Suu daba vueltas por todo el apartamento, nerviosa. De la cocina pasaba a la sala de estar, de la sala de estar al pasillo, donde iba arriba y abajo hasta que se cansaba y entraba en alguna habitación. Buscaba desesperadamente algo que hacer, pero no encontraba nada. Se podía decir que cuanto más se acercaba la hora de que los demás llegaran, más histérica se ponía. Ya le había costado dormir esa noche, y durante las clases casi ni había prestado atención. Al finalizar la última de ellas se había ido de allí sin perder tiempo, esperando no encontrarse con ninguno de los tres, prefería volver sola.

Yusuke y Kuwabara habían estado intentando sonsacarle lo que les tenía que contar más tarde. Decían que estaban muy intrigados y que no podían concentrarse en nada más; argumentando que los pésimos resultados del examen sorpresa se debían a su situación emocional y no a su falta de estudio. Keiko, por supuesto, no les había creído y después de una buena bronca les había dicho que dejasen a Suu en paz, que tuviesen un poco de paciencia. Aunque ella también se moría de ganas de saber lo que les tenía que contar la chica.

Mientras miraba por la ventana donde solía sentarse Hiei, se preguntó si Yusuke se habría puesto en contacto con Botan, había olvidado preguntárselo. Después se preguntó si Kurama se lo habría dicho a Hiei... Tampoco es que fuera necesario que él estuviera presente, porque lo que iba a contarles ya lo sabía. Entendería que no viniera, parecía bastante molesto, por no decir enfadado, por lo poco que pudo observar. Lo más lógico de pensar, y que a la vez creía que sería lo mejor, era que Hiei no iba a aparecer por allí.

Escuchó unas voces que hablaban animadamente al otro lado de la puerta y acto seguido, el timbre sonó. Ya estaban aquí.

· · ·

"Bien. Estamos todos ansiosos por saber qué es lo que nos tienes que contar." – dijo Yusuke, sentándose en el sofá y mirando con impaciencia a Suu. – "¿Es bueno o malo?"

"Yo diría que muy bueno no es, porque no tiene muy buena cara." – comentó Kuwabara, también sentándose.

"No, no creo que sea bueno..." – suspiró Suu. – "Sentaros." – les dijo a los demás que todavía estaban de pie.

"Kuwabara tiene razón, estás pálida. ¿Tan malo es?" – se interesó Botan, un poco preocupada.

"Eso dependerá de vosotros. Pero más que malo es serio." – les dijo Suu.

"¿Pero de qué se trata? ¿Por qué nos has reunido a todos?" – dijo ahora Keiko.

Suu suspiró y se sentó también. – "Porque tengo que explicaros la verdad." – se detuvo y miró a los demás, quienes la miraban sin comprender muy bien a qué se refería con eso. – "El caso es que... os he estado mintiendo hasta ahora..."

"¿Mintiendo? ¿En qué?" – preguntó Yusuke, sorprendido.

"Bueno, creo que lo mejor será que empiece por el principio. Pero os aseguro que mis intenciones nunca fueron malas-"

En ese momento se oyó abrirse la puerta de la terraza y segundos después, cerrarse. Era Hiei. Al parecer Kurama sí le había encontrado y le había dicho que se encontrarían todos aquí hoy. Suu, que estaba sentada de espaldas a la ventana en la que se sentó Hiei, se había girado un poco para ver al demonio, quien había entrado sin decir palabra y se había sentado sin mirar a nadie. Lo primero que se le pasó por la cabeza a Suu fue que qué estaba haciendo él allí. Ya se lo había explicado todo, no tenía sentido que estuviera allí. Quizá había venido a comprobar que las versiones se correspondiesen... o tal vez no.

Tomó aire y miró a los demás, decidida a no dejar que la presencia del demonio la afectara. No sabía por qué había venido, así que no tenía sentido empezar a sacar conclusiones. Tenía que centrarse.

"Bien, como decía, empezaré por el principio de todo... A finales de curso mis padres y yo tuvimos una discusión bastante fuerte. Tenía que escoger un camino u otro para estudiar y mis padres siempre habían dicho que querían que yo fuera abogada como ellos. Yo, para evitar que se enfadaran, no les había dicho antes que no me gustaba esa profesión y que iba a estudiar otra cosa. Así que cuando se lo dije... Bueno, resumiendo: acabaron echándome de casa."

"¡¿Qué dices?!" – intervino Keiko, indignada. Los demás no se veían demasiado diferente, pero no dijeron nada. – "¿Por esa tontería?"

"Sí, pero en parte fue lo mejor que pudo pasar. Déjame acabar." – añadió cuando vio que Keiko se disponía a hablar otra vez. – "Me mudé al piso que mi abuela alquilaba. Ella estuvo encantada porque así estaba segura que el piso estaría bien cuidado y podría irse de vacaciones, según me dijo ella."

"¡Qué bien viven los viejos!" – exclamó Kuwabara con envidia.

"¡Kuwabara!" – le regañó Botan.

"Perdón." – se disculpó él, sacando un poco la lengua.

"Ese verano..." – continuó Suu – "además de trabajar para poder pagar el alquiler, los estudios y los demás gastos-"

"¡¿También te dejaron de pagar eso?!" – volvió a interrumpir Keiko.

"Sí..." – suspiró Suu. – "¿Podríais no interrumpirme tanto, por favor?"

"Oh. Sí perdona, sigue."

"Bien, pues un día descubrí que había una especie de bodega-trastero en el piso. Era una planta baja." – se explicó. – "Y bajé a echar un vistazo para ver qué había."

Todos se preguntaban qué tenía que ver eso y escuchaban con mucha atención.

"Un fin de semana decidí ponerme a limpiar un poco la bodega. Debajo de una gran sábana llena de polvo encontré una máquina enorme, que en un principio imaginé que había sido una caldera antiguamente. Pocos días después, curioseando entre los cajones de un escritorio que también había abajo, encontré un manuscrito. Le eché una ojeada rápida y vi algunas notas, dibujos y fórmulas, me entró curiosidad y me lo llevé arriba. En ese momento no me imaginé que acababa de hacer un gran descubrimiento... que cambiaría mi vida-"

"¿De qué era el manuscrito?" – preguntó con impaciencia Kuwabara, cada vez más intrigado. Los demás asintieron, también impacientes.

"Ahora os lo explico." – les dijo Suu, que no agradecía para nada las interrupciones. – "Al principio del manuscrito había una especie de 'introducción' en la que el autor explicaba los objetivos que pretendía alcanzar con el experimento que iba a llevar a cabo. Por el dibujo que había al lado pude deducir que se trataba de la máquina que había confundido con una caldera." – se detuvo unos segundos. – "Cuando leí las notas no podía creer lo que estaba leyendo, mejor dicho, no me lo creí. Y, escéptica, me leí todo el manuscrito que, según pensé, algún loco aburrido había escrito. Aunque pensé que estaría bien si todo lo que decía fuese verdad. Las últimas páginas escritas del manuscrito contenían unas cuantas fórmulas sin terminar, una lista de unas cosas que se tenían que retocar y una frase del autor diciendo que últimamente no se encontraba muy bien de salud y que temía no poder probar más su experimento, por lo que decía lo había probado tres veces. Por la última fecha supuse que ya hacía años que debía haber muerto."

"¿Y sabes exactamente quién era el autor, alguien de tu familia, tu abuelo por ejemplo?" – preguntó Kurama.

Suu negó con la cabeza. – "Las iniciales que había en el manuscrito no encajaban con las de nadie de mi familia, y no creo que mi abuelo se pudiera haber dedicado a esa clase de cosas." – dijo esto último riendo un poco.

"¿Pero qué decía el manuscrito?" – esta vez fue Botan la que preguntó con ansiedad.

"El autor argumentaba y su experimento partía de la base de que existen realidades o mundos paralelos. Según palabras suyas: era muy posible que el panadero de la tienda de enfrente, en otro mundo paralelo, ejerciera otra profesión y viviese en otro sitio. Aunque, decía, que podían haber casos en los que una persona tuviese más o menos la misma vida en varios mundos. Esperad, no me interrumpáis-" – avisó con rapidez al ver que Yusuke ponía una cara rara y abría la boca para preguntar algo. – "Después si queréis os lo explico mejor..."

Suspiró y tomó aire y valor para seguir hablando. – "La máquina que, por lo que pude ver, la había construido y diseñado el mismo autor, servía concretamente para poder viajar entre estos mundos paralelos--"

"¡¿Cómo?!" – exclamó Kuwabara, casi alucinado. – "¿Pero de verdad se puede hacer eso y existen esos mundos?"

"Eso parece." – continuó Suu, regañando con la mirada a Kuwabara, quien inmediatamente comprendió el mensaje. – "Yo, no sé todavía porqué, me creí todo eso... y quise ponerla en marcha para comprobar si funcionaba bien. Seguí paso a paso las instrucciones que había en las notas, pero no lo conseguí. Le faltaban algunas de las piezas que había en la lista del final, porque por lo visto se habían roto anteriormente cuando el autor había utilizado la máquina. También consideré prudente acabar las fórmulas a medias, ya que servían para arreglar algunos errores del funcionamiento de la máquina y que debían ser introducidas al ordenador que tenía incorporado la máquina. Conseguí algunos libros de mecánica y programación, y también hice un par de cursillos de esos temas para poder ser capaz de manejarla. En seis meses la tuve terminada, y habiéndome asegurado muy bien antes de que todo estaba como debía, la encendí. Seguí los pasos correctamente y en un acto de inconsciencia entré en el mundo paralelo que había escogido."

Se detuvo un momento y miró de reojo a todos los presentes para ver sus reacciones. Algunos estaban con la boca abierta, y los otros con el ceño fruncido. Y Suu estaba segura que cada uno de ellos se estaría preguntando si todo aquéllo era una broma o iba en serio.

"¿Y... cómo era ese mundo paralelo en el que entraste?" – preguntó Keiko, escogiendo una de las muchas preguntas que había en su cabeza en ese momento.

"¿Y qué quieres decir con eso de que lo habías escogido?" – ahora fue Kurama.

Suu frunció el ceño y centró su mirada en la mesa, buscando la manera correcta y sencilla de responder a esas dos preguntas.

"Bien, el inventor, o autor del manuscrito, explicaba que la gran mayoría de las veces en que alguien escribía una novela, hacía una película o creaba cualquier cosa que tuviera una historia. Ese alguien estaba, sin saberlo, creando un mundo paralelo que a su vez podía seguir al pie de la letra las ideas del creador o diferenciarse en algunos aspectos. Sabiendo todo esto, decidí que mi primer viaje fuese a una película, una de tranquila para no correr peligro... Todo salió perfecto: aparecí en el lugar y el momento que quise, permanecí en ese mundo el tiempo que programé, y regresé a mi mundo sin ningún problema. Después de ese exitoso primer intento me entraron ganas de viajar a otros mundos... y llevo más de un año haciéndolo... y aquí me tenéis." – terminó con un suspiro, levantando la cabeza y sonriendo nerviosamente.

Silencio.

"Nos estás diciendo..." – empezó a decir Kurama, rompiendo el silencio. – "¿que en realidad tú no eres de este mundo, sino de otro paralelo y que has utilizado esa máquina para llegar aquí?"

"Exacto." – asintió Suu, contenta de que alguien, al menos, lo hubiese entendido todo y de que ese alguien fuera Kurama, así podría ayudarla a explicarlo mejor si hacía falta.

"A ver, a ver..." – Yusuke se levantó de un salto del sofá y empezó a dar vueltas por la sala, nervioso. – "¿Pero no nos dijiste que venías de España y que eras una alumna de intercambio?"

"Soy de ese país, sólo que en otro mundo. Os mentí."

"Oh." – dijo Yusuke, sentándose otra vez y mirando a Suu fijamente. Al parecer estaba dándole vueltas al asunto y buscando otra pregunta que hacer.

"Siento haberos mentido, pero es que en un principio no pensaba quedarme mucho tiempo aquí... y si os contaba esta historia tan poco creíble, estaba segura de que desconfiaríais de mí-"

"¡¿Y los poderes?!" – exclamó Yusuke de repente. – "Todo eso que nos contaste de que-"

"Mentira." – respondió ella, cabizbaja. – "Tuve que inventarme algo..."

"¡Pero tienes poderes! ¿En tu mundo... qué raro suena eso... también los tenías?" – ahora preguntó Kuwabara.

"No." – sonrió un poco ante la idea. – "En mi mundo soy una persona normal y corriente, nada de especial. Aquí tengo porque... bueno, pensé que no sería muy prudente venir aquí sin ninguna medida de protección... Pero ya vi que se me fue un poco la mano, creo que me equivoqué al introducir alguno de los datos y eso ha provocado que tenga muchos más de los que en un principio quise."

"Eso queda explicado, entonces." – intervino Kurama. – "¿Puedo hacerte otra pregunta más?" – Suu asintió. – "¿Por qué nos cuentas todo esto ahora?"

"Pues..." – empezó a decir, y en ese momento se fijó en que, otra vez, Kurama había mirado de reojo a Hiei. ¿Acaso había habido alguna reacción por parte de Hiei? Quizá ahora que ella lo había confesado todo y que era evidente que les había engañado, quería vengarse. Suu se imaginó a Hiei caminando hacia ella y desenvainando la espada. Tenía que ver a Hiei, así que con todo el disimulo que pudo se levantó del sofá y se puso a pasear por la sala, como si estuviera nerviosa; lo estaba, pero no sólo por la razón que los demás creían.

Aprovechó que se daba la vuelta para echar un vistazo en dirección al demonio de fuego, y una sensación de alivio la invadió. Hiei seguía sentado en la ventana, mirando a través de ella, como si no estuviera escuchando nada. Suu, entonces, imaginó que esa era la razón por la que Kurama había estado mirando de vez en cuando al youkai: encontraba extraño su comportamiento. Lógico, pues normalmente Hiei hubiese reaccionado muy mal al saber que alguien les había estado engañando. La verdad es que estaba resultando muy sospechoso que Hiei no dijera nada. Suu estaba convencida de que el demonio habría reaccionado si le hubiera contado todo esto al mismo tiempo que los demás. Se alegró de no haberlo hecho.

"Pues os lo cuento ahora porque en dos días me voy." – contestó al final y sintió, además de las miradas de sorpresa de los que estaban delante, unos ojos clavarse en su nuca. Hiei. Esto no se lo había dicho...

"¿Te vas? ¿A dónde?" – quiso saber Keiko.

"Regreso a mi mundo."

"¡¿Por qué?!" – exclamó Botan.

"Porque se me ha acabado el tiempo y tengo que volver." – respondió Suu.

"¿Qué quieres decir con eso?" – le preguntó Kuwabara.

"Antes de entrar en un mundo paralelo tengo que programar el ordenador, unas de las cosas que tengo que dejar claro es el tiempo que quiero permanecer en ese mundo y por ninguna razón puedo quedarme más tiempo. Mis... 'desmayos' tienen relación con el tiempo."

Nadie de los presentes se extrañó al oír que Suu se había desmayado, y no sólo una vez, así que Hiei dedujo que todos ellos habían presenciado, como mínimo, un par. Cosa que significaba que Suu se había desmayado muchísimas veces... Por la expresión de Kurama, Hiei se imaginó que él también se había dado cuenta. Y aunque ella, aparentemente, se lo tomara como una cosa normal y sin mucha importancia, Hiei estaba convencido de que eran peligrosos.

"¿De qué modo están relacionados?" – se interesó el youko.

"La máquina, para poder funcionar, necesita una mezcla de energías: energía solar y eléctrica. La solar la consigue de unas placas solares que instaló el autor en diferentes sitios de la fachada del edificio, y la eléctrica... pues del modo habitual, con un enchufe y todo eso. Según el tiempo que te estés en un mundo paralelo, la energía de la máquina se gasta más o menos. Esta vez me he quedado el máximo tiempo que se puede, seis meses. Y a finales de esta semana se cumplen, por lo que tengo que volver antes de eso, entre mañana y pasado mañana." – hizo una pausa. – "Cuando a la máquina le queda poca energía, es decir, cuando ya se acerca el momento de volver, a veces me quita un poco de mi energía y eso me provoca los desmayos--"

"¿Que te quita tu energía? ¿Pero eso no es un poco peligroso? ¿Y si un día te la quita toda? ¡Podrías llegar a morirte!" – interrumpió Yusuke.

"Sólo me la quita de vez en cuando. Esto también resulta útil, así me recuerda que pronto tendré que volver. De todos modos, aún tengo que arreglar algunas cosas para que no lo haga, la máquina comete algunos fallos."

"¿Qué pasaría si no volvieras cuando debes?" – preguntó Botan.

"Me quedaría atrapada en este mundo, sin poder volver nunca al mío y al poco tiempo moriría porque la máquina se quedaría sin energía para mantenerme aquí. Por eso, antes de que se cumplan los seis meses, tengo que volver, porque si lo hiciera el mismo día que hace seis meses no quedaría suficiente energía."

Permanecieron en silencio unos instantes, cada uno pensando.

"O sea... a ver si lo he entendido. Existen mundos paralelos y tú vienes de uno de ellos. Todo lo que nos contaste ese día acerca de tus poderes era mentira..." – Suu asentía con pesar mientras Yusuke hablaba. – "¿Pero entonces cómo... cómo puedes haber entrado en la escuela y alquilado un piso y todo eso, si no existes aquí?"

"Mmm... de hecho Suu Ayashi sí que existe, porque yo la he creado en este mundo." – intentó explicarse.

"Tendrías que explicar mejor cómo funciona esa máquina para que podamos entender todo." – dijo Kurama.

"Supongo que será lo mejor." – suspiró Suu. – "A ver, primero se decide a qué mundo se quiere viajar y se introducen los datos en el ordenador--"

"¿Pero cómo lo haces exactamente?" – preguntó Keiko.

"Emm... aplicando unas fórmulas según la clase de mundo que sea, según el tipo... es algo difícil de explicar. En el manuscrito hay diferentes fórmulas e instrucciones para hacer todo eso, yo sólo tengo que escoger las fórmulas adecuadas según lo que se indica. Una vez se ha hacho eso, toca decidir quién se será en ese mundo; por ejemplo, si yo hubiese querido podría haber sido una profesora nueva del instituto o incluso la vecina de Keiko."

"Es decir, escoges y creas un personaje."

"Sí, nunca puedo ser alguien que ya esté en ese mundo, sólo puedo crear personajes nuevos. También puedo modificar mi imagen y carácter si quiero."

"¿Puedes ser alguien mayor, cambiar todo eso y la edad?" – preguntó Kuwabara.

"Sí, de hecho... soy un par de años mayor que vosotros." – sonrió un poco ante sus caras y añadió. – "Pero esta vez la imagen y el carácter no los cambié."

"¿Y una vez has hecho eso?" – preguntó ahora Botan.

"Se introducen otros aspectos de la vida que se quiere tener en ese mundo, como dónde se va a vivir, qué se va a hacer: estudiar, trabajar, ..."

"¿También puedes decidir qué va a pasar?"

"No, eso ya no depende de mí, sino de la historia del mundo paralelo. Por ejemplo, si me he metido en un libro, la historia puede variar un poco al estar yo, pero básicamente la historia principal seguirá siendo la misma y los personajes serán iguales."

"Entonces, si te has leído el libro o has visto la película, ya sabes qué va a pasar, ¿no?" – preguntó ahora Keiko.

"Sí. Pero nunca sé lo que va a pasarme a mí. Aunque a veces hay excepciones y la historia no es exactamente la que debería ser. Eso suele pasar cuando el mundo paralelo existía antes de que el autor o autora escribiera sobre él."

"¿Pero eso es posible?" – dijo Yusuke, que le costaba creer todo eso.

"Por lo visto sí."

"Sólo por curiosidad... ¿nosotros qué éramos en tu mundo?" – preguntó curioso Kurama.

Suu sonrió un poco. – "Una serie de dibujos animados."

"¡¿Qué?!" – exclamaron sorprendidos Kuwabara y Yusuke.

"Te estás quedando con nosotros, ¿a que sí?" – rió Botan.

"No. Es la verdad."

"Pues... todo esto, la verdad, resulta un poco increíble."- dijo Yusuke. Se quedó un instante pensativo y luego pareció haber tomado una decisión. – "¡Bueno! Creo que deberíamos hablarlo, para decidir qué hacemos y todo eso... Nosotros ahora nos vamos y cuando haya algo te lo haremos saber, ¿vale?" – se levantó del sofá y con la mirada ordenó a los demás que le siguieran.

Suu se levantó también, un poco desconcertada por la repentina decisión. Les acompañó a la puerta. – "Está bien. Ya nos veremos, entonces. Adiós." – Los demás se despidieron también mientras salían de uno en uno por la puerta.

Kurama antes de salir miró en dirección a la ventana de Hiei y vio que éste ya no estaba allí, extrañado supuso que ya había salido por la terraza. En parte era lo mejor, sólo esperaba que no se le ocurriera volver por su cuenta para hablar con Suu, no sabía lo que le podía estar pasando por la cabeza y el hecho de que ni si hubiera inmutado cuando la chica les había contado todo aquello, no lo encontraba muy normal y no estaba muy seguro de lo que pensar. Hacía tiempo que no tenía una conversación decente con él...

· · · ·

Suu cerró la puerta con un suspiro de tristeza. ¿Qué decisión tomarían? No parecía que les hubiera sentado muy mal todo aquello, pero nunca se sabía. Cuando se dio la vuelta para ir hacia la sala de estar, se encontró con Hiei sentado en uno de los sofás; brazos y piernas cruzados y la mirada fijada en la mesa del centro. Sorprendida, dio unos pasos hacia delante.

"No me dijiste que te ibas." – casi gruñó, y levantó la mirada hacia ella.

"Te fuiste antes de que pudiera acabar..." – le respondió, sentándose en el otro sofá.

Permanecieron en silencio un par de minutos, sin mirarse.

"¿Por qué has venido?"

"¿No querías que viniera?"

"No. No lo digo por eso." – se apresuró a aclarar ella. – "Sólo que pensaba que después de que te explicara todo, no querrías verme otra vez."

"Quería asegurarme de que les contabas lo mismo que a mí." – respondió él, su voz denotaba un poco de desconfianza.

"Je. Ya me lo imaginaba." – comentó con un poco de amargura. Entonces se levantó y fue a sentarse al sofá donde estaba Hiei. Éste la miró entre sorprendido y desconfiado. – "Lamento mucho haberos mentido... haberte mentido. Como ya te dije, no pretendía hacer nada malo. ¿O es que tú no has dicho nunca una mentira para evitar problemas o situaciones desagradables?"

Hiei sabía muy bien que Suu conocía la respuesta a su propia pregunta. Enfocado de ese modo, él no tenía ningún derecho a enfadarse o a criticarla, puesto que también era un mentiroso. El youkai suspiró con resignación, sin poderse creer que sólo con esas palabras, la chica hubiese conseguido convencerle. ¿Qué narices le estaba pasando? – "Ya da igual."

"¿Me perdonas, entonces?"

"Yo no he dicho que lo fuera a hacer." – respondió él, girando la cabeza hacia el otro lado.

Suu suspiró con frustración. ¿Por qué era tan difícil?

"Está bien, no me perdones si no quieres." – se lo quedó mirando para ver si decía algo, pero ni se movió.

Suu hizo un movimiento, fingiendo que se iba a levantar esperando que el demonio se girara al menos. Hiei sí que se giró, fijando su mirada en la de ella, y medio segundo más tarde sus labios estaban posados en los de ella. Los ojos se Suu se abrieron sorprendidos y a diferencia de la ocasión anterior, no se apartó sino que se dejó llevar; cerró los ojos y respondió al beso. Fue una sensación maravillosa, al menos para ella, pero que pronto terminó al apartarse Hiei, quien evitó mirarla cuando se levantó del sofá. Suu permaneció sentada, no habiendo vuelto completamente a la realidad y viendo al demonio dirigirse hacia la terraza. Antes de abrir la puerta se detuvo y le habló sin girarse.

"Avísame cuando te vayas." – y dicho eso, abrió y se fue.

Suu parpadeó varias veces, no estando muy segura de haber oído bien y de que todo eso fuera real y no un sueño. Se levantó y fue a la cocina, abrió el frigorífico y comprobó que la tableta de chocolate que guardaba estuviese entera. Sí lo estaba.

"Esta vez sí que no ha comido chocolate... Entonces, ¿por qué...?" – dijo en voz alta, pensativa.

Cinco segundos más tarde, el timbre sonó. Y se llevó una buena sorpresa cuando abrió la puerta. Era Kurama.

"¿Cómo es que...?" – empezó a preguntar ella, cuando ya estuvieron sentados.

Kurama sonrió. – "Vengo a comunicarte el veredicto."

Suu también sonrió al escuchar la palabra 'veredicto', un poco más relajada, pues por la expresión de Kurama tenía la intuición de que el 'veredicto' sería bueno. – "Bien. Tú dirás."

"Hemos analizado el caso y hemos decidido por unanimidad que seguirás teniendo por nuestra parte la misma confianza que hasta ahora. Dado que has confesado la verdad y que tus propósitos no eran malos. Pero tendrás que cumplir un pequeño castigo por haber mentido. Y ese castigo es invitarnos a todos a cenar."

Suu se rió aliviada. – "Muchas gracias. Os invitaré encantada. Pero dime una cosa, el tono-"

"Yusuke y Botan han insistido en que te soltara este discurso, casi se lo han inventado ellos y me lo han hecho aprender." – se rió mientras lo explicaba.

"Me sacas un peso de encima. Tal y como os habíais ido, pensaba que Yusuke se lo había tomado mal..."

"Qué va. Cuando hemos llegado al parque nos ha dicho que deberíamos hacerte sufrir un poco, o sea que desde un buen principio él pensaba perdonarte que no hubieras dicho la verdad."

"Pues qué simpático él." – dijo ella, fingiendo estar molesta. Pero sabía que se merecía sufrir un poco.

"Mmm... me he ofrecido a venir yo porque quería preguntarte un par de cosas."

"De acuerdo, pregunta lo que quieras."

"Bien, lo primero que quería preguntarte es por cuánto tiempo te vas a ir."

"Estaré fuera durante dos meses. Y hay una cosa que no os he dicho... el tiempo aquí y en mi mundo no transcurre igual. Un día en mi mundo equivale a un mes aquí, así es como está programada la máquina y no he encontrado cómo cambiar eso de momento. Aunque según cómo se mire, eso es lo mejor. Porque ahora en mi mundo representa que sólo han pasado seis días y resulta menos sospechoso." – explicó ella, ante la mirada un poco asombrada de Kurama.

"Caramba, ¿la máquina también controla eso?" – preguntó maravillado. – "Entonces en realidad, ¿sólo pasarás dos días en tu mundo?"

"Sí. Después de estar seis meses en un mundo paralelo la máquina necesita dos días como mínimo para recuperar toda su energía. A parte de que mi cuerpo también necesita un descanso.

"¿Pero no deberías quedarte más tiempo? Tus padres, tus familiares y tus amigos se preocuparán si no te ven."

"No. Mis padres no se han interesado por mí desde que me echaron de casa, mis familiares viven bastante lejos y casi no tengo relación con ellos... y amigos, lo que se dice amigos, la verdad es que no tengo... Nos hemos ido distanciando poco a poco." – acabó con un suspiro y una sonrisa amarga.

Kurama no se esperaba que Suu se encontrara en una situación como ésta, por su actitud nunca lo hubiera dicho, pues siempre estaba contenta y nunca había hecho ningún comentario que hiciese pensar que algo en su vida fuese mal. Era obvio que se quedaba los problemas para ella sola. – "Y... ¿no tienes hermanos?"

"Sí, tengo un hermano y una hermana más pequeños, pero ellos van a la suya. Mi vida familiar es un tema aburridísimo." – dijo ella, apartando la vista y sonriendo un poco. – "Dijiste que tenías un par de preguntas, ¿verdad?"

"Sí." – respondió, entendiendo con eso que la chica no quería hablar de ese tema. – "La otra pregunta es sobre lo que dijiste que nosotros en tu mundo éramos una-"

"Serie de dibujos animados, sí." – terminó por él, sintiendo curiosidad por la pregunta.

"Eso. Entrabas en libros y películas de los que ya sabías el final, ¿verdad?" – Suu asintió. – "¿También sabías el final de la... serie cuando entraste aquí?"

"Sí, aunque no tenía un final cerrado como lo puede tener un libro o una película. ¿Por qué lo preguntas?"

"Bueno, me preguntaba qué pasaría si tú nos explicases lo que iba a suceder en el futuro."

"La historia cambiaría radicalmente y no se parecería en nada a la original." – explicó con semblante serio.

"¿Lo has hecho alguna vez?" – quiso saber Kurama.

"No, nunca. Podría ser peligroso. Lo máximo que he llegado a hacer ha sido avanzar algún pequeño acontecimiento, pero siempre he procurado que no fuese nada importante." – continuó hablando la misma expresión.

"Ya veo. Y si conoces el futuro... también conocerás el pasado, ¿no?" – preguntó, levantando una ceja.

"Sí. Pero como ya os dije, a veces el mundo en el que entro puede tener algunas diferencias con lo que yo he visto en mi mundo."

"¿Por eso me pediste que te contara toda la historia ese día?"

"Exacto." – Suu sonrió, Kurama era muy listo. – "Tenía que comprobarlo."

"Ya nos conocías a todos."

"Bueno, yo mejor diría que sabía quién erais."

"No sé exactamente qué se podía ver en tu mundo sobre nosotros, pero creo que sí que sería adecuado decir que nos conocías." – le dijo Kurama. Suu tuvo la sensación de que algo le rondaba por la cabeza al pelirrojo, pero prefirió no preguntar.

"Es igual, dejémoslo." – dijo Suu, esperando que Kurama no insistiera más.

"Tienes razón. Bueno, creo que no quería preguntarte nada más..." – empezó a levantarse del sofá.

"Puedes preguntar siempre que quieras." – también ella se levantó para acompañarle hasta la puerta.

"Nos avisarás cuando te vayas, ¿no?" – le preguntó justo antes de salir por la puerta. – "Nos podremos despedir de ti, supongo."

"Sí, claro que os lo diré. Supongo que será mañana pasado, pero ya os diré la hora y el lugar."

"Está bien. ¡Hasta entonces!" – se despidió.

"¡Hasta entonces!" – dijo ella también, y cerró la puerta cuando Kurama giró la esquina del pasillo.

Suspiró un poco más animada ahora que sabía que estaba perdonada y que incluso iban a ir a despedirla cuando se fuera.

"Bien, ahora tengo que empezar a preparar las cosas y hacer los cálculos." – se sentó en el sofá de cara a la ventana donde solía sentarse Hiei, mientras repasaba mentalmente lo que tenía que hacer, pero otro pensamiento apareció. – "¿Por qué habrá hecho eso Hiei?"


¡Dios, no me puedo creer que por fin haya acabado este capítulo! Aunque en realidad tenía pensado hacerlo más largo... pero es que ya estaba harta de él ¬¬ Siento muchísimo haber tardado tanto, pero he estado sometida a mucho estrés y en los ratos libres lo que menos me apetecía era ponerme a escribir U.U

¡Y también por fin se descubrió el secreto de Suu! n.n Hace muchísimo tiempo que tenía el personaje de Suu en mente (pero sin nombre, sólo su historia), pero no sabía qué hacer con él hasta que vi Yu Yu Hakusho XD ¡A ver qué os ha parecido!

Reflexionando un poco, creo que su secreto ha salido al mezclar inconscientemente el que me interese tanto el tema de los viajes temporales, Star Gate y alguna que otra peli o serie de temática parecida n.n''

Bien, empecemos con los reviews.

Ropna, lo siento muchísimo T.T No era mi intención tardar tanto!! Bueno, ahora ya sabes qué le dijo n.n

Zafiro, caray cuántas preguntas XD 1- Hiei me dice que no es de la incumbencia de nadie. 2- Tampoco quiere responder, pero a para mí que se sentía traicionado ;P 3- Suu no se compró ningún pastel, era un croissant y sobre lo de las cosas dulces... pues no lo sé, te aseguro que es inconscientemente XDD 4- Kurama es más amable y sí que me responde, dice que siente una gran amistad por Suu (que esté siendo sincero o no ya es otra cosa XDDD) ¿Alguna pregunta más?

Ishisu-Magy, jojojo, pues si dices que yo actualizo rápido y tardo meses, no quiero ni pensar lo que tardas tú XD Pues sí, menos mal que eres paciente... conmigo hay que tener mucha paciencia n.n"

HADA, jejeje, si yo no tengo club de fans ;P Jiji, yo sí que sé lo que les pasa con el yaoi XDDD Ya te aseguro que este fic no va a ser yaoi, como ya dices que hay bastante por aquí y está bien que haya variedad (aunque yo sólo lea fics yaoi XD) porque sé que no a todo el mundo le gusta. Gracias n.n

Sumiko Minamino, pues ya se ha aclarado todo, espero que no te haya decepcionado. Gracias por tu comprensión T.T

Yukii, cortar en los momentos interesantes lo hacen tan a menudo que se me contagió XDD Siento haber tardado tanto y que hayas tenido que aguantar todas mis neuras.... U.U Espero que te haya gustado el secreto que tenía Suu (más me vale, porque me sabría mal n.n")

Sr.anonimo, woo, no me digas que eres un chico?? Que yo sepa no se ven muchos por aquí XD Es un honor que hayas empezado a leer por este y que te haya gustado n.n

Blimtz, sí, tienes razón, yo también acabé leyendo en inglés. Aunque tú lo tienes peor que yo al no gustarte el yaoi n.n" Yo siempre lo digo, no podría leerme de tirón un fic como este... no me extraña que tuvieses que parar XD Muy contenta de que te gustase y perdón por haber tardado tanto.

Marie Shinomori, yo ya soy feliz sabiendo que la gente se lee el fic n.n Bueno, ya sabes lo de Suu. Jeje, la historia ya estaba decidida desde que empecé el fic, ya verás si hay lo que pides o no. No falta mucho para que lo veas de todos modos n.n

Papafrita-Girl, sip, tuve constancia de que a muchas personas se les había ocurrido más o menos lo mismo que a mí cuando empecé a explorar los fics ingleses, y la verdad es que me sorprendió bastante n.n" Sólo espero que no haya nada parecido a la historia de Suu.... Hombre, yo no tardo tanto a propósito XD Lo que sí que me pasa es que soy muy exigente y puedo pasarme varias semanas con un capítulo porque no me guste como queda. Gracias n.n

Cualquier pregunta que tengáis del capítulo no dudéis en hacérmela llegar, os responderé con mucho gusto n.n

De nuevo, ¡muchísimas gracias por vuestra paciencia! ¡Prometo intentar no tardar tanto con el próximo!