los personajes no son mios, sino de JK, porfa no me demanden!

Hola :)

Aqui estoy de nuevo con un capitulo que me gusta mucho, el 1er parrafo es más para explicar como esta integrada la logia que otra cosa, pero aun asi leanlo.

La Logia de los Siete Mares es co-propiedad mia y de mi querida hermana :)


La logia de los siete mares estaba compuesta por:

Los novatos sin iniciar, que era el puesto mas bajo y poseían una simple túnica negra con capucha que los identificara. Nadie podía saber quien era, excepto el jefe en turno y el miembro más alto del senado.

Los novatos iniciados era el siguiente peldaño en los lugares de la logia. Se vestían con una túnica negra con una toga azul con dorado. A pensar de haber sido iniciados y haber pasado todo tipos de humillaciones, todavía estaban en un puesto en el que los demás no le tenían el menor respeto. Al iniciarse alguien en la logia solía escoger un sobrenombre, con el que a partir de entonces sería conocido. Al ser iniciado, también hacia un pacto: jamás revelar que estuviese, estaría o hubiese estado en la logia, de hacerlo moriría al instante.

El pueblo era donde muchos se quedaban, o mejor dicho, casi todos los miembros de la logia pertenecían a este puesto. Se los reconocía por llevar una túnica azul con una toga negra con dorado. Era el estado intermedio y tenían voz y voto en los actos que realizaba la organización.

El senado era un grupo privilegiado de miembros. Fue creado luego de volver a organizar la logia luego de 500 años. Todos los que estaban en este grupo había tenido familia alguna vez en la antigua logia y por eso eran el senado. Llevaban una túnica dorada con toga azul y negra. Eran la voz del "pueblo" y cuando no había jefe ellos dirigían la logia en conjunto y nombraban a un senador principal.

El jefe o jefa era el puesto máximo de toda la logia. Dicha persona usualmente provenía de una de las pocas familias que habían sido jefes antes y rara veces, antiguamente, subía alguien con un inmenso poder, por sus propios meritos. Cuando el jefe terminaba el colegio y no tenia hermanos/as que ocupara su lugar otra de las familias comenzaba un nuevo "dominio". Se decía que muchos de los directores había sido alguna vez jefes o miembros del senado de la logia y solo se sabía de uno que la había intento eliminar. Había sido asesinado.

El Alto Mando. Eran los miembros de la logia, no ex pues jamás se salía de la logia luego de haber entrado, que ya no estaban en el colegio. Normalmente solían quedarse con sus mismos puestos luego de haber salido salvo en casos muy excepcionales. Los ex jefes ocupaban el cargo de El Oriente del Alto Mando. A pensar que dentro del colegio no se conocen personalmente los miembros, muchos conocían las verdaderas identidades de algunos miembros del Alto mando.

A pesar de tener capuchas las túnicas también llevaban mascaras expresivas para ocultar el rostro. Todos los integrantes poseían un anillo que se les daban en el rito de iniciación y que debía permanecer oculto para los no miembros.


- Esto no se puede quedar así – dijo Circe – no puede ser que un mocoso como ese nos haya vencido – dijo mientras golpeaba la mesa. Estaban en el lugar de reunión de la logia. Todos estaban reunidos y avergonzados. Se habían tenido que retirar de la pelea con un chiquillo del primer año. Eso era inadmisible.

- Es cierto. Tenemos que hacer que nos las pague – dijo otro miembro del senado. En ese momento estaban pasando por una situación crítica. No tenían jefe y no había ninguna familia sustituta que ocupara el cargo – si esto continua en tres años habremos perdido todo el prestigio

- Eh, – dijo tímidamente alguien del pueblo – ¿Y si pudiera pertenecer a ser un posible jefe, de esos que eran antiguamente llamados a serlos?

- ¿Circe? – dijo el senador principal

- ¡A las bibliotecas!

Al otro día había un notable número mayor de estudiantes ajetreados con las clases y un muy ufano Sean andando con una insignia que brillaba: yo odio a la logia y con un toque de varita cambiaba a la logia apesta. Todos estaban sorprendidos que alguien en su sano juicio se pusiera una insignia así. Eso hacía que todos se alejaran lo más lejos que pudiesen de Sean, pues no querían morir a golpes por estar cerca de él.

Sean había ido a la biblioteca a estudiar y extrañamente se sentó junto a un chico que le parecía muy familiar. Sean estaba leyendo un libro de magia muy avanzada. El chico frente a él noto eso.

- ¿No es un libro muy complicado para ti?

- No - dijo Sean viéndolo directo a los ojos y de pronto vio una imagen de él hechizando a un miembro de la logia que supuso que era el chico frente a él.

El joven lo miró indignado. Se levantó y marcho mientras Sean conservaba una sonrisa en sus labios. Tan pronto como pudo escribió una carta a su padre diciéndole lo que había hecho y si eso era común. Más tarde caminando por un pasillo un chico le dijo al pasar a su lado que era muy valiente para hacer eso y Sean solo le respondió cambiando la insignia a "la logia apesta". El chico tenía sobre un hombro de Sean una mano y lo apretó tan fuete que le disloco el hombro.

Pero Sean estaba muy satisfecho con sus logros. Había descubierto la identidad de dos miembros y aunque tenía el brazo dislocado estaba muy feliz. El siguiente paso, según su lógica, era poner al descubierto a uno de ellos en público. En realidad no sabía por que le tenia tanta aversión al grupo, pero supuso que su lado vampírico se estaba divirtiendo.

Cuando unos chicos lo vieron salir de la enfermería le preguntaron cual había sido su motivo para entrar y el le respondió que había resbalado y se había dislocado el hombro. Los chicos se sentían sobrecogidos, dos meses y nada de entrar a la enfermería por golpes causados por la logia, aunque Sean sabía que eso no era verdad.

En los días siguientes estuvo pensando cual sería la mejor manera para llevar a cabo sus planes. Buscando en la biblioteca en libros que contenían la historia del colegio pudo calcular el lugar donde la antigua logia se reunía. Descubrió que se reunían en un viejo capitolio en las afueras del castillo, que actualmente se hallaba en ruinas. Fue al lugar. No había indicios de nada, solo quedaban ruinas en forma circular sobre un elevado risco. Le gustó la vista. Ya se imaginaba tirando a los senadores por el abismo. Sonrió.

Días después, mientras practicaba una versión de Quidditch llamada Freestyle, que se podía practicar tanto en la nieve como en el agua usando unas escobas especiales para permanecer de pie, vio el acantilando desde el mar. Se dirigió hacia allá de manera sigilosa y mientras veía la imperiosa vista notó una escalinata de piedra. Se preguntó si la usaría la logia. Esquivando las violentas olas que chocaban contra las rocas logró alcanzarla. Era estrecha y resbalosa. Subió por ella y muchos peldaños arriba, donde quedaba oculta a la vista desde arriba y abajo, había una apertura.

Sean sabía que se estaba metiendo en la boca del lobo. Si la logia hacía sesiones allí y él los encontraba seguramente volvería a haber un intercambio de hechizos. Pero tuvo suerte y mucha, pues encontró una serie de amplias catacumbas y pasillos que estaba seguro de que aquel era el lugar donde se reunían, además, el hecho de hallar el símbolo de Poseidón pintado en las paredes le daba una clara idea.

De cualquier modo fue a la biblioteca y estuvo averiguando sobre los mapas de la institución. Lamentablemente se los habían robado hacía siglos. Un punto a su favor. Tomo su celular, mágicamente trabajado por vampiros, y llamó a su abuelo. – Abue Vlad… - dijo lisonjeramente – ¿Me podrías conseguir una cámara infrarroja?

Unos días después Sean se aseguró de que nadie estuviera en las catacumbas para poner las cámaras infrarrojas. Su plan funcionó porque esa noche pudo ver las siluetas infrarrojas de los integrantes de la logia dando vueltas en el lugar. Pero tenerlos vigilados no era lo suficiente. Se le ocurrió otra idea. Clarise Piantini, la madre de su mejor amigo, trabajaba como caza recompensas y de vez en cuando le hacía trabajos a su abuelo. Tal vez a ella no le importaría hacerle un "favor".


- ¡Mamá! Te ha llegado correspondencia – vocifero Charles cuando encontró un paquete de carteles de se busca en la entrada de la casa.

- Pásamela – dijo su padrastro – tu mamá esta ocupada con Francesca. – Dijo y tomó los volantes en la mano. Eran de diversos negocios y entre ellos uno le llamó la atención – mira querida – dijo cuando la encontró – este cartel dice: SE BUSCA: MIEMBROS DE LA LOGIA DE LOS SIETE MARES

- Y ¿Cuánto ofrecen?

- 100 galeones per cápita

- Hum suena bien, ¿Cuántos miembros?

- Mi amor, es la logia de los 7 mares.

- ¿Y?

- Es la logia…

- Ah querido, ya me imagino tuviste una traumática situación con ellos.

- Eh…

- Pues, si mi hijo va algún día a ese colegio yo no quiero que esos estén ahí. Busca mi equipo. Voy al Grecorromano.


- Vine a ver a mi ahijado – insistía Clarise en la recepción del colegio a una obstinada secretaria. Estaba usando uno de sus nombres falsos y tenía suerte de que no estar el apellido de la madre en los datos de Sean.

- Está bien, pero hágalo rápido. Clarise acompaño a la mujer hasta el comedor. Para su suerte su "ahijado" estaba solo.

- Hola mi amor – dijo con un tono de madre mandona

- Hola… -

- Tía, dime ¿Cuál es el trabajo?

- Pues quiero que atrapes a aquel chico – dijo señalando con la mirada – vestido de la logia.

- Vivo o muerto

- Vivo

- Torturado o no

- Pues no me importa que lo tortures un poco

- Trato hecho. ¿Cuándo lo quieres?

- Lo más pronto posible

- Esta noche

- Si tienen sesión. Su habitación es la… - dijo brindándole todos los datos que tenia acerca del muchacho.

- Que tengas un buen día cariño – dijo ella y se marchó.

- Adiós madrina – se despidió con una malévola sonrisa

Toda la conversación fue dicha en un tono bajo y en Rumano, por si las moscas. Aunque Clarise se consideraba una mujer madura, de vez e cuando asuntos como aquellos la hacían sentirse un poco joven. En vez de macharse permaneció oculta en el castillo y por la tarde comenzó a vigilar al chico. Era tarde en la noche cuando lo vio ponerse la túnica dorada y al ponerse la capucha una mascara cubrió su rostro. Murmuraba algo sobre Sean y una chica llamada Circe. Él no tuvo tiempo de esquivar el peligroso golpe que ella le dio. Un rato después llamó a Sean y frente a él lo torturo un poco. Lo ató mágicamente y lo entregó. Sean pagó lo acordado y ella se marchó satisfecha esperando que su hijo nunca se viera involucrado en algo semejante.

Al fin tenía a un enmascarado en su mano. Sentía como las ganas de desenmascararlo se apoderaban de él. Esto haría que lo recordaran en toda la historia del colegio como el chico que desenmascaro públicamente a un senador. Eso sonaba bien. Con el hechizo Sonorus y uno más, imitó la voz del director convocando una reunión del alumnado inmediatamente en el comedor.

Todos fueron asustados. Al entrar vieron el cuerpo amarrado y medio estrujado de un senador. Parecía atado. Frete a él se encontraba Sean esperando que terminaran de llegar más estudiantes. Incluso el director se apareció, aunque tenía una expresión que no se podría explicar.

- ¿Para que has llamado a todos lo estudiantes? – preguntó

- Pues, les quiero desenmascara a un senador de la logia frente a todos- los espectadores comenzaron a murmurar

- ¿Ah si? – dijo el director

- Si - dijo Sean y al acto giró hacia el encapuchado. Todos estaban muy expectantes. Sean le quitó la túnica para dejar ver el cabello. Los miembros de la logia que habían salido de la reunión en que estaban, y ahora estaban sin sus disfraces, estaban muy sorprendidos, alguien debía detener eso, no podían perder a su principal senador.

- No puedes quitarle la mascara – dijo alguien entre la multitud

- ¿Ah no? – dijo el en tono retador

- Va a morir

- Pues vamos a probar tu teoría – estas palabras suscitaron más rumores entre los estudiantes. Mediante un hechizo abrasador Sean le quito la máscara, pues no podía hacerlo con las manos.

La máscara estaba a unos centímetros de su cara. Todos estaban al borde de la histeria por ver la cara. Y la separó por completo. Fue un total ¡OH! Por parte del alumnado y los profesores. No cayó ningún rayo pero si estaba la cara algo rojiza de un estudiante del 6to año asustado.

- Esto le pasará a cualquiera de la logia que me siga molestando – advirtió Sean al público reconociendo otra cara familiar.

- Bien joven Snape, mañana tendrá su cuarto en la casa Olimpo – dijo el director fríamente - y tú, te quiero en mi oficina – dijo mientras los estudiantes gritaban (crucifíquenlo, crucifíquenlo) expúlselo, expúlselo. – ¡Todos a sus habitaciones!

En el despacho del director.

- ¡¿Cómo te dejaste atrapar estúpido!? – exclamó al asustadizo chico frente a él. - Serás expulsado del colegio y de tu cargo de senador, ahora estarás como novato

- No, por lo que más quiera – dijo al borde del llanto

- ¿No? ¿Acaso crees que la logia no ha tenido suficiente humillación? Desde ahora estará bajo el mando del Alto mando. Recoge tus cosas, te quiero fuera dentro de media hora.

Caer desde un puesto de esa manera afectaba directamente a la logia y a la familia del expulsado, que sin duda prácticamente lo mataría por hacerlos pasar por esa vergüenza. Al día siguiente el Oriente del Alto Mando estaba echando humo en la localidad de la logia.

- ¿Cómo es posible que el Alto mando tenga que venir aquí por un mocoso fuera de control?

- Solamente habíamos intervenido 3 veces antes en la logia y fueron causas fuertes: la vez que tuvimos que reorganizar la logia después de 500 años de inactividad, cuando los Dragones quisieron venir a molestar para acá y cuando la logia de Ra se apodero de unos territorios nuestros y ahora por un mocoso de primer año ¿¡Como es posible?!

- Tú – dijo unos de los del Alto Mando – serás el nuevo senador principal

- Pero Sean conoce mi identidad.

- Me importa. Circe, serás la segunda, y si fallan, ya saben que le espera

- Lo queremos muerto

- Lo más pronto posible

- Sin errores – dijo el otro y se marcharon dejando a los dos senadores consternados.

Circe y el nuevo senador se las ingeniaron para crear un plan de ataque. Sería en la noche. Sean estaba bien dormidito en su nueva inmensa habitación. Despertó. Estaba oscuro pero no había nada. Se volvió a dormir, pero era un sueño muy ligero y volvió a despertar con la sensación de que alguien lo vigilaba. Sacó la varita de debajo de su almohada, lugar que le recomendó su padre, y encendió la luz. Nada, pero estaba bien seguro de que ellos estaban rondándolo. Tomó un vaso de leche, pero le quitó el sueño.

- Tendré que levantarme - dijo más para sí – de seguro es por el calor - se dijo buscando un falso pretexto para mantenerse despierto. – Me quitaré la ropa - dijo y se bajó los calzones. Una chica de la logia, que estaban empaquetados debajo de la cama, no pudo contener una risita que fue bien escuchada

- ¿Dónde estarán esas ratas inmundas? – dijo en voz alta Sean mientras se subía los calzones – ¿Por qué no salen de una vez?

- Casi al acto salieron grupos de detrás de las cortinas, el armario y de debajo de la cama.

- Esta vez no nos vas a ganar mocoso – dijo Circe enojada

- Eso lo veremos.

El segundo duelo entre los de la logia y Sean comenzó. Lamentablemente para él, la cosa no iba tan bien, cierto que salió rápido de los novatos, pero el senado estaba bastante enojado y eso los hacía lanzar conjuros bastante malos. En un caso, un extraño escudo pudo evitar que un hechizo diera de lleno en su pecho. – Ah, el chicuelo quiere jugar rudo – dijo Circe, su principal enemiga.

El duelo duró para rato. Muchos de los que habían caído tenían en las macaras la expresión de los ojos (x.x), pero ahora estaban (z.z). Inclusive estaba amaneciendo cuando alguien vio el reloj y dijo:

- Senadora Circe, falta media hora para que todos se levanten y empiecen las clases

- ¡¿Qué!? – Dijo cambiando la expresión de su cara de ira a preocupación – no he podido dormir, tendré arrugas y ojeras por la mañana.

- Mujeres - dijo Sean limpiando el hilillo de sangre que salía de su boca

- Retirada - dijo y todos los durmientes desaparecieron – esto no se quedará así Snape, te liquidare con mis propias manos.

- Si bueno, yo también tengo sueño. - pero ya se habían retirado. Sean cayó exhausto.

A las pocas horas Sean estaba demasiado cansado para atender las clases pero tenía que hacer un esfuerzo, todos los chicos se comenzaron a juntar a su alrededor al ver lo magullado que estaba y que también poseía muchos moretones.

- Sufriste un altercado de la logia

- Si – dijo de mala gana – pero no me toques, me duele mucho

- Bueno, ya te golpearon, creo que no importa si nos juntamos contigo ahora

- Vaya amistades que me gasto, son unos cobardes - pero la chica a su lado no le hizo el menor caso, pues a la pobre le solía suceder todo tipo de accidentes con la logia.

- Juliana – dijo una atractiva chica no muy lejos - ¿Me estás haciendo caso?

- No, tengo mucho sueño

- Te estoy preguntando por la tarea

- ¿Qué tarea?

- La que vale 50 puntos para la nota del mes

- ¿Qué? Yo, yo no la hice – y salió apresurada seguida de un grupo de chicas.

- Mas tarde bajo la sombra de un frondoso árbol en el patio Juliana veía con desprecio a Sean, quien de nuevo parecía tener un montón de amigos. "Lo odio, ya me las pagará, lo dejare tan morado que va a tener que durar un mes en la enfermería" pensaba. Amazona y su grupo de gladiadores fisiculturistas eran ahora la noticia del momento. Pronto comenzarían las competencias de gladiadores y ella parecía la más preparada para vencer.

Más tarde en la noche fue a ver que planeaba el senador principal.

- No podemos matarlo

- ¿Qué? ¿Por qué?

- Mira – dijo tendiéndole un sobre negro

- ¿Lo quieren dentro? ¡Pero es del 1er año!

- Si no entra nos destruirá.

- No lo va a hacer, no va a aceptar

- No voluntariamente. He estado haciendo un plan, lo invitaremos para una "tregua" y…

Al día siguiente Sean recibió un Black mail en su habitación. Decía que querían tregua, que fuera al antiguo capitolio y que pasara desapercibido. Pero ellos se las habían ingeniado para dejarle la túnica negra de los novatos y que esta fuera la única cosa limpia en su armario.

- Me siento bastante decepcionado – dijo al encontrarse con los senadores – jamás pensé que me darían tregua

- Tenemos problemas mas graves como la logia de Ra

- ¿Y? Por mi que los acaben a ustedes

- Solo te queríamos decir que tendremos una tregua, pero después te daremos unos buenos golpes

- Si claro

- Bueno, solo queríamos hacértelo saber, lárgate – dijo el senador principal antes de que Circe le diera con atacar a su nuevo novato.

- Como me gustaría verlo dentro de las garras de Ra

- Circe eres una genio, creo que ya tenemos su primera misión

- ¿Que lo mate la logia de Ra?

- Circe lo queremos vivo no muerto

- Solo tú

- Un enfrentamiento con la logia de Ra estará bien para empezar

Aquel fin de semana se celebraría una regata con los estudiantes del Grecorromano y del Colegio de Magia de Egipto. Los de la logia había hechizado los letreros de Sean que decía "la logia apesta" para que dijera "la logia de Ra apesta" y que sólo los egipcios vieran lo que decía, para que él no se la quitara. Su plan tuvo éxito, los egipcios eran unos chismosos y la logia de Ra se enteró.

Actualmente ellos contaban con un nuevo jefe, que era muy poderoso. El nuevo comandante consideró la actitud del chico una ofensa enorme y mandó a matarlo. A Sean al otro día le llego un sobre dorado con un sello negro. Lo citaban a la orilla sur de la isla la logia de Ra. Él no sospechaba nada cuando fue, pero al ver que de unos barcos salían una enorme y numerosa infantería con todo y carruajes supuso que la logia lo había timado.

- ¿Tú eres Sean? – le preguntó lo que parecía un general

- Si, lo soy – dijo tragando saliva

- ¿Cómo te has atrevido a decir que la logia de Ra apesta? – dijo el enmascarado

- Yo, yo no he dicho eso. Yo he dicho que la logia de los siete mares apesta, no la suya

- ¡Mentira! Y por eso te hemos condenado a muerte

- Ya esto me suena - dijo ideando un rápido plan de escape – pero antes de que me maten me gustaría saber quién es su jefe

- Nuestro jefe tiene cosas más importantes que un mocoso del Grecorromano

- No lo parece

- Pero al fondo se encuentra su apoderado- Sean lo vio. Sería suficiente con humillarlo un poco y desaparecer

- Bien - dijo esperando cualquier movimiento hacia él.

Pronto comenzó una persecución detrás del chico griego, pues los egipcios habían traído perros, y además lo querían matar al estilo muggle. Desde una colina cercana los dos senadores se divertían viendo a Sean huir de un cuarto de la infantería real de la logia de Ra. "Lo van a acabar" dijo Circe casi riendo del gusto. Pero Sean tenía otros planes.

Después de librarse de un perro que lo había mordido en un brazo, se valió de dos hechizos para llamar la atención de sus perseguidores. El primero fue vaciar una caja con escorpiones gigantes, estaban empacados a "presión" por Emely, con los cuales se deshizo de los perros y los carros. Su segundo hechizo, que lo había usado antes contra la logia de su colegio, consistía en que las armas de sus adversarios atacaran a sus dueños.

Los egipcios pensaron inmediatamente al ver sus armas elevándose y poniéndose en su contra, que eran los Dragones que había llegado y eso produjo una momentánea confusión. Sean aprovechó el momento y lanzó una potente maldición contra el que sustituía al jefe y se dio a la fuga. Al reponerse los asombrados egipcios vieron que su comandante estaba seriamente herido y ordenaron la retirada.

Para el pesar de Circe, Sean había pasado la prueba. Días después lo volvieron a invitar al capitolio con la misma precaución de que pasara desapercibido. Otra vez se las arreglaron para que sólo tuviera la túnica negra de los novatos como opción para ponerse. Sean llegó puntual a la cita.

- Vaya saliste ileso de la batalla – dijo Circe despectivamente

- Ya sabía yo que la tregua era un engaño

- En parte – admitió el senador principal

- Ahora lo pensaran seriamente antes de venir aquí

- Pero nos preguntábamos seriamente si de verdad eres tan bueno, o solo es pura suerte – dijo malévolamente Circe

- Yo SOY bueno – dijo Sean retadoramente

- Pues si es así por que no buscas este preciado objeto en la cumbre…

- ¿Cuanto apuestas?

- 15 galeones

- 50 y espero que tengas el dinero listo para cuando regrese – y se marchó

- Eres buena dándole las misiones – dijo el senador principal

- Es que es muy engreído

- Sí, pero los 50 se lo pagarás de tu bolsillo

- ¿Qué?

- ¿Quién te manda a apostar cuando sabes que vendrá con la misión resuelta?

- Ah – dijo ella decepcionada. Todavía no quería admitir que el chico era bueno – esta bien, yo pagaré. Ojala pierda, 50 galeones no me caerían mal.

Y así comenzaron las misiones que le darían su ingreso a la logia aunque Sean nunca se daría cuanta hasta que fuese demasiado tarde para volver atrás.


Pues sí, a Sean lo estan engañando para entrarlo de cabeza a la logia pero, ¿Lo lograran?

El proximo chap, está más dedicado a mi querido Richard, que tan descuidado lo he tenido todo este tiempo.