Nada de lo que puedan reconocer me pertenece.

Dedicado a Carlos Meza por su ayuda en la corrección de la primera parte de esta historia y a Alicia mi beta.


¿De qué están hechos lo sueños?

II

El material de los Sueños.


Una aparición del pasado.

Principios de marzo, 1974

Nyon, suiza

Respiró con pesar. Sus ojos que no habían visto la luz en tanto tiempo le dolían. Estaba de pie esperando un tren a las afueras de Nyon. Llevaba consigo una maleta pequeña y desgastada. No contenía nada interesante. Sus documentos importantes, todos los pasajes para los trenes, algunas monedas que sonaban cuando caminaba y una cajita de madera, en la tapa había un dibujo con tinta, una rosa negra.

-Pasajeros hacia Dijon por favor abordar el tren que está llegando a la estación. Preparen su pasaje y pasaporte.- Un hombre vestido con uniforme repitió el aviso en Alemán, francés y otro par de idiomas que no logro comprender.

El tren llegó con un estruendo que hizo temblar el andén de madera. La verdad es que era una máquina muy hermosa. Se dirigió hacia ella un hombre alto y fornido.

-¿Pasaporte?- preguntó con voz ronca. La mujer le obsequió una sonrisa y le entregó el pequeño cuaderno guinda.

-Que tenga un buen viaje Miss Hallow.

La mujer entró al compartimiento de primera clase que tenía reservado y tras sacar su tejido se dedicó a esperar. No pasó mucho tiempo antes de que el tren arrancara y el paisaje alpino cubierto de nieve corrió ante sus ojos. Algunos tramos mostraban claramente que la primavera llegaba ya a Europa.

No llevaba más de tres horas de viaje cuando la puerta del compartimiento se abrió. Un joven con la cara cubierta de granos y de sonrisa tonta entró al compartimiento caminando de manera peculiar.

-¿Qué se le ofrece, trotador de mundos?- preguntó Miss Hallow intentando mantener la calma. Tal vez era la persona que estaba esperando desde que había salido de Leuda tres meses atrás, para ser exactos el 25 de diciembre. Las circunstancias para el comienzo de su viaje habían sido extrañas, pero no inesperadas. Esperaba el paquete, que llegó aquel día, desde una tarde dos años atrás. Había sido un buitre casi desplumado el que había llegado cargando la maleta que llevaba ahora Miss Hallow, ella sólo había tenido que meter la caja de madera y tomar, como decía la carta adjunta, el tren que salía hacia Foggia con el pretexto de que su nieta estaba enferma.

-Soy Arthur Johnson.- dijo cortésmente.- Vengo de Roma, un hombre de apellido Fucciono me mandó con una carta para quien me dijera ¿Qué se le ofrece, trotador de mundos?

-Lo sé.- dijo Miss Hallow, otra carta de aquél hombre.- Esa era la clave.

Arthur extendió una carta.

-¿Es usted inglesa?- preguntó ya no en italiano, sino en perfecto inglés.

-Sí.- respondió la mujer que le dirigió una sonrisa. Tomó la carta y la abrió. Miró las pocas palabras que había allí escritas.

En Dijon tome el tren a Orleáns el 6 de marzo. Tourlaville nos unirá.

D. Fucciono

-Gracias por traerme la carta, señor Johnson.

-Un placer, que su estancia en Dijon sea de su agrado.

-Adiós.

Miss Hallow volvió a quedarse sola. Releyó varias veces el mensaje de Fucciono, esperando que cuando llegara a Tourlaville conocería al miembro que estaba guiándola. Volvió a su tejido. Llevaba la mitad de un suéter azul que era bastante difícil.

-Estoy segura que le gustará.- dijo suavemente.- Ya veremos como a crecido Ale en estos años… hace ya tanto…

Siguió tejiendo.


Diciembre, 1973

Littelmead (Surrey), Inglaterra

Las llamas subían cada vez más rozaban el techo y quemaban todo a su paso. Sangre. Por todas partes, sangre en todos lados. Muertos, uno tras otro ardían. Un llanto llenó el lugar. Giró su cabeza buscado como ayudar a quien lloraba. Encontró una figura encogida en una esquina. Un niño que apretaba fuertemente algo contra su pecho. Miró la cara de ese anciano muerto y lleno de sangre sobre él que lloraba el infante.

Sangre. Fuego. Muerte. Gritos. Lágrimas. Comenzó a verlo todo al mismo tiempo. Trato de correr hacia el pequeño que la miró posando en ella unas grandes pupilas verdes.

-Esta es su trampa. Esta es su tumba- murmuró.- No nos dejes perecer.

La sangre, el miedo, los gritos, el llanto, la cara de ese anciano, los ojos del niño que perforaban su alma. Todo eso comenzó a fusionarse y a girar en un remolino a su alrededor. "No nos dejes perecer"

Elinor Dashwood se levantó de la cama con la boca abierta para dejar escapar un grito que se había atorado en su garganta.

Sin pensarlo dos veces salió de la cama y corrió por el pasillo hacia la cocina. Se tropezó con la mesa, cayó al suelo y volvió a levantarse un par de veces.

Abrió la puerta de la cocina. De pie cerca de la puerta había una figura. Se volteó. En cuanto se vieron la figura gritó seguido por Elinor.

-¡¿Qué sucede?!- las luces se encendieron. Peter estaba de pie frente a Elinor y ambos se miraban con temor. James Potter estaba cerca de ellos. -¡¿Qué demonios les pasa?!

-Tenemos que salir de aquí.- dijo mientras se acercaba a James.- Tenemos que irnos.

-Elinor calma.- murmuró Ale. La tomó por los hombros y la obligó a sentarse en la mesa. Alicia se apresuró a calentar agua mágicamente y pronto tenía la chica una taza de té frente a ella.

-Bien ahora sí, ¿qué sucede?- preguntó Sirius.

-Tenemos que salir de aquí, vender la casa, irnos…

-¿Por qué?- preguntó Marina.

-¡Es nuestra casa!- chilló Sirius.- ¡La casa merodeadora!

-¿Por qué quieres que nos vayamos?- Ale era la que más consternada se veía.

-¡Tú de todos nosotros eres la que mejor debería entender! ¡Mira a tu alrededor! ¡¿Ya viste quienes estamos metidos aquí?!

Todos se miraron entre sí. El primero en reaccionar fue el pequeño Peter que lanzó un gemido. Y luego Marina que se llevó las manos al cuello por instinto. Remus miró ambos gestos.

-Estamos aquí- masculló con voz cansada.- Ocho heraldos y la reina del caos. Todas las presas de Voldemort en la misma casa.

Elinor asintió.

-Tenemos que irnos.- todos se quedaron callados.

-¿Qué soñaste?- preguntó de pronto Ale.

-Soñé con el señor Durville y su nieto. Yo lo vi, los vi como morían dentro de su casa. ¡Y es por nuestra culpa! Vivían en la casa gemela a ésta. Por nuestra culpa los mataron. Por la culpa de los heraldos los mataron. ¡Por culpa de los heraldos Lily está en el hospital!

-Ninguno de nosotros, con la excepción de Ale, deseaba ser heraldo.- dijo Marina.- Pero tienes razón, habrá que salir de esta casa y…- su voz se quebró.- separarnos.

Se miraron. Sirius miró la pared.

-Supongo que algún día debía acabar.- murmuró.- Iré a hablar con la señora Figg la próxima semana… ¿James irás a ver a Lily?

El chico asintió.

-Encargarte de decirle.

-No le va a caer en gracia regresar con sus padres.

-A ninguno de nosotros.- dijo Ale.- Supongo que pasaré en Hogwarts una temporada.

Se miraron entre sí.

-Lo mejor será que comencemos a buscar nuevos lugares, no creo que mi mamá me acepté.- dijo Sirius.- Con mi herencia podré comprar un apartamento, pero no será lo mismo.

-¿Paddy desde cuando las cosas se quedan igual?- preguntó en un susurró Elinor.

-Eli.- dijo Marina.- Lo único que permanece es el cambio.

Peter suspiró. Mientras Elinor dirigía a Marina una mirada furibunda.

-Será mejor que me vaya.- dijo casi para sí mismo.- Nos vemos.

Con su salida todo quedó en silencio.


Únicamente alcanzaba a ver un poco del blanco pasillo. Sola y sin tener un lugar precisó, había sido recluida a aquella sala más allá del quinto piso. Aquella sala que había estado sin uso desde la época en que Dumbledore había sido un infante. Aquel que había albergado al mismo demonio que educó en sus brazos a Voldemort: Grindelwald.

Y el silencio de ese pasillo, que de vez en cuando quebraban los mendimagos de caras largas, era roto en ese instante por el llanto.

Imperceptible, suave y doloroso para los oídos de quien escuchara los sollozos de aquella criatura encerrada y llena de miedo.

Él caminaba por el pasillo, tan despacio que casi parecía no estar allí. Aquel "ático" estaba lleno de luz y un polvo plateado se alzaba por la puerta de la habitación mostrando que el lugar más iluminado era aquél.

Abrió la puerta y se encontró con una cama solitaria rodeada de otras más donde, sentada, lloraba una mujer.

Su cara entre sus manos y sobre sus rodillas pergaminos garabateados. Por lo que pudo ver de reojo se repetía en el papel mil veces el mismo símbolo: una flor en llamas.

-¿Lily?- preguntó suavemente. La mujer levantó la vista y secó con el borde de la colcha sus lágrimas.

-Hola James.- murmuró suavemente.

-¿Qué sucede?

-Nada- mustió antes de intentar, fallidamente, esconder los papeles.

James se sentó en la cama después de dejar las flores que llevaba en el florero.

-Elinor te las envía.

-Dale las gracias de mi parte.- dijo rehuyendo la mirada del hombre.

-¿Qué sucedió?- repitió él.

-¡Nada!

-¡Lily, demonios!- gritó James mientras se levantaba.- ¡Por Merlín entiende que quiero ayudar!

-¡No necesito que me ayudes!

-¡Claro que sí! ¡No seas necia! ¡Él regresó! ¡Acéptalo!

-¡No regresó! ¡No! No pudo haber regresado… no…

James se acercó a ella despacio. Estiró su mano y tocó la mejilla de Lily, ella lo volteó a ver y comenzó a llorar de nuevo. Pidió mudamente que él la abrazara y esto fue lo que él hizo.

-¿Qué pasa?- preguntó.

-Carina Sondler y Jessica Badel ellas…

James la miró inquisitivo.

-¿Qué con ellas?

Jessica había sido en Hogwarts como su hermana y Carina le había ayudado a salir de más de un embrollo en lo últimos años.

-¡Están muertas James!- chilló desperada mientras escondía el rostro en el pecho de James.

-¿Q-qué?

-En unas horas las descubrirán en el apartamento de Carina. Regresaron allí después de la función de teatro de Carina… un éxito, su primer papel como estelar. ¡Y ella llegó! ¡Les habló y explicó porque debían morir! Carina intentó defenderse, las torturaron… ¡Y después… después las mataron!

-¿Cómo lo sabes?

-Lo vi. No se supone que yo deba verlo, sino Elinor, pero lo vi. Cada instante. ¡Murieron! También nuestros vecinos ya no salen por la misma puerta todas las mañanas porque ella los mató.

-¿Ella?- preguntó James.

Lily levantó la cara con el ceño fruncido y bañada en un mar de lágrimas.

-¡Oh, tú sabes quién! ¡Ingrid!

James se quedó en silencio. Ingrid, la mejor amiga de Elinor y Lily durante los primeros años de Hogwarts, hasta que comenzó todo lo de los heraldos. Ahora estaban matando a todos los que habían conocido y ella era la que empuñaba la varita…

-Elinor también soñó algo. Quiere que vendamos la casa y nos instalemos en distintos lugares.

La pelirroja asintió.

-¿A dónde piensas ir?

-Con mis padres y después…

-Podrías venir conmigo.

-Es muy peligroso.

-¡No eres peligrosa! ¡Estamos en el mismo peligro!

-Iré a vivir a cualquier lugar, sólo quedan unos meses para que me gradúe… James tal vez deberíamos tomar un tiempo…

-Será peor si estamos separados, lo sabes.

-No podemos estar juntos siempre. ¡Entiéndelo James te quiero demasiado para pedirte que estés junto a mí!

-Yo te quiero demasiado como para dejarte ir.- hizo un ademán de acercarse pero la chica se levantó de la cama y caminó hacia el ventanal. Se abrazó a si misma intentando darse fuerza para aquello que iba hacer.

-Estoy aquí porque en todo San Mungo no hay un lugar donde una herida como la mía pueda ser tratada.- Se giró y miró a James que se sintió traspasado hasta el fondo de su alma por la mirada verde la mujer.- A diferencia de ustedes estoy unida a esto.- Sacó de su cuello el emblema de los heraldos.- ¡Nunca me dejará sola! ¡Ustedes no tienen los mismo poderes de antes, sólo un vestigio de estos! ¡Yo! ¡Yo estoy condenada! ¡¡Condenada!!

-Lily…

-¡Vete!- chilló.- No vuelvas a buscarme… vete y déjame sola.

-¡No haré eso!

-¡Sí lo harás! Es suficiente James, se acabó. No podemos estar juntos… Buscaré la forma de luchar contra Voldemort como tú luchas en la fila de los Aurors Alfa.

-¡Cómo si fuera a llagar allí!

-¡Idiota!- Lily dio tres zancadas y luego cacheteó a James.- Sé que estás en ese grupo desde hace tres meses. ¡¿Crees que soy idiota?! Los Aurors Alfa son el grupo más importante, instituido para la protección de cada persona importante y cada cosa importante en el maldito mundo mágico. Son casi como los Inefables, saben todo y tienen idea de todo. ¡Tú y Sirius fueron aceptados sin siquiera terminar el colegio por ordenes de lo alto!

-¿Cómo sabes eso?- preguntó el hombre confuso.

-¡No soy estúpida! ¡Toda la información! ¡Las desapariciones! ¡Todo, es como sumar uno más uno! ¡¡Ahora vete!!

-¡No te dejaré sola!

-Sólo quiero que te alejes, nos seguiremos viendo, tenemos que hacerlo porque ambos estamos implicados en esto, pero sabes bien a que me refiero.

-Yo… Lily…

-Terminamos. Confórmate con mi amistad o no me vuelvas a ver. ¡Me duele más que a ti! ¡Pero no puedo dejarte estar así de implicado con mi vida!

-Lily…

-Además eres un mentiroso.

James la miró molesto.

-¿Sabes algo? Me da igual. No necesito que vengas a decirme que hacer… creo que puedo guardar mis secretos. ¡Me voy! ¡Cuídate Lily!

-¡Bien, vete!

-¡¡Bien!!- el chico azotó la puerta cuando salió del cuarto. Se pegó a la pared y cerró los ojos golpeándose contra el muro.

-Idiota.- murmuró. Desde ese lugar podía oír el llanto de Lily en el otro cuarto.


Finales de enero, 1974

Londres, Inglaterra.

Elinor dejó sobre ambas tumbas un ramo de flores. ¿Cómo podían estar muertas? Sentía un vació enorme en su interior. ¡Estaban muertas! No las volvería a ver, a Jessica jugando para los Appley Arrows ni a Carina que, una vez al mes, llegaba con un asado de carne de parte de Armando para el grupo.

¡Jamás! ¡Jamás! ¡Jamás! ¡Jamás las volvería a ver! ¡Todo lo que quedaba de ellas eran fotos que ahora yacían en el fondo de una caja lista para llegar a su nuevo hogar!

Reprimió las lágrimas que afloraban a cada segundo. ¡No podían haberse ido! ¡No quería creerlo! ¡No! ¡No! ¡No!

-Señorita.- dijo una voz detrás de ella.- ¿le sucede algo?

-Vine a ver a unas amigas.- murmuró Elinor que se giró para encontrarse con un anciano.

-¿Amigas? Oh, la juventud de hoy muere tan rápido.

-Sí, las extrañaré tanto.

-¿Y usted?

-A mi hijo y mujer que murieron hace tres años…

"Voldemort" la palabra retumbó en la cabeza de Elinor.

-Lo siento.

-Yo también señorita.

Elinor se dio la vuelta. ¿Cuántas personas debían morir a su alrededor a manos del mismo asesino? ¡¿Cuántas más?! ¿Cuántas veces deberían sufrir? Carina y Jessica no volverían porque los habían conocido ¿o sería por qué eran las siguientes en la lista? La familia de aquel hombre había muerto por ser muggles y cruzarse en el camino de a un Mortífago sanguinario. ¿Debería morir ahora ese hombre por haberla visto? ¿A ella? A un heraldo marcado como pájaro de mala fortuna. ¡¿Cuántos más debían morir por su culpa?! ¡¿Cuántos?!

Elinor comenzó a llorar. Salió corriendo del cementerio con las manos en su rostro y completamente encorvada. Se perdió por las callejuelas y en una de ellas hubo un plop que la hizo desaparecer.

Poco después abría la puerta de la casa merodeadora. Caminó por el pasillo desnudo dónde se alzaban ahora cajas y más cajas.

Les había tomado mucho tiempo decidir que se llevaría cada quién. Que muebles irían a que lugar. Ya todos estaban listos para mudarse a mediados de febrero. Menos Lily que ya se había llevado todas sus cosas y que raramente iba a su antiguo hogar. Vivía con sus padres, cosa que nadie entendía porque había equipado el departamento de su abuela, su herencia, para vivir en él.

James y Sirius eran los que más cerca vivían. A sólo trece cuadras de distancia.

Remus también había rentado un cuarto en una casa para cuando regresara de Normandia.

Todos estaban instalados en Londres o sus alrededores.

-¿Quién llegó?- preguntó una voz y pronto su dueño se presentó en el pasillo.

Elinor y Sirius se miraron un instante. Ambos acongojados por distintas penas. Él por dejar aquella casa que tanto quería y ella por darse cuenta de lo amenazante que era.

-Hola Sirius.- murmuró a media voz.- ¿Qué tal va todo? ¿Listo para vivir con Sara?

-Sí. Es una chica genial.

-Sí, es muy linda. ¿Cuánto llevan saliendo?

-Unos meses.- respondió el chico haciendo un gesto con la mano.

-Que bien.

Se quedaron en silencio mirando cada cual a distintas cajas.

-¿Y tú? Por lo que oí vas a vivir por el parque.

-Sí, está cerca de San Mungo, cada vez necesito ir más al hospital.

-Lo sé…

-¿Vas extrañar la casa?

-Sí.

Se miraron de reojo y luego directamente. Es difícil describir esa mirada. Elinor tenía tantas ganas de abrazarlo, de sentirse entre sus brazos. Y él, bueno mejor no describamos…. Pero la verdad es que hacia ya mucho que se dirigían miradas así.

Los dos sabían, en el fondo, que sentían aún algo por el otro. Pero no podían aceptarlo. Probablemente, pensaban, el otro los habría olvidado. Además Elinor sabía que Sirius quería, sino amaba, a Sara. Había perdido su oportunidad, no podía quitarle a otra su oportunidad de ser feliz junto a Sirius Black.

Él estaba conciente de que la quería, quería a Elinor demasiado, demasiado para ser algo saludable y odiaba la idea de saber que jamás volvería cruzarse por los pasillos con ella, jamás volverían a desayunar discutiendo de tonterías. Pero él amaba a Sara, lo había descubierto, esa actriz de rostro pálido era inteligente, hermosa, increíble y perfecta. Pero Elinor era… Elinor… tan sencillo y perfecto como eso. Elinor nunca se había ido de su corazón.

-Creo que iré a empacar lo último.- se excusó ella. Caminó a su lado y después todo sucedió muy rápido.

No estuvo segura de quien besó a quien o por qué lo hizo. Pero pronto estaba besando a Sirius Black…

"Está mal." pensó ella. "Esto está mal"

Se alejaron uno del otro mirándose confundidos.

-Yo.- empezó ella…

-Eli perdón… creo que… nada paso… fue sólo.- Sirius parecía confundido y rascaba su nuca intentado disculparse.

-Sí, no ha sucedido nada… los dos estábamos…

-Sí… iré a empacar.

-Yo también.

Elinor se alejó por el pasillo y subió las escaleras lo más rápido que pudo.

Sirius se quedó de pie.

-¡¿Qué te sucede idiota?!- se regañó.- ¡Es Elinor!

Y más que confundido volvió al salón a empacar el televisor.


Marzo, 1974

Surrey, Inglaterra

Alicia tocó el timbre de una vieja casa que sólo había visto en fotografías. Escuchó pasos desde la cocina, poco después Lily abrió la puerta. La sonrisa de la pelirroja desapareció casi al instante.

-¿Alicia?- preguntó despacio.- ¿Qué demonios estás haciendo aquí?

-Vine a verte.

-Pensé que había dejado claro que no quería que nadie viniera.

-No me importa.- Lily miró a la chica con total desconcierto, pero se hizo a un lado dejándola pasar. La guió hasta la sala.

-Ahora vengo.- murmuró la pelirroja antes de salir del lugar.

Alicia se quedó de pie en aquel lugar. Fotos de todos los tamaños adornaban cada lugar de ese cuarto. Un reloj de péndulo que dominaba la habitación desde la chimenea. Alicia lo miró largamente. De pronto comenzó a oírlo. "Tic, tac" una y otra vez aquellos dos sonidos comenzaron a estallar en sus oídos. El volumen parecía haberse incrementado y luego comenzaron los gritos. Uno tras otro, cada uno más fuerte que el anterior. Cerró los ojos intentando alejar aquello de su mente, el péndulo que se movía de un lado al otro.

-¿Alicia?- la voz de Lily interrumpió los sonidos.- ¿Qué sucede?

Alicia caminó hasta el sillón y se dejó caer en él.

-Por esto quería hablarte. ¿Qué sucedió Lily? ¿Dónde quedaron nuestros poderes?

-Se perdieron.- contestó la pelirroja sencillamente.

-Sabes que eso es mentira. El poder no se desvanece así nada más. ¿No te has sentido últimamente débil? Yo sí. Y cosas como la que acaba de suceder están pasando a mi alrededor.

-Deberías hablar con Ale, ella es la que más sabe.

-Ella…- Alicia bajó la cabeza.- Lo intenté, pero… fue extraño, recuerdo lo que pasó. Clavó en mí sus ojos con una mirada que parecía perforar mi alma, horrible, traspasaba mi corazón y su mirada llegaba hasta mi nuca. "Lily lo sabe" dijo y luego se alejó.

-¡¿Qué yo sé?! ¡Tonterías!- pero la cara de la chica decía cosas muy distintas a su boca.

-¿Qué sucedió?- volvió a preguntar Alicia.

Lily la miró, sus ojos expresaban tanta tristeza que Alicia tuvo que alejar la mirada.

-El poder no se pierde, algo sucedió con él no estoy segura qué, pero fue algo malo, aquella burbuja que destruyó la cúpula tenía tanto poder aún la recuerdo y la siento entre mis manos…

Lily se acercó a la ventana y miró la calle muggle donde uno que otro niño corría, las casas idénticas, el mundo común y en paz, aquél mundo que había dejado… ya no era su mundo… nunca más volvería a ser parte de él. No podía engañarse, jamás sería el mundo muggle su mundo. Ya no, era demasiado tarde.

- Aún tienes poder, como lo tiene cada heraldo, no tendrás el arco en tus manos pero cosas extrañas, hasta para el mundo de los magos suceden a tu alrededor. ¿Recuerdas como eran las cosas antes de que llegaran los heraldos? Las cosas son iguales ahora. Ale sigue teniendo un control mental impresionante para sondear a las personas. Elinor siempre predijo cosas, siempre tuvo sueños premonitorios. Ella tenía visiones, siempre las ha tenido, vio al fantasma de su aya, vio la muerte de su padre, de las misma forma que tú debes tener un vestigio de tu poder.- se quedó callada mirando la calle y el cielo que desde hacía horas presagiaba lluvia.- El poder nunca se fue, sólo se debilitó.

-¿Cómo lo sabes?

La pelirroja volteó y miró a su amiga. Con un movimiento muy suave sacó de su cuello el emblema de los heraldos y lo arrojó sobre la mesita.

-Esa cosa me lo dice.- murmuró.- Siguió sintiendo las sombras, siempre las he sentido, pero ahora sé que son ellas y que es oscuridad la que está dentro mío hablando y maldiciendo cada paso que doy. Tú también sientes el poder dentro de ti. Así que no preguntes que sucedió con él.

-¡Pues hay que usarlo contra Voldemort!

-¡No es tan fácil! ¡Nuestra misión era destruir al desequilibrio natural y no lo logramos! ¡El poder sólo servía para eso!

-¡Mentira!- Las dos mujeres se miraron.

-¡Entonces, ¿para qué sirve?! ¡Odio ese poder y todo lo que representa! ¡¡Lo odio!!

-¡Yo también, pero somos los únicos que podemos hacerle frente a Voldemort! ¡Jessica y Carina murieron! ¡¿Cuántas otras personas vas a dejar morir por ese absurdo miedo?! ¡¿Cuántas más Lily Evans?!

Un trueno retumbó en el cielo y la lluvia comenzó a mojar los cristales.

-¡¿Crees que quería que murieran?! ¡Veo a Carina a cada segundo en mi mente, como a Jessica! ¡Veo sus rostros contraerse en muecas de miedo y dolor, y oigo sus gritos! ¡Yo las vi morir!

-¡Pues entonces deberías entender! ¡En toda Europa están muriendo personas! Familias enteras que desaparecen, muertos por todas partes y nosotros que podemos hacer algo no lo hacemos cuando hay hombres y mujeres que con desesperación intentan sobrevivir y proteger a aquello que aman. ¡¿Desde cuando eres tan egoísta?! ¡Nuestra vida no importa! ¡Estamos aquí por algo y ese algo es proteger a aquellos que no pueden protegerse, ayudar a aquellos que lo necesitan y no sólo por ser heraldos, sino porque somos personas también, porque también vivimos en este planeta! Nos obsequiaron un don, no una maldición. Nuestra misión era matar a Voldemort, pues ahora es nuestra oportunidad. Frank vino a verme el otro día. Uno de sus amigos murió en batalla, me pidió que le explicara porque tú, aquélla que había tenido el mayor poder, se oculta entre los muggles mientras aquellos a quien ama mueren en el campo de batalla. ¡James y Sirius son Aurors Alfa porque son muy buenos! ¡Los mejores, el mismo ministro de magia obligó a los Aurors a aceptarlos! ¡Arriesgan su vida aunque están en la lista de Voldemort! ¡¿Nosotras que estamos haciendo?! ¡¡Nada!! ¡Pues ya me canse de hacer nada! ¡Yo ayudaré en esta guerra y daré mi vida! ¡Tú eres el único ser humano que no puede ser tentado por poder y que se arriesgará por todos y todo, o eso dicen, porque yo no veo a nadie con esas cualidades ahora!

Alicia tomó su bolsa del suelo, dónde había caído. Pasó junto a Lily y luego salió de la casa dando un portazo.

Lily se quedó mirando la ventana, que la lluvia golpeaba con frenesí. ¿No debida dar su vida? ¿No debía poder dar hasta lo más preciado por los otros? ¿Desde cuando la guerra la asustaba?

Cayó de rodillas con un gemido ahogado. Duda. Dolor. Caos…. Estaba ligada a esa guerra…

"Soy una prisionera de guerra, obligada a luchar"


Abril, 1974

Surrey, Inglaterra

Marina estaba cocinando, Peter iba a llegar tarde ese día y ella había terminado temprano con la facultad. Suspiró. Había visto a Elinor ese día y sentía esa hostilidad que desde hacía mucho la rubia le tenía. Marina intentó dilucidar por qué sería mientras batía un platón de huevos.

Alicia y Elinor siempre se habían llevado bien, desde el momento en que Alicia ayudará a salir a Elinor de debajo de un estante llenó de libros. Con Marina había sido distinto. Elinor había creído que ella tenía algo con Sirius Black, cuando realmente era con Peter. Las cosas se habían suavizado y Marina podía jurar que cuando ellos habían terminado Hogwarts todo había estado bien. Alicia y ella, como es lógico, se volvieron muy amigas durante su último año y al llegar a la casa merodeadora ya eran casi confidentes. Eso debía ser una de las cosas por las cuales Elinor era así.

Unos meses después de su llegada a la casa surgió una gran disputa entre ambas. Elinor se sentía insegura todo el tiempo, Lily se alejaba de ella y necesitaba una amiga en quien confiar, cuando buscó a Alicia se encontró con la amistad de Alicia y Marina. Al mismo tiempo Elinor había tomado bajó su protección al pequeño Peter durante el año que ellas habían pasado en la escuela. Marina también se llevó a Peter.

-No fue a propósito.- murmuró la chica que realmente parecía consternada.

-Si crees que te dejaré quedarte con todo lo que quiero, estás equivocada.

-De que hablas Elinor.- preguntó Marina que estaba apoyada en la mesa de la cocina.-No quiero quitarte nada.

-Quieres tomar mi lugar en el corazón de todos, quieres alejarlos a todos de mi lado.

-¡No es cierto! Jamás he querido eso.

-¡Mentira! Tú te llevas a Peter, Alicia, Lily… Lily te tiene como su protegida y la alejas de mí. ¡Quieres que me quede sola!

-Eres una idiota, Elinor Dashwood. No quiero ninguna de esas cosas y jamás te he deseado algún mal. Eres tú la que me es esquiva…

-¡Tonta!- con un movimiento rápido Elinor cacheteó a Marina que se levantó indignada de su lugar. Elinor temblaba de ira y Marina se veía pequeña a su lado.

-¡No quiero a tus amigos! ¡No quiero tu lugar! ¡Si estoy con Peter, es porque lo amo! ¡Si estoy con Alicia, es porque somos amigas! ¡Lily me ha salvado muchas veces! ¡No quiero remplazarte!

Elinor soltó un par de lágrimas llenas de cólera.

-¡Cállate! ¡No haces más que criticar todo lo que hago! ¡No haces más que hacerme menos! ¡Suficiente Marina! ¡Aléjate de mí!

-Yo no he hecho eso. Eres una sentimental. Comprende que todo aquello que quieres se va de ti porque intentas retenerlo como era. ¡Las cosas cambian!

-¡No me gusta el cambio! ¡Ni la soledad!

-¡Habla de soledad con otra persona! ¡Todos aquí hemos sentido lo que es estar solos!

-¡Te odio Marina!- gritó la rubia antes de salir de la cocina.

Desde entonces las cosas no habían estado bien. Cada vez más sus puntos de vista se distanciaban. Elinor que intentaba de cualquier forma retener a aquellos que quería a su lado y ella que parecía recibir el cariño que Elinor ansiaba.

Cambiar de casa, alejarse de todos… aquello estaba matando a Elinor de dolor, se veía más sola que nunca y había buscado apoyo en John Crowford, un curandero que había conocido.

Marina dejó de batir los huevos, se sentía fatal. Peter estaba a su lado todo el tiempo. Elinor estaba vacía, más que eso… desde hacia mucho Elinor sentía cada muerte en carne propia… Marina lo sabía, aquel poder que le había quedado seguía permitiéndole percibir los sentimientos de los que estaba a su alrededor y Elinor expresaba mucha tristeza cuando la había visto. Sólo podía sentir a una persona más vacía y más dolida que la misma Elinor y era James Potter.

Marina no sabía que cuando viera a Lily después de tres meses, encontraría en la pelirroja tal sentimiento de abandono que los ojos de la castaña se llenarían de lágrimas.


Mayo 14, 1974

Una calle en Londres.

Remus Lupin iba de caminó a la fiesta de cumpleaños de Peter. Pasaba por un puesto de revistas y periódicos, cuando la vio.

En la portada de una de esas revistas se veía una hermosa fotografía de Ingrid Mudlose. Se veía tan distinta, sonriente y posando deslumbrando a quien la viera.

Remus vio los ojos de su antigua amiga, era la única parte de sus ser que se veía triste y desolada. Los ojos de Ingrid jamás habían podido dejar de mostrar lo que sentía y aunque parecía sólo un vestigio el lo veía tan claro como si la fotografía lo dijera todo lo ancho y largo: Ingrid no era feliz.

Sabía que debía desearle eso después de lo que le había hecho, pero era casi imposible…

-Me da una.- murmuró mientras señalaba la revista. El dueño, que tenía una joroba y comía ojos en escabeche, tomó la revista y se la dio a Remus.

-Una mujer…- hizo un signo que obligo a Remus a fruncir la nariz.- Le hacen una entrevista adentro. Es fabulosa. Vendrá Inglaterra pronto para un desfile de modas.

-Que bien.

¿Sería solo para un desfile o su nuevo amo y señor la mandaría? Remus tomó la revista y miró la fotografía. Su vieja amiga no podía verse menos como una Mortífaga. ¿Habría sido en parte su culpa que ahora estuviera atada a un maníaco? Cómo le habría gustado ayudarle.

-Que tenga buen día.- dijo el jorobado, Remus movió la cabeza antes de alejarse.


Peter cumplía veinte años el catorce de mayo. Habían decidió juntarse los nueve para aquella celebración, pero la mayoría no fue solo. Sirius iba acompañado de Sara. Parecía que la relación iba de maravilla y se llevaban muy bien. Vivían juntos en un piso en Londres. Después de su encuentro en el ministerio y pasar navidad juntos habían comenzado a salir. Sirius la consideraba la mejor mujer para él, inteligente, divertida e increíble, pero había algo que le faltaba, tal vez que nunca había cambiado esa expresión vacía en sus ojos.

Elinor llegó acompañada de John a quien presentó a todos, luego le dijo a Lily: "Es un encanto, el hombre más inteligente y considerado que haya conocido, no como algunas personas" y miró a Sirius de reojo, para asegurarse que la había oído.

John Crowford tenía el cabello rubio y los ojos verdes, era completamente distinto a Sirius, a diferencia de los últimos novios que la chica había tenido.

Ale llegó sola, cosa que sorprendió a todos que esperaban verla con Remus. La mujer les explicó que él había salido temprano y seguro que luego llegaba.

Alicia y Frank fueron de los primeros en llegar. Alicia le había prometido a Marina que le ayudaría con la comida, Frank había sido obligado a ayudar.

James llegó completamente solo y junto con Sirius y Sara. No se veía muy bien si he de confesar la verdad. El trabajo en el ministerio lo estaba matando, se exigía demasiado en la facultad y todos los ataques en los que había participado los últimos meses le habían dado más fama de la que ya tenía. Capturaba cada Mortífago y parecía no tener miedo a perder la vida. Y no lo tenía, porque James Potter seguía sin entender que demonios iba a hacer ahora, pues su vida era demasiado complicada sin aquella pelirroja de ojos verdes que no veía desde el día en el hospital.

Lily llegó con mirada taciturna y una sonrisa suave en sus labios. Evitó a James todo lo que pudo y al final sólo cruzó con él un vago "hola".

Remus fue el último en llegar llevando con él la revista dónde salía Ingrid.

-Así que allí está nuestra amiga.- dijo Sirius.- Se ve triste.

-Lo mismo pensé yo.

-¿Se veía igual cuando te atacó?- preguntó Ale.

-No.- Remus negó.- Entonces tenía más miedo que tristeza en sus ojos. Parecía que no quería hacer lo que iba a hacer, pero su voz estaba decidida.

Lily miró la foto.

-¿Será nuestra culpa?- preguntó.- Debimos ayudarla… debí…

Su mirada se cruzó con la de James y ambos se sintieron mal y solos.

-No pueden cambiarlo ahora.- dijo Frank.- Haya o no sido su culpa, eso ya es igual, ahora es nuestra enemiga.

"Enemiga" Lily y Elinor abrieron los ojos. "Enemiga" ¿Cómo podía ser que ellas se enfrentaran en combate? ¿Ellas que habían sido tan amigas?

-¡No es mi enemiga!- gritó Lily.- Yo la perdoné, yo la salvé… yo di mi poder para que ese asesino no la matará… no voy a combatir contra ella.

-No combates Lily, así que no hay problema.- le dijo Alicia de forma cruel.

El ambiente era tan tenso que en vez de una fiesta de cumpleaños parecía una sala de juntas o una para torturas.

-¿Qué?- preguntó desconcertada.- ¿Esperas que salga a matarla?

-No sabes matar.- le dijo Alicia.

-¡¿Y tú sí?!

-¡Cálmense!- gritó Marina.- No creo que tenga importancia, no vinimos a pelear.

-¿Esperabas una reunión feliz?- preguntó con sorna Elinor.

-Esto es una fiesta, no vamos a luchar contra Ingrid ahora.- dijo James.

-¡De seguro que alguno de los encapuchados que has golpeado en tus ataques pudo ser ella!- le dijo Lily.

-¡Tengo que defenderme y si ella me ataca…!

-No culpes a James, ni siquiera puedes salir a un campo de batalla Evans.- comentó Alicia.

Todos comenzaron a tomar parte en aquella discusión que era un "todos contra todos". Los gritos se alzaron y las palabras cada vez fueron más hirientes.

-¡Si tú no hubieras alejado a James!- gritó en algún momento Sirius.

-¡Ya déjenme!- contestó con lágrimas en los ojos.- ¡Hice lo que me pareció mejor!

-¡¿Cómo cuando salvaste a Ingrid?!- preguntó Ale.

-¡Basta!- gritó John, él junto a Sara y Frank que no entendían y no esperaban entender.

-Nos vamos hasta que se calmen.- declaró Sara tomando su bolsa y siguiendo a John.

-Sólo recuerden que son amigos ¿si?- les dijo Frank antes de salir.

Se miraron y poco a poco la tensión fue bajando.

-¿Qué nos pasa?- preguntó Peter.- No deberíamos pelear entre nosotros.

-No deberíamos ni estar separados.- dijo Remus.- Estamos llegando muy lejos.

Se volvieron a sentar mientras se miraban uno al otro.

-Yo…- Lily comenzó.- Yo pensé lo que dijiste Alicia, pero no puedo utilizar mi poder, es tan difícil vaciarse y expulsar energía. Desearía entrar al campo de batalla, tal vez lo lograría.

-Deberíamos utilizar alguna parte de nuestro poder para ayudar.- comentó James.- Pero no podemos…

Miraron a Ale.

-No sé como… es demasiado complicado… como si… No estoy segura… pero no veo la forma de que nuestros poderes vuelvan a ser los mismos.

-Nuestra misión también cambió.- dijo Marina.- Tal vez está vez tengamos que ser simples magos e intentar así combatir.

-Sí, al final con poderes o sin ellos podemos morir… no tengo miedo de eso.- dijo Alicia.- Sino de que mueran por mi culpa…

Miró sus manos como si en ellas fuera a encontrar la flecha que había clavado hacía tanto tiempo en el corazón de un vampiro.

-Alguna vez deberemos matar y nos enfrentaremos a Ingrid.- mustió Lily.- pero no hay que adelantar ese momento… no ahora…

Todos se miraron y en ese silencio se escuchó un ruido.

-¿Alguien oyó eso?- preguntó Ale mientras se paraba y miraba a su alrededor.

-Todos- contestó Peter.

Unos pasos se oyeron por el pasillo hacía el cuarto donde estaban. James y Sirius sacaron al instante sus varitas. Los pasos pararon y la perrilla de la puerta se movió.

La puerta se abrió. Una anciana estaba de pie en el umbral con una maleta en su mano.

-¡Esperen!- gritó Ale para detener algún ataque de sus amigos.- La conozco.

Se acercó y como si fuera un sueño estiró su mano para tocar la arrugada mejilla de la mujer.

-¿Miss Hallow? ¿Es realmente usted?

-Sí, Alessandra, que bueno que me recuerdas.

-¿Qué hace aquí?

-Te traje tu profecía…

-¿Mi qué?

-La profecía acerca del poder de los heraldos, donde dice como pueden recuperarlo.


Terminó el chap… supongo que de alguna forma hay quién ya se esperaba el final… digo de alguna forma había que darles una oportunidad. La pregunta es si fallaran de nuevo o no.

Repito mi petición de que se fijen en las fechas… comienza a ser muy importante que vean que año es… (Sobretodo el año, los meses van casi siempre de forma lineal)

El siguiente chap se llama:

La profecíaEntre otras cosas nos enteramos de la profecía, la nueva misión y por supuesto el destino de los personajes. Ingrid aparece, por lo tanto hay una nueva muerte…

Contesto RRS:

Blanca: Sí, cada vez se pone mas oscuro… espero que te guste este chap.

Niniel204: Gracias, pero sigo creyendo que es un intento de poema… no es tan bueno, en definitiva creo que lo mío es la prosa. Tienes razón, típico que todo le suceda a ella… mala costumbre que me he creado. Yo también espero que actualices pronto.

Florcha: Sí, ahora que lo dices, los marco demasiado… supongo que ese es el estilo de este ff, los personajes no son completamente felices nunca, bueno a excepción de un momento más adelante. Siempre hay algo que influye a que la felicidad o la tristeza no sea absoluta. Bueno últimamente (eso quiere decir más o menos cinco o seis meses) he intentado escribir cosas de mi autoría… es bastante complicado, pero creo que voy lográndolo.

NeLi BlAcK: Sí, puede ser que tardará más… pero a escena no a salido, sólo se sabe que regresó… aunque supongo que eso es algo…

NyTA: Gracias y no paro de escribir, al menos no mucho. Bueno la escena de Lily, como me gustó esa escena jajaja. El fantasma de la opera es una de mis obras favoritas, lo leí y vi el musical y espero ansiosa la película.

Trini: Si tienes razón… diebió a ver sido el titulo, Navidad escarlata… o algo así. Sí son terribles, aunque yo las llamó mis escenas de acción ajajaja, no sé como la escribo sólo salen… Alessandra también es de mis favoritos, bueno a decir verdad no hay algún personaje que deteste, hasta el malvado Aensley (aqul Mortífago del diente de oro) tiene su parte en la historia :p

Mary93: Creo que todas las dudas son resueltas, pero si quieres puedes decírmelas, eso me ayuda a ver que tengo que resolver en que momento. Que bueno que te guste y decidieras dejar un rr, me hace muy feliz… y bueno si tiene tantos chaps como la primera parte.

Gracias por los rrs, me hacen muy feliz, también gracias a quiénes leen el ff y no dejan rrs.

Les deseo a tods un muy feliz año 2005, ojala que se cumplan todos sus sueños (:P)

Syringen

A.L.C.S