Capítulo 3: La mujer en el espejo

"El aire se tornaba denso para mí. Era como querer respirar y sentir que el oxígeno se escapa antes de llegar a los pulmones. Era una sensación de vacío que ya no podía soportar. Era como vivir... sólo por el hecho de despertarme cada día y tener que sonreír a las personas. Pero sólo era un disfraz. Una terrible careta que estaba condenada a llevar.No estaba viva... era una muerta que simplemente vivía por compromiso a los demás.."

Ginny se observaba en el espejo de su habitación. Dos años habían pasado desde que había terminado Hogwarts. El reflejo de sí misma le mostraba una mujer muy diferente que la que alguna vez había creído que se convertiría.

Se veía felíz.

Acomodó algunos mechones de su cabello que caían rebeldes sobre su rostro... pero no logró hacer que se quedaran en su sitio. Sin embargo no le molestó. Había aprendido a convivir con su figura... ya no era la misma adolescente que lloraba por los rincones cuando algo le salía mal...

Se había convertido en una mujer...

Sonrió.

Y en su rostro se pudo notar una sombra que opacaba aquella felicidad que la embargaba.

Había algo en sus ojos que delataba su dicha... algo que ella aún se empecinaba en ocultar, a pesar del tiempo...

Draco.

O:o:o:O:o:o:O FLASHBACK O:o:o:O:o:o:O

"¿Qué dices..?" Susurró ella, al tiempo que llevaba sus temblorosas manos a su boca.

"La verdad"

"¿La verdad¿Quién rayos te dijo que esa es la verdad?"

"Mira, Weasley... de verdad intenté que las cosas funcionaran... pero veo que tú seguirás siendo la misma..."

"¿... la misma?"

Él no contestó. No tenía palabras para hacerlo. Estaba destrozado. Y ella no comprendía hasta qué punto. Había sido la primera vez que le abría su corazón a alguien... creyendo que no podrían herirlo. Y sin embargo, lo habían aniquilado.

"Sólo vete..."

"No puedes hacer esto... ¡Al menos explícame porque me dejas!" Las lágrimas resbalaban por su rostro. Ginny trataba de retenerlo. No quería perder al único ser que la había amado realmente... o al menos eso creía...

"¿Explicaciones? Pregúntale a tu amiguito... él te dará las explicaciones..."

"¿De qué diablos estas hablando?"

Él se acercó lentamente y mirándola a los ojos fríamente le contestó.

"Estoy hablando del imbécil con el que te estabas besando la otra noche..."

Ella parpadeó desconcertada. Y luego todo se le vino a la mente. Harry. Su cumpleaños. El regalo sorpresa que Ron le había preparado.

Y supo que lo había perdido.

"Draco... no es lo que crees..." Intentó explicarle, pero él le dio la espalda.

"No trates de explicarte, Weasley. Ya me lo había dicho Zabini... tú simplemente estabas conmigo para darle celos al cara rajada..."

Ella se enfureció.

"¿Y tú le creíste?"

"En ese momento lo golpeé con todas mis fuerzas... pero ahora veo que tenía razón..."

"No sabes nada... ¡Él me besó!"

"Y tu no opusiste mucha resistencia... te vi, Ginny..." Se maldijo a sí mismo por haberla llamado por su nombre de pila. "Yo estaba allí, con un ramo de rosas en la mano esperando para decirle a toda tu familia que te amaba... y quedé como un estúpido mientras tú recibías el regalito de Potter..."

Ginny sintió que su corazón se le oprimía. Había pasado semanas esperando siquiera que él la llamara para decirle porque no había ido a su cumpleaños... y ahora se daba cuenta de que en realidad él si había estado allí.

"Draco... no hagas esto... te lo suplico..."

"Descuida... gracias a ti jamás volveré a enamorarme..."

Y diciendo esto, se marchó... para que ella no viera aquella lágrima que resbaló por su mejilla...

La única lágrima que un Malfoy jamás había derramado por una mujer...

O:o:o:O:o:o:O FIN FLASHBACK O:o:o:O:o:o:O

"¿Estás lista, Gin?" La aludida pegó un salto, regresando bruscamente a la realidad.

"Si, claro..." Contestó. Pero su voz poseía un tinte de tristeza.

Molly se acercó a su hija y la observó, como evaluándola. Le hizo una seña para que se sentara en la cama junto a ella.

"Dime que te pasa, hija..."

"Nada mamá... no me pasa nada..."

"¿Crees que no te conozco?"

Ginny tuvo ganas de decirle 'No, no me conoces...' pero supo que no era lo apropiado. En lugar de eso, se quedó callada.

"No quieres hacerlo ¿O si?"

"¡Claro que quiero!"

"Entonces deberías informárselo a tu rostro que aún no se da por enterado..."

Ella sonrió vagamente y se puso de pie.

"No te preocupes... estaré bien..."

Molly suspiró y levantándose de la cama puso su mano en la mejilla de su hija.

"A veces siento que te convertiste en una mujer y yo no pude ser parte de eso..."

Y salió de la habitación.

Ginny volvió a mirarse en el espejo. El hermoso vestido de color azul contrastaba con el blanco de su piel. La tela tapaba casi todo su cuerpo. Era un vestido formal. Tal vez demasiado.

Dirigió sus ojos hacia una de sus manos, en la cual tenía el costoso anillo que Harry le había regalado hacía unos días. Y tembló al pensar en que esa noche se comprometería con él.

Una lágrima se escapó de sus ojos, previamente maquillados, y fue a parar a la comisura de sus labios. Ella se apresuró a arreglarse el rostro.

Ya estaba acostumbrada a tener que ocultar sus emociones.

El reflejo que el espejo le otorgó no le gustó. En el instante en que había estado con su madre se había dado cuenta que la felicidad que había aparentado a lo largo de aquel año había sido una mera fantasía.

Ella misma se había mentido para tratar de calmar el dolor que significaba perder a Draco. Había intentado sanar esa herida, y al mismo tiempo darle el gusto a sus padres de casarse con aquel que ellos querían como a un hijo.

Y ahora sabía que todo había sido en vano.

Pero ya no había vuelta atrás. No había sabido nada de Draco en mucho tiempo... y seguramente él no había vuelto a pensar en ella.

Y tragándose algunas lágrimas que lograron salir de sus ojos, recogió su abrigo y salió del cuarto.

O:o:o:O:o:o:O:o:o:O

La luna no estaba presente en aquella noche. Las estrellas se habían hecho cargo del cielo, y eran las únicas que iluminaban la calle que ahora transitaba.

Los tacones resonaban en la acera, haciendo un ruido extraño. Pero que le recordaba viejas épocas. Sus piernas la llevaban a algún lugar conocido sólo por ella... y por alguien más. Portaba una falda diminuta que conservaba de sus años de estudiante, y una blusa con un peligroso escote que no dejaba mucho a la imaginación.

El lugar estaba desierto. A esa hora de la noche, nadie se aventuraba a pasar por allí. Y ella lo sabía.

Por fín llegó a donde quería llegar. Un callejón sin salida. Justo como su vida siempre se había mostrado.

Su respiración se agitó al sentir detrás de sí la presencia de un hombre.

"Viniste..."

"Eso parece."

"No creí que lo hicieras... ha pasado mucho tiempo..."

"Y sin embargo, los años no parecen pasar en ti..."

Ella sonrió. Y él se le acercó. La abrazó por detrás haciéndole saber que todavía conservaba algo del fuego que había habido entre ellos.

"¿Qué nos pasó, Draco?" Susurró ella, al sentirse en sus brazos nuevamente.

"No hablemos de eso ahora... "

"Te extrañé... y no quiero volver a perderte..."

"Pero vas a casarte con Potter..."

"Pídeme que nos escapemos juntos, y no dudaré..."

Ambos se miraron a los ojos.

"¿Harías eso por mí?"

"Tú sabes que haría cualquier cosa por ti..."

Y la besó.

Y sintieron que el tiempo no había sido más que un simple obstáculo para saltar.

Y supieron que nada podría volver a separarlos.

"Gracias, Draco..." Él levantó el rostro confundido.

"¿Por qué?"

"Nunca lo supiste... pero aquélla noche en el lago, salvaste mi vida..."

Él sonrió.

"Sí que lo supe... y también quisiste agradecerme en ese momento..." Soltó una carcajada al recordar esos incidentes. Pero ella continuaba seria.

"Tú salvaste mi vida, porque yo iba a suicidarme. Si no te hubiese conocido, en este momento estaría muerta..."

Él palideció.

"¿...suicidarte?"

"No lo soportaba más. No tienes idea de lo que se siente... no sabes el dolor que tuve que aguantar..."

Él la miraba sin saber qué decir. Jamás lo había imaginado. Siempre había creído que había sido un simple juego tonto de niñas tontas... y ahora se enteraba de que era mucho más que eso.

"¿Por qué nunca me lo contaste?"

"No encontraba cómo hacerlo..."

No le dijo nada más. Draco la abrazó, aprisionando su cuerpo contra el suyo, diciéndole con caricias que él la protegería de cualquier cosa.

Hasta de sí misma.

Y así, solos en medio de la noche ambos se quedaron entrelazados... amándose tiernamente, como si el mundo entero no importara.

Sólo ellos dos...