UN NUEVO COMIENZO
Todo era silencio en la Mansión Black. Era ya bastante tarde, así que toda la casa dormía. Pero en una de las habitaciones del piso superior, un chico se mantenía despierto. Recogía silenciosamente las pocas pertenencias que necesitaba (apenas su escoba y sus libros) y se disponía a salir de la habitación. Entonces reparó en la foto que había sobre la mesilla de noche. Se acercó para observarla. No recordaba cuándo la había puesto ahí. Era una fotografía estática, de ésas que sacaban los muggles. En ella aparecía él, rodeando con sus brazos a una chica. Ambos sonreían. Probablemente la había sacado Lily el verano anterior. Se sentó sobre la cama y dejó su mente vagar por su memoria...
Ahora lo recordaba. Había sido, efectivamente, el verano anterior, cuando él y Ainara todavía estaban saliendo. James, empeñado en conocer todo sobre el mundo muggle (siempre y cuando fuese de la mano de Lily, por supuesto) los había arrastrado a todos a un cine. Ainara y Miranda, una muggle que estaba loca por Remus (Sirius se preguntó qué habría sido de ella), enseguida corrieron a ver los carteles de las próximas películas por estrenarse.
Mientras James iba a sacar las entradas (le entusiasmaba pagar con dinero muggle), él se había acercado a Ainara, que en ese momento comentaba lo que guapo que era no-se-qué actor muggle que por aquel entonces estaba de moda. Sirius había hecho un ruido, parecido a una tos, para atraer la atención de las chicas. Concretamente de su chica. Se acercó a ella y preguntó.
-¿Quién es ése tan guapo, según tú?
Ella sonrió. A Sirius le encantaba hacerse el ofendido. Para su alegría, la chica entró en el juego.
-Oh, vamos, no me digas que estás celoso. –contestó ella, con tono pícaro. –Sabes que yo sólo tengo ojos para uno. Pero como James está comprometido, me tengo que conformar contigo. –añadió. Y acabó su actuación con un suspiro resignado.
Sirius frunció el entrecejo y se cruzó de brazos, malhumorado. Ella sonrió otra vez. Se acercó seductoramente a él y apoyó sus manos en el pecho de Sirius.
-Estás tan mono cuando te enfadas. –comentó, mirándolo a los ojos mientras con su mano izquierda jugueteaba con uno de los botones de su camisa.
Sirius la había agarrado por la cintura, acercándola todavía más a él, para a continuación besarla apasionadamente.
Seguramente, Lily había sacado la foto en algún momento después de esto. Suspiró. Las cosas entre Ainara y él no habían salido como esperaban.
Se levantó de la cama, recogió el baúl donde había dejado sus cosas y dejó la foto otra vez sobre la mesilla. Pertenecía a su pasado. Y eso era precisamente lo que intentaba dejar atrás. No tenía sentido llevársela.
Abrió la puerta silenciosamente, bajó las escaleras haciendo el menor ruido posible y abandonó el n° 12 de Grimmauld Place, prometiéndose a sí mismo que nunca volvería a entrar.
Bueno, esto es sólo una pequeña historia que se me ocurrió esta tarde porque me aburría mucho. Aún así, espero que os haya gustado. Y dejad review, please, que tampoco cuesta tanto.
