En otro lugar sonó el celular de Sesshomaru y se dio cuenta de que era ella.

- ¿Qué sucede?

- Necesito verte, Naraku sospecha.

- En el lugar de siempre en una hora.

- No, ahora no puedo ir allá Naraku se daría cuenta, ven a donde yo estoy.

- Dame la dirección

En contra de lo que su instinto le decía partió en búsqueda de Kagura, sabía que era extraño pero ahora estaba muy avanzado el plan de desenmascarar a los traidores y no tenía otra opción. De nuevo la única que sabía la razón de su ausencia era Lin.

Llegó en su deportivo hasta el lugar indicado, pensó que sería un restaurant o algo así pero no, se trataba de un pequeño departamento, algo escondido y del estilo que se rentan para unas pequeñas vacaciones en pareja.

- ¿Qué es lo que quieres?

- Mira. –se quitó la gabardina que llevaba puesta y con la ropa corta y ajustada que era usual en ella se notaban marcas del golpes que antes se esforzó por ocultar.- Fue para demostrarme que estoy en sus manos.

- ¿Qué le dijiste? –en realidad no se inmutó por lo que veía.

- Nada, no me conviene –se puso la gabardina algo enojada por su poco éxito de conmoverlo... o algo más – Pero ahora él no sabe dónde estoy y si me vuelve a ver me irá peor, sabes de lo que es capaz.

- Si no estás con él ya no me eres útil. –Kagura se mordió el labio conteniendo su rabia.

- Todavía tengo formas de acceso a los datos de la empresa.

- Naraku ya debe haberlas cambiado si sabe que no estás.

- Tengo mis métodos, lo que necesito es protección tuya.

- ¿Crees que éste lugar es seguro?

- Sí...

- Entonces quédate aquí el tiempo que quieras, yo cubriré los gastos y mandaré a alguien para traerte lo que necesites, siempre y cuando sigas dándome información útil. –sin otra palabra salió, la mujer había conseguido su cometido y no tardó en informárselo a Naraku.

Era de noche y todos salían juntos del ascensor, ahí Sesshomaru esperaba a Lin para llevarla a su casa, Inuyasha y Kagome siguieron hasta el estacionamiento donde se toparon con un sujeto que a Inuyasha no le agradó nada.

- Hola Kagome –la saludó con un beso en la mejilla-. Nos vemos de nuevo, parece ser el destino.

- Al parecer sí. – rió nerviosa puesto que ya esperaba la reacción de Inuyasha.

- Creo que no nos conocemos.

- Bankotsu, y tú debes ser Inuyasha, el jefe de Kagome.

- ¿Trabajas aquí?

- Sí, en el penúltimo piso. – miró su reloj- estoy algo corto de tiempo.-Se despidió de ambos y se fue, tenía pensado dar el primer golpe pero con Inuyasha presente no era buena idea.

- Debes conocerlo bien por su familiaridad contigo –los celos de nuevo.

- Lo conocí ayer. Adiós –se despidió con normalidad y se fue.

Sesshomaru entró con Lin y cenaron juntos.

- No soy tan buena cocinera como tú.

- No lo haces mal, además hay otras cosas para las que eres toda una maestra. –su comentario serio y la mirada que indicaba algo más la hicieron sonrojarse.

Al salir el chico de la casa vio que su sirviente estaba afuera, justo como debía ser, se acercó a él y le dijo que hiciera guardia toda la noche, él regresaría por la mañana.

En los días siguientes Bankotsu siguió frecuentando a Kagome, quien parecía no darse cuenta de las aparentes intenciones del chico a pesar de las advertencias, y celos, de Inuyasha. Ella lo consideraba sólo un chico atento con quién sentía cierta afinidad, pero sólo eso, sabía que estaba enamorada de su jefe y nada lo cambiaría.

Por su parte Kagura llamaba casi a diario a Sesshomaru para que fuera a verla al mismo sitio pero no le daba pistas concretas, él empezaba a cansarse porque además la mujer no perdía oportunidad de recibirlo en ropa llamativa o hasta casi desnuda.

En una ocasión le tiró "sin querer" un líquido encima y luego se acercó con afán de quitarle la camisa, él la rechazó y le ordenó, como siempre, que cerrara las cortinas no era seguro que las tuviera así puesto que estaba "escondida"... Sesshomaru ya lo dudaba y el día que se negó a visitarla fue el detonante del plan –Es hora de jugarse todo, Nadie se burla de Naraku… pagarán con algo más que su empresa.

- Hay lugares con hermosa vista en Tokio. –dijo Bankotsu a la que veía como su víctima.

- Sólo conozco algunos –la chica rió.

- Entonces déjame enseñarte, hoy en la noche paso por ti a tu casa, una hora después de que salgamos de aquí. –Kagome no sentía mucha seguridad pero se sintió comprometida y aceptó "Será mejor que Inuyasha no se entere".

Pero ya era demasiado tarde, los había escuchado y seguro de las dobles intenciones del hombre se decidió a evitar aquella cita. Faltando poco tiempo para que salieran fue con Kagome y primero le dio mucho trabajo pero al encontrar que ella dijo –Mañana lo tendrás listo- supo que debía hacer otra cosa, intentó persuadirla diciéndole que Bankotsu no era de fiar pero aquello terminó en un pleito "Maldición… por qué es tan testaruda". No hubo fuerza humana que la persuadiera.

Fueron a un elegante restaurant, con una vista hermosa, en las afueras de la ciudad, entraron y la velada transcurrió en calma sin ninguna insinuación de algo, cenaron y emprendieron camino a casa de Kagome por una ruta que ella desconocía.

- Es un atajo, llegaremos más rápido. –pero no estaba convencida de ello, sin embargo por cortesía evitó decir algo.

De repente el auto hizo un movimiento brusco ingresando en una cochera que se cerró de inmediato, Kagome intentó salir del auto pero en cuanto lo hizo fue atrapada por un tipo muy grande y de apariencia torpe que le sofocó los gritos con una mano.

- Avísale a Naraku que ya la tenemos.

La llevaron hasta un cuarto donde vio otros rostros conocidos, eran empleados de Sengoku, pero aún así no creía lo que estaba pasando... Naraku sólo había mostrado interés por la empresa ¿Por qué hacía aquello? La ataron de piernas y manos y la dejaron en una cama vigilada por el mismo sujeto que del principio, cerraron la puerta y empezaron a discutir, con todo ella era capaz de escuchar la voz chillona de uno de ellos.

- Anda Bankotsu deja que me encargue de Inuyasha, él es tan apuesto por favor, no seas malo.

"Inuyasha... Inuyasha...". Empezó a llorar desconsoladamente por la desesperación y el temor de que le pudiesen hacer algo, no tenía idea de lo que eran capaces esos tipos

Lin estaba en su casa luego de un día normal, todo parecía calmado y cotidiano, hasta que sonó el timbre, abrió la puerta y encontró a una mujer desconocida que dijo tener información valiosa, la chica se sintió desconfiada y decidió no dejarla pasar.

- Ni porque es la clave para que atrapen a Naraku. -Lin sintió una descarga de adrenalina y, sabiendo que era cuidada por Jaken, el sirviente de su novio, la dejó pasar dejando la puerta abierta.

- ¿No la va a cerrar?

- No es necesario.

- No importa, de cualquier manera, sólo vine a darle esto. –puso un montón de fotografías en una mesa y se fue. Lin tomó las imágenes y las vio sin dar crédito, sus manos temblaban y las lágrimas no tardaron en aparecer, después de todo, era cierto…

Sesshomaru entrando a unos departamentos, Kagura con poca ropa, la misma mujer empezando a desabrochar su camisa y otras imágenes por el estilo deshicieron su espíritu pero la décima era la peor, se estaban besando en un restaurant, quizás el mismo en que Kagome los vio, tal vez ese mismo día. Se quedó así por horas, llorando y observando cada detalle de la mujer, su cabello, su mirada, su expresión siempre de seguridad en ella misma.

"¿Por qué? No lo entiendo, él me ama, sé que me ama y que nunca haría esto, él me ama… me ama… en verdad… me lo ha demostrado, pero qué es esto... por qué hace eso... por qué la estaba besando... por qué su ropa... por qué estaban así...¿Qué fue lo que hiciste Sesshomaru? Qué tiene ella que te atrae tanto... mi Sesshomaru, mi señor Sesshomaru...".

El sol apareció y las actividades en Sengoku comenzaban, sólo que no todos estuvieron presentes a tiempo. Inuyasha notó que era tarde y Kagome no había llegado, sin dudar bajó el penúltimo piso y buscó a Bankotsu, pero tampoco estaba, regresó a su oficina intentó comunicarse con ella, todo fue inútil.

Por el ascensor subía un tipo vestido con colores extravagantes, sostenía una charola con una bebida.

- Espero que esté sediento porque sería una lástima tener que desfigurar su hermoso cuerpo, además no es ni tan rápido ni tan efectivo con esto. -salió del elevador y llegó hasta el hijo menor de Inutashou.

- Señor le traigo esto.

- Yo no pedí nada.

- Pero si no se lo dejo me regañan –puso el vaso con hielo y lago más en un escritorio y se marchó.

Sesshomaru esperaba impaciente que Lin llegara, cuando la duda fue más fuerte que su carácter de hielo llamó a su sirviente para preguntarle dónde demonios estaba su prometida.

- Está en su casa señor, yo estoy afuera. Quizás esté dormida porque no apagó las luces hasta hoy en la mañana, pero lo extraño fue la visita que tuvo anoche. Una mujer apareció y entró por un momento, se fue casi de inmediato.

- ¿Quién era?

- No lo sé, amo.

- Eres un imbécil te pago para que la mantengas segura.

- Ella está bien, la vi pasearse por adentro algunas veces yo creo que era amiga suya. –ahora sonaba vacilante, sabía de lo que su jefe era capaz por proteger a la chica.

- Ve y asegúrate que esté bien, voy para allá.

Un exasperado Inuyasha vio salir a su hermano pero no le dio la menor importancia, sólo quería encontrar a Kagome. Mil ideas se agolpaban en su mente temeroso del destino de su amiga, miró la bebida, definitivamente tendría alcohol y ahora lo necesitaba para calmarse así que dejó el teléfono y tomó el vaso.

Sesshomaru llegó y se encontró con su sirviente, él le explicó que la señorita Lin, sin abrir la puerta, le dijo que estaba bien. Cruzó la calle y ella le abrió la puerta tan pálida y llorosa como la vio una vez en circunstancias parecidas, sostenía unas fotografías en la mano.

- ¿Qué sucede? –le extendió las fotografías y se dio media vuelta.

En otro sitio muy alejado dos hombres discutían sobre el destino de Kagome.

- Deberías terminar con ella ahora mismo, para que no de problemas... –dijo un sujeto que parecía frío y calculador a Bankotsu.

- Sí, sí sí… -agregó el de gran tamaño.

- Quizás tengan razón… aunque sería un desperdicio sólo matarla así… es muy hermosa…

CoNtiNuaRá...

Hello! Seguramente más de alguna tiene ganas de matarme... lo entiendo. Pues ahora todo tiene que ser algo... crítico porque éste es el penúltimo capi... pronto tendremos final. Muchísimas gracias por su reviews! Aunque sean jitomatazos no hay problema. Muchas gracias a quienes leen. Byes!