Hi again!... pues ya me conocen, me gusta hacer mil locuras XD.

Después del gran éxito que tuvo "Es cruel el amor" y "FORGET", decidí hacer este pequeño "epilogo" n.n, como regalo para todos los que me leyeron y les encantó este fic, así como para las lindas girls que se empeñan en decir que son mis fans nllln, mil gracias y espero que disfruten de este pequeño regalo ;)

Capitulo 14 - EPILOGO: (Contiene lemon)

Fin de la oscuridad

En un último intento por hacer algo para ayudar a su diosa, en la guerra santa contra Hades; los caballeros dorados juntaron sus cosmos a través de sus armaduras para lograr con ello concentrar todo su poder en la flecha de Aioros, y romper el muro que le impedía a Seiya cumplir con la misión que les había sido encomendada.

Después de solo ver eso, todo se hizo una completa oscuridad.

… … … … …

Una luz blanca muy brillante, fue lo que hizo que sus ojos se abrieran lentamente; casi con pereza después de haber permanecido cerrados tanto tiempo. Su cuerpo que estuvo inerte, recostado en un ataúd… sin vida; por fin podía moverse para permitirle levantarse, y su corazón que durmió por ese largo tiempo, volvía latir con la misma intensidad con la que lo hacia cuando se encontraba agitado a causa de la nueva impresión que le daba estar de nuevo con vida.

Pero no era el único contestando por el simple hecho de poder mirar mover su mano una vez más; también los otros trece caballeros que permanecían aún en el suelo, incorporándose uno por uno, mirándose cada parte de sí mismo para comprobar que lo que estaban viendo no era un espejismo o un simple sueño… o alguna trampa para hacerlos sufrir como castigo por revelarse contra los dioses.

Un nuevo resplandor dorado fue lo que llamó su atención de nuevo, dando paso a la diosa Athena vestida con su armadura. Al verla ahí parada, en la parte central de la habitación; los dorados se postraron de rodillas, casi por puro impulso, sin aún comprender el motivo por el cual estuvieran ahí

-"Fieles caballeros de la orden de Athena, los más altos en su rango."- Comenzó a oírse su voz sin que ella moviera los labios un poco, salvo para dirigirles una de sus tiernas sonrisas –"Es mi más profundo y mayor deseo, que vuelvan a la vida para ocupar los puestos que antes tenían como mis santos dorados; pero ahora podrán vivir como personas normales en el santuario, sin más guerras… vivan en paz, hasta que llegue el momento de otra guerra santa y que alguien más ocupe su lugar"

Los dorados apenas si podían creer esas palabras, era como estar soñando. La diosa desapareció mientras ellos se levantaban aún con la sorpresa en sus rostros, sonriéndose unos a otros y abrazándose mutuamente después de no haberse visto por tanto tiempo, alegrándose enormemente por tener de nuevo a Shion y a Aioros –de 18 y 14 años respectivamente-, de nuevo con ellos.

El escorpión Milo, no cabía en sí mismo de la felicidad que ahora lo embriagaba, al ver de nuevo a sus amigos, de poderlos abrazar y reír con ellos en una nueva era de paz; pero a quien más quería ver era a su Camus.

Y sin embargo, el santo de acuario no estaba de seguro de lo sentía por él, cuando se encontraron, incluso al momento de mirar ese brillo en sus ojos, no supo si lo sentía en su pecho era amor o simplemente deseos de matarlo a golpes… simplemente no lo entendía, no quería sentirse así; pero tampoco estar separado de él…

Así que su amor por Milo, pudo más en esos momentos, que cualquier otra cosa hasta entonces.

… … … … …

Habían pasado tan solo dos días desde la última vez que lo vio, y él estaba escondido en su templo, indispuesto para todo el que quisiera hablar con él… sobre todo para Milo.

Recordaba el último día de su vida antes de ser un traidor, sus últimas horas en la casa de Escorpio, dejando su esencia y la última de sus caricias en el custodio de dicho templo, Milo el escorpión.

¿Qué había pasado exactamente? Simple y sencillamente lo que tenía que pasar: su despedida; pero Camus aún no le perdonaba, y estaba casi –si no es que completamente- seguro, de que lo había hecho por venganza.

¿Venganza? Si, tal vez esa era la palabra, el desquite de alguna u otra forma ¿Y que mejor manera que esa? Diciéndole a él que iba a morir para luego entregarle la última tarde de su vida…

Y ahora Camus sentía asco de sí mismo, de no saber si en realidad amaba a Milo, o solo lo odiaba demasiado para destruirlo, para pisotearlo como al bicho que era y romper su corazón en mil pedazos

Sin embargo estaba otro sentimiento: la culpa, porque Camus no quería hacerle daño, pese a aquellas horribles palabras dichas con tal burla, esas caricias que solo fingían amor para poder tener solo un rato de diversión con él, y la manera tan ruin en que lo humilló negándole el amor que jamás había obtenido de ningún ser humano más que de él…

Con un fuerte sollozo cayó de rodillas al suelo, aún lado de su cama; sintiendo como su corazón le pedía a gritos que dejara de sentir eso, porque la angustia, el dolor y la desesperanza que estaba almacenando en sí, se convertía en demencia y odio a cada paso que a su mente asaltaban recuerdos como ese…

Pero él no quería sentirlo, se negaba a hacerlo apretando los puños a los costados de su cabeza; deseando que esos malditos fantasmas lo abandonaran de una vez por todas antes de que terminara suicidándose o volviéndose loco

Y a pesar de toda esa soledad que hasta entonces sentía, algo lo tocó… un cosmos cálido, lleno de paz y confort, que lo hizo incorporarse para distinguir de quien era esa presencia que llegaba hasta él.

-"Shaka"- Susurró secándose las lágrimas con el dorso de la mano, despegando sus labios solo unos cuantos milímetros para dejar a la vista su blanca dentadura, en un gesto que denotaba claramente lo sorprendido y quizá desconcertado que se encontraba, por sentir la presencia del rubio de Virgo recorriendo cada parte de las células de su cuerpo

Así que sin importarle nada más, corrió hacia la entrada de su templo para salir escaleras abajo y llegar a donde se encontraba su antiguo amigo; sin importarle quien estaba a su paso o quien lo mirara como si de pronto se hubiera vuelto loco.

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Shaka simplemente se encontraba en meditación, preocupado –muy a su pesar-, porque en todos esos días no había visto al santo de acuario. El rubio sabia que las cosas no serían muy fáciles para él, más no se imaginó que todo estaría tan perdido, cuando sintió el cosmos de Camus tan dolido… tan… casi tan lleno de odio, y su aura era negra, no como siempre solía verla de niño.

Y su aspecto preocupado aumentó más, cuando pudo verlo por fin a la cara, notando lo pálido y ojeroso que estaba, solo siendo una vil copia del antiguo Camus. Virgo tuvo que calmarse, sin dejar un solo instante de soltar esa cálida presencia, para poder ayudar a acuario y hacerlo sentir ¿Protegido? Bueno, algo tenía que idear para que su antiguo amigo pudiera volver a ser el mismo, tenía que… Si pudo salvarle la vida a Aioria (NA: ver FORGET, capitulo 8 -2-, ahí esta ese pedazo), podía hacer lo mismo con él

-"No puedes esconderte toda la vida"- Le dijo despacio, con la voz más calmada con la que pudiera hablarle a alguien; caminando solo algunos pasos hacia él. Acuario solo se limitaba a respirar, llevándose una mano al pecho y la otra a la cabeza para calmar los dolores que en esos momentos tenía.

-"Al menos debo intentarlo"- Respondió irguiendo la espalda para poder tomar un poco más de aire, después de haber corrido tanto

-"Camus… yo siempre estaré contigo, te lo dije esa vez…"- Detuvo su paso al ver el semblante notablemente contrariado de su compañero

-"NO QUIERO… recordar el pasado…"- Se llevó ambas manos a la cara. Shaka tuvo miedo, lo estaba perdiendo y lo sabía; pero de su cuenta corría el que Camus no se lanzara en el abismo de la desesperanza mientras estuviera vivo

-"No lo harás si no lo deseas"- Dijo con cuidado, sintiendo un nudo en su garganta que le impedía casi hablar –"Pero debes olvidar tu dolor… tienes que hacerlo…"- Recargó ambas manos en los hombros de acuario, al tiempo que este tragaba aire para calmarse

-"¿Por qué?"- Preguntó con calma, sintiendo aquella horrible sensación en los ojos… ese cosquilleo por comenzar a llorar. Los labios del rubio involuntariamente se movieron para formar una débil pero cálida sonrisa

-"Porque tienes que ser feliz, debes serlo"- La cabeza de Camus se movió varias para negar las palabras que el ángel de Virgo había dicho

-"Nosotros nunca…"

-"Claro que si Camus"- Interrumpió Shaka para tratar darle algunos ánimos a su amigo –"La diosa nos dio una nueva…"

-"Solo me dio dolor, YO NO le pedí vivir"- Dijo Acuario con agresividad y enojo, aventando hacia atrás al rubio de Virgo. Shaka se asustó un poco al saber pérdida aquella situación

-"Deja de decir esas cosas…"- Musitó

-"Son la pura verdad"- La mirada fría y llena de odio que Camus le dedicó en esos momentos, hizo que retrocediera algunos pasos

-"Estas tan lleno de odio…"- Su pierna derecha se cansó de retroceder y se clavo en el mismo lugar donde estaba, para mirar fijamente al santo de acuario

-"SI lo estoy… ¿Y?"

-"Camus, olvida el dolor… recuerda lo bueno, aquello que no deseas perder para siempre"

-"Yo solo quiero el olvido, eso es todo lo que deseo"- Respondió con frialdad, sintiéndose como su corazón se estrujaba dentro de su pecho. Shaka vio en sus ojos aquella incertidumbre que sus propias palabras había dejado en él y le sonrió con ternura

-"Nadie mejor que tú, sabe que es mentira"- Camus estuvo a punto de replicar, cuando el rubio le tomo una mano –"Yo te mostraré que pese a todo el daño que Milo te hizo, aún queda un poco de amor en ti hacia él… y que hay cosas por las que aún valdría la pena vivir, incluso sufrir…"

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Era la quinta vez que lo buscaba en su templo, y sinceramente Milo no entendía el hecho de que Camus no se encontrara ahí. No oía su voz, ni sentía su presencia… tampoco estaba en su cuarto ni en alguno de los sitios que solía frecuentar… nada. Ahora Escorpio se preguntaba el motivo del silencio de su amigo, su amor o lo que fuera, porque no sabía lo que eran ni la relación que mantendrían de ahora en adelante.

Con un último suspiro de resignación que salió de sus labios, decidió dejar el paradero de Camus, desconocido por un día más para él.

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El santo de acuario no entendía el motivo por el cual debía obedecerlo, solo que su amistad y el cariño que Shaka le profesaba era tanto, que no podía menos que ignorar esa simple orden: la de acostarse en su cama aquella tarde y cerrar los ojos.

Si Shaka se había vuelto loco al ordenarle semejante cosa, no lo sabía. Así que obedeciendo la simple orden, se recostó y cerró los ojos… tratando de no pensar en tanto, logrando al menos traer a su mente el recuerdo de su querido escorpión sin que él lo buscara por cuenta propia… recordando la primera vez que estuvieron juntos…

Flash Back (NA: Ver capitulo cuatro)

-"Lo sé, si hay una persona en el mundo que jamás va a fallarme… ese eres tú…"- Aquella noche Camus estaba dispuesto a entregarse completamente a Milo, sin importarle lo que su maestro hubiera dicho sobre los escorpiones, él simplemente lo amaba y lo demás no importaba en ningún aspecto.

Tomó con ambas manos sus hombros y se acercó para dejar en sus labios un beso, moviendo ambos labios para tomar posesión de los de Escorpio a tal grado de reclamarlos como suyos e incitarlo para que supiera que él era dueño de su corazón… y no solo eso, si no que también deseaba que lo fuera de su cuerpo. Milo tardó un poco responder a las provocaciones de Camus, hasta que pudo profundizar el beso y rodear su cuerpo con aquellos brazos que trasformaron lo casual de un simple abrazo, en un rito de pasión

Porque los besos y caricias del escorpión demostraban el amor que le tenía al caballero de los hielos, y porque esa simple noche se demostraron que pese a todos esos años de separación y soledad donde mutuamente se extrañaron, siempre estuvo entre ellos el cariño que ambos sentían desde niños

Milo llevó a Camus hacia la cama, lo tendió boca arriba y con un suspiro que escapó de sus labios, se acomodó arriba de acuario, listo para besar su pecho con algo más que la calma deteniéndose unos instantes al sentir una duda en su pecho.

El corazón de acuario latió con basta rapidez, haciendo que todo su cuerpo se llenara de un calor insoportable y que la vida faltara si se encontraba separado de los labios de su amado bicho; pero se sentía también desconcertado al notar la mirada que Milo le dedicaba, era como si dudara acariciando su rostro con el dorso de palma, perdiéndose mutuamente en los ojos del otro, en la misma falta de aire que su pecho demostraba al sumirse con ritmo incierto, y dejando que en sus labios se marcara una sonrisa para delatar que sus sentimientos eran acertados y que Camus no tenía ningún tipo de miedo porque lo amaba

Milo seguía repasando con sus zafiros, aquél bello semblante del caballero de acuario; desde sus labios un tanto hinchados por los besos recién recibidos, hasta su perfilada nariz y deteniéndose en sus ojos azul océano

Camus no soportaba el que su amado escorpión dudara, por el simple hecho de que en el pasado hubiera dudado a causa de los malos consejos de Armiés; así que enredó una vez más los brazos alrededor del cuello de Milo, y lo atrajo hacia sí para besarlo de nuevo, incitando y excitando al escorpión para pedirle más de él… logrando con ello que al fin reaccionara para hacerlo completamente suyo.

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Ninguno supo del momento en que el calor y la temperatura de ambos cuerpos subieron, al grado tal que se desnudaron completa y mutuamente para hacer sentir más las caricias de uno como de otro.

El escorpión recorría con sus labios la piel sudada de acuario, escuchando cada jadeo que de sus labios salían y que lo excitaba cada vez más. Camus se limitaba a tratar de respirar entrecortadamente, mirando a Milo desde arriba, besar cada parte de cuerpo… buscar sus labios una vez más para quitarle de nuevo el aire… besar con ferocidad su cuello… su barbilla… el pecho… bajar con más calma hasta dejar sonrosada la pequeña parte por donde sus labios pasaban… deslizar con cuidado su lengua por el contorno de los rosas pezones de Camus hasta hacerlo gemir una vez más mientras su miembro se endurecido… eso Milo lo podía sentir con la mano que se había deslizado hasta el, tocándolo… casi masturbarlo para darle algo más que simples besos.

Acuario tan inexperto en esos asuntos, simplemente abrió las piernas un poco, mordió su labio para no gemir una vez más; pero Milo se encargó de lo contrario, cuando su mano acarició cada testículo produciendo que de la garganta de Camus saliera un sonido placentero que lo hizo excitarse aún más… hasta perder el control…

Tomó las caderas de acuario con ambas manos y lo atrajo más hacia sí, enredando las piernas de su antiguo amigo alrededor de su cintura, al tiempo que él permanecía de rodillas y se acomodaba de tal manera que su espalda quedara completamente en el colchón y sus piernas extendidas, para que Camus pudiera sentarse sobre su pene.

Con una mirada y algunas palabras, entendieron lo que mutuamente querían; así que mientras el francés tomaba una mejor posición y con su mano introducía el miembro de Milo en su interior, este jadeaba a causa de la sensación cosquilleante que le producía semejante placer. Camus se mordió el labio por el dolor que le vino al sentir aquella punta cadente dentro de sí; pero por más que trató de no emitir sonido alguno, su garganta lo traicionó y un gemido salió de sus labios

Y mientras las sensaciones y reacciones se hacían presentes en ese ritual de amor, cada uno daba lo mejor de sí porque había amor y entrega en cada una de las acciones: Cuando Camus se adueño completamente del miembro de Milo dentro de sí y controlo algunos movimientos, o cuando el escorpión empujaba sus caderas hacia delante para darse placer, procurando no lastimar a acuario pero aumentando la velocidad a ratos mientras ambos gemían con más fuerzas… sintiendo como al frenar, el francés se movía de arriba para abajo en busca de más… culminando el momento con un movimiento aún mayor hacia adentro y afuera en un ángulo más cómodo… dejando la esencia de Escorpio dentro de acuario escurrir por una de sus piernas y manchar las sábanas…

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Habían sido uno solo. Ahora Camus era completamente de Milo, ya no simplemente su corazón, si no también su cuerpo y alma.

Aquella noche el escorpión rodeaba con sus brazos protectores al custodio del onceavo templo, contemplando cada facción de aquél rostro que denotaba serenidad y felicidad con una mínima sonrisa… arrancándole a sus propios labios una aún mayor…

Sonreía porque recordaba su primer beso… el cual no fue a la salida de su templo en un arrebato por conquistarlo, no… ese no fue su primer beso… fue en el templo de Aioros, una noche que el maestro de Camus no estaba y ambos se escaparon a Sagitario donde sabían que el guardián tampoco se encontraría… Y Milo sintió esa sensación en el estomago que justo ahora sentía… aquella que llegó sin previo aviso mientras le veía dormir, después de beber completamente el vino de Ernanton… Esa noche se sintió muy atraído a su rostro, como si un imán lo jalara sin poder resistirse; y tal como entonces, no pudo resistirse a dejar un nuevo beso en sus labios… siendo correspondido como esa noche, por Camus, aunque la única excepción fue que el beso era menos inexperto y más apasionado, siendo tanto el fervor con el que se besaron… que una vez más terminaron juntos…

Fin del flash Back

Shaka podía aún verlo con los ojos cerrados, abriéndolos lentamente para mirarlo a la cara, tocándose los labios con las yemas de los dedos como si "alguien" lo hubiera besado

-"¿Recuerdas esa sensación?"- Camus asintió con las mejillas encendidas –"No querrás olvidar el significado de un simple beso ¿O si?"- Acuario suspiró y aparto sus ojos de los de Shaka

-"No"- Dijo en un suspiro

-"¿Y qué vas a hacer al respecto con Milo?"

-"Lo amo más que a mi propia vida; pero no puedo estar a su lado…"- Acuario seguía negándose a mirarlo

-"Todo a su tiempo Camus, lo importante ahora es aprender a vivir y luego podrás perdonarlo para que estén juntos"- Las palabras de Shaka hicieron que el rostro de acuario se iluminara de repente y que le mirara de nuevo

-"¿Tú puedes ayudarme?"

-"Solo si tú quieres"- El santo de acuario asintió con la cabeza mientras sonreía levemente, completamente esperanzado de poder estar una vez más con Milo… tal como en ese bello recuerdo

… … … … …

Ahora que sabia donde se encontraba Camus todas las tardes y con quien –por boca de un chismoso Shura que sin querer metió la pata-, no estaba muy seguro de sentirse feliz por al fin poder saber algo de él, o sentirse miserable por saber que Camus y Shaka seguían frecuentándose tanto como antes… cuando eran niños y aparecía esa inexplicable punzada en su estomago…

Simplemente al sentarse a las afueras del templo del escorpión y suspirar un tanto desesperado, demostraba que no deseaba otra cosa que ver de nuevo a Camus antes de perder la cordura por no saber nada él…

Se preguntaba si su antiguo amigo lo había perdonado…

Y de no ser así… al menos esperaba aún ocupar ese lugar especial en su corazón hasta el nuevo final de sus días… donde no esperaba morir como la última vez…

Continúa en Forget

… o ... o …

Solo fue un pequeño espacio para resolver algunas preguntas que surgieron con respecto a la secuela; pero si necesitan más material veo que organizo y la hago ;)

Nos leemos en la secuela Forget, y esperen próximamente la primera parte de este fic que aún no tiene name seguro pero los candidatos son "Wherever You go" y Everytime, pueden votar por un titulo…

Kisses!

Aquarius No Kari