Estaba medio dormida cuando escuchó la puerta principal abrirse y poco después cerrarse. Estuvo atenta por si escuchaba algún ruido dentro de la casa que indicase que Kurama había entrado. No oyó nada, eso quería decir que había salido.

Estaba sola en casa. Seguramente Kurama había ido a comprar y volvería en seguida. Entonces recordó que tenía que ir a su casa hoy sin falta y ahora que estaba sola era una buena ocasión. Kurama no le dejaría salir de casa por nada del mundo, tenía que aprovechar esta oportunidad.

Abrió los ojos, pues hasta ahora los había tenido cerrados, y se incoporó lentamente. Mientras lo hacía sintió unas punzadas en el estómago. La herida no se lo iba a poner fácil. Empezó a dudar de que fuera a ser capaz de llegar a su casa en el estado en el que se encontraba y además, evitar que las heridas se le abriesen... Pero debía ir a su casa...

Consiguió sentarse en la cama y estaba a punto de poner los pies en el suelo cuando...

"¿A dónde crees que vas?" – dijo una voz a su espalda.

Casi grita del susto, pero consiguió evitarlo y en vez de eso sólo dio ligero brinco. Giró la cabeza hacia atrás en un rápido movimiento.

"¡Hiei!" – le gritó enfadada. – "¡Esas cosas no se hacen! ¡Qué susto me has dado!"

"Hn." – le dirigió una media sonrisa, le había gustado asustarla.

"¿Qué haces aquí?" – le preguntó, molesta.

"¿A dónde ibas?" – le preguntó él, ignorando la pregunta de ella.

"Yo he preguntado primero." – él la miró severamente. – "Está bien. Tenía sed e iba a la cocina a-" – mintió.

"Ya." – la interrumpió. Por el tono con el que lo había dicho, Suu supuso que no se lo había creído. Hiei se bajó de la ventana donde estaba sentado y se apoyó en ella (en la ventana!).

"¿Qué haces aquí?" – volvió a preguntar.

"Hacerle un favor a Kurama."

"¿Un favor?" – preguntó incrédula. ¿Hiei haciendo favores? – "¿Cuál?"

"Vigilarte."

"¿Vigilarme?" – repitió, sorprendida. – "No hace falta. Ya estoy bien, no necesito que nadie esté pendiente de mí."

"Hn. Ya he visto que estás mejor. Pero no quería que te vigilase por esa razón." – respondió él, con una media sonrisa.

"¿Ah no? ¿Entonces por qué?" – pensó unos instantes... – "¡Ah! Qué desconfiado que es Kurama. No iba a escaparme."

"Yo no he dicho que fuese esa." – Suu se lo quedó mirando. Genial, le acababa de confirmar que había intentado escaparse. Seguro que se lo contaba a Kurama. – "Venga, vuélvete a meter dentro de la cama. No querrás que se te vuelvan a abrir las heridas, ¿verdad?"

De mala gana se volvió a estirar. ¿Cómo había sabido Kurama que pensaba escaparse cuando se quedase sola?

"¿Qué, todavía tienes sed?" – le preguntó con malicia.

"Muy gracioso." – sintió un dolor en el estómago al moverse un poco.

"A Kurama no le va hacer ninguna gracia que se te vuelvan a abrir, así que estáte quieta." – gruñó Hiei, mientras se sentaba otra vez en la ventana.

Genial. ¿Y ahora cómo se suponía que iba a cogerlas si no podía ni salir de la habitación? En ese momento otro dolor diferente a los que provocaban las heridas, apareció. Primero fue como un pinchazo en el corazón y luego fue haciéndose más intenso y subiendo hasta llegar a su cabeza. Suu cerró los ojos con fuerza y apretó fuerte los puños, esperando que el dolor pasase pronto. Ahora sí que las necesitaba... ya era la segunda vez en poco tiempo.

Hiei se acercó unos pasos hacia la cama, un poco curioso. Preguntándose qué se traía entre manos esa chica.

"¿Qué te pasa?" – preguntó, cuando vio que la expresión de ella había cambiado y parecía un poco más tranquila.

"Nada." – y luego le miró directamente a los ojos. Si no había otro remedio... las necesitaba pronto. – "Emm... Hiei, ya que estás, ¿por qué no me haces un favor a mí?"

Primero se la miró sorprendido, después levantó una ceja, desconfiado.

"¿Cuál?"

"Irme a buscar una cosa."

"¿El qué?" – preguntó, un poco curioso.

"Está en mi casa... es lo que quería ir a buscar cuando me has visto que me levantaba..." – le dijo ella, desviando la vista unos segundos cuando Hiei frunció el ceño, y luego volviéndolo a mirar.

"Lo que quieres es que me vaya y así escaparte."

"No. Lo que quiero es que me traigas eso." – le respondió ella, un poco molesta por su desconfianza. Cosa que era de esperar pues la había pillado intentando irse y además Hiei no confiaba mucho en los demás.

"Hn. ¿Y qué es ESO?"

"Un frasco con unas pastillas."

Hiei se la quedó mirando otra vez, pero ahora parecía que estuvisese esperando algo.

"¿Qué?" – preguntó ella al final.

"Si no me dices donde está no te lo podré traer." – le dijo él, mirando hacia otro lado.

Suu le miró sorprendida. Esperaba que fuese más difícil convencerle. A lo mejor está de buen humor hoy... mmm... no sé por qué pero no me convence esta razón...

"Está en la cocina, al lado del microondas."

"¿Del qué?" – le preguntó. Claro, Hiei no tenía ni idea de lo que era eso.

Suu se rió ligeramente. – "A mí no me hace gracia." – dijo él con tono molesto y que amenazaba con que acabase diciendo que no lo iba a buscar. Así que Suu dejó de reír, más valía no tentar a la suerte...

"... Da igual, me parece que no tengo más frascos iguales al que quiero en la cocina, así que no te confundirás. Es de color marrón, con el tapón blanco y está lleno de pastillas."

"Bien. ¿Y cómo entro?"

"Mmm... creo que el ventanal que da a la terraza está abierto, como hacía tanto calor no lo cerré." – las ventajas de vivir en un ático de un edificio tan alto es que no pueden entrar ladrones...

Hiei se subió a la ventana de un salto y antes de irse la miró con severidad.

"Espero que cuando vuelva todavía sigas aquí y no te hayas movido. Porque sino me encargaré yo mismo de que se te abran esas heridas y otras más." – dijo con tono amenazante y luego desapareció.

"¡Qué simpático eres!" – le gritó, pero él ya no podía oírla.

Al fin y al cabo no podía quejarse, tendría las pastillas.

~ ~ ~

Hiei regresó en menos de media hora.

"¿Esto?" – le preguntó, sacando el frasco de su bolsillo y lanzándoselo. Suu lo cogió al vuelo y miró el frasco.

"Sí, gracias." – le agradeció, sonriendo levemente.

"Hn. ¿Y para qué las quieres?"

"Pues para prevenir ataques como el que he tenido antes." – le respondió ella. Aunque era verdad no podía dejar de sentir que no estaba actuando bien.

Hiei se la quedó mirando unos segundos, como si quisiese preguntar algo más. Pero al final no dijo nada, sólo se dio la vuelta y se fue a sentar en la ventana, fijando la mirada en unos pájaros que había en el árbol de delante de la ventana de la habitación de Kurama.

"Esto... ¿podrías no decirle nada de esto a Kurama?" – le pidió ella al cabo de un rato, después de haberse tomado una pastilla. El youkai se giró un poco sorprendido.

"¿Por?"

"Bueno, no quiero que se preocupe..." – Vale, no es la razón principal, pero también es verdad... – "Si supiese que tengo esos ataques... es que nadie lo sabe, excepto tú ahora." – Añadió. Hiei levantó una ceja. – "No se lo digas, ni a él ni a nadie... ¿por favor?"

"Hn. No veo por qué tendría que decírselo..." – dijo él, otra vez mirando por la ventana.

"Ah... pues gracias." – le volvió a agradecer, un poco sin creerse que le estuviera resultando tan fácil convencer a Hiei, precisamente él.

"... pero tampoco veo por qué no tendría que hacerlo." – continuó, mirándola con malicia.

Se quedaron mirando fijamente durante unos instantes.

"No, si ya me extrañaba a mí." – suspiró. – "De acuerdo, ¿qué es lo que quieres? Supongo que también le habrás pedido algo a Kurama, ¿no?"

Hiei hizo una media sonrisa, lo que dio a entender a Suu que sí.

"Bien... ¿entonces qué quieres? ¿Qué le has pedido a él? ... Chantajista..." – dijo esto último más para sí misma.

"No hago favores a cambio de nada."

En ese momento oyeron abrirse la puerta principal y luego cerrarse.

"Ya estoy aquí." – escucharon que decía la voz de Kurama unos instantes después, desde la cocina.

"Bueno, como tienes mucho tiempo y no tienes nada que hacer, piensa tú en algo. De aquí a unos días volveré y será mejor que tengas algo." - dijo, sonriendo divertido ante la expresión de enfado de ella.

"¡¿Qué?! ¡Pero si no tengo ni idea! ¡Es mucho más fácil si me lo dices tú!" – le gritó en voz baja, ya podían oírse los pasos de Kurama acercándose a la habitación. – "¡Hiei!" – pero él no le hizo ningún caso.

"Hola." – saludó Kurama, entrando en la habitación. – "¿Te has portado bien?"

"Muy bien. No hacía falta ningún vigilante." – le respondió, molesta. Kurama la miró sorprendido.

"¿Ya la has hecho enfadar, Hiei?" – preguntó Kurama.

"¿Yo? ¿Por qué iba a hacer algo así?" – dijo él, haciéndose el inocente. – "Está enfadada por otra cosa, ¿verdad?" – dijo después, mirándola maliciosamente.

Suu giró la cabeza hacia el otro lado. Kurama los miraba sin entender.

"¿Por qué estás enfadada?"

"Por nada."

"Porque-" – empezó a decir Hiei.

Suu se giró hacia él preparada para hacerle callar, pero se encontró con que él la estaba mirando divertido. ¡Lo había hecho a propósito! Había hecho ver que se lo iba a decir a Kurama sólo para provocarla. Definitivamente es un demonio...

Entonces sonó el timbre y Kurama fue a abrir la puerta. Suu le dirigió una breve y amenazante mirada antes de girar la cabeza otra vez, mirando hacia la puerta de la habitación.

"¡Holaaaaa!" – se oyó la voz de Kuwabara decirle a Kurama.

"Hola Kurama." – ahora fue la de Yusuke.

"Hn. Genial." – se quejó Hiei. – "Yo me voy, no tengo ganas de aguantar a ese. Recuerda, me debes algo." – le dijo antes de salir por la ventana.

"Lo tienes claro, si no me dices lo que quieres..." – dijo para sí misma.

Suspiró con resignación. ¡A ver qué le podía ofrecer! Escuchó unos pasos acercándose a la habitación, por la forma de caminar estaba segura de que era...

"¡Hola Suu!" – saludó un muy contento Kuwabara, entrando en la habitación.

"Hola. ¿Y Yusuke y Kurama?"

"Sí, ahora vienen. Están cogiendo algo." – respondió sonriente.

"Ah. ¿Y cómo es que habéis venido?"

"Es que hemos ido con las chicas a esa heladería nueva y como tú todavía no has probado los helados de allí... ¡te he traído un regalo!" – exclamó, contento.

"Qué cara tienes, es un regalo de todos." – le dijo Yusuke, entrando con un par de tarrinas de helado en cada mano, seguido por Kurama que también llevaba dos. "Toma." – le dijo a Suu, acercándole una.

"¡Helado!" – exclamó contenta, hacía mucho tiempo que no tomaba ninguno.

"Lo tienes gracias a mí. ¡Porque ha sido idea mía!" – dijo orgulloso Kuwabara.

"Sí, sí lo que tú digas. Cómetelo ya." – le dijo Yusuke. – "Te gustaba el de limón, ¿no?"

"Eh... sí, pero los otros también me gustan." – respondió, metiéndose una cucharada en la boca. – "Está muy bueno."

"Oye Suu, ¿dónde está Hiei?" – preguntó Kurama extrañado de no ver a Hiei en la habitación.

"Se ha ido." – respondió simplemente.

"Oh vaya... entonces sobra una tarrina."

"¡Pues ya me la como yo!" – dijo muy contento Yusuke, cogiendo la tarrina que tenía que ser para Hiei y empezándosela a comer. – "Total, en un principio ya no era para él porque no contábamos con que estuviera aquí." – dijo entre cucharadas.

"Oye, ¿y que hacía aquí Hiei si se puede saber?" – preguntó Kuwabara.

"Vigilar a Suu." – le explicó el pelirrojo.

"¿Vigilarla? ¿Por qué? Yo la veo mucho mejor." – preguntó Yusuke.

Suu siguió comiendo el helado, pero muy atenta a lo que diría Kurama.

"Sí, está mejor, pero por si acaso."

Suu suspiró por dentro, aliviada.

"Ey, Kurama. La semana que viene empezamos las clases, tú también, ¿no?" – preguntó Kuwabara, cambiando de tema.

"Sí, claro."

"¿Y Suu podrá ir?" – se interesó Yusuke.

"Pues... no creo que las heridas estén curadas del todo, pero supongo que ya podrá moverse. ¿Piensas ser más responsable este trimestre?" – bromeó Kurama.

"Yo siempre soy responsable, Kurama. Deberías saberlo." – respondió, acabándose el helado.

"¡Eso quiere decir que seguirá igual, o sea, que seguirá siendo irresponsable!" – se rió Kuwabara.

"Mejor cállate, tú no puedes presumir mucho de responsabilidad." – replicó Yusuke.

"Bueno, pero lo soy más que tú. ¡Al menos voy más a menudo a clase que tú!"

"Ya empiezan a pelearse." – suspiró Suu, dejando su tarrina a un lado y mirando un poco divertida la escena, pero no mucho, no le gustaba que la gente discutiese... aunque con esos dos ya sabía que las peleas no eran muy en serio.

"Venga chicos, tranquilizaos." – les dijo Kurama.

Al final ambos se calmaron y se quedaron en silencio.

"Mmm... entonces, ¿el lunes podré ir a clase?" – preguntó Suu, pensativa.

"En un principio sí. Las heridas no estarán curadas del todo, pero podrás ir igualmente."

"Tu madre viene el lunes, entonces el domingo me iré a mi casa. Si el lunes puedo ir a clase, también puedo moverme el día antes, ¿no?"

"Claro. Parece que le tengas miedo a mi madre." – rió Kurama.

"No es eso." – respondió, molesta.

Entonces Yusuke preguntó algo a Kurama y ellos dos y Kuwabara se pusieron a hablar. Suu se mantuvo apartada de la conversación, pensando en el problema que tenía con lo de Hiei...

Claro que Hiei había accedido tan rápido a hacerle un favor, desde un principio ya tenía pensado lo que haría cuando volviese.

... sería mejor que encontrase algo pronto, no quería pasarse días pensando en eso.

Miró hacia el escritorio de Kurama. Libros, hojas de papel, un lapicero y un despertador... todo bien puesto encima de él. Pero en un lado del escritorio había algo que desentonaba... las tarrinas de los helados de Yusuke y Kuwabara... las habían dejado allí y no las habían tirado a la basura.

Helado... Buena idea...

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Lo siento muchísimo de verdad! Pido disculpas por haber tardado tanto! Pero es que estoy muy atareada y cuando pensé que tendría un tiempo de descanso me pusieron muchos trabajos... así que no pude hacer nada. Estoy estresada... como hoy estaba cansada he decidido descansar un rato y actualizar un poco el fic... Hacía tanto tiempo que no me pasaba por ff.net!!

Creo que el estrés ha afectado también al capítulo... no es nada del otro mundo. Y además es más corto que los que he escrito hasta ahora, pero me parece que a partir de ahora voy a reducir la longitud de los capítulos. Quién me diría a mí que iba a llegar hasta el 8? Yo creí que tendría muchos menos capítulos XD

Bueno, ahora a responder reviews ^_^

botan-92, muchas gracias por tu review! Me alegro de que te gusten los capítulos ^^ Siento no haber podido actualizar antes.

Shirubi, dos capítulos para compensar lo poco que actualizo... Eiii no! Que Kuwabara es de Yukina! No le gusta Suu, nop. Lo que pasa es que ya se sabe, Kuwabara tiene las manos muy largas XDD No me gusta romper parejas, además... me gusta la pareja Kuwabara&Yukina ^_^ Bueno, en este no se ve muy bien lo que va a pasar, pero de momento te digo que no habrá ninguna misión ^^ (acabé harta con Demon ¬¬)

Yukii, acabo de ver que ya tienes varios publicados T_T a ver si tengo tiempo y me los leo... tengo que ponerme al día por aquí, cada día veo más fics! Y pensar que cuando empecé a pasarme sólo había una página! Pues te digo lo mismo que a Shirubi sobre lo que pasará XD Xi, hice un propósito (entre otros): acabar este año el fanfic XDDD en serio, tengo ya unas ganas!

Kina-san, qué bueno verte por aquí de nuevo después de tanto tiempo!!! Pues gracias, yo encantada de que te guste ^^ Ay los combates... no me los recuerdes!! Pues nada, muchas gracias por el review y ánimos a ti también!!!

Terminé. Sólo dar las gracias a quienes dejan review y también a quienes se leen el fic, por supuesto.

Feliz Semana Santa! Que disfruiteis de estas mini vacaciones!