Tres días. Habían pasado ya tres días desde el... bueno, no se podía considerar un beso, sólo había sido un roce de labios muy ligero. Pero de todos modos...

Suu sintió cómo se ponía colorada e intentó sacarse de la cabeza la imagen de la escena. No era muy normal ver a una persona ponerse colorada sin ningún motivo aparente en medio de la calle.

Había estado tratando de no pensar mucho en el tema, pero no había dado resultado, no podía concentrarse en nada. Hiei la iba a oír. Con esa clase de cosas no se bromeaba. ¿Porque qué otra cosa había sido sino una broma? A él le encantaba tomarle el pelo. Estaba segurísima que se había inventado la historia esa de sacar la astilla con la espada. Se había querido quedar con ella... y lo había conseguido. Pero con el 'beso' ya no, por ahí sí que no colaba. Conocía lo suficiente al youkai como para estar segura de que había sido para reírse de ella. Hiei, aunque por una de esas remotas casualidades, se sintiese atraído por ella... Nunca, bajo ningún concepto me besaría a la primera de cambio.

"Así que si crees que vas a hacer que empiece a pensar que yo te gusto y que por eso me besaste... vas bien." – iba pensando mientras iba para casa. – "No te daré el gusto. No vas a burlarte de mí."

Sí, eso era exactamente lo que tenía pretendía Hiei. Pero eso no pasaría, porque Suu le conocía. Así que tan pronto como se encontrase con Hiei iba a poner los puntos sobre las íes y a dejarle claro que con ella no se jugabal. ¡Faltaría más!

Suu caminaba muy decidida mientras pensaba todo esto. A lo lejos le pareció ver entrar a Kurama en una librería y decidió ir a saludarle, a ver si así se le quitaba un poco el mal humor.

La librería en cuestión era bastante grande y le costó un poco encontrar a Kurama. Pero al final dio con él. Estaba leyendo algo en una revista.

"¡Hola!" – saludó ella asomando la cabeza por el lado derecho de Kurama.

"Anda, hola Suu." – saludó él, sorprendido.

"¿Qué lees?" – se interesó.

"Oh, un artículo curioso sobre los efectos del chocolate." – respondió, mostrándole el artículo en cuestión.

"¿Del chocolate?"

"Sí. Se dice que el chocolate puede ser beneficioso, pero no sé si habrás oído que si se toma en exceso puede llegar a tener efectos negativos también."

"Sí, algo he oído." – asintió ella.

"Por ejemplo, el chocolate induce al cerebro a producir una hormona que hace que la persona que lo consume tenga una sensación de tranquilidad y felicidad. Pero por lo que dice el artículo, se ve que se han descubierto casos en que tiene el efecto contrario. Haciendo que el consumidor esté más excitado de lo normal." – explicó Kurama.

"Pero hay que comer mucha cantidad para que tenga ese efecto, ¿no?"

"Depende, según dice aquí hay personas que con poco ya es como si se hubieran tomado un par de vasos de sake..." – entonces se quedó mirando pensativo el artículo y añadió algo más, pero susurrando como si estuviese pensando en voz alta. – "... Debe ser el caso de Hiei."

"¡¿Cómo?!" – preguntó ella, sorprendida.

"¿Qué? Eh, nada, no he dicho nada." – intentó disimular cuando se dio cuenta de que lo había dicho en voz alta. Se aclaró la garganta y pasó la página.

"Te he oído perfectamente, así que no trates de disimular, que lo haces muy mal. Venga dímelo, te prometo que no se lo diré a nadie." – le insistió.

Kurama se la quedó mirando, como si estuviese considerando los pros y los contras de contárselo. – "No creo que deba decírtelo. Además, tampoco es nada importante, de verdad." – dijo, intentando que perdiese interés. Aunque tenía el presentimiento de que Suu no lo haría.

Y no lo hizo. – "Si no es nada importante, no pasará nada porque me lo cuentes. Además, yo soy una tumba. Lo que me cuentes no saldrá de mí, te lo juro." – le dijo muy seria, levantando la mano como si estuviese jurando en un juicio. – "Palabra de honor."

"¿De verdad que puedo confiar en ti?" – dijo él, alzando una ceja.

"Me ofendes, Shuichi Minamino." – se quejó, mirándole seriamente. Kurama medio sonrió.

"Ya. Bueno, está bien. Pero recuerda que lo has jurado." – lo pensó un momento y al final aceptó. Cerró la revista y la dejó en su sitio, suspirando resignado y regañándose mentalmente por pensar en voz alta cuando estaba acompañado.

"Lo sé. No te preocupes. Cuenta."

"Pero sobre todo, ni una palabra a Hiei. Él no tiene ni idea de esto." – insistió de nuevo.

"Que noooo... Espera, ¿cómo que no lo sabe?" – preguntó confundida.

"No, no es consciente de lo que le pasa. Pero mejor empiezo por el principio."

"Sí, mejor. Te escucho." – dijo, cada vez más interesada.

. . . . . . . .

Después de que Kurama le explicase eso tan curioso se despidió de él y empezó a andar hacia su casa. Se detuvo en un semáforo esperando a que se pusiera en verde para poder cruzar. Fue entonces cuando vio reflejadas en el aparador de la tienda de enfrente a las tres pesadas espías. Estaban a poca distancia de ella, pero intentando esconderse entre la multitud para no ser vistas. Las muy tontas no se habían dado cuenta que no hacía falta que se girase, las estaba viendo igualmente.

No estaba de humor para enfrentarse a ellas y de todos modos dudaba que el decirles algo sirviese para que la dejaran en paz. Eran muy cabezotas. Así que decidió despistarlas. Pero no por las calles, lo había hecho ya más de una vez y cada día se movían más rápido.

Cerca de donde estaban había un parque que conectaba con el bosque. No iba a perderse, ya había utilizado ese camino varias veces cuando quería llegar más temprano a casa o cuando quería un poco de tranquilidad. Con un poco de suerte las pesadas se quedarían en la entrada del bosque y no la seguirían, no tenía ningunas ganas de buscarlas si llegaban a perderse.

El semáforo cambió y Suu se dirigió hacia el parque, preguntándose cuánto hacía que la seguían. Porque si llevaban mucho rato seguro que la habían visto hablando con Kurama... Lo que sería mala suerte, no quería oír más tonterías de su parte.

. . .

Las tres chicas se quedaron mirando sin entender nada. Suu acababa de meterse en el bosque, y no uno cualquiera. Este precisamente era el más profundo que había por ahí cerca, en él habían dicho que había aparecido gente muerta... Un escalofrío recorrió a las tres.

"¿Por qué se ha metido aquí? ¿No sabe que es peligroso?" – se quejó Aya, un poco inquieta.

"Vete a saber... pero yo no pienso entrar. Prefiero seguir viva a morir al intentar descubrir un cotilleo. ¡Además, si la encuentran muerta tendremos otra noticia!" – exclamó Ayumi.

"¡No digas esas cosas!" – le regañó Aya. Ayumi le sacó la lengua.

"Puede que Suu no lo sepa, porque como es nueva... no se habrá enterado. Al fin y al cabo eso pasó hace ya unos años. ¿No deberíamos avisarla?" – preguntó Akane.

"Si la quieres avisar, ve anda. Entra y díselo." – respondió Ayumi con sarcasmo.

"¿Quién? ¿Yo? No gracias."

"¿Qué estáis haciendo aquí?" – dijo de repente una voz a sus espaldas.

Las tres pegaron un respingo y se giraron de golpe. Suspiraron aliviadas al ver a uno de los jardineros del parque.

"¡Una amiga se ha metido en el bosque! ¡Ríñala!" – gritó Akane.

"Akane... no seas cría..." – suspiraron Ayumi y Aya a la vez, negando con la cabeza ante tal tontería.

El jardinero rió. – "No os preocupéis, seguro que al entrar ha girado a la izquierda y ha vuelto a salir a la calle. Ya debe estar esperándoos. Pero de todas formas no entréis aquí. Dad la vuelta por fuera. Este bosque no es seguro." – les aconsejó mientras se alejaba llevando un cubo lleno de malas hierbas.

"Quizás nos vio y quiso despistarnos." – comentó Aya.

"Es lo más probable..." – suspiró Ayumi. – "No pensé que pudiera ser tan difícil. Llevamos más de dos semanas y no hemos conseguido nada interesante."

Las tres empezaron a alejarse del lugar.

"¿Y si lo dejamos?" – propuso Aya, con la esperanza de recibir una respuesta afirmativa.

"¡Nunca! ¡Tendremos que buscar nuevas técnicas!" – exclamó con energía y determinación. – "Pero por hoy volvamos a casa."

Y desaparecieron de la vista de Suu.

Suspiró aliviada y agradeció mentalmente al jardinero por su oportuna intervención. Bajó de un salto del árbol en que se había subido para observarlas sin que ellas la vieran. No era muy alto, pues aunque tenía cierta agilidad, tampoco podía arriesgarse a caer desde mucha altura si por lo que fuese, sufría otro desmayo (nunca se sabía cuando podía darse uno, era mejor prevenir).

Más tranquila, empezó a andar entre la naturaleza hacia su casa. Había sido un buen cambio, prefería pelearse con los matorrales que con las personas para que le dejaran pasar. Decidió reducir el paso y disfrutar del paseo.

Mientras caminaba empezó a pensar en lo que le había explicado Kurama.

Si a Hiei le afectaba de ese modo el comer chocolate, entonces lo que había pasado había sido culpa del helado y no porque Hiei quisiese burlarse de ella. Pero cuando repasaba mentalmente todo lo que había ocurrido esa noche no le parecía que su comportamiento hubiese sido muy impropio de él. Está bien, había habido algunas cosas... pero tampoco eran tan importantes. Si el chocolate tenía los efectos que Kurama decía que tenía... ella debería haber notado algo más extraño en él y eso no había pasado. Estaba confundida.

"Pero es evidente que algo no estaba bien. Algo raro debía pasarle para que me... para que hiciera lo que hizo." – iba hablando en voz alta, pero sin levantar mucho la voz (siempre hay que ir con cuidado, aunque se esté en medio del bosque).

Pero ahora que lo pensaba bien... ¿cuáles eran exactamente esos efectos? Al fin y al cabo, Kurama había dicho que Hiei actuaba raro, como si estuviese borracho. Pero no había concretado los efectos que tenían sobre el youkai. En humanos producía sobreexcitación, nerviosismo... pero, ¿y en Hiei? Tal vez variaba en algo. Debería haberle pedido a Kurama que concretase más.

"Tiene que tener alguna diferencia, porque a parte de lo de... bueno, a parte de eso no noté nada muy raro." – dijo pensativa en voz alta. – "¿Y si en él hace que tenga ganas de...? Un momento, y ahora que lo pienso... Kurama dijo que lo descubrió un día que le dio chocolate a Hiei, entonces..." – se le escapó una risa nerviosa al pensarlo e inmediatamente negó con la cabeza y se regañó a sí misma. – "Venga Suu, no empecemos."

Eliminado ese pensamiento siguió reflexionando sobre el tema. Ahora tenía que decidir cómo iba a actuar cuando se encontrase con Hiei. Si es que algún día me lo vuelvo a encontrar... Conociéndolo seguro que pasaría bastante tiempo antes de que lo volviese a ver, eso si lo veía. Pero según Kurama, Hiei debería recordar lo que pasó muy vagamente, como si hubiese sido un sueño. Entonces él no tendría ninguna razón para evitarla, porque los sueños son sólo sueños y dudaba que Hiei les hiciese caso. Eso sería lo mejor que podría pasar. Sí.

Cruzó unos arbustos para salir a un pequeño claro que había justo antes de que el bosque se acabara y ella llegase a su calle. Se agachó un momento para quitarse unas zarzas que se le habían enganchado en los zapatos y se sorprendió cuando al levantarse y mirar hacia delante vio nada más y nada menos que a Hiei al otro lado del claro, quien por su parte también la miraba sorprendido.

"Hubiese preferido encontrármelo otro día. Hoy no sé si podré llevar el tema bien..." – susurró para sí misma.

La reacción de Hiei no fue muy distinta a la de ella. Todavía no tenía claro si lo que pasó el otro día había sido un sueño o no. Si lo había sido, encontrarse con ella no tendría importancia. Pero si no lo había sido, si había pasado de verdad, ella estaría esperando una explicación. Algo que él no le podría dar, porque ni él mismo entendía por qué lo hizo. Suu debía estar realmente molesta si incluso se había metido en el bosque para buscarle.

Pero... ¿por qué tenía que darle una explicación? ¡Él hacía lo que le daba la gana y no debía explicaciones a nadie! A la única persona que se la debía era a sí mismo, ¡no entendía cómo había podido hacer eso! Espera... estoy dando por sentado que no fue un sueño... Lo recuerdo todo muy borroso y eso sólo pasa cuando se recuerda algo soñado y no algo que has hecho de verdad.

Sintió la tentación de irse, pero no lo hizo. Necesitaba saber si pasó de verdad o no. Quizá hablando con ella...

"Ho-hola Hiei." – le saludó ella, acercándose unos pasos. Según como reaccionase él sabría si pensaba que era un sueño o no.

"Hola." – dijo con tono frío. – "¿Qué haces aquí?"

Tal vez no había sido la mejor pregunta que hacer, porque Suu podría contestarle lo que él temía, confirmando que lo que había pasado era verdad.

"Pues tomar un atajo para evitar ciertas personas." – respondió ella con un tono muy normal. Hiei la miró un poco sorprendido, no sabiendo si ella lo decía en serio o estaba poniéndole a prueba. – "Qué casualidad que nos hayamos encontrado, con lo grande que es el bosque." – prosiguió ella, con despreocupación.

"Sí..." – dijo él por decir algo y se hizo un silencio incómodo. Ninguno de los dos sabiendo qué decir por miedo a meter la pata.

Ella sabía muy bien que no podía empezar una conversación con cualquier comentario. No podía decir '¡qué frío que hace hoy, se nota que pronto llegará el invierno!' o '¿qué tal?', porque a parte de que no era propio de ella hacer esos comentarios y parecería sospechoso, dudaba mucho que Hiei respondiese algo diferente a su 'Hn'.

"Bueno, yo me tengo que ir. Ya nos veremos otro día." – dijo al no saber como continuar. Sería mejor que hablasen otro día.

Hiei se la miró sorprendido. Y empezando a pensar que sí que había sido un sueño... ¡Espera! ¡No podía ser un sueño! Recordaba perfectamente haber ido esa noche a casa de ella porque le debía algo. La había asustado y ella se había enfadado... y... sí, lo recordaba, se había comido un helado. ¡Hasta se acordaba que era de chocolate! Pero a partir de ahí ya todo era borroso...

"Un momento." – dijo él con extraña calma, cuando ella ya había pasado por su lado.

Suu se detuvo. El corazón acelerándose cuando sintió a Hiei acercarse por detrás. No tuvo valor de girarse, pero no mostró señales de nerviosismo.

"El otro día... cuando fui a tu casa." – empezó a decir, colocándose delante de ella y mirándola fijamente. Había tomado una decisión. Tenía que saber lo que había pasado.

Suu asintió para que siguiera hablando.

"Después de que me comiera el helado..."

Oh Dios mío... se acuerda.

"¿Qué?" – preguntó ella, haciendo ver que no sabía nada. Mientras por dentro se estaba poniendo histérica por momentos. A ver qué cara ponía si Hiei hablaba de...

"... ¿Qué pasó?"

"¿Cómo?" – dijo ella, sorprendida ante la pregunta.

"Que qué pasó." – repitió de mala gana.

"¿A qué te refieres?"

"Ya lo sabes."

"Si lo supiera, no te lo estaría preguntando." – dijo poniéndose a la defensiva, no sabía por qué reaccionaba así, pero no pudo evitarlo.

Hiei respiró hondo y habló mirando hacia otra parte. – "Después de que me comiera el helado no recuerdo nada. No sé qué hice."

"¿No te acuerdas?"

"No."

"¿De NADA?"

Hiei la miró de reojo y decidió que era mejor mentirle. – "No, de nada."

Suu suspiró por dentro muy aliviada. Ni por un momento se le pasó por la cabeza que el demonio pudiera estar mintiéndole, tenía demasiadas ganas de creerse lo que le decía.

"Pues..." – pensó un momento y se inventó una buena versión. – "Te sentaste en el sofá y te quedaste dormido." – acabó, sonriendo levemente.

"¿Ah sí?" – preguntó él, incrédulo, ahora mirándola. – "Pero si cuando me desperté estaba en un árbol."

"Ah, de eso sí que ya no te puedo decir nada. Como no te despertabas te dejé durmiendo en el sofá y cuando me desperté a la mañana siguiente, ya no estabas." – mintió. Caray, cada vez me sorprendo más a mí misma... Aunque no debería estar orgullosa de mentir.

"Oh." – susurró Hiei. Tratando de imaginar cómo había podido pasar todo eso... ¿Por qué no recordaba nada después del helado? ¿Y cómo había llegado al árbol donde se despertó? – "¿Y me quedé dormido en el sofá?"

"Eso dije." – asintió Suu.

"¿Por qué me dejaste?" – preguntó, mirando unos pájaros que se paseaban en las ramas de un árbol.

"¿Eh? ¿Por qué te dejé?" – Suu estaba muy confundida ahora. ¿A qué venía esa pregunta tan rara? – "¿Por qué te dejé que te durmieras?"

"No, por qué me dejaste dormir ahí." – se explicó, todavía sin mirarla.

"Hombre, ¿qué querías que hiciese? ¿Que te despertara a golpes? ¿O me estás diciendo que por qué no te llevé a otro sitio de la casa?"

"Hn. Da igual." – gruñó. Parecía enfadado, aunque a Suu no le pareció que lo estuviese con ella. Mira que llega a ser raro a veces...

"No, no da igual. Ahora te explicas." – dijo ella, poniéndose delante de él cuando el demonio se dio la vuelta para marcharse.

Hiei se la quedó mirando fijamente.

Tal vez lo debía haber enfocado de otro modo....

"¿Me lo puedes explicar? Ahora tengo curiosidad por saber lo que querías decir." – pidió, esta vez más tranquila.

Hiei se dio la vuelta y le dio la espalda. – "Que por qué me dejaste dormir en tu casa." – lo dijo bastante bajo.

Suu abrió los ojos sorprendida. La pregunta seguía siendo rara y respondió con una pregunta. – "¿Por qué no tendría que hacerlo?"

El youkai no respondió, ni siquiera se movió.

"Es que no entiendo a qué viene esa pregunta. Si te me quedas dormido en el sofá, ¿qué se supone que tengo que hacer? ¿Echarte?" – prosiguió ella, hablando del tema como si fuese obvio. Lo que para el demonio no lo era.

"No tengo ningún problema en que te quedes a dormir, si es por eso que mencionas el tema. Es como si vienes un día de lluvia o cuando nieva... No me importa, de verdad. Lo único que me molesta de ti..."

Hiei se giró un poco al oír la frase sin acabar y mirándola para que continuase.

"... lo único que me molesta de ti es que me pegues esos sustos." – acabó ella, entrecerrando los ojos y mirándole muy seria.

"Hn." – Hiei sonrió con malicia y dio un par de pasos hacia delante, pero sin mirarla. – "Va bien que lo reconozcas, así disfrutaré más cuando lo haga." – Y dicho esto desapareció en un abrir y cerrar de ojos.

Suu suspiró. – "Yo que pensaba que me diría que no lo iba a hacer más... ¡Qué inocente que llegas a ser Suu!"

Una gota de lluvia le cayó en la mejilla y miró al cielo. Nubes de tormenta empezaban a verse, sería mejor que se diera prisa.

"Bueno, al menos se ha aclarado el tema del beso." – pensó mientras corría hacia casa.


Hola! Como veis actualicé n.n Y es un poquito más largo que el otro.

Por lo que veo os gustó la última escena del capítulo anterior... Me alegro. No estaba muy segura de si os iba a gustar o no.

Ah y otra cosita. Tranquilidad, por favor. Os aseguro que estoy actualizando más rápido de lo acostumbrado, normalmente tardo un par o tres de meses, ¡así que no os quejéis! ;P

Reviews (esta vez tengo trabajo...):

Zafiro, Espero que os guste lo que tengo pensado. Tengo muchas ganas de que llegue el capítulo para ver qué os parece.

Baalberi, Un honor recibir un review tuyo! Te gustaron los 3 últimos? Yo también creo que me salieron mejor. Oye, pues no está nada mal tu propuesta XDD Serían dignas de ver las caras que pondrían esas tres XD Suu debería aprender de ti.

Yukii, ff.net me tiene contenta... no lo piensan arreglar, ¿verdad? U.U Para despistar? Mmm... no sé, puede que sí o puede que no ;) Por más que insistas no te voy a decir nada, así que... XD Espero que te hayan ido bien los exámenes!

Ropna, qué bien que te gustara esa escena (y a quién no le hubiese gustado ser Suu? XDD) Pues sí que llego a liar la cosa sin querer (¿sin querer? ¿Estás segura? ;P) Ni que lo digas, estudiar y escribir a la vez es muy duro, sobre todo en época de exámenes!

Náyade, sí? Te gustó, qué bien! Siento haber tardado... pero te aseguro que esto no es nada comparado con lo que tardaba antes! Qué pasará con Hiei y Kurama?? ;P Estoy empezando a coger el gusto a liar las cosas y eso que no lo hago expresamente XD

Marie Shinomori, Se agradece la sugerencia, pero hay un problema... no me gusta la pareja Kurama/Botan. Así que no creo que llegue a hacerla. Es verdad, ese trozo podría interpretarse así, pero te aseguro que no pasa de ser un comentario 'inocente' XD ¿Qué quiere decir? Mmm... ¡ya lo verás! Lo entenderás más adelante. Lo hice expresamente ;)

Shady10, yo también me reía mucho cuando me imaginaba a Hiei detrás de Suu con el cuchillo en la mano XD Debe dar miedo, ¿verdad?

Papafrita-Girl, Hiei... XDD Pues sinceramente no me he leído ninguno de Hiei (o Kurama) con otra chica. ¿Por qué? Porque Hiei y Kurama están muy bien juntitos XDD (quién me entienda que me compre...) Sí, hay pocos que no sean yaoi. Pero a mí no me importa en absoluto. Me encanta el yaoi. Pero una de las razones por las que decidí escribir el fic fue porque no había muchos no yaoi. La otra fue porque ya tenía toda la historia pensada cuando me enteré de la pareja Kurama/Hiei XDD Los guiones bajos y los asteriscos desde que pusieron este nuevo editor no salen ¬¬ Tendrás que cambiar los signos por otros...

Kurama fanatic, ya te dije por mail que no podía decirte nada, porque lo recibiste, ¿no? Ya has visto cómo ha acabado el capítulo. Nada de enamoramientos ni declaraciones XD A tener paciencia!

¿Se nota que estoy nerviosa? ¡Cuando lo estoy 'hablo' demasiado! Mira que notas de autora más larga me ha quedado... U.U

Mata ne!

PS: Una duda... ¿dónde visteis posibilidades de un Kurama/Suu? (una que sigue sin darse cuenta de las posibles interpretaciones de lo que escribe...)

Gracias por todos los reviews!!!