Abrió el cajón donde guardaba la tabla para cortar los ingredientes que iba a utilizar para hacer la cena, mientras se reía y recordaba cómo había aparecido Hiei en su casa.

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Después de casi tres cuartos de hora haciendo cola en el supermercado, por fin había logrado salir y llegar a su casa. No sin dejar de estar alerta por si aquellas tres locas decidían seguirle por el camino. No es que fuese a hacer nada en concreto, sino que las últimas dos semanas se la habían pasado haciéndole fotos por cualquier tontería; cuando llegaba al instituto, cuando salía, cuando iba a comer, si se la encontraban por la calle... había llegado a ser bastante molesto y un día casi le rompe la cámara a Akane. Le había estado siguiendo desde que salió de clase, se había metido a comprar con Keiko y ella, pero obviamente la espía no iba con ellas, iba detrás y de vez en cuando les hablaba desde detrás de cualquier tontería que se le pasaba por la cabeza. Llegó un punto en que Keiko y Suu estaban tan hartas que le gritaron y todo... y Suu casi le tira la cámara al suelo, suerte que se contuvo, bueno, Keiko lo evitó.

Sacudió la cabeza intentando sacar el recuerdo de las tres cotillas siguiéndola a todas partes y subió la calle donde estaba su piso.

Por suerte las heridas ya habían cicatrizado una semana atrás. Como Kurama le dijo al principio, si la crema se ponía regularmente en una semana ya estaría todo bien. Al final ese día en que se desmayó en medio de la calle consiguió convencer a Kurama para que le diese la crema y se la pusiera ella misma. Había sido responsable y se la había puesto todos los días, y como recompensa por su constancia las heridas habían cicatrizado. Tal y como andaba el panorama en el instituto, no sería muy prudente entrar y salir de casa de Kurama todos los días...

Estaba oscureciendo y empezaba a hacer un poco de fresco, ya estaban a primeros de octubre.

Subiendo las escaleras recordó que todavía estaba el helado que le compró a Hiei en el congelador. Ya había pasado una semana desde que lo fue a comprar y otra semana más desde que Hiei le hizo el chantaje.

A lo mejor se le ha olvidado. – pensó Suu. – O tal vez no lo dijo en serio...

Abrió la puerta del piso y entró, cerrando la puerta detrás suyo. Encendió la luz y fue a dejar la compra en la cocina, donde no se molestó en encender la luz, se veía suficiente para dejar las bolsas.

"Ya era hora." – dijo una voz grave que provenía de una de las puertas de la cocina y que sonó un poco lúgubre.

"¡¡AH!!"

Suu pegó un brinco y casi se le caen las cosas por toda la cocina. Que le hablen a uno de repente cuando estás casi a oscuras en un sitio donde no tiene que haber nadie más... suele asustar.

Se giró sobresaltada y vio a Hiei apoyado en el marco de la puerta, se veía muy satisfecho. Le encantaba asustarla, estaba claro.

Se lo quedó mirando con mirada asesina y luego se fue hacia donde estaba él. Sin dejarle de mirar ni un momento mientras alargaba la mano y encendía la luz de la cocina, él también le había sostenido la mirada, con una media sonrisa en los labios.

"Veo que te divierte."

"No sabes cuánto." – le respondió él, todavía con esa media sonrisa.

"Pues a mí no me hace ninguna gracia." – le dijo, volviendo donde estaba y empezando a colocar las cosas en su sitio.

"Por eso lo hago." – Suu le miró de reojo ante el comentario. Estaba empezando a hartarse de que el youkai hiciese eso.

"¿Y a qué debo el honor de tu visita?" – preguntó ella con ironía.

"Me debes algo." – le informó simplemente. Todavía apoyado en el marco, observando a Suu moverse por la cocina colocando las cosas.

"Pensé que ya te habías olvidado, ya han pasado dos semanas."

"Te dejé tiempo. Además, he estado ocupado."

"Si tú lo dices." – susurró ella, abriendo el congelador para meter unos trozos de pescado y aprovechando para sacar el helado de Hiei.

"¿Encontraste algo?" – preguntó él, fingiendo desinterés, pero se veía bastante curioso.

"Claro." – respondió ella, con suficiencia. – "Si lo quieres, cógelo." – Y acto seguido le lanzó la tarrina. Hiei la cogió al vuelo y la observó con atención.

"Está muy frío." – comentó, más para sí mismo que para que lo oyera Suu.

"Suelen estarlo." – bromeó, sacando una cucharilla para que el youkai se lo comiese.

"¿Esto es...?" – se calló intentando recordar el nombre. Las veces que lo había comido Kurama se lo había servido en un plato o iba en un cucurucho (o algo así), pero nunca lo había visto metido en ese recipiente.

"Es helado, sí. De chocolate para ser más exactos."

"¿Se lo preguntaste a Kurama?" – preguntó Hiei, mirando todavía la tarrina.

"¿El qué?"

"Si me gustaba esto." – respondió mostrando con la mano el helado.

"Claro que no."

Hiei levantó una ceja en señal de que no se lo creía.

"Es la verdad." – le aseguró.

"Entonces has tenido suerte."

"¿Por qué? ¿Te gusta, entonces?" – le preguntó, sabiendo muy bien que sí que le gustaba.

"Hn. Podría haber sido mejor." – dijo, haciendo ver que no estaba muy satisfecho con el helado. Aunque por supuesto que lo estaba, pero no admitiría delante de nadie que le encantaba el helado y menos delante de ella. El helado era de las pocas comidas de los ningens que le gustaba y de entre todos los sabores que había probado, el de chocolate era el que más le gustaba. Tendré que hacer más favores así... Vale la pena si la recompensa es un helado.

"Claro que podía haber sido mejor, si me hubieras dicho lo que querías exactamente."

"Pero entonces no habría sido divertido."

Suu volvió a mirarle con cara seria, pero decidió ignorar el comentario. – "¿No te lo comes?"

Vio que Hiei fruncía un poco el ceño y se quedaba mirando la tarrina.

"Lo haría... pero..." – empezó, mientras le daba vueltas.

"¡Oh!" – Suu comprendió lo que le pasaba y se esforzó por no reír. No tenía gracia, no. – "Ahora te lo abro."

Fue hacia allí y tiró del plástico que cubría la parte de arriba de la tarrina con cuidado. Miró a Hiei mientras lo hacía, éste estaba observando atentamente cómo se abría. – "Ya está." – Levantó la vista de nuevo hacia él y sonrió, él enseguida miró hacia otra parte.

"Yo ya lo sabía hacer."

"Claro." – respondió ella, dejando el helado y yendo a buscar algo en el frigorífico.

Mientras tanto, Hiei ya había empezado a comerse el helado de chocolate. Fingiendo desinterés y que se lo comía con pocas ganas cuando Suu le miraba de reojo desde el frigorífico. Se lo comía lentamente, como si saborease cada cucharada y aunque lo disimulaba bastante bien, era obvio que estaba disfrutando con el helado. Suu sonrió para sus adentros, muy contenta de que le hubiese gustado.

"Voy a cenar, ¿te quedas?" – le preguntó, mientras sacaba las cosas para preparar la cena.

Hiei se la quedó mirando un poco sorprendido ante la inesperada invitación, con la cuchara en la boca y los ojos ligeramente más abiertos. Suu no pudo evitar reírse frente tal escena, estaba muy gracioso.

Mientras se reía abrió el cajón donde guardaba la tabla para cortar los ingredientes.

"¡Mierda!"

En un acto reflejo retiró la mano y se llevó el dedo en el que se había hecho daño a la boca. Al mismo tiempo que abría más el cajón para descubrir con qué se había lastimado.

La tabla de cortar estaba rota por uno de los bordes y al ser de madera se había astillado un poco. Suu se miró el dedo. No se había cortado. Levantó la mano para mirarse el dedo mejor con la luz de la lámpara de la cocina. Como era de esperar, tenía una astilla clavada, no era muy grande por suerte, pero dolía.

"¿Se puede saber qué te pasa?" – se interesó Hiei. Ya se había acabado el helado y lo había dejado en la mesa de la cocina.

"Me he clavado una astilla." – explicó con voz quejosa, intentando quitársela con las uñas... pero sin éxito.

"Oh, qué tragedia." – se burló él.

"Puede que sea una tontería, pero duele." – se defendió, volviendo a intentar sacársela. – "Nada, no se puede."

"Yo sé cómo te la puedes sacar." – le comentó.

"¿Ah sí? ¿Cómo?" – preguntó esperanzada.

"Con esto." – respondió Hiei cogiendo un cuchillo de la mesa.

"¡¿Qué dices?!" – exclamó, escondiendo las manos detrás de la espalda y dando un par de pasos hacia atrás, por si acaso.

Hiei se acercó con una media sonrisa en los labios y el cuchillo todavía en la mano. – "Con esto sale seguro."

"Estás loco. ¿Y cómo se supone que se debe quitar con eso?" – retrocedió unos pasos más mientras hablaba y salió por la otra puerta de la cocina, llegando a la sala de estar.

"Muy fácil, se hace un corte en el lugar donde tienes la astilla y con la sangre saldrá sola." – explicó, siguiéndola con la misma sonrisa puesta y cuchillo en mano.

"Estarás bromeando." – dijo, sin creerse lo que le estaba oyendo decir al youkai.

"No. En el Makai se hace así, sólo que se utilizan las espadas, porque no suele haber un cuchillo de cocina cerca."

"Me estás tomando el pelo." – respondió desconfiada y colocándose de modo que el sofá estaba entre ambos. Ella detrás y él delante, todavía con el cuchillo en alto. No daba muy buenas vibraciones el ver a Hiei así.

"No. Ven y te lo demuestro."

"No pienso cortarme con ningún cuchillo."

"Pues ya lo hago yo." – fue a dar la vuelta al sofá para acercarse a ella.

"¡Ni loca! No voy a hacerme un tajo en el dedo por una astilla. Debe haber algún otro modo..." – se alejó de él, dando la vuelta por el otro lado.

Ahora Hiei estaba detrás del sofá y Suu delante, todavía con las manos detrás de la espalda y vigilando que Hiei no se acercara demasiado.

"Mmm... tal vez con unas pinzas salga..." – murmuró pensativa y procurando no acercarse a Hiei se fue por el pasillo hacia alguna habitación.

Hiei esperó a que volviera con un poco de curiosidad por ver lo que traería que fuese más eficaz que su método.

"Ya las tengo. Técnicamente con estas pinzas podré sacarme la astilla." – decía mientras aparecía por el pasillo y luego se sentaba en el sofá, al otro lado de donde se encontraba ahora Hiei.

"Estoy seguro de que mi método es mucho mejor, lo que pasa es que tienes miedo de hacerlo." – le dijo, mirando cómo Suu intentaba sacarse la astilla.

"Miedo no sería la palabra precisamente... A lo mejor a ti te gusta ese método, pero a mí no. Lo haré a mi manera. Y ahora no me distraigas a ver si acierto."

Dicho esto empezó a hacer varios intentos de sacarse la astilla, pero no lo conseguía. No era muy hábil haciendo cosas con la mano izquierda y además el trozo que sobresalía no era muy largo, por lo que le resultaba bastante difícil.

"¿Decías?" – se burló él, empezando a cansarse de verla peleándose con ese trocito de madera.

"Calla. No es nada fácil. ¿Quieres hacerlo tú?" – le dijo fastidiada.

"Bueno. Seguro que lo haré mejor que tú." – accedió el youkai.

Se sentó al lado de la chica y cogió las pinzas que ella le dio. Se las miró unos segundos para descubrir cómo iban, no tardó demasiado. Entonces cogió la mano y Suu la cerró dejando estirado sólo el dedo índice, que era donde se había clavado la astilla. Hiei movió el dedo de manera que pudiese ver bien dónde estaba la molesta astilla y cuando la hubo localizado la sujetó con las pinzas. Con un rápido movimiento y sin que Suu se diera cuenta la astilla ya estaba fuera del dedo.

"¡Oh! ¿Ya está?" – exclamó sorprendida mirándose el dedo.

"Hn. ¿Lo ves? Tanta tontería..." – dijo con orgullo. Volvió a coger el dedo y lo examinó con cuidado. – "Sí que te la habías clavado bien, hasta te sale un poco de sangre."

"Ah, eso no importa, ya ni me due-" – se calló de golpe, no creyéndose lo que acababa de hacer el demonio de fuego.

Hiei se había inclinado un poco y había lamido la poca sangre que salía del dedo.

Una extraña sensación la invadió. Suu no fue capaz de retirar el dedo, no pudo reaccionar. Sólo se lo quedó mirando con los ojos bien abiertos... los cuales todavía se abrieron más cuando vio que el rostro del youkai se acercaba al suyo... y sintió un leve roce de labios, muy leve. Era evidente que Hiei no había querido pasar de ahí. Fue leve y corto, no duró ni tres segundos; en parte porque Suu en un acto instintivo se tiró para atrás y por otra parte porque en un abrir y cerrar de ojos, Hiei había desaparecido de delante suyo y lo siguiente que escuchó fue cerrarse la puerta de la terraza.

Suu se quedó mirando la pared un rato, luego se levantó todavía un poco aturdida ante lo que acababa de pasar. Mientras preparaba la cena encontró una explicación para lo que había pasado... y no le gustó nada en absoluto.

Vale, eso sí que no ha tenido gracia...


Ya estoy aquí de nuevo! Increíble, verdad? Antes de que empecéis a decir nada sobre la última escena, diré que la vida da muchas vueltas... o sea, que vete a saber lo que pasará en el siguiente capítulo XD

Inexplicablemente he actualizado en menos de un mes... todavía no me lo creo!! Será que estos capítulos se me hacen más amenos de escribir... no sé. Pero seguro que vosotros lo agradecéis que me pase esto XD

A ver esos reviews:

Ropna, mmm... no es que no me guste mi fic, es que tengo la manía de compararlo con otros y claro, ... acabo dándome cuenta de que el mío no es nada del otro mundo... Me alegro de saber que te gustó el anterior. Y sobre por qué tardo en actualizar... es más una falta de tiempo, entre clases y otras cosas no me queda mucho tiempo para dedicarme al fic y cuando lo tengo... la inspiración se ha ido de paseo XD Oh, me parece que no puedo adelantarte nada de lo que preguntas... ya se verá ;) ¿Qué esconde? Pues... creo que en 2 o 3 capítulos se sabrá (y eso que cuando empecé lo había calculado para el 5...) Con este no has tenido que esperar tanto!

Yukii, ((Azusa se esconde detrás de la silla)) vale, vale, intentaré no hacerlo más!! T-T Ahora tienes que estar contenta, he actualizado antes de tus exámenes, a que sí?! ¿Me perdonas, eh? ;) Jiji, sí que lo recuerdan, shi. El secreto de Suu, como he dicho a Ropna, se sabrá algún día XD es broma, espero que sea pronto para ver lo que os parece.

Zafiro, entonces sí que es una joya? Vaya... pues gracias... Pero no sé qué tiene de especial el mío para que digas que como este no has encontrado... Emm... lo de Hiei/Suu ya he hecho un comentario arriba, jeje. Y sobre lo del soplo... pues.. venga, va, te contestaré. La respuesta es: no. No tiene un soplo. La verdad es que eso me suena demasiado a telenovela, lo que tengo pensado es un poco más original ;)

Shirubi, ((Suu: ¡¡Ui como te pille!! /sale corriendo detrás de Shirubi/)) Oye, que no sé por qué se lo dijiste... Ui, ui cuántas preguntas... y a la mayoría no puedo responder. Sólo puedo decir que no habrá yuri XDDDD mmm... aunque vete tú a saber ;P Por cierto, recibiste el mail que te explicaba cómo hacer lo que me preguntabas? Es que me parece que últimamente el correo me hace un poco el tonto...

Kalid, alucino cuando me dicen que se han leído el fic de tirón! Cómo has podido?? Yo no podría, tardaría unos cuantos días... con lo largos que son algunos capítulos! Pues gracias por leértelo! Jeje, a mí también me caen mal ese tipo de gente...

Argh!!! Este nuevo sistema de fanfiction es un rollo... no puedo poner las caras ni muchos signos!! a ver como sale publicado al final...

Muchas gracias por los reviews y deciros que haré lo que pueda para tener el siguiente pronto, aunque no prometo nada porque como sabréis se acerca final de curso... y una se tiene que aplicar o sino no saldrá nada bien.

Mata ne!