los suaves golpecitos de su pico en la ventana, lo hicieron girar...

y sacando el humo de su cigarrillo con un movimiento mágico y suave, acudió hacia el, mientras se abría paso entre los muebles y los tapices multicolores con aires de desahucio...

"...aquí estas de nuevo..." soltó un suspiro y cerro los ojos abriendo la gran ventana "...no se por que retornaste... si sabes que no te voy a responder nada."

el pequeño pokemon lo miro hondo y frió... no se iría de ahí hasta que el le diera una respuesta a su dueña.
así que solo entro volando cuando tuvo la primera oportunidad al abrir hayato la ventana, y se poso rápidamente en lo alto de un librero.

"no importa cuanto tiempo estés aquí..." hablo secamente "...si no conteste aquella nota, fue por que en realidad... no creo en esas cosas..."

sus palabras no parecían inmutar en lo mas mínimo al pequeño pokemon, que se rascaba la cabeza con una de sus patas y volvía a mirarlo con aquellos ojos penetrantes.

el soltó una risita y camino directo hacia la puerta de la estancia

"has lo que quieras... yo tengo oponentes con los cuales luchar y cosas mas importantes por hacer."

y tirando su cigarrillo en el mármol del piso, pisoteándolo con cuidado, abrió la puerta, apago las luces y cerro.
sus pausados pasos se oyeron por todo el corredor.

el crepusculoso cielo se notaba enseguida gargoleando entre los cerritos verde esmeralda, las pequeñas estrellitas comenzaban a tintinear suavemente, anunciando la profunda noche por llegar...

ahí estaba el, recorriendo el bosque con una pesada capucha color negra, cubierta de pequeños rocíos tornasoles...

aun no sabia por que estaba ahí... si hacia unas horas, había jurado jamás hacer esas tonterías...

...tal vez...algo le decía que debía estar ahí... algo que era totalmente incomprensible para el.
así que resignándose ante sus sentimientos de curiosidad de juventud, partió silenciosamente hacia la colina de la ladera azul.
silencioso como el mismo viento... como los pequeños copos que adornaban la escena con sutileza...

-- abrázame... y... muérdeme...--

paro secamente entre la hierva... mientras los copitos alumbraban aun mas la escena, y su aliento se notaba por el frió viento de invierno.

-- mientras yo contemplo tu partida...--

entreabrió la boca y cerro los ojos dejando se llevar por aquel maravilloso canto hechizante..

-- murmúrame y ládrame...--

"...grita hasta que ya no escuche nada..." agrego quedito, mientras corría cada vez mas y mas entre la naturaleza muerta...

acababa de oírlo.
si...era cierto.
...existía.

y si no era así y había sido solo la dulce conjunción del viento con las ramas de los árboles espinosos... había sido algo realmente delicioso...

-- solo ve como me quedo aquí esperando a que no estés... --

y entre los copos, el frió y los jadeos del joven, la canción seguía escuchándose cada vez mas cerca

--en espera de que vuelvas y tal vez vuelvas por mi...--

"en espera de que vuelvas y tal vez vuelvas por mi..." suspiro entre jadeos... ahora estaba corriendo mas desesperadamente que antes, su rostro y manos fríos.
pero extasiado...

sus ojos negros chocaron con aquel castillo señorial con tintes medievales en medio de la nada, paro a unos cuantos pasos de la torre mayor envuelta en una enredadera muerta.
ya no se escucho mas el canto.

"(así que aquí te escondes...)"

y mirando a la pequeña ventana abarrotada con hierros oxidados, supo que por fin había encontrado algo realmente prohibido...

algo inalcanzable...

... lo hacia tan deseable...

fin del cuarto capitulo...

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Tokio Isashi, dedica este escrito a aquella persona que le robo el corazón y todavía... todavía no se da cuenta...

tambiena sumi, a aguz, a manira, a style. las quiero un buen.