De repente la mirada de Kurama cambió radicalmente y una leve sonrisa apareció en su rostro. Puso una mano en el suelo y dirigió una considerable cantidad de energía espiritual hacia él. De inmediato empezaron a brotar pequeñas plantas que se convirtieron en seguida en poderosas enredaderas que detuvieron el ataque de espíritu, que estaba a escasos centímetros de atravesar a Kurama. El espíritu fue fuertemente atado por las plantas, no podía moverse.
Todos miraron maravillados la actuación de Kurama.
"¡Mirad!" – exclamó Suu, señalando hacia el otro lado de la zona de combate. El otro espíritu también había sido capturado por las enredaderas de Kurama. Ahora los dos espíritus estaban atrapados y bien quietecitos, ideal para acabar con ellos.
Kurama se levantó, un poco exhausto por haber gastado tanta energía, pero perfectamente capaz de acabar con ese espíritu. Kuwabara avanzó hacia su contrincante, riendo ante la situación en la que se encontraba éste.
"Jeje, ahora ya no me podrás lanzar más bolitas de esas." – el espíritu forcejeó con rabia, intentando liberarse de la planta.
Por un momento pareció que cedía y el otro espíritu al verlo, hizo lo mismo. Pero lo único que consiguieron fue que las enredaderas los apretaran más, haciendo que gritasen de dolor.
"Acabemos con esto de una vez." – le dijo Kurama a Kuwabara, sacando otra vez su látigo y colocándose delante de su contrincante.
"¡Sí!" – exclamó Kuwabara, sacando a su vez la espada. 'Por suerte no he tenido que comprobar si lo que había pensado funcionaría o no, tengo que entrenarme un poco más...' pensó.
"¿Listo?" – le gritó Kurama desde su sitio.
"¡Listo!"
"¡AHORA!"
Con un rápido y limpio movimiento de espada y de látigo cada uno acabó con la vida de su oponente, ganando así ese combate.
"¡Muy buen combate, sí señor!" – les gritó Yusuke cuando ambos llegaron donde estaban. – "Pues nos han ido muy bien todos esos entrenamientos con Genkai. ¡Caray Kurama, de verdad pensé que ese espíritu te iba a matar!"
"Pues yo ya sabía lo que pretendía." – dijo Kuwabara con orgullo.
"¡Ja! ¡Eso no te lo crees ni tú! Entonces, ¿si ya lo sabías por qué has ido corriendo hacia él para ayudarle, eh?!" – le preguntó Yusuke.
"Pues... para darle un poco más de emoción a la escena y... para que se creyesen que Kurama estaba realmente en peligro." – dijo Kuwabara, intentando encontrar algo para convencerles.
"Hn."
"¿Qué quieres decir con eso, eh?" – preguntó enfadado a Hiei.
Hiei iba a responderle, pero fue interrumpido por Demon.
"Esta vez habéis tenido suerte, pero en este último no la tendréis." – sonrió ligeramente al decirlo.
"¡Es verdad, este será el último! Ya lo tenemos ganado, por mucho que diga éste." – dijo contento Kuwabara.
"Ya lo veremos." – susurró Demon. – "Venga, chicas, escoged los nombres de los que morirán en el próximo combate." – Botan y Keiko cogieron un papel cada una, no sin una expresión preocupada, y Demon anunció los que iban a luchar. – "Mmm... interesante..." – dijo, mirándolos a todos y sonriendo.
"Hn. Todavía piensa que nos creemos esa farsa..." – comentó Hiei por lo bajo, pero lo suficientemente alto para que Kuwabara y Suu, que estaban cerca de él, lo escuchasen.
"¿Farsa?" – preguntaron los dos a la vez.
"Sí... Creemos que Demon se inventa los nombres que salen en los papeles, que está formando las parejas según ve alguna oportunidad para ganar." – explicó brevemente Kurama.
"Tramposo." –exclamó Suu.
"Psa, pues sí que tiene miedo de que le ganemos jugando limpio... bueno, eso tampoco cambia las cosas, porque haga la pareja que haga para este combate seguro que ganamos." – dijo Kuwabara.
"Combatirán..." – continuó Demon. – "Kuwabara..."
"¡¿Otra vez yo?!" – gritó sorprendido.
"... y..." – se detuvo, haciendo que todos se impacientaran.
"¡Bueno, dilo ya!" – gritó impaciente Yusuke, que por dentro rezaba que Demon dijese su nombre.
"Suu." – anunció con una gran sonrisa.
Todos se giraron sorprendidos hacia ella, que también tenía una expresión de no creerse lo que acababa de escuchar.
"¡Ey! Esa será la tercera vez que luchará y yo sólo lo he hecho una vez, ¡no es justo!"
"Como ya os dije, la suerte lo ha decidido así. Aceptad vuestra derrota, a esa chiquilla casi no le queda energía después de utilizar esa espada y aunque le quedase un poco tampoco podría hacerla aparecer otra vez... y estos espíritus no serán como los que han salido hasta ahora. Y en cuanto al otro... pues ya he visto que no-" – dijo esto último mirando a Kuwabara y agitando su mano como diciendo 'Bah, ese no vale nada.'
"¡¡¿Qué quieres decir con eso?!!" – le gritó Kuwabara interrumpiéndole, imaginando lo que iba a decir Demon de él. ¡Ja! Iba a demostrarle lo poderoso que era Kazuma Kuwabara, se arrepentiría de haber pensado eso de él. – "Vamos Suu, acabemos con esos espíritus de una vez."
"S-Sí." – Suu no lo dijo muy convencida. La cosa se estaba complicando, sería ya la tercera vez que lucharía... esta era su primera misión y aunque estaba muy animada al principio, según pasaba el tiempo se sentía más insegura. ¿Podría acabar esta vez con su contrincante?
Sintió un dolor en su estómago... nervios... ¿qué hacía ella aquí? ¿Alguien como ella con ellos? ¿Por qué había aceptado? Y si... ¡No! Dejó de pensar en todo eso, sólo haría que se pusiera más nerviosa y empeoraría la situación. Así que hizo lo que hacía siempre que se ponía nerviosa, dejar de pensar y actuar.
Con un gesto seguro, aunque por dentro casi se moría de los nervios, se dirigió con Kuwabara hacia la zona de combate.
"¡Venga Suu, lo harás muy bien!" – le animaba Yusuke.
"¿Y a mí qué? ¿No me dices nada?" – le gritó molesto, Kuwabara. Yusuke se hizo el sordo desviando la vista hacia donde estaban Keiko y Botan encerradas.
"Kurama..." – empezó Yusuke, mirando a las chicas.
"¿Qué?"
"¿Tú crees que podríamos romper eso donde las tienen?" – preguntó, señalando con la cabeza.
"Mmm... no estoy muy seguro, hay muchos tipos de barreras, habría que examinarla primero. Pero si no es muy fuerte seguramente la podremos deshacer."
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Kuwabara y Suu observaron muy atentos a sus contrincantes.
"Bueno, al menos estos no están armados. No tendrás que sacar la espada."
"Mejor, no sé si podría aguantar mucho si la tuviese que hacer servir."
"¿Tanta energía gastas?"
"Sí. En teoría no debería gastar mucha, pero como todavía no la domino mucho..."
"Ya veo. Venga, intentemos acabar con este combate lo antes posible, así habremos acabado la misión." – Kuwabara dijo, muy seguro. – "Cuando volvamos podríamos ir a esa heladería nueva que abrieron el otro día. ¿Qué te parece?"
"Me gusta la idea." – rió Suu. – "Ahora tengo más ganas de acabar esta misión."
Kuwabara hizo aparecer su Rei Ken y Suu se puso en posición para atacar. Los espíritus se pusieron a la defensiva. Como les había dicho Demon, éstos eran más fuerte que todos los anteriores. Incluso Suu podía notarlo y eso no ayudaba en absoluto a su inseguridad.
Demon pareció darse cuenta de que algo le pasaba a Suu y no le quitaba ojo. Sintiendo una mirada fija en ella, se giró en dirección de donde provenía y descubrir que provenía del demonio sólo la hizo poner más nerviosa de lo que estaba. En otras circunstancias le hubiese devuelto la mirada, pero en ese momento sólo fue capaz de apartar la vista e intentar concentrarse en su oponente.
"¿Listos? ¡Empezad!" – Demon dio la orden, sonriendo.
Kuwabara y Suu se lanzaron al ataque. Pero como todos los demás, estos espíritus eran muy rápidos y les esquivaron fácilmente.
Suu fue la primera en recibir. Un fuerte puñetazo en el estómago hizo que cayese de rodillas al suelo, después recibió otro que la hizo dar unas cuantas vueltas por el suelo.
"¡Suu!" – gritó Kuwabara mientras esquivaba a su oponente.
"¡Kuwabara concéntrate en tu combate!" – le gritó Kurama. Pero fue demasiado tarde, el espíritu ya le había golpeado y éste había caído al suelo.
"Suu no se mueve..." – comentó preocupado, Yusuke.
"Ha recibido unos buenos golpes... y si tenemos en cuenta que estaba cansada..."
"¿Qué quieres decir, Kurama? ¿Crees que no ganaremos este combate?"
"No lo sé, Yusuke." – le dijo, negando con la cabeza.
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Suu intentó levantarse, pero el dolor que sentía en el estómago no se lo estaba poniendo nada fácil. Tosió y al mirarse la palma de la mano vio sangre.
"Pues sí que me ha dado fuerte."
Oyó unos pasos acercarse a ella. Intentó ponerse de pie, pero sólo consiguió quedarse de rodillas. Los pasos cesaron y al levantar la cabeza vio al espíritu mirarla sonriente, entonces en un movimiento rápido la cogió por el cuello y la sostuvo en el aire unos segundos, antes de llevarla hacia el tronco de un árbol.
El espíritu cada vez apretaba más y Suu sentía que ya casi no podría respirar. Tenía que liberarse o de lo contrario ese espíritu la estrangularía y no podía permitir que los chicos perdiesen contra Demon por su culpa.
"¡Suu! ¡Deshazte de él, Suu!" – gritaba Yusuke. – "¡¿Kuwabara, qué haces?! ¡Ves a ayudarla!"
"¡Ya me gustaría, pero por si no te has dado cuenta yo tampoco puedo moverme!"
El espíritu contra el que luchaba Kuwabara utilizaba una especie de hilos, parecía seda de las arañas. Después del primer puñetazo, el espíritu había lanzado esos hilos y había atrapado a Kuwabara. Pero esos hilos también servían para algo más que para inmovilizar.
"¡Están absorbiendo su energía espiritual!" – exclamó Hiei.
"¿Qué?"
"Es verdad. Si sigue así a Kuwabara pronto no le quedará nada." – dijo ahora Kurama.
"Esto se pone cada vez peor." – dijo Yusuke, desesperado.
'Mierda. Me estoy quedando sin energía, si no me escapo pronto no podré ni utilizar mi espada.' – iba pensando Kuwabara. Tenía todo el cuerpo envuelto, parecía la presa de una araña. - 'Si pudiera liberar mis manos, entonces podría quitarme todos estos hilos... pero, ¿cómo...? ¡Ya sé! Pero tendré que liberar mucha energía de golpe.'
"¡Intentémoslo!" – gritó Kuwabara, mientras empezaba a concentrar energía en sus manos. Su plan era intentar hacer aparecer su Rei Ken y que ésta hiciera un agujero para así liberarse parcialmente. El riesgo era que si no liberaba suficiente energía de golpe, los hilos podrían absorberla y él se quedaría indefenso y atrapado.
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Suu seguía forcejeando con el otro espíritu, aunque ya sentía que no podía más. Había conseguido darle una patada en el estómago, eso había hecho que el espíritu aflojara un poco, pero no había durado mucho y éste ahora apretaba aún más.
"Mmm... tienes un cuello muy hermoso. Supongo que no te importará si le doy un mordisco, total de aquí unos segundos no vas a necesitarlo más." – le habló el espíritu, mientras retiraba una mano de su cuello para dejar espacio para morder, pero todavía la sujetaba con la otra mano.
Cuando estaba a punto de morderla, Suu le dio un fuerte puñetazo en el cuello, haciendo que la soltara y se cayera al suelo, casi ahogándose.
"¡JA! ¡Atrévete a tocarme y verás!" – le gritó Suu, mientras se pasaba la mano por el cuello, aún le parecía que tuviese las manos alrededor del cuello.
Tosiendo y con una mirada de rabia se levantó.
"Te arrepentirás de haber hecho eso. Pensaba matarte rápido, pero ahora voy a darte una muerte lenta... tal vez dejaré que te desangres poco a poco." – dijo riendo.
"Inténtalo." – le retó ella.
No es que ahora pensase que podría ganar, es que adoptar esa actitud hacía que no se pusiese tan nerviosa y estuviese más segura.
Cuando el espíritu iba a atacar a Suu se percibió una gran energía espiritual.
Todos miraron hacia Kuwabara y pocos segundos después apareció la Rei Ken, más grande que nunca, abriendo un agujero y permitiendo que Kuwabara sacase las manos. Luego procedió a cortar la malla de hilos con la espada.
El oponente de Kuwabara se había retirado unos pasos cuando había sentido la energía. Kuwabara se puso en pie, parecía un poco cansado, pero la Rei Ken todavía estaba en sus manos.
"No voy a caer dos veces en el mismo truco." – le dijo al espíritu, cuando éste intentó volver a capturarlo lanzándole hilos otra vez. Pero Kuwabara los cortó con la espada.
"Quizás no estemos perdidos." – dijo más contento, Yusuke.
El espíritu esquivó la espada de Kuwabara y aprovechó para tejer con los hilos una especie de palo largo y duro que utilizó para golpear a Kuwabara en la espalda, haciendo que casi cayese al suelo.
"¡Ey! ¿De dónde has sacado eso?" – el espíritu sonrió y volvió a atacar.
"¡No te encantes Kuwabara! ¡Acaba ya de una vez!" – le gritó Yusuke.
"Sí, sí... ya le podría haber tocado luchar a él..." – murmuró fastidiado.
Cuando la espada y el arma del espíritu se enfrentaron, Kuwabara se dio cuenta de que le palo no iba a resistir mucho más, su espada era más poderosa. Así que hizo más fuerza hasta que consiguió que el arma se deshiciese en los centenares de hilos que la formaban. Dejando al espíritu desarmado.
Sin perder un segundo alzó la espada y con una ligera sonrisa de satisfacción la clavó en su estómago. Pero al instante recordó que para que el espíritu muriese él y Suu debían atacar a ambos con la misma fuerza y al mismo tiempo.
Como si hubiesen leído el pensamiento de Kuwabara, Yusuke, Kurama y Hiei mriaron hacia donde estaba Suu.
Suu a su vez también los estaba mirando. A sus pies vieron al espíritu contra el que luchaba, tenía un gran trozo de la rama de un árbol clavado en el estómago.
Por lo visto, sin planearlo habían atacado a los espíritus al mismo tiempo. Los demás miraban a Kuwabara y a Suu alternativamente, en parte sin creerse lo que había pasado y en parte comprobando que los espíritus estuviesen realmente muertos.
"¡GENIAL! ¡FANTÁSTICO! ¡Hemos ganado!" – giraba Yusuke son parar.
Llegaron Kuwabara y Suu muy satisfechos y contentos de que se hubiese acabado.
"Suu explícanos lo que ha pasado porque estábamos tan pendientes del combate de Kuwabara que no hemos visto lo que ha pasado en el tuyo." – le pidió Yusuke.
"Mmm... ¿a partir de dónde?"
"Cuando Kuwabara ha sacado su espada." – le dijo Kurama.
"Pues a ver..." – empezó ella, recordando. – "Después de que Kuwabara sacara su Rei Ken el espíritu me ha atacado varias veces, yo me he defendido. Pero en un despiste él me ha tirado al suelo. Es cuando he encontrado la rama esa y cuando el espíritu se ha abalanzado sobre mí, muy confiado, le he clavado el trozo... Y ya está."
"¿Entonces ha sido casualidad?"- preguntó Yusuke. – "¿No has visto que Kuwabara fuera atacarle y por eso lo has hecho tú?"
"No." – dijo ella, encogiendo los hombros. – "No he visto nada."
"Vaya... y yo que pensaba que sí..." – dijo Yusuke, un poco desilusionado. Suu rió ante la cara que puso él.
"¿Qué más da ahora eso? La cuestión es que hemos ganado." – dijo Kuwabara, muy orgulloso.
"Veo que mi estrategia no sirvió. Supongo que os infravaloré." – les interrumpió Demon.
"¿Estrategia?" – preguntó Kuwabara.
"Estudió a todos, el poder, la técnica, la velocidad,... en todos los combates que hicimos y cuando localizó a uno de nosotros que tenía menos que los demás le hizo luchar muchas veces para que se cansara..." – explicó Yusuke, recordando lo que le había dicho Kurama.
"Suu..."
"Sí, y por lo que hemos visto, supongo que desde el primer combate ya había elegido uno de los que lucharía en el último combate." – dijo ahora Kurama.
"¿Ah sí? ¿Quién?" – preguntó Kuwabara, curioso.
"Tú."
"¿¿Yo??"
"¡Pues claro, Kuwabara! Está clarísimo que de nosotros cuatro tú eres el más débil." – le dijo Yusuke.
"¡¿Qué has dicho Urameshi?!" – le gritó cogiéndolo por el cuello de la camiseta.
"No te enfades con tu amigo, es la verdad. Los más débiles de los cinco sois tú y la chiquilla." – Demon se ganó una mirada asesina de los dos. Ellos eran conscientes de eso, pero no les gustaba que se lo recordasen y menos si era un enemigo. – "Supongo que me confié demasiado pensando que como la chica ya estaría muy cansada... y tú acababas de luchar... mis espíritus ganarían sin problemas."
"Fue un gran error por tu parte. Ahora, libera a Botan y a Keiko como quedamos."
"¿Quedamos en eso? Yo no recuerdo tal cosa." – le dijo Demon a Yusuke, haciéndose el despistado.
"¿Qué? ¡Fuiste tú quien lo dijo! ¡Un trato es un trato!" – le gritó Yusuke.
"¡Cuánto lo siento! Pero no recuerdo nada de nada."
"¡Desgraciado!" – gritó Yusuke apuntando hacia él, listo para disparar.
"¡No Yusuke!" – Kurama intentó que no disparara, pero no estuvo a tiempo.
Yusuke disparó su Rei Gun, fue un disparo bastante potente, con mucha energía espiritual acumulada. Sólo había luchado una vez y tenía muchas ganas de descargarse. ¡Ese maldito demonio con sus trampas!
El tiro impactó de lleno en Demon y una luz brillante les cegó por unos instantes.
"¡Le dio!" – gritó Kuwabara.
"Sí, eso parece." – dijo la voz de Demon.
"¡No puede ser!"
"¿Os he dicho que mi cuerpo está recubierto de un material muy duro? Creo que no... Ya me podéis atacar con lo que queráis y lo fuerte que queráis que no me vais a hacer nada de nada. Tal vez habéis ganado esos combates, pero a mí no me ganaréis. No tengo nada que ver con esos insignificantes espíritus, yo soy más poderoso." – dijo Demon con orgullo, riéndose.
"Eso habrá que verlo." – dijo Yusuke con una mirada desafiante y colocándose en posición para atacar.
"Oh, así que tú quieres ser el primero en morir... muy bien. Aunque es una lástima, había pensado dejarte el último para que así vieses como mataba a tus amiguitos."
"Deja de decir tonterías y lucha conmigo, ¿o es que no te atreves?" – le dijo todavía con esa mirada, después se giró hacia Kurama y le susurró bajito para que Demon no lo escuchase. – "Mientras yo lucho con él intentad sacar a Keiko y Botan de allí lo antes posible, este tramposo podría amenazarnos con matarlas si no hacemos lo que nos dice."
"Así lo haremos." – asintió Kurama.
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