NOTAS: todos los personajes son propiedad de Clamp, el siguiente fic no fue escrito con el objetivo de lucrar sino simplemente para entretener a los lectores y a mí.

Acotaciones:

Na: Notas de la autora (osease mua!!!)

"": Pensamientos de los personajes.

( ): Notas aclaratorias de una escena.

----: Inicia y termina un flash back.

CAPÍTULO VIII

REENCUENTROS

- Tomoyo, ¡Amor mío! Me alegra que vuelvas- estrechó Sonomi a la joven amatista con tal fuerza que las manos de Sonomi tocaron su propia espalda.

- Mamá- pronunció emocionada Tomoyo- te extrañé- Sonomi deshizo su abrazo y se dirigió al chico que estaba parado frente a la puerta.

- Al fin lo conozco señor Hiraguizawa- tanteó con sumo cuidado el terreno.

- Señora Daidouji, un placer conocerla- contestó Eriol al saludo tan directo.

- Igualmente- disimuló, mientras dirigía una mirada tan apreciativa al joven inglés que lo hizo sentir diminuto- ¿Por qué no pasamos a la sala a tomar un poco de té?- invitó.

- Encantado- articuló en sus labios sin embargo a pesar del mal sabor en su boca, su expresión seria se dulcificó al sentir la fina mano de Tomoyo acariciar la suya en un leve agarre y el escuchar su tenue voz le hizo sonreír.

- No es tan ruda como parece- comentó la amatista.

Horas más tarde después de un almuerzo de miradas discretas que carcomían las ganas de probar alimento alguno, Eriol al fin desempacaba dentro de la seguridad de su propio hogar y no se sentía como intruso en el territorio de Sonomi Daidouji, el acondicionamiento de su propia mansión en Tomoeda mantenía su mente ocupada suficiente como para olvidar el mal trago que sintió horas antes al saberse motivo de incomodidad entre las dos integrantes de la familia Daidouji, bueno al menos estaba seguro de que sólo de una de las dos integrantes.

Mientras tanto a unos cuantos kilómetros la pequeña diseñadora japonesa visitaba la casa de la familia Kinomoto.

La habitación de la menor de los Kinomoto era un desastre, ropa tirada por todas partes, muestrarios de diversos colores y tamaños, telas, flores, ejemplos de vajillas, cd's de música, etc. En el centro de la habitación, Sakura vestía un blanco vestido de novia, mientras Tomoyo caminaba alrededor de la card captor con una gran bola de alfileres y ultimaba detalles.

- Es increíble Sakura, pronto te casaras, tu y Syaoran se mudarán a Hong Kong y tendrán bebés y lo peor es que no estaré ahí para grabar su felicidad- habló desde una altura inferior levantando su cabeza y concluyendo su declaración con un puchero infantil que evocó viejos recuerdos a la chica de ojos esmeralda.

- ¿No crees que estás exagerando Tomoyo?- dijo Sakura mientras una gota de sudor escurría por su frente- falta un mes para la boda y los niños vendrán después- suspiró avergonzada.

- Sakura Kinomoto, esposa de Syaoran Li o ¿prefieres Sakura Li?- sonrió divertida tan pronto termino su comentario.

-...- las palabras desaparecieron el vocabulario de la castaña mientras su rostro asemejaba una brasa encendida.

- Por cierto, ¿por qué dejaron la boda para dentro de un mes, sí casi está todo listo?- preguntó suspicaz la chica de piel pálida.

- Es fácil, Syaoran y yo coincidimos en que antes de nuestra boda debíamos celebrar una fecha muy importante para nosotros- dijo mientras bajaba del pequeño banquito.

-¿y qué es eso?- preguntó curiosa.

- Tú cumpleaños Tomoyo- sonrió cariñosamente.

- Oh, Gracias- y después de asimilar la explicación que Sakura ofreció, sin contenerse abrazó cariñosamente a su amiga que respondió el gesto de la misma forma.

Volviendo a su labor de diseñadora, las medidas y la cinta métrica renovaron su papel e instantes más tarde la chica de ojos color esmeralda rompió el silencio que envolvía la habitación.

- Eriol y tú hacen una linda pareja-

- Sí pero no se lo digas o creerá que es cierto, jajaja-

- Jejeje, ¿cuánto tiempo llevan saliendo?-

- Unos meses-

- Cualquiera pensaría que se conocen desde siempre-

- A veces yo creo lo mismo-

- ¿Cómo lo recibió tu madre?-

- Tal y como esperaba- un suspiró largo escapó desde sus pulmones- y ahora que traes esto a colación, ¿cómo está Touya?-

- Jajaja- rió estrepitosamente- como león enjaulado-

- ¿Tanto así?- preguntó asombrada- pensé que con el tiempo no aceptaría el compromiso pero por lo menos lo sobrellevaría-

- Suficiente como para hacer reconsiderar a Yukito sobre su compañero de apartamento-

- Jejeje, olvidaba que viven juntos y ¿Yukito está bien?-

- Sí y con seguridad a Touya le encantará tu visita-

- Aquello ya pasó Sakura- aclaró Tomoyo avergonzada.

- De acuerdo pero estuviste así de cerca- acotó su comentario con un movimiento de su manos que denotaba pequeñez- en convertirte en mi cuñada-

- Pero no pasó- suspiró remembrando- ahora soy feliz y se lo debo completamente a Eriol- sonrió de forma enamorada al terminar su frase.

- En fin, mañana tendremos una cena aquí en casa, vendrá Syaoran y su familia, mi hermano y Yukito, a mí papá y a mí nos encantaría verte aquí y también a Eriol, sí pueden claro-

- Será un placer, ya que mamá canceló nuestra cena- dijo decepcionada.

- No debes estar triste, la canceló porque papá la invitó también así que podrán reunirse aquí-

- Perfecto, será grandioso, mañana temprano le avisaré a Eriol-

- Confirmaré su asistencia con papá- dijo Sakura mientras su mirada se distrajo con el reloj del pequeño buró- es tardísimo Tomoyo- recalcó sorprendida.

- No me percaté de la hora Sakura, será mejor que me vaya o mamá se preocupará, peor aún le echará la culpa a Eriol- y negó con movimientos de su cabeza.

- Te ves tan graciosa Tomoyo, y ahora que me recuerdas a Eriol, en su mansión está Kero y no ha vuelto, espero que no le cause problemas jejeje-

- Confía en mí, él podrá arreglárselas, nos vemos mañana por la noche Sakura-

- Sí Tomoyo, salúdame a tú madre y pueden venir Nakuru y Spinel Sun a la cena sí lo desean-

- Bien, les daré tu invitación-

Se despidieron con un beso plantado en sus mejillas, al bajar las escaleras Tomoyo se encontró con Fujitaka Kinomoto.

- Buenas noches Tomoyo- saludó el jefe de la casa.

- Buenas noches Señor Kinomoto- respondió Tomoyo.

- Me alegra que hayas vuelto a Tomoeda, Sonomi te extrañaba mucho-

- Imagino, yo también lo hacía pero aún no sé sí me quedaré-

- oh, ya veo, anticipa a Sonomi o se sentirá muy triste después-

- Tal vez fui brusca porque se lo aclaré desde ayer que llegue-

- Debe comprenderlo, haz crecido mucho pronto será tú cumpleaños ¿no es así?-

- Sí, será este domingo-

- ¿Y haz planeado algo?-

- No, en realidad no he tenido tiempo para pensarlo-

- Hablando de tiempo, es muy tarde, ¿quieres que te lleve a casa?-

- No, no, no se molesté, llamaré a casa o un taxi para que me recoja-

- Claro que no, jamás lo permitiría y seguramente Sonomi me mataría sí algo llega a pasarte, dame unos segundos- dijo mientras tomaba su chaqueta del perchero y gritaba escaleras arriba- Sakura, acompañaré a Tomoyo a su casa-

- Sí papá, me alegra, nos vemos mañana Tomoyo- contestó Sakura- "Así ya no estaré preocupada por ella"-

- Adiós Sakura- agregó Tomoyo mientras era escoltada por el Sr. Fujitaka hasta el auto del arqueólogo.

En el transcurso del viaje Tomoyo y Fujitaka charlaron de lo acontecido en los últimos meses en Tomoeda y Londres respectivamente.

El día siguiente amaneció resplandeciente, la ciudad de Tomoeda brillaba por la calidez humana de los habitantes, el día soleado, cielo despejado, las calles con gente transeúnte y los supermercados abiertos, el parque con ruidos circundantes provenientes de niños y sus padres mientras ríen y corren de aquí para allá en busca de diversión sana.

Tomoyo bajo las escaleras presurosa, vestía un sencillo pantalón de mezclilla azul y una camiseta rosa, atravesó veloz como estrella fugaz la sala y llego hasta el comedor donde la esperaba Sonomi, como brisa fresca inundó con su aroma la habitación.

- Buenos días mamá- dijo mientras plantaba un beso en la mejilla de la ejecutiva.

- Buenos días pequeña, después de la oficina pasaré por ti para ir a la cena de los Kinomoto- anunció.

- Bueno… es que… verás… yo quisiera… pero- Tomoyo no encontraba las palabras apropiadas.

-¿Qué balbuceas hija?- preguntó confundida.

- ¡Uf!- Tomoyo tragó en seco y después agregó- Me encantaría pero iré con Eriol- soltó de sopetón.

- E R I O L- repitió Sonomi mientras masticaba cada letra de la palabra.

- Sí mamá, ¿no te molesta o sí?- se arriesgó con la pregunta.

- No, ¡claro que no hija!- de inmediato saltó de la silla y caminó hacia la salida del comedor- Recuerda que no es nada formal pero me gustaría verte bonita- y sin obtener respuesta salió de la habitación.

- Supongo que desayunaré sola- y con desganó tomó el tenedor entre sus dedos e insertó un trozo de sandía.

Alrededor de medio día mientras Tomoyo dibujaba algunos bocetos sobre las vestimentas de los novios y los padrinos de boda fue interrumpida por una de las empleadas de la mansión Daidouji que le avisaba sobre la llegada de Eriol.

Así que rápida como gacela se reunió escaleras abajo con su príncipe azul en la estancia de la mansión, donde Eriol la esperaba impaciente de pie, mientras ajustaba su camisa azul.

- Hola amor- gritó feliz Tomoyo mientras se lanzaba a los brazos del caballero inglés.

- Hola preciosa- contestó igual de entusiasmado que la amatista mientras acunaba en sus brazos a su dulce tesoro.

Y dejaron descansar sus labios posados unos en los del otro, los segundos pasaron lentos y deliciosos.

- Te extrañé pequeña- pronunció muy cerca de su rostro- ¡terriblemente!- expresó susurrando al oído de la amatista.

- Yo también- el sentir el aliento de Eriol cerca de su oído la hizo estremecer y después de unos segundos se separó de Eriol- Quieres sentarte- preguntó cortés al mismo tiempo que ella se sentaba.

- Sí, gracias- respondió mientras se sentaba cerca de la chica- ¿Qué tal tú día ayer?- dijo mientras pasaba el hombro tras la espalda de Tomoyo.

- Mejor de lo que imaginaba- dijo emocionada con ojos resplandecientes- el vestido le acomodó de maravilla, sólo necesita unos efímeros detalles y mañana visitaré a Syaoran para medir su traje, por cierto Sakura y su padre nos han invitado a cenar con ellos y la familia Li-

- Vaya, suena como algo importante-comentó reprochándose a sí mismo por interrumpir el hermoso gesto de felicidad que cruzaba el rostro de la amatista.

- Sí, como una cena familiar, no te molestarás ¿verdad? Porque ya confirmé nuestra asistencia- confesó provocando que apareciera el seductor gesto de curiosidad de Eriol.

- ¿crees que podría molestarme?- aclaró- supongo que será una cena formal-

- Sí eso creó, sinceramente olvidé preguntar- se recargó en el firme pecho varonil de su acompañante y mientras sentía su calor y el aroma de su cuello- la familia de Syaoran es muy formal supongo.

- Perfecto, podré charlar con la familia Li, jajajaja-

- Espero que sepas comportarte Eriol Hiraguizawa y no pongas esa cara de no saber a que me estoy refiriendo-

- jajaja, prometo ser un buen chico está noche-

- Tengo tú palabra. Por cierto Nakuru y Spinel Sun están invitados también-

- Vaya, se los comunicaré a Nakuru le encantará ver a Touya nuevamente jajajaja-

- Representó Kero problema alguno anoche, Sakura estaba algo preocupada-

- …- el rostro del hechicero era de resignación- No, él no, el problema fue Spinel Sun-

- jajaja, ahora entiendo a qué se refería Sakura cuando me dijo su consternación-

(En algún lugar del Japón)

El anciano Makuto corría desesperado por los pasillos del templo, el eco que provocaban los gritos desesperados de su sobrino eran lo suficientemente perturbadores como para hacerlo correr a sus 80 años, era la tercera vez en esa semana, dudaba soportar más tiempo así, pero aquel ser que gritaba su dolor era lo único que le quedaba de familia e incluso sobre su honor había hecho una promesa a su difunto hermano que involucraba al objeto de sus últimos constantes desvelos.

Corrió la puerta de la habitación e ingreso con la lámpara de aceite encendida, y la imagen se repitió de nuevo, el cuerpo contorsionado de dolor sobre el futon, de inmediato prosiguió a salvar de su pesadilla a su sobrino.

- Despierta Natzu- movió desesperado el cuerpo del joven, sin embargo parecía que este no respondía a su llamado, con mayor insistencia golpeó el cuerpo del chico mientras lo llamaba- vamos Natzu, es sólo una pesadilla- hasta que al fin logro sacarlo del trance.

- Tío- pronunció casi desfalleciendo, su cuerpo titiritaba a pesar de que estaba empapado de sudor, sus músculos tensos y su rostro demacrado denotaban lo mal que la estaba pasando.

- Es la cuarta vez en está semana Natzu, fue otra visión- indagó el anciano mientras servía un poco de té del pequeño termo que había acondicionado en la habitación del chico.

- Sí tío, la sensación de caer cada vez se hace más real y esa mirada aparece siempre-explicó tomando el pequeño recipiente entre sus manos mientras absorbía su contenido.

- Descansa Natzu, yo velaré tu sueño hijo- dijo con sentimiento de paternidad innata y es que así se consideraba como el padre de aquel chico.

El joven de cabellera oscura como el ébano dejo su té sobre el piso y volvió a recostarse, tal vez sí pudiera dormir tan sólo un poco, ya que hacía varios días que no lograba conciliar un sueño tranquilo y poco a poco sus párpados se cerraron escondiendo sus ojos color fuego.

(Tomoeda, Japón)

La noche era cálida y sobretodo en la casa de la familia Kinomoto, las luces de toda la construcción estaban encendidas incluyendo las lámparas que alumbraban el jardín y es que durante tantos años se había echo remodelaciones a la casa, dentro la gente charlaba, reía o degustaba algún aperitivo, todo era "casi" perfecto…

- ¡Odio esto!, no sé por qué demonios estoy aquí- se preguntó furioso pero fue escuchado por el caballero sentado junto a él.

- Vamos Touya, cambia esa cara, Sakura está feliz, tú también deberías estarlo- su sonrisa sincera demostró sus sentimientos.

- ¡Con ese "mocoso"!- rayos salieron de sus ojos, atravesaron la sala hasta toparse con otra fuete eléctrica proveniente de otro invitado.

- Por favor Syaoran no mires a mi hermano de esa manera, por favor- suplicó disimuladamente Sakura.

- Perdóname Sakura pero él me está viendo de la misma forma- Syaoran estaba casi sacando chispas del disgusto.

- Opinó que simplemente estás celoso- la sonrisa no abandonó el rostro del adulto con gafas.

- Argh- gruñó el galeno.

Pero no eran Syaoran y Touya las únicas personas molestas en la fiesta.

- Ahora sólo piensa en ese chico- bufó molesta la fémina de cabello corto.

- Sonomi, no la culpes, Tomoyo está enamorada- justificó Fujitaka.

- Esa es mi principal preocupación, después de tantos años al fin tengo a mi pequeña a mi lado, quiero conservarla así y además es sólo una niña-

- Ahí te equivocas Sonomi, Tomoyo ha demostrado que puede valerse por sí misma y que sus decisiones son responsables incluso ha tendido tropiezos y se ha levantado por su propio esfuerzo, ya o es una niña Sonomi, es una mujer, la mujer que tú formaste. En unos días cumplirá 23 años, es independiente y una gran diseñadora-

- Siempre será mi pequeña hija-

- Y tú siempre serás su madre-

- Me gustaría que Nadeshiko estuviera viva y contemplara la maravillosa mujer en la que se ha convertido Sakura-

- Estoy segura que ella observa la felicidad de Sakura desde los cielos- sonrió melancólico.

- Es tan pequeña para casarse, aún no entiendo cómo es que lo consentiste-

- Entendí que era momento de dejarla ser feliz y su felicidad es con ese joven, así que nada más puedo hacer-

- Has hecho un buen trabajo con tus hijos-

- Gracias, opino lo mismo de ti Sonomi-

Mientras tanto, Sakura y Syaoran hablaban de forma privada con otro de los invitados en una esquina de la sala, la conversación que se formaba parecía demasiado privada y personal, que cualquiera que estuviera cerca se sentiría excluido.

- Me alegra verle aquí aunque sea por un momento Fu, lamento que tengas que irte tan pronto- dijo Sakura al joven chino que tenía aproximadamente su misma edad.

- Sinceramente lo siento, pero tengo un compromiso pendiente Señorita Kinomoto y no puedo desatenderlo, ni siquiera por la futura esposa de mi primo- sonrió el chico castaño.

- Mjmjmjm- interrumpió Syaoran un poco incómodo por la sonrisa que su primo dirigió a la chica de ojos esmeralda.

- Entendido primo- dijo mientras daba un pequeño golpe en la espalda del más joven de los integrantes de la familia Li- Es tiempo de retirarme…- anunció.

- Fu, Syaoran y yo deseamos pedirte algo muy importante- interrumpió la despedida-será mejor que tú se lo digas Syaoran- se dirigió a su prometido.

Interesado en la petición el joven de ojos verdes centro su atención en la imponente figura de Syaoran Li, mientras esperaba el comunicado.

- Nuestra relación es muy cercana Liang, es por eso que Sakura y yo llegamos a la conclusión de pedirte un favor muy importante- dijo incómodo, hasta que Sakura salvó la situación.

- Syaoran esto está demás, Fu lo que queremos pedirte es que seas padrino de nuestra boda- pidió esperanzada Sakura.

- Vaya será un honor- contestó increíblemente sorprendido el joven chino.

- Gracias Liang-

- Soy tu primo Syaoran no tienes que darlas, y respecto a usted señorita dando por hecho que me convertiré en el padrino de bodas le suplico me llame por mi nombre y me permita nombrarla con el suyo Sakura-

- Correcto Liang, así será- le ofreció una sonrisa de amistad mientras Syaoran observaba la escena hasta que se sintió sorprendido por la propia mirada de Liang.

- Es hora de irme, iré a agradecer al señor Kinomoto por la invitación, me he divertido mucho Sakura, gracias-

- No hay de que, gracias por aceptar ser nuestro padrino-

-Nos veremos en la mansión Liang- se despidió Syaoran evitando que Fu hiciera algún comentario más que desencadenará una charla exclusiva con la card captor.

(Na: bueno como notarán la boda es de tipo occidental, porque no tengo ni idea de cómo sean las bodas en el Japón)

Liang Fu, se despidió de la pareja y salió hacia el otro extremo de la habitación para despedirse del jefe de la familia Kinomoto y expresar sus respetos, después salió de la casa y se adentro en la oscuridad de la noche hacia el compromiso que le esperaba o más bien la promesa que tendría que cumplir consigo mismo.

En otro parte de la ciudad Eriol discutía ferviente con su guardiana lunar que se movía de un lado a otra mientras daba argumentos sin coherencia que hacían reír sin parar a la reencarnación.

- ¿Cómo me veo?- al no recibir respuesta alguna continuo con su incesante monólogo- de maravilla, lo sé, estoy segura de que en está ocasión sí lograré que Touya se fije en mí… pero tal vez el rojo sea más apropiado que este vestido negro, ¿qué opinas Spi?, aunque este me queda de maravilla, hace resaltar mi figura, ¡ay que difícil decisión! Estoy segura de que con ambos me veo bien-

Sin embargo Spinel Sun no era igual de paciente que su amo, aunque con seguridad sí Spinel no hubiera interrumpido a Nakuru, la propia reencarnación de Clow lo hubiera hecho.

- No me digas Spi!!!!- dijo sulfúrico- Nakuru ya debemos irnos o retrasaremos a Tomoyo-

- Sí, este es el apropiado- revisó por última vez su vestuario- ya estoy lista- anunció encaminándose a la salida seguida por Eriol y el guardián solar- "me preguntó que usará Tomoyo está noche"- ni idea tenía la guardiana lunar de que su amo se preguntaba lo mismo en ese mismo momento.

- Te ves tremenda Tomoyo- dirigió un cumplido con toda razón a la chica amatista.

- Jajaja, gracias Nakuru, tú también aunque al parecer a Eriol no le agrado del todo mi atuendo-

- Por obvias razones jajajajaja-

Y viajaron unos minutos más hacia la casa Kinomoto. Ya pasaban las 9:00 de la noche cuando al fin hacían su aparición en la cena, bajaron del auto que Eriol había rentado con el propósito mismo de transportarlos hacía ese lugar. Spinel Sun subió volando y entro al segundo piso de la casa por la ventana de la habitación de Sakura por el resplandor que ocurrió en la habitación denotaba que los dos pequeños guardianes solares se habían reencontrado.

Nakuru corrió hacia la puerta para timbrar mientras que Tomoyo recargaba su mano en el brazo de Eriol, que mostraba un gesto de disgusto contenido.

Del otro lado de la puerta la convivencia continuaba amena y agradable para todos los invitados, Sakura era interrogada por las hermanas de su futuro esposo.

- Eres tan linda Sakura, que sus hijos serán unos primores- exclamó emocionada la hermana mayor de Syaoran.

- Es…- trataba de contestar la pequeña Kinomoto mientras controlaba su furioso sonrojo.

- No te sonrojes ya eres prácticamente de la familia jejeje- comentó otra chica Li.

- La descendencia del Clan Li está en tus manos- comentó otro en forma de burla- pero más en las del pequeño Syaoran –

Todas rieron escandalosamente por el último comentario hecho con excepción de Sakura quien saltó al otro lado de la habitación cuando Syaoran se acercó a ella y tomo su mano. Suerte que el timbre la salvó de explicarle a su prometido porque había saltado a su contacto.

- "Que demonios"- Touya observó insistente hacia la puerta que el monstruo abría, volteó hacia su derecha – Yuki ¿sientes eso?- consternado.

- …- las palabras que el guardián lunar pudo haber dicho ya no fueron oídas por Touya Kinomoto.

Nakuru saludó agradecida a la anfitriona y de inmediato sintió la presencia de Yue, obvio que cerca estaría su "presa", así que veloz se lanzó sobre él en una abrazo que dejo casi sin oxigeno al galeno.

- ¿Conocidos?- pregunto confundida la matriarca Li al profesor Kinomoto con quien entablaba una conversación a la que se había agregado Sonomi.

- Eso creo- río mientras observaba a la pareja discutir fervientemente.

- "Vaya juventud de ahora"- pensó Sonomi mientras reprobaba la actitud de la 'señorita' que abrazaba a su sobrino.

- ¿Quieres soltarme Akizuki?- reprimió Touya mientras recuperaba su postura.

- Nakuru, querido Touya- aflojo un poco el abrazo mientras le hacia arrumacos.

- Estás asfixiándome- trato de sonar tan parcial como pudo- deberías saludar a mi padre, la fiesta es de él- le explicó a la chica- "jaque mate"- pensó cuando sintió que se aliviaba la presión en su cuello.

- Que descortés, ahora mismo lo saludo- y se fue emocionada a cumplir su propósito.

- No digas nada Yuki- advirtió Touya a su amigo.

Con tal alboroto Syaoran encaminó hacia la puerta para confortar a Sakura que permanecía parada en el umbral inmóvil opero cuando llego hasta ella descubrió el porque de su estadio.

- Buenas noches Sakura-chan- saludó efusiva Tomoyo.

- Buenas Noches Tomoyo-chan- respondió Sakura mientras abrazaba a su amiga- Buenas noches Eriol, bienvenidos- agregó mientras los invitaba a pasar.

- Buenas noches pequeña Sakura- besó la mano de la card captor feliz por el efecto que ocasionaba en su pequeño descendiente sin embargo no muy tarde su gesto cambio por uno de disgusto.

- Buenas noches Syaoran-kun- saludó Tomoyo, mientras se acercaba a él hasta comunicarle un mensaje al oído – es un juego de dos- sonrió coquetamente.

- Buenas noches Tomoyo-chan- contestó con tono de complicidad y divertido por la desfiguración del acompañante de su amiga de infancia- Buenas noches Hiraguizawa- su gesto era triunfante.

- Buenas noches Li- pronuncio seco mientras atrapaba la cintura de la amatista.

Claro que la pequeña Sakura Kinomoto se encargó de liberar tensiones ya que ni cuenta se había dado de lo ocurrido.

- Tú madre está por acá Tomoyo- indico animada.

- Iré a verla y saludaré a tu padre Sakura- contestó mientras observaba el lugar señalado por su prima.

- "No es mi noche"- pensó la reencarnación de Clow cuando escuchó el mensaje.

Los cuatro caminaron hasta reunirse con los otros tres adultos que platicaban ahora con Nakuru, los saludos fueron de muestra de respeto y agradecimiento por la invitación, después les fue presentada la madre de Syaoran, mientras más actores se unían a la charla.

- ¡Vaya! Tomoyo luce espectacular- exclamó asombrado Yukito- Ese chico es Eriol Hiraguizawa ¿no, Touya?-

- Sí- el monosílabo sonó fastidiado.

- Increíble hace dos años que no veía a Tomoyo, y se ve mejor que nunca ¿no lo crees?-

- ¡Maldita sea Yuki! Di lo que tengas que decir- exclamó fastidiado mientras pasaba los dedos entre sus cabellos.

- ¿Me preguntó sí no te arrepientes?-

- Conoces la respuesta, hace dos años te dije que sí y está vez no es diferente-

- ¿Quieres que nos vayamos?- preguntó comprendiendo la situación.

- Será bueno saludarla, hace dos años evite hacerlo- río deprimente.

Sintió una mirada insistente tras su espalda, la conocía a la perfección pero no sabía sí estaba lista para enfrentarla, ¡que diablos! Algún día tendría que hacerlo, ahora tenía la ventaja de no estar sola y tener muchos amigos que la apoyarían – "es el momento"- pensó y decidida se giró para encontrarse en directo que un para de ojos chocolates que la observaban, sólo atinó a sonreír.

Dos años han pasado y ahora vienes acompañada por 'ese' inglés, luces diferente, los años en el exterior te han sentado bien, supongo que involucrarte en el mundo de la moda te ha dado esa presencia, atinó a decir que siempre la has tenido pero ahora ha madurado, conservas tus rasgos característicos, tú largo cabello ébano ondea en tú espalda, tus brazos y piernas largas definidas, tu piel blanca, ese vestido color naranja te sienta bien imposible de negar, sólo basta notar como los demás hombres de la habitación te observan, esos pequeños listones que atraviesan tu pecho y llegan a tus hombros enredándose coquetamente y el brillo de tu atuendo que resalta cada aparte de tu cuerpo de forma exótica, sientes mi mirada insistente porque te mueves incómoda, -"no me importa"- me dijo, al fin ese es el propósito de mi escrutinio, que gires a verme aunque sea una vez.

No luce diferente, su apariencia impotente sigue siendo la misma, pareciera que no notó que le sonreí porque ningún gesto reluce en su rostro, pero lo conozco bien y sé que se ha dado cuenta a la perfección porque sus ojos me llaman pero no hipnotizan como años atrás, me excusó con el grupo de personas a mi lado y giró para encontrarme con él, exploró un poco más el panorama y me siento aliviada, Yukito está junto a él, me sonríe y yo le respondo de la misma forma, ambos se levantan de sus asientos para saludarme porque ya he llegado hasta ellos.

- Buenas noches pequeña Tomoyo- sus gafas opacaron el resplandor de sus ojos.

- Buenas noches Yukito- un pequeño beso en su mejilla con toda gratitud expresó añoranza por viejos tiempos.- Buenas noches Touya- una sonrisa acompañó el saludo.

- Buenas noches Tomoyo "última oportunidad"- besé su suave mejilla mientras los recuerdos se hicieron presentes.

------------------------ Inicia Flash Back ---------------------------

La construcción del pequeño Kiosko en el jardín fue una excelente decisión, se puede pensar aquí en la soledad sin interrupción alguna, una voz ronca pronuncia mi nombre, estoy segura que es él. Sakura ha estado insistiendo en que debo decirle lo que siento pero aun no me siento preparada, ni creo que él lo este, mucho menos ahora con el compromiso de Sakura y Syaoran. ¡Vaya cumpleaños! Dieciocho años y no puedo decirle qué siento y ahora que necesito un consejo de mamá ella se ha ido a un cuaje de negocios- "tendré el valor de hacerlo"-

- Tomoyo, al fin te encuentro, todos están buscándote por la casa, desapareciste de repente en tú propia fiesta- reprimió.

- "Sakura sabe que estoy aquí"- pensó- Lamento preocuparlos…-

- Nada de eso, de seguro querías pensar algo a solas y ya te interrumpí, me iré de inmediato Tomoyo-

- ¡No! no es necesario, quédate por favor-

- Te sientes bien, necesitas algo- preguntó alarmado

- Tú instinto de doctor ¿no?-

- Algo así, te he notado diferente, ¿algo te preocupa?-

- Sí tengo que decirte algo importante-

- ¿Qué es?-

- Estoy enamorada de ti Touya-

El mensaje caló hondo y profundo en el Doctor Kinomoto, antes de contestar nada, la observó estaba ciertamente consternada y agobiada, aún así lucia linda como siempre, cuánto tiempo espero por esas palabras, tal vez un año, desde que dejo de verla como la pequeña amiga de su hermana y descubrió que su parentesco no era sanguíneo, a pesar de todo cual era la diferencia, ella seguía siendo una niña, claro celebraba su cumpleaños número dieciocho pero él necesitaba más.

- Estás confundida-

- No lo estoy, ahora ya no-

- No puedo corresponderte-

- ¿por qué no?, no existe parentesco entre nosotros-

- Eres la pequeña amiga del monstruo-

- Me vez como una niña ¿no es así?-

-…-

- Me despides de los demás por favor, recordé que tengo asuntos que tratar en casa- contuvo las lágrimas el mayor tiempo posible-

- Tomoyo, espera-

- Adiós Touya-

-"Por qué ese adiós suena a definitivo"- se preguntó mientras la veía correr.

---------------------------------- Fin Flash Back ---------------------------

- "Como lo soñé pero ahora es diferente"- concluyó Tomoyo mientras se separaba de él con una gran sonrisa - ¿Cómo les va?- se dirigió a ambos.

Pues la noche fue todo un éxito, la gente se retiró feliz, los lazos entre las familias se compenetraron y al final de la noche sólo unos cuántos se quedaron a limpiar (jejejeje).

Una alta figura camina por las calles de Tomoeda, deambula pensando en las causas de su agobio, su fino traje de diseñador lo ocultaba de la vista de los demás, el color negro de la tela le servía de camuflaje con la oscuridad de la noche, su cabello revuelto y desordenado, sus ojos azules preocupados eran su sello distinguido. Eriol Hiraguizawa. Siempre se había jactado de que nada podría tomarlo por sorpresa pero ahí se encontraba buscando una solución a ese sentimiento de inseguridad y preocupación que le acosaba desde que llego a Tomoeda en compañía de sus guardianas y la chica que amaba, sobretodo tenía miedo por ella, por Tomoyo, en su interior sabía que aquello que le preocupaba tenía que ver directamente con ella pero aún no descifraba que era tal cosa. Tan ensimismado iba en sus pensamientos que tropezó, gracias a sus habilidades deportivas no cayó al suelo pero al girar se encontró con algo que no esperaba.

Sobre el asfalto un cuerpo inerte servía de tope para los transeúntes, él se agachó un poco para conocer el estado de infortunio de aquel probable borrachín pero su sorpresa fue mayor aún cuando se encontró frente a un chico de su edad aproximadamente, su cabello negro revuelto tapaba sus hombros, ardía en fiebre y con el escaso ropaje que portaba era de suponerse que moriría de frío sí lo dejaba ahí en esas condiciones, no lo dudó y lo tomó entre sus brazos para llevarlo a su mansión.

Nakuru estaba sorprendida al igual que Spinel Sun al ver llegar a su amo cargando el cuerpo de otra persona.

- ¿Qué ocurrió Eriol-Sama?- preguntó Spinel Sun.

- Encontré a este chico en la calle, está en muy mal estado y no podía dejarlo ahí- subió las escaleras seguidos de sus guardianes.

- Buscaré un cambio de ropa y toallas, está ardiendo en fiebre- dijo Nakuru mientras regresaba escaleras abajo.

- Lo recostaremos aquí- con su magia abrió al puerta de la habitación y se adentro en ella con el chico en brazos.

- Levantaré esto- Spinel movió los cubre camas después Eriol depositó al chico.

Segundos más tarde Nakuru entró como relámpago a la habitación con la ropa y las toallas, eran más de las 4:00 am y toda una noche de cuidados empezaba para los tres.

Tomoyo se revolvió inquieta en su cama, eran las seis de la mañana pero ya no podía conciliar el sueño, tenía una hora despierta, algo le inquietaba, lo primero que vino a su mente fue Eriol, así que llamó a la mansión, nadie contestó, después al teléfono celular de la reencarnación, apagado, por último al móvil de Nakuru, apagado.

Se puso en pie, la mañana era fría, una gabardina y una bufanda fueron su compañía hasta la mansión. Tocó el timbre tres veces pero nadie abrió una vez más y Spinel Sun atendió a su llamado, le explicó el presentimiento que ella había tenido como resultado el pequeño guardián le dio una síntesis de lo acontecido hace dos horas, ella subió presurosa hacía la habitación de huéspedes.

- "Cómo sabía que algo pasaba"- se preguntó Spinel mientras subía las escaleras tras Tomoyo.

- Eriol, Nakuru- dijo en voz baja al entrar.

- ¿Tomoyo?- preguntó la guardiana lunar aún dudando.

- Tomoyo, ¿qué haces aquí? ¿Estás bien?- pregunto preocupado el hechicero mientras se acercaba a ella para abrazarla y cerciorarse de su estado.

- Sí, sólo tuve necesidad de verte Eriol- El mago sonrió complacido- ¿El está bien?- señaló la figura sobre la cama.

- No lo sé, Nakuru ha intentado bajarle la fiebre pero no ha tenido éxito- explicó Eriol.

- Eriol lo encontró en la calle- dio mas detalles la guardiana lunar- y decidió traerlo aquí.

- ¿Cuánto tiempo lleva con la fiebre?- preguntó consternada la amatista mientras se acercaba.

- Más de dos horas desde que el amo lo trajo- acotó el pequeño guardián solar.

- ¡Kami!, hay que bajara esa fiebre- dijo alarmada Tomoyo mientras llegaba junto a Nakuru- Eriol, amor prepara la tina con agua fría por favor-

- Ahora mismo- caminó rumbo al baño para cumplir con su encargó.

- Nakuru, necesitará otra muda de ropa para cambiarlo-

- Sí, de inmediato voy por ella- salió hacia la habitación de Eriol.

- La tina está lista- anunció Eriol.

- Bien, ayúdenme a llevarlo allá- Eriol cargo al joven mientras Tomoyo le seguía, dejaron que el agua mojara su cuerpo en totalidad, incluso su cabello, sólo unos minutos fueron suficientes- Fue suficiente, es increíble que aún no reaccioné, hay que cambiarlo y volver a arroparlo- se dirigió a la reencarnación y sus guardianes- Bajaré a la cocina a preparar un té que nos ayudé a reanimarlo-

Los demás asintieron y se encargaron de cambiar la muda del extraño por otra de los pijamas de Eriol y llevarlo a la cama, mientras en la cocina Tomoyo preparaba un especie de té pero en grandes proporciones.

Para cuando la amatista volvió el chico ya estaba en cama aún inconsciente, se acerco a él y coloco en un recipiente la mezcla que había hecho, una mínima parte a la que luego le agregó agua fría para terminar remojando los paños de tela en está combinación y ponerlas sobre la frente y estómago del enfermo, después sólo quedo esperar. Al cambio del primer paño, la fiebre se mantenía pero después del tercero empezó a bajar y el joven recuperaba el color en la piel.

Eran casi las 11 de la mañana, más de seis horas de cuidado intensivo, así que se decidió que Eriol debía descansar un poco ya que al parecer no había dormido la noche anterior mientras Nakuru y Spinel Sun preparaban el desayuno y por lo tanto la amatista quedo al cuidado del desconocido.

Natzu se preguntaba sí era otra de sus pesadillas, pero eso era imposible, generalmente siempre quería salir de ellas y en está ocasión sería feliz sí permaneciera ahí, su futon era más suave de lo normal, nunca se había sentido tan confortado en la vida desde que sus padres murieron, una onda de calidez descansaba en su frente y pasaba a su estómago alternamente, el aroma que percibía gracias a sus agudos sentidos le llenaba de paz. Sus padres y su tío siempre habían dicho que él era especial.

Tomoyo seguía en su afanosa labor, cuando sintió que el cuerpo se movía, leves movimientos sobre la cama, incluso apareció una sonrisa en el rostro del chico, retiro los paños y los devolvió al recipiente que contenía el líquido, exprimió uno de éstos y lo pasó por el rostro que ya recuperaba su color natural.

Sí tuviera la oportunidad de elegir entre despertar y quedarse en ese sueño preferiría lo segundo cualquiera que fuera la continuación, para su desgracia debía despertar y bien dicen que los despertares son una dura realidad sin embargo el descubrió lo contrario, la chica de sus sueños confundía al pobre Natzu impidiéndole saber sí aún seguía dormido o despierto. Al abrir los ojos al luz del día se encontró con dos piedras preciosas que lo observaban con consternación pero al mismo tiempo con felicidad de saberlo en buen estado de salud.

- "Es la hermosa chica de mis pesadillas"- pensó asombrado.

- Al fin despiertas ¿cómo te sientes?- pregunté al chico que parecía desorbitado, aún no despegaba la vista de mí, sus ojos color fuego me observaban detenidamente, una sensación de escalofrío recorrió mi cuerpo pero desvaneció cuando la puerta de la habitación se abrió y apareció Nakuru con un tazo de consomé caliente.

- ¿Ya despertó?- preguntó Nakuru acercándose.

- Sí, pero aún está confundido, será mejor que coma y luego vendrán las presentaciones- sonrió Tomoyo mientras cedía su puesto a la guardiana, enseguida entro Spinel a la habitación cargando una charolita con varías tazas.

- Gracias Spi, parece que nuestro invitado ya despertó- susurró Nakuru.

- Iré a avisarle al amo Eriol- dijo contento.

- No, espera Spinel, yo iré necesito hablar con él- cortó Tomoyo y salió de la habitación.

- "No te vayas, quédate conmigo"- apretó los puños bajo las colchas.

El cuerpo de Eriol descansaba sobre la cama, no se había tomado la molestia de taparse, sólo se había quitado los zapatos, Tomoyo entró sin hacer ruido alguno, se acercó a él y acarició su rostro con la yema de los dedos para despertarlo sin sobresaltarlo.

- Eriol, amor despierta- dijo en un susurro únicamente audible por el aludido, repitió el llamado varías veces hasta que al fin despertó.

- …- sonrió tiernamente mientras tomaba la mano de la amatista y la besaba.

- Ya ha despertado- dijo quedamente.

- Me alegra ¿cómo está?- preguntó.

- Bien, la fiebre ha desaparecido, su color vuelve está desorientado pero eso es todo, Nakuru está con él dándole un poco de comida-

- Gracias pequeña, no era tú responsabilidad y te has quedado con nosotros-

- Me preocupas amor- confesó al fin.

- ¿A qué te refieres?- confundido e impresionado por la certeza con la que Tomoyo hablaba.

- Spinel me dijo que encontraste a ese joven en la madrugada mientras caminabas por las calles-

- No podía dormir-

- No has podido desde que llegamos a Tomoeda, me he dado cuenta, qué te preocupa Eriol- su rostro consternado suplicando una respuesta.

- Tú –

- Yo estoy bien, mírame- sonrió a manera de consuelo.

- Quiero que así sea siempre-

- Es extraño tengo una sen…-

- Amo Eriol, lamento interrumpir pero nuestro invitado quiere hablar con usted-

- Voy enseguida Spinel-

- Aún no hemos terminado está conversación Eriol-

- Entiendo pequeña, después-

Ambos salieron para encontrarse en la habitación donde se había suscitado la acción toda esa mañana, ya no quedaba nada del chico enfermo ahora un hombre de estatura alta y cuerpo formado descansaba sentado sobre la cama, su cabello negro largo ahora estaba amarrado en una coleta y sus ojos centelleaban del color de una flama encendida.

- Te sientes mejor ¿no es así?-

- Sí- se observaron ambos con detenimiento- quiero agradecerle sus atenciones, ha salvado mi vida- observó a todos con excepción de Spinel que había vuelto a su forma de peluche – han salvado mi vida- continuó- mi nombre es Natzu Fang, vengo de un templo ubicado en el Oriente del Japón, mis creencias me han obligado a hacer una búsqueda de respuestas que me llevarán a conocer mi destino, a encauzarme a el, pero un mal augurio cayó sobre mí y me hizo presa de la enfermedad, viéndome extraño, desvalido y sin dinero termine inconsciente en alguna calle de está ciudad, si no fuera por usted no tendría el gozo de ver la luz de este día-

- Infame la suerte con la que ha corrido Fang, por favor sientase como en su casa y cualquier cosa en la que podamos ayudarle no dude en pedirla mientras su recuperación está en proceso-

- No quiero ser una molestia, me siento fuerte y seguiré en mi peregrinación-

- Ofendería mi hospitalidad sí lo hiciera, insisto en que se quedé, es por su bienestar-

- Gracias Señor…-

- Hiraguizawa, Eriol Hiraguizawa, soy el dueño de está casa, ella es Nakuru Akizuki mi prima y ella es Tomoyo Daidouji mi pareja-

- "su pareja"- pensó desilusionado- ¿y él? – preguntó sorprendiendo a todos al señalar a el muñeco de Spinel Sun.

- mjmjm- hizo una mueca disimulada Nakuru.

- Sí no quieren decírmelo entenderé, será como sí no me hubiera dado cuenta de nada, verá Sr. Hiraguizawa tengo dones especiales que me ayudan a ver cosas que los demás no pueden-

- Entiendo, el es Spinel Sun- pronunció Eriol, mientras el pequeño guardián movía sus alas y se acercaba con desconfianza al extraño.

Al día siguiente Tomoyo se encontraba cumpliendo su cita con Syaoran Li, aunque él se sintió incómodo al comienzo de la sesión, descubrió que la charla era un buen método des estresante y más aún cuando tus hermanas y sus esposos observan para que no le seas infiel a tu futura esposa. Por lo menos la amatista cooperaba ayudando a que la situación no fuera comprometedora y los oyentes perdieran el interés.

- ¿Qué te parece el traje?-

- Ad hoc, es perfecto Tomoyo, ahora entiendo el por qué de tú fama como diseñadora-

- Espera a ver el de Sakura-

-…- la mente del joven Li voló hasta lugares no conocidos.

- Enserio siento mucho no haber venido ayer-

- No te preocupes, según me cuentas tuviste una buena razón-

- Sí, sólo tengo que ajustar está parte, podrías alzar los brazos, por favor-

- Claro-

Después de 15 minutos los espectadores se habían cansado y salieron huyendo de manera muy discreta y elegante.

- Mañana será tú cumpleaños Tomoyo, tienes pensada alguna celebración-

- No, no he tenido tiempo para ello-

- Perfecto, no, jejeje, quiero decir que entonces no tendrás nada que hacer mañana-

- Pues sí, tienes razón-

- Le avisaré a Sakura-

- ¿Qué traman?-

- Es una sorpresa Tomoyo-chan, será mejor que Sakura te diga de qué se trata-

-Ok, he terminado-

- Tomoyo, no soy muy bueno para esto, pero Sakura se encargó de Liang y es mi turno-

- Estás nervioso Syaoran, de qué se trata, ocurre algo malo- preguntó intrigada.

- Aceptarías ser nuestra madrina-

- Sí, claro- anunció con alegría – ¡wow! No puedo creerlo-"sí, sí, sí"- Ya no tendré que preocuparme por el vestido jajaja-

- Sí, supongo- contestó Syaoran mientras tenía sus brazos tras la nuca muestra de nerviosismo.

- Ahora que me recuerdas a los padrinos, sí el padrino está por aquí podría tomar sus medidas-

- No, Liang salió de casa desde muy temprano y no sé a qué hora volverá-

- Tal vez mañana…-

- ¡Tonterias! Mañana es tú cumpleaños, lo dejaremos para pasado mañana, ¿te parece?, yo lo tendré aquí aunque se resista-

- Me agrada la idea, me voy entonces, nos vemos después-

- Tomoyo…-

- Dime- ella volteó deteniendo su salida.

- Feliz cumpleaños- acompañó su felicitación con una sonrisa.

- Gracias Syaoran- y se retiró.

Por la noche Sakura después de hacer varias llamadas y coordinar esfuerzos, realizó su última llamada del día y la más importante.

- Moshi, Moshi-

- Moshi, Moshi Tomoyo- habló emocionada la castaña.

- Hola Sakura- contestó animada.

- Te tengo una propuesta que no puedes rechazar, mañana es tú cumpleaños y he planeado algo encantador-

- Sorpréndeme Sakura-

- He reunido a todas las chicas y mañana será 'ladies night' jajaja-

- ¿A qué hora pasan por mí? "jajaja"-

El día siguiente no fue diferente a los demás, Eriol visitó a Tomoyo por la mañana para advertirle sobre la sorpresa que le tenía planeada pero al conocer los planes de la chica concertó en que pasaría por ella en la noche después de que cumpliera con su compromiso. Sonomi estaba en el extranjero por cuestiones de negocio que no podía modificar.

Ya pasadas las 9 de la noche, Tomoyo se encaminó a la casa Kinomoto cargando una pequeña maleta, al llegar se encontró con todas sus antiguas compañeras de colegio, Naoko, Chiharu, Rika y por supuesto Sakura. Perdieron casi una hora en charla mundana y después comenzaron a arreglarse para su salida.

Mientras tanto Syaoran incómodo entraba a aquel lugar, peor aún sólo, lo que no evito que varias chicas se le acercaran a su ingreso, milagrosamente una mano tiro de su brazo y lo adentro a las mesas que solían utilizar las parejas que buscaban privacidad.

- Hiraguizawa, qué estás haciendo aquí- gritó a causa del sonido de la música.

- Exactamente lo qué tú haces- expresó mientras se sentaba y le ofrecía asiento a su descendiente.

- Supongo debo agradecer que me salvarás de esas mujeres-

- Sería correcto, pero ahora tienes que contestarme algo-

- ¿Qué es?-

- A qué hora llegarán-

- No lo sé-

Claro que no fue difícil reconocer el momento en que el grupo de cinco chicas llegaron al lugar, incluso les hicieron camino para que entrarán sin incomodidades. Cinco chicas solas eran difíciles de perder por la vista de los caballeros presentes en el antro.

Syaoran lo veía y no lo creía, su dulce e inocente flor de cerezo vestida para matar a cualquier hombre y no era la única, las cinco resaltaban por características diferentes: Naoko vestía una falda poco debajo de las rodillas color verde pero la formaba en que se hormaba a sus piernas compensaba el largo, su blusa era de un solo tirante en tono brillante, su cabello adornado con una flor que resplandecía con las luces del lugar; Rika por otro lado llevaba el cabello suelto cayendo desobediente por su rostro, un vestido halter rojo cubría su cuerpo hasta antes de sus rodillas, el pequeño vuelo en la parte inferior daba cadencia a sus movimientos y el corte dejaba su espalda al descubierto; Chiharu vestía una minifalda de color chocolate y una blusa con toques de flores que con trasparencias jugaba con la imaginación de quienes la observaban, su cabello enredado en un coqueto peinado.

Sakura y Tomoyo eran las que lucían de alguna manera extrañas enfundadas en esos atuendos, bien cierto que Eriol había visto a Tomoyo usar cosas inimaginables en aquellos desfiles, pero verla ahora vestir algo así por su propia iniciativa era algo nuevo.

La pequeña maestra de las cartas Sakura usaba un entallado pantalón color negro que brillaba a la luz, en la parte superior una blusa en forma de chaleco la cubría, obvio que no había nada debajo de esa blusa, eso se podía notar al observar el escote del frente y la mitad del dorso descubierto, su cabello iba recogido dejando caer escasos mechones de cabello.

A lado de ella Tomoyo caminaba con una gran sonrisa adornando su rostro, pero Eriol no pudo evitar observar algo más que su sonrisa, su cabello largo caía ondeando, la blusa azul en tonos cielo y eléctrico cubría su espalda en forma de gabardina por el contrario al frente dos líneas de tela se anudaban a la altura de su ombligo para completar la forma de la blusa que dejaba incluso dejar versarte de su vientre porque el pantalón también azul llegaba a la cadera y se ajustaba a la perfección.

Pues bien la noche pasó de maravilla para las chicas que no dejaron de bailar en toda la noche al contrario Eriol y Syaoran tuvieron el peor momento de sus vidas al observar cómo sus respectivas parejas bailaban con otros que no fueran ellos.

- ring…ring…- el sonido con vibrador del teléfono celular de Eriol lo alertó, tenía que salir de ahí de inmediato, hizo una seña a Syaoran y los dos salieron con ayuda de la magia de la discoteca.

- Hola Eriol- gritó Tomoyo a causa del sonido del antro.

- Hola pequeña- se separó el teléfono del oído a causa del grito.

- No te oigo amor, puedes venir por mí, ya estoy lista- gritó nuevamente.

- De acuerdo- se vio en la necesidad de gritar también.

Ambos hechiceros se hicieron señas y volvieron al bar en sus automóviles como sí nada hubiera pasado. Las chicas ya los esperaban fuera del disco-bar. Tomoyo se sorprendió mucho al ver a Eriol vestido de una manera tan formal, aunque ese traje gris perla y la camisa azul de manera tan descuidada lo hacía peligrosamente atractivo para cualquier chica.

Se despidió de las demás y emprendió su camino junto a Eriol impaciente por conocer lo que aún le aguardaba esa noche.

El viento corría suave, ya pasada las 2 de la mañana, el festejo por el cumpleaños de Tomoyo había terminado minutos atrás, ahora sólo los dos enamorados viajaban en automóvil por las calles solitarias de la ciudad de Tomoeda.

El cielo inundado de estrellas resplandecientes y el suave aroma del viento fresco enriquecía el alma de la amatista mientras imaginaba la sorpresa que Eriol le había preparado, ahora justamente viajaban hacia la mansión de Eriol para que le fuera entregado su misterioso y tan anhelado regalo de cumpleaños.

Al llegar a la mansión de Eriol Hiraguizawa, aparcaron el auto y caminaron hasta el pórtico donde por alguna extraña razón desconocida por la amatista se detuvieron.

- Luce extraña, no hay nadie en casa- preguntó observando con detenimiento la construcción.

- No, está noche sólo somos tu y yo-

- ¿Natzu Fang?-

- Salió a divertirse con Nakuru, Spinel está con Kerberos-

- Ya entiendo-

- Esto es sumamente importante pequeña, cierra tus ojos y pase lo que pase no los abras hasta que te diga-

Tomoyo simplemente sonrió y obedeció, ahora con los ojos cerrados Eriol la guío escaleras arriba, no fue tan difícil porque la joven confiaba ciegamente en su guía.

Cuando al fin llegaron a la segunda planta, la amatista escuchó claramente el sonido de la manija de una habitación a la que segundos más tarde entró, el ambiente se percibió denso, lleno de aromas diversos y se sentía tan agradable que calentaba los huesos o tal vez sólo era la compañía.

- Abre tus ojos princesa- pronunció al oído de Tomoyo.

El lugar era mágico, decenas de velas de diferentes tamaños, colores y aromas estaban prendidas dando extraños matices de luz por todo la habitación, la mayoría del mobiliario había sido remplazado por cojines acolchonados que reposaban en el piso principalmente alrededor de la pequeña mesita en el centro de la habitación, donde les esperaban pequeños bocadillos y copas sin servir así como una gran charola en el centro cubierta por una brillante tapadera de plata.

Tomoyo estaba tan impresionada que únicamente salió de sus labios un suspiró ahogado que se aclaró en un leve- es fantástico-

Eriol satisfecho con su sorpresa ofreció la mano a la chica- acompáñame- sugirió mientras tiraba de ella.

Caminaron entre los cojines hasta llegar al centro de la habitación, con un poco de magia Eriol desapareció por un instante algunos de los cojines mientras abrazaba el pequeño cuerpo de su acompañante para terminar envueltos en los brazos del otro y suplicó- Canta para mí Tomoyo-

La diseñadora asintió con un movimiento de su cabeza, pretexto que sirvió para que se acomodará en el cuerpo de Eriol justo en su cuello y así canto en un susurró solo audible por Eriol, mientras se movían lentamente en forma de péndulo.

(Na: la siguiente parte está escrita en primera persona, espero no existan confusiones)

- Es hora de sentarnos- dije sintiendo un dolor insoportable al separarla de mí, ella sólo me sonrió tan angelical como siempre y se sentó junto a mí irresistible y hermosa.

Espere a que él tomará la iniciativa, al fin y al cabo, era mi sorpresa, cuando nos sentamos no hubieron palabras que pronunciar simplemente nos observamos. Me preguntó porque su mirada siempre me provoca el mismo sentimiento. Vi como ágil abrió la botella y vertió el contenido espumoso en las dos copas.

De reojo al servir el vino, observé como ella se quitaba la suave chalina, supongo que es a causa del efecto que provocan tantas velas en una habitación cerrada, le ofrecí la copa y ella me sonrió, el cuarto brillo como nunca y sentí que no existía oscuridad alguna, entonces ella preguntó lo que tanto ansiaba escuchar.

- ¿y dónde está mi sorpresa?- pregunté con ingenuidad porque él río escandalosamente mientras me ofendía.

- Pequeña interesada- le reclamé en forma juguetona mientras disfrutaba ver su pequeña y afilada nariz arrugada en un gesto de disgusto.

- Tienes razón- acepté avergonzada mientras agachaba la mirada- lo siento- concluí, en menos de un segundo mi piel sintió el calor de la tuya.

Acaricié su rostro y la obligue a verme, observé como se sonrojo, sólo pude sonreírle- tú regalo está aquí- señalé la charola sobre la mesita de centro, sólo era cuestión de segundos-

Sin siquiera disimular mi impaciencia mi mano me traicionó y asaltó la bandeja, destapando la tan anhelada sorpresa, el aire dejo de correr en ese instante y sentí algo parecido a un explosión dentro de mí, mi regalo resultó ser tan brillante y más aún a la luz de las velas, las palabras murieron ahogadas en mi garganta y las palabras de Eriol fueron un salvavidas que me llevó al centro del océano.

Vi su rostro conmocionado y adiviné que era el momento preciso, aprense su mano que aún sostenía la tapadera de plata, sus ojos amatistas abiertos y sorprendidos me observaron dudosos- ¿te casarías conmigo?- Dios me sentí tan inseguro, durante varios días, meses había practicado un discurso sobre el amor que le profesaba a Tomoyo y en el momento de la verdad, sólo esa preguntó se formuló en mi boca, los segundos siguientes transcurrieron lentos y torturantes.

Supongo que nunca entenderé porque no contesté al instante, pero la frase sonó con infinito eco dentro de mi cabeza que me costó digerir la información hasta que al final dando por echo que lo había entendido, sentí los músculos de mi rostro moverse, sonreí tan expresivamente que sólo me permitió dar un emocionado – sí- que él comprendió a la perfección.

Al fin el aire recorrió mis pulmones y antes de decir algo más aferré mi mano a la suya y deslicé el anillo de compromiso por su fino dedo anular, era perfecto, sólo para ella y nadie más- Te amo pequeña- pronuncié con la devoción que ella merece.

Impetuosa me lancé hacia él y ataqué sus labios, hace mucho que me había desinhibido con nuestras muestras de afecto, él no me desilusionó, jamás lo ha hecho.

Sentí toda la ferocidad de su ser en ese ardiente beso que respondí con el mismo fervor -"la amo, es inevitable"- pensé al mismo tiempo que mis manos acariciaron su espalda envolviéndola en un posesivo abrazo.


(Na: lamento avisarles hasta este momento, pero a continuación la historia se convierte en algo más denso y sobretodo con contenido de material inapropiado para todos los lectores cuestión de criterios, en pocas palabras se describe una escena un tanto erótica aunque trate de suavizarla lo más que pude, léanlo bajo su responsabilidad, porque no quiero problemas jejeje, AVISADOS, ahora sí ya pueden continuar)

El calor empezó a ser insoportable mientras nos descubríamos mediante un beso, un profundo beso, sus poderosas manos recorrían mi espalda e infinitas sensaciones me inundaban, supe que era el momento correcto – Te amo Eriol- pronuncié a su oído.

Me separé lentamente de ella cuando la escuché- "por qué no suena como cualquier otro 'te amo'", tomé tu rostro entre mis manos y contesté a tu declaración- Te amo Tomoyo, más que a nada en este mundo- sonreíste y por los dioses que me sentí desfallecer.

Tomé tus manos que aún descansaban sosteniendo mi rostro y las guíe hacia el pequeño nudo que unía mi blusa, buscaste mis ojos con insistencia lanzando mil preguntas pero sólo dijiste una.

- ¿Estás segura?- pregunté, no quería que te sintieras presionada o pensarás que mi declaración había sido con esa intención, la respuesta me desequilibro.

- Sí, lo estoy- respondí, supongo te tomó un segundo comprenderlo, después sentí tus labios y a través de la fina tela aprecie el movimiento de tus hábiles manos, sabía que no era la primera para ti pero me conformé con saber que te entregaba todo.

Tantas mujeres en mi vida ya hora que me encuentro contigo, cuesta tanto – "por qué"- pregunté – "porque la amas"- respondió mi conciencia. Cierto, totalmente cierto.

Acaricie tu piel y tu la mía, los minutos pasaron mientras tus fuertes manos me exploraban en la totalidad, el calor invadía mi cuerpo no podía pensar en nada más que no fueras tú. Mi inexperiencia sirvió porque incrementó mi curiosidad hacia ti algo que agradeciste de sobremanera.

Cada punto que tocabas era clave, tus finas manos sabían qué hacer incluso mejor que las mías, supongo que la pasión y el amor del momento te llevaban por los caminos correctos, no podía quedarme atrás, escuché tu respiración entrecortada como música para mis oídos pero nada se comparo con escuchar de tus labios mi nombre en un jadeo inconcluso.

Me sentía volar con cada caricia que dabas, mitigue mi sed bebiendo del sudor de tu cuerpo, la arritmia se apoderó de mi cuerpo, escuché tu corazón y el mío andar a la misma velocidad, tu sabías interpretar el sonido y me enseñaste.

Danzamos, era una lucha frenética cuerpo contra cuerpo, los movimientos aumentaban y disminuían sin cesar mientras la inconciencia se apoderaba de nuestros cuerpos, el extremo placer llego a nosotros y juntos conocimos el nirvana, el placer máximo.


(Na: Por aquí yo supongo que ya no hay problema en que todos lean)

Despertamos al día siguiente abrazados, tan juntos como habíamos estado la noche anterior, ninguno de los dos quería levantarse fingíamos dormir mientras nos disfrutábamos, pero la cruel mañana nos advirtió nuestras actividades y tuvimos que despertar de nuestro sueño hecho realidad.

- Aún no te vayas- supliqué mientras aferraba tu cuerpo.

- Tengo que hacerlo, le prometí a Syaoran ir- traté de hacerte entender inútilmente porque aún mi cuerpo estaba ceñido al tuyo.

- Puede esperar o puedo hechizarlo- sonreíste.

- Eriol Hiraguizawa- reclamé- Nakuru y Natzu ya deben estar aquí-

- Argh- bufaste- está bien- consentiste y aflojaste el abrazo- paso por ti a la mansión Li-

- Estaré esperándote- sonreí te plante un pequeño besó que pareció no conformarte y salí corriendo a mi cita de trabajo jejeje.

Tomoyo llegó quince minutos tarde a su cita en la mansión Li, se encontró con Syaoran quien la llevó a la misma habitación en que dos días atrás habían estado.

- Espera un segundo Tomoyo, iré por mi primo Liang Fu-

- Correcto-

La amatista se entretenía observando los cuadros de arte chino que adornaban la pared cuando una voz la saco de sus cavilaciones sobre arte.

- Princesa Sayné-

Se giró sobre su propio eje y observó a un chico de su edad, alto, piel blanca, cabello castaño claro y ojos color verde, un verde penetrante, su mirada era penetrante, de sus labios escapó…

- Sen… -

(Mansión Hiraguizawa)

- Eriol, ven rápido- gritaba Nakuru a todo pulmón.

- ¿De dónde proviene esa energía?- se preguntó preocupado mientras subía escaleras arriba.

- La habitación de Natzu amo Eriol – Spinel volvió a su forma original y derribó la puerta.

Nakuru ni siquiera atinó a transformarse, sólo tapo su boca con ambas manos, el resplandor color rojo era lastimoso pero aún se observaba lo que ocurría dentro de la habitación, Natzu era elevado en los aires por una fuerza desconocida pero terriblemente poderosa y oscura era atravesado por un rayo rojo, cuando la luz empezó a disiparse Eriol y sus guardianes taparon sus oídos con fuerza brutal para evitar quedar sordos por el grito de Natzu…

- ¡Saynéeeeeeeeeeee!- sus ojos eran como brasas encendidas.

FIN CAPITULO VIII

CONTINUARA

Na: Sorry por el retraso, pero aquí está lo prometido es deuda, ya casi estamos en la recta final, así que no se desesperen.

MUCHISISISISIMAS GRACIAS por los reviews y por leer mi historia, que por el compromiso con ustedes los lectores es que continúo con la trama.

Sugerencias, comentarios, críticas constructivas y destructivas, son bien recibidas y acatadas por mi personita. Nos leemos el siguiente y último capítulo. BYE!