Llegaron al templo de Genkai. Allí se encontraron a Koenma y Botan que estaban hablando con Genkai sobre los entrenamientos de Yusuke y Kuwabara.
"Buenas tardes." – saludaron Kurama y Suu educadamente.
"¡Hola!" – les saludó muy contento Koenma. – "Qué bien que hayas llegado ya, tenía muchas ganas de que Genkai te viera."
"Qué ilusionado que está Koenma con el tema." – comentó Kurama a Botan.
"Sí que lo está, da por hecho que Genkai le dirá que tiene el poder suficiente para colaborar con el Reikai y que ella aceptará sin pensarlo." – explicó Botan. – "Parece un niño pequeño esperando un juguete nuevo, no hace más que hablar del tema. Suerte que habéis llegado porque empezaba a ponerse muy pesadito."
"Jejeje, pues sí que le hace ilusión. Haber qué dice Genkai." – dijo Kurama.
"Pues espero por el bien de todos nosotros que todo salga como el príncipe Koenma desea. Sino no habrá quien lo aguante, seguro que tú no lo habrás visto en una de sus pataletas."
Kurama negó con la cabeza y ella le dijo que mejor para él, Kurama pensó lo mismo. Ahora Genkai estaba hablando con Suu.
"Así que tú eres Suu." – dijo Genkai, examinándola.
"Sí." – respondió ella, parecía un poco nerviosa.
"Me han dicho que tuviste que enfrentarte con unos espíritus y que te encargaste muy bien de ellos, ¿no es así, Koenma?" – éste asintió.
"Pero..." – dijo Botan. – " ... hay una cosa que no entiendo, si esos espíritus eran tan fuertes como dijo Koenma, ¿cómo es que Suu se los quitó de encima tan fácilmente?"
"Puede haber dos posibilidades, básicamente. Una es que la información que nos dieron no fuese del todo cierta y que esos espíritus no fuesen tan fuertes como dije, y la otra..." – explicó Koenma.
"La otra podría ser que Suu tuviese mucho más poder que ellos." – continuó Genkai.
"¿De verdad? ¿Tan poderosa es?" – preguntó Botan que no se lo creía. – "La verdad es que a simple vista no lo parece, más bien parece que no tenga nada de fuerza."
"Suu, ¿quieres acompañarme? Si te parece bien voy a hacerte unas pruebas para determinar hasta donde llegan tus poderes."
"Sí, claro. Pero también quiero preguntarle una cosa." – dijo Suu, mientras ella y Genkai entraban en una sala.
La puerta se cerró dejando a Koenma, Botan y Kurama esperando en la sala.
"Koenma, ¿me podrías decir por qué Yusuke y Kuwabara se están entrenando tan duramente? ¿Acaso ha aparecido otro enemigo?" – le preguntó Kurama.
"¿Eh? No, no es nada de eso. Es que Genkai consideró que les iba a ir muy bien un poco de entrenamiento, como hace tanto tiempo que no lo hacían."
Kurama no sabía si se alegraba de oír eso o no. Por una parte se sintió aliviado porque no debía preocuparse, pero por otra echaba de menos combatir.
Pasaron unos minutos y Genkai y Suu salieron. Genkai les explicó que Suu tenía el nivel suficiente para colaborar con el Reikai, y que posiblemente con el tiempo y entrenándose podría llegar a superarla a ella y todo. Todos se quedaron sorprendidos por lo que había dicho Genkai.
"Entonces Suu, ¿aceptas la propuesta que te hice?" – preguntó Koenma, entusiasmado con la idea de contar con la colaboración de ella, pensó que el rey Enma se pondría muy contento si el grupo de detectives espirituales cada vez era más fuerte.
Suu dudó un poco, pero al final aceptó. Koenma dio saltos de alegría y no puedo evitar volver a la forma original (hasta entonces tenía la apariencia de un joven).
En ese momento llegaron Yusuke y Kuwabara, sus ropas estaban sucias y medio rotas y tenían aspecto de cansados. Pero se alegraron de ver a Suu y Kurama allí, y mucho más cuando supieron que Suu formaba, ahora, parte del grupo.
"Ahora que estamos todos..." – empezó Koenma, pero Botan le interrumpió.
"No, no estamos todos, falta Hiei. ¿No tenías que avisarlo tú, Kurama?"
"Estoy aquí." – dijo Hiei desde detrás de ella, asustándolos a todos (menos a Genkai y Kurama que ya habían notado su presencia).
"¿Por qué narices te quedas en una esquina, en la sombra? Parece que te guste asustar a la gente." – dijo Kuwabara enfadado, pero Hiei ignoró sus palabras.
"Ahora sí que estamos todos. Tengo una nueva misión para vosotros. Hemos recibido un aviso de que pronto habrá un encuentro de espíritus en un lugar secreto del Ningenkai." – empezó a explicar Koenma.
"Si es secreto ¿cómo sabremos donde se celebra?" – preguntó Yusuke.
"Si me dejas terminar ¡lo sabrás!" – dijo molesto Koenma.
"Bueno, bueno. No te pongas así. Sigue." – dijo Yusuke en tono burleta.
"Sigo. El encuentro tendrá lugar dentro de dos días en una casa que se encuentra en la cima de una montaña. Lo que tenéis que hacer es llegar hasta la casa sin que los espíritus noten vuestra presencia, una vez allí me pondré en contacto con vosotros para deciros lo que debéis hacer, ¿me seguís?"
Todos asintieron.
"¿Y dónde está exactamente esa casa?" – preguntó Kuwabara.
"Botan os guiará hasta allí, pero igualmente mañana os haré llegar la dirección donde se encuentra la casa."
A todos les pareció bien.
----------------------------------------------------------------
Llegaron al sitio indicado por Koenma. Vieron que en la cima de una montaña había una gran casa, allí debía ser dónde se iba a celebrar el encuentro de los espíritus. Pero ellos aún estaban debajo de la montaña y delante suyo había seis caminos que parecían llegar hasta la casa.
"¿Y ahora qué hacemos?" – preguntó Yusuke.
"Deberíamos separarnos, podemos ir cada uno por un camino diferente. No creo que todos lleven a la casa." – sugirió Kurama.
"Sí, pero entonces Botan tendría que ir sola. ¿Y si hay trampas o enemigos por el camino?" – dijo Kuwabara.
"Es una posibilidad, la única solución que veo es que vaya con uno de nosotros... Si alguno encuentra el camino que se dirige hacia la casa que aumente su energía, pero no demasiado porque podría andar cerca algún espíritu ¿qué os parece?" – dijo Kurama.
A todos les pareció bien lo que dijo y Botan decidió ir con Kurama.
"Prefiero ir con una persona responsable." – dijo ella mientras miraba a Yusuke y Kuwabara, luego miró a Hiei y Suu. – "No quiero decir que vosotros no lo seáis, eh?"
"Todo arreglado entonces. Deberíamos irnos ya y recordad que Koenma nos ha dicho que los espíritus no deben vernos ni notar nuestra presencia." – comentó Kurama.
"¡Sí!" – dijeron todos al unísono.
Cada uno se fue por un camino.
--------------------------------------------------------------------------
"Madre mía, debo haber andado por lo menos durante media hora y no me he encontrado con nadie, ni he llegado a ningún sitio. Esto parece más un laberinto. Me pregunto si a los demás les pasa lo mismo." – iba diciendo Yusuke mientras caminaba.
Entonces delante de él vio como su camino se unía con otro. A medida que se acercaba al cruce fue con más cuidado, no se sabía nunca quien podría estar por allí y era mejor estar alerta.
Llegó al cruce y oyó unos pasos que venían del otro camino, se escondió entre unos arbustos.
"Por Dios, esto no se acaba nunca y además aún no me he encontrado ningún espíritu, esto es muy raro. ¿Cómo les irá a los demás?" – decía Kuwabara mientras llegaba a un cruce de caminos.
"Pues a mí me va igual que a ti por lo que dices." – dijo Yusuke saliendo de los arbustos y dando un susto de muerte a Kuwabara.
"¡Urameshiiii! ¡No hagas esas cosas!" – gritó Kuwabara.
"Shhhhh, venga no grites, recuerda que los espíritus no deben vernos ni notar nuestra presencia."
"Eso ya lo sé, pero la culpa es tuya por asustarme... ¿Por qué se han juntado los caminos? No lo entiendo."
"Yo tampoco, ¿les habrá pasado lo mismo a los demás?" – preguntó Yusuke.
"¿Cómo quieres que lo sepa? Qué preguntas que haces, Urameshi. Mejor que sigamos, a lo mejor más adelante nos encontramos con los demás."
"Sí, mejor que vayamos pasando y no perdamos más tiempo."
Siguieron juntos el camino, muy alerta por si se encontraban con algún espíritu.
------------------------------------------------------------------------
Suu se sentó un momento en el pie de un gran árbol.
"Estoy ya cansada de andar, todo el camino me parece igual, parece que esté pasando por el mismo sitio una y otra vez. Si no fuera porque he encontrado más abajo, que un camino se unía al mío, pensaría que estoy dando vueltas..." – suspiró – "Y aún no he notado a ningún espíritu."
Al decir esto último se levantó de un salto, había oído pasos que procedían de los dos lados del camino, tanto de arriba como de abajo.
"Parece la energía de dos espíritus. Tengo que esconderme, pero no sé dónde podría... están muy cerca..." – antes de que pudiera decir nada más alguien se abalanzó sobre ella haciendo que cayese detrás de unos arbustos.
Ella intentó defenderse, pero no se podía mover, alguien la estaba sujetando.
Abrió los ojos y se encontró a Hiei haciendo un gesto de silencio con el dedo índice. Ella asintió todavía sorprendida y él la soltó.
Se escondieron mejor para así evitar que los espíritus que ahora estaban a pocos metros de ellos los vieran. Escucharon atentos la conversación que tenían, a lo mejor averiguaban algo importante.
"¿Seguro que lo has notado por aquí?"
"Sí, estoy seguro. He notado una presencia extraña, seguro que era algún humano."
"Ojalá tengas razón, porque me estoy aburriendo mucho, si lo cazásemos nos divertiríamos un rato."
"Puede que se haya escondido por aquí."
"Pues si lo ha hecho ya se puede quedar donde está, porque yo no me pienso meter por aquí. Sería una pérdida de tiempo, este bosque es enorme."
"Venga, busquemos un rato, ni que sea por estos arbustos de aquí." – señaló donde estaban Hiei y Suu escondidos.
"Con la de arbustos que hay y tenía que señalar estos, si es que parece mentira." – susurró fastidiada Suu, muy bajito para que sólo lo oyese Hiei.
"Haz lo que quieras, pero conmigo no cuentes." – respondió el otro espíritu.
Suu y Hiei no sabían qué podían hacer, el espíritu cada vez se acercaba más. En otra situación no hubieran dudado salir a pelear con ellos, pues no parecían muy fuertes, pero Koenma les había dicho que no podían ser vistos.
Entonces oyeron un ruido detrás de ellos, vieron salir un gato de unos arbustos. Éste se los quedó mirando con curiosidad, especialmente a Suu. Ella lo miró fijamente y seguidamente el gato salió de los arbustos y se puso delante del espíritu que se acercaba.
"¡AAAAAAHHHHH!" – gritó el espíritu, mientras daba un salto hacia atrás con cara de terror.
"¿Y ahora qué te pasa? Eso es un animal que tienen los humanos, ¿no me dirás que le tienes miedo?" – dijo el otro, burlándose.
"Yo no, que va. Bueno, mejor que sigamos haciendo guardia." – dijo apartándose del gato tanto como podía. - "Venga."
"Sí, claro lo que tu digas. Miedica."
"No soy ningún miedica, sólo que estos animales me dan mucho asco." – iban discutiendo mientras se alejaban del lugar.
Suu y Hiei suspiraron aliviados. El gato se asomó donde estaban ellos, después de que Suu le diera las gracias se fue muy contento.
"No sabía que pudieras hablar con los animales." – dijo Hiei, muy sorprendido.
"Yo tampoco" – admitió ella. – "No sé ni cómo lo he hecho."
"¿Sabías que le tenía miedo a los gatos?"
"No, ha sido por casualidad. Me atrevería a decir que ha sido el gato quien me lo ha dicho..." – dijo ella, pensativa. – "... Por cierto, gracias por lo de antes."
"¿El qué?"
"Por haberme escondido, un poco más y me ven."
"No tienes por qué agradecérmelo, si te hubiesen visto la misión habría fracasado."
"De todos modos, gracias." – dijo con una sonrisa, él la miró sorprendido.
Estaban muy cerca el uno del otro debido a que el sitio donde se habían escondido era bastante pequeño y no les permitía moverse mucho. Casi no se habían movido de la posición en que habían caído, pues no habían querido hacer ruido; por lo que Hiei estaba casi encima de ella.
Allí escondidos Suu había notado algo raro en los ojos de Hiei, nunca antes había visto unos ojos así.
"¡HIEIIIIIIII! ¡SUUUUUU! ¿Estáis por aquí?" – oyeron que una voz gritaba. Era Kuwabara.
A los dos les dio un vuelco el corazón.
Entre un hueco vieron que Kuwabara, Yusuke, Kurama y Botan venían por el camino. Mientras Kurama intentaba hacer callar a Kuwabara.
"Ese idiota, los espíritus lo van a oír, con lo que ha costado que se fueran de aquí." – decía Hiei mientras se sentaba. – "Será mejor que salgamos antes de que vuelvan los espíritus."
Ahora tanto Yusuke como Kuwabara los llamaban a gritos y Kurama ya no sabía qué hacer para que se callasen. Llegaron delante de donde estaban escondidos Suu y Hiei.
"Hiei, mira allí." – dijo Suu, antes de salir de los arbustos.
Por donde se habían ido los espíritus se oían unas voces.
"Son los espíritus que vuelven, no tenemos tiempo, debemos salir ya y escondernos todos." – dicho esto decidieron abalanzarse sobre ellos y llevarlos hacia los arbustos del otro lado, donde parecía que hubiese más sitio.
Antes de que Yusuke y Kuwabara volviesen a gritar, Suu y Hiei salieron de un salto del escondite. Suu arrastró a Kuwabara y Hiei a Yusuke, mientras Kurama llevaba a Botan.
Pasaron los espíritus, por suerte no eran los mismos de antes ni habían oído nada.
Todos suspiraron aliviados.
"¿De dónde habéis salido vosotros? ¡Qué susto nos habéis dado, me pensaba que nos atacaban!" – se quejó Kuwabara.
"La culpa es vuestra, si no hubieseis gritado de esa manera no habríamos actuado así." – dijo Suu. – "¿En qué estabais pensando? Hay espíritus rondando por aquí, ya lo habéis visto."
"Pues a parte de estos que han pasado no hemos visto a ninguno más. Y como sólo faltabais vosotros, pues os estábamos buscando." – se explicó Yusuke.
"¿No os habéis encontrado a ningún espíritu? Pues nosotros acabábamos de despistar un par cuando habéis llegado vosotros." – dijo Suu. – "Por cierto, ¿cómo es que venís todos juntos?"
"Pues porque nuestros caminos se han encontrado. Primero se han encontrado Yusuke y Kuwabara, y más adelante nosotros." – dijo Kurama.
"Es lo mismo que os ha pasado a Hiei y a ti... Pero no entiendo por qué se han juntado los caminos, y más sin haber trampas en ninguno de ellos. Ha sido bastante fácil." – dijo Botan.
"Es muy raro, no debería ser tan fácil." – dijo pensativo Kurama. – "De todas formas deberíamos seguir que aún nos queda bastante camino."
-------------------------------------------
"Así que tu camino se ha juntado con el de Hiei, qué mala suerte que has tenido, chica. Cómo me hubiese gustado que en vez de juntarse mi camino con el de Urameshi, lo hubiera hecho con el tuyo." – le decía Kuwabara a Suu, mientras seguían el camino.
"¿Por qué dices eso de mala suerte? Si no hubiese sido por él, los espíritus me habrían descubierto." – le dijo Suu mirando a Hiei. Le pareció que él no quería oír hablar de eso.
"¿Eh? ¿Por qué dices eso?" - preguntó Yusuke.
"Por... porque no me había dado cuenta de que se acercaban dos espíritus y él me ha avisado." – tampoco hacía falta entrar en detalles. – "No entiendo por qué Hiei no querría que hablásemos de eso, ha puesto cara de: mejor cállate. Bueno da igual." – pensó ella.
"¿No te habías dado cuenta? ¿Desde cuándo eres despistada como Kuwabara o Yusuke?" – le preguntó Botan.
"Oye tampoco te pases Botan, nosotros no somos despistados." – se quejaron Yusuke y Kuwabara.
"Sólo he bajado la guardia porque estaba cansada, nada más." – se defendió Suu.
-------------------------------------------------
"¡Mirad, ya hemos llegado!" – anunció Botan.
"¿Eh? ¿Pero qué es eso?" – dijo Kurama extrañado señalando una gran pancarta que estaba colgada en la entrada de la casa.
"Bienvenidos." – leyó Yusuke – "¿Pero qué...?"
"¿Bienvenidos? No entiendo nada, se supone que no sabían que veníamos." – dijo Suu.
"A lo mejor es para los espíritus." – sugirió Kuwabara.
"Hay dos personas en la entrada." – les informó Hiei.
"¡Es verdad! Parecen..." – dijo Kuwabara.
"¡El príncipe Koenma!" – gritó Botan señalándolo con el dedo.
"Sí que lo es, y esa de ahí es Genkai." – dijo Yusuke – "¿Qué significa esto?"
"Será mejor que vayamos a preguntárselo."- les dijo Suu, que tenía tantas ganas como los demás de saber lo que estaba pasando.
Todos se dirigieron hacia donde estaban Koenma y Genkai. ¿Por qué estaban allí si se suponía que dentro había una reunión en la que participaban los espíritus más poderosos que se encontraban en el Ningenkai? Les habían dicho que no los podía ver ningún espíritu y ellos estaban tan tranquilos en la entrada.
"¡Hola!" –les saludó Koenma, alegremente.
"¿Cómo que 'hola'?" – dijo Yusuke cogiéndolo por el cuello de la camisa muy enfadado – "¿Se puede saber qué significa todo esto? ¿Por qué estáis aquí si se supone que no deben vernos?"
"Cálmate Yusuke, no te pongas así. Ahora os lo explicaremos." – decía Koenma mientras Yusuke le dirigía una mirada asesina.
------------------------------------------------------
"¿Para valorarnos?" – preguntó Kuwabara sin entender.
"Exacto. Después de que Suu aceptara formar parte del grupo decidimos, Genkai y yo, haceros una prueba a todos."
"¿Una prueba? ¿Qué clase de prueba? Yo no he visto ninguna. ¿No sería hacernos andar durante más de una hora?" – preguntó Yusuke todavía enojado.
"No, claro que no. Es normal que no os hayáis dado cuenta, pues de eso se trataba." – dijo ahora Genkai. Todos estaban ansiosos por saber de qué prueba se trataba. – "Colocamos en todos los caminos unos dispositivos."
"Como este." – dijo Koenma enseñando un objeto que parecía una cámara de vídeo. – "Es lo más nuevo en el Reikai, permite registrar diferentes datos de una persona, también sirve para los espíritus." – dijo mirando a Hiei. – "Puede determinar el nivel de energía espiritual entre otras muchas cosas y sin que los examinados se den cuenta. Aún no se había probado, así que pensé que sería una buena oportunidad para hacerlo." – acabó de explicar Koenma.
"Ni que fuésemos cobayas." – dijo Hiei, molesto por la idea de que lo habían estado observando sin que él se hubiese dado cuenta.
¿Y para qué queréis saber todo eso de nosotros?" – preguntó Yusuke.
"Los datos que nos proporcionen estos dispositivos serán muy útiles en los entrenamientos." – respondió Genkai.
"¿Más entrenamientos?" – dijo Yusuke fastidiado. – "Pensé que ya habíamos terminado."
"Nunca se hacen suficientes entrenamientos." – dijo muy seria Genkai.
"¿Hay alguna razón por la que os interesa tanto saber nuestro nivel? Me refiero si hay la amenaza de algún enemigo que pueda ser más fuerte." – preguntó Kurama.
"Eeeh, pues... esto..." – Koenma no sabía qué responder, anteriormente le había preguntado eso y él lo había negado.
"Siempre tan acertado, Kurama."
"¡Genkai! ¿Eso quiere decir que hay un nuevo enemigo?" – preguntó Kuwabara alarmado.
"Bien, podría haberlo. Si sabemos vuestros puntos débiles podemos reforzarlos. Así, si llega el día que debéis luchar..."
"¿Pero cuál es la situación exactamente? Porque por lo que dices sospecháis algo, pero no lo sabéis seguro." – intervino Suu.
"Pues, nos han llegado rumores..." – empezó Koenma.
"Ya estamos como siempre, rumores ..." – le interrumpió Yusuke.
"Ejem, bueno sí, pero esta vez son muy fiables."
"Sí, seguro. Como la otra vez." . dijo ahora Hiei, que ya se veía envuelto en otra misión.
"Que sí, os lo aseguro." – decía Koenma mientras los demás le miraban desconfiados.
"Pero es que Koenma, llevamos una temporada en que todas las misiones se basan en rumores y cuando llegábamos al lugar indicado no había ningún indicio de que pasase nada de lo que habían dicho los rumores." – se quejó Yusuke.
"Bueno, de todas formas hay tiempo para que se confirmen estos rumores. No os voy a contar nada del tema, por ahora. Sólo os quería pedir que os fueseis a entrenar con Genkai, ¿verdad que lo haréis?"
"¿Cómo que no nos vas a contar nada?" – dijo Kuwabara enfadado. – "Yo lo quiero saber, hemos subido hasta aquí para nada, esos dispositivos nos los podríais haber puesto mientras nos entrenábamos y así no hubiéramos perdido el tiempo."
"Venga no os quejéis más. Los dispositivos tienen que utilizarse cuando el examinado está tranquilo, no hubiese servido si os lo hubiésemos puesto cuando os entrenabais." – dijo finalmente Genkai.
"Ahora será mejor que volváis a casa. La semana que viene empiezan los entrenamientos. Olvidad por un tiempo la razón por la cual os entrenáis, ya os contaré de qué va cuando se confirmen los rumores." – les dijo Koenma.
"Pero antes una pregunta, decís que no existe ese encuentro. Entonces ¿qué hacían espíritus rondando por el bosque? A uno de ellos me ha parecido oír que decía que debían seguir haciendo guardia." – dijo Suu, los demás miraron a Koenma y Genkai esperando una explicación.
"¡Ah eso! Les he pedido que me hicieran el favor de pasearse por el bosque haciéndose pasar por espíritus malos." – explicó Koenma.
"¿Cómo?" – exclamaron enfadados todos, a ninguno le gustaba pensar que le habían estado tomando el pelo.
"Venga, no me miréis así, lo he hecho por una buena causa... Creo que será mejor que me vaya, ya nos veremos." – y se fue deprisa al Reikai para evitar problemas.
"Pero que cara que llega a tener. Bueno, mejor nos vamos ¿no?" – dijo Yusuke.
"Sí, será mejor que sí. Ya nos veremos Genkai." – se despidió Kuwabara.
"Os espero la semana que viene."
----------------------------------------------------------------------------
Ya había pasado un mes desde que Koenma les dijo que debían empezar los entrenamientos, y a la semana siguiente de empezarlos ya les dieron las vacaciones de verano.
Cada tarde iban todos a entrenarse con Genkai a una cabaña del bosque y los fines de semana se iban al templo. Incluso Hiei iba a veces a entrenarse con ellos, aunque iba muy a la suya.
~ ~ ~
"¡Hola Minamino!"
Kurama se giró para ver quien lo llamaba. Eran dos chicos y dos chicas de su clase.
"¿Qué haces tú por aquí?" – le preguntó uno de los chicos.
"Hola. Acompaño a mi madre a comprar, ha ido un momento al banco y la estoy esperando." – respondió él.
"¡Oh, qué bueno eres!" – exclamó una de las chicas, a la que se le notaba mucho que le gustaba Kurama.
"¿Y luego qué harás? Nosotros esta tarde hemos pensado de ir al cine, si te quieres venir." – dijo la otra chica.
"Sí, claro, vente. Si tu vienes seguro que se apuntan más chicas." – dijo el chico, mientras el otro asentía animado.
"Jeje, lo siento pero no puedo. Esta tarde estoy ocupado." – se disculpó Kurama.
"Oh, venga. Hace mucho tiempo que no sales con nosotros." – le rogó uno de los chicos y mirándolo fijamente dijo – "¿No será que has quedado con una chica?"
Kurama iba a responderle cuando el otro chico, muy sobresaltado, les dijo que miraran a la chica que iba a pasar por delante de ellos y que ahora estaba comprando.
"¡Qué guapa! Ya me gustaría que en nuestro curso hubieran chicas así." – decía uno de ellos, ganándose un pellizco de una de las chicas.
"No parece de aquí, a lo mejor es una turista."
"Puede, porque ahora es época de turistas, aunque por como actúa no lo parece." – comentó una de las chicas. – "¿Tú qué crees, Kurama?
"¿Yo? Pues no lo sé, no la veo bien desde donde estoy, me tapa esa señal."
Entonces como si la chica lo hubiese oído salió de la tienda donde estaba comprando. Kurama la reconoció de inmediato, aunque no parecía ella, vestía diferente."
La chica miró hacia donde estaban ellos y sonriendo avanzó hacia allí. Kurama hizo lo mismo ante las miradas atónitas de sus compañeros de clase.
"¡Hola Shuichi!" – lo saludó ella, dejándolo sorprendido, pues no recordaba haberle dicho que en el Ningenkai se llamaba así.
"Supongo que se lo habrá dicho Yusuke o Kuwabara." – pensó Kurama, sin darle mayor importancia – "Suerte que lo hicieron."
"¡Hola Suu!" – la saludó él. – "¿Qué haces por aquí?"
"Pues estoy comprando, me he dado cuenta de que no tengo nada para comer. ¿Y tú, también estás comprando?"
"Sí, he acompañado a mi madre y mientras la estaba esperando me he encontrado a unos compañeros de clase." – dijo Kurama mirando hacia ellos, que estaban a pocos metros de ellos dos observándolos atentamente y evitando perderse cualquier parte de la conversación.
"Bueno, será mejor que me vaya. Aún tengo que preparar la comida, Keiko y Botan me dijeron que vendrían hoy a comer. Por cierto, ¿ya localizaste a Hiei?" – dijo esto último muy bajito para que sólo Kurama lo oyese.
"Sí, ya lo sabe. Esta vez no me ha sido muy difícil encontrarlo. Entonces, hasta las cuatro." – dijo él, también muy bajito.
"Sí. ¡Hasta pronto, Shuichi!" – se despidió ella, guiñándole un ojo.
"Hasta pronto." – dijo él sonriendo. Cuidaba muy bien sus palabras y nunca tenía ningún despiste, otros hubieran dicho "hasta esta tarde" por descuido, pero ella no. Era una chica muy espabilada.
Kurama y los demás la observaron hasta que giró la esquina.
"¡Qué rabia! ¿Por qué, eh?" – exclamó uno de los chicos, los demás lo miraron sorprendidos. – "¿Por qué tienes que conocer a una chica tan guapa? Si ya te van detrás muchas!!! ¡No es justo!" – ahora lo decía mientras se tiraba de los pelos.
"Quieres parar de una vez, pareces un niño pequeño." – le regañó una de las chicas.
"Caray Minamino, ¡qué callado que te lo tenías!"- dijo el otro chico.
"¿EH?" – Kurama no comprendió.
"No nos habías dicho que tenías novia."
"¿Novia? ¿Esa chica era tu novia, Minamino? – preguntaron las chicas alarmadas.
"No, claro que no. Sólo es una amiga."
"¿Seguro? Si yo tuviese una amiga así, ya haría tiempo que seríamos algo más que amigos." – comentó el otro chico.
"Eres un cerdo, Minamino no es así." – dijo una de las chicas.
"¿Y por qué te ha llamado por el nombre? Eso quiere decir que os conocéis muy bien, no nos mientas."
"Eso es porque ella no es de aquí, es extranjera y no está acostumbrada a tratar a la gente por el apellido, en su país tratarse por el apellido significa que no se conoce a la persona." – explicó Kurama.
"Entonces sí que es una turista. ¿Y se puede saber cómo es que os conocéis?" – le preguntó una de las chicas.
"Va al instituto de un amigo mío, por eso nos conocemos... Bueno, lo siento pero me tengo que ir, mi madre ya ha salido. Ya nos veremos." – y se fue hacia donde estaba su madre, aliviado por no tener que contestar a más preguntas.
"¡Qué envidia me da Minamino! La próxima vez que lo vea le pediré que me presenté a esa chica, si dice que no es su novia tengo posibilidad de poder salir con ella." – dijo esperanzado uno de los chicos.
"Tú sueñas, aunque no sea su novia seguro que a ella le gusta Minamino, como a estas dos."
"¿Algún problema con eso? Ya os gustaría a vosotros ser como él, pues no me extrañaría que a esa chica le gustase Minamino, ¿por qué no le iba a gustar?" – dijo una chica.
"Ay, qué mala suerte la nuestra. Al menos Minamino no se lo tiene creído, sólo nos faltaría eso."
----------------------------------------------------------------------
"¡Todo estaba buenísimo!" – dijo Botan, sentándose en el sofá.
"Cocinas muy bien, Suu. Además estos platos típicos de tu país son riquísimos." – añadió Keiko.
"Vaya muchas gracias, chicas. Me alegro que os haya gustado, pero no exageréis que tampoco cocino tan bien." – dijo Suu, colorada.
"No hace falta que seas modesta....Ostras qué tarde es, yo me tengo que ir, el príncipe Koenma me dijo que volviese pronto porque tenía trabajo para mí."
"Sí que es tarde, yo también me voy. Hoy tengo que ayudar a mi padre, así que estudiaré por la tarde, ya que no lo podré hacer por la noche."
"Tenemos que repetir lo de hoy otro día, ¿eh? Pero todos juntos, seguro que a los chicos les encantará probar tu cocina." – dijo Botan mientras se dirigía hacia la puerta.
"Sí, claro. Cuando queráis." – dijo Suu levantándose y recogiendo los platos para lavarlos.
"¿Quieres que te ayude? – se ofreció Keiko.
"No, pero gracias. Ya lo hago yo, es un momento. Iros tranquilas."
"De acuerdo. Entonces, ya quedaremos, porque con esto de las vacaciones ya no nos vemos casi. Con el calor que hace podríamos ir a la playa o a la piscina." – propuso Keiko.
"¡Buena idea! Sí que hace calor, hoy. ¿No tienes aire acondicionado?" – dijo Botan.
"Sí que tengo, pero no lo pongo mucho." – respondió ella.
"Claro, te pones unos vestidos tan frescos que no notas el calor que hace. Suerte que en el Reikai hace fresquito."
"¿Esto?" – preguntó ella mirándose cómo iba vestida. – "Es ropa para estar por casa, no salgo nunca así a la calle."
"Seguro que si lo haces llamas la atención de muchos chicos, jeje....Pues nos vamos ya. Cuídate mucho, Suu."
"Lo haré. Adiós."
Cerraron la puerta.
"Bueno, será mejor que me espabile. Mira que quedar el mismo día que tenía la reunión con los chicos, qué desastre que soy. Suerte que se han ido pronto, porque sino no sé qué me hubiera inventado para sacarlas de aquí. Aunque Botan ya sabrá algo o sino Koenma se lo dirá cuando llegue al Reikai." – pensaba Suu mientras fregaba los platos. – "No entiendo aún por qué no lo podían saber las chicas, Keiko me puedo imaginar por qué, pero de Botan no lo sé ..... Bueno da igual."
---------------------------------------------------------------
Suu estaba acabando de tender la ropa cuando sonó el timbre. Abrió la puerta muy contenta y entonces vio que los cuatro chicos la miraban sorprendidos.
"¿Qué os pasa, chicos?" – preguntó ella sin entender la expresión de sus caras.
"¿Eh? No nada, nada. ¿Hace mucho que se han ido Keiko y Botan?" – dijo Yusuke, cambiando de tema, entrando seguido de los demás.
"Sí, hace un rato. Sentaos, no os quedéis de pie." – dijo Suu cerrando la puerta. – "Estáis muy raros, ¿seguro que no os pasa nada?"
"No, qué nos va a pasar. Estamos como siempre, ¿verdad Urameshi?"
"Pues yo os veo raros." – mirando a Kurama – "¿Por qué estáis todos colorados?"
"¿Eh? ¿Colorados? No lo estamos, Suu." – dijo Kurama evitando mirarla.
"Mmmm.... Dejémoslo. ¿Queréis tomar algo?"
Cada uno le dijo lo que quería y mientras Suu lo iba a buscar empezaron a discutir lo que debían hacer.
"A mi me da mucha vergüenza, yo la veo como uno más de nosotros. Ni siquiera me había fijado en ella como lo que es, una chica." – decía Kuwabara.
"Pues tendremos que hacer algo al respecto, no podemos seguir así. Hemos venido para hablar de lo que nos contó Koenma, no podemos pasarnos toda la tarde evitando mirarla." – comentó Yusuke.
Los cuatro asintieron, pero antes de que pudieran decidir nada Suu ya estaba de vuelta con las bebidas. Mientras las servía los chicos miraban hacia otra parte y Suu se dio cuenta, por lo que un poco mosqueada volvió a preguntarles qué era lo que les sucedía.
Ninguno se atrevía a decir nada, hasta que al final...
"Deberías cambiarte de ropa." – dijo escuetamente Hiei mirándola seriamente, los demás se pusieron colorados y miraron hacia otro lado.
Suu se miró cómo iba vestida, tardó un poco en darse cuenta de que la ropa que llevaba no era la apropiada para estar delante de ningún chico; llevaba unos pantalones cortos ajustados (y cuando digo cortos, son cortos) y una camiseta de tirantes.
"Demasiado fresca, ¿eh?" – dijo ella sonriendo y mirando a los chicos que seguían rojos como un tomate.- "Voy a cambiarme." – se fue hacia su habitación riendo bajito.
"¡HIEI! ¿Cómo le dices eso? ¿Qué pensará ahora de nosotros?" – le espetó Kuwabara cuando Suu ya estaba en la habitación. – "Nos dirá que somos unos cerdos porque nos hemos fijando en cómo iba vestida."
"Podrías habérselo dicho con un poco más de tacto, has sido demasiado directo." – se quejó Yusuke.
"Hn, parad de decir tonterías y de quejaros, si no os gusta habérselo dicho vosotros. ¿No queríais que se cambiase de ropa para poder hablar de lo que teníamos que hablar? Pues que más da cómo se lo haya dicho si ahora lo hará." – dijo Hiei levantándose del sofá y sentándose en la ventana.
"Sea como sea, lo hecho, hecho está. No sacaremos nada quejándonos. Hiei ha sido el único que se ha atrevido a decírselo." – dijo Kurama.
Yusuke y Kuwabara se miraron fastidiados: a Suu le quedaba muy bien esa ropa, pero si hubiese seguido así no hubiesen hecho nada esa tarde.
"Ya estoy aquí. ¿Mejor así, chicos?"- Suu ya estaba de vuelta, se había puesto un vestido, era de verano, pero no era tan fresco como lo que llevaba antes. – "Siento lo de antes, he estado tan ocupada que no me he dado cuenta que no me había cambiado, no recordaba que sois chicos." – dijo sonriendo. – "Pero... otro día decídmelo desde el principio, me habéis preocupado comportándoos de esa manera tan extraña."
"Lo sentimos. Sobretodo siento que éste te lo haya dicho de esa forma." – dijo Kuwabara señalando a Hiei.
"¿Eh? Ha sido directo. No me ha sentado mal si te refieres a eso." – dijo Suu.
"No tiene educación, las cosas no se dicen así y menos a las chicas." – decía Kuwabara mirando a Hiei que lo ignoraba por completo (o al menos lo hacía ver).
"Venga no te pases, que tampoco ha sido para tanto." – dijo Yusuke. – "Aprovechas cualquier oportunidad para meterte con él."
"No entiendo por qué os ha costado tanto decírmelo, tampoco era para que os pusieseis de esa manera. Habéis hecho una montaña de un grano de arena." – les dijo Suu.
Los chicos se quedaron en silencio, realmente habían sido muy tontos, Suu habría entendido perfectamente que le hubiesen pedido que se cambiase de ropa.
"Bueno, tendríamos que empezar a hablar sobre lo que nos explicó Koenma, ¿no os parece?" – propuso Kurama.
==============================================================
Se acabó el tercer capítulo! ¿Qué os ha parecido este? Me ha quedado más largo que el segundo y también se ha hecho esperar más. XDDD
Siento haberos hecho esperar tanto, casi un mes! No pensaba que fuese tanto. Pero por fin lo he terminado!!!
Muchas gracias Kina-san por tus ánimos y sigue con tu fanfic que está muy interesante. Veo que escribes muchos fanfics, yo no sé si sabría llevar tantos a la vez.
(Espero poder acabar el cuarto antes de que se acabe mayo y empiece con los exámenes.)
Pues nada, lo de siempre. Cualquier cosa ya sabéis me escribís al correo o dejad un review.
¡Hasta pronto!
;)
