Ana María: Pues, Grindelwald en un mago oscuro que Dumbledore derrotó (probablemente mató) en 1945. Lo sabemos de la Piedra Filosofal. En el capítulo 6 Harry lee una información sobre Dumbledore en la tarjeta de Rana de Chocolate. En cuanto a la herencia de Snape creo que todo se quedará claro en esta parte.

Altariel: Grazias por tu commentario. El uso de 'ser' y 'estar' es mi talón de Aquiles.

franga: Has notado los errores que me habían escapado. Desgraciadamente, mi 'spell-check' (no sé como se llama esto en español) no funciona en castellano. La cuestión de fidelidad de Snape es muy importante, pero ahora no puedo decir nada más de que estaba escrito.

3. El hombre de dos caras

Malfoy se atragantó y miró a Snape como si lo viera por primera vez. Los ojos pequeños de Colagusano casí se le salieron de las órbitas. Fijados en el medallón, expresaban ni terror ni estima supersticiosa. Voldemort se puso a caminar lentamente de través la sala, echando a Snape las miradas reflexivas y tasadas.

- Aranus...el signo de Grindelwald – dijo a voz baja, como si solo a sí mismo – No pensaba que lo vería un día otra vez. Dijeron que había estado destruido...probablemente le importaba a uno que todos lo creyeran. Pero Aranus se consirvió en las manos de los herederos de Grindelwald – los ojos rojos se fijaron en Snape – en las manos de su nieto. ¿Entonces eso es la razón? – ni preguntó ni constató - ¿Es porque quisiste matar a Dumbledore?

Snape sonrió lúgubremente y asentió con la cabeza.

- Sí – gruñió entre dientes – Soñaba con la venganza desde cuando mi madre me contó la historia de gloria y caída de su gran padre. Un hombre que lo derrotó se llamaba Albus Dumbledore – los ojos de Snape hervieron de odio – Soy heredero de Grindelwald y tengo solo un objetivo: destruir el que se le atrevió en el camino.

Voldemort se paró bruscamente y clavó los ojos penetrantes en Snape. Estaba algo horrible en su mirada.

- ¿Entonces por qué Dumbledore sigue viviendo? – preguntó - ¿Por qué durante tantos años no hiciste uso de tu veneno? En Hogwart tuviste más que una ocasión.

Esta vez estaba Snape quien pareció sorprendio.

- Señor, te he explicado que antes la mixtura fue preparada... – se vaciló – un mes antes, en Halloween...

- Quieres decir la noche de mi derrota – Voldemort le interrumpió rudamente. Burla sonaba en su voz. – Pudiera adivinarlo. ¡Heredero de Grindelwald! – gruñió con desprecio – ¡Cómo te atrevas a usar su signo! Estabas valiente cuando Lord Voldemort era el mago más poderoso del mundo y podías esconderte detrás de sus espaldas. Pero una noche Lord había desaparecido y el nieto de Grindelwald olvidó de su venganza. Lo costaría demasiado.

A la pálida cara de Snape le salieron los colores, sus labios finos se torcieron y descubieron los apretados dientes. Los ojos negros ardieron con rabia.

- Probablemente no he mencionado – su voz tremblaba de enojo y indignación – un indispensable ingrediente del elixir Morsanguis. Se lo añade a la mixtura una noche antes de su acabamiento. Digo de tres gotas de la sangre del más potente enémigo de la victima. – hizo una pausa y miró a su maestro – No existía nadie más poderoso que Lord Voldemort – concluyó con una sombría sonrisa.

El Señor Tenebroso pareció sorprendido.

- ¿Quieres decir que para matar a Dumbledore necesitaste mi sangre? – preguntó con recelo.

Snape asintió brevemente. Voldemort lo miraba pensativo.

- Entonces, después de esta desventura con Potter no tuviste el ingrediente más importante del veneno...- dijo lentamente.

Snape callaba, sentiéndose herido. Voldemort sonrió levemente.

- Te he juzgado mal, Severus – dijo – Perdóname.

Los ojor rojos brillaron raramente. Snape, aunque agitado, pareció un poco sorprendido. El Señor Tenebroso no suele pedir perdon por nada y a nadie.

- Cunado yo era joven, Grindelwald estaba el Mago Negro más poderoso del mundo – dijo Voldemort – Su fama llegó a todas partes. La gente temblaba al sólo sonido de su ahora tembla al sonido de mío – se rió con crueldad – Por desgracia, Grindelwald comitió un error imperdonable – hizo una pausa y miró a Snape – Desdeñó a Dumbledore. Y perdió.

Una mueca desfiguró los labios de Severus.

- Sí – dijo de mal augurio – Y por eso Albus Dumbledore morirá.

Se hizo silencio pleno de tensión. Voldemort lo miraba a Snape con atención.

- Es decir...- comenzó lentamente.

Severus comprendió en un santimén.

- Hoy mismo voy a empezar las preparaciones – declaró resueltamente – Morsanguis será acabado dentro de 340 días.

A la pálida cara de Voldemort salió una demoníaca sonrisa llena del triunfo. Sus ojos se encedieron de los brillos de la maliciosa satisfacción .

- Será una sorpresa desagradable para viejo Albus – rió con burla – Un golpe asestado por el hombre en quien confía. Pero siempre estaba seguro que lo perdería su fe en la gente. Y cuando él muera...

Una ráfaga del viento voló en la sala por la abierta ventana. Las llamas de las velas se reflejaron en los ojos del Lord Tenebroso.

- Nadie te vencerá, Señor – susurró Pettrigrew con una devota estima.

Voldemort le echó una mirda y de repente se ensombreció.

- No, Colagusano – dijo seriamente, frunciendo las cejas – Hay uno más, tan poderoso como Algus Dumbledore. Y mucho más peligroso. Si no se pone de mi parte, será un enémigo muy difícil.

Snape y Malfoy se miraron sorprendidos uno a otro. Pero fue Pettrigew quien hizo una pregunta:

- ¿Quién es, Señor? ¿Quién, excepto tú, puede igualarse con Dumbledore?

Voldemort miraba fijamente en la llama de la candela.

- Hay otro heredero de Salazar Slytherin – dijo en fin.

Se hizo silencio profundo. No habló nadie. Las palabras misteriosas del Lord Tenebroso estaban suspendidas en el aire como un grande signo de interrogación.

De repente chirrió la puerta de hierro. Lo sonó como un disparo. Colagusano dio un brinco de miedo. Snape cogió maquinalmente la varita. En el umbral se paró una figura alta, vestida de un largo abrigo con capucha que le tapaba la cara.

Voldemort pareció avisado de la llegada de un visitante.

- Pues has venido – dijo con satisfacción, riendo misteriosamente – Te esperaba.

La figura encapuchada inclinó la cabeza. El Señor Tenebroso se dirigió a Snape.

- Confio en ti, Severus – dijo significativamente – Y espero los informes de Hogwart. Quiero saber cada paso de Dumbledore...y de Potter – sus ojos rojoso ardieron horriblemente.

- No te engañaré, Señor - contestó Snape.

Voldemort le echó la última mirada y llamó con la mano al enmascarado visitante. Cuando lo pasaba a Snape, la figura misteriosa volvió la cabeza hacía él y de debajo de la capucha brillaron los ojon llenos de odio.

Severus apareció en la orilla de Hogsmead, sacó la escoba de debajo del arbusto y voló hacía Hogwart. Las enormes almenas del castillo se dibujaban vagamente a lo lejos, destacándose del cielo lleno de estrellas. Las tinieblas cubrían el edificio, solo una ventana, en la cima de la torre más alta, estaba alumbrada. El director de Hogwart estaba vigilando.

Snape volía sin ruido entre la noche estival, las ideas inquietas se remolinaban en su cabeza. Comenzó a un juego muy arriesgado y aunque por ahora todo iba según su plan, supo que peligro le amanezería a cada paso. Lo atormentaban también dos preguntas a las que no sabía la respuesta, aunque sospechaba que podrían ser muy importante para él. ¿Quién es un desconocido heredero de Slytherin? Ni siquiera Malfoy supo de él. ¿Y este misterioso hombre enmascado? Snape se estremeció al recordarse su mirda glacial.

- ¿Es posible que lo conozca? – pensó.

Sumergido en pensamientos se acercó al castillo. Torció bruscamente la escoba, picó y por la ventana abierta entró volando a su despacho. Saltó al piso y muvió la varita. Se encendió la candela, que estaba sobre la mesa, y caliente luz amarilla despejó la oscuridad de su lúgubre cámara. Severus se volvió hacía la chimenea y tembló sorprendido. En su sillón preferido estaba sentado Albus Dumbledore. En su rostro cansado se reflejó la expresión de alivio.

- Por fin has vuelto, Severus – dijo, levantándose – Ya estaba inquieto que ha pasado lo peor...Por fortuna has regresado. Y es decir... – apretó la mano en el respaldo del sillón – ¿Has logrado? ¿Te ha creido?

Snape asintió con una sombría sonrisa.

- Sí. Yo mismo he estado sorprendido que todo ha ido tan bien. Naturalmente, le he dicho que voy a espiar para usted.

Dumbledore cabeceó.

- Entonces todo según nuestro plan – dijo – Pero te confeso que estaba seguro que lograrías convencer a Voldemort de tu lealdad.

Miró a Snape por encima de las gafas. Por un breve momento Severus tuvo la impresión que en los ojos azules del viejo mago brilló ironía. Dumbledore suspiró y se sintió en el sillón.

- Presumo que vas a informar a Voldemort regularmente sobre mis acciones – más constató que preguntó.

Snape asintió. Se hizo silencio. El director miraba la llama temblando de la candela. Severus levantó el brazo al medallón negro y apretó la mano sobre la araña de metal. Miró lúgubremente a Dumbledore, vaciló.

- Usted debe oir algo – dijo por fin.

Dumbledore quitó la mirada de la llama y fijó los ojos interrogantes en Severus.

- Me enteró de algo muy interesante – comenzó Snape, caminando lentamente por la cámara - ¿Ha sabido, director, que fuera de Voldemort vive otro heredero de Salazar Slytherin?

Dumbledore pareció sorprendido. Se levantó bruscamente.

- ¿Otro? – preguntó con recelo -¿Quién...?

- Eso sigue quedando una enigma – dijo Snape con suspiro - Pero uno está cierto: quienquiera sea, no se ha puesto todavía del lado del Lord Tenebroso.

Ahora Dumbledore comenzó a pasear nerviosamente por el despacho, tirándose de su larga barba.

- Estudié detalladamente la genealogía de este familia – dijo de prisa – y estuve seguro que la línea de Slytherin terminaba con Tom Riddle. Pero si él dice que hay una otra persona...sea quien sea, pero Voldemort sabe todo sobre el tema - se frotó la frente reflexivamente – Tuve que perder algo...una línea colateral. Y si...- se paró bruscamente y Snape habría jurado que el mago se puso palido.

Por un momento Dumbledore estaba callando, sumergido de pensamientos. En fin se dirgió hacía el Maestro de las Pociones..

- Severus, es una información muy preciada – dijo gravamente – Y tenemos que hacer todo para encontrarnos, en quien pensaba Voldemort. Es MUY IMPORTANTE – añadió acentuando.