello lo que agradecía.
-Si…- fue todo lo que contestó, girándose para encontrarse con los ojos de la mujer, que le parecieron tan inexpresivos, avanzando con paso calmo y seguro adentrando se en el lugar, como si estuviera analizando la situación, obteniendo un resultado de ella en segundos.
-Así que tú eres Kagome…- acotó fingiendo una sonrisa amable, mientras que pasaba a un costado de ella deteniéndose y extendiendo su mano – mucho gusto, soy Kikyo Tokiyama – Kagome devolvió el saludo con amabilidad y serena distinción-… la novia de InuYasha…
-Mucho gusto…- respondió como si las palabras de Kikyo no le representaran ningún problema, aunque sentía que el estómago se le revolvía casi apunto de devolverlo, fue entonces que InuYasha, bastante inquieto ya ante el encuentro de las dos mujeres, se acercó hasta ellas y tomando el brazo de Kikyo, con suavidad.
-La señorita Higurashi debe tener cosas que atender – indicó, mirando por un segundo los ojos oscuros de Kagome, para luego desviarlos suyos, sin sentirse capaz de mantenerla fija en ella, su mente era un torbellino de ideas confusas, por un lado estaba Kagome, las pruebas que la incriminaban ante sus ojos, por otro lado Senkai… y la posibilidad inquietante de que realmente fuera su hijo, pero por otro lado estaba Kikyo, su boda, y algunas otras cláusulas del contrato de fusión que no podía pasar por alto.
-¿Señorita?...- consultó como si estuviera sorprendida, algo que llamó la atención de los otros dos personas en la habitación.
-Gracias Kagome, nuevamente…- cortó InuYasha las dudas de su novia.
-Si – dijo – adiós…- hizo un gesto de deferencia a Kikyo y se giró para dejar ese lugar, con la amarga sensación de desilusión… ¿si tan solo InuYasha hubiera confiado más en ella?...
-.-.-.-.-
Se encontraba sentada a oscuras en la sala de su casa, aquello se le había vuelto una afición últimamente, Senkai dormía desde hace un rato ya, el lugar estaba solitario, no entendía hasta que grado era posible que alguien maquinara el daño u otro ser humano, en este caso, el culpable sin duda alguna, Sesshomaru, un hombre demasiado arraigado en sus ideas de clases sociales y estirpe… ¿cómo puede estar tan cegado el corazón humano?... primero la carta, luego el dinero, que de algún modo termino siendo su propia perdición…ya no deseaba pensar, estos meses se habían convertido en un doloroso paso, después que no espero ver a InuYasha jamás… suspiro…
-Lo único importante ahora es Senkai…- pensó, apoyando hacía atrás su cabeza en el respaldo del sillón en el que estaba.
Sentía como su amor por InuYasha se le oprimía dentro de su pecho, dificultándole incluso respirar, estaba cansada, cansada de conservar ese sentimiento que la ataba y no le permitía continuar con su vida, cansada de comprender todas sus faltas… porque lo amaba, pero el dolor en su interior en lugar de verse mermado por ello, crecía cada día y las lagrimas se ahogaban en su garganta, saliendo como suaves sollozos… ¿cuándo se terminaría?... se preguntaba y rogaba al Dios en el que creía, que la ayudara a dejar de amarlo… ya estaba cansada de llorar…cansada de estar sola y de no poder compartir con nadie más, simplemente porqué InuYasha estaba en cada parte de su ser…recordando con algo de nostalgia el día que Houjo, le pidió que fueran novios.
-Kagome, no tienes que responder ahora…sé que para ti ha sido difícil criar sola a un hijo… solo piénsalo – pidió con la voz suave el joven que contaba con dos años más que ella, ciertamente solo había visto a su niño un par de veces, cuando fue a estudiar con ella a casa, pero le tenía afecto, era un pequeño inquieto, eso ni negarlo, pero algo en él le recordaba demasiado a Kagome. La sostenía por los hombros, mientras que ella se mordía el labio sin saber que decirle, después de todo él siempre estaba ayudándola con sus estudios, aunque sus carreras fueran diferentes, habían cosas que él sabía.
-Houjo… que puedo decirte…- bajo la mirada intentando buscar una respuesta, no tenía ninguna esperanza de reencontrarse con InuYasha, esas las había perdido hacía mucho, quizás el mismo día en que nació su hijo, dos años antes y se encontró tan sola… abandonada…cuando se supo embarazada dejo su casa sabiendo que sería una carga muy grande para su madre, que estaba lejos de entender lo que a ella le pasaba. Levantó la mirada y la enfocó en los ojos esperanzados de Houjo, sonrió suavemente - …mmjj…- asintió, notando la sorpresa y la alegría en el que hasta ese momento había sido su mejor amigo, bueno sin contar a Eri, quien la ayudaba a cuidar de Senkai, mientras que ella asistía a clases.
-Oh…Kagome…- exclamó el muchacho, pasando sus manos desde sus hombros a su rostro, atrapándolo en ellas y acercando con lo que le pareció a Kagome demasiada rapidez sus labios a los de ella. Por un momento contuvo el aliento, intentando no escapar de ahí, pero luego cerró sus ojos y comenzó a responder, lo que no era para nada un beso tímido, todo lo contrario, era el beso ansioso de un hombre enamorado… pero no eran los labios InuYasha…
Ciertamente lo intentó, salieron durante un par de meses, bueno todo lo que sus estudios y Senkai le permitían, con algo de ayuda por parte de Eri, que aún no terminaba la carrera y tenía tiempos diferentes a los de Kagome en aquel entonces. Cuando salían alguna noche a comer algo o al cine, era su amiga quien la despedía desde la puerta, como si se tratara de su hermana mayor, aunque contarán con la misma edad, estaba agradecida infinitamente con ella, que había pasado de ser una simple compañera de escuela, para convertirse en su mejor amiga, vivían algo distanciadas en aquel tiempo, pero le ofreció su hogar cuando ella salió del suyo, tan abiertamente, y se sintió tan triste, como un gatito abandonado que era llevado al cobijo de una nueva familia…pero después de todo, aquellas experiencias le habían enseñado mucho.
Claro que lo de Houjo fue muy complejo, en la medida que veía que la relación avanzaba, se sentía más segura que jamás podría amarlo del modo que el deseaba y merecía, fueron tiempos difíciles, pero lo había superado, sonrió al escuchar la llave entrar en la puerta y se incorporó en el sillón en que se mantenía ida en sus recuerdos, viendo al encender la luz de una lámpara cercana, que Houjo entraba de la mano de su futura esposa Eri.
-.-.-.-.-
"Adiós"… no dejaba de escuchar en su mente una y otra vez esa simple palabra, entonada en la voz entristecida de Kagome, y un dolor inmenso se albergaba en su pecho al sentir que aquello era una despedida…suspiraba en su oficina, con la mirada dorada y apagada fija en algún lugar lejano frente a los cristales, las manos dentro de los bolsillos del pantalón, su cabello cayendo libre por la espalda, los últimos días habían sido un desastre, entre las miradas recriminatorias de Kikyo, que por lo visto sospechaba algo, su hermano que estaba visitando con demasiada frecuencia este lado del piso, siempre con algún documento que dada su capacidad, no se explicaba cómo no entendía y finalmente terminaba dándole a Rin la misión de explicarle, ya que él no se sentía con cabeza para eso. Escuchó el teléfono de interno, y se giró a observarlo, la pantalla le avisaba que se trataba de Kouga, sabía que le había estado llamando, pero ciertamente no tenía ánimo de mucho, suspiró, cuando el teléfono dejó de sonar.
Pasaron algunos minutos, cuando sintió que la puerta de su oficina se abría sin haber autorizado él, las cosas habían cambiado demasiado, hace algún tiempo, nadie se atrevía a cruzar aquella majestuosa puerta de ébano sin su permiso, ni siquiera el mismo Kouga que ahora estaba de pie a pasos de ella, tras de él, Rin, algo consternada por no poder evitar la interrupción, puso su mano derecha a un lado de su cuello e hizo un movimiento para estirar y aliviar en algo la tensión que sentía, ciertamente no tenía energías para discutir.
-Te he llamado y no respondes… ¿qué sucede InuYasha?... ¿me perdí de algo?...- dijo su amigo avanzando hasta él, mientras que InuYasha le hacía un gesto a Rin de que todo estaba bien, "¿me perdí de algo?"…era lo mismo que le había dicho Miroku días atrás al notar lo desorientado que se sentía, se sentó en su sillón y apoyó la cabeza en el respaldo.
-No es nada Kouga…- dejo que un suspiro se le escapara.
Escucho comentarios de todos mis amigos
Que me hallan diferente, que estoy tan destruido
Que apenas soy la sombra, soy un desconocido
Que a veces no respondo, que ya no soy el mismo.
Kouga notó lo distinto que estaba, en dónde había quedado aquella arrogancia que lo caracterizaba, esa personalidad avasallante que le había creado una "fama", debía decir, poco grata entre quienes trabajaban en Shikkon, pero ahora… sumido como se encontraba en su sillón, parecía incluso más bajo… suspiro al comprender que lo había dejado demasiado tiempo solo intentando ordenar su vida con Ayame.
-Dime que te esta pasando… "nada" no es una respuesta para tu estado…- pronunció el hombre apoyado en el borde del escritorio, pero InuYasha no respondió - ¿es por lo de tu boda?...- insistió – dime hombre…- definitivamente esto no estaba bien, dada su insistencia, InuYasha ya habría exclamado algo hace mucho, o de una vez lo habría sacado de su oficina con una sola orden, sin embargo permanecía en silencio, con la mirada perdida -… InuYasha…
-Mi problema no tiene solución Kouga…solo déjame…quiero estar solo – pidió, girando en su sillón para quedar nuevamente frente al ventanal, su amigo tomó aire para decir algo más -… por favor…- volvió a pedir y ante eso Kouga ya no pudo hacer nada.
-Bueno sabes donde encontrarme – le dijo, mientras se daba la vuelta para salir de ahí.
Y todos siempre piensan saber más de la cuenta
Lo sienten lo conversan, de ello se alimentan
Mientras que la sangre aquí en mi corazón
Va subiendo arriba la temperatura
Mientras mi locura va con tu cordura
Mientras yo te extrañe, yo te sienta, yo te ame…
Yo intento pero nunca salgo del abismo
(Y todo queda en nada)
Mis gritos hacen eco al fondo de la nada
Mientras mi cuerpo se resiste a caer
Yo no te olvido mujer.
Realmente necesitaba estar solo, todo esto había sido una violenta tormenta de sentimientos que lo tenían al borde de un foso que lo arrastraba cada vez más, comenzó a caminar, le había dado la tarde libre a Miroku, que ya había dejado a la maestra de Inglés y ahora estaba saliendo con una mujer que según él decía era el amor de su vida… ciertamente esperaba que de ser eso real, no lo desperdiciara. Tomó un taxi y comenzó a recorrer las calles, el conductor le consultó a dónde deseaba ir y el simplemente se quedó pensando en la pregunta… deseaba ir con ella…
Estaba de pie, al lado contrario de la calle, observando la reja de bambú que había cruzado, el día que descubrió que Kagome tenía un hijo… un hijo que tal vez era suyo… ¿por qué sentía que el corazón se le oprimía en el pecho ante el solo pensamiento, angustiándolo de un modo increíble, sentía como si cada día que pasaba un peso aún más grande caía sobre sus hombros, quitándole las fuerzas y su razón.
Quizá yo le pido al amor demasiado
Quizá por exceso y de más he pecado
Quizá por costumbre, tal vez por temores
No se porque si, no sé si hay razones
Quizá por demencia, piedad o clemencia
Quizá por amarte, por necesitarte
Quizá por que lejos de ti es demasiado
Quizá por que todas mis necesidades las tengo de ti
Mientras yo te ame…
Estaba ahí, frente a su casa, a solo metros de ella, el sol ocultándose, matizando el cielo con los tonos de la tarde agonizando ante la oscura noche que venía, sacó de su bolsillo una pequeña fotografía que no había dejado de portar desde el último día que vio a Kagome, una imagen que conservaba paradójicamente junto a la carta en la caja de madera de su oficina, la fotografía que se tomaron el día en que hablaron de hijos.
-Me gustan las niñas… - dijo Kagome, sacando de las confituras que InuYasha llevaba, mientras él se las alejaba.
-Ya te comiste las tuyas – le reclamó, más como un juego, que por que realmente estuviera molesto, habían ido a ver una película, una que ella se empeño en ver y a la que él entró casi obligado, encontrando que su corazón era bastante más blando de lo que imaginaba, ya que se sintió profundamente emocionado en más de una escena, "¿Conoces a Joe Black?", era el título en esta oportunidad, una cinta en la que el protagonista aprende del amor, solo sintiendo…
-Me gustan…- se defendió ella, mientras que InuYasha la rodeaba por la cintura y le robaba un beso endulzado por los confites.
-Si es niña, se llamara Takka…- dijo, robándole otro beso, mientras que ella metía nuevamente la mano al paquete de las confituras.
-¿Y si es niño? – consultó metiendo en la boca de InuYasha lo que traía en sus dedos y él aceptó.
-Si en niño lo escoges tú…- respondió mordiendo el pequeño y blando confite de color nacarado.
-Sonrían…- escucharon al unísono la voz de un hombre que capturó el momento, para luego cobrarles algunas monedas por la fotografía.
Volvió a meter la imagen en su bolsillo, observando nuevamente la cerca de bambú… él debía aprender a ver con el corazón… como Kagome le había pedido.
Yo intento pero nunca salgo del abismo
(Y todo queda en nada)
Mis gritos hacen eco al fondo de la nada
Mientras mi cuerpo se resiste a caer
Yo no te olvido mujer.
Avanzó un par de pasos, cuando vio que la puerta su abría, retrocedió algo indeciso, tragando saliva cuando noto que quien salía del lugar no era otra que Kagome, se tocó el botón central de su chaqueta como confirmando que estaba correctamente abotonado y volvió a avanzar, solo para detenerse ante la figura de un hombre al que conocía perfectamente…Bankotzu…
Y yo aquí muriendo y tú como si nada
Pero la razón me vuelve a controlar
Y dentro de mí es el dolor el que habla
Que conversa a solas con mi soledad
Vienes y apareces y te veo y es que aquí no pasa el tiempo
Y yo muriendo…
-.-.-.-.-.-
Abandonó el lugar en el momento en que vio como el hombre que acompañaba a Kagome se inclinó para besar su mejilla… fue solo su mejilla… se repetía, pero no podía evitar sentirse como un idiota, enamorado y completamente perdido… celoso…decidió dejar las cosas como estaban, ni él ni Kagome necesitaban más problemas, al menos por este día… tal vez ese Bankotzu no era un mal tipo… no lo sabía… entonces habría que averiguarlo…
Continuara…
Ahhahhahhahh… espero que este capitulo les halla aclarado un poco más el panorama, no es que quiera hacerles la vida de cuadritos como me dice Sesshi todo el tiempo, pero es que debe tener emoción la cosa o no?... bueno pasaré, hoy que es Sábado por la noche a agradecer a todos los que me han enviado review, y a los que han leído y por diferentes razones no lo han hecho, arigatou, también, todo vale.
Sesshi23: Mi amiga querida que se encarga de ser extrañamente, casi en todas las oportunidades en ser el primer review, incluso cuando actualizo a altas horas de la madrugada, ya van varios capítulos en los que no me duermo hasta que leo sus "reacciones", me haz amenazado de muerte ya varias veces… solo sé que cuando salga a dar mi "vuelta al mundo", intentaré saltarme Panamá, digo, para que arriesgarse no?...
Inuyo.nee-chan: Extraño comentario, pero gracias…
FikaMoo: Sigue expresando tus emociones en los review, por favor, son lo mejor que puede haber, es el alimento que recibo.
INUKAN: Lamento decirte que InuYasha tendrá que sufrir otro tanto más por su falta de confianza y para aprender a "ver" con su corazón… no todo lo que los ojos ven es lo real…pero aquí te dejo otro cap. para que avancemos en el proceso.
Yelitza: Otra de mis seguidoras fieles, solo debo decirte que InuYasha ha sido "ciego", bueno creo que las pruebas ciertamente están en contra de Kagome, e incluso lo del niño para él es complicado creerlo, dadas las circunstancias, pero todo tiene su motivo, y no te preocupes que Sesshomaru tendrá su castigo y uno que no es precisamente la cárcel, tendrá que aprender la lección en carne viva.
Mizuho: Como decía, tampoco podré visitar México, puff, al paso que voy mejor me quedo en casa…y mejórate…
Kagome3000: Bueno lo de la carta creo que esta claro… Sesshomaru… pero con respecto a que InuYasha ya sabe que tiene un hijo… bueno eso se complica un poco…lo habrás leído ya… pero poco a poco.
Kasim: Que bueno que te haya gustado, y espero poder seguir el ritmo…
Roxye: Espero que hayas disfrutado lo que te envié, y bueno con respeto a Kagome, creo que ya esta algo cansada del lío, ella ama a InuYasha, pero que él crea ya pasa por un trabajo personal… InuYasha se dejo avasallar por las artimañas y no las vio, porque aún mantiene los ojos de su alma cerrados a la luz…simple…
KarinaLamas: Cuando comencé a ver tus review, me dije, "mira esta chica llegó acá", me alegre bastante, bienvenida al club. Lamento no darte en el gusto de verlos a los tres juntos… pero aún nos queda historia…
Isabel: Ten por seguro que InuYasha esta sufriendo, incluso a mí meda pena, pero él se lo buscó, al menos según mi criterio y bueno… con respecto a los demás fics, no te preocupes que los terminaré, pero al paso que voy creo que este terminará primero y ya mi cabecita comenzó a trabajar en otro…puff, tengo una sola neurona, pero demasiado inquieta…
Alma Angelina: Espero sinceramente que el shock de este capítulo te halla encontrado recuperada del otro, jejej… y que te haya gustado.
Fabisa: Si ciertamente fue Sesshomaru… pero es que necesitaba un "perro maldito" para que hiciera de malo…
Pazk: Bueno de hecho fue Sesshomaru, pero en el capítulo anterior le dio a entender a InuYasha que había sido una "ramera"… según su concepto, Kagome… pero ya verás como tendrá su cura el hombre malo… y gracias de nuevo, están hermosos…
Tomodachi: Bueno el fic del que hablas el InuYasha y Kagome: amor al 100, y de hecho fue el segundo fic que hice, con respecto a tus uñas… puchas… busca algo que morder entonces por que a esta historia aún le falta…
Larachan: Solo te puedo dar la esperanza que en algún momento este fic terminara y bueno, dormiremos todos más tranquilos…
Kurotani: Muchas gracias por venir hasta acá, y que bueno que hayas podido comenzar a enviar mensajes así sé que estas… y sí InuYasha ha sido un "Baka", pero ya las va a pagar… sobre todo luego de lo que vio en este capítulo… un adversario digno le busqué…
Gris-kag: Ay sí, mañana Domingo iré a ver la Película IV de InuYasha al "cine arte Alameda", puchas de verdad me habría gustado poder asistir con alguien de acá que le guste, pero bueno… lo principal es que ahí estaré en la función de las 15:30…
Conytao: No te de tanta penita, solo piensa que hasta el momento ellos aún se aman, eso debe significar algo, ya que esta escritora no permitirá que el amor muera, aunque lo parezca…pero es un secreto entra las dos ¿si?...besitos…
Lady Sakura Lee: Claro que lo castigaremos al muy bicho, y de la peor forma, ya verás la estoy maquinando… poco a poco…e InuYasha… si también es un "baka", pero las esta pagando…
Ninfa Eco: ¿Mi salud?... es un fiasco, pero escribir me hace feliz, ahora si, creo que InuYasha necesita una buena dosis de electroshock, a ver si así se da cuenta… pero no te preocupes que las cosas caen por su propio peso…
ItZuKi-Nadine: Mira solo una cosa te diré, ya no morirás de sed, pero lamentablemente me tendrás que tener un poquitín de paciencia, porque no es rifa la cosa… tiene que tener su sentido y su momento, sé que lo sabes, mientras tanto repítete los otros, que entre fic y fic, son varios, te recomiendo los del resplandor, a mí me gustaron y ya están un poco antiguos, quizás los haz olvidado… besitos…
Solo espero que el Cap. haya sido del agrado de todos y siga leyendo a una hora un poco indeterminado, pero seguro luego de medianoche, en esta misma página…
Besitos
Anyara
