Nada de lo que puedan reconocer me pertenece.

Dedicado a Carlos Meza por su ayuda en la corrección de la primera parte de esta historia y a Alicia mi beta.


¿De qué están hechos lo sueños?

II

El material de los Sueños.


El poder de los heraldos

Es la Generación de la Soledad

Que lleva a todos a morir en vida y caer en un infortunio sin final

Agosto 11, 1976

Londres, Inglaterra

Elinor se despertó. Algo en aquel lugar oscuro había cambiado. La noche, sin luna ni estrellas, parecía haber terminado de pronto. Se levantó, tenía las piernas entumidas. ¿Cuándo se había levantado por última vez?

Se asomó por la ventana y miró por primera vez el paisaje. Parecía un desierto, un desierto lleno de espigas. Nada verde crecía allí, sólo plantas nocturnas, grises y frías. Sus ojos recorrieron el lugar. El sol sólo había aparecido para alumbrar con su luz rojiza el paisaje muerto; se ocultaba. Elinor se quedó sin aire; jamás había visto un atardecer tan rojo, parecía prevenirla y avisarle que era lo que venía. Miró el monte frente a ella. En la oscuridad no lo había visto nunca y allí estaba sobre él una piedra blanca que brillaba con el sol sobre ella. La joven Dashwood ya no pudo quitar los ojos de la piedra. Era para un sacrificio, para su sacrificio. El aire dejó de entrar en sus pulmones. Trató de apartar la mirada de aquella roca que la llamaba. ¿Realmente iba a morir? . ¿Allí, bajo un cielo oscuro, rodeada de enemigos? Su corazón se encogió. El sol se iba alejando, dejando paso a la misma oscuridad perpetua que siempre rodeaba el lugar.

.-.Tengo que se fuerte.- dijo en un hilo de voz- Tengo que… Intento animarse a sí misma, aunque sabía que no había salida.

Aún así Elinor tembló y no dejó de mirar la piedra, ni siquiera cuando la oscuridad se la tragó.

Sintió que alguien se acercaba. Su corazón le dijo que estaba en peligro. Giró por fin y miró a Bellatrix Black.

.-.¿Estás lista?- Elinor no respondió.

La Mortífaga sacó su varita y con un movimiento creó unas esposas en las manos de Elinor, quien no se inmutó.

.-.Vas a morir.- murmuró Bella.- ¿No vas a rogar por tu vida?

No hubo respuesta.

.-.¡Contesta!- chilló la mujer.- ¡Contesta estúpida mestiza!

Pero la heraldo no dijo nada. La Mortífaga la miro enfurecida. ¿Por qué Elinor Dashwood no rogaba? . ¿Por qué se veía tan tranquila? . ¡Iba a morir!

Con un grito colérico le dio una bofetada. Elinor dejó su cabeza ladeada y, aunque tenía un gesto de dolor tatuado en su cara, sus labios no pronunciaron sonido.

.-.Déjala- dijo una voz suave y aterciopelada.- Tenemos que irnos.

Era Efime. La antigua guardiana de Isabel que había caído en desgracia. La primera Mortífaga, la antigua amiga de Tom Ryddle. Efime, quien había entrenado a la mejor asesina de la fuerza: Bellatrix.

Sólo había cuatro Mortífagas dentro del círculo central de Voldemort: Efime, Bellatrix, Narcisa y, por supuesto, Ingrid.

Efime tomó una cadena que estaba unida a las esposas de la prisionera y la jaló fuera de la jaula. La llevó por la fuerza, aunque Elinor no oponía mucha resistencia, entre los pasillos de la sala de vapor plateado. Recorrieron los oscuros corredores de la fortaleza; sólo alumbradas por la varita de Bellatrix. Salieron por fin y un viento helado las golpeó.

Elinor sintió el aire y respiró profundo, la frescura se adentró en ella. Con tristeza miró hacia el cielo esperando ver la oscura capa que cubría el firmamento siempre. Para su sorpresa no había estrellas, pero sí una luna. Grande, llena y hermosa se alzaba sobre el cielo. Despedía una luz misteriosa, fría que alumbraba el desierto. La luna azul de sacrificio. Luna azul de desgracia.

Todo el monte estaba rodeado de luces. Mientras se acercaban Elinor vio que no sólo había Mortífagos, sino toda clase de criaturas. Los rostros de todos estaban iluminados por antorchas y luces de varita. Comenzó a caminar entre los magos. Los Mortífagos no tenían sus mascaras. ¿Por qué?

Miró hacia el frente. Voldemort estaba de pie junto a una mujer. Elinor no se fijó en él, sino en ella. Su corazón dio un vuelco. Era su madre. Ya sabía que su madre la mataría, pero hasta que la vio a los ojos le entró en la cabeza la verdad. Su madre…

Cerró sus ojos, el dolor la llenó y después una extraña sensación de alivio. Levantó la vista. Una pluma caía del cielo. Bajaba tranquila, ondulándose, moviéndose con el viento.

Algo familiar se despertaba en ella. La miró. Ya no sabía si avanzaba o no, porque para ella el mundo despareció. La pluma bajó y se posó en sus manos. Entonces la vio, la punta de la pluma era filosa. Sintió como todo en ella se revolvió. Una voz que sentía conocía le habló.

Los heraldos están atados entre sí; los ata el poder. Si el poder se desestabiliza, si el heraldo no muere honrosamente, el poder destruirá a todos los demás.

.-.Muerte honrosa- cerró sus ojos y apretó la pluma contra sí. Abrió sus ojos y miró a la altiva mujer junto al Lord Oscuro. La ira se prendió en su interior. Sintió despertar con fuerza un poder ya olvidado.

Se tambaleó y entonces sucedió. Con un "clic" imperceptible las esposas cayeron al suelo. Elinor se separó del grupo. Abrió su mano y un hilo de sangre corrió por ella. Sonrió y alzó la liviana pluma que, también, era mortal. Miró a su madre.

.-.¡.¿Quieras que muera?.!- preguntó a voz en grito a aquella mujer tan parecida ella y tan distinta al mismo tiempo. -.¡Mírame morir, pero no en tu manos! . ¡Olvida que tienes una hija y que la traicionaste! . ¡Olvida! . ¡Te salvo del pecado!

Elinor tomó la pluma que brilló con fuerza, su punta reflejaba el azul lunar. Una punta sobrenaturalmente filosa. Elinor la miró poseída.

.-.¡Deténgala!- gritó Voldemort.

Elinor dirigió el filo hacia su garganta, pero la pluma salió volando. Un grupo de Mortífagos sin cara o nombre la tomó de los brazos. Elinor forcejeaba. Lograba zafarse y una vez más era atrapada. Gritó, pateó, pero nada funcionó. Los Mortífagos la tiraron a los pies de Voldemort y de su madre. No tardó mucho en estar atada a la piedra.

Su madre la miró.

.-.Nunca entendí por qué tuve una hija… hasta ahora.- un puñal plateado brilló en su mano. Lo alzó sobre su cabeza.

Elinor miró suplicante a su madre.

.-.Rompo el lazo que me une a ti, sangre de mi sangre.

Las miradas de ambas se encontraron.

Los ojos de aquella mujer brillaron ante la luz de luna.

El puñal cayó hacia Elinor.

Un grito retumbó en la oscuridad.


El aire helado resopló entre los Mortífagos. Las filas seguían sujetando sus varitas frente a sus rostros. Sus caras se veían casi desfiguradas con las luces amarillentas.

En uno de los grupos, unos ojos brillaron de pronto con fuerza. Voldemort los estaba mirando, ella ya se había percatado de que él sabía que estaban allí.

Suspiró. Alessandra comandaba la misión y parecía no haberse dado cuenta. Lily no pasaba por alto el hecho de que su antigua amiga llevaba gafas. ¡.¿Por qué ninguno de los heraldos quería usar su poder?.! No lo entendía. Parecían tener un pacto para no usar sus poderes.

Miró hacia el cielo. Con cada minuto que pasaba la luna cambiaba de azul a rojo. A su lado sentía a Remus que se movía con excitación. No era un licántropo, Ale había tenido razón, la luna azul no lo afectaba.

Cerró sus ojos e intentó conectarse con Alessandra como antes. La heraldo parecía no querer aceptar sus palabras, no quería oírla, apenas la miraba. El corazón de Lily se estaba muriendo sabiendo que ya nadie confiaba en ella.

¿Por qué no los van a usar?- preguntó.

No hay caso. Prometimos que no seríamos los heraldos.-Contestó Alessandra que tenía cara de pocos amigos. Estaba temblando de ira. ¡Lily Evans no podía ir y…!

¡Tienen el poder!

No quiere decir que tengamos que usarlo. Ya no eres nuestra líder Lily y, si quieres un consejo, tampoco deberías usar los poderes el caos.- Miró a la pelirroja con desdén. Su voz expresó amargura y un poco de malestar.

Lily Evans salió de la mente de la mujer. ¡.¿Cómo se atrevía?.! Abrió sus ojos y miró a Alessandra a la cara. Las miradas de amabas se encontraron, pero en ese instante Elinor llegó al pie de la montaña.

Lily sintió como Sirius se removía en su lugar. Quería correr hacía la mujer, pero Alessandra lo frenaba. No podía estropear el plan, pero Lily sabía que estaba estropeado porque Voldemort ya la veía directamente a los ojos.

Trató de hacerse invisible a los ojos de su enemigo como ya le habían enseñado en Las Islas, pero como a Elinor una sensación extraña la llenó.

Miró a su vieja amiga tomar una pluma que había volado sobre su cabeza. Algo dentro de Lily se movió con fuerza.

.-.Tenemos que apresurarnos.- oyó la voz de Alessandra y los heraldos comenzaron a moverse a sus lugares.

Lily no se movió. Ya había comprendido que ella no estaba agregada al equipo. Le dio una última mirada a James y se quedó clavada en el suelo. El grito de Elinor se alzó y la pelirroja vio a su amiga forcejear, patear y luchar sin poder ganar aquella batalla.

Cuando aquella joven cayó a los pies de Voldemort, éste la miró un momento y luego regresó su mirada a Lily. Los ojos verdes de la pelirroja brillaron con fuerza.

No puedes escapar de mí.

La voz en su cabeza era fría, pero Lily no hizo el menor ademán de haber oído. Sintió como los heraldos se preparaban y entonces dio un paso a un lado. Con un suave suspiro miró por última vez a Elinor Dashwood. Tenía que ayudarla, la cosa no iba ya con Alessandra y su orgullo o con los heraldos. ¡Su mejor amiga pedía auxilio! Sintió el movimiento de la daga desgarrando el aire y cuando perforó el cuerpo, Lily Evans fue quien gritó.


Alessandra no miró a Lily después de su conversación. No se sentía de humor para hablar con ella y menos sobre los heraldos. Ella no entendía que quería decir ser un heraldo. Tener un poquito de poder, una probadita y desear siempre más. Lily Evans no tenía ese problema y jamás lo tendría. Cerró sus ojos con fuerza.

Sirius en aquel momento abrió su mano y dejó escapar una pluma que voló sobre la cabeza de los Mortífagos hacía la joven que él amaba.

En cuanto Elinor gritó, los heraldos se separaron, el factor sorpresa era el punto de su plan.

Marina, quien seguiría escondida en la multitud, vio la acción anonadada. No podía cerrar su boca. Su mirada se fijó en la madre de Elinor. Ambas se parecían increíblemente. Sólo los ojos de Elinor la delataban como la heraldo y la hija.

Marina no comprendía como era que una madre pudiera sacrificar a su hija. No lograba entenderlo.

Ataron a Elinor contra aquella piedra y pronto Marina se descubrió olvidando su papel en aquel drama. Miró a la mujer deseando que algo detuviera aquel espectáculo. Era horrible observarlo y no poder hacer nada.

.-.Rompo el lazo que me une a ti, sangre de mi sangre.

Quiso cerrar sus ojos para no ver lo que iba a suceder, no ver la muerte de su amiga, pero siguió la trayectoria del puñal: como este bajaba rápidamente hacia el cuerpo para clavarse y arrancarle la vida a Elinor sin que ellos pudieran hacer nada.

Pero de pronto… algo sucedió, el puñal detuvo su avance impasible y no se hundió en Elinor, paró a mitad del camino y cayó al suelo, aún así, el grito de la pelirroja se alzó en el aire.

El caos comenzó. Nadie entendió lo que había sucedido. El cielo se nublo y todos sintieron que habían perdido la visión. El brillo espectral de la luna había desaparecido, ésta se había ocultando o había sido absorbida por la oscuridad. Parecía que un humo negro les nublara los ojos de todos. No había diferencia entre tener los ojos abiertos o cerrados… un aire frío hizo estremecer a todos.

Y, de pronto, con flechazo de luz, cual rayo, la luna azul apareció en el cielo, hermosa y asombrosa. Fría y silenciosa… esperando el sacrificio.

Elinor estaba de pie, John estaba junto a ella. Estaban junto a la piedra de sacrificios, ella entre sus brazos con la cabeza apoyada en su pecho. Sirius no los miraba, apartaba la vista, y Marina que podía leer corazones humanos supo enseguida que sufría.

Alessandra se levantó. Tenía en sus manos el puñal.

.-.¿Por qué no la mataste?- preguntó a la madre con sorna- Te arrepientes… ¿o qué?

La madre de Elinor estaba en el suelo. Nadie se había dado cuenta de cómo había llegado allí.

.-.¡Contesta!- exigió Alessandra.

Elinor se alejó de John y se acercó a su madre. La giró. La joven ahogó un grito. La mujer frente a ella estaba muerta, pero no era la señora Dashwood. No era su madre. No era la persona que se suponía que la iba a sacrificar.

.-.¡Está muerta!- gritó.- ¡Está muerta, Alessandra! . ¡Pero no es mi madre, es alguien más!

Nadie se movió. El aire helado recorrió el lugar.

Una risa fría se alzó entre las demás. Nadie se había percatado de que Voldemort no estaba allí. Alessandra miró a su padre.

.-.Murió porque trato de salvar a su amiga. Esa pobre niña debió ser compañera de ustedes, ojalá la señora Dashwood se nos una pronto.

Otro rayo de luna alumbró la cara de Voldemort y entonces descubrieron por qué Lily había gritado. Estaba desmayada en brazos de aquel hombre que estaba de pie sobre la piedra dónde Elinor había estado atada.

Le había atrapado antes de hacerse la oscuridad, cuando Elinor había sido liberada y Lily había retenido el puñal en el aire en un intentó desesperado, nadie lo notó, nadie sabía hasta donde llegaba el poder del caos… y ahora estaba atrapada.

Desde aquella altura la dejó caer. Todo sucedió muy rápido. James llegó en su ayuda y logró atraparla antes de que golpeara el suelo. Marina había soltado un grito, Remus y Sirius se habían abalanzado hacia la pelirroja, Alessandra miró a su padre con despreció y los Mortífagos por fin despertaron del susto que se habían llevado, miraron alrededor sorprendidos y sin saber que hacer.

Elinor miró a Voldemort, se había levantado.

.-.¡Esto es la guerra!- gritó.

El señor Oscuro le sonrió.

. quieras, niña.

Alzó su varita, Elinor se despegó de John y alzó la suya. La maldición asesina se disparó en dirección a Elinor, pero a quien golpeó fue a John.

Una nube de polvo se alzó sobre la montaña que reventó ante aquel ataque. Nadie supo lo que sucedió. Pero Elinor no tuvo tiempo de pensar en lo que había sucedido. Pronto los Mortífagos comenzaron a atacar. Todos sabían que no había forma de ganar. Cada heraldo se vio arrinconado por otro Mortífago y aunque los Aurors comenzaron a llegar no había forma que ganaran. Lo sabían.

La luna había perdido su color azul y con cada segundo se ponía más roja, parecía teñirse por la sangre que se iba a derramar. Iba a ser la noche más larga de sus vidas y la noche más extraña, también.

Con un grito de dolor ahogado Ingrid Mudlose miró la luna. Estaba en su recamara, no quería ver el sacrificio y ahora estaba allí de pie esperando.

Y ahora algo la llamaba a luchar, algo en esa luna, algo en el cielo, algo en el viento. ¡Todo lo que decía que había guerra la llamaba a luchar! Pero Ingrid no se movió. Esperaba una señal. Una señal muy clara. Los heraldos. ¿Qué les sucedía a ellos? . ¿Por qué no luchaban? . ¿Por qué no mostraban sus poderes como debía ser?

Trató de frenar su deseo de pelear.

Cerró sus ojos y se dejó caer en su cama ocultando su cara entre sus manos. Temblaba, era tan difícil controlarse, quedarse allí, sentir a sus amigos y enemigos luchar allá abajo… ¿Cuáles eran ahora sus amigos? . ¿Los Mortífagos sin rostro o los heraldos que sucumbían? . ¡.¿De qué lado estaba ahora?.! Ni ella misma lo sabía, pero sabía bien que la batalla había comenzado.


Remus se levantó de entre los escombros. Aún se tambaleaba, miró la luna, sentía que algo en ella estaba cambiando. Le estaba llamando, lo sentía.

.-.Eres un licántropo.- dijo una voz suave.- ¿Por qué luchar contra nosotros, hermano?

Remus se giró y miró a la vampiresa frente a él. Parecía realmente molesta ante la posibilidad de tener que luchar contra Remus. Pero también tenía una sonrisa en el rostro.

.-.No tengo opción.- murmuró Remus.-No la tendré jamás.

.-.Siempre hay una opción.- murmuró la Vampireza con una sonrisa fría.- Siempre se puede decidir cuando luchar y contra quién. Señor Licántropo, le prometí que nos encontraríamos de nuevo.

Remus no pudo creer que esa mujer pálida era la vampiresa con la que se había enfrentado la noche que se convirtió en heraldo.

.-.Ya comprendiste que es mejor estar con Voldemort, que contra él.

.-.Nunca he creído tal cosa.

Remus, que con la luna sobre él, se sentía más bestia que hombre, miró a aquel pálido ser que sonreía.

.-.Ya he decidido hace mucho que hacer. Ya he matado Vampiros, no serás el primero.

La vampiresa río.

.-.Yo jamás he matado licántropos, pero será un placer intentarlo, claro que la lucha debe ser contra el lobo, no contra el hombre.

Remus no entendió que había sucedido. ¿Por qué la vampiresa reía y hablaba de esa forma? Los dolores de una transformación llegaron al instante. Su cara se alargo, sus ojos tomaron un brillo amarillento que nunca antes había sido tan fuerte, su cuerpo se alargo y quedó cubierto de pelo. El licántropo le aulló a la luna.

Varias miradas se posaron en él, pero nadie llegaba es su auxilio del hombre lobo. Todos estaban como él, al borde del abismo.

Cerró sus ojos y corrió hacia la vampiresa. Comenzó la lucha entre dos bestias de la oscuridad.

La vampiresa remontaba el aire y caía en picada sobre el lobo que se apartaba y saltaba. Los aullidos y gritos de ambos se mezclaban con la batalla.

Había olvidado que era un hombre, un mago o un heraldo, sólo quería destruir al ser alado que se precipitaba sobre él. No conocía las batallas entre vampiros y licántropos, no conocía las luchas milenarias entre ambas razas, pero sabía que algo en él le pedía matar a ese ser.

Sus ojos amarillos relampagueaban y pedían golpear y matar, sed de sangre…

.-.¡.¿Quién eres tú?.!- preguntó la Vampiresa antes de asentar otro golpe y luego esquivando el zarpazo del lobo.- ¡Lobo u hombre! . ¡Es lo mismo, el mismo instinto! . ¡La misma sed!

El aullido rompió el aire. Con un salto mayor a los anteriores, Remus pudo morder el ala de la vampiresa. Ambos cayeron al suelo en un caos de alas, patas y pelos, pero se alejaron uno del otro tan pronto tocar el suelo. El lobo se levantó y sus patas quedaron sobre aquel ser por el cual sentía repulsión. Quería matarle, quería verla morir… allí y en ese momento.

La vampiresa seguía gritando, luchaba contra la fuerza que le apresaba, pero Moony ya no lo oía, no oía nada, no sentía nada, sólo su instinto animal que le pedía una sola cosa. Cerró sus ojos y se precipitó sobre aquel ser.

Sintió como su enemigo se desvanecía bajo sus patas… muerto, sin vida. La había matado, el lobo había vencido, pero sus ansias de muerte todavía no estaban satisfechas. Lanzo un aullido feliz, triunfante, nada le detendría y luego se giró para encontrarse con su nueva presa: una mujer de ojos azules que lo miraba con pena.

.-.¿Vas a matarme?- le preguntó con voz dulce que el lobo no comprendió. Movió su cabeza tratando de ver cuanto habría de saltar.- Tú no eres así¿vas a dejar que él lobo le gane al hombre? Sé que Remus está dentro de ti.- La mujer le susurraba tranquila, sin miedo, acercándose a él cada vez mas. Ese poco temor, esa calidez desconcertó al lobo.

Y entonces sucedió algo que ningún lobo había sentido antes: la mujer posó su mano en su cara y él fue incapaz de atacarla. ¿Qué pasaba? . ¿Qué sucedía? Algo dentro de él se agitó fuertemente cuando la mujer se arrodilló y lo miró a los ojos. El amarillo enfermizo comenzó a cambiar. El lobo y el hombre luchaban ahora dentro de aquel cuerpo. Uno quería matar, el otro proteger...

El licántropo quería matar a esa joven, morderla, hacerla desaparecer, matarla. Pero el hombre se negaba… pues esa mujer era Alessandra Ryddle.

Con un aullido de rabia que se oyó como un quejido angustioso se mordió a sí mismo.

Ella trató de detenerlo, cesar esa lucha que se debatía en el interior del lobo, pero no pudo… un grito interrumpió aquel contacto.


Elinor se precipitó sobre el cuerpo de John.

No entendía el porqué el Avada Kedabra había hecho aquella explosión.

Cuando llegó a su altura él cayó de rodillas. ¿Qué podía hacer? Le miró fijamente.

¿Por qué? Preguntó una y otra vez. ¿Por qué? Gruesas lágrimas bajaron por sus mejillas. Quería gritar, quería matar a Voldemort con todo su ser. Cerró los ojos con fuerza. Le odiaba por lo que había hecho, por arrebatarle todo y cuando quería.

Sintió el contacto de una mano con su mejilla.

Abrió los ojos y sin poder creerlo miró a John que le sonreía.

.-.No llores.- murmuró él.

.-.¿Có-cómo?-preguntó aturdida.- Tú...

.-.Sólo hay dos formas de que muera alguien en la junta, Eli. Que decida morir o que la reina del Caos muera.

Elinor lo miró sin entender.

.-.Elinor, yo soy parte de la junta de los sabios, ellos me mandaron hace ya muchos años a vigilar a los heraldos y antes de eso a vigilarte.

Elinor abrió su boca. ¿Eso quería decir que...?

.-.Entonces no me amas.- dijo como si fuera lógico, sentía rabia hacia él, tanto tiempo engañándole… ¡.¿Por qué?.!- Tenías que vigilarnos, no me amas y jamás me has amado, casarte conmigo era para ti... -no podía creerlo, no quería creer que había vivido en un gran engaño. Lo miró con odio antes de continuar.- ¿qué era? . ¿Una misión?

Lanzó un gemido entre colérico y desesperanzado.

A lo lejos se oyó el aullido de un lobo.

.-.¡Claro que te amo!- le dijo él, intentaba hacerle entrar en razón.

.-.¿Por qué seguir fingiendo?- le preguntó ella.- ¡Me mentiste! . ¡.¿Cómo pudiste?.!

Se levantó. Por extraño que fuera ningún Mortífago se les acercaba. A su alrededor no había batalla. John se levantó. Tomó la muñeca de Elinor y la obligó a mirarlo.

.-.Tal vez no te dije toda la verdad, puedes acusarme de eso, pero no digas que no te amo y que no quiero casarme contigo porque es lo único que realmente deseo. Si estuviera en mis manos, dejaría la junta ahora mismo y estaría contigo para siempre, siento que no podamos ser felices, no podamos estar juntos, pero te amo¡.¡Elinor, realmente te amo!.!

Elinor se quedó sin habla. Lo miró tratando de descifrar si eso era una broma.

.-.¿Me amas de verdad?- preguntó. Sus ojos brillaron ante las lágrimas.

.-.Te amo.

.-.¿Por qué entonces no podemos ser felices?- preguntó con suavidad.

.-.Porque yo soy parte de la junta y moriré con la Reina del Caos. Además aunque nos esperaría una existencia plena, no sería del todo feliz.

Cerró sus ojos con fuerza.

.-.Pero...

.-.Estaremos juntos.- le prometió él y la besó.

No supieron que aquel beso le costaría caro a alguien más.

Cuando se separaron Elinor logró sentir que alguien se acercaba. Cuando se giró se encontró con una Mortífaga. Elinor miró a su madre a la cara y sintió como su estómago desaparecía. Era la hora en que sólo una de ellas quedaría en pie: iban a luchar por fin. Para entonces John ya había desaparecido…


Después de la explosión, Sirius trató de localizar a Elinor. Quería hablar con ella, quería consolarla ante la muerte de John. No deseaba verla llorar, sufrir. La buscaba como un loco, pero fue a alguien más a quién encontró.

El aire pareció volverse loco cuando Aensley y Sirius se miraron. Ambos sabían que su lucha sería inminente, que tarde o temprano uno moriría a manos del otro. Aensley sería un mago oscuro, pero Sirius era un Black, un renegado de los Black lo que lo convertía en alguien más peligroso.

.-.Sirius Black.- murmuró el hombre.- Siempre nos volvemos a encontrar.- el diente de oro brilló en la noche.

.-.Aensley, otra vez uno frente al otro.

.-.Sí.- con una risa preparó su varita frente a él. Sirius hizo lo mismo.

La posición de inicio sólo duró unos segundos. Los rayos de luz salieron de ambas varitas con rapidez. Chocaron en el centro y mientras ambos intentaban que su rayo ganara al otro, se miraron. Describir lo que sentían sería difícil. Parecían emocionados ante el combate, habían olvidado los demás, sólo quedaba batirse y tratar de ser quien quedara en pie. ¡No había distracciones posibles en ese momento! Era la tercera vez que se encontraban… ¿sería la última?

Entre tanto, Sirius seguía buscando a Elinor con la mente.

Los dos rayos terminaron por crear una explosión que los lanzó a ambos hacía el suelo. Se levantaron y se volvieron a atacar. Los rayos de luz cruzaban el cielo con fuerza. Era una lucha encarnizada, sin tregua.

Sirius escuchó de pronto a Moony. Giró un momento mientras creaba un escudo a su alrededor y miró a Remus convertirse en el feroz lobo. Tenía que ayudarlo. Tenía que ir, tenía que auxiliar a su amigo.

.-.No te dejaré ir.- le dijo Aenlsey.- ¡Pelea, Sirius! . ¡Demuestra que tu sangre es la de un Black!

.-.Yo no soy un Black. No soy como los Blacks. No mato por placer, no me vendo ante el poder, no soy siervo de un loco y no creo en la pureza de sangre… No soy un Black.

.-.Claro que no lo eres.- Una nube de humo se alzó donde los últimos rayos habían chocado. Un rayo de color plateado golpeó el hombro de Sirius. La sangre salió, pero no le dio importancia, nada era importante salvo la lucha. Trató de buscar a Aensley entre el humo. Giró sobre si mismo, tenía que estar ahí, cerca de él, todavía no habían terminado, lo sentía.

Una sombra apareció detrás de él. Sirius giró, de nuevo, y miró al punto donde la sombra había estado. Fue sólo un instante de desconcierto que Aensley aprovechó para salir del humo y golpearlo con su puño.

Sirius se tambaleó y lanzó un rayo antes de tratar de alcanzar al hombre.

Un rayo le hizo volar por los aires, pero contraatacó y su contrincante cayó con una rajada en la cara al suelo. Aensley se levantó y sonrió.

.-.No planeo matarte hoy, Sirius Black. Planeo hacerte despertar. Eres como yo, deseas lo que sabes que no puedes tener. Deseas aquello que se te ha ido de las manos. ¡Eres como yo, Sirius! . ¡Te conozco y se como eres!

.-.¡No soy como tú!- Sirius se abalanzó sobre él.

El hombre rió y dejó que un rayo de Sirius lo golpeara, para luego contraatacar con su varita en alto y un rayo púrpura.

.-.¡Eres como yo!

Con un plop Aensley apareció detrás de Sirius. Lo tomó por la espalda y lo aprisionó. Sirius quedó inmovilizado. Lo obligó a mirar hacia al frente y entonces Sirius se sintió desfallecer. Elinor estaba besaba a John allí. No se le pasó por la cabeza como podía ser que no estuviera muerto, todos habían visto como el rayo asesino impactaba en su cuerpo. Sólo vio la cara de la mujer que parecía brillar de felicidad. Se dejó caer de rodillas derrotado cuando Aensley lo soltó mientras reía triunfante.

Sirius se levantó y volvió a atacarle, pero parecía que había perdido algo, su corazón estaba hecho pedazos, porque ahora sabía que no había forma de que Elinor lo amara como él la quería a ella. Había visto como los ojos de ella resplandecían de gozo al besar a John, como notaba su amor. No, a él nunca le llegaría a amar de esa forma. Nunca estarían juntos.

Aensley logró tirarlo y le puso su varita en la sien.

.-.Di que eres un Black. Deja de negar lo que es real.

.-.No soy un Black.- dijo Sirius luchando ya sin fuerza.

Aensley río.

Dilo, acéptalo y te juro que ella será tuya.

Sirius lo miró. ¿Aceptaría el trato? . ¿Aceptaría ser un asesino a cambio de la persona que mas amaba…? Lanzó un sollozo ahogado que había tenido atorado en su garganta. Haría lo que fuera por ella… menos quitarle aquel brillo, aquella felicidad, se la merecía. Con una última esperanza se levantó y gritó fuertemente la única verdad que ya sabía:

.-.¡No soy un Black!

.-.¡Qué así sea Sirius!- gritó Aensley furioso y se dispuso a terminar con su enemigo.


James tomó a Lily entre sus brazos. Después de la caída y el rescate, James había perdido el sentido del tiempo. Miraba a Lily con dolor. El brazo le dolía pues había caído sobre él cuando había atrapado a la pelirroja, pero no importaba: estaba viva, sana y salva. La miró antes de recostarla contra la piedra de sacrificio… aún estaba desmayada, luego se levantó y se dio la vuelta.

Voldemort estaba detrás de él. Se miraron un momento.

.-.Potter.- el Lord Oscuro escupió el nombre con sorna y odio.- ¿Planeas enfrentarte a mí?

.-.Esta es la tercera vez.- contestó él.- Y de ésta no saldrás Voldemort.

.-.No cuentes con ello. Pero luchemos. Lucha con la cabeza en alto como lo hizo tu padre antes de morir. ¡Lucha, Potter!

James lo miró y luego con un plop desapareció. Voldemort lo siguió. James quería alejar esa batalla de Lily.

En cuanto reaparecieron se miraron fijamente. Alistaron sus varitas. Se saludaron y con una sonrisa maniaca de parte de uno de ellos comenzaron.

Al instante, James se dio cuenta que jamás había luchado de verdad con Voldemort. Era más difícil de lo que parecía. No podía hacer nada más que ocultarse y atacar, evitar que le llegase alguna maldición de su parte e intentar lanzar él alguna, pero Voldemort era mil veces más rápido y los rayos de James no llegaban a rozarle siquiera.

.-.¡Lucha por tu vida!- gritaba el hombre de ojos rojos.- ¡Lucha porque no habrá un mañana para ti! . ¡No habrá un amanecer!

Y Lily será mía.

Ese pensamiento entró en la mente de James que gritó y se abalanzó con la varita en alto hacia su enemigo.

.-.¿Con qué te enfurece? No has comprendido, Potter, que Lily ya es mía. Juró que sería mi reina. Me debe su libertad.

.-.Y a mí me ha jurado su vida.- le respondió James con fuerza.

Voldemort sonrió. Un aullido rompió la concentración de James que giró sobre sí mismo para ver a Moony alzarse hacia un vampiro. Voldemort aprovechó que se había distraído para atacarlo.

.-.¡Crucio!- gritó. El rayo le dio a James, era el mejor Auror de la fuerza y ya hacía mucho que no sentía un Cruciatus sobre él. Trató de no gritar pero no lo consiguió.

El dolor era tan fuerte que había olvidado que estaba frente a Voldemort, había olvidado porque luchaba, sólo trataba de que él dolor se alejara de él. La primera vez que había sufrido ese ataque había deseado morir, pero ahora no quería, tenía una razón para seguir viviendo, una razón con los ojos verdes. No iba a dejar que ese loco lo matara, no ahora, no en ese momento. Gritó y se levantó temblando.

.-.¡Así que sí eres fuerte, Potter! . ¡Pues lucha!

James lanzó a su vez un rayo de un amarillo que había aprendido como Auror. Voldemort trató de detenerlo con otro Crucio, pero lo que logró fue una gran explosión cuando ambos hechizos se tocaron. James se tapó la cara con sus brazos y suspiró al sentir que el Crucio ya no estaba sobre él.

Miró a su contrincante que parecía estar sorprendido y confuso y aprovechó esa oportunidad para lanzarse sobre él con un haz de luz brotando de su varita.

El rayo, esta vez, fue de un azul oscuro que dio a Voldemort casi directamente. La nueva onda explosiva que se creo sacó a James volando, pero aunque hacía mucho que no jugaba quidditch, supo como caer. Encorvado, con las piernas dobladas, levantó la cara y miró a su contrincante, todavía no estaba derrotado, aún podía luchar.

.-.Muy bien, Potter.- lo felicitó el hombre.- Si sigues así, será todo un placer matarte.

.-.No cuentes con ello, Voldemort.

Comenzó de nuevo un intercambio de ataques. James usaba todo lo que le venía a la cabeza y Voldemort usaba más el Cruciatus que cualquier otra cosa, le gustaba crear dolor, ver los cuerpos de las personas retorcerse bajo esa maldición.

Varias veces los hechizos se golpearon entre sí.

Al final los dos parecían igual de exhaustos, aunque se notaba a leguas que Voldemort llevaba la ventaja.

.-.¿Vas a rendirte?- preguntó con aire triunfante

.-.¡Jamás!

.-.Ningún mago ha podido vencerme.

.-.Soy más que un mago común.

.-.¡Mentira!

Otro crucio golpeó a James.


Alessandra trató de encontrar a su padre.

Pero quién se encontraba ahora frente a ella era alguien muy distinto.

Efime parecía seguir odiando a Isabel y, por lo tanto, también a su hija, eran las dos iguales, madre e hija, y a ambas las odiaba de la misma forma. Se miraron un momento.

.-.¿Vienes a luchar, Efime?

.-.Claro¿qué esperabas? Isabel murió en La Cima, murió con una sonrisa en su cara.- Rió.- Bien pues su hija morirá aquí y no tan feliz como ella. ¡Ya me encargare de que sufras!

.-.Tú, Efime, no me matarás. ¡Ni ahora ni nunca!

.-.¿Quieres comprobarlo?

Cuando Alessandra iba a responder el aullido de Remus se alzó en la noche.

.-.¿Vas a ir a ayudarlo?- preguntó Efime con fuerza.

Alessandra le miró.

.-.Primero lucharé contra ti.- y sin ceremonia o inicio lanzó un rayo café hacia su enemiga.

Efime lo esquivó.

.-.¡Mejor suerte para la otra, Crucio!

.-.¡Crucio!- Alessandra también gritó. Los dos rayos se unieron en el mismo punto.

La explosión hizo que ambas sintieran el dolor de los rayos, el efecto de la maldición en sus cuerpos, aun así sus caras permanecieron impasibles. Sabían soportar el dolor habían vivido con él toda su vida. Otro aullido hizo que Alessandra volviera a girar su cabeza. Su mirada denotaba preocupación.

.-.No... deberías... de... distraerte...- la voz entrecortada de Efime daba muestras de lo mucho que le costaba soportar el dolor.

Alessandra sonrió. Lanzó un rayo contra esa mujer de porte poderoso, pero Efime estaba lista. Las dos fueron catapultadas hacia atrás por la fuerza de una nueva explosión.

Cerró sus ojos con fuerza sentía que la lucha iba a ser dura pero deseaba con toda su alma correr hacia Remus.

Su deseo le fue concedido porque el siguiente ataque que le dio a Efime fue de Alicia. Había aparecido de pronto, para auxiliar a Alessandra y permitirle correr hacia Remus.

.-.Ve.- murmuró.- Ayuda a Remus antes de que nos mate a todos.

Alessandra le sonrió agradecida a Alicia y se fue corriendo.

Ambas mujeres se miraron y comenzó de nuevo una batalla.


Peter corría tratando de escapar y luego se paraba para atacar a quienes estaban frente a él. Buscaba a Marina esperando que la joven estuviera bien. Ningún Mortífago le daba muchos problemas. Se había convertido en alguien muy bueno para el duelo pues se había estado entrenando en secreto y con sus corridas en el parque era mucho más rápido que antes. Con algunos plops aparecía y desaparecía de la vista. Se convertía en rata, saltaba como hombre y seguía corriendo y atacando. Había oído el aullido de Remus y le buscaba para ayudarle.

Hasta que ella estuvo enfrente suyo.

Bellatrix Black había estado buscando una presa y ese hombre, algo más bajo que los demás, era la presa perfecta.

.-.Peter Pettigrew.- murmuró con sorna.- ¿Quieres luchar conmigo?

Aunque había sido una pregunta, Peter sabía que era una orden.

.-.Responde, Peter, lucharás conmigo.

.-.Por supuesto, Bella.

Ambos se habían conocido a través de Sirius Black. Al principio no se habían llevado mal, hasta que Peter prefirió dejar su amistad con Bella. Eso fue cuando él tenía catorce años y ella trece. Fue triste para Bella perder a su amigo, no entendió jamás porque Peter se había separado de ella, pues le daba noticias de todas las personas a su alrededor, le hablaba de Sirius (a quien Bella siempre había querido en secreto). La separación había sido muy dura para ella. Nadie sabía más de ella de lo que alguna vez supo Peter. El pequeño merodeador lo sabía y también había entendido que peligrosa podía llegar a ser, por eso se había ido de su lado sin darle ninguna explicación.

El primer ataque de Bellatrix fue un crucio.

Peter no había sentido tanto dolor antes.

Gritó y cayó de rodillas sobre la tierra.

.-.¡Ruega!- chilló Bella.- ¡Ruega por tu vida¡Ruega como yo alguna vez te rogué que no te fueras¡Me dejaste, pues ahora ruega por tu vida!

.-.No... no... no... voy... a... rogar.- contestó Peter con voz entrecortada.-No… ante ti.

Ella lo miró con ira. Peter se levantó con trabajo.

.-.No has dejado de ser la joven asustada que siempre has sido- comentó él. Trataba de no sentir el dolor.-Sigues siendo la misma Bella que tenía trece años y que me rogó para que no me fuera.

Bellatrix lo miró con ira. Alzó la varita pero no pudo atacarlo. Peter se acercó a ella como un rayo. Tenía que aprovechar esa oportunidad. Se paró frente a ella a unos centímetros.

.-.No has cambiado.

.-.Cállate.- le dijo ella con un ligero, ligerísimo temblor en su voz que, para su mala suerte, sólo Peter era capaz de notar.

.-.¿Por qué?

.-.¡Peter!- la niña de trece años lo tomó de la mano.- Dime que no lo decías en serio. No te vas a ir... Dime por favor que no me dejarás sola.

.-.Bella, eres mala con todos los de tu alrededor. ¿Cómo puedo estar contigo si odias a la humanidad?

.-.No te odio a ti.- contestó. Tenia los ojos llenos de lágrimas.- ¡Dime que no lo decías en serio!

.-.Bella.- contestó él con suavidad.

La niña tomó su mano y cayó de rodillas frente a él.

.-.No puedes dejarme sola. ¡Todos me dejan! . ¡Mi primo no me quiere, Narcisa me desprecia, Andrómeda! . ¡Ah!- lanzó un grito de frustración al recordar a su hermana mayor.- ¡Ella no me quiere, me odia, se lleva a Sirius de mi lado! . ¡Ella se ha encargado de dejarme sola! . ¡Seguro que tú te vas con ella!

.-.Deja de gritar Bella.- le dijo Peter sin inmutarse.

.-.¡No te voy a dejar irte! . ¡No hice nada, no te vayas!

.-.Atacaste a alguien.- le contestó el niño. Los ojos de Bella que estaban llenos de lágrimas brillaron con fuerza maniaca.

.-.¿Estás contra eso?- preguntó.- Era un muggle. ¡.¿Qué más da?.! Pero...-hizo una pausa- ¡No atacare a nadie si tu no te vas! . ¡Lo prometo!

.-.No cumplirás jamás tu promesa.

Bella rió desesperada.

.-.Si, no la cumpliré -le dijo- y menos si tu te vas.

.-.Adiós Bella.

.-.¡No me dejes!- gritó ella.

.-.¿Por qué?- le preguntó Peter con frialdad. -Nunca dejaras de ser mala, es tu naturaleza

Bella sonrió con frialdad al recordar.

.-.Te mataré, Peter. Te matare por dejarme sola.

Bellatrix se preparó para luchar.


Alicia, como Peter, no hacía más que luchar contra Mortífagos que salían a su encuentro. Había perdido de vista a Frank pero sabía que estaba bien, ya que se defendía bien. Eso la tranquilizaba y le hacía luchar con mayor ferocidad.

Corría por el campo de batalla. Se encontró con varios vampiros, cosa que no la sorprendió. Ya cuando tenía dieciséis se había encontrado con estas criaturas. Ella había sido la primera de los heraldos, sin contar a Ale, que había matado a un ser vivo. Un Vampiro que a su vez la había mordido. La cicatriz de ese encuentro seguía en su piel y aquellas criaturas parecían reconocerla porque no se habían enfrentado a ella. ¿Recordarían que había matado a su líder?

Buscaba a alguno de los heraldos para ayudar y a quién encontró fue a Alessandra.

Enseguida supo que debía luchar con Efime, la primera Mortífaga pues, después de oír el aullido de Remus, supo que Ale tenía que ir a ayudarle. Vio la batalla desde lejos y se preparó para atacar. Cuando lo hizo, comenzó su batalla. No se fijó si Ale salió corriendo o si se quedó a su lado.

Alicia había participado en muchas batallas en los últimos años, pero jamás había estado en un duelo contra alguien como Efime. La mujer era alta y hermosa, parecía una princesa, aunque por su porte era más como el de una emperatriz y luchaba con gracia y ferocidad incalculable, su poder de destrucción se notaba cuando se le miraba a los ojos.

Al principio ambas se probaron, lanzaban unos débiles rayos. Luego comenzaron a luchar de verdad, con ansia de ganar: giraban sobre sí mismas, atacaban y rechazaban. Después de un giro venía un ataque, ninguna de las dos lograba asentar un golpe. Las fuerzas estaban igualadas…

Fue entonces cuando Marina llamó a Alicia. La misma joven no entendió porque la llamaba pero se desconcentró, no giró cuando debía y quedó atrapada bajó un crucio que comenzó a desgarrarle el alma.

Oyó, a lo lejos, como Exime le hablaba con burla y desprecio:

.-.Morirás, morirás de dolor.

Con un gemido trato de levantarse, pero el dolor era demasiado. Sólo miró a Efime, antes de cerrar sus ojos.


Mientras todas estas luchas se desarrollaban la pequeña Marina, la última de los heraldos libres (puesto que Narcisa no era libre) luchaba contra sombras nebulosas sin rostro o color, contra capas negras, contra tela sobre piel, contra quejidos sin nombre.

El corazón se le estaba haciendo añicos. Mientras uno tras otro era lastimado, mientras a su alrededor los Aurors luchaban, el dolor a su alrededor iba creciendo. Cerró sus ojos antes de lanzar a un Mortífago por los aires; no le gustaba causar daño, no le gustaba luchar, pero tenía que hacerlo para seguir con vida. La varita de aquel desdichado quedó a sus pies. La tomó y la miró un segundo. Su mirada se quedó fija en la varita y como a veces antes el dolor de su dueño llenó a la pequeña y la varita se quebró.

.-.Es un grandioso poder.- comentó una voz detrás de Marina. La joven se giró y miró a un encapuchado que la miraba a su vez tras la máscara blanca. Marina sabía quién era.

.-.¿Qué haces aquí?- preguntó.

.-.Creo que es lógico.- contestó la voz de mujer que salía de la máscara.- Lucho, querida Marina. Tú eres mi siguiente contrincante.

Marina bajó los ojos. Su corazón explotaba ahora por el dolor que llegaba de más allá: Sirius era el causante de aquella onda. ¿Qué le estaba pasando?

.-.¿No piensas luchar?- preguntó la mujer.- Tal vez prefieras luchar contra un rostro.

La máscara cayó a los pies de la Mortífaga. Marina no se sorprendió al ver a su antigua amiga frente a ella. Hacía ya muchos años Marina había creado una tormenta y así se había convertido en una heraldo. Frente a ella yacía el ojo de aquella tormenta nunca olvidada: Amber Watson.

.-.¿Por qué?- preguntó con dolor Marina.- ¿Por qué eres una Mortífaga?

.-.¿Por qué va a ser?- comentó Amber.- El poder siempre es un gran premio. ¡Ahora lucha contra mí!

.-.No voy a luchar contra ti.- le respondió y bajó los barzos.

.-.Sí, lo harás.-Al susurro le siguió un rayo plateado que rompió la manga de Marina y le lastimó el brazo. Un feo corte de donde brotaba sangre quedó tatuado en su brazo.

Marina no mostró señal de dolor. Estaba inmóvil, no quería luchar contra su antigua amiga.

.-.Lucha.- repitió Amber. No hubo respuesta. Otro rayo. Esta vez fue su pierna la que salió dañada. Y entonces Amber atacó con un Cruciatus.

Marina cayó de rodillas gritando y retorciéndose, pero cuando el dolor terminó no se levantó.

.-.¡Pelea!- volvió a gritar Amber. Marina no hizo caso. De nuevo un crucio y así una y otra vez. Amber quería que luchase, que se levantase y se enfrentase a ella, pero Marina, lo único que hacía, era soportar en silencio sus ataques, dejándole que le lastimase, a pesar de que no podía respirar a causa del dolor que la llenaba.

El siguiente ataque que lanzó fue un Impero.

Marina sintió como el dolor desaparecía y quedaba suspendida en un lugar de paz. Una voz llegó de muy lejos.

Lucha.

"No voy a luchar" pensó Marina pero levantó su varita hacia Amber.

Lucha.

"No"

Atácame.

"No"

Un conjuro comenzó a sonar en los labios de Marina.

ATACA.

"¡NO!"

Marina despertó y soltó su varita que cayó a los pies de Amber partida en dos.

.-.¡.¿Qué te sucede?.! . ¡.¿Por qué no luchas?.!

.-.No voy a pelear contra ti.

Un nuevo crucio le dio en el cuerpo haciéndole caer al suelo otra vez.


Ingrid, desde su torre, se removió con fuerza la lucha le llamaba, pero no quería ceder ante ella. Algo en su interior quería que saliera por aquella ventana, que fuera a luchar. Se revolvió molesta. Estaba metida ya entre ambos grupos. A cual se iba inclinar. ¡Quería luchar contra los heraldos y al mismo tiempo deshacerse de Bellatrix! . ¡Quería quedarse allí, ocultarse y, también, salir a tener un combate como nunca había tenido! Y, sobre todo, anciana ver a Lily… batirse por fin y, tal vez… se retorció al pensar en matarla. Seguía unida a la pelirroja… ella le había salvado la vida.

Esos sentimientos pararon de pronto.

Ingrid se revolvió extrañada.

Se acercó a su ventana y miró la batalla que se desarrollaba a lo lejos. Rayos de todos los colores salían de las varitas de los contrincantes. ¿Por qué los heraldos no habían despertando aún? . ¿Qué pasaba?

De pronto fue como si las batallas dejaran de sonar, los gritos de extenderse y, a lo lejos, el ruido de un reloj se alzaba sobre el silencio.

El aullido de Remus ya le había sorprendido hacía rato y ahora esto. ¿Qué significaba aquello?

Entonces, la tierra se movió bajo sus pies.

Ingrid cerró los ojos esperando, era el momento, era la hora del silencio: los heraldos debían decidir.

Y así fue que, de pronto, en la mente de los nueve apareció la gran pregunta: algo en su interior les ofreció el poder. Y sin pensar lo tomaron, como lo habían tomado años atrás. Sin pensar en cuanto habían sufrido, en el pacto acordado, sólo lo tomaron… porque era lo correcto, porque los pactos no importan cuando se trata de salvar la vida…

El poder de los heraldos corrió por sus venas una vez más. Nunca lo habían sentido así, tan fuerte, tan quemante. Los llevo de pronto hasta el límite de todas sus facultades y quedaron suspendidos en un lugar sin ruido, sin movimiento, en medio de la nada perpetua. Cerraron los ojos y cuando los abrieron se encontraron los nueve uno frente a otro. Pero no se miraban entre sí, miraban lo que tenían enfrente.

Las figuras se parecían entre sí, pero, por instinto, todo supieron quienes eran. Los primeros heraldos, los primeros en poseer aquel poder que ellos tenían ahora, estaban enfrente suyo.

Cada uno de ellos les ofreció a su contraparte el dije que habían usado una vez y que habían dejado en la cúpula. Al tomarlo, al tenerlo en sus manos de nuevo el mundo bajo sus pies se estremeció.

El poder de los heraldos, el poder como jamás lo habían sentido, se extendió por ellos y todos supieron que sería la última noche que lo tendrían, después de eso no habría más que un recuerdo de aquel poder, de aquella sensación de perfección. Todos comenzaron a añorar desde ese instante el poder que les sería arrebatado dentro de unas pocas horas.

El poder les llevó de regresó a una batalla que estaban perdiendo y que se había congelado. Con un grito de triunfo se alzaron sobre sus oponentes y todos entendieron lo sucedido mientras empuñaban sus varitas: ese era el verdadero poder de los heraldos. Aquel poder sin límites, aquella sensación de tener cada célula del cuerpo impregnada de poder quemante y liberador que les hacía sentir que eran todos uno, que luchaban en equipo y que no estaban solos. ¡Estaban unidos! . ¡Unidos por un poder más grande del que podían imaginar! . ¡Unidos para ganar en ese momento! . ¡Unidos para terminar con lo que alguna vez otros habían comenzado!

El rumbo de la batalla estaba a punto de cambiar…


NA: hola! Ojalá el capi les haya gustado, sólo es el principio y sé que las batallas no son muy emocionantes; pero¡es que hay tantas! Siento si el capi no cumple sus expectativas a mí la primera escena me encanta (la escribí en la escuela durante una aburridísima clase de inglés -.-).

Quiero volver a decir que mi beta está desaparecida y probablemente se perdió en un mar de libros y tareas, así que por ahora tendré que ver que haré con el siguiente capi porque este me lo beteo Lily… Alicia cuando leas esto¡perdón por no mandar betear el capi!

Ahora bien, el próximo capi se llama "La hija de la Oscuridad" y creo que está mucho mejor que este y estoy segura que les encantara como termina (en realidad no lo creo :P) En él vemos que sucede con las distintas batallas ahora que el poder de los heraldos está fluyendo, Ingrid entrará por fin en acción, también despertará Lily y tendremos el principio de la batalla entre ambas… Sí, por fin Lily e Ingrid lucharan (aunque en este capi sólo es el principio :P)

Contesto RRS

Pilitonks: Bueno sí, pero me pareció que si Sirius interrumpía la escena, ésta tenía más fuerza. Bueno tu predicción con lo de
Sirius-Elinor… la vida no es tan sencilla. Bueno, no creo que no hubo muertos en el ataque a Hogwarts, allí estaban los heraldos :P buen el destino de la gemelas… ese me lo guardo para mí por ahora. ¿Narcisa? Regresó a la Fortaleza de Voldie.

Si habrá que esperar para encontrarle más sentido, algunas de las partes (sobretodo l principio) se solucionan rápido, otras hasta el final, final. De que Ale se lo imaginó si, pero no creo que fuera tan sencillo encontrar La Fortaleza…

Pues no TODO sale bien… ya verás…

Bueno la escena de Ingrid es para saber la profecía que pende sobre ella, y pedirle ayuda a su hermano, él está muerto así que supongo que Ingrid necesitaba de alguien y pidió por él. Y sí, era Auror.

No me importa que practiques con mi fic, aunque tampoco creo que sea una buena cosa para analizar :P Jajajaja pobre de ti, esa es una de las cosas que seguro a mi también me pasaría, eso de la sociedad machista es vrdd, pero si debió ser cómico. Sí sé que tienda es Zara, en realidad me gusta mucho. Entiendo lo del dobladillo y a mí si me ha pasado que me atoro y me voy al suelo. Y me gusta como se lee tu traje… que bueno que estuvo bien el bautizo. Bueno, bueno, es que no sé… si ahora parece que voy a subir más rápido así que… ya veremos!

Lucía: Sí, me la pase muy bien en las vacaciones . Y cuanto me gusta que adores el ff! No, si la mayoría (según yo) adora a Ingrid, a mí me parece uno de los mejores personajes y ale… bueno ella a todo el mundo le cae bien jajaja.

Volverte a leer la primera parte? Pues si lo haces, avísame cuando acabes porque me gustaría saberlo :P

Es que sólo necesito ese número de capis, antes eran más pero parecían más escenas que capis. Ok, a ver, como haz visto hasta ahora no la he matado, así que aclara bien la apuesta, para cuando se supone que la mato el final de la segunda o de la tercera… porque mira que con los dedos del pie no se juega jajajaja… No se lo merece? Por? Él es demasiado bueno para ella? Ya estás aceptando que sería mejor que ella estuviera con John?

Vi ese capi que dices y los de antes… y hoy lunes (quien sabe cuando suba el capi) pienso verlo :P, Ojalá que pronto Fede y Flor bueno no sé en donde va, pero desde la última vez… ojalá Fede se entere que Delfina no esté embarazada que me da coraje!

Blanca: Pues, te has acercado algo, sí, pero no te diré anda más que es ultra secreto el destino de Ingrid. ¿Te parece larga? Y eso que la corte, antes era más larga -.- pero había cachos de más y dónde decía demasiado así que ¡a cortar¿Qué tozos pudiste interpretar? Creo que sé cuales no, pero a lo mejor me equivoco. Pues… no sé… en algo te has acercado con lo de Marina y Elinor… en algo. Sí, claro que tienes imaginación! Jajaja

Andry Black: Que bueno que te gustara porque a mí este capi no me había terminado de convencer! Algo sí, por allí va el destino de Ingrid, aunque es mucho más "complejo" jajaja Lo de los sacrificios de Lily… allí acertaste, te puedo decir eso porque el punto es que no se sepa cuales son los dos sacrificios… eres buena descifrando! No, no puedo decirte quien morirá… perdería el chiste!

Gala Potter: Bueno, tanto no tardo y además subo como relojito… a veces hasta antes! Bueno, puede ser que ella muera, muchos dicen que esa es la razón de la traición de Peter y por allí va la cosa, pero no del todo… Jajaja, bueno la profecía fue un desvarío que me gusto tanto que se quedó en el capi, aunque todo lo que dice tiene que ver con los siguientes capis. Y que bueno que te haga pensar… qué felicidad! En tus suposiciones acertaste en algunas cosas… lo del sacrificio+- es eso, y lo de Ingrid y Narcisa bueno algo así…

Bueno, a mí me gusta tu ff y espero que lo sigas… y bueno que tardes… todos tardan así que no hay problema.

Lily: Sí me di cuenta que nos es tan largo y bueno puedo respondértelo :P Sí ya sé que te gusta y me alegra muchísimo!

Si? Yo pensé que se parecía mucho a la anterior versión, pero que bueno que quedó bien. Y bueno, ojalá te guste también esta versión

Muchísimas gracias por los rrs. Me alegran mucho el día y más ahora. Ya nada más me quedan 5 capis por escribir (contando el capi final que está medio escrito) y no logro cerrar el capi 22 que me está costando trabajo, así que por favor alégrenme un poco el día… siempre me motiva a seguir

Es probable que suba el próximo viernes si logro sacar el capi 22 y el 23, así que estén preparads...

Syringen.