Les recuerdo que los personajes son de J.K.R., excepto los que no conocen y que suelo compartir con mi hermana.
Severus Snape estaba trabajando ahora como espía para Dumbledore. Por lo que sabía Anne Frank se había estado ocultando en el país todo ese tiempo. Aquel día su hija cumplía 1 año de edad. Un año. Desde el día en que nació Snape sólo la había visto pocas veces. Diez sería un número grande de veces, pero sabía que tenía que verla ese día. Después de todo era su hija y por ella y Sean el había traicionado a su ex-Señor. Su confianza ahora estaba del lado de Dumbledore.
Aunque a él no le hubiese gustado admitirlo, le gustaba ver a su hija. Pero las condiciones impuestas por Anne habían reducido su posible número. Él nunca había ido a la casa donde estaban exactamente sino que las veía en una plaza de un pueblo cercano al que ellas vivían.
Por otra parte había hecho un gran descubrimiento. Un día mientras visitaba a su hijo Sean en Grecia descuidó su varita. El niño curioso, tomó la varita y la agitó. Rompió un jarrón pero a Severus no le importó. ¡Su hijo era un brujo! Nada lo hacia más feliz en el mundo. El pequeño Sean con tan solo tres añitos ya podía hacer las pequeñas muestras de magia que los niños brujitos solían hacer. Obviamente Severus le insistió a Juno, que por cierto todavía estaba súper enojada, que debía comprarle cosas para brujos y no para vampiros. Era obvio que algún día sus poderes de vampiro aparecerían, pero mientras, Severus encontraría la forma de que eso no la afectara mucho.
Richard extrañaba mucho a su padre. Era cierto que muchas veces ni lo veía, pero el que ni siquiera fuera a la casa lo afectaba. Se habían mudado. Todo esto para un niño de tres años es muy fuerte. Simplemente no entendía el por qué. El cambio de ambiente había sido algo drástico. Se habían mudado de Inglaterra a Japón. Rebeca quería estar lo más lejos posible de Remus como pudiera. Aunque el trabajo de Remus no era la única razón para divorciarse. Rebeca sabía que ella tenia un carácter muy fuerte y exigente y Remus era tan… ni siquiera podía describirse. Ella estaba preocupada por su pequeño. Tal vez debería dejar a que Remus lo viera de vez en cuando, "Pero ese tonto ni siquiera lo busca" pensó amargamente Rebeca. Salió al patio donde debería estar jugado su hijo.
Se llevó un gran susto al ver que Richard no estaba en el patio. No, en cambio había un lindo cachorro de… lobo. ¡LOBO! ¿Qué demonios? Rebeca estaba muy segura de haber "vacunado" a Richard cuando era un recién nacido para que no fuera licántropo, y no lo era. ¿De donde rayos provenía ese lobo?
Ella estaba viéndolo fijamente mientras el cachorro jugaba con una planta. Luego este se dirigió a ella y para sorpresa de Rebeca se transformó en su hijo. Rebeca se desmayó. Si algo podía ser peor que ser licano era que fuera un animago que se transformaba en lobo.
Era alrededor del mes de mayo. Hacia un buen tiempo y Severus se encontraba en la plaza esperando a Anne y a su hija. Era de noche. Ella lo había llamado de urgencia y no le había explicado bien todo. Solo esperaba que la niña no estuviera enferma.
- Ya era hora de que llegaras - dijo Severus entre enojado y angustiado, más de lo primero claro – ¿Le pasa algo a la niña?
- No, no le pasa nada – dijo Anne calmadamente cuando lo alcanzó. Llevaba un bulto en un brazo y a la niña durmiendo en el otro.
- Entonces ¿Para qué me llamas?
- Escúchame bien y no me interrumpas. Tengo que viajar por motivos de negocios – Snape hizo un mueca pero reprimió lo que iba a decir – y no me mires así que ya he estado recluida por mucho tiempo
- Un año
- Un año y un mes. No me he marchado porque he estado escribiendo un libro. En fin te venía a entregar a Emely
- ¿Qué dijiste? – Severus Snape puso una cara de asombro y pesar
- Si, te la entrego, pero solo será por entre unos 15 días o un mes
- ¿Qué? – exclamo Severus en tono inusualmente alto en él
- Nada de qué. Tú eres su único familiar fuera de mí y de ese medio hermano, lo que sea. Necesito que te quedes con ella.
- ¿Por qué no la llevas contigo?
- Voy a sacarla de manera muggle y todavía no me salen los papeles
- ¿Muggle?
- Mira Severus – dijo Anne ya media irritada – las cosas no están bien en este lugar. Si ganara la guerra el tal Voldemort (Severus dio un respingo) las cosas no estarán bien. Me voy del país y Emely va a venir conmigo, pero antes tengo que buscar un lugar y unos contactos. No puedo llevarla, es todo.
- Si me quedo con ella, ¿Cómo podré saber cuando vienes a buscarla? ó ¿Cómo te comunicare si le pasa algo?
- Tú la puedes atender, para eso sabes de pociones. Toma esto es un contacto de una vía, o sea, yo me comunicaré contigo. Si surge una emergencia con Emely se activará solo para que me contactes – Anne le entregó algo parecido a una esfera pequeña
Severus todavía no estaba convencido. Era cierto que por esos días el Señor Oscuro estaba buscando a los Potter para matar al niño y así asegurarse la victoria. Por esa razón los ataques eran más a seguido y si le encomendaban una misión dejaría a Emely sola en la casa. Se le ocurrido una idea.
- ¿Por qué no la dejas con ese… su madrina? – dijo
- Pues porque Gabriel se fue a dormir por 25 años
- Ah, vaya protector…
- Mira Severus me tengo que ir ya.
- Bien, bien. Me quedo con la niña
- Tu hija
- Si, con Emely – dijo Severus resignadamente. Emely no se había despertado a pesar de la discusión de sus padres.
- Le di una poción para dormir – dijo Anne ante la expresión de Severus cuando la cargó y desapareció.
- Genial - pensó Severus - ahora tengo que cuidar a esta mocosa. Como si no tuviera ya mucho que hacer.
Rebeca había llamado a Remus para que fuera a visitar a su hijo. Él había aceptado gustoso, ya había aceptado el que ambos estuvieran separados. "Es mejor así para los dos" era lo que solía pensar y no estaba muy lejos de ser la verdad. Ambos se encontraban mejor solos que juntos.
Había viajado mediante la red de polvos flu internacional y por fin estaba en Japón. Llegó a la casa. Rebeca lo recibió muy cordialmente y lo encaminó hacia el patio.
- ¿Donde está Richard preguntó Remus extrañado?
- Pues aquí – dijo Rebeca inocentemente
- Yo solo veo tus mascotas – dijo Remus indignado. Rebeca tenía un montón de mascotas de todo tipo: guepardos, monos, un dragón en el sótano.
- Pues míralo ahí – dijo ella. Un lobito que había cerca se convirtió en Richard. Remus estaba pasmado. ¿Richard un animago? ¿Tan joven? –
- ¿Tú le enseñaste eso? – le preguntó su ex-esposa
- No. Pues al parecer es un animago natural. Y yo que hice tanto esfuerzo para que no fuera un licántropo y mira: se vuelve un lobo - dijo Rebeca sentándose en una silla cerca
Remus estaba cargando al niño en esos momentos. Era grandioso que su hijo fuera un animago natural. Lo mejor: se transformaba un lobo. Remus estaba tan ensimismado con su hijo que no se dio cuenta cuando Rebeca se fue dentro de la casa, ni siquiera se daba cuenta de lo rápido que pasaba el tiempo.
¿Cómo notarlo cuando desde hacía mas o menos dos años que veía a su hijo por tan solo unos minutos? Él pronto tendría 4 años. 4. era increíble como pasaba el tiempo.
Emely había dormido toda la noche. Como no, si a la pobrecita su madre le había dado una poción para dormir. Aquella noche Severus no tuvo problemas en ir a trabajar para "su señor", pero al otro día…
- Es que no vas a parar de lloriquear – se quejó en voz alta Severus a sabiendas de que Emely no le iba a responder nada que no fuera "ma-a-mi, ma-mi".
Desde que ella se había despertado en la mañana y no había encontrado a su madre cerca se había puesto a llorar. Snape hizo el inútil esfuerzo de callarla con un biberón de leche o un peluche que había en su bulto. Todavía estaba llorando. Severus tuvo que cargarla y comenzó a caminar de un lado para otro. No se le ocurría nada más. Ya había visto a Juno calmar a Sean de esa manera. Tal vez funcionaba para todos los infantes. Emely se fue calmando poco a poco. Severus pudo darle después un poco de leche y algo de comer.
Después de alimentar a su hija Severus tubo que pasar por el horrible trance de cambiarle los pañales. Anne le había dejado un paquete hechizado para que no se acabaran de pañales desechables. El mejor invento hecho por muggles consideraba Anne. No se, pero imagínense a Severus Snape, el mortífago, cambiando pañales, preparando un biberón y tratando de callar a una bebé de un 1 año.
Después de que Emely estaba limpia y alimentada se dispuso a jugar. Se la pasaba con cogiendo cualquier objeto y directo a la boca. Cuando caminaba solía chocar con los objetos o romper algún u otro frasco. Severus estaba perdiendo la paciencia. Estaba tratando de hacer un reporte sobre las actividades de los mortífagos para Dumbledore y su hija no paraba de tomar y romper cosas.
En una tomó su varita y la agitó. La túnica de Severus se prendió en llamas. Después de apagarla se aseguró de no dejar su varita al alcance de la nena. No se había puesto a pensar en ello antes. Emely había nacido siendo una bruja. Después que terminó su informe se puso a jugar con Emely. Estaba tan entretenido que no notó cuando el mismo Dumbledore se le apareció en su casa.
- Ejem - dijo Dumbledore
- Eh – Severus se asustó y dio un brinco – Profesor, ¿Cuándo llegó?
- Hace un momento pero me entretuve viéndote con… creo que esa chiquilla es tu hija Emely – Severus se sonrojó -¿Qué pasó con Anne?
- Salió de viaje y me encargó que la cuidara – dijo Snape con una mueca
- Ah ya veo. Dime, ¿Me tienes listo el informe que te pedí?
- Si, aquí esta – en eso un escozor ardiente le quemaba el brazo – Me llaman – miró instintivamente a Emely que estaba en el suelo jugando con el peluche ahora con vida – ¿Me haría el favor de cuidarla? - y desapareció.
Dumbledore todavía no salía de su asombro. ¿Un viejo como él cuidar a una bebe? Miró a Emely que ahora estaba llorando por la desaparición de su padre. Tenía que resolver ese problema. Pensaba en ello mientras cargaba a la pequeña que le tiraba de su barba cuando regreso Severus. Habría un ataque. Él había zafado un momento para darle una poción a Emely para que se durmiera. Fue fácil. Un biberón con un jugo y poción y listo. Durmiendo. Snape la acostó en el sofá y desapareció de nuevo. Dumbledore, antes de desaparecer también, sonrió y la arropó con una manta que había cerca.
Emely se había despertado en la noche. Se asustó. Ni su madre ni el hombre que estuvo con ella ese día estaban cerca. Lloró. Severus había dejado un biberón cerca con leche. Al ver que nadie venia ella lo tomo. Jugó un poco con el peluche que estaba cerca. Se volvió a dormir.
Severus llegó a su casa todo ensangrentado. Encontró a Emely todavía dormida. Se duchó, la acostó y luego se fue a dormir. A la mañana siguiente una risita y un tufo lo despertaron. Emely estaba sobre su cama, jugando con su cabello y estaba sucia. Con muy mala gana Severus la limpió y la aseó. Estaba pensando si debía darle de comer o no cuando apareció un elfo domestico con una carta de Dumbledore.
"Te lo envió para que puedas tener a alguien que la cuides mientras no estas y no la termines envenenando con tantas pociones (Snape sonrió). Atentamente. A. D."
Anne extrañaba mucho a su hija. Pero lo que estaba haciendo era por el bien de ambas. No le gustaba ni en lo más mínimo la idea de dejarla con su padre. "Como si ese supiera cuidar a un niño". Después de tres días de iniciado su viaje le llamó para saber como estaba. Emely estaba durmiendo. Severus parecía no muy feliz de verla, pero por lo visto se estaban llevando bien.
Se sentía sola. De repente vio su diario. Lo único que le agradecía a su madre era haberla tenido y el que le hubiese regalado ese diario al entrar a Hogwarts. Se puso a leerlo.
Diario de Anne Frank
Mayo 1 – me he mudado a una casa solitaria en un pueblito muggle de un campo de Inglaterra para criar a mi hija por un año antes de partir por el mundo de nuevo. Emely es tan linda (suspiro). Sus ojitos azules, su piel tan blanca, lo único que no me gusta es esa forma de su nariz media ganchuda como la del imbécil de su padre, pero que se puede hacer…
Junio – Emely ya tiene 2 meses. Ah, ¡Qué lindura! Creo ya fija su vista en mí. (Anne le da besitos al bebé) He decidido escribir un libro entre las diferencias de cómo crían las madres Brujas a sus hijos y como las madres muggles, aunque no soy una experta en ese campo…
Noviembre - ¡Le están saliendo los dientes! Que lindura… pero creo que le gusta demasiado la madera… no puedo dejar mi varita a su alcance o me la comerá.
Diciembre - ¡Emely dijo su primera palabra! O algo así como mamá (Anne suspira profundamente) y pensar que en un futuro no querré ni oír lo que dice…
Marzo – Ya casi tiene un año y ya esta dando sus primeros pasitos sola. Tan linda. Caminando hacia mí con los bracitos estirados ¿Por qué será que ese inútil nunca la viene a visitar? Lo detesto. Pronto tendré que partir y no se con quien dejarla, Gabriel se fue a dormir y no se me ocurre nadie…
Abril – Feliz cumpleaños Emely! Lo tengo decidido. La tendré que dejar con su padre. No me gusta nada pero es su único familiar…
Anne termina de ver su diario
Si, todo había sucedido tan rápido, pero pronto sacaría a su hija de ese horrible país.
Las semanas pasaban rápido. Severus ya se estaba acostumbrando a vivir con su hija. Le encantaba jugar con ella, aunque no lo admitía. La iba a extrañar mucho, pero se tenía que ir por su bien. Si no ganaban la guerra, no sabría que le podría hacer.
Aquellos 25 días pasaron tan rápidos y le fueron tan gratos que cuando llegó Anne se sentía apesumbrado. Jamás había pensado que le gustaría estar con una chiquilla todo el tiempo. Pero ella se tenía que ir.
¿Y qué les pareció?
