M1

El tiempo pasaba muy lento, el cigarrillo se me había agotado minutos atrás, Meryl se ha tardado y me preocupaba el hecho de que no pudiera abrir la puerta, si no podía llegar al laboratorio de Hal, entonces habría muchos problemas, por un segundo quise llamarla, preguntar como iban las cosas, pero no pretendía adelantarme, seguro lo lograría.

Como no tenia mucho que hacer, solo me hundí más en la pared y encendí otro cigarrillo, a este paso, se me agotarían muy pronto.

En el instante mismo que encendió la punta del cigarrillo dejaba ver el extremo del mismo de color rojo candente de como se quemaba el tabaco, y fue entonces que una llamada entro al CODEC.

-Snake, no he logrado, abrir la puerta de acceso de tanques. Parece que necesito acceder desde otro panel de control-

-Esto toma mucho tiempo Meryl necesito ir al almacén de cabezas nucleares y encontrar a Hemmerich-

-Lo sé, pero este panel no me permite abrir, quizás tenga que usar otro, pero descuida, una vez que lo abra podrás salir solo ten cuidado, descubrí que el pasillo esta lleno con censores láser, si alguien es detectado, la alarma se activa y las puertas se cierran liberando gas en el interior-

-Censores láser? Gas? Me las arreglare con eso, gracias Meryl- Mire el humo de mi cigarrillo elevarse.

-Muy bien, después de abra las puertas y que pases el campo helado y llegues al almacén solo baja al segundo piso, nos encontraremos allá-

-Espera! Dijiste que serias una buena niña y te quedarías ahí!-

-Cambie de opinión-

-Escucha! No tomes esto a la ligera, si te vuelves descuidada es cuando las cosas se empiezan a poner feas-

-Lo siento, pero es la única forma en la que puedo saber si estoy hecha para esto, ya no puedo echarme para atrás-

-Lo único que conseguirás es que te maten!-

-Ya tome mi decisión, te veré allá- No pude decir nada más, ella cerro la comunicación. Desde mi posición no podía hacer nada más que esperar, me sentía furioso de que Meryl tomara esa decisión, pero por el momento nada podía hacer. Y si pensaba reclamárselo primero tendría que encontrarla, ya se me había escapado una vez.

Solo un par de minutos después, a un lado del almacén, se oía una enorme puerta metálica y pesada moverse muy lentamente. Parece que no le tomo mucho, ahora, si quería ponerla en su lugar, debía apresurarme antes de que alguien más lo hiciera.

Al llegar a la puerta del almacén esta se abrió, la rampa de acceso del hangar de tanques ya se encontraba abierta solo hasta la mitad, con el cigarrillo en la boca, corrí hasta ese pasillo de acceso que era mas corto de lo que había imaginado.

Con una bocanada de humo, el primer láser se hizo visible, a pesar de llevar los lentes de visión térmica, nunca me gusto confiarme, no hay nada como hacer las cosas al estilo de la vieja escuela.

Después de pasar sin mayor problema por los 7 láseres del lugar, la puerta que conducía al campo helado se interpuso en mi camino, por suerte, la seguridad Lvl. 2 de la puerta ya no era problema.

La enorme puerta reacciono y con increíble lentitud empezó a abrir, cuando la altura de la puerta me alcanzo el rostro, como en el mismo momento en que subí por aquel elevador en la planta de tratamiento, de nuevo sentí ese aire gélido digno de las corrientes de Alaska.

Sintiendo un ligero dolor en la garganta y por todo el frió que hacia, deje caer el cigarrillo y lo aplaste bajo mi bota, los láser quedaron atrás, así que fumar mas ya no me haría bien en estos momentos. Jamás pensé que diría eso algún día.

Al alzar la mirada, un inmenso campo blanco se extendía a todo lo largo hasta que terminaba de súbito y abruptamente a los pies de una estructura metálica de lo que parecía ser el almacén de cabezas nucleares.

Este campo de nieve, blanca y pura era adornado por diminutos copos de nieve que volaban por todo el lugar, en realidad era una imagen hipnotizante, es una lastima que lo apreciara en este momento y no cuando vivía en los campos del Twin Lakes.

Mientras miraba el paisaje y me encontraba a la intemperie, como un turista, di un par de pasos totalmente descuidado y sin preocuparme de nada, el sonido del CODEC me hizo regresar en mí y detenerme, alguien me estaba llamando.

-Snake, ten cuidado... Es una trampa!- La voz era extraña, la voz de un hombre, un poco de estática le daba incluso aun mas anonimato.

-Quien eres tu! No usas transmisión satelital Estas cerca!- Quería hacerlo hablar, una cosa era segura; no era Meryl y por la estática, sabia que debía estar muy cerca, al menos, dentro de la base.

-Solo llámame, Deepthroat-

-Deepthroat? El informante del escándalo de Wathergate?-

-Eso no es importante, escucha... Hay un tanque allá atrás listo para emboscarte- Al escucharlo, inconscientemente mire en el suelo las huellas inconfundibles que dejan los tanques y recordé que en el hangar no había notado que faltaba uno. Como es que fui tan idiota de no notarlo o mucho menos las huellas en la nieve? Había caído en una trampa, aun así, me tenia mas intrigado quien era este "informante"

-Dime quien eres!-

-Uno de tus fans- Fue todo, después de eso, no lo escuche más.

Como si alguien nos hubiese escuchado, de detrás de una colina algo baja, el cañón alargado y cilíndrico de un tanque verde salio a la luz, haciendo ruidos chillones por la ingeniería metálica de las orugas pisando contundentemente la nieve debajo de el, mas rápido de lo que recordaba que cualquier tanque que haya visto antes, sin darme cuenta, estaba por lo menos a 100 metros de distancia completamente frente a mi, solo unas formaciones rocosas a mi izquierda era lo único que podía reconocer como refugio, y un refugio a medias, con un cañón de esa envergadura, dudo que las rocas resistieran el embate, aun así, era mi única posibilidad.

Aun cuando lo primero que quise fue arrojarme al pie de esas rocas para ocultarme, sabia que cualquier movimiento en falso me iba a costar caro, así que opte mejor por quedarme quieto, si me hubieran querido muerto, ya desde hacia tiempo me hubieran disparado.

Inmóvil, con el frió gélido de Alaska partiéndome el rostro, por instinto, mi mano se coloco justo en la funda de la Socom, que estupidez! Que haría con una calibre .45 contra un vehículo blindado?

Al tiempo que endurecía la quijada por el maldito problema en que me había metido, a lo lejos, a la distancia, la escotilla del tanque se abrió y una sombra algo oscura y muy difícil de distinguir emergió de adentro y acto seguido, una voz potente; sonora, rompió el frágil equilibrio del silencio en el campo helado.

-Este es mi territorio. Los de tu especie no pertenecen a Alaska... No puedes pasar!- Se escuchaba muy seguro de lo que decía, bueno, cualquiera con un blindado como ese podía darse ese lujo, solo me hubiese gustado atrapar a ese idiota sin el tanque.

-Envíenle una advertencia...- Advertencia? Después de que el tipo de arriba dijo eso, el cañón del tanque que había estado inerte se movió y apunto hacia mí, creo que me imaginaba de qué clase de "advertencia" estaban hablando.

La única oportunidad que tenía era esconderme tras esa pequeña formación de piedras, pero estaba un poco lejos. Pero lo único que tenia en mente en esos momentos, era no terminar muerto, ni siquiera ante un tanque, así que, girando el cuerpo por completo planee correr lo mas rápido posible hacia las rocas, lo cual no fue tan difícil ya que, de pronto, un estallido se escucho de repente, habían disparado el cañón y el impacto se habría dado a mis espaldas a unos cuantos metros.

La explosión me arrojo por los aires, antes de caer al suelo a causa de eso, apoye la mano derecha contra piso helado y cubierto de nieve y me impulse a mi mismo de vuelta dando un giro completo quedando de nueva cuenta frente al tanque, pero aun así el impulso había sido demasiado fuerte, al hacer contacto de nuevo en tierra, mi mano y mi rodilla chocaron ligeramente contra el suelo, deslizándome fácilmente por la nieve un par de metros atrás, derrapando un poco.

Los tímpanos me estallaban, el sonido de la explosión me aturdió, solo sentía palpitaciones y un olor apestoso a pólvora chamuscada realmente penetrante, sin embargo, me consideraba afortunado.

A pesar de todo eso, este era el momento perfecto, no podía desaprovecharlo, ese movimiento, me había acercado lo suficiente a ese semi-refugio en las rocas, así que aun de rodillas, me impulse lo mas fuerte que me dieron las piernas de esa forma, rodé por el suelo alcanzando a ocultarme, por el momento estaba a salvo aunque no sabia que hacer.

-HAHAHAHA! Así es! Tú perteneces al suelo, arrástrate como el animal que eres! Vamos, a pelear!- Este tipo quería jugar rudo, ya me había fastidiado y no podía seguir perdiendo mi maldito tiempo estando solo a la expectativa y esperando a que alguien venga y me atrape con un maldito tanque, con ambas manos tome una granada Shaft y una Stun en cada mano, en realidad no se trataba de ningún tanque Sherman N.G. ya lo había reconocido, un MI tenia aun 4 granadas de fragmentación que no había usado, sabia a la perfección lo que tenia que hacer, no es la primera vez que pasaba por esto así que o lo hacia o moriría en el intento.

Estaba atento al tanque, no podía verlo, pero sin duda alguna no se había movido de su posición actual, no lo escuche moverse. Solo tenía una oportunidad, de lo contrario, estaría frito.

Retire las argollas y la manija de seguridad de ambas, dos segundos después las arroje tan lejos como era posible y apenas tres segundos mas, ambas granadas estallaron casi al mismo tiempo, sabiendo que no tendría una segunda oportunidad eche a correr con todo el poder que poseía en mis piernas.

Al mirar la distancia a la que se encontraba el blindado, me pareció que estaba aun mas lejos que antes, al menos a unos 100 metros de distancia, el efecto de las granadas suele durar de 10 a 15 segundos, ese era el tiempo promedio que tenia para alcanzar el tanque, no sabia si lograría hacerlo.

Pocos segundos después, no estoy seguro de cuantos, la escotilla se abrió y alguien salio directo a la torreta apenas cruzaba la mitad del camino, quizás no podría lograrlo.

Aun así, sin perder la calma mis piernas siguieron en movimiento, tome la Socom con la mano y la alce apuntando a ese soldado que había salido; no podía fallar, y no lo hice. De un solo tiro en el pecho, el terrorista cayo como plomo dejando la escotilla abierta, tal y como lo había planeado.

En esos momentos, estaba terminando de completar el largo recorrido desde aquellas rocas que quizás me salvaron la vida.

Sin pensar en absolutamente nada mas que el blindado, continué corriendo y usando la velocidad que llevaba a mi favor, al estar justo frente al tanque, pise en la oruga de tracción del mismo vehículo y salte sobre el, en medio del aire, quite las argollas de dos de las granadas de fragmentación y lo siguiente fue arrojarlas dentro del tanque.

Al cruzar todo el tanque por la parte superior, al tocar suelo, gire sobre mi mismo, cubriéndome de nieve por completo y; al detenerme, las granadas explotaron. A mis espaldas yacía el tanque, ya no había nada mas que ver, ahora, la puerta que conducía al almacén se encontraba justo en frente.