Los personajes de este fic no me pertenecen a mí, si no que son de Maki Murakami
Mi última esperanza
Ryuichi estaba destrozado, no conseguía articular palabra. Le estaban diciendo que su Shuichi iba a morir de un momento a otro.
Sé que este no es el momento adecuado, pero creo que deberían preparándose para aceptar la muerte del joven Shindou.
No puede ser, mi Shu no puede morir. Por favor doctor dígame que es una broma. – Ryuichi estaba destrozado, su rostro dejaba ver la madurez que pocas veces solía mostrar. Entre tanto, los demás ya habían hablado con el doctor, y se habían enterado de a terrible noticia. Hiro apenas podía mantenerse de pie, ese pequeño bobalicón se iba a ir para siempre, Suguru estaba pálido, y todos los demás asistentes estaban petrificados, incluso Toma con él odia que sentía hacia Shuichi se sintió fatal, él quería acabar con la vida de Shindou con sus propias manos por haberle hecho algo así a Yuki y ahora una enfermedad se lo llevaba, era injusto.
Doctor, ¿podría entrar a verlo, Pregunto Ryuichi.
Esta bien, pero por favor, entren de uno en uno, Shindou esta muy débil.
En esos instantes Shu solo veía una luz, una luz muy brillante e intensa. Al final de la luz había una silueta, aunque no distinguía con claridad de quien se trataba. Se acercaba poco a poco a aquella silueta, hasta que distinguió a un hombre rubio, que estaba fumando.
"Dios, ese es Yuki, eso significa que estoy muerto", pensó Shuichi mientras corría hacia el escritor.
Veo que sigues igual de baka que siempre.
Yu... –Suichi no podía articular palabra, estaba paralizado. En cambio Yuki se veía feliz, tenia una sonrisa dibujada en el rostro.
No hace faltas que digas nada mi querido Shu, tu no tienes la culpa de lo que paso, solo fui yo, que no supe darte lo que merecías, no supe quererte ni entregarte mi corazón.
Yuki, por favor no digas eso, yo no sé porque me separe de ti, me marche de tu lado cuando aun te quería y cuando te quitaste la vida una parte de mí murió contigo, no me había dado cuenta y no sufría, y me atormentaba. – Yuki paro al Shu de la mejor forma que sabia, besándolo. Shu le miro con los ojos llenos de lagrimas. Yuki se enterneció ante esta actitud y envolvió al pelirrosa entre sus brazos. Ahora eran los labios del pelirrosa los que buscaron los del rubio.
No puedo Shu, tu estas con Ryuichi, no deberías hacer esto, le dijo suavemente Yuki mientras se separaba de él.
Pero Yuki, yo te quiero a ti, te sigo amando con toda mi alma. Además he cumplido mi promesa, te dije que te seguiría estuvieras donde estuvieras, aunque tuviera que ir al infierno.
Eres un baka, ¿lo sabias?. –Dicho esto el rubio se volvió a aprisionar de los labios del pelirrosa como instantes antes él había hecho con los suyos. Yuki sabia que Shu había cambiado, ya no se dejaba hacer, si no que quería participar en sus "jueguecitos". El pelirrosa empezó a lamer lentamente de su amante, sabiendo que eso le encantaba. Poco a poco fue bajando la lengua por el cuello del escritor se paro en su hombro, que lo empezó a mordisquear como si de un vampiro se tratase. Yuki estaba encantado de que Shu tuviera iniciativa, aunque la hubiera aprendido de ese lunático del conejo rosa. Shu empezó a desabotonar la camisa del escritor con su boca, botón a botón, cosa que calentó al escritor.
Oye Yuki, ¿los muertos podéis hacer todo lo que hacíamos?
Claro, que te cre... – Shu ya le estaba bajando los pantalones a Yuki antes de que este pudiera terminar la frase. "Ahora es mi turno" pensó Yuki, con lo que le quito el camisón de hospital que llevaba puesto y empezó a recorrer todo su cuerpo con su lengua. Shu había parado y disfrutaba de las caricias y lametones del rubio. Yuki llego al miembro de Shu, e hizo lo que llevaba tanto tiempo deseando. Empezó a recorrer todo su miembro de arriba abajo con su lengua. Shu soltaba pequeños gemidos, que con el tiempo se convirtieron en gritos de placer. No tardo mucho tiempo hasta que Shu acabara en la boca de escritor. Ahora era el turno de Yuki. Este empezó a preparar a Shu para que no sintiera dolor, pero en ese momento una voz que se oía muy distante les llamó la atención.
Shu por favor no te vayas, te necesitamos todos. -Esa voz le resultaba muy familiar, pero no terminaba de reconocerla-. Kumagoro quiere volver a verte sonreír por favor, Shuichi no te mueras. –Ambos comprendieron que era Ryuichi que le estaba reclamando a Shu-.
No quiero ir Yuki, quiero quedarme contigo, gritó Shu con lagrimas en los ojos.
No puedes, tu lugar esta en la tierra junto con todos tus amigos, le dijo Yuki con una voz realmente cariñosa.
Pero yo quiero quedarme a tu lado, para siempre.
Vete Shuichi, y se feliz. Mi ultima esperanza se cumplió, era volver a verte y ya lo hice ya puedo estar feliz por siempre jamás. Por favor, promete que serás feliz Shuichi.
Yo...Yuki, Shu no entendía lo que pasaba. Tenia que volver a dejar a Yuki por que este le pedí que fuera feliz, pero el solamente era feliz al lado de Yuki.
Por favor Shuichi prométemelo, es lo único que te pido.
Yuki por favor, no me digas que te abandone, yo quiero estar junto a ti.
Shu tu hora aun no ha llegado, tienes que seguir viviendo. Y sobre todo se feliz, es lo más importante, y no rechaces el amor de ese lunático, si te quiere de verdad entrégate a el, y no pienses en mi, yo solo seré feliz si tú lo eres. Pero no puede ser a mi lado. -La voz de Ryu se escuchaba más cercana, parece que estaban logrando recuperarlo-.
Yuki por favor no me dejes, yo quiero estar contigo. – Shu empezó a elevarse en el aire, como si una grúa invisible le estuviera levantando. Intento amarrarse a la mano de Yuki, pero este se soltó-.
Shuichi se feliz, hazlo por mí. Y no hagas ninguna tontería.
Shuichi se despertó en la habitación de un hospital. A su lado se encontraba Ryuichi dormido en la silla que se encontraba al lado de la cama. Shu se intento levantar pero estaba demasiado débil.
Shu se quedo pensativo, todo lo que había pasado había sido un sueño o había sido real. Pero fuera lo que fuese, cumpliría lo último que le había dicho Yuki, seria feliz al lado de Ryuichi.
FIN.
Espero que les halla gustado, y muchas gracias por leerlo.
