Seduciendo a un Potter
Por: EstelleEn la Isla: La situación durante las primeras dos semanas antes de el primer movimiento.
Los señores Potter eran personas aparentemente desinhibidas; estuvieron solo para recibirnos el primer día, en seguida partieron sin la menor señal de preocupo. Las reglas estaban claras desde la llegada:
-"Todo esto es suyo, siéntanse como en su casa. El laberinto esta prohibido¡Sirius no toques eso!; Gracias. No vuelen fuera de la isla en la escoba. Eso va para ti, Sirius. No vallan solos a ningún lado, ninguno. La parte de atrás es peligrosa, no vallan. Si llegan a encontrar un pasillo fuera de lo común, no lo atraviesen, No se mueven las cortinas de las paredes, no se traen desconocidos a casa, no se intenta una redecoración amistosa, no se dejan firmas personales, no se sale luego de la media noche, no van al pueblo solos y la chimenea se cerrar- ¡Black, era una reliquia familiar!".-
Había cientos de elfos en la casa, lo sabia, aunque jamás los viera. Fuera de aquello... estábamos solos.
Las primeras dos semanas habían pasado mas o menos bien. Despertábamos luego de las 8, quizá 9 o 10 de la mañana y desayunábamos con quien se encontrara.
James y Sirius pasaban casi todo su tiempo en los juegos mágicos, o sino en la playa. De noche, salían solos a una caminata hombro con hombro, riendo y charlando; en ocasiones iban al pueblo y regresaban de madrugada.
Lyon Donatello vivía acostada en la playa, levantándose de ves en cuando para hablarme o comer algo de las cocinas. Luego, por la tarde, desaparecía.
Mia de Lioncourt deambulaba de un lado a otro por la casa. Casi nunca salía al sol y pasaba todos los días en un viaje por la hierba. En esos momentos de euforia mantenía un poco de piel expuesta, aun dentro de la casa. Se desnudaba y bailaba soltando carcajadas sonoras; después de todo, nadie la veía.
Luego de mi primero movimiento con Potter, todo había seguido igual. Remus había partido ese día por la mañana; su madre había enfermado de nuevo. Lyon, la extraña niña lío, partió con él abordo del bote. Había un extraño silencio entre ellos. Un antagonismo hipócrita... como una emulación burlona.
Pese a que Remus jamás miro la regordeta figura de Lyon mientras los despedíamos con la promesa de volverlos a ver pronto, en sus actos había ese extraño comportamiento. Como si hubiera un secreto profundo que esconder.
Mia fruncía el seño desde la sombra de una palmera: lo había notado también. Black, en cambio, sonreía tontamente. Algo sabia. Algo...
Algo que pasaba. Porque Algo era algo importante. Volví a mirar a Lyon: Sonreía; el bote se alejaba con Remus al volante. ¡Ah, que si no pasaba, claro que pasaba!
-"¡Por Dios!".-
Sirius Black soltó una carcajada.-"Ahora si que se la va a tirar".-Dijo.
Potter sonrió de lado y asintió. ¡Ah!... Por Dios... Mi cara seguro era igual a la de Mia: de horror.
Por primera ves salio de la sombra y corrió al mar con los brazos extendidos.
-"¡Ten cuidado Lupin!.¡Tu masculinidad está en juego!".-Grito. Sirius volvió a reír con ganas.
-"Tranquila".-Dijo.-"Aquí hay mas que no se va".-
Ella siquiera lo miro. Agacho la cabeza y no dijo nada. Sus ojos estaban rojos y sudaba un poco: seguro acababa de fumar un poco de hierva.
-"¡Como si fuera algo malo!".-Siguió Black.-"¡Como si tu no lo hubieras hecho".-
Los ojos de Mía se abrieron de par entonces: -"No al menos con un Merodeador".-Escupió al aire.
Indignado o burlón, quien sabe, Sirius le contesto mirándola no a la cara: -"Y de nuevo... como si fuera algo malo. Al contrario".-Camino un poco hacia ella, mirándose reflejado en el agua. Sonrió.-"¡Como puede ser algo malo!. ¡Por Merlín, mírame!. Soy perfecto... Dios, porque soy tan perfecto. A veces es tan difícil ser yo".-
Incluso James rodeo los ojos a esto. A veces era tan... tan...
-"Con todo respeto Señor Black, coma mi mierda".- Mía de Lioncourt le dio la espalda y empezó a caminar tambaleándose de un lado a otro.
¡Ah, era una vida genial!. Sino fuera por James Potter y mi condenada necesidad de mirar su cara rendida a mi, por mi amiga drogada siendo perseguida por un colérico niño pervertido, y mi pequeña niña lió en un bote con otro degenerado:
¡La comida, el descanso, los lujos y placeres, la Isla entera que estaba echa para el gozo y la delicia, por la ropa que venia a cuenta de los Señores Potter en algún punto del mundo, ciertamente seria una exquisitez!.
OH, que si James no era afortunado... ¿Dije James?... Ehm... se me antoja una noche de borrachera:
-"¿Qué tal si vamos al pueblo esta noche?".-Dije a Potter, James Potter.-"A bailar y ... a estar allí".-
No respondió enseguida, pero me miraba. ¿Por qué me miraba así?. ¡Dios, me va a matar!.
Asintió lentamente y con el entrecejo fruncido. –"Si. Dile a los demás".- Desapareció dentro de la casa.
Yo, sin querer, o tal ves no... No se decir, mire su camino. Una mirada melancólica en mi cara. Como dije, no se decir, o quizá no quiera decirlo: No se porque hice aquello.
Volví mi cara hacia la playa luego de unos momentos. El cielo se teñía de colores morados, verdes, caía grave los rayos del sol tras el mar la silueta negra del pueblo...
Atardecía... era la noche, y aquella noche... baile, drogas, sexo... ¿Qué tal un segundo movimiento?...
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2 Palabras: Largo y aburrido, IUG!. 0, nada que decir. Opinen mucho. ¡Chaos!
